Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 5

Capítulo 5: Uniendo a la humanidad con poder astral

Parte 4

Pateó la bala sobre la que estaba montado, empujando su espada hacia el tercer ataque. Hundió su espada en los fragmentos del edificio para anclarse.

Luego se elevó. Saltó más allá del cuarto disparo mágico, hacia la bruja que flotaba en el cielo.

—¡Ja, ja! ¡Así que has venido a dejarte quemar en las llamas astrales!

Mirando a  Iska mientras  saltaba,  Vichyssoise  extendió su mano.  El  intenso violeta de su palma se encendió en el cielo nocturno.

—Ahora, las llamas astrales…

—Liberar.

Las llamas chocaron con las llamas, anulándose entre sí.

—…¿Qué?

No pudo entender lo que pasó… cuando su ataque fue compensado por las llamas astrales creadas por la espada astral de Iska.

A saber, la blanca.

A la orden de Iska, pudo liberar los poderes astrales que la hoja negra había extinguido.

—…… ¿Qué… hicis… te…?

Vichyssoise se dio cuenta… de que había sido derrotada.

Sus llamas astrales se extinguieron. Su arma secreta fue girada y utilizada a modo de punto de apoyo.

—¿Te atreves a desafiar a los Hydra? ¡Tú… mejor que duermas con un ojo abierto……! No tienes ni idea… hay ‘monstruos’ más aterradores que yo-

La espada destelló.

La hoja de Iska laceró la carne transparente de la bruja. De sus heridas brotaron partículas de luz, no de sangre.

De su piel se derramó un chorro de diminutas luces, brillando con energía astral.

—………

Vichyssoise estaba empezando a descender. Como estaba inconsciente, no había nada para detener su caída. Golpearía el lecho de roca sin ser capaz de levantarse por sí misma.

—Rin.

—Calma.

Un gólem de la tierra amortiguó su caída. Una mano de tres metros de ancho atrapó a la bruja.

—No pretendo que me des órdenes —La chica del pelo castaño miel miró a Iska mientras caía al suelo—. Me molesta que te hayas fijado en mí… especialmente un espadachín imperial como tú. Estaba sudando frío, pero parece que al final acabaste con este monstruo.

—¿Qué? ¡Ay!

Thunk. Después de más de veinte metros de caída libre, Iska golpeó el pavimento de piedra.

El golem de tierra se paró junto a él sin decir una sola palabra.

—¡¿Y qué hay de mí?! ¿No deberías haberme atrapado a mí también?

¡Estaba convencido de que el golem me atraparía a mí también!

—Tsk. Sobreviviste.

—…Oye. Chasquear tu lengua contra mí no es…

—No te hagas ideas extrañas. Además de que Lady Alice y tú son enemigos, no tengo obligaciones contigo… ¿Parece que la he atrapado con delicadeza?

El golem acunó a la bruja. Bueno, no exactamente. La estaba apretando tan firmemente como podía para mantenerla sujeta. Ella no sería capaz de huir, incluso cuando recuperara la conciencia.

—¿Querías que te atrapara?

—…En realidad, creo que estoy bien.

—Hmp —La asistente de Alice frunció el ceño.

Ante su mirada, la bruja que había liberado toda su energía astral estaba volviendo de nuevo a su forma humana.

Su ropa de asesina se había quemado. Aunque escondida por las manos del golem, estaba completamente desnuda.

—La inquisidora de la Casa Hydra. Hasta donde sé, era una humana que podía manipular la gravedad… No puedo imaginar su monstruosa forma. ¿Es humana o es genuinamente un monstruo?

—¿Estás segura de que se te permite decirme esas cosas?

—Estoy hablando conmigo misma. No te estaba diciendo nada —Apartó la cara para desairarlo—. …No mentí. No puedo creer lo que vi. Si no me digo a mí misma qué fue, terminaré dudando de mis propios ojos.

—Yo no me preocuparía por eso. Con todo lo demás que está pasando.

El callejón estaba irreconocible.

Las paredes de hormigón se habían hecho añicos. No quedaba ni una sola ventana a la vista. Los escombros fundidos mostraban evidencias de haber sido quemados por las llamas astrales.

—Tenemos una diferencia de opinión —Rin parecía indecisa—. Hubiera sido ideal tener pruebas de que actuó en nombre de la Casa Hydra, no pruebas de que sea un monstruo.

—¿Me vigilaste porque eso es lo que querías?

—No. Al final, Lady Alice me ordenó que vigilara a Lady Sisbell. Con una de las nuestras tras la vida de Lady Sisbell, no podíamos dejar las cosas en manos de las fuerzas imperiales.

—…Ya veo. Así es Alice.

Un suspiro se escapó de sus labios, e incluso él no sabía la emoción que había detrás de eso.

—Creo que he llegado a comprender que las relaciones dentro de Nebulis son complicadas.

Alice deseaba salvar a su hermana.

Por otro lado, Sisbell sospechaba de la posibilidad de que su hermana trabaje en secreto con Lord Mask. Eso era exactamente por lo que Alice no podía ofrecerle abiertamente su ayuda.

—De todos modos… ¿Qué es este polvo?

Rin levantó la cara.

Un fino polvo caía sobre su cabeza. Lo agarró con la punta de los dedos y se giró para mirar detrás de ella como si hubiera sentido algo. Se congeló por completo. Los escombros estaban cayendo sobre ellos. Se había formado una grieta aterradora en un edificio antiguo. Cuando miró de cerca, todo el edificio estaba inclinado.

—¿Qué está pasando? ¡El edificio se va a derrumbar! ¡Rin! ¡Apóyalo con el golem!

—¡E-espera un segundo! ¡No tengo suficiente tiempo para crear uno! ¡Haz algo, espadachín imperial! Esta cosa es…

—Freeze.

Vides de hielo se enroscaron a su alrededor, cerrando la fisura. La pared de hielo sobresalía del suelo, sosteniendo el edificio medio desmoronado, manteniéndolo en su lugar. ¿De quién era el poder de esto? Todos sabían la respuesta a esa pregunta.

—¡Lady Alice! —Rin se inclinó rápidamente ante su Lady, que  había venido corriendo desde más allá del edificio—. ¡Por favor, mire! He detenido al asesino de Lady Sisbell. ¡Sólo yo! ¡Yo hice esto!”

—¡Mentirosa!

—…Haa… ah… En serio… ¿Qué demonios pasó? —El brillante y dorado cabello de Alice se movió. Su voz era débil como si hubiera corrido todo el camino hasta aquí—. Quiero saber sobre la asesina… y sobre esa explosión anterior… ¿Por qué estás aquí, Iska? ¿Dónde está mi hermana?

—Está siendo protegida por mi unidad. Es sólo que…

Las pisadas que se acercaban a ellos tenían que ser los refuerzos de la policía militar.

—Estaré en problemas si me encuentran, así que me voy. La dejo en tus manos.

—¡Espera ahí, Iska! ¿Ella?… ¡¿Es Vichyssoise?! —La garganta de Alice se estremeció en shock cuando vio a la chica capturada por el golem de Rin—. Ella es parte de la Casa Hydra. Lo que significa que la que atacó a mi madre…

—Ese  conflicto  no  tiene  nada  que  ver  conmigo.  Ella  intentó  atacar  a Sisbell, así que luché para protegerla. Eso es todo —dijo Iska.

—…Sí. Así es como es —Alice miró amargamente a la bruja. Sus ojos se abrieron mucho.

— Espera, Iska. Me he dado cuenta de algo terrible.

—¿Eh?

—¿Por qué está desnuda? ¡Ese es un tema que no puedo pasar por alto!

—¡¿Eso es lo que te preocupa?!

Vichyssoise se puso ropa para ocultar su forma, la cual fue quemada por las llamas astrales. Incluso su carne había cambiado. No había manera de que Alice pudiera imaginar a Vichyssoise en esa forma.

—…No puedo dejar pasar por alto esto. Bien, Iska. Tengo algo que decirte

—Alice lo miró, pareciendo determinada—. ¡Si me lo propongo, me vería mucho más asombrosa que Vichyssoise cuando me desnude!

—¡¿Qué quieres decir con que si te lo propones?!

—Lady Alice, ¡¿está loca?!

Iska y Rin se sorprendieron al gritar al mismo tiempo. Alice tenía la cara roja brillante y respiraba con dificultad.

—P-pero es importante. No quiero perder delante de ti… aunque eso fue un poco embarazoso.

—… Me estoy avergonzando indirectamente.

—¡Como sea! ¡Vuelve a vigilar a Sisbell!

—¡Tú fuiste la que me detuvo!

Cuando la princesa enemiga le gritó, Iska se retiró por los callejones que sonaban con la alarma.