Praise the Orc!

You’re an Orc, Yet You’re Still Praiseworthy!

Capítulo Extra: Historia Extra (Parte 7)

“Azi Dahaka no se mueve. Simplemente está sentado allí.”

[Ten cuidado. También estamos comprobando con los drones.]

Ian se movió con God Slayer en su hombro. Regresó a un cuerpo humano, pero una vez que entraba en batalla, era el Guerrero Orco Crockta.

“Procederé rápido.”

[Tu voz es brillante.]

“Me gustó la cama.”

Estaba en buenas condiciones. Su cuerpo se sintió ligero tan pronto como abrió los ojos.

“Estupendo.”

[¿Azi Dahaka o Uluru?]

“Ambas cosas.”

De hecho, Uluru era la roca más grande del mundo. Calcularon el tamaño de Azi Dahaka sentado en Uluru.

“Además…”

Azi Dahaka vio a Ian y levantó la cabeza. Sus ojos se encontraron.

“Es menos amenazante de lo que pensaba.”

La sensación ominosa que sintió era grandiosa en comparación con la energía de Azi Dahaka. Parecía más débil que Partenón y Ramul, los que acababan de ser asesinados en Egipto. Como había adivinado la secretaria de Ian, apenas se había despertado de su estado de aturdimiento.

“Comenzaré la operación pronto.”

La voz de Ian se elevó. El comienzo era bueno. Parecía que la historia de manejarlo con facilidad y regresar a Corea del Sur que imaginó ayer probablemente sería realidad. Siguiendo su estado de ánimo, la energía a su alrededor brillaba vigorosamente. Era la neblina creada alrededor de God Slayer cuando cruzó al heroico campo del Pináculo.

[¿Azi Dahaka?]

“No hay reacción.”

Azi Dahaka estaba mirando a Ian con ojos borrosos.

[¿Vas a empezar?]

“Sí.”

Ian avanzó. Azi Dahaka seguía sin moverse. Ian tomaría la iniciativa primero. Pero esto no significaba que estuviera atacando a un oponente inocente. No olvidó que este monstruo, actualmente en una posición indefensa, era el demonio que había destruido por completo a Sídney y devorado muchas vidas hace unos años.

“Voy.”

La gran distancia entre Azi Dahaka e Ian. Estaba en terreno llano mientras estaba en tierra alta. En el momento en que Ian saltó, la brecha se redujo a cero. Saltó casi verticalmente hacia la roca. El aire cambiaba con cada paso. Ian voló hacia la nariz de Azi Dahaka, dejando una marca en Uluru.

Azi Dahaka sintió la anomalía y tembló.

¡Kurwarwarwarwa!

Dejó escapar un fuerte rugido y batió las alas. Una sustancia pegajosa cubrió la visión de Ian. Ian lo cortó sin dudarlo. La sustancia viscosa se partió y las alas se cortaron. Mientras tanto, vio los ojos enojados de Azi Dahaka. Ian se rió.

“¿Es tóxico?”

[No.]

A diferencia de Partenón, los fluidos corporales de Azi Dahaka no eran ácidos ni venenosos. Tenía una forma clásica de dragón que destruía a los oponentes con fuerza física y llamas. Ian usó la inercia para pasar las alas cortadas. Se movió hacia los enormes ojos de Azi Dahaka y apuntó con God Slayer. La gran espada lo apuñaló.

Levantó la cabeza y recibió un golpe en la mejilla. Azi Dahaka gritó. Ian perdió momentáneamente la audición por el fuerte sonido. Ian lo ignoró y siguió balanceando a God Slayer. Las llamas comenzaron a arder alrededor de la espada y comenzaron a mellar la cara de Azi Dahaka. Azi Dahaka agitó sus alas y su cuerpo.

La resistencia fue débil. El monstruo no tenía la energía para deshacerse de Ian. God Slayer no dejó ir a Azi Dahaka. Ian solo tenía que sujetar el mango con fuerza y ​​mantener una base firme. La hoja partió la carne y entró. La resistencia de Azi Dahaka comenzó a caer.

Kurwarwarwarwa…

Poco antes de que su vida cayera bajo la espada. Ian de repente miró hacia el cielo. Alto y azul. En medio del desierto rojo que se extendía sin cesar, se sintió como en casa. Su vista miró lo más lejos posible. Era un cielo azul que cubría la vasta tierra. Ian dio un suspiro de admiración mientras miraba la extensión del cielo azul y las nubes.

“Ah…”

Era un paisaje hermoso. Sus hombros soportaban la fuerza. La voz se hizo más fuerte.

“Ahhh…”

El paisaje desértico lo consoló. Escuchó las palabras de Hoyt. La debilidad del enemigo era su fuerza. Parecía que Azi Dahaka iba a colapsar. Pronto mataría al enemigo que mató a los humanos.

“¡Ahhhhhhhhh!”

Ian rugió y empujó a God Slayer. Su aura explotó. Las llamas estallaron alrededor de la espada. Las llamas destruyeron el interior de Azi Dahaka y dañaron el hígado. La energía de la espada siguió descendiendo, atravesando el cuerpo del monstruo y dañando el Uluru.

El viento sopló. El polvo espeso se calmó.

Ian se paró encima del Uluru. Tocó el cuerpo del caído Azi Dahaka. El monstruo ya no se movía. Fue una pelea más fácil de lo que pensaba Ian.

“Ha terminado.”

Ian habló alegremente a través de la radio. Pronto vendría un helicóptero a recogerlo.

“…”

Pero no hubo respuesta.

“¿Cuartel general?”

Ian trató de llamar al cuartel general por un tiempo antes de darse cuenta. Una cortina translúcida rodeaba el área del Uluru. El paisaje más allá se volvió brumoso. Ian blandió su espada hacia Azi Dahaka. No hubo reacción cuando los fluidos corporales se derramaron. Una vez que Uluru estuvo completamente oculto y el desierto y el cielo ya no eran visibles, apareció el oponente.

“Tú.”

Ian suspiró. Era el enemigo que vio ayer. El monstruo humanoide no identificado que se reveló después de matar a Partenón. Salió de los líquidos que fluían y aterrizó frente a Ian. El nivel de sus ojos era similar. Los ojos, parecidos a los de un insecto, miraban fijamente a Ian. La boca se abría continuamente, como si quisiera decir algo. Pronto creó un lenguaje humano.

“Hu…mano.”

“Sí, Monstruo.”

Ian respondió con God Slayer sobre sus hombros. No era bueno escuchar el lenguaje humano imitado por los órganos vocales de un monstruo. Aun así, fue lo suficientemente educado como para usar el coreano.

“Un ser humano muy fuerte.”

“Deja los elogios.”

Ian no quería prolongar la conversación durante mucho tiempo. Se preparó para blandir su espada de inmediato. Sin embargo, sus siguientes palabras superaron con creces las expectativas de Ian.

“Deberíamos ayudarnos mutuamente.”

Ian se quedó sin habla. ¿Un monstruo que destruía constantemente a la humanidad ahora quería que trabajarán juntos?

“Bastardo…”

Ian blandió la espada al instante.

“…”

Las garras al final de sus brazos bloquearon la espada. El monstruo bloqueó el ataque sin cambiar de postura ni mover las piernas. Era fuerte.

“Cálmate. Humano. No soy un enemigo.”

“Cállate.”

Ian corrió hacia adelante y blandió su espada de nuevo. El monstruo se retiró. La gran espada chocó contra una pared transparente.

“Humano. Entiendo tu enojo.”

“¿Tú entiendes?”

“Numerosos humanos han muerto. También comparto tu dolor.”

“…”

Ian respiró hondo. Trató de calmar su yo agitado. El estrés y la fatiga se habían acumulado durante demasiado tiempo. Por dentro estaba hirviendo. Ian respiró hondo y trató de calmarse.

“¿Qué pasa con la cortina de niebla?”

“Si no hiciera esto, ‘él’ se daría cuenta. Es para nosotros.”

Ian se frotó la sien.

“Sí. Dime. Te escucharé solo una vez.”

“Humano. ¿Bagamadra ha invadido tu mundo?”

“¿Bagamadra?”

“También lo perdí todo por él. Él es mi enemigo. No estaba satisfecho con lo que nos hizo y quiere obtener tu mundo.”

“¿Quién eres tu?”

“Soy Garuda.” Agitó sus garras. Parecía ser un saludo respetuoso de alguna parte. “Soy el único descendiente que queda de la familia real Basarayuda. En el pasado, era un príncipe. Ahora soy un guerrero que resiste a Bagamadra.”

Guerrero. Era una palabra que no había escuchado por un tiempo. Se sintió extraño cuando la palabra salió de la boca del monstruo.

“¿Guerrero?”

“Así es. Humano. Un guerrero. Igual que tú.” Garuda miró a Ian con ojos difíciles de leer. “Tu mundo es diferente al de antes. Pero Bagamadra lo destruirá todo. Solo crea dolor y odio. Quiere tener este mundo, pero no puede debido a los humanos.”

“…”

“Originalmente, la mayor parte de este mundo debería haber sido conquistado. Pero estabas tú, un humano fuerte. Tu eres fuerte. Mataste a la mayoría de sus subordinados.”

Ian asintió. Sin Ian, los monstruos de clase dragón habrían ocupado muchas áreas, haciendo que los monstruos salieran de las guaridas. La mayor parte de la Tierra habría caído. O las bombas nucleares habrían convertido a la mayoría de los continentes en tierras de muerte.

“Pero si esta situación continúa… Este mundo será como otras dimensiones. Bagamadra lo tomará. Como al mío.”

Ian observó a Garuda. Tenía la habilidad de ver a través de la verdad, ‘los ojos de dios’. Los ojos de dios se adaptaron gradualmente a la existencia de Garuda y leyó su mente. Garuda no estaba mintiendo. Era sincero. Un profundo dolor que no podía ser fingido brilló en la cara del insecto. La tristeza de perder su propio mundo y su gente, la impotencia hacia el enemigo y los sueños desesperados. Era como terminaría Ian.

“Deberíamos ayudarnos mutuamente.”

Ian bajó a God Slayer y preguntó.

“¿Cómo?”

Garuda inclinó la cabeza en lugar de responder. La antena en su cabeza se estiró hacia Ian. Ian vaciló pero permitió sus movimientos. La antena de Garuda alcanzó la cabeza de Ian. Algo empezó a entrar en la mente de Ian. Las imágenes se vertieron en la cabeza de Ian.

Entonces hubo una ilusión.

“Ah…”

Infierno. Dolor y odio sin fin, los moribundos y los que estaban teniendo convulsiones en el abismo. Un paisaje demoníaco donde criaturas feas hacían cosas feas, trasplantándolas a una existencia más horrible. El monstruo gigante que causó todo esto, Bagamadra. La ilusión del infierno parecía contaminar la mente con solo mirarla. Se le inyectaron en la cabeza numerosas cosas que no quería saber. La respiración de Ian era agitada.

Ian sacudió la antena de Garuda. Dobló la cintura y vomitó.

“¿Lo entiendes? Humano.”

Ian agarró su cabeza. Mientras inclinaba la cabeza, se echó a reír.

“Jajaja…” Su suerte era demasiado buena hoy. “Mierda.”

El cielo azul ordinario y el paisaje lejano aparecieron a la vista. De alguna manera, sintió algo agradable. Ian apretó los dientes.

“Mierda…”