Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: A Tres Días De La Ciudad Más Cercana

Parte 3

Nuestro grupo se mantuvo en movimiento hasta que se puso el sol, luchando un total de cuatro batallas. Nos enfrentamos a otro Stone Treant, a una gran tortuga, a un lobo ácido y a un grupo de coyotes de pax.

Ruijerd derribó a la Gran Tortuga con un solo ataque. Corrió hasta la cosa y le clavó su tridente en el cráneo. Sus movimientos eran maravillosamente fluidos y eficientes. El hombre había estado en el negocio de la caza de monstruos en solitario durante 500 años, y realmente se notaba. Me sentí un poco estúpida por haberme vuelto petulante por volar un solo Stone Treant.

Los lobos ácidos eran grandes caninos que podían escupir algún tipo de líquido cáustico de sus bocas. Sólo nos topamos con uno, así que Eris lo derribó, y se adelantó bruscamente para hacer volar su cabeza con un solo corte. Comparado con Ruijerd, no fue exactamente elegante, pero fue una victoria instantánea.

Desafortunadamente, la sangre del lobo roció a Eris por todas partes, así que no estaba de humor para celebrar. Me preocupaba que su sangre pudiera ser peligrosa también, pero aparentemente ese no era el caso. Lo había hecho bastante bien, dado que era su primera batalla real. De acuerdo con Ruijerd al menos.

En ese sentido, eliminé al segundo Stone Treant de un solo disparo. Esperaba causar un daño moderado para que Eris pudiera practicar más, pero resultó sorprendentemente difícil hacer que mi hechizo fuera menos letal. Hasta que no me acostumbrara a moderar su poder, tendría que evitar usarlo en la gente. Incluso si necesitaba matar a alguien, no había necesidad de hacerlo espantoso.

Los Coyotes Pax fueron nuestro último encuentro del día, y el más desafiante. Estos monstruos solían venir por docenas. No eran exactamente “animales de carga”, aunque un solo coyote formó su propio grupo reproduciéndose por división, casi como una ameba. Afortunadamente, no era como si constantemente aparecieran nuevos en medio de la batalla. Sólo podían reproducirse una vez cada pocos meses más o menos. Aún así, un grupo dado crecería constantemente en tamaño con el tiempo, con todos los nuevos coyotes bajo el control total de su líder. Si ese líder cayese en batalla, otro coyote asumiría instantáneamente su posición. Su fuerza estaba sobre todo en el número de sus miembros, pero su perfecta coordinación y disciplina los hacía realmente peligrosos.

El grupo con el que peleamos era de unos veinte. Probablemente podrían haber matado a cualquier aventurero común y corriente, pero Eris se enfrentó al desafío alegremente, moviendo su nueva espada de un lado a otro mientras Ruijerd ofrecía un flujo constante de consejos. La chica nunca había arriesgado su vida en una batalla antes de hoy, pero no parecía especialmente tensa. Todo lo que practicaba con Ghislaine le había infundido un poco de confianza, y parecía que el acto de matar no la molestaba mucho.

Por mi parte, me quedé atrás y vi cómo Eris mataba a un coyote tras otro. Había estado planeando intervenir y ayudar si era necesario, pero Ruijerd estaba desempeñando su papel de apoyo de manera tan impecable que podría haber sido contraproducente. Aún así, no hacer nada era bastante aburrido, y empecé a sentirme un poco excluido después de un tiempo. Encontrar una forma de luchar como grupo tenía que ser mi prioridad.

En cualquier caso… Eris era una luchadora extraordinaria. Ella había alcanzado el nivel Avanzado en el estilo del Dios del Agua justo antes de mi cumpleaños, ¿verdad? En este punto, probablemente no tenía ninguna oportunidad contra ella a menos que estuviera usando magia. Diablos, incluso Paul era sólo un espadachín de nivel Avanzado… aunque había alcanzado ese rango tanto en el estilo del Dios del Agua como en el del Dios del Norte, y tenía mucha más experiencia de combate en la vida real. Aún así, Ghislaine dijo que Eris tenía más talento que Paul. Probablemente lo dejaría en el polvo en poco tiempo.

Cómetelo, viejo. 

“¡Rudeus! ¡Por aquí!”

En algún momento, habían acabado con el último de los monstruos; Ruijerd estaba sacando sus cuchillos mientras yo me acercaba.

“Las pieles de los Coyotes Pax son valiosas. Tuvimos la suerte de encontrar un grupo tan grande. Ayúdame a despellejarlos”.

Pero antes tenía que ocuparme de otra cosa.

“Espera un segundo.”

Caminando hacia Eris, la encontré respirando con dificultad…. y herida en tres lugares distintos. Habían pasado menos de treinta minutos desde el comienzo de la batalla, pero con Ruijerd dedicándose a su papel de apoyo, le había tocado a ella matar a la gran mayoría de los monstruos. Por supuesto que estaría exhausta.

No vendría mal que nos ocupáramos de esas heridas al menos ahora….

“Que este poder divino sea como un alimento que satisfaga, dando a quien ha perdido sus fuerzas la fuerza para levantarse de nuevo: Sanación“.

 “Gracias.”

“¿Estás bien, Eris?”

“¡Ha! ¡Por supuesto! Apenas me rompí.”

Esa sonrisa engreída de ella se veía un poco espantosa con sangre de monstruo por toda su cara, así que le quité un poco con mi manga. La experiencia no la había sacudido en lo más mínimo. Eso fue… bastante impresionante. Personalmente, estaba a punto de vomitar por el olor.

“No hay problema, ¿eh? Esa fue tu primera batalla real”.

“¿Y qué? Sé cómo luchar. Ghislaine me enseñó todo”.

Cierto, cierto. Practica como si jugaras, y juega como si practicaras. Eris siempre absorbía cada palabra de las lecciones de Ghislaine. Tal vez no sería tan sorprendente si pudiera aplicar todo lo que ha aprendido en la batalla real.

Quiero decir, si te concentrabas en luchar como te habían enseñado, ¿qué diferencia había si tus enemigos sangraban de verdad?

“Por Dios…” Con una sonrisa irónica, me di la vuelta y me dirigí de nuevo a Ruijerd, que nos había estado observando todo el tiempo.

“¿Por qué le pediste a Eris que peleara, Rudeus?”

“No siempre estaré ahí para protegerla. Quiero asegurarme de que pueda valerse por sí misma cuando las cosas se pongan feas”.

“Ah, ya veo.”

“En esa nota… ¿qué piensas de ella hasta ahora?”

Ruijerd asintió pensativo antes de hablar.

“Si se aplica, algún día será una maestra de la espada”.

“¿¡En serio!? ¡Muy bien!” Eris literalmente saltó al aire, su cara brillando de alegría.

Tenía que sentirse muy bien oír algo así de un guerrero legendario. Tampoco me importaba oír eso; si Ruijerd reconocía el talento de Eris como guerrero, teníamos muchas más posibilidades de encontrar la manera de trabajar como un equipo de verdad.

“Está bien, Ruijerd. De ahora en adelante, hagamos que Eris pelee en el frente mientras yo me quedo atrás”.

“¿Y qué debería estar haciendo?”

“No tienes una posición definida, así que muévete libremente y cubre nuestros puntos ciegos. Oh, y si alguno de nosotros se pone en peligro, hágase cargo y diga qué hacer”.

“Entendido”.

Por el momento, teníamos nuestra formación básica de combate preparada. Esperemos que esto nos permita a Eris y a mí tener más experiencia en combate en los próximos días.

***

El siguiente paso fue la práctica de acampada.

Para cenar, comimos carne de Tortuga Grande. Había demasiado para comer de una sentada, así que empezamos secando la mayor parte para más tarde, bajo la dirección de Ruijerd, por supuesto.

Para ser franco, la cosa era algo vil. Su olor era abrumador y era dolorosamente difícil de despejar. Aparentemente el enfoque normal era ablandarlo en un guiso hirviendo a fuego lento durante horas, pero Ruijerd optó por la ruta rápida y fácil de asarlo sobre un fuego rugiente.

Al menos el fuego en sí no fue muy difícil de encender. Evidentemente, los Stone Treants se secaban muy rápidamente después de su muerte, así que no necesitábamos dejar nuestra madera al sol ni nada. No es de extrañar que Ruijerd viera esas cosas como trozos andantes de madera.

“…Guh.” Honestamente, sin embargo, esta carne es muy vil. ¿Quién dijo que esto era “delicioso”?

 Espera, ese eras tú, Ruijerd. ¡Eres un mentiroso! Quiero decir… tal vez si cubrieras el olor con jengibre, podría ser algo comestible. ¿Quizás? Viejo, si quiero algo de carne de res ahora mismo. Y arroz…

 Una frase memorable de cierto manga flotaba en mi mente: “La carne a la parrilla es gloriosa. Y es glorioso porque es sabroso”. Nunca se pronunciaron palabras más verdaderas. La carne que no es sabrosa no es gloriosa en lo más mínimo.

En retrospectiva, había comido muy bien en el Reino de Asura. El pan puede haber sido el alimento básico allí, pero generalmente lo complementaban con carne, pescado, verduras y algún tipo de postre, con toda la variedad de algún restaurante de tres estrellas. Y yo había pasado la mayor parte de mi tiempo ahí fuera en los palos; ¿no iba a ser más difícil para una princesita malcriada como Eris adaptarse?

Sin embargo, cuando miré, la encontré royendo con satisfacción su propio trozo de carne.

“Hey, esto no está tan mal”.

Espera, ¿en serio? 

Bueno… tal vez tenía sentido. Cuando le das a un niño que sólo ha comido cosas sanas su primer bocado de comida chatarra, siempre se vuelven locos por ella, ¿verdad?

“¿Qué?” dijo Eris mientras la miraba.

“Uh, no es nada. ¿Estás disfrutando eso?”

“¡Sí! Yo siempre… mngh.. ¡quería intentar algo como esto!”

Sabía que a Eris le encantaba escuchar las historias de Ghislaine sobre su vida como aventurera. ¿Quizás eso se había traducido en fantasear con comer carne dura y asquerosa alrededor de una fogata? Es una fantasía un poco rara, pero está bien.

“Es incluso comestible crudo, ya sabes”, comentó Ruijerd.

Los ojos de Eris brillaban de curiosidad, y un poco de frío corría por mi espina dorsal. Afortunadamente, me las arreglé para hablar antes de que ella pudiera abrir la boca.

“La respuesta es no. Ni siquiera lo pienses”.

Por el amor de Dios. ¿Quieres gusanos? Porque así es como se consiguen los gusanos.

***

Ruijerd le estaba dando a Eris una lección de mantenimiento básico de armas antes de que nos fuéramos a dormir. A falta de algo mejor que hacer, escuché.

La lanza de Ruijerd no estaba hecha de metal, y la espada de Eris fue forjada con materiales especiales de una manera muy específica. Aparentemente ninguno de ellos necesitaba preocuparse por la oxidación ordinaria. Pero eso no significaba que pudieran saltarse el mantenimiento diario. Dejar sangre seca en una espada o lanza embotaría gradualmente sus bordes y atraería a otros monstruos. Desde la perspectiva de Ruijerd, también era tu responsabilidad fundamental como guerrero cuidar bien tu arma.

“Ahora que lo pienso, ¿de qué está hecha esa lanza?” Le pregunté, de repente curioso. A juzgar por el que llevaba Ruijerd, los tridentes de Superd eran de color blanco puro, sin adornos, y en el lado corto para una lanza. Por lo que parece, todo estaba hecho de una sola sustancia; no podía ver ninguna costura entre el eje y la cabeza.

“Está hecho de mí.”

“… ¿Qué dices?”

“La lanza de un Superd está hecha de su alma.”

Maldita sea. No esperaba una respuesta tan… filosófica.

De acuerdo, claro. Cierto. Así que tu lanza es tu alma. Y tu alma es tu forma de vida, ¿verdad? Tu forma de vida es lo que yace en tu corazón… y tu corazón es justo lo que amas. Así que, básicamente, amas tu lanza apasionadamente… ¿o algo así? 

Afortunadamente, Ruijerd explicó antes de que yo pudiera atarme demasiado los nudos.

“Cada uno de nosotros nace con su propia lanza”.

Los Superd nacen con una cola de tres puntas. Crecía con ellos hasta que llegaban a cierta edad, momento en el que se ponía rígida y se caía. Sin embargo, incluso cuando estaban separados, seguía siendo parte de su cuerpo; cuanto más lo usaban, más agudo y mortal se hacía. Con suficiente tiempo y esfuerzo, estos tridentes podrían convertirse en armas inigualables, prácticamente irrompibles y capaces de atravesar casi cualquier cosa.

“…Y es por eso que no debemos dejar de lado nuestras lanzas hasta el día de nuestra muerte.” La cara de Ruijerd estaba llena de amargo pesar por el error que había cometido hace cuatro siglos.

A estas alturas, su lanza era probablemente más dura y afilada que cualquier otra de Superd en el mundo. Definitivamente me alegró tenerlo de nuestro lado.

Sin embargo, su visión del mundo… me preocupaba a veces. El hombre era tan rígido como su arma. Si no puedes doblarte un poco a veces, nunca aprenderás a aceptar a otras personas como son. Y eso significa que tampoco se aceptaría así mismo . Hay algo que se llama tener demasiados principios, ¿sabes?

En cualquier caso… después de tres días de lucha contra los monstruos y acampando bajo las estrellas, nuestro pequeño grupo logró llegar a la ciudad más cercana.