Mahou Sensou (NL)

Volumen 1

Capitulo 1: Una chica mágica en verano

Parte 5

Antes de que pudieran ver a alguien, escucharon una voz que les dijo:

—Basta de jugar a las escondidas…

Era una voz grave y fría.

Takeshi se enteró que Mui parada a su lado, se puso a temblar cuando la escuchó.

—Nii-san… —Exclamó Mui.

Takeshi la volteó a mirar con perplejidad.

—¿Nii-san?

Debido a la luz de fondo, Takeshi no podía ver la cara del sujeto, y solo su sombra era visible en la penumbra, donde podía ver que su figura era la de un hombre delgado.

Si eso hubiera sido todo, uno bien podría pensar en él como la descripción de cualquier persona que se puede encontrar en cualquier lugar, sin embargo, había algo diferente.

De las manos de aquel hombre, salía algo que era similar al humo brillante, pera más parecido a un gas de color azul claro como el cielo en un día despejado, que se encontraba brotando de sus manos con el humillo que sale del hielo.

—Ven acá…

Cuando el hombre entró a la habitación, Mui se aferró rápidamente de la ropa de Takeshi con tanta fuerza, que su uniforme estaba siendo estirado en ambas direcciones de tal forma, que sus hombros habían quedado al descubierto.

—¡No quiero! —Exclamó, Mui.

Había cierta discrepancia entre lo que decía y el tono de su voz, que parecía frágil.

Mientras tanto, la sombra de aquel hombre seguía acercándose.

—Nii-san, te lo ruego… —Mui bajó la mirada—. Vuelve a ser el mismo de antes.

En lugar de hablar con aquel hombre directamente, más bien parecía como si estuviera hablando con el piso.

—Nii-san, tú no eres un Trailer…

Takeshi solo podía ver la parte superior de la cabeza de Mui, porque ella se encontraba mirando hacia abajo.

Aquel hombre alternó su mirada entre ellos dos y dijo:

—¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Yo no soy tu hermano…

Mui levantó la cabeza como si hubiese sido regañada y lloró.

—Nii-san… mi preciado… —La voz de la chica, se fue degradando poco a poco como si se hubiera caído al piso, pero luego, alzó la voz nuevamente—. Los Trailers han manipulado tu mente, ¿Por qué no me crees? Debes encontrarles un significado a mis palabras…

Sin embargo, aquel hombre no parecía tener intenciones de hacer caso a lo que ella decía.

—Tsuganashi, esta chica es muy ruidosa…

Alguien que estaba detrás del hombre, se pronunció repentinamente.

Era una sombra más que se encontraba parada en el pasillo al otro lado de la puerta. Una sombra pequeña y delgada, que cuando se acercó al hermano de Mui, parecía haberse hecho aún más pequeña.

Por un momento, Takeshi pensó que se trataba de un niño estudiante de primaria…

Tenía un cuerpo muy delgado, pero con ligeras curvas y vestía con una sudadera lisa color caqui y shorts azules hasta la altura de las rodillas, su cabello era corto y esponjoso. Se entendía que se trataba de una chica debido a sus ojos grandes y a su tono de voz agudo.

Aquellos ojos grades se abrieron mucho cuando echó un vistazo a Mui y a Takeshi, luego se rio, sin embargo, había una mueca mesclada en su sonrisa.

—Acabemos con esto de una vez y volvamos, este lugar es problemático.

Cuando la chica dijo eso, se aferró al brazo de Tsuganashi. Algo que hizo que Mui, distorsionara su expresión con desagrado.

Al mismo tiempo, otros dos hombres ingresaron a la habitación, pero Mui inmediatamente se interpuso en el medio y sacó su arma.

Tsuganashi frunció el ceño al ver la reacción de su hermana y dijo unas peligrosas palabras.

—No se puede evitar, tendremos que llevárnosla por la fuerza…

—Claro…

—Entendido…

—De acuerdo…

Las tres personas en secuencia reconocieron sus órdenes inmediatamente.

Takeshi no entendía nada de lo que estaba pasando, pero tenía claro que la intención de esos tipos era llevarse a Mui por la fuerza.

Se suponía que el tipo de cabello negro al que llamaron Tsuganashi, era el hermano de Mui, pero… ¿Y los otros tres…?

En ese momento, un familiar humo brillante se liberó de las cuatro personas frente a sus ojos.

El sujeto llamado Tsuganashi, daba completamente la impresión de ser el hermano mayor de Mui; cabello negro y liso, piel blanca y ojos muy parecidos a los de ella, sin embargo, no entendía por qué el alcance de sus acciones llegaba tan lejos como para comportarse de manera tan despiadada con ella.

Lo viera por donde lo viera, esa mirada que tenía no era el tipo de mirada que le mostrarías a tu hermana menor.

Por un segundo, eso le hizo recordar a Gekkou, y se puso a pensar si la mirada que Gekkou le hacía a él, era igual.

«No, los ojos de este tipo son distintos…»

La mirada de ese hombre, irradiaba ira y odio. Además, se comportaba de una manera completamente fría y despiadada.

Eran cuatro personas las que habían entrado a la habitación en ese momento y el último de ellos en entrar, un hombre muy bien parecido y de buen físico, cerró la puerta tras de él.

Mui tiró de Takeshi, y ambos retrocedieron al fondo de la habitación.

Uno de los dos hombres que acompañaban al hermano de Mui, era un tipo alto y de ojos caídos, con un mal gusto para vestir, pues portaba una horrenda camisa con una ameba verde dibujada en ella y unos shorts.

El otro, no parecía demasiado adulto, pero tampoco parecía tener la edad de un estudiante; vestía una camiseta negra sin mangas y unos pantalones jeans del mismo color, en cuanto a su estatura, era solo un poco más alto que Takeshi. Era fornido y los músculos de sus brazos y pectorales estaban muy bien marcados.

Takeshi rápidamente pudo notar que él seguramente practicaba algún tipo de arte marcial. Tenía una mirada penetrante y una sonrisa que hacía que su boca se distorsionara.

Si alguien se lo encontrara en frente de una tienda de conveniencia con esa apariencia que mostraba, seguramente sería un encuentro muy desagradable y querría salir corriendo lo más rápido posible.

Takeshi seguía sin entender lo que estaba pasando, y sería raro que lo hiciera, porque el cinturón de cuero de aquel tipo, llevaba colgando de sí, una funda con una espada envainada en ella. Takeshi ya había visto espadas reales en varias ocasiones, pero no podía saber con certeza si esa era real o falsa, pero después de observarla detenidamente, se dio cuenta que era real.

Además, no era una espada japonesa como las katanas, sino que era una que tenía una hoja ancha y curvada (un rasgo clarísimo de una espada occidental).

El hermano de Mui, también portaba una funda similar, pero su espada era de una hoja delgada. Lo más inquietante de todo, era ver que esos cuatro que habían entrado a la habitación, exhalaban el mismo humo luminoso que Mui, pero con la particularidad que cada uno tenía un color diferente.

La chica que andaba con ellos, portaba un bolso que colgaba de su hombro, el tipo fornido, portaba su espada enfundada, y en cuanto al último, llevaba un portafolios.

De los tres emanaba humo luminoso de diferentes colores; verde, blanco y rojo respectivamente. El hermano de Mui, exhalaba un humo color celeste desde los guantes blancos en sus manos.

Al estar cerca de él, la cara de Mui había alcanzado un estado que iba más allá de lo palidecido, entonces, su mano se aferró fuertemente de la manga de Takeshi.

Ella debía calmarse y controlar sus sentimientos en esos momentos. De pronto, abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ella y mejor permaneció en silencio.

Claramente Takeshi percibió que Mui estaba asustada. Si bien es cierto que Tsuganashi era el hermano mayor de Mui, hasta hace un momento, él había declarado que iban a llevársela por la fuerza, lo cual era un claro indicio de que ellos no se encontraban en buenos términos.

Junto al confundido Takeshi, Mui se había quedado mirando directamente a su hermano mayor. Ella no era estúpida, sabía que no tenía posibilidades de salir victoriosa en una batalla contra cuatro personas y su principal prioridad en ese momento, era salir de allí con Takeshi.

Sin embargo, Takeshi ya había considerado otra cosa, y antes de que Mui tomara alguna acción, tiró de ella por la fuerza y la atrajo hacia él.

—¡Espera…! ¿Qué haces?

Takeshi comenzó a correr hacia la ventana ubicada en la parte trasera de la enfermería mientras tiraba de la mano de Mui, la cual, seguía sorprendida por la repentina acción que él había tomado de repente.

—¡No discutas conmigo…! —exclamó Takeshi.

Entonces ella entendió la intención que él tenía.

La puerta no estaba disponible como vía de escape ya que ellos la habían bloqueado, así que la idea era escapar por la ventana.

La enfermería quedaba en el primer piso, así que salir por la ventana, no sería un problema, pero Mui sabía que no sería tan sencillo.

Efectivamente, en ese momento, Tsuganashi desenvainó su espada y giró el filo hacia ellos. Takeshi no vio nada, pero en el momento justo que tocó la ventana para abrirla, sintió un ardor agudo que recorrió las yemas de sus dedos como una corriente.

Inmediatamente la soltó, pero la punta de su dedo medio e índice en su mano derecha se habían enrojecido.

— ¡Mira…! —Indicó Mui a Takeshi.

Fue entonces cuando Takeshi se dio cuenta de lo que pasó; los bordes exteriores del marco de la ventana habían sido cubiertos por una gruesa capa de hielo.

—¿Qué está pasando?

Como había tocado el hielo sintió un dolor frio y en ese momento, Takeshi se había puesto a temblar, pero Mui se dio la vuelta y los encaró.

—Nii-san… Si comentes un error, perderás tu poder mágico…

Los tres que acompañaban a su hermano se echaron a reír excepto él, y mientras envainaba de nuevo su espada, respondió con seriedad.

—No los estaba atacando directamente, los estaba atrapando…

Mientras Mui conversaba con él, Takeshi se había quedado mirando la ventana, completamente atónito. Aceptaba el hecho de que saliera humo luminoso de la pistola y la espada, pero lo que acababa de ver, era algo completamente diferente, era algo completamente imposible.

—¿Qu… qué demonios hicieron? —Preguntó Takeshi consternado, con una voz temblorosa. Luego gritó—. ¡Voy a llamar a alguien!

Era vergonzoso, pero Takeshi sintió que hacer eso era necesario a pesar de que sabía perfectamente que de nada serviría pedir ayuda, pues nadie iba a responder en ese instante.