Hige wo Soru. Soshite Joshi Kōsei wo Hirou (NL)

Volumen 2

Capítulo 12: Colapso

 

 

—Buenos días… ¿Eh?

Cuando entré a la oficina por la puerta de atrás, las luces estaban apagadas. Cuando el gerente o Asami salen del lugar suelen dejan la luz prendida, por lo que era extraño que estuviera todo apagado. Saqué de mi mochila de un solo hombro el uniforme de la tienda de conveniencia y rápidamente me cambié de ropa.


Miré el rol de turnos que estaba pegado en la pared y, al parecer, el gerente entraba por la noche y Asami terminaba su turno ahora. Pero eso no debería ser porque, debido al inmenso trafico pedestre de esta tienda de conveniencia que está frente a la estación del tren, podía funcionar con tres personas por turno.

El gerente había dicho que, cuando se ponían cuatro personas o más en el mismo turno, el negocio no ganaba nada. En otras palabras, hoy trabajaré junto a una persona que conoceré por primera vez.

Estaba un poco nerviosa. Creo que las luces de la oficina estaban apagadas no porque Asami las hubiera apagado, sino porque otra persona lo había hecho.

Puse mi dedo en el rol de turnos, recorriendo la línea donde estaba el mismo horario que el mío, y busqué el nombre de la persona con la que compartiría el turno. Y luego, cuando encontré el nombre, me llamó la atención.

“Yaguchi Kyouya”.

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¿Eh? Tuve un desagradable presentimiento. Era un presentimiento desagradable, o probablemente un déjà vu. Sentía que ya había visto o escuchado ese nombre anteriormente. ¿Tiene el mismo nombre y apellido que una celebridad? Pensé en ello, pero no se me ocurrió ninguna persona famosa con ese nombre.

Pero ¿por qué la sensación de déjà vu al escuchar ese nombre no desaparece de mi pecho? Con una sensación de incertidumbre, miré el rol de turnos y, de repente, la cara de un hombre apareció abriendo la puerta lateral de la tienda.

—Ah, me asustaste. Pero ya estás aquí.

—Ah, sí. Mucho gusto, soy la nueva…

Servilmente bajé la cabeza varias veces hacia hombre vestido con el uniforme de la tienda de conveniencia, que estaba parado frente a mí, intentando presentarme. Pero, cuando nuestras miradas se encontraron, de pronto me quedé sin palabras. Porque lo recordé. Realmente se trataba de un déjà vu… El hombre que estaba frente a mí parpadeó varias veces, luego dijo: “Qué” y se quedó con la boca abierta.

—¿Miyuki-chan? ¡Eres Miyuki-chan, ¿verdad?!

—No, este…

—¡¿Por qué estás en este lugar?! Oh, ha pasado mucho tiempo. Precisamente hace poco me acordé de ti.

—Este… me está confundiendo con otra persona.

No se estaba confundiendo. Como lo sabía, lo dije con voz temblorosa.

—¡¿Cómo vas a ser otra persona?! Nunca olvido a una chica que he abrazado.

¡…! 

Se me puso la piel de gallina. Así era. “Yaguchi Kyouya”. Me había quedado en su casa varios días cuando estuve en Ibaraki. Tenía una apariencia ordenada, con un brillante y teñido cabello castaño.

Con una expresión suave en su rostro, por su apariencia, daba la impresión a las demás personas de ser un sujeto amable. Sin embargo, esta persona me conocía. Era hábil para relacionarse con las mujeres y no pensaba para nada que fuera una mala o extraña persona. Cuando veía cómo salía con siete mujeres al mismo tiempo, no estaba nada sorprendida.

—¿Eh? Pero en el rol de turnos de hoy no había nadie con el nombre Miyuki-chan, ¿no es así?

—No, eso es porque yo…

Miyuki era un nombre falso. Simplemente me había parecido apropiado tomar ese nombre. Él, por el contrario, lo recordaba muy bien. Sin embargo, aunque tomé una vez el nombre de Miyuki, en verdad, por ningún motivo podía comenzar a decir aquí mi verdadero nombre. Estaba en problemas, mirando al piso y a Yaguchi-san cuando, detrás de este último, apareció Asami.

—Yaguchi, ¿desde cuándo estás aquí adentro? Si Sayu-chan no pasa su tarjeta a tiempo, se le hará tarde…. ¿Qué? ¿Qué está pasando?

—¡Asami-chan! ¡Está chica es una conocida mía! —Yaguchi-san le respondió a Asami con un brillo en sus ojos.

—¿Qué? ¿Cómo?

—Aunque me dijo que se llamaba Miyuki-chan, hace tiempo se quedó en mi casa…

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—¡¡¡Oigan!!!

Los interrumpí casi gritando, por lo que Asami y Yaguchi-san abrieron bastante los ojos. Mi cuerpo estaba temblando. Mi pulso estaba acelerado también. Sentí que mi respiración no era suficiente.

—Ya te dije que me estás confundiendo porque… yo me llamo Ogiwara Sayu —dije con voz temblorosa.

Yaguchi-san, pareciendo sorprendido, inclinó la cabeza.


—No, pero cuando te conocí hace tiempo eras alguien que se llamaba Miyuki-chan… ¡¡Duele!!

Sin escuchar las últimas palabras de Yaguchi-san, y sin dejarlo terminar, Asami, que estaba parada a su lado, pateó sin piedad su espinilla.

—¡Estoy en contra de la violencia! ¡Eso fue inesperado!

—Te está diciendo que es Sayu-chan. ¿Acaso eres estúpido? —dijo ella con un tono de voz frío, tomando del hombro a Yaguchi-san—. ¡Tsch! Ya tomaste mucho tiempo para retirarte. Si no sales rápido, le diré al gerente que no estás trabajando.

—Oye, oye… ¿No está bien hablar con los nuevos por un rato? En cualquier caso, tengo tiempo libre.

—¡Silencio! ¡Apresúrate a salir!

Asami tomó por la fuerza el hombro de Yaguchi-san y, sin dudarlo, lo empujó fuera de la oficina, dejándolo fuera de la tienda. Y luego, cerró la puerta. Después de un suspiro, Asami me miró de reojo.

Sentí que esa mirada significaba “¿Qué demonios está pasando?”. Mi cuerpo se quedó inmóvil por el miedo.

—Oye… este… Asami… yo…

¿Qué le iba a explicar? ¿Le iba a contar la verdad? Ni siquiera yo misma lo sabía. Sin embargo, solo moví la boca y dije algunas palabras para romper el silencio. Los latidos de mi corazón eran fuertes y mi respiración se aceleró.

—Eso…

—Está bien.

—¿Eh?

Cuando dirigí mi mirada hacia Asami después de estar viendo al piso, me miró fijamente y luego negó con la cabeza.

—Está bien, no es necesario que hables.

—…

Me quedé sin palabras y vi a Asami a los ojos. Con un rostro serio, que no era habitual en ella, continuó:

—Si Sayu-chan necesita hablar conmigo de verdad, escucharé. Pero no puedo soportar verte así. Tu cara está completamente blanca.

Asami caminó lentamente hacia mí, me dio una palmadita en el hombro y apuntó con el dedo una silla tubular que estaba cerca. Creo que quería que me sentara. Como ella me indicó, me senté en la silla. Asami se inclinó frente a mí y me tomó la mano.

—Ahora no quieres hablar, no es necesario que le digas a nadie lo que no quieres decir. Es por eso que, si Sayu-chan no quiere hablar conmigo, hazlo cuando consideres que sea un buen momento, ¿vale?

—¡Mm! Sí… vale…

Sentí que el interior de mis ojos se calentaba. Las lágrimas se acumularon en los rabillos de mis ojos.

Desde que llegué a Tokio, me he vuelto bastante llorona.

Cuando me vio, Asami sonrió, conmocionada. Y luego, palmeó mi hombro de nuevo.

—Bueno, cuando te tranquilices un poco, sal. Checaré tu tarjeta por ti. Para que lo sepas, solo será por hoy, ¿vale?

—Vale… gracias.


—Le daré otro golpe a Yaguchi-san, así que sal tranquila.

Asami mostró una sonrisa que dejaba ver sus dientes y luego salió de la oficina. Tan pronto salió Asami, las lágrimas que estaban contenidas en mis ojos comenzaron a brotar. Mi nerviosismo desapareció completamente. ¿Por qué estaba Yaguchi-san en este lugar?

Pensé que, aunque se hubiera mudado cerca de mí, quizá me lo encontraría, pero las probabilidades de que trabajara en el mismo lugar eran demasiado bajas. Parece obra del destino que, aunque me pude haber encontrado con alguien que me acosara, sucedió lo peor, me lo encontré a él otra vez.

Y también, Asami escuchó la conversación que tuvimos hace unos minutos. Como Asami es una persona amable, considerada y también una buena chica, puso una gran atención a mis necesidades, pero creo que probablemente entendió de qué iba esa conversación más de lo que yo pensaba.

Supongo que el hecho de que se preocupara por mí y que fuera una persona amable hizo que acudiera en mi ayuda.

Aunque, por primera vez desde que salí de casa, pensé que había encontrado una amiga en una posición de igualdad y con la que no me preocupaba demasiado al hablar, seguramente de ahora en adelante Asami estará preocupada. Lo siento demasiado por eso.

Me di cuenta de que mis lágrimas se habían detenido.

Pero aún quedaba una sensación desagradable debajo del estómago, una mezcla de frío y dolor. Miré el reloj que estaba colgado en la pared; ya habían pasado 10 minutos de la hora en que se suponía que empezaría a trabajar.

Asami me hizo el favor de checar mi tarjeta. No es correcto que reciba un salario, aunque no esté trabajando.

¿Qué hay de Yaguchi-san? ¿Qué debería hacer de ahora en adelante? ¿Cómo será mi relación con Asami a partir de ahora? Mientras pensaba todo esto… la cara de Yoshida-san apareció en mi mente.

¿Debo contarle sobre todo esto a Yoshida-san? Había muchas cosas arremolinándose en mi mente, pero en este momento no estaba haciendo el trabajo que tenía que hacer. Respiré hondo, exhalé, y luego palmeé mis dos mejillas.

—Vamos.

Me di ánimos, abrí la puerta y salí a la tienda.

***

 

 

—Buen trabajo. Cuídate.

—Sí, buen trabajo. Asami se esforzó una hora más, ¿verdad?

—Este tiempo fue tan fácil que me hartó. ¿Mm?

Asegurándome de haber checado mi tarjeta, Asami me sonrió animadamente y me dijo adiós con su mano, por lo que le devolví el saludo con mi mano. Asami asintió, de nueva cuenta entró a la tienda y se puso a organizar los estantes. Yo entré a la oficina y suspiré.

Después de que salí a la tienda y comencé a trabajar, no supe qué método usó Asami para llamarle la atención, pero Yaguchi-san no me habló para nada sobre el pasado. Por el contrario, cuando había algún trabajo que se me complicaba hacer, me enseñaba diciéndome “esto se hace así”.

Asami también trabajaba como siempre, y también platicaba como siempre. Como si hubiera olvidado por completo mi estado antes de que empezara a trabajar, no dijo ni una sola palabra sobre lo sucedido. La forma en que me hablaba y en que me miraba eran totalmente iguales a como siempre lo había hecho.

De igual manera, al parecer, aunque me vio temblar, y aunque me dijo palabras amables, no le preocupó para nada. Aunque al menos hubiera estado bien que ella adoptara una actitud extraña. La actitud de Asami era tan natural que se sentía anti-natural.

De cualquier manera, a comparación del desastre en que estaba hecha cuando empecé a trabajar, el turno transcurrió tranquilamente y terminé de hacerlo sin estrés. Probablemente, como me vio en ese estado, Yaguchi-san de ahora en adelante no hablaría más sobre lo sucedido hace tiempo.

Fue bondadoso de su parte que me ayudara con el trabajo. Como solamente lo había visto cuando estaba en su casa pasando el tiempo, al ver que cumplía con su trabajo con movimientos que parecían lentos, pero en realidad ágiles, me sentí asombrada.

Probablemente no había la necesidad de caer en la desesperación. Aunque sea un poco, ¿no estará bien imaginar que todo irá mejor de ahora en adelante? Mientras pensaba en eso, terminé de cambiarme de ropa y salí por la puerta trasera de la tienda de conveniencia.

Luego, justo cuando salí, una persona que estaba recargada en un poste de la línea telefónica me siguió con la mirada.

—Buen trabajo.

—Buen trabajo también…

Frente al poste de la línea telefónica estaba Yaguchi-san, quien estaba con su Smartphone.

—Espera.

—¿Pasa algo?

Los sentimientos que hasta hacía unos segundos eran positivos, se volvieron a como estaban antes. Habían pasado tres horas desde que Yaguchi-san había terminado su turno. ¿Me había estado esperando esas 3 horas? ¿Esperó en ese lugar las 3 horas o regresó para la hora que en que to saldría?

De cualquier forma, tenía el presentimiento de que no era para nada una buena situación. Cuando vio que me puse en alerta, Yaguchi-san se echó a reír.

—Oh, ¿no estaría bien que dejaras de poner esa cara tan aterrada? Creo que tuvimos relaciones muchas veces, ¿no?

—Por favor, deja de decir eso.

—Era extraño, Miyuki-chan, eras una niña que no oponía resistencia para nada, aunque eso me preocupaba.

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—…

Cuando dijo eso, de repente me dolió el pecho. Así fue. Cuando llegué a la casa de Yaguchi-san, ya estaba acostumbrada “a ese tipo de situaciones”. Estaba en una fase en la que ya estaba un poco más tranquila durante el acto, y parecía que me empezaba a sentir bien durante el mismo, quizá porque ya tenía más experiencia.

Yaguchi-san no tiene una mala apariencia. De hecho, creo que tiene un rostro bien proporcionado y un cuerpo bien constituido. Por esa razón, recuerdo que en ese tiempo pensaba “Qué bueno que me acepta físicamente”.

—Me asusté al encontrarme contigo en un lugar como este —dijo Yaguchi-san con una sonrisa.

— Aún… ¿sigues quedándote en la casa de alguien?

—…

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Como vio que no contesté nada, Yaguchi-san se rio irónicamente y asintió.

—Ya veo. ¿Sigues lejos de casa? Tienes carácter, ¿verdad?

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—Este… ¿Puedo regresar a casa?

—Es terrible que no tengamos una conversación para ponernos al corriente.

—No tengo nada en especial sobre lo que quiera hablar.

Después de responder concisamente, caminé rápidamente hacia adelante por un costado de Yaguchi- san. Quería irme de aquí lo antes posible, no, quería huir de Yaguchi-san.

—Espera, espera, espera.

Sin embargo, Yaguchi-san me tomó del brazo. Tenía una gran fuerza en sus brazos a pesar de ser relativamente delgados.

—¿Q… Qué pasa?

—Tengo curiosidad por la casa en la que te estás quedando ahora.

—¿Sí?

Le contesté con una pregunta, se rio ligeramente y volvió a hablar.

—Es por eso que quiero ir a la casa en la que Miyuki-chan se está quedando. De cualquier forma, como es la casa de un hombre, seguramente no hay nadie ahora, ¿no es así?

—¿Y a qué quieres ir?

—¡Solo quiero ir! ¡Solo quiero ir! Allí podremos hablar tranquilamente. Especialmente porque es nuestro reencuentro.

Después de decir eso, Yaguchi-san se rio como si fuera un niño. Era una imagen extraña para mí. No importa cuánto lo pensara, no era buena idea llevarlo.

—Es desagradable llevar a alguien sin el permiso del dueño de la casa.

—Bueno, ¿y si te dan permiso? No es algo por lo que hay que sentirse culpable. Seguramente lo tienes en tus contactos.

Me quedé perpleja por la respuesta de Yaguchi-san. ¿De verdad me estás diciendo que no hay nada porqué sentirse culpable por querer que te lleve a la casa? Si era así, entonces no tenía idea de cuál era su objetivo. ¿Por qué quería tanto hablar conmigo sobre el pasado? Él y yo no teníamos una relación tan estrecha.

Sacudí mi cabeza, no debía perder la compostura.

—De cualquier forma, es desagradable. Me voy a casa… con permiso.

Le dije adiós con la mano a Yaguchi-san y luego me di la vuelta. Caminé rápidamente para alejarme de él. De repente, se escuchó una voz fuerte por parte de Yaguchi-san a mi espalda.

—Te diré qué.

Aunque estaba bien si continuaba caminando y alejándome, me detuve. Me volteé y miré en dirección a Yaguchi-san. Yaguchi-san sonrió y luego dijo:

—Si me llevas a esa casa para hablar sobre los viejos tiempos, no le diré nada ni a Sami-chan ni al gerente.

Temblé. Obviamente, se trataba de una amenaza. Era una medida demasiado clásica, por lo que sabía que no era necesario responder directamente. Pero las palabras de Yaguchi-san hicieron que mi corazón latiera demasiado rápido.

—Si no te llevo… ¿Qué es lo que vas a hacer?

Cuando le pregunté esto a Yaguchi-san, este se rio irónicamente y luego se encogió de hombros.

—No me preguntarías eso si no lo supieras.

Me quedé sin palabras ante su respuesta. Él le hablaría a Asami y al gerente sobre lo que sucedió entre nosotros. Eso significaba que el lugar pacífico que finalmente había encontrado, colapsaría.

Probablemente, Asami me despreciaría si supiera que le he entregado mi cuerpo a un hombre que no conozco bien y que por alguna razón está en este lugar.

Además, si el gerente se enteraba, seguramente descubriría mi verdadera identidad y probablemente, en el peor de los casos, me entregaría a la policía. Y si se involucra la policía, ciertamente, perjudicaría a Yoshida-san.

Era absolutamente desagradable.

No podría pagar la deuda de gratitud por todo lo que me había ayudado, y solo tendría su resentimiento si no dejo que me hagan cosas. Apreté mi puño para reprimir el ruido de mi estómago y luego respiré profundamente.

—De verdad solo quieres ir, ¿cierto?

Cuando dije eso, Yaguchi-san, como un niño fácil de comprender, asintió con la cabeza con cierto brillo en su cara.

—¡De verdad! ¡En serio! Estaría bien poder hablar tranquilamente, eso es todo.





—Está bien que me ponga en contacto con el dueño, ¿verdad?

—Por supuesto. No tienes de qué preocuparte. Estarás desocupada para cuando esa persona regrese.

Mientras decía eso, Yaguchi-san dirigió su mirada hacia su Smartphone. Creo que estaba comprobando la hora.

—Si ese es el caso… solo será por poco tiempo.

—¡¿De verdad?! ¡Estoy feliz!

—¡Sin embargo!, por favor, mantenga su promesa.

—¡Por supuesto! Claro que sí.

Yaguchi-san sonrió, como si sinceramente estuviera feliz. Probablemente, ver una cara sonriente e ingenua como esa era agradable de ver generalmente, pero ante esta situación me pareció una locura, por lo que ni siquiera pude forzar una sonrisa.

Saqué mi teléfono inteligente y abrí la aplicación de mensajería. Abrí la pantalla de la conversación con Yoshida-san y, tan pronto como comencé a escribir un mensaje, inmediatamente me preocupó el contenido. ¿Qué es lo que debería escribirle para que no se preocupe y esté tranquilo?

Inmediatamente se me ocurrió escribirle “Llevaré a Asami a la casa”, pero eso era claramente una mentira. Si tengo la intención específica de mentir, estará bien si no lo contacto. Creo que será inofensivo si le escribo que se trata de un senpai del trabajo de medio tiempo. Mientras escribía el mensaje, me preocupaba más y más.

[Invitaré a casa a un senpai del trabajo. Regresará a casa antes de que Yoshida-san vuelva. Te estoy avisando para que no te preocupes mucho…]

Finalmente, ese texto fue el que le envié. Aunque le mande este mensaje de antemano, es bastante probable que Yoshida-san comience a preocuparse. Tenía la intención de evitar al máximo que se preocupara. Respiré profundamente y luego metí mi Smartphone en mi mochila de un solo hombro. Luego, volteé en dirección a Yaguchi-san.

—Ya terminé de contactarlo, así que vamos.

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—Eso fue rápido. Estoy ansioso.

Yaguchi-san, que estaba recargado en el poste de la línea telefónica dijo “Aquí vamos”. Mientras se levantaba, corrió brevemente y se acercó a mí hasta que se puso a mi lado.

—¿Nos tomamos de la mano?

—No me gusta.

Pareciendo de buen humor, Yaguchi-san caminó a mi lado y, mientras yo tenía un fuerte sentimiento de incertidumbre, caminé junto a él hacia la casa.

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