Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 3

Capítulo 1: Una Sospecha Ineludible: Suponga Que Encuentra A Alguien Parado Sobre Un Cadáver Sosteniendo Un Arma

Parte 1

Academia Militar Azami. Casa de aprendizaje, donde los jóvenes aspirantes se entrenaron día y noche.

En un descanso del entrenamiento, Riho se acercó a Lloyd para charlar. Riho tenía ojos estrechos y astutos y un brazo voluminoso de mithril que no encajaba en absoluto con su delgada constitución; todo sobre su villano a gritos.

Cuando una chica como ella se sentó junto a un chico de aspecto amable como Lloyd, parecía que estaba allí para asaltarlo.

“Yo, Lloyd, tengo una pregunta para ti”.

“Oh, por supuesto. ¿Qué?” Puso un marcador en la novela en la que estaba y miró hacia arriba.

“Lo siento, ¿estabas leyendo?”

“Oh, no te preocupes. Lo he leído tantas veces… Esta escena en particular es tan buena que básicamente la he memorizado”.

Riho miró la portada del libro y vio a algún tipo de soldado empuñando un arma antigua en la batalla. Era de tapa dura, pero Lloyd lo había leído tantas veces que las esquinas estaban raídas.

“¿Eso de un soldado viajando por el mundo y luchando contra ejércitos malvados?”

“Este libro me inspiró a convertirme en soldado. Básicamente es mi Biblia. Posiblemente una biblia infantil…”

Riho era propensa a burlarse de comentarios como ese, pero la sonrisa abierta y la entrega seria de Lloyd la hicieron sentir mal. Frotándose las mejillas sonrojadas para ocultar su vergüenza, decidió ir al grano.

“Entonces, eh, tenemos estas vacaciones cerca, ¿verdad? ¿Estarás libre de unirte a mí en algo?”

Parecía un poco tímida, pero la invitación fue incómoda para Lloyd de una manera totalmente diferente.

“Lo siento, uh, ya tengo un trabajo preparado”.

“¿Un trabajo? ¿Exterminando monstruos, o…?”

“No, no, si tratara de ayudar a exterminar monstruos, simplemente me interpondría en el camino de todos”.

“Cierto…”

Riho se mordió la lengua. La autoestima crónicamente baja de este chico no mejoraba realmente, y el contraste entre su percepción de sí mismo y sus habilidades reales era vertiginoso, ya que podía eliminar a un ejército promedio y a cualquier monstruo.

Pero Riho dejó pasar su comentario. ¿Qué más podía decirse en este momento?

“Entonces, ¿cuál es el trabajo?”

“No me han dicho mucho, pero ayudando en la cocina en una gran posada”.

Nadie negaría que este niño tenía los ingredientes de una gran ama de casa. Riho había visto de primera mano lo que podía hacer en una cocina.

“Oh, eso tiene sentido”, dijo, decepcionada.

“Y aquí pensé que podría enseñarte lo que hacen los adultos para divertirse”.

De repente, hubo un frío en el aire, y una chica rubia apareció detrás de ella.

“Bueno, hola a todos”, gruñó la niña.

Su nombre era Selen Hemein. Anteriormente conocida como la Princesa Maldita del Cinturón, había sido una especie de leyenda urbana en casa. Pero el cinturón que maldijo no se soltaría nunca había sido derrotado por el poder de Lloyd, lo que hizo que ella se obsesionara con él.

Siempre que tenían un día libre, ella aparecía para presionar alegremente a Lloyd a una cita… pero no esta vez.

“¿Qué pasa, señora? Por lo general, tiene los ojos muy abiertos y le ruega a Lloyd que salga con usted… ¿Está intentando un nuevo enfoque?” Riho adivinó.

“No… en realidad me han llamado a casa”.

“¿Y eso te tiene tan deprimida?”

Selen se despeinó frenéticamente su propio cabello.

“¡Unas verdaderas vacaciones! ¡Todos  mis planes para un viaje romántico a las aguas termales con Sir Lloyd, totalmente destruidos! Sin consideración por el trabajo que dediqué a la planificación, ¡por nada!”

El cinturón en sus caderas se retorcía con este arrebato emocional. El cinturón maldito era ahora un artefacto que controlaba a voluntad, lo que significaba que no se sabía qué haría si se enojaba.

“¿Ella ejecutó estos planes por ti, Lloyd?”

“No, primero he oído hablar de ellos”.

“Señora… parece que es usted la que no tiene consideración”.

Selen se había derrumbado en un lío lloroso y no estaba escuchando.

“Aah, ¿y si me dicen que no puedo volver?”

“Heh-heh-heh, entonces finalmente tendremos algo de paz y tranquilidad por aquí”.

“¡Me he preparado para lo peor! Pedí que me llevara algunas bombas de botella para poder convertir el lugar en un mar de fuego a la primera señal de problemas”.

“Eso definitivamente suena como tu peor idea hasta ahora”.

“Lo siento. Todo es porque acepté este trabajo… Agradezco su invitación, pero dudo que pueda aceptarlo”.

La amabilidad de Lloyd provocó una reacción aún más dramática de Selen. Aparentemente, sus palabras eran las únicas que sus oídos podían escuchar.

“¿Aprecias la invitación? Eso significa que definitivamente dirás que sí la próxima vez. ¡Y eso significa que estamos casi casados!”

El cerebro de Selen ya estaba produciendo más dulces sueños. Mientras estaba ocupada con su gimnasia mental, Riho negó con la cabeza.

“Un salto demasiado lejos, milady. El matrimonio no está en las cartas”.

“No, Riho, tu vibra ha cambiado de una manera sutil pero ominosa, así que necesito organizar una boda escopeta antes de que se manifieste esa amenaza”.

Gracias a los eventos en el Torneo de Hechicería de Estudiantes, Riho había comenzado a mirar a Lloyd desde una perspectiva diferente. Ella lo negó, pero…

“¡H-Hey! N-No bromees sobre… ”

Cara roja. Chisporroteo. Su débil respuesta fue un claro indicio.

“Has cambiado, Riho. Es como si estuvieras más linda ahora”, dijo Lloyd, dando el golpe final sin la menor idea del efecto que tendría.

“¡L-Lloyd, tú…!”

“Esto requiere medidas drásticas”, siseó Selen, irradiando hostilidad. Pero antes de que pudiera actuar…

“Mm.”

… alguien de repente puso a Lloyd en una llave de cabeza.

“¡Ph-Phyllo!”

Era Phyllo Quinone, una artista marcial que se había alistado recientemente. No era muy habladora, era una rubia alta con la constitución de una modelo cuya fuerza física rivalizaba con la de Lloyd. Ella era propensa a causar daños a la propiedad en cualquier momento.

Sin siquiera mover una ceja, envolvió sus brazos alrededor de Lloyd, apretándolo con fuerza contra su pecho.

“¡¿Qué estás haciendo?!”

“¡¿Cuál es la gran idea?!”

“No puedo ver a mi maestro durante las vacaciones… así que ahora estoy llenándome él”.

“¡¿Estás llenándote de qué?! ¿Y cuánto tiempo llevas escuchando?

“Invitar a salir a Lloyd es estresante, pero será mejor que lo haga antes de que Selen le pregunte. Bueno, no es una cita, solo… fortalecer nuestros lazos. No en una forma de citas, pero…”

“¡Eso es lo que me dije a mí misma justo después de que terminó la clase!” Riho gritó. ¿Qué tan de cerca la había estado siguiendo Phyllo?

Entonces se dio cuenta de que Selen la estaba mirando con expresión sombría.

“Rihoooo… ¡estabas totalmente tratando de engañarme! ¿Querías una cita con Sir Lloyd?”

“¡No! Y él ya me rechazó, de todos modos. ¡Así que no cuenta!”

“Estoy ayudando a mi hermana con su trabajo durante las vacaciones, así que no puedo pasar el rato… Qué triste”.

Una rara demostración de emoción de Phyllo, que sonaba tan abatida que todas las chicas bajaron la cabeza. Todos estaban enojados por Lloyd, ¿eh?

Justo cuando todas las chicas parecían estar listas para dirigirse a un velorio, un hombre bullicioso entró detrás de ellas. Con más de un metro ochenta de estatura, Allan era el paquete completo de guerreros y se había designado a sí mismo como alumno de Lloyd.

“¡Mala suerte, mercenaria! Pero no se preocupe. El mejor camino para tener una cita es preguntar repetidamente hasta que finalmente se agoten”.

“¿Por qué estás actuando como si supieras de lo que estás hablando…?,¡Y no le estaba pidiendo una cita! ¡Solo trato de mostrarle cómo se divierten los adultos!”

“¡¿Entonces estabas intentando inculcarle tus vicios?! Sir Lloyd, nunca vaya a ningún lado con esta dama. No se sabe a qué problemas podría conducir”.

Riho se encogió de hombros ante Allan.

“Gran charla, amigo. Estaba pensando en llevarlo al pasatiempo favorito de los ricos ociosos: un poco de deporte ecuestre. Entrena su ojo a la estética de la cosa”.

Ella se refería claramente a la pista de carreras. Allan simplemente negó con la cabeza.

“¿En serio, apostar? Menos mal que aceptaste ese trabajo, Lloyd. Yo mismo tengo planes, así que no habría estado presente para protegerte”.

“¿Qué planes tienes, Allan?” Preguntó Lloyd.

“Heh-heh.” El grandullón sonrió.

“Sé que, como estudiante tuyo, debería ayudarte con cualquier trabajo que hayas tomado… pero este era un deber que no podía eludir. Triste pero cierto.”

Sus fosas nasales se ensancharon. Claramente quería que le preguntaran a qué deber se refería.

“Entendido. Raro. Por favor, vete.”

“¡Eso es malo! ¡¿No tienes curiosidad?!”

“Claro, esa sonrisa es  realmente curiosa. Es curioso cómo tienes  el descaro de mostrarlo en público”.

“¡Eso es menos curioso que insensible! ¡Al menos podrías fingir interés en mis asuntos!”

“Um”, dijo Lloyd obedientemente. Este era un estudiante que exigía mucho a su maestro.

“Entonces, ¿qué estás haciendo durante las vacaciones?”

“¡Me alegro de que lo hayas preguntado, Lloyd!” Dijo Allan, aprovechando su momento. Se incorporó en toda su estatura, con expresión confiada.

“Verás, voy a conocer a una novia potencial”.

“Asqueroso. Por favor, vete”, dijo Riho de nuevo.

“Ningún interés en mis asuntos en absoluto, ¿eh?” Allan se enfurruñó, luciendo muy triste.

“No, no, no puedo dejar que todo lo que dice una marimacho se me meta debajo de la piel. No cuando soy tan atrapada, tengo mujeres pidiendo personalmente mi mano”.

Esto solo hizo que los ojos de Riho se estrecharan aún más.

“Pfft, seguro que estás dejando que esta novia potencial se te suba a la cabeza, Allan”.

“¡Ha! Di lo que quieras. Nadie hace estas solicitudes formales porque le gusta tu rostro; es una prueba de que te han considerado digno de su mano”.

“Con ese tipo de valor, ¿quién necesita dinero? Comparte algo de tu felicidad conmigo”, dijo Riho, deslizando su billetera.

“¡Hey! ¡Retrocede! ¡Eso no está bien!”

“¿Qué? ¡Eres un hombre digno! No necesitas una cara bonita o una billetera cargada”.

“¡Eso no significa que puedas vaciar mi billetera en la tuya!” Ambos tipos de valor eran importantes.

Mientras Riho rebuscaba en la billetera de Allan, Selen y Phyllo miraron por encima de sus hombros.

“Oh, hay un trébol de cuatro hojas aquí”.

“Como una niña”.

“¡Ya basta!” Allan se puso rojo como una remolacha. A pesar de su exterior fornido, tenía su lado femenino.

“Creo que últimamente ha sido un poco arrogante, así que deberíamos convertir esto en un trébol de tres hojas”.

“¡Dios, no lo hagas! ¡¿Tienes idea de cuánto tiempo estuve gateando por la orilla del río buscando eso?!”

Ignorando sus desesperados agarres, Riho se volvió hacia Lloyd.

“Entonces, Lloyd, dime tus números favoritos. Para futura referencia.”

“¡¿Vas a llevar mi billetera al hipódromo?!”

“Um… ¿cuatro, tres y siete?”

“¿Vas por el triplete?”

“¡Lloyd! ¡No le respondas! ¡Aunque fue muy amable de tu parte hacerlo!”

Los gritos de Allan resonaron por la habitación, pero los otros estudiantes apenas miraron en su dirección. Torturar a Allan se había convertido en una parte rutinaria de su día.

En ese momento, los cinco no tenían forma de saber que sus dispares planes para las vacaciones los unirían de la manera más sorprendente…

En su tienda en el Lado Este, donde actualmente residía Lloyd, Marie estaba disfrutando de una taza de té.

Marie era una quinceañera con anteojos que llevaba un sombrero puntiagudo y un vestido negro con elaborados adornos, los cuales la hacían parecer muy bruja. Daba la impresión de ser algo mayor que su edad real; había vivido su parte de las dificultades, transmitiendo la ilusión de madurez.