Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 13

Capítulo 1: Cruzando La Frontera

Parte 2

El grupo de Rio había llegado a la cima de la colina. Había 5.000 soldados antes que ellos, pero claramente no estaban seguros de cómo lidiar con su acercamiento. Había un malestar evidente entre las tropas, y como habían permitido que capturaran a Charles sin hacer nada, también había algo de culpa.

“Mirándolos ahora, realmente hay muchos…” dijo Christina mientras miraba a la masa de tropas a su alrededor.

Actualmente se encontraban en la frontera del Reino de Galarc, con el que su alianza se había vuelto completamente fría. También estaba relativamente cerca del dominio del Marqués Rodan, que la facción del Duque Hugonote usaba como cuartel general.

Era necesario asignar una cantidad adecuada de fuerza militar para la defensa, por lo que era fácil suponer que, para empezar, se había apostado un buen número de soldados cerca.

“Desplegaron tantos miembros del grupo de búsqueda como pudieron en barcos encantados, luego movilizaron a la mayoría de las tropas en las ciudades amuralladas. Hay aproximadamente 5.000 de ellos”, dijo Rui.

De hecho, si usaban barcos encantados, era posible trasladar a varios cientos de personas de Cleia en un día.

“Ya veo. Aun así, me sorprende que haya tanta fuerza militar asignada hacia la frontera. Deben ser conscientes de que a Galarc le parece un acto de provocación”. Christina volvió su mirada fría hacia Charles.

Una cosa sería si solo hubieran estacionado tropas en las ciudades amuralladas, pero tener un ejército tan grande en la frontera sería indudablemente visto como una provocación. Cualquiera supondría que se estaban preparando para invadir el otro reino.

Le habrían dado alguna explicación al Reino de Galarc cuando movilizaron a todas las tropas, pero no había nadie tan tonto como para creer nada en estas circunstancias. Mover a los soldados de este lado de la frontera haría que Galarc reuniera a las tropas de su lado, por lo que tenían que hacer que los soldados se retiraran lo antes posible para aclarar el malentendido. Además de eso, tendrían que reunirse con un representante de Galarc, explicar todo y disculparse.

“Hah, es demasiado tarde para eso. La relación entre Beltrum y Galarc se volvió inexistente hace mucho tiempo. Y fue gracias a esa estrategia que pudimos pillar a Su Alteza con la guardia baja. Haha,” se burló Charles, luciendo un poco engreído consigo mismo.

De hecho, el sentido común normalmente haría que eliminaran esa opción de la consideración, razón por la cual tomar dicha opción le había permitido a Charles burlar a Christina. En ese sentido, fue una estrategia audaz y atrevida, y astutamente eficaz.

“…”

La temperatura en la mirada de Christina bajó aún más. Las frías relaciones entre Beltrum y Galarc fueron causadas nada menos que por las medidas de la facción Arbour.

“Parece que te sientes bastante presumido, pero el que ideó esa estrategia no fuiste tú, sino Reiss, ¿no?” Rio de repente señaló. La misteriosa forma en que Reiss había actuado antes le había hecho llegar a esa conclusión.

“¡Qué…!” Los ojos de Charles se agrandaron en estado de shock.

“Parece que dio en el blanco”, murmuró Christina.

“¡Q-Que grosero! ¡Sir Reiss y yo pensamos juntos en este plan! ¡Y hubiera funcionado, si no fuera por ti…!” Charles gimió con la cara roja, mirando a Rio.

“Ya veo. Para el embajador del Imperio de Proxia, la relación entre Beltrum y Galarc solo sería a su favor. Por eso no le importaba el resultado. Estuviste siendo utilizado todo este tiempo, ¿eh?” Rio dijo con calma, eligiendo específicamente sus palabras para provocar a Charles.

Charles se quedó mudo de asombro, pero pronto se enfureció.

“Q-Qué…¡¿Qué acabas de decir, tú…?!”

Sin embargo, por un breve momento, hubo una expresión de incertidumbre en sus ojos.

Esperaba descubrir el objetivo de Reiss, pero a juzgar por su reacción, Charles tampoco sabrá nada útil, pensó Rio.

Había dejado atrás a Reiss antes porque no tenía un segundo que perder, pero no había forma de que pudiera volver atrás ahora, no es que Reiss todavía estaría allí si lo hiciera. Su única fuente de información era Charles, pero no parecía que fuera de mucha ayuda.

Eso significa que Reiss se ofreció a sí mismo como distracción mientras planeaba su propia derrota desde el principio. Es irritante cómo tiene una marca en nuestros movimientos cuando nosotros no tenemos una marca en los suyos. Está claramente por delante de nosotros en sigilo y exploración.

Si había algo que no había salido como lo planeó Reiss, fue el hecho de que Charles no pudo capturar a Christina mientras actuaba como señuelo.

¿O era posible que Reiss también hubiera predicho la derrota de Charles…?

“Pido disculpas por interrumpir”, le dijo Rio a Christina, descartando el tema como desesperado.

“No, yo también me estaba calentando un poco. Me he calmado gracias a ti. Deberíamos darnos prisa y hacer que los soldados regresen a sus ciudades”.

“Entonces iré a hablar con los soldados,” ofreció Rui.

“Eso sería genial… Tienes mi gratitud”, dijo Christina en agradecimiento.

Si bien probablemente podrían hacer algo con los soldados amenazando al oficial al mando Charles, no se sabía si todos cooperarían. Existía el temor de que las cosas pudieran complicarse si decían o exigían algo inapropiado.

En ese sentido, Rui no era un comandante, sino un héroe. Mientras los Seis Dioses Sabios se usaran políticamente como religión del estado, los soldados no tenían forma de tomar a la ligera las palabras de un discípulo de Dios. Tenía mucha más influencia que su orden de perseguir a Christina.

“Me iré, entonces.”

Rui caminó las últimas decenas de metros hasta el ejército que esperaba delante. Una vez que estuvo a diez metros, un oficial de alto rango salió corriendo del medio de las tropas para hablar con Rui. Rui miró hacia atrás para señalar a Rio y los demás mientras le explicaba las cosas al oficial.

Es decir, que habían sido completamente derrotados y Charles y Alfred habían sido hechos prisioneros. No tenían más remedio que despedir a Christina y su grupo, por lo que las tropas también deberían retirarse aquí.

Un solo espadachín había aniquilado a los caballeros y hechiceros de élite, abrumado al espadachín y héroe más fuerte del reino y dejó a 5,000 soldados asombrados, incapaces de hacer nada mientras veían cómo se llevaban a su comandante en jefe.

“Guh…”

Finalmente, aceptando la derrota sin precedentes como una realidad, el oficial comenzó a morderse el labio. Su cabeza definitivamente volaría a este ritmo. Sin embargo, varios minutos después de eso, Rui giró sobre sus talones y regresó a Río.

El oficial también estaba reuniendo a los soldados a su alrededor. Entonces, las tropas que bloqueaban la carretera de repente comenzaron a arremolinarse hacia los lados, creando un camino por el medio.

“Por favor adelante.”

Rui hizo un gesto hacia la colina una vez que regresó, animándolos a que se fueran.

“Muchas gracias”, dijo Christina con respeto.

“No te preocupes por eso”, Rui negó con la cabeza, luego gritó los nombres de los dos prisioneros.

“Charles, Alfred”.

“…”

Incapaz de decir nada por su amargura, Charles simplemente miró a Rui.

“¿Si?” Alfred respondió con calma.

“No sé cuánto podré hacer, pero puedes dejarme el resto a mí.  Me aseguraré de informar a los de la capital sobre lo que pasó aquí. Juro que no permitiré que nadie se haga responsable de sus vidas”, les dijo Rui a los dos.

“Guh…” Charles hizo una mueca.

“Por favor, hazlo,” Alfred inclinó la cabeza profundamente.

“Lo hare. Rezaré para que nos volvamos a encontrar algún día. Adiós,” le dijo Rui a Alfred.

“Ahora adelante”, presionó Vanessa a Alfred y Charles.

“Está bien”, asintió Alfred y comenzó a caminar. Charles parecía descontento por recibir órdenes, pero comenzó a caminar a regañadientes después de que Vanessa le dio un golpe en la espalda con su vaina.

Los dos tenían su esencia mágica sellada y esposados, por lo que no pudieron resistirse. Los soldados que se habían hecho a un lado para ellos los estaban mirando, haciendo aún más evidente su vergüenza. No había nada más humillante para Charles, que tenía mucho orgullo.

“Maldita sea… Maldita sea…” Murmuró Charles, mirando a los soldados que no lo salvaron antes de agachar la cabeza. Aumentó el paso, evitando temerosamente sus miradas. Sara, Christina, Celia, Kouta y Rei lo siguieron.

“Nos vemos, Kouta. Tú también cuídate, Saiki. Vamos a encontrarnos de nuevo,” Rui llamó a Kouta y Rei.

“Sí”, asintió Kouta, dando una breve respuesta.

“Hasta luego,” dijo Rei, agitando su mano ligeramente antes de seguir a Christina y los demás.

Rui luego llamó a Rio, quien estaba detrás de Kouta y Rei.

“Haruto”.

“¿Si?”

“¿Recuerdas lo que te dije cuando nos separamos en Galarc?”

“Si. En el jardín, ¿verdad?” Rio recordó su despedida con Rui en el castillo de Galarc.

Rui miró directamente a Rio.

“Si tenemos la oportunidad de encontrarnos de nuevo, me gustaría hablar con ustedes como amigos. No pudimos cumplir esa promesa esta vez, pero espero que podamos hacerlo la próxima vez”.

“Sí”, reconoció Rio de acuerdo.

“Ojalá podamos evitar volver a encontrarnos en el campo de batalla. No tengo suficientes vidas para enfrentarte cuando estás peleando en serio; si tenemos que pelear, preferiría estar del mismo lado”, bromeó Rui un poco, pero terminó sus palabras con seriedad.

“Yo tampoco querría pelear contigo de nuevo. Especialmente en combates de largo alcance… Tienes un brazo brillante para francotiradores”, dijo Rio en elogio.

“Sin embargo, al final no pude darte ni un solo tiro”.

“Si pudieras luchar desde la distancia sin ninguna molestia, el resultado puede haber sido diferente”.

“Lo dudo…” Rui cerró los ojos, luciendo inseguro. Luego levantó la cabeza y miró las espaldas de Kouta y Rei.

“Haruto, si Kouta y Saiki alguna vez están en problemas… Si no es demasiado problema, ¿podrías ayudarlos donde puedas? Son amigos míos importantes. Por eso me gustaría confiárselos a ti, alguien a quien considero un amigo importante que hice en este mundo. Si pudieras estar ahí para ellos cuando estén en un apuro, eso sería suficiente”.

“Entiendo. Si alguna vez están realmente en problemas, los ayudaré lo mejor que pueda”.

“Gracias… Aunque dudo que este sea el caso alguna vez, te juro que estaré ahí para ti si alguna vez también estás en problemas, como tu amigo”.

“Entonces, yo también.”

Los dos intercambiaron sonrisas amables. Rui no dijo nada más y comenzó a caminar en la dirección opuesta a Rio.

“¿Nos vamos?” Rio sonrió suavemente mientras hablaba con Orphia en sus brazos y Alma, que estaba sirviendo como retaguardia. Así, se pusieron en camino tras Celia y los demás.

***

Rio y los demás habían llegado a una fortaleza que actuaba como un puesto de control en el lado de Galarc de la carretera que conecta Beltrum y el Reino de Galarc. Por cierto, la ciudad amurallada que visitaron por última vez en el lado de Beltrum actuó como el último punto de control del Reino de Beltrum.

La puerta de la fortaleza que normalmente estaba abierta estaba firmemente cerrada y varios soldados esperaban frente a la puerta.

“¡Deténganse!” gritaron, claramente desconfiados de su acercamiento.

“Vamos a parar. Yo me ocuparé de esto”. Todos se detuvieron ante la orden de Rio.

Por cierto, todos excepto Celia se habían quitado los artefactos que cambiaban el cabello y se habían bajado las capuchas en el camino hacia aquí. Ahora que se habían librado del grupo de búsqueda, ya no había necesidad de los disfraces. Solo el disfraz de Celia no se pudo quitar porque su ex prometido, Charles, estaba cerca. Incluso si ella se revelara a él algún día, hacerlo ahora podría convertirse en un problema, así que mantuvo su disfraz.

Uno de los porteros los miró y preguntó con una mirada severa a Charles y Alfred:

“¿Quiénes sois? Esos dos de allí… ¿son caballeros de Beltrum?”

“Orphia, ¿puedo dejarte aquí?”

“Si.”

Rio bajó a Orphia del bolso nupcial en el que la tenía. Él secretamente había estado lanzando artes espirituales curativas mientras se movían, por lo que se había curado por completo hace mucho tiempo, pero no pudo encontrar la oportunidad adecuada para hablar mientras estaban en el camino. Cuando sus pies tocaron el suelo por primera vez en decenas de minutos, se veía un poco triste.

En cualquier caso, Rio caminó hacia los soldados que se les acercaban y les reveló su identidad.

“Mi nombre es Haruto Amakawa, caballero honorario del Reino de Galarc. Me gustaría solicitar acceso al reino a través del puesto de control, pero también deseo aclarar la situación que ocurrió en la frontera con el ejército de Beltrum. ¿Puedo hablar con la persona a cargo aquí?”

La expresión del soldado cambió de inmediato.

“¡¿El… el caballero honorario?! ¡Perdona mi insolencia! ¿Puedo ver alguna prueba de identidad?” preguntó respetuosamente.

“Tengo esta insignia que me ha otorgado Su Majestad. ¿Eso servirá?” Rio se echó hacia atrás su abrigo y se acercó aún más a los guardianes, mostrándoles la insignia que había puesto en su cuello.

“D-De hecho, este es el escudo de la familia real… ¡No hay problema en absoluto! Alguien a cargo saldrá pronto, así que por favor espere aquí un momento”, dijo el portero, tragando saliva con nerviosismo. Luego se volvió hacia su subordinado para darle una orden.

“Entra y explica inmediatamente la situación”.

“¡S-Sí señor!” El soldado que recibió la orden salió corriendo nervioso, entrando a la fortaleza por una pequeña puerta.

“Volveré con mis compañeros mientras tanto, entonces.” Rio giró sobre sus talones y regresó a donde estaban Celia y los demás, aproximadamente a diez metros del portero. Esperaron allí un rato.

“Oye, ¿es tan importante un caballero honorario? El capitán parecía muy nervioso por eso, pero ¿en qué se diferencia de un caballero normal?”

“¡Tonto! Un caballero honorario es igual a un conde en rango. Nuestras cabezas volarán si muestra alguna falta de respeto. Considéralos tan importantes”.

“C-Claro…”

Y así sucesivamente, los soldados se susurraban entre sí. Además, porque Celia, Sara, Orphia, Alma y Christina, todas jóvenes y adorables, estaban paradas en una fila…

“Dime, ¿alguna vez has visto chicas tan lindas antes?”

“No, nunca.”

“Tienen que ser mujeres nobles. Nacidas y criadas en mundos diferentes a los nuestros”.

“¡Hah! La nobleza debe ser asombrosa”.

Los soldados intercambiaron bromas entre sí, mirando con miradas de curiosidad casi reservadas. Varios minutos después, la puerta de la fortaleza comenzó a crujir lentamente.

“Parece que las conversaciones fueron bien”, dijo Rio mientras miraba hacia la puerta.

El hecho de que se abriera la puerta en lugar de la puerta pequeña era una buena señal.

Al final, tener un título es algo conveniente, eh…

La puerta se abrió lo suficiente para que se viera el interior de la fortaleza. Varias personas estaban paradas al otro lado: era la hija de la familia del Conde Cretia y la presidenta del Gremio Ricca, Liselotte Cretia.

“¿Liselotte…?” Rio parpadeó. Esta ubicación estaba ciertamente dentro del dominio del Duque Cretia, y bastante cerca de Amande, por lo que no era extraño que ella estuviera aquí, pensó.

Además de eso, justo al lado de Liselotte estaban Flora, el Duque Huguenot, Roanna y Sakata Hiroaki. Christina también vio a Flora; sus ojos se abrieron levemente, exponiendo su sorpresa. Lo mismo se aplicaba a Flora, y las dos se miraron con ojos ardientes, como amatistas.

“Flora…”

“¿Her… hermana…?”

Las dos hablaron lentamente, llamándose la una a la otra como para confirmar su presencia. Por lo tanto, la reunión de la primera y segunda princesas del Reino de Beltrum se había producido en un lugar inesperado.