Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 12

Capítulo 2: Second Score

Parte 4: Compañeros De La Sub Liga

“Tú… ¿Qué estás haciendo aquí?” ── En la casa de baños Gokigen en Kiyobashi──, murmuró incrédulo Oishi, de pie detrás del mostrador donde había estado reabasteciendo la caja registradora con pequeñas monedas hasta que la cara de un hombre apareció entre las cortinas de la puerta principal.

“¿Por qué estoy aquí? Para un baño, ¿Qué más?”

Con una sonrisa propia de un payaso, el hombre, Shoji Karako, contestó mientras se limpiaba la frente durante unos segundos más.

“Hoy he sudado bastante al derrotar a ese niño prodigio de la división 3-dan. Me vendría muy bien un baño caliente”

“¡¿Acabaste con Sota Kunugi?! ¡¿Tú?!”

“No hay necesidad de actuar tan sorprendido. Ginko- chan también lo golpeó”

“Esto es mucho para asimilarlo todo de una vez, aunque me cuesta creer que ese disco rayado que llamas estilo de juego funcione en realidad contra los jugadores más jóvenes en la línea de ascenso”

“Ese software de pinta de presagio sentó a su Ou en un Kin como si fuera su propia almohada para hacer ese extraño castillo, pero encontré una manera.”

“Esa es la estrategia de Futatsuzuka, lo que los fanáticos de Okito comenzaron a jugar…….”

Fue una nueva estrategia usada por primera vez por un joven jugador de Kanto, quien hizo la audaz afirmación de que llegó a la Sub Liga sólo practicando con software y así se ganó el apodo de Traductor.

En su núcleo, la estrategia giraba en torno a la construcción de formaciones defensivas rápidas y sorprendentemente fuertes, muy parecidas al estilo del Castillo de Mino, empleado por muchos jugadores Furibisha. Por lo tanto, eran los jugadores de Ibisha los que tenían que confiar en los sentidos del mundo para ganar. La mentalidad del Furibisha es que algunos malos intercambios son aceptables al principio siempre y cuando las piezas principales sean libres de moverse, se convirtió en algo sin valor y por lo tanto marcó el comienzo de una nueva era de estrategia defensiva.

── Esa nueva estrategia es la razón por la que abandoné Furibisha contra Okito en nuestra serie.

¡¿Ahora este tipo….?!

“De todos modos, el niño sigue siendo un niño, no importa cuánto talento tenga o lo bueno que sea con los ordenadores. Hay un montón de agujeros si sabes dónde mirar”

“¿Agujeros……?”

A pesar de ser llamado una de las Tres Coronas de Kansai junto con este hombre y el médico que supervisaba la terapia de Ginko, Kiyoshi Akashi, Mitsuru se sentía en desacuerdo con su antiguo compañero de la Sub Liga.

En términos de talento natural, Mitsuru era muy superior.

Incluso con esa reputación, Mitsuru luchó para vencer a Shoji en los enfrentamientos cara a cara. Era su némesis en todos los sentidos de la palabra.

── ¿Por qué mi mundanalidad nunca funcionó con este tipo……?

El Maestro Mundano encontraría secuencias que bordeaban las obras de arte para tomar la delantera durante la mitad del juego y aun así ser incapaz de romper las defensas finales cuando más importaba.

Ginko había agudizado sus propios sentidos mundanos bajo la tutela de Mitsuru. ¿Qué pasaría si esos dos chocaran……? La duda y la incertidumbre se filtraron en su corazón.

── ¿Es eso lo que está tratando de hacer? Llegar a Ginko sacudiendo a la gente alrededor……..

Por muy astuto y retorcido que fuera, podría muy bien hacer el truco.

Incluso si Ginko se puso en contra de Shoji, confió plenamente en Mitsuru. Sus palabras podían fácilmente influir en ella de una forma u otra. Sin embargo, lo que más le preocupaba era que la inesperada visita de Shoji le había sacudido hasta la médula.

“En serio, ¿por qué estás aquí? Nunca has sido de los que les dicen a todos y a su madre que golpeaste a un niño prodigio u estás feliz por ello. Estás aquí para reírte de mí por haber perdido mi título, ¿es eso?”

“De verdad, Mitsuru, ¿Por quién me tomas? ¡Estoy solo! Ser el único anciano de la Sub Liga no es fácil,

¿sabes? No hay nadie con quien hablar, así que vine a ver a mi viejo amigo”

“Oh, ¿Es eso cierto? Bueno, puedo ver los resultados en la página web de la división 3-dan, así que puedes ahorrarte el aliento. Ve a darte un chapuzón y vete a casa”

“¡Por supuesto, por supuesto! Tengo que preparar mi próxima partida, después de todo. Ah, antes de que me olvide…”

Shoji se tomó su tiempo, sacando cada palabra de la impactante verdad.

“Hay grandes planes en marcha para transmitir el último día de partidas por la red y la televisión. ¡Me encantaría que sintonizaras para animarme!”

“………… ¿Qué…Acabas de decir?”……

Mitsuru se quedó sin palabras. Su voz se agitó.

“Ginko-chan está en el instituto. Sota-kun es un niño de primaria. Hay leyes que los protegen de los medios de comunicación y nadie trataría de argumentar lo contrario. ¿Pero un viejo pedorro como yo? ¡Adelante y filma! Habrá cámaras por todo el estadio el último día”

“Cámaras en la arena exclusiva del 3-dan, y en el último día de  las partidas de la división… El Presidente Tsukimitsu nunca permitiría tal…”

“Todos los partidos se celebran en Kanto en el día final. Mi nuevo maestro, un ejecutivo de la junta de la asociación, ya ha dado luz verde. También ha sucedido antes. Hablando de Kanto, ese banco donde llorabas después de golpear el techo en la división 3-dan en la escuela secundaria sigue ahí”

“Lo sabía sin que me lo dijeras.”

Era su lugar reservado para fumar cuando estaba en Kanto. Aunque, ahora que había una habitación designada para fumar, él no lo usó más.

“Pásale   un   mensaje   a   nuestro   amigo   Kiyoshi,

¿Quieres? Dile que si está tan preocupado por Ginko-chan, debería venir él mismo a Tokio el último día. Será fácil mezclarse con todos los reporteros de alrededor”

“¡¿Tú…?!”

¿Cuánto sabes? Mitsuru se detuvo antes de terminar esa frase. No quería complicar la situación de Ginko revelando más información de la necesaria.

En lugar de eso, respondió con esta pregunta.

“¿Qué clase de vida llevaste después de retirarte?

¿Qué te hizo tirar tu orgullo de jugador de Shogi?”

El Maestro Mundano pidió esta nueva versión del hombre que había entrado en la Sub Liga el mismo año que él. Su tono no era tanto de enfado como de tristeza.

“¿Por qué odias tanto al Shogi?”

El Shoji Karako que Mitsuru conocía no tenía talento y era muy terco, pero eso sólo había demostrado su sincero amor por el deporte.

Tenía más orgullo como miembro de la Sub Liga de Kansai que nadie. Abrumadoramente a veces. Era un tradicionalista, hasta el punto de que se hubiera opuesto firmemente a cualquier presencia en los medios de comunicación.

“¿Qué clase de vida, preguntas?”

Comentó Shoji, con la sonrisa de un payaso pegada a su cara.

“Primero, yo era un conserje de las instalaciones”

“Sin un diploma de secundaria o calificaciones de cualquier tipo, las opciones de empleo disponibles para un hombre de 26 años que había pasado la mayor parte de su vida jugando Shogi se limitaban a trabajos de bajo salario y de trabajo físico”

“Luego trabajé en un restaurante a tiempo parcial, fui repartidor, guardia de seguridad, cuidé de los ancianos, hice telemarketing, pasé una temporada de cosecha viviendo en el lugar y  trabajé en los campos de coles. Incluso fui marinero de cubierta en un barco de pesca de arrastre. Se podría decir que hice todo aparte

del Shogi. Algunas cosas eran más legales que otras, también. Todo para poder vivir para ver el mañana”

“……”

“¿Alguna idea de cuáles fueron los más dolorosos?” “Cielos. ¿El trabajo pesado?”

“Aquellos en los que mis compañeros de trabajo siguieron con el Shogi…”

“……”

“Juré que no volvería a jugar al Shogi el día que me echaron de la Sub Liga. Cortar todo contacto con todos en el mundo del Shogi al mismo tiempo. Pero no se podía evitar si alguien lo mencionaba en el trabajo. El tema de los jugadores profesionales de Shogi surgiría de una forma u otra. Y cuando  lo hacía, otro cuchillo atravesaba mi corazón. Mis sueños de los viejos tiempos “Se rompieron una vez más.”

Shoji se mordió el labio mientras continuaba, escupiendo cada palabra como si fuera sangre.

Todo con una sonrisa.

“El Shogi mata a tantos como deja vivir. Como una de las personas que mató, lo odio. Lo odio con cada fibra de mi ser pero al final, el Shogi es todo lo que tengo. Incluso si me mata”

El hombre contó su regreso del infierno sin perder su sonrisa de payaso, dejando al descubierto  su relación de amor-odio con el Shogi.

“Aunque volviera a nacer, querría ser un jugador de Shogi. Volví a la Sub Liga porque me di cuenta de eso. No importa lo que la gente diga, no importa cuantas miradas engreídas tenga, estaré bien mientras   pueda   jugar   al   Shogi.   Redescubrí   la felicidad de sostener una pieza entre mis dedos porque no tenía nada más.”

Los dedos que agarraban las monedas para pagar la entrada temblaban.

Fue entonces cuando Mitsuru se dio cuenta.

Las manos suaves que había visto desde el otro lado del tablero tantas veces cuando jugaban en la Sub Liga se habían vuelto muy callosas.

“Sólo alguien que conoce una alegría aún mayor en el juego del Shogi que yo tiene una oportunidad contra mí ahora. Alguien que no se eche atrás, que siga luchando sin importar cuán sombrías sean sus oportunidades”

Mitsuru no sabía cuánto de esa declaración era verdad. Sólo que todas las cicatrices curadas y la piel áspera que cubría sus manos no estaban mintiendo.

Shoji podía contar que su historia había llevado a Mitsuru de vuelta, así que aligeró su tono y preguntó.

“En realidad, esas fueron sólo las segundas más dolorosas. ¿Alguna idea de qué fue lo peor?”

“………… No”

“No, no hay manera de que lo hagas, Mitsuru”

Con eso, Shoji Karako dejó las monedas en el mostrador y tarareó una melodía para sí mismo mientras entraba en el vestuario.