Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 11

Capítulo 3: Verdadera Cara de un Dios

Parte 3

El sol apenas comenzaba a inclinarse hacia el oeste alrededor del mediodía.

La calle principal de la ciudad estaba abarrotada de gente. Parecía que había más multitudes de semihumanos de todo tipo yendo y viniendo de lo habitual. Como para probar el punto, las personas de los barrios bajos se agruparon para terminar de comprar los suministros mínimos que podían pagar.

La escena de Calle Daedalus convirtiéndose en un campo de batalla con la aparición de monstruos armados todavía estaba fresca en sus mentes. Mientras el Gremio, la Familia Ganesha y la Familia Loki continuaban los trabajos de reconstrucción, los residentes del Distrito Laberinto habían recibido viviendas temporales en otros lugares hasta que se terminaron las reparaciones. Habían sido desalojados de los barrios bajos y continuaron con sus vidas en las calles principales.

Dicho esto, no era como si los residentes de la Calle Daedalus, mucho menos las personas que deambulaban por su camino, tuvieran caras con expresiones amargas o tristes. Se sintieron aliviados de que la amenaza de los monstruos en la superficie había desaparecido, restaurando un poco de paz en sus vidas.

Sí, todos estaban disfrutando de la paz. Nadie se había dado cuenta de la verdadera amenaza, la cuenta regresiva para la destrucción de la ciudad, que avanzaba lentamente.

—Pensar que Lord Dionysus era tan inestable cuando estaba en los cielos…; Lefiya susurró, mirando hacia la calle llena de sonrisas pero sin procesar realmente ninguna de ellas.

Debajo de una gran farola de piedra mágica, el pensamiento fragmentario pasó por sus labios y se fundió con el ruido de fondo. Recordando los comentarios de Hestia, ella comenzó a preguntarse, ¿La señorita Filvis sabe sobre esa historia …?

—Lo siento, Lefiya. ¿Te hice esperar?

—Ah … ¡Señorita Filvis!

La elfo en cuestión se abrió paso entre la multitud antes de aparecer frente a Lefiya.

—¿…? ¿Qué? ¿Paso algo?

—¡Ah! No, es nada; Lefiya le dirigió una sonrisa amarga, en lugar de ofrecer una explicación adecuada, cuando el incidente con Dionysus cruzó por su mente.

Sospechaba que sería un tema tabú para abordar con Filvis, una devota, y sabía que un elfo noble seguiría apoyando a su dios patrón, independientemente de su sórdido pasado.

—Siento mucho robarte algo de tu tiempo…

—No, yo también quería hablar contigo. Antes del comienzo de la operación de Knossos; Agregó Filvis en voz baja.

Ellas comenzaron a alejarse de la farola donde se habían encontrado. Después de que sus dioses habían terminado su reunión y Loki había regresado a la mansión, Lefiya había sido relevada de su deber como guardia. Había estado esperando hasta ahora a que Filvis terminara de llevar a Dionysus a su casa.

Aunque ella había sido la que invitó a Filvis, Lefiya no tenía ninguna razón en particular para invitarla a salir. Pero las cosas habían estado tan agitadas últimamente que no habían tenido muchas oportunidades de hablar. Lo que realmente quería era tener una conversación tranquila con Filvis por primera vez en mucho tiempo.

Ella sugirió ir a un café, pero Filvis sacudió la cabeza y se llevó a Lefiya con ella, saliendo de las calles y llegando a un punto alto donde podían pasar por alto el paisaje urbano. Sin nadie alrededor, no había preocupación de que alguien pudiera escuchar su conversación.

—Parece que simplemente se decidió que los otros miembros de la familia… que la totalidad de la Familia Dionysus participará en la operación.

—¿Es eso … entonces? … supongo que ese sería el caso; Lefiya asintió profundamente mientras Filvis contemplaba la ciudad.

Esta vez, la operación iba a necesitar mucho personal. A pesar de que sus capacidades de combate no comenzaron a compararse con las de la Familia Loki, era inevitable que la Familia Dionysus participara, basado solo en números. No sería solo Filvis sola como lo había sido en el pasado. Dionysus también hablaba en serio sobre esto.

—Lefiya … ¿te unirás a esta operación?

—¿…? Sí, por supuesto.

Filvis estaba de espaldas a su compañera elfo cuando Lefiya frunció el ceño.

Ella sentía un agudo sentido de déjà vu. Hace casi cuatro meses, le habían preguntado lo mismo cuando estaba haciendo su entrenamiento especial antes de la expedición. Fue entonces cuando Filvis le había enseñado Dio Grial. Y ahora—

——Lefiya, ¿Por qué no te vas de Orario?; Ella sugirió.

—¿Qué …?

—Hasta que termine esta operación, ve a algún lugar fuera de la ciudad, algún pueblo lejano, o incluso una aldea elfo estaría bien. Si no quieres ir sola, entonces me reuniré contigo. Prefiero no dejar de proteger a Lord Dionysus, pero puedo dejarlo en manos de los demás, incluido Aura, quien estará tomando parte de la operación. Y no debería ser un golpe muy serio para la Familia Loki si desapareces—

—¡E-espere! ¡Espere un momento, Señorita Filvis!; Lefiya había alzado su voz con un grito irregular sin darse cuenta.

Se inclinó hacia Filvis, que había estado hablando sin mirarla todo el tiempo.

—¡¿Por qué dices esto de repente?! Puede que no tenga tanto valor para contribuir, ¡pero nunca podría escapar cobardemente antes de la batalla decisiva! ¡Soy un elfo, una raza noble, después de todo!; Gritó, confundida por la repentina propuesta y comenzando a cuestionar los verdaderos motivos de Filvis.

Filvis se calló. Después de una breve pausa, se dio la vuelta.

—Vas a morir.

—¿Qué…?

—El ataque más reciente lo dejó perfectamente claro; Con una mirada crítica y puntiaguda, ella miró a Lefiya con total seriedad.

—¿Q-qué?; Tartamudeó, con el sudor en la frente. El comentario de Filvis comenzó a sonar como una campana.

Durante su primera expedición a Knossos, Lefiya había sido extremadamente imprudente. De hecho, había sido tan descuidada que Filvis, que había ido con ella, la había regañado en voz alta. Y después de eso, se había encontrado con Thanatos, el dios patrón del enemigo; se encontró rodeada; y luego se enfrentó a Gugalanna, un semi-espíritu toro. Para decirlo sin rodeos, no habría sido del todo extraño para ella haber sido asesinada. Filvis guardaba rencor por lo que había sucedido entonces. O tal vez estaba nerviosa por lo que presagiaba.

—Descuidas tus necesidades y estás dispuesta a sacrificarte.

—E-eso no es—

—No, lo sé. Definitivamente… terminarás cayendo en la desesperación; Reveló Filvis, declarando sus verdaderos sentimientos.

Lefiya podía escuchar un tono de súplica, de desesperación, en su voz.

—Por primera vez desde ese día … tenía miedo de perder algo. Pensé que solo tendría un vínculo con Lord Dionysus … pero estoy aterrorizada … de perderte.

Lefiya entendió que “ese día” significaba la pesadilla del piso 27.

Filvis había sido despreciada con el nombre tabú de Banshee, que se había congelado en su corazón. ¿Realmente se había vuelto tan apegada a ella?

—Por favor, Lefiya … ¿Podrías escuchar mi deseo?

Esto hizo inimaginablemente feliz a Lefiya—indescriptiblemente alegre. Frente a la mirada seria de Filvis, ella miró hacia abajo por un segundo.

Pero levantó la cabeza con una resolución inquebrantable.

—Lo siento, Señorita Filvis.

—…

—No huiré.

Los ojos color escarlata de Filvis se entrecerraron de tristeza. Sintiendo que le dolía el corazón, Lefiya abrió con fuerza sus propios ojos.

—Además … ¡Ese humano logró llegar a ser Nivel Cuatro!

—¿Eh …?

—¡Bell Cranell! ¡¡Bell Cranell!! ¡Obtuvo un nuevo título, confirmado para una misión de expedición! Incluso están diciendo cosas ridículas sobre él—en cómo es la estrella en ascenso de los aventureros. ¡Pero él no es para nada eso! ¡Él es más … más …! ¿¡Has escuchado los rumores, verdad!?

—Ah, sí…

—¡No estoy enojada por eso, obviamente! ¡Si le pidiera a Loki, estoy segura de que también podría subir a Nivel Cuatro! ¡No es como si hubiera sido superada por él! ¡Aunque él me alcanzó…! ¡P-pero la verdadera pelea comienza ahora!

—¿L-Lefiya …?

—¡Si! ¡Por eso no puedo escapar! ¡Ese humano no huyó, incluso se enfrentó a ese minotauro negro! ¡Estaba tan caliente, tan viva, tan sublime que era como un fuego ardiendo dentro de mí! ¡I-incluso yo podría hacer eso…! ¿O está diciendo que no crees que pueda lograr la misma hazaña que ese humano?

—Yo—yo no dije eso.

—¡Si lo intento! ¡Puedo hacerlo! ¡Te mostrare!; Aulló, cerrando los ojos con fuerza, apretando los puños mientras su rostro se ponía rojo brillante.

A mitad de su discurso, su ira o arrepentimiento o algo estalló dentro de ella, y no había forma de detenerla. Pero esos eran sus honestos pensamientos.

Filvis observó a su compañera elfo hirviendo de indignación mientras renovaba su resolución. Como la que había hecho la solicitud en primer lugar, ella comenzó a sudar fríamente.

—…Es por eso; Finalmente, las acaloradas emociones de Lefiya se enfriaron cuando se encontró con los ojos color escarlata de Filvis. —Apoyaré a los demás, como la Señorita Aiz. Enfrentaré el miedo y la desesperación… y los salvaré.

Ese era su orgullo como usuario de magia. Ella quería convertirse en la espada y el escudo para salvar a los aventureros que la protegían. Lo que Riveria y Aiz le habían enseñado se convirtió en el voto de Lefiya.

Ella rechazó el deseo de Filvis. La tímida maga ya no se encontraba por ningún lado. Al igual que cierto chico, la chica se había vuelto fuerte.

Una brisa pasó junto a ellas, haciendo que el cabello sedoso de color negro y los mechones amarillo dorado ondularan y se agitaran. El tiempo pasó sobre el punto más alto lejos del bullicio de la ciudad. Después de un rato, Filvis sonrió.

—Eres realmente egoísta, terca… noble elfo.

—Ah…

Era como si ya hubiera sabido cuál sería la respuesta de Lefiya. Era puro y, al mismo tiempo, vacío.

—Entonces te protegeré. No te dejaré morir—incluso si solo eres tú.

—Señorita Filvis …

—Incluso a costa de mi propia vida.

Fue un intercambio como el que habían tenido antes. Cuando Lefiya llegó a su propia conclusión, Filvis había hecho un voto. Lefiya estaba a punto de agregar que preferiría que ella no dijera algo con un tono ominoso, pero se detuvo. Ella reconoció en esos ojos escarlatas una determinación que no retrocedería. Igual que la suya.

Por eso Lefiya relajó su rostro y sonrió.

—Vamos a ganar. En esta batalla. Y volveremos a juntarnos… nosotras dos.

—…Sí. Hagamos nuestro mejor esfuerzo para que esto suceda; Respondió Filvis con su forma habitual, haciendo que intercambiaran sonrisas.

Debajo del cielo azul, ellas comenzaron a alejarse. Dejando atrás el lugar donde habían expresado sus resoluciones, avanzaron.

—Pero… ir fuera de la ciudad. Eso podría ser bueno.

—¿Qué?

Caminando juntas, Lefiya había hablado de repente. Ella le sonrió a Filvis, que parecía sorprendida por su comentario.

—Hemos estado peleando desde que te conocí. Después de que termine esta pelea, ¿por qué no nos vamos de viaje? ¿Solo nosotras dos?

—Lefiya…

—Si partimos, ¿qué tal una visita a mi pueblo natal? En poco tiempo, el Gran Árbol tendrá su corona de luz. Aparentemente, es exclusivo de Wishe Forest, y no podrás verlo en ninguna otra aldea. ¡Es tan hermoso! Es como si tuviera una corona de flores con brillantes destellos de luz esparcidos a su alrededor…

—… ¿Como las flores de cerezo? ¿En el Lejano Oriente?

—¡Si! ¡Incluso hay un jardín de flores que solo yo conozco! ¡Es increíblemente bonito! Vayamos juntas allí.

Ella estaba hablando de su hogar, Wishe Forest.

Sería maravilloso ver los tesoros de Lefiya juntas. Incluso si alguien hubiera encontrado su jardín secreto, no sería menos encantador. Y los recuerdos que debían dejar allí serían suyos— y solo de ellas.

Vamos a superar esta batalla y veámoslo. Eso era lo que Lefiya estaba ofreciendo.

—Sí…

Cuando Lefiya sonrió, Filvis tenía una sonrisa pura.

—Una vez que todo esté listo, nos iremos. Lo prometo.