Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 10

Interludio 2: Una Privada Conversación entre Dioses

—Monstruos inteligentes, ¿eh …?

—Así es. Son la raíz de nuestro problema actual y lo que Ouranos ha estado ocultando.

En la ubicación más alta de la ciudad, una discusión secreta estaba teniendo lugar donde nadie podía escucharlos.

En el piso más alto de Babel, cierto dios estaba visitando el castillo donde Freya recibía la atención.

Hermes se quedó allí, con el sombrero quitado y su cabello anaranjado balanceándose.

—¿Y qué hay con eso? ¿Cuál es su objetivo al compartir esa información conmigo? Era de noche.

Hermes le había contado a Freya la historia completa del incidente que arrastró a la ciudad al caos—así como la verdadera naturaleza de los monstruos armados. Además, la voluntad de Ouranos. Y la existencia de Knossos y el mal escondido en él y, además de todo eso, su relación con la Familia Loki.

Lo contó todo.

En respuesta, Freya reunió un “Humph”. Hubo algunas sorpresas, pero ella ya sabía mucho de lo que él había compartido. Y nada de eso le interesaba particularmente.

La Diosa de la Belleza estaba obsesionada con un niño.

Hasta el punto de que el destino de los monstruos armados y las intenciones de Ouranos eran triviales en comparación con él.

—Lady Freya, estoy ansioso por Bell.

Bell Cranell estaba cayendo en la ruina. Sus logros, sin duda, se estaban desmoronando, cayendo por las escaleras que había logrado subir. Estaba a punto de perder todo después de traicionar a los corazones de la gente, tal como un cierto héroe en otro lugar temiéndole que le sucediera.

Ese no era el final que Dios había querido.

—Tengo algunos planes, por supuesto, pero me gustaría pedir tu ayuda.

—…

—No quieres que esa luz blanca se derrumbe sobre algo tan sin sentido como la decepción, ¿verdad?

Tampoco era un desarrollo que ella hubiera deseado.

Al enfatizar sus objetivos compartidos, el dios de aspecto genial hizo su cortés pedido. La respuesta de Freya: —¿Has olvidado lo que me hiciste durante la disputa con Ishtar?

Llevaba una sonrisa que podría encantar los corazones de mil hombres. Pero la intención divina escondida detrás de ella estaba entrelazada con ira.

Al destruir a la Familia Ishtar, que se había conectado con los remanentes de The Evils, la Diosa de la Belleza se había visto obligada a bailar al ritmo de Hermes, y ella todavía no lo había perdonado por ese incidente.

Freya era del tipo que sonreía modestamente, y la cara de Hermes se crispó visiblemente cuando la vio sonriendo de oreja a oreja. Él rápidamente levantó las manos, indicando su rendición y retrocediendo.

Él no se disculpó, ni se explicó, ni reconoció su pecado. Pero hizo una simple solicitud.

—Entonces, espero que encuentres una manera de protegernos

Cuida el destino de ese chico. Y sea testigo de lo que he preparado para darle la vuelta a todo. Hermes lo dejó implícito sin decir nada.

—Tratas de decir que no quieres que haga nada.

—Si.

Él le devolvió la mirada y los ojos plateados de la diosa se clavaron en los ojos de color naranja. Hermes se inclinó deliberadamente.

—Si me crees y estás dispuesta a confiarme esto… me gustaría que me dieras la llave. Por primera vez en su conversación, Freya se estremeció. Ella levantó una ceja.

—Con la llave de Knossos … me ocuparé de los monstruos inteligentes. Y llevaré a ese chico nuevamente al papel de héroe.

—¿Que estas intentando hacer?

—Prepararé un escenario, uno donde el héroe pueda regresar. Freya contempló esto mientras Hermes seguía inclinado ante ella.

Cuando Ishtar fue enviada de regreso, Freya había protegido a uno de los seguidores de la diosa exiliada, Tammuz. Él había tenido la llave de Knossos, que ahora estaba bajo el control de Freya.

Entregárselo a Hermes cuando no se lo di a Loki … Si soy sincera, no confío en él … Pero si ese niño puede superarlo, entonces este lado podría ser …

Un escenario para el regreso de un héroe.

Una obra dramática preparada por un dios—o una farsa.

Con un firme control sobre la voluntad divina de Hermes, Freya decidió que este plan tenía el potencial de ser una prueba suficiente.

Y dejando a un lado los deseos del dios ante ella, esto satisfaría su propio deseo: podría ser posible para ella presenciar la gran escena. No era su voluntad divina, sino el ferviente deseo del niño de triunfar.

En ese caso, yo … Freya se dio cuenta de que sus instintos habían sido correctos cuando se negó a ceder ante Loki y se guardó la llave.

—Ottar. La llave.

—Mi lady; Repitió una cortante respuesta desde un rincón oscuro de la habitación.

Después de la breve pausa, el asistente boaz se acercó a Freya, sosteniendo respetuosamente un objeto mágico con el símbolo D grabado en él.

—Muy bien. Te lo daré.

Esa fue la decisión de la diosa—o su capricho. Sus efectos superarían en gran medida sus intenciones, y eventualmente agudizarían los caminos de ramificación de todos.

—Gracias, Lady Freya.

Hermes sonrió cuando Freya le entregó el Orbe Daedalus y luego se apresuró hacia la puerta de la habitación de la diosa, como si no quisiera perder más tiempo.

—Disculpe; Dijo él mientras salía de la habitación.

—…¿Hermes? Crees que lo sabes todo, pero debes tener cuidado. Trata de no tropezar, ¿de acuerdo?

La puerta se cerró detrás de él. El dios desapareció y Freya sonrió al darle una advertencia que no llegó a sus oídos.

De pie a su lado, Ottar le ofreció una respuesta.

—¿Por ti, mi lady?

—No por mí … por ese niño; Respondió ella mientras se acercaba a la ventana.

Fuera de la ventana gigantesca y sin costuras había un cielo gris y negro lleno de espesas nubes.

Ella lo miró fijamente.

—No necesito un héroe creado por un Dios. Estoy cansado de ellos.

Irónicamente, tenía el mismo tono que el “héroe hecho por el hombre” de un cierto Braver que había hablado antes.

—Quiero ver…No, el mundo mismo desea un héroe que nunca antes haya sido visto.

La diosa sonrió dulcemente, y sus ojos se entrecerraron, como si mirara algo en otra parte a la distancia, mientras se enganchaba el cabello detrás de la oreja.

—Para romper el estancamiento del reino de los mortales, necesitamos … un héroe herético que traicione a los dioses.

Su murmullo fue tragado por la oscuridad.