Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 6

Capítulo 3: Reino de la Amazonas

Parte 4

El sol, habiendo alcanzado su pico, ya había comenzado su descenso de la tarde hacia el horizonte occidental. Aiz, Lefiya y el resto de los grupos de reconocimiento se dirigían hacia el muelle.

No tenían que ir muy lejos del área de comercio con sus barcos comerciales, barcos de pasajeros y de pescadores para llegar al muelle pesquero de la Familia Njörðr. Los mercaderes y los viajeros vestidos con sus ropas extranjeras dieron paso a pescadores y mujeres, todos en su trabajo. Este tipo raro de familia, sin aventureros ni mercaderes, era todavía lo suficientemente novedoso para el grupo de chicas que no podían evitar escudriñar sus alrededores con asombro.

La mayoría de los arrástrelos no llevaban nada sobre sus amplios pechos o se ponían un juego de mangas cortas y pantalones largos. Todos se dedicaban a sus propios asuntos, desde el enano corpulento que pasaba con un pez increíblemente grande en su hombro hasta el grupo de hobbits manejando arpones y que actualmente maniobran su bote hacia el mar. Algunos trabajaban arduamente, arrastrando grandes redes llenas de peces de agua dulce y salada a la orilla— todo desde dodobases gigantes hasta camarones rojos brillantes—mientras que otros estaban asando sus peces capturados y almejas para una merienda. El olor a sal y el sonido del aceite reventando fueron suficientes para atraer a los ojos (y apetitos) de Lefiya y los demás mientras caminaban, ninguna de ellas había almorzado todavía.

Y entre todos los crujidos y el picoteo de la gente de mar que ingería su pescado recién capturado, divisaron a Tiona y Tione.

—¿Se-señorita Tiona? ¿Qué están haciendo ustedes dos?; Preguntó Lefiya, algo sorprendida.

—Me dio hambre al pedirles información a estas personas. Dijeron que también éramos libres de comer algo, siempre y cuando pagáramos, así que… ¡Aquí estamos!; Respondió Tiona, con la boca llena de suficiente pescado asado para rivalizar con los trabajadores de los alrededores.

Parece que la suerte de Tiona y Tione al recopilar información fue casi igual a la de Aiz y la de todas las demás. Los otros en su grupo, que ya habían comido hasta saciarse, estaban tomando un breve descanso.

—… ¿Cómo está…Tione?; Susurró Aiz discretamente mientras lanzaba una mirada a la Amazona en cuestión.

—Mmmn… todavía está un poco molesta, pero creo que estará bien. Nos aseguramos de mantenernos alejados de Kali y su equipo esta mañana, y la vigilé para asegurarme de que no se metiera en ningún problema.

La atmósfera alrededor de Tione había sido tensa desde la noche anterior, y los demás en su grupo, incluido la conejita Rakuta, habían encontrado difícil relajarse de verdad. Actualmente, Tione estaba ocultando su irritación con la comida, pidiendo por un segundo, tercero y cuarto plato—“Más”—con severas miradas lo bastante enormes como para provocar tartamudeo de sorpresa de sus compañeros de comida.

—Por lo general es ella quien me esté vigilando…; Tiona se rio con torpeza. Incluso ella podía ver la ironía en la inversión de roles.

—¿Que pasa contigo? ¿Estás bien?; Preguntó Aiz.

—¿Yo? ¡Estoy bien! Me conoces, pensar no es mi fuerte; Respondió la joven Amazona con su sonrisa habitual, casi como si fuera completamente indiferente a toda la situación. Tal vez solo fuera la imaginación de Aiz, pero algo sobre esa sonrisa inocente era diferente a lo usual—era tensa. Pero ella no estaba dispuesta a seguir presionando.

—Caray… ¡Estas chicas si que comen! ¡Incluso más que los aventureros! Supongo que los primeros niveles son realmente propios en su clase; dijo uno de los hombres particularmente atados que brincaba al ver a las dos hermanas meterse la cara con los otros pescadores alrededor de la parrilla. Era un hombre humano de casi dos metros de altura con una mata de pelo negro sobre sus ojos negro azabache. —¿Qué hay de esa pequeña y flaca cosa allí, eh? ¿La princesa de la espada? ¿Puede ella comer como ustedes dos?

—No, ella nunca come tanto como nosotras. Aunque realmente le gusta su Jyaga Maru Kun.

—¿Y tú eres…?; Aiz llevó sus ojos en dirección al joven.

—¿Yo? Soy Rod. El capitán de este barco; Se jactó Rod con calidez.

Aiz se quedó en silencio un momento mientras formulaba sus palabras. —Señor Rod, entonces…

¿Usted y los demás en su familia pescan mucho?

—Eso hacemos. Sobre todo en lo que somos buenos, de verdad. Pescamos en el lago, por supuesto, pero incluso hasta en el mar. Probablemente haya pasado más de mi vida en las olas que aquí en tierra.

La pesca lo era todo para la Familia Njörðr. Por más corpulentos que pudieran ser estos hombres del mar, ni ellos ni su deidad patrona tuvieron delirios de grandeza o ajustar cuentas con otras familias.

De hecho, parecían más una organización de pescadores que una verdadera familia.

—La mayoría de los hombres en esta ciudad crecen para ser pescadores. Supongo que es gracias a Skip Njörðr.

—¿Hay pescadores en el puerto que no pertenezcan a la Familia Njörðr?; Lefiya preguntó con curiosidad.

—Probablemente podrías si quisieras, pero nadie lo hace. Skip es un gran tipo, y su bendición es realmente útil. “Te da más fuerza que el arrastrero promedio;Respondió Rod, mirando hacia uno de los almacenes donde un delgado y joven humano estaba arrastrando alrededor de una red gigante por sí mismo. Sin duda, también se esculpió un estado en su espalda.

—Si tu objetivo es simplemente vivir de la pesca, lo harás mucho más rápido a los pies de Skip. E incluso si está navegando en alta mar, tendrá un momento mucho más fácil con su bendición, especialmente teniendo en cuenta la cantidad de monstruos que están al acecho; Explicó el capitan de la Familia Njörðr. En la época actual, incluso los pescadores necesitaban el poder del Falna, aunque solo fuera para darles una mejor oportunidad de defenderse. Fuera del océano y rodeado de agua, un hombre no tenía a nadie más que a sí mismo. —Y además, bueno… ¡Todos amamos a Skip Njörðr! Nos cuidó desde que estábamos a la altura de un pececito… y ha estado protegiendo esta ciudad durante siglos, desde la época de nuestros padres, e incluso de los padres de nuestros padres, que descansen en paz.

Njörðr había estado a cargo de la pesca en Meren durante tanto tiempo, ninguna otra familia había tratado de organizar sus propias cacerías de pesca—lo cual era una razón más por la que el control de la Familia Njörðr sobre la industria pesquera de la ciudad era tan fuerte. El amor, el respeto y la confianza que Rod y los otros pescadores tenían por su deidad patrona eran muy evidente en la intrépida sonrisa del capitán.

—¿Alguna vez has cazado monstruos a propósito, señor Rod?

—¿Hmm? ¡Ah… a veces! De vez en cuando, recibimos una solicitud de la gente de aquí entre las órdenes de pescado.

Entonces lo que la gente del pueblo les había dicho antes había sido correcto.

Los pescadores de aquí, con la ayuda del Falna, probablemente no tendrían problemas en tratar con tipos de monstruos que aparecieron en la superficie—debilitados por generaciones de cultivo y nunca habiendo pisado el verdadero Calabozo. Eran lo suficientemente fuertes como para sacar su parte justa de los piratas del mar, después de todo. El mismo Rod ya había alcanzado el Nivel 2, con los muchos años que pasó en el océano abierto y las innumerables batallas que había visto. Y por lo que Aiz pudo ver, había al menos algunos otros en el grupo, además de él, cuya fuerza podría fácilmente rivalizar con la de un aventurero de bajo nivel.

Mientras las cosas no se volvieran demasiado locas, ellos podrían ser capaces de lidiar con cualquier problema por sí mismos, es decir, las ocasiones en que se vieron obligados a enviar ayuda a Orario fueron pocas y distantes.

—En toda tu experiencia en el lago y el océano ¿Alguna vez viste… un monstruo grande de tipo flor?

—¿Te refieres a esa cosa de ayer? No pude verlo yo mismo, ya que recién llegué al puerto esta mañana, pero… ¿está segura de que esa cosa no era una serpiente acuática?; Preguntó Rod, entrelazando sus gruesos brazos.

Aiz y los demás asintieron.

Las cejas del capitán se fruncieron. De todos los pescadores, él era fácilmente el más familiarizado con la costa de Meren. —Tengo una idea. Lo he visto a menudo cuando estoy pescando en el lago y en el océano. Una cosa realmente larga, como una serpiente, casi… nadando en el agua debajo del barco…

—¡…!

—Incluso pensé que era una serpiente acuática al principio, pero…; Rod comenzó a pensar antes de acortar sus palabras y levantar rápidamente la cabeza. —Esta cosa de la que está hablando nunca nos ha atacado. ¡Ni una sola vez!

Él miró a su alrededor al resto de sus hombres, quienes todos asintieron en acuerdo, tanto por no haber sido atacados como por no haber visto bien a la criatura en cuestión.

El asombro cruzó las caras del grupo de chicas.

—¿…? Oye ¿Qué es esa pequeña bolsa que cuelga de tu cintura? Me he dado cuenta de que la mayoría de ustedes, los pescadores, tienen uno; Dijo Tiona de repente.

Es cierto, habia una bolsa similar—un poco más grande que la bolsa de un aventurero típico— atada alrededor de la cintura de cada pescador que caminaba por el muelle.

—¡Jo-Jo! Tienes buenos ojos, pequeña señorita; Rod se rio. Agarrando la bolsa, la sostuvo en alto para que el grupo la viera, casi como un niño mostrando su juguete favorito. —¡Aquí hay un polvo mágico! ¡Rocía un poco de esta belleza en el agua, y los monstruos no se acercarán!; Anunció orgulloso.

—¡¿Qué?!; Tiona (y el resto de las chicas) soltaron un grito. Desconcertada en cuanto a lo que podría haber dentro, ella tomó la bolsa de la mano del capitán y abrió la bolsa.

—¡Hey, hey, cuidado!

—¿Huh—? Bwwwwwooooaaaagh ¡Eso apesta!; Gritó ella, tambaleándose hacia atrás y alejándose del olor acre que salía de la bolsa.

Era lo suficientemente fuerte como para provocar gritos de disgusto de Aiz, Lefiya y las chicas A los alrededores, y todas se llevaron rápidamente las manos a la nariz.

—¡¿Por qué no dijiste algo?! ¡¿Qué es eso?!; Con lágrimas formándose en sus ojos, Tiona intentó mirar dentro de la bolsa. Los otros siguieron su ejemplo, haciendo todo lo posible por resistir el olor abrumador.

—¿Es carne cruda? Parece un montón de cosas diferentes, todo en polvo…

—¡Y ese color! ¡Me da cosas!

Rojos, amarillos, negros—toda la  variedad de polvos de diferentes colores parecían  estar mezclados, lo que casi parecía los restos desmenuzados de algo muerto cuando se combina con el olor rancio. La cara de Tiona se curvó sobre sí misma como una ciruela seca mientras observaba el misterioso polvo brillante.

—Un polvo que repele a los monstruos… No tenemos nada como esto en Orario, que yo sepa; Reflexionó Lefiya.

—¿Seguro que esto no atrae realmente a los monstruos? ¿Ya sabes, mezclarlo con un poco de sangre y carne, y tirarlo sobre el costado del bote como cebo para evitar que las cosas ataquen al bote en sí mismo?; Tiona hizo una pausa mientras el resto del grupo intercambiaba pensamientos similares detrás de ella.

Fiel a las palabras de Lefiya, este tipo de conveniente “repelente de monstruos” ciertamente no se puede encontrar en ninguna tienda en Orario. Aiz, sin embargo, conocía otro elemento con propiedades notablemente similares. Era algo de lo que había oído hablar de Bell, después de que él había huido al piso dieciocho durante su huida de una muerte segura. Una “bolsa apestosa” que un boticario de una familia aliada había batido por casualidad. La bolsa y su terrible olor repelente de monstruos fue lo que lo ayudó a él y su grupo a llegar al punto seguro con sus vidas a salvo.

Quizás este polvo delante de ellos ahora era el mismo.

Sin embargo… ¿Podría este olor realmente mantener a raya incluso a las bestias de tipo marino?

—Pero… escuchamos que esta cosa se inventó en Orario; Reflexionó Rod cuando la confusión cruzó su rostro y el de los otros pescadores.

—¡Si, sabes! Por eso… eso… Herseus … Persimmeus

… oh, como se llame …

—¿Perseo?

—¡Eso es! ¡Ella es la que lo inventó!

Si bien ciertamente parecía algo que el fabricante de artículos raros podía hacer… Lefiya y los demás se mostraron escépticas. Simplemente no podían entender el por qué, si tal elemento realmente existiera, nadie en Orario lo sabía.

—Erm… ¿De quién recibió exactamente este polvo, señor Rod?

—Del hombre grande, Papa Borg… jefe de la familia Murdock. Lo compró en la ciudad y nos lo entregó de forma gratuita. No solo a nosotros los pescadores sino a todos los barcos que pasan por Meren. Ha sido para siempre ahora. Ese viejo hace mucho por nosotros; Explicó Rod.

— Bueno… no puedo decir que sea perfecto, ya que todavía tenemos algunos ataques de saqueadores, pero ciertamente nos ayudó a evitar mucho daño excesivo a nuestros barcos. ¡Los barcos por aquí nunca navegan sin él!

¿Podría ser por eso que el barco de la Familia Kali fue atacado ayer…? Aiz pensó de inmediato.

Cada barco que atracaba en Meren, e incluso los barcos de pasajeros y veleros que a menudo pasaban por allí, tenían estas bolsas … pero la Familia Kali no lo haría, dado que esta era la primera vez que hacían puerto en la ciudad. Ellos no habrían sabido que el polvo incluso existía.

—…

Aiz le quitó la bolsa de polvo a Tiona y le metió la mano.

Recogió algo del colorido polvo brillante con sus dedos, dejando que cayera en cascada hacia su palma.

Mientras tanto, ella observaba, estudiando las partículas que caían y fluían.

—Hablando de… ¿Qué está pasando entre ustedes y esas amazonas, eh?

—… ¿Por qué? ¿Pasó algo?

—Ah, no, no, solo… nosotros y todos los demás en la ciudad estamos bastante aterrados de ellas

¡Puedes ver cuán fuertes son con solo mirar! Y luego marchan por el medio de la calle como si fueran las dueñas del lugar…

Rod explicó mientras se rascaba la nuca. Por extraña coincidencia, la conversación giró en torno a la Familia Kali, similar a lo que le había sucedido a Riveria durante su visita al Gremio.

“¡Sí, dan miedo!” “¡Todas ellas son salvajes!”, Agregaron rápidamente los otros pescadores cuando Tiona se quedó en silencio. Los llamamientos de ojos llorosos de los hombres corpulentos fueron suficientes para llamar la atención de Aiz y las demás.

—…

Mientras tanto, Tione se encontraba a poca distancia del grupo, concentrada en la dirección de la ciudad.

La conversación, sin embargo, no duró mucho más.

——¡Rod!¡Tenemos problemas!; Gritó un arrastrero semi-humano al salir corriendo hacia el muelle. Antes de que alguien pudiera preguntar qué sucedía, él continuó con su histérica perorata. —Esas damas amazónicas están causando un gran alboroto en la carretera principal.

¡Uno de ellos tiene a Mark!

De repente, todo el muelle se hundió en pánico.

A medida que el color desaparecía de las caras de Rod y de los otros pescadores, Aiz y su grupo se encontraron lanzados en un bucle.

Sin embargo, en medio del clamor del edificio, Tiona fue la única que escudriñó rápidamente el área alrededor de ellos.

—¡Demonios—!; Ella siseó en voz baja.

Momentos más tarde, Aiz también se dio cuenta de la causa de su alarma.

—¡¿Señorita Tiona, señorita Aiz, su… sucede algo?!; Lefiya preguntó vacilante.

—Tione se ha ido.

—¡Salió disparada!

Aiz y Tiona respondieron al mismo tiempo.

Antes  de  que  Lefiya  y  las  otras  chicas  pudieran expresar  su  sorpresa,  las  dos  se  fueron, alejándose del muelle.

—¡Lefiya! ¡Trae a Loki! ¡Debería estar en el almacén cercano!

—¡Adelantémonos!

Las dos aventureras de primer nivel se voltearon mientras corrían tan rápido como les daba las piernas. A pesar de que la conmoción se construyó detrás de ellas, ellas mantuvieron la vista puesta en la ciudad.