Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 11

Capítulo 1: La Invitación Del Señor De Los Demonios

Parte 6

Shea había estado vigilando a las apóstoles que de repente dejaron de moverse, pero en el momento en que la luz se desvaneció, se dirigió a Hajime y a Yue. Y cuando vio la mano de Yue saliendo de la espalda de Hajime, su mandíbula se abrió.

Hajime usó instantáneamente una onda expansiva de maná para intentar empujar a Yue hacia atrás. Sabía que mientras una entidad desconocida la poseyera, no podía permitirse permanecer cerca. Sin embargo, no fue capaz de dar más que un paso antes…

“Te ordeno en nombre de Ehit… Deja de moverte.”

“¿Qué?”

Hajime parpadeó confundido mientras su cuerpo se sometía a la orden de Yue. Sentía como si todos sus nervios hubieran sido cortados de su cerebro.

Yue, o mejor dicho, Ehit, le sonrió dulcemente.

Hajime conocía esa sonrisa. No era la sonrisa habitual de Yue, pero la había visto una vez antes. Era la misma sonrisa que había visto en la estatua de Ehit en la catedral principal, cuando fue convocado por primera vez a Tortus. La sonrisa era tan repulsiva como la recordaba.

Ehit casualmente sacó su brazo del estómago de Hajime y una fuente de sangre brotó del agujero. Mientras Ehit se bañaba en la sangre de Hajime, se llevó la mano a los labios y se lamió.

“Ya veo. Este es el placer que un vampiro siente al beber sangre. Debo decir que esto es algo muy especial. Había planeado hacerte sufrir una muerte agonizante, pero tal vez debería mantenerte cerca por tu sangre en su lugar”, dijo Ehit con una mueca de desprecio.

“¡RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!” Hajime gritó, exprimiendo hasta el último gramo de fuerza de su cuerpo. Se derramó más sangre de la herida abierta en su estómago, pero no parecía importarle. Su maná brillaba con un carmesí brillante mientras llevaba al límite su hechizo de [Sobrecarga]. Un segundo después, hubo un fuerte chasquido y Hajime recuperó su libertad. Rápidamente retrocedió y apuntó a Donner hacia Ehit. Sabía que el cuerpo de Yue era inmortal, así que su prioridad era contener a Ehit, no hacerle daño.

“Tch…”

Sin embargo, las balas mejoradas de Hajime no alcanzaron su objetivo. Aunque tenían suficiente fuerza para atravesar las armaduras de las apóstoles, se detuvieron a centímetros de la cara de Ehit.

“Vaya vaya, no pensé que fueras capaz de liberarte de mi [Edicto Divino] (Divine Edict). Supongo que debería haber esperado eso de un irregular. ¡[Juicio del Señor del Trueno]! (Thunderlord’s Judgment)”

Veinticuatro esferas de rayos aparecieron alrededor de Hajime. Se unieron en gruesos pilares, encajonándolo por todos lados. Ya había experimentado este hechizo una vez antes cuando se enfrentó a la hidra en el fondo del gran Laberinto de Orcus. Sin embargo, la versión de Ehit de este hechizo era mucho más fuerte y rápida.

El relámpago fue lo suficientemente brillante como para cegar a todos los que estaban en el salón del trono. Y un segundo después, un estruendoso rugido dividió los tímpanos de todos.

Shea, que había estado ocupada esquivando los ataques de las apóstoles, y Tio, que se había visto obligado a cancelar su transformación después de sufrir demasiado daño, fueron sorprendidas por las ondas de choque del hechizo.

Aún así, instantáneamente se recuperaron y corrieron hacia Hajime.

“¡Hajime-san!”

“¡Maestro!”

“¡Hajime-kun!”

Kaori retiró su barrera y empezó a correr hacia Hajime también. Desafortunadamente, la corriente eléctrica alrededor del punto de impacto era tan fuerte que nadie pudo acercarse.

Cuando el rayo se desvaneció, la humeante figura de Hajime se hizo visible de nuevo. Sus Cross Bits habían sido aplastados con la magia de la gravedad, y su cuerpo brillaba débilmente gracias a su [Piel de Diamante]. Era difícil de creer que alguien pudiera haber sobrevivido a una explosión tan poderosa, pero Hajime seguía en pie. El uso de [Sobrecarga] había aumentado sus defensas lo suficiente como para salvar su vida y mantenerlo consciente. Su cuerpo estaba cubierto de quemaduras, pero apretaba los dientes y miraba a Ehit con un odio ardiente.

“Sabía que lo soportarías, Irregular. Pero imagino que tus reflejos deben estar adormecidos después de sufrir tanto daño. [Fisura de vacío]”

Los instintos de Hajime le gritaron que corriera, pero la electricidad había paralizado momentáneamente sus reflejos.

Por supuesto, se recuperaron en un instante, pero ese breve retraso resultó fatal. El espacio alrededor de Hajime se deformó, y se dio cuenta de que no quedaba ningún sitio al que correr. Maldiciendo, activó [Piel de Diamante] una vez más.

Un segundo después, las explosiones espaciales lo atacaron por todos lados.

“¡Gaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”

La fuerza de una [Fisura de vacío] concentrada era inmensa. La [Piel de Diamante] de Hajime se rompió en segundos, y sus huesos comenzaron a agrietarse. Sus piernas cedieron, y se vio obligado a arrodillarse. Todos los hechizos que Ehit estaba usando eran los que Yue tenía en su arsenal, pero eran mucho más fuertes que cuando Yue los lanzaba.

“¡Eres mío!”

“¡Aléjate de Hajime-kun!”

“¿Cómo te atreves a usar el cuerpo de Yue y su magia para dañar al Maestro… ¡Acabaré contigo!”

Enfurecidos, Shea, Kaori, y Tio atacaron a Ehit. Pero no llegaron muy lejos antes de que él los detuviera en su camino.

“Les ordeno en nombre de Ehit… ¡Genuflexión!”

“¡Ah!”

“¿¡Kyaaaaaa!?”

“¿¡Nuwoooh!?”

Esa palabra los obligó a los tres a aterrizar por algún poder invisible.

“[Advenimiento Bestial] (Bestial Advent)”.

El suelo alrededor de Shea y los otros se elevaron, transformándose en una manada de lobos de piedra. Los lobos sujetaron a las tres chicas con sus extremidades, asegurándose de que no se movieran. Shea y los demás hicieron una mueca mientras las garras de los lobos rastrillaban sus hombros y espaldas.

“Voy a volar todo esto para…”

Kaori trató de desatar un aluvión de plumas de desintegración. Pero antes de que pudiera, Ehit dijo, “Te ordeno en nombre de Ehit… que dejes de funcionar”.

“Ah…”

A la orden de Ehit, la luz se drenó de los ojos de Kaori y su cuerpo se volvió blando. Sus espadas gemelas se clavaron en el suelo y se quedó inmóvil como una muñeca.

Viendo a sus camaradas impotentes, Hajime lanzó un rugido bestial. La sangre se derramó de su boca y su cuerpo estaba claramente al límite, pero se puso en pie de todos modos.

Sin embargo, Ehit no se sintió ni un poco amenazado por su acto feroz.

“Te ordeno en nombre de Ehit… sé crucificado”.

El espacio sobre Hajime se retorció en forma de cruz. La cruz que Ehit había creado del propio espacio parecía perfectamente transparente, como si estuviera hecha de cristal. A pesar de su frágil apariencia, sin embargo, era bastante mortal.

“¡Gaaah!”

La cruz cayó sobre Hajime, forzándolo a volver al suelo. Se acostó en un charco de su propia sangre mientras la presión agravaba sus heridas y le hacía sangrar más rápido. La cruz que lo presionaba era como su lápida.

Suzu creó rápidamente un camino en forma de cúpula hecho de barreras para Shizuku y Ryutarou.

“¡Ayuden a Nagumo-kun, chicos!”

“¡Nagumo-kun, Kaori!”

“¿¡Qué coño está pasando aquí!?”

Los familiares de Suzu habían estado tratando de atacar a los soldados no-muertos de Eri usando tácticas de golpear y correr, pero poco a poco fueron siendo abrumados. Su lucha estaba a una distancia justa de Hajime y los otros, así que Shizuku y Ryutarou estaban preocupados por dejarla sola. Sin embargo, estaba claro que Hajime y Kaori estaban en una situación desesperada, y necesitaban toda la ayuda posible.

Sin embargo, Ehit no les permitió acercarse.

“Les ordeno en nombre de Ehit… contemplen visiones de su muerte.”

“¿¡Ah!?”

“Ngh…”

“¡Hiiiiiiii!”

Shizuku, Ryutarou, e incluso los rostros de Suzu palidecieron y se arrugaron hasta el suelo. Un segundo después, empezaron a darse palmaditas en el cuello, las piernas y el pecho con manos temblorosas.

Gracias a la orden de Ehit, vieron visiones de sus cuellos siendo cortados o sus corazones siendo atravesados. Desafortunadamente, confirmar que sus cuerpos aún estaban enteros no les trajo ningún alivio. Parecía que habían perdido el sentido del tacto por completo y eran incapaces de distinguir la ilusión de la realidad.

“Hmmm. Este cuerpo es bastante impresionante. Servirá como el recipiente más adecuado para mí.”

Hajime y los demás habían sido derrotados con una facilidad espantosa.

Pareciendo satisfecho, Ehit flexionó experimentalmente sus dedos y dijo, “Gracias por liberar mi recipiente elegido, Irregular”.

“Ngh… Gah.”

Ehit se acercó a Hajime, con sus botas golpeando fuertemente contra el suelo de mármol.

Hajime intentó manipular remotamente sus Cross Bits, pero estaban bajo tanta presión de la gravedad que no podían moverse. Al darse la vuelta, vio que las Cross Bits que habían protegido a Myu y Remia también habían sido desactivadas. Había lágrimas en los ojos de Myu, mientras Remia la abrazaba con puro terror en su cara. Aiko y los otros habían tratado de ayudar a Hajime también, pero habían sido detenidos por un muro de apóstoles.

Hajime intentó sacar un gran número de explosivos de su Tesoro y volarlos. Confiaba en que podría usar [Piel de Diamante] para proteger sus signos vitales, y mientras estuviera vivo de alguna forma, la Ambrosía sería capaz de curarlo. Desafortunadamente, Ehit predijo las acciones de Hajime y chasqueó sus dedos en el momento en que abrió su Tesoro.

El anillo del dedo de Hajime desapareció y apareció un segundo después en la palma de Ehit. Y se le unieron varios otros anillos similares. A saber, los que están conectados a Shea y a los otros tesoros. Ehit se las arregló para teletransportar los anillos de todos con precisión sin abrir ningún portal.

Eso no era todo. Un momento después, Donner, Schlag, Orkan, el escudo de Hajime, sus Cross Bits, Drucken, la katana de Shizuku, los abanicos de Suzu, y todos los demás artefactos que Hajime había creado empezaron a orbitar alrededor de Ehit.

“Estos son algunos artefactos espléndidos. Las cosas que tienes dentro de estos anillos son bastante intrigantes también. El mundo del que vienes debe ser un lugar interesante.”

Ehit cerró su puño alrededor de los anillos. Y después de hacerlo, su mano comenzó a brillar, y cuando la abrió de nuevo los anillos habían sido aplastados.

“Me he cansado de jugar con este mundo. Me habría ido antes, pero viajar por los mundos como una mera alma es bastante difícil. Pero ahora que tengo este maravilloso recipiente, debería poder disfrutar en otro lugar.”

Riéndose, los labios de Ehit se enroscaron en una sonrisa que Yue nunca haría. Inclinó su mano, dejando que los restos de Hajime y los Tesoros escondidos de los demás cayeran al suelo. Pero antes de llegar a él, se convirtieron en motas de luz y desaparecieron.

Los objetos almacenados no aparecieron, así que Hajime asumió que Ehit también los había destruido. Sólo pudo ver con rabia impotente cómo Ehit destruía el resto de sus artefactos uno a uno.

“Oh, casi lo olvido.”

Ehit se volvió hacia el brazo protésico de Hajime, su expresión dejaba claro que no lo había olvidado ni un segundo. Chasqueó los dedos de nuevo, y el brazo se desmoronó también. Hajime gritó de dolor cuando los nervios de la prótesis que había creado para ayudarle a controlar mejor el brazo se destruyeron con él. Con eso, había perdido todos y cada uno de sus artefactos.

Sintiendo que la batalla había terminado, Alva y Freid corrieron hacia Ehit y cayeron de rodillas.

“Fue un honor estar presente en su llegada a este plano.”

“Me siento profundamente honrado de estar en su presencia, mi Lord.”

“Mhm. Bien hecho, ustedes dos.”

Superados por la alegría, los dos comenzaron a llorar. Por otro lado, Shea y los otros se hundieron en las profundidades de la desesperación. Las expresiones de Yue eran apagadas, pero siempre tenía una mirada gentil a su alrededor. Ahora, sin embargo, su cara se retorcía en una sonrisa altiva.

“Graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah… [Transmutar]!”

“¿Hm?”

Chispas carmesíes corrían por el suelo alrededor de Hajime, haciendo que se hundiera un poco.

“Realmente no sabes cuando rendirte, ¿verdad? Una persona normal ya habría muerto. Hmm, quizás debería haberte elegido como mi recipiente. Me apresuré un poco cuando me enteré de que el recipiente que originalmente planeaba tomar había sido finalmente redescubierto después de trescientos años. Por otra parte, este cuerpo sigue siendo mucho más adecuado para la magia que el tuyo”.

Como Hajime estaba siendo retenido desde arriba, esperaba transmutar el suelo y escapar desde abajo.

“Te ordeno en nombre de Ehit… que te quedes quieto.”

Las chispas carmesíes comenzaron a desvanecerse, y el suelo dejó de hundirse.

“¡Todavía no ha terminado!”

Y aún así, Hajime se negó a rendirse. Con una determinación impía, una vez más enfocó su maná. Las chispas que se desvanecían se les concedió una vida renovada mientras luchaba contra el mando de Ehit.

“Oho… Pensar que podrías resistir mis [Edictos Divinos] hasta tal punto.”

“¡UWOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!”

El suelo comenzó a hundirse una vez más. Además, el área que debería haber estado fuera del rango de Transmutación efectiva de Hajime empezó a agrietarse.

Un bajo estruendo comenzó a llenar la habitación. El maná de Hajime empezó a palpitar como un latido, y con cada pulso, se hacía más fuerte. Bajo su flequillo manchado de sangre, los ojos de Hajime brillaban con una resolución indomable. A pesar de lo desesperada que era la situación, aún no se había rendido. Era como si ni siquiera supiera el significado de la desesperación.

Momentos después, pareció que Hajime logró superar alguna barrera invisible y gritó: “Transmutaaaaaaaaaaaaaaaaar!”

Su maná carmesí se volvió más vibrante que nunca, y su luz se extendió por toda la habitación.

Una espada brillante se elevó del suelo, al igual que varias esferas flotantes, cada una de cinco centímetros de diámetro.

“¡Mi señor!”

“¿¡Por qué no te mueres ya, maldito Irregular!?”

Aunque estaba al borde de la muerte, las fuerzas de Hajime fueron suficientes para asustar a Alva y Freid. Rápidamente se lanzaron hacia delante para acabar con él.

Pero Ehit simplemente extendió una mano para detenerlos y murmuró: “Así que has conseguido superar tus límites una vez más. No puedo creer que hayas logrado imbuir instantáneamente tus creaciones de magia antigua… Supongo que esto significa que has trascendido los límites de tu propio talento. Esa es una habilidad bastante rara”.

La espada que Hajime había creado podía atravesar el espacio, mientras que las esferas estaban encantadas con magia de la gravedad súper comprimida. También había sido capaz de crear algo similar a los gólems lobo que Ehit había hecho con una combinación de magia de espíritu y magia de metamorfosis.

Hasta ahora, Hajime no había sido capaz de hacer algo así.

Dicho esto, todavía no era suficiente.

“Es realmente una pena perder una muestra tan valiosa. Sin embargo, necesitas aprender tu lugar.”

Ehit emitió una tenue luz plateada, luego habló con una voz que goteaba de poder y dijo, “Te ordeno en nombre de Ehitruje… ¡Desaparece!”

“Ngh. ¡Maldita seaaaaaaaaaaaaaaaa!”

Una fuerza inviolable comenzó a imprimir su voluntad en el mundo mismo. De acuerdo con la orden de Ehit, los nuevos artefactos que Hajime había creado comenzaron a romperse. Su luz plateada también empezó a invadir las chispas carmesíes de Hajime, pero se negaron a desaparecer. Aunque su brillo se desvaneció, Hajime continuó resistiendo con todas sus fuerzas.

“¿Todavía no te has rendido? ¿Cuánta desesperación debo infligirte antes de que aceptes tu destino?”

“¡Por supuesto que no me he rendido! ¡Voy a asesinarte y recuperar a Yue! ¡No me detendré hasta entonces!”

“Eh, ¿en serio, justo ahora? Entonces supongo que será mejor que acabe contigo para siempre. Ahora entiendo por qué mi comando no te mató al instante, así que no hay nada más que aprender de ti.”

Ehit sonrió felizmente a Hajime, que tosía sangre mientras luchaba por defenderse.
Entonces, levantó su mano y lanzó el hechizo favorito de Yue.

“Los cinco dragones elementales… Debo decir que este recipiente ha conseguido una magia bastante interesante. Me gusta bastante esta.”

Dragones hechos de viento, rayos, piedra, hielo y fuego aparecieron alrededor de Ehit. Cada uno de ellos era mucho más grande e imponente que los que invocaba Yue. Y además de su mayor fuerza, absorbieron el maná circundante y lo transfirieron a Ehit.

Los dragones levantaron sus cabezas, sus fríos ojos plateados mirando a sus objetivos: Myu, Remia, Aiko, Liliana, Shizuku, Suzu, Ryutarou, Shea, Kaori, Tio, y Hajime.

Ehit planeó asegurarse de que ni siquiera quedara un rastro de Hajime y los otros. Había disfrutado de su saciedad de sufrimiento, ira y odio de Hajime, y ahora estaba listo para verle desesperarse antes de su final.

Con cada gramo de su ser, Hajime gritó, “¡Yue, vuelve a nosotros!”

“Hmph, ¿confiar en tu novia para salvarte? Estás desperdiciando tu aliento. Este recipiente me pertenece ahora.”

“¡Yue! ¡Sé que puedes oírme! ¡Yueeeeeeee!”

Ignorando las provocaciones de Ehit, Hajime continuó gritando el nombre que le había dado a la chica que amaba.

Molesto por la falta de respeto de Hajime, Ehit frunció el ceño y levantó una mano. Simplemente tuvo que bajarla. En el momento en que lo hiciera, la vida de Hajime estaría final y verdaderamente perdida. Pero antes de que pudiera…

“¿Qué? ¿Qué le pasa a mi maná? Mi cuerpo no… ¡Imposible!”

Ehit se tambaleó hacia atrás, con el brazo todavía levantado. Abrió bien los ojos y se miró a sí mismo.

El control de su maná se tambaleó y los cinco dragones comenzaron a parpadear.

Alva y Freid se veían sorprendidos, al igual que Shea y los demás.

Una pequeña voz susurró: “No lastimarás a mis amigos”.

Se sentía como si las palabras se introdujeran directamente en la mente de todos, como con la telepatía. El tono de la voz era el mismo que el de Ehit, pero Hajime y los demás supieron al instante que no le pertenecía.

“¡Yue!” Hajime gritó felizmente, y Shea y los otros le siguieron. Las expresiones de todos se iluminaron en un instante.

“¡Ngh, malditos mortales engreídos! Les ordeno en nombre de Ehitruje… ¡Recuerden su peor pesadilla!”

Hajime y los demás se vieron obligados a recordar los momentos más dolorosos de sus vidas. El efecto no era algo que pudiera controlarlos completamente, pero tampoco podían ignorarlo. Además, funcionó en la conciencia de Yue así como en la de todos los demás.

Sudando, Ehit le quitó el control del cuerpo de Yue de sus manos. Y una vez que había sometido su conciencia, miró hacia abajo a la palma de su mano con asco.

“Alvaheit. Volveré al Santuario. Esperaba tomar el control de este recipiente mientras ella seguía siendo engañada por ti, pero por desgracia, tal como está ahora, no puedo controlarla completamente, incluso con mis inmensos poderes. Necesito hacer algunos ajustes en este cuerpo”.

“M-mi señor. Siento mucho haberle fallado…”

“No importa. No debería llevar más de tres días conseguir el control total. Dejaré la limpieza de la basura en tus manos. Freid, Eri, seguidme. Como prometí, concederé sus deseos.”

“Sí, mi señor. Como ordene.”

“Sí, sí, ya voy. Me harás un mundo donde pueda estar a solas con Kouki-kun, ¿verdad? Mientras hagas eso, haré lo que quieras.”

“¡Como si fuera a dejarte escapar!”

Un pequeño chasquido resonó cuando la voz de Hajime retumbó. Para sorpresa de todos, se las arregló para ponerse en pie. Aunque la cruz de Ehit seguía cayendo sobre él, se mantuvo fuerte.

“Deja tu antiestética lucha”, dijo una de las apóstoles mientras avanzaba con cuatro de sus camaradas. Hajime ya estaba al borde de la muerte, y las cinco apóstoles fueron capaces de someterlo fácilmente. Lo golpearon contra el suelo, causando que brotara más sangre de sus heridas.

Pero había otra persona allí que amaba a Yue tanto como Hajime, aunque de una manera diferente. El maná azul pálido de Shea se descontroló mientras luchaba contra la orden que Ehit le había dado.

“¡Yue-san! ¡Yue-san! ¡Maldita sea, muévete, estúpido cuerpoooooooooo!”

“Imposible. ¿Cómo puede alguien que ni siquiera es un irregular resistir el [Edicto Divino] de Ehit?” exclamó Alva sorprendido.

Las garras del lobo golem se clavaron más profundamente en la piel de Shea, pero ella ignoró el dolor y golpeó el suelo con su puño. Una explosión de maná estalló desde el punto de impacto, volándolo. Habiéndose liberado sólo por la fuerza de voluntad, Shea saltó tras ella. Con un solo puñetazo de revés, pulverizó el golem de piedra. Y mientras sus fragmentos llovían, corrió hacia Ehit, decidida a reclamar a Yue del dios.

Cualquiera que viera su demoníaco rostro se veía presionado a creer que era realmente de la pacífica raza de los conejos.

“¡[Fisura de vacío]! ”

“Deja de perder el tiempo de nuestro Lord.”

La explosión espacial de Freid golpeó el pecho de Shea. Ella había sido capaz de resistir la [Fisura de vacío] de Yue cuando los dos habían peleado, pero Yue se había estado conteniendo. La [Fisura de vacío] que Freid había preparado en caso de que Hajime mostrara que otro inexplicable estallido de fuerza era mucho más fuerte.

“¡Nnnnnngh!”

El ataque de Shea se detuvo. Pero eso era todo. La [Fisura de vacío] de Freid no la hizo pedazos como él esperaba. De hecho, ni siquiera fue suficiente para ponerla de rodillas. Dicho esto, fue suficiente para detenerla. Se necesitó todo lo que Shea tenía para permanecer de pie en medio de los impactos espaciales que destrozaban todo su cuerpo. Y como resultado, fue incapaz de defenderse cuando la explosión mágica de Alva se abalanzó sobre ella.

Había condensado tanto su maná que poseía en masa física, y golpeó a Shea con la fuerza de un camión de basura. Incapaz de soportar el impacto, fue enviada volando a través de la habitación. Se estrelló contra varios pilares y se estrelló contra la pared con la fuerza suficiente para estrellar el castillo. Los escombros de la pared dañada cayeron, enterrándola.

Shea yacía inmóvil de espaldas, la sangre goteaba de las diversas heridas que había recibido.

“¡Shea! ¡Maldito seas!”

“¡Ngh! ¿Por qué es tan difícil moverse?”

Shizuku y Tio lucharon con todas sus fuerzas, pero no pudieron levantar un dedo. Era como si hubieran sido arraigados al lugar.

“Me temo que tengo que irme ahora, señoritas, Irregular. Hay una preocupación apremiante de la que tengo que ocuparme que tiene prioridad sobre ustedes.”

Durante el último minuto o así, Ehit se había centrado sólo en su mano temblorosa, que todavía estaba levantada en el aire.

Otro pilar de luz plateada llovía, pero éste creaba un agujero circular en el techo mientras descendía. A medida que la luz del sol se filtraba en el salón del trono, todos miraban hacia arriba con asombro. En lo alto del cielo, muy por encima de las murallas del castillo, había un remolino de luz plateada. Parecía una mini-galaxia, y aunque Hajime no quería admitirlo, se sentía divino.

“Oh sí, permítame darle un último regalo de despedida. Tienes tres días. Dentro de tres días, teñiré este planeta de rojo con la sangre de todos los mortales. Es el último juego que he planeado para Tortus.” Con una sonrisa burlona, Ehit miró a Hajime mientras flotaba en el cielo. “Estoy deseando ver qué juegos maravillosos puedo jugar con tu mundo. Aunque, supongo que ya que todos ustedes morirán aquí, nada de eso es importante para ustedes.”

“Espera… Devuelveme a Yue…” Hajime murmuró con voz ronca. Entonces, levantó una mano hacia Ehit, pero una de las apóstoles la derribó instantáneamente. Sin inmutarse, intentó arrastrar sus pies hacia delante, pero Alva creó una prisión espacial para encerrarlo en su lugar.

Hajime debería haber muerto hace tiempo por la pérdida de sangre, pero continuó luchando. A pesar de todo lo que había pasado, su voluntad permaneció intacta. Por un breve momento, Las apóstoles retrocedieron temerosas ante su espíritu inquebrantable. Desconfiados de cualquier otra cosa que pudiera intentar, usaron magia de desintegración para destruir los círculos mágicos de transmutación que Hajime había cosido en su ropa.

Mientras tanto, Tio y los demás luchaban por escapar del [Edicto Divino] de Ehit, pero permanecieron inmóviles. Aiko y los estudiantes tampoco podían hacer nada frente a las apóstoles y monstruos que los tenían rodeados. Sólo podían mirar impotentes cómo Eri extendía sus alas y volaba hacia arriba con Kouki. Ella le susurró algo al oído y él asintió con la cabeza en señal de comprensión. Una vez resuelto, miró a Shizuku y a los demás. Lo más probable era que Eri le hubiera contado alguna historia que encajara convenientemente con cómo quería que fuera su mundo.

Suzu, Shizuku y Ryutarou le gritaron, pero sus voces no consiguieron hacer que su corazón se conmoviera.

Cuando la puerta plateada de una galaxia arremolinada estaba sólo a unos centímetros detrás de él, Ehit extendió sus brazos y miró a los demonios de la capital. Su pose era idéntica a la estatua que Hajime había visto en la catedral. La incomparable belleza de Yue combinada con su divino maná de plata fue suficiente para capturar los corazones de cada demonio que lo vio. Inmediatamente se arrodillaron en adoración. Este fue el nacimiento de una nueva leyenda.

Después de un breve momento de silencio, la capital de los demonios estalló en aclamaciones. Entonces, todas las apóstoles de Ehit, los soldados no-muertos de Eri, los monstruos de Freid, y los demonios que esperaban en la capital flotaron para unirse a él.

Parecía que la mayoría de los demonios habían sido informados de antemano de que este día iba a llegar. Ahora disfrutaban del momento en que se convertían en la raza elegida por Dios y ascendían al cielo.

Ehit se giró hacia Hajime y habló con una expresión de desdén que no se ajustaba en lo más mínimo a los rasgos de Yue, diciendo, “Adiós, Irregular. Tus adorables payasadas aliviaron mi aburrimiento por un tiempo. Debo decir que fuiste uno de mis peones favoritos.”

Luego le dio la espalda a Hajime y desapareció en el portal de plata.

“¡Yue! ¡YUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!”

Hajime extendió su mano, pero todo fue en vano. La calidez que había esperado recibir ya no estaba en este mundo.