Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 4

Capítulo 5: Fifth Score

Parte 5: Tamayo Rokuroba

La partida entre Ai Yashajin y Tamayo Rokuroba se convirtió en un ataque ofensivo de un solo lado por parte de la jugadora veterana.

Sin embargo, Tamayo estaba empezando a sentir su propia debilidad.

“………… ¡Maldita sea….Esta mocosa…!”

*Crick* *Crick*

Mordiendo tan fuerte que su oponente podía escuchar sus dientes rechinar, Tamayo miró a la niña de nueve años.

Después de incitarla con éxito a un Aigakari, debería estar liderando en este punto.

“… Debería ser…¡Debería ser …!”

El Ou de Tamayo todavía estaba sentado, lo que significa que no había pasado un solo turno en defensa. Sin embargo, su tifón ofensivo tuvo como efecto de una brisa de verano a la niña de nueve años sentada frente a ella.

Casi sin parpadear ante el ataque de una jugadora de la Liga Femenina, una más del doble de su edad, Ai Yashajin evadió la barrera por el más delgado de los márgenes y aún tenía que cometer un solo error. Tuvo muchas oportunidades para cortar preventivamente los ataques, pero esperó hasta el último movimiento posible para hacerlo, prolongando las secuencias, pero defendiendo cada una.

Casi como si estuviera midiendo el nivel de talento de Tamayo Rokuroba

“…….. Mocosa mimada. Te aplastaré como a un bicho …”

Ella podría vencer a cualquiera si se esforzara lo suficiente.

Hubo un momento en que Tamayo estaba segura de ello.  No  importaba  si  su  oponente  era  la  Eternal

Queen, Rina Shakando, la Leyenda de las mujeres, pensó que podía ganar siempre y cuando no cometiera un error. Eso incluía ir contra las mocosas mimadas.

Esa confianza fue sacudida por primera vez —— Hace cuatro años.

Fue justo aquí, en la última ronda de las Partidas Preliminares de Mynavi, cuando perdió con una niña en la escuela primaria que se dio cuenta Tamayo Rokuroba—— Ella no había sido elegida por los dioses del Shogi.

Ese fue su única partida contra la terrorífica chica con cabello plateado. Ganar una revancha requeriría que ella desafiara a la chica por su título. Tamayo no era lo suficientemente fuerte como para llegar tan lejos

“… Sólido … ”

La pared que la separaba de Ginko Sora y esta niña de escuela primaria se sentía impenetrable.

No fue tan simple como el talento o el impulso.

Tamayo Rokuroba había luchado contra muchas jugadoras de la Liga Femenina, pero la chica frente a ella ahora tenía un estilo de Shogi que  nunca había visto antes.

El Shogi de Ai Yashajin se sentía sólido. Para ella, era como golpear un muro sólido.

La pared no se movería sin importar cuántos golpes lanzara. De hecho, fueron sus puños los que se estaban rompiendo.

“… ¡Esas defensas son lamentables, aberturas por todo el lugar, pero …!”

Tamayo susurró, claramente irritada pero aún más impresionada.

No podía importarle menos si su oponente la escuchaba. Para Tamayo Rokuroba, lo que sucedió en el tablero es todo lo que importaba.

Porque nadie puede mentir en un tablero de Shogi, ni querrían hacerlo.

“…. ¡Sólido…!”

Tamayo susurró de nuevo, cada uno de sus intentos por romper la formación defensiva de Ai Yashajin se quedó corto y observando con asombro cuando de alguna manera se fortalecieron al mismo tiempo.

Una cantidad de investigaciones. La habilidad de lectura.

Pero, sobre todo, la cantidad de pensamientos que

entró en Ai en cada movimiento. La superó.

“… ¿Quién demonios podría haber enseñado a una niña de nueve años a jugar así?”

La inmensa sombra proyectada por la investigación detrás de los movimientos de Ai Yashajin golpeó el miedo en el corazón de Tamayo.

Ella pensó que ella era una de las pocas elegidas por el Shogi.

Una vez que Tamayo Rokuroba se convirtió en la Meijin de las Mujeres Aficionadas durante su primer año de secundaria, su Maestra la llevó a la Liga Práctica y la puso en el camino de convertirse en una jugadora de la Liga Femenina.

Logró la Liga Femenina 3-kyu el año siguiente y fue promovida a 2-kyu solo seis meses después.

Premios apilados…como montañas.

Su foto apareció en los periódicos y en Internet, y fue aclamada como un prodigio en su ciudad natal.

Pero cuando se sumergió en la Liga Femenina, ella no era más que una roca.

Una roca ligeramente atractiva cuyo único propósito era sostener la pirámide de… apenas una piedra.

— ¡Entonces vayas con la idea equivocada!

Ella pensó que estaba destinada a ser una estrella, pero el mundo de Shogi de las mujeres la relegó un papel de apoyo y la mantuvo allí.

Tamayo Rokuroba se rebeló contra ese mundo.

“¡Todos tienen su propio papel que desempeñar!”

“¡Trabajemos juntas para hacer del mundo del Shogi Femenino lo mejor que pueda ser!”

Ella era demasiada competidora para ser atada por esos ideales elevados.

Sus ojos estaban enfocados únicamente en la cima. Por lo tanto, nunca se sintió cómoda al vincularse con rivales.

Los eventos eran una cosa, pero Tamayo odiaba ver a otras jugadoras de la Liga Femenina de su edad charlando entre ellas como amigas antes de las partidas.

Poco a poco se fue aislando en el mundo del Shogi Femenino.

A pesar de que solo estaba tratando de mejorar, otras mujeres la ridiculizaban por la caza de su esposo cuando organizaba sesiones de práctica con jugadores profesionales fuertes y masculinos. No pasó mucho tiempo antes de que se extendieran los rumores, haciendo que sus sesiones de práctica fueran incómodas antes de que desaparecieran por completo.

Ella no se dio por vencida y comenzó a buscar sesiones de práctica con todos y cada uno en su búsqueda para fortalecerse. Sin embargo, los rumores se hicieron tan extensos que era demasiado tarde para salvar su reputación.

Lo mismo sucedió con sus apariciones en Nico Live.

Se comprometió a desarrollar sus habilidades como comentarista de Shogi, a aprender las últimas tendencias de la moda e incluso a tomar cursos sobre hablar en público y técnicas analíticas.

Pero en el mundo del Shogi, donde reina un código de ética particular, sus esfuerzos resultaron en una crítica constante.

Nadie entendía su diligencia.

No había jugadores para defender a la joven orgullosamente independiente.

Ella tenía seguidores que la apoyaban, pero estaban en minoría. Ella lo había oído todo. No importaba que la llamaran una bruja, no era justo….

——— Entonces demuestra que están equivocados con los resultados.

Sí. Los resultados fueron la única manera.

En este mundo que giraba en torno a la imagen, el tablero de Shogi era lo único que no mentiría. El tablero de Shogi no podía mentir.

Es por eso—.

“ ………… ¡¡Intenso!!…”

Ardiendo con determinación, Tamayo colocó una pieza en el tablero.

Ella había construido, refinado y perfeccionado su plan hasta que su piel se enrojeció. Forjada una y otra vez para eliminar todas las impurezas, ideó un movimiento revestido con la mejor armadura de acero.

Una mirada a ese movimiento. “Haaaa————………”

La niña de nueve años sentada frente a ella exhaló una larga y profunda respiración y se puso a leer el tablero.

Entonces, respondió con un movimiento que nunca se le ocurrió a Tamayo.

“¿…?”

Tamayo Rokuroba gruñó a su lado por lo que apareció en el tablero.

Ese movimiento brillante convirtió su último jadeo de ataque totalmente blindado, en poco más que polvo de estrellas que soplaba en el viento

“…….”

Tamayo, que había mantenido una ofensiva constante durante toda la partida, movió a su Ou por primera vez. Era equivalente a levantar la bandera blanca.

Unas vueltas más tarde, Tamayo Rokuroba colocó su mano en su soporte y bajó la cabeza.

“He perdido”

“Gracias por la partida”

Su sesión de revisión comenzó inmediatamente con Tamayo preguntándole sobre el movimiento que hizo en el momento de la verdad.

Ai dijo:

“Lo pensé un poco” y continuó diciendo francamente:

“Pero sabía que podía ganar siempre y cuando no cometiera ningún error”

Por lo general, las jugadoras victoriosas de la Liga Femenina muestran moderación durante las sesiones de revisión.

Esto es especialmente cierto cuando las jugadoras más jóvenes o de menor rango ganan porque serán sometidos a una reacción violenta intensa por no tratar de consolar al perdedor.

Tener una audiencia en vivo solo empeora las cosas.

Sin embargo, Ai Yashajin se negó a cumplir con las normas y dijo exactamente lo que estaba pensando. Tamayo Rokuroba perdió la partida y fue destruida en la sesión de revisión.

Por alguna razón, eso hizo feliz a Tamayo. Había dolor.

Por supuesto, un sentimiento de impotencia que la hizo llorar también estaba allí.

Pero por alguna razón ganó un sentimiento refrescante.

—— ¿Qué hay sobre eso? Podríamos acabar como amigas.

Se sentía como si hubiera desenterrado un tesoro que no pudo descubrir en el mundo del Shogi.

Sin embargo, ella preferiría morir antes que preguntar abiertamente: “¿Serías mi amiga?”

Porque para ella… El Shogi no se trataba de hacer amigos…Solo rivales.

“… Probablemente no sea un problema con tu radar”

Dijo Tamayo a Ai mientras guardaba las piezas.

“Estás en camino a un lugar al que no puedo llegar, como Ginko Sora. A la cima del mundo de Shogi Femenino…”

La chica frente a ella no se perturbó en lo más mínimo por esas palabras.

Ella tiene eso en común con Ginko Sora también, pensó.

“¿Recuerdas la última vez, cuando me dijiste que debía renunciar?”

“Si”

“Lo he pensado muchas veces sin que me lo hayan dicho. Si voy a perder con niñas como tú, no tiene sentido continuar si no puedo ser el número uno, no importa cuánto lo intente”

Estaba decidida a trabajar más duro que nadie, pero ahora le había dado el empujón al siguiente nivel.

Cuanto más popular se hizo en la Liga Femenina, más se alejaban sus metas.

Hubo momentos en que aferrarse a esta posición sin sentido—

“¿Pero sabes? No voy a renunciar. No con una sonrisa falsa, pero con una sonrisa genuina creciendo en mis labios, Tamayo dijo:

” Algún día, en el futuro, cuando el tiempo te haya agotado, volveremos a jugar. Y seré más fuerte. No me importa si es dentro de treinta o cuarenta años. Puede ser incluso más largo, pero aquí estaré esperando con los pies en el suelo”

“Humph”

Para una niña aún de nueve años, cuarenta años puede ser mil años en el futuro.

Pero Ai Yashajin pensó en ese futuro y dio una respuesta bastante honesta.

“Estoy deseando que llegue”

Solo entonces Tamayo Rokuroba se dio cuenta de que los fanáticos de la audiencia aplaudían ahora más que nunca.