Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: A la Aventura

Parte 8

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— ¡¿Un espíritu?! ¡¿Esa cosa de aspecto raro?!; Tiona exclamó en respuesta a las palabras murmuradas de Aiz.

El grupo de aventureros no pudo evitar estremecerse al ver a la mujer inquietante y venenosamente bella.

Era casi como si hubiera olvidado quién era en realidad, envuelta en su vestido de muchos colores y que residía sobre el colosal chasis de un monstruo.

Era una extraña combinación de belleza repugnante y odiosa santidad.

El grupo se encontró perdido contra la pura dignidad del espíritu corrupto y la abrumadora sensación de aversión que engendraba.

—Esas nuevas especies… ¿Eran simplemente más de los tentáculos de esa cosa?; Finn entrecerró los ojos ante la aberrante cosa de unos diez metros de pie frente a ellos.

Era una buena suposición, teniendo en cuenta cómo las orugas y las violas habían centrado sus ataques en otros monstruos. Tal vez la magia en sí misma era la energía necesaria para que esta criatura sobreviviera.

Preocupándose de los monstruos, recogiendo piedras mágicas y finalmente devolviéndola a su verdadera forma. Realmente no eran más que “tentáculos”, apéndices extra que hacían el trabajo sucio del espíritu.

Al otro lado de Finn, ella continuó riéndose. Una y otra vez llamó a esa cierta espadachín.

— ¡Aria! ¡¡Aria!!

Su voz, casi como la de un niño, vaciló mientras formaba torpemente las palabras.

— ¡Te extrañe! ¡Te extrañe!

—…¡¿?!

— ¿No quieres que estemos juntas para siempre?

Las cabezas de Tiona y los demás se voltearon instantáneamente ante las palabras. Líneas de tensión aparecieron en sus rostros como si ya tuvieran una idea de hacia dónde se dirigía esto.

— ¿No me dejas comerte?

Y luego el espíritu sonrió.

Al instante, las orugas y las violas restantes se voltearon hacia ellos con feroces sacudidas, mirando a los aventureros, a Aiz, como si manifestaran su oscura voluntad.

Al mismo tiempo, hubo un estruendoso ruido desde la dirección de la salida cuando la abertura se cerró con la carne verde.

— ¡Todos, prepárense para la batalla!; Ordenó Finn al instante.

Fue suficiente para despertarlos a pesar de la confusión, y el grupo fue inquebrantable a pesar de su ruta de escape perdida. Tiona y los demás prepararon sus armas.

Ella dejó escapar una carcajada aguda, y comenzó la batalla.

—¡¡Ruuuuuaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrggghhhhh!!

El conglomerado masivo de más de cincuenta orugas y violas se lanzó al grupo con un poderoso rugido.

Los aventureros respondieron desenvainando sus armas Durandal en las vibrantes masas de color verde amarillo.

— ¿Quieres que avance, Finn?; Gritó Gareth mientras saltaba hacia adelante.

— ¡Esto es diferente de antes! ¡Es hora de aplastar algunos insectos!; Bete hizo lo mismo, los dos esquivaron el ácido que entraba y cortaron a las orugas en pedazos pequeños.

Entre los gritos cacofónicos de agonía, Aiz permaneció clavada en el lugar, el corazón le latía dolorosamente contra las paredes de su pecho. Rápidamente, ella se sacudió la sensación de terror y se obligó a sí misma a regresar al espacio de la delantera adecuada antes de zambullirse en la batalla.

Sacando a Desperate, ella voló hacia el enjambre de enemigos, con su cuerpo y su espada en un vórtice.

— ¡Lefiya, apunta a esa mujer! ¡Raúl y los demás ayudarán al resto del grupo con sus espadas mágicas!; Finn lanzó comando tras comando con la misma precisión que aplicaba contra los jefes de Calabozo.

— ¡E-entendido!

— ¡E-entendido!; Respondió Raúl antes de que él y los otros apoyos

Con el bastón listo, Lefiya comenzó su primer Hechizo. Simultáneamente, el grupo de apoyos blandió sus largas espadas mágicas y lanzó una descarga de ataques mágicos instantáneos.

Usando el bombardeo como fuego de cobertura, Aiz se lanzó hacia adelante, empujando hacia atrás al enjambre de orugas.

— ¡Como si solo fuera a quedarme como un espectador!; Anunció Tsubaki mientras hundía su espada en la multitud de violas, con su hakama aleteando.

—Eh.

Hubo un movimiento desde la dirección del espíritu renacido mientras su ejército de monstruos era masacrado a su alrededor.

Incontables tentáculos se levantaron de la mitad inferior del titan-alm, azotando hacia adelante con una celeridad salvaje.

Tiona y Tione respondieron al ataque del tentáculo con un rápido contraataque propio.

—¡Esto es difícil!; Las caras de las hermanas gemelas se retorcieron en idénticas muecas ante la velocidad y el poder del

El impacto fue suficiente para rivalizar con el ataque de Udaeus, y las manos de ambas hermanas hormiguearon alrededor de las empuñaduras de sus armas. Incluso mientras se ponían a trabajar podando los apéndices furiosos, los grandes tentaculos permanecían sin arañazos.

El verdadero diluvio de zarcillos estaba centrando su ataque en Aiz a unos cien metros de distancia. Combinando sus ataques con los de su compañero, las dos hermanas lucharon implacablemente contra el incesante gato de nueve colas.

—¡Riveria, espera tus hechizos!; Gritó Finn, deteniendo a Riveria mientras se movía para unirse a la batalla.

— ¡¿Qué?!

El Hobbit ni siquiera se había girado. Estaba de espaldas a ella, y le dolía el pulgar derecho. Había una señal de angustia impregnando su voz.

—¡Mi pulgar! No deja de doles.. ¡Viene algo!; La máscara de liderazgo habitual de Finn comenzaba a resquebrajarse. — ¡Tenemos que estar preparados para cualquier cosa!

Sus instintos no debían tomarse a la ligera. Él fue la persona más a tono con la batalla.

Y la criatura—esa belleza parecida a una diosa—solo sonrió tímidamente en señal de afirmación.

—Levántense, llamas.

En un instante, el hechizo fue lanzado.

—¿Un Hechizo?

Una especie de terror estupefacto se disparó a través del grupo como un rayo cuando se formó un círculo mágico alrededor del enorme chasis del espíritu.

En un instante, la brillante luz roja de su hechizo se elevó desde el siniestro patrón en el suelo, envolviendo todo su cuerpo.

—¿Un monstruo? ¿Lanzando un hechizo? ¡Tienes que estar bromeando!; Gritó Tione con exasperación.

Fue imposible. Era impensable que un ser que sobrevivió por instinto y destrucción brutal poseyera la habilidad de lanzar cualquier clase de magia.

La razón y la inteligencia requeridas de la magia era un dominio limitado solo a personas y solo personas—no era un ámbito en el que los monstruos podían pisar.

¡Pudo haber sido un espíritu, pero esta cosa todavía tenía el cuerpo de un monstruo! El círculo mágico de color carmesí se agrandó.

Luego estalló, una efusión de poder mágico surgió de su luz.

Los ojos de Finn se abrieron con sorpresa, pero formuló una orden de todos modos. —

¡Riveria! ¡Una barrera!; Su voz tenía un tono que los demás nunca antes habían escuchado.

Al instante, Riveria comenzó a conjurar un hechizo, con la desesperación evidente en su rostro.

— ¡El resto de ustedes! ¡Necesitamos magia! ¡Tiren todo lo que tienes!; Las órdenes de Finn continuaron una tras otra. Raúl y los demás apoyos soltaron un rugido con sus espadas mágicas mientras Lefiya emitía un hechizo.

—¡¡De-déjenla que ataque!!

—¡¡FUSILLADE FALLARICA!!

Los apoyos desataron un bombardeo simultáneo de sus espadas mágicas mientras Lefiya lanzaba sus flechas de fuego por cientos, todas ellas volando hacia el espíritu.

Todo el piso estaba bañado de luz. En respuesta, la criatura reunió sus diez pétalos gigantescos hacia adelante para proteger su mitad inferior. La sonrisa no titubeó, ella continuó su hechizo, y frente a ella estalló una explosión estruendosa, sus ondas de choque dejaron destello tras brillante destello.

Lefiya y los demás miraron a través del estruendo de las explosiones que rasgaban el suelo y arrojaban fragmentos de tierra dura, solo para encontrar los pétalos de las flores, y subsecuentemente el espíritu mismo, ileso y sin problema.

Tsubaki se rió. —No funcionó, ¿eh? Ellos habían fallado.

Ni siquiera el tremendo poder de fuego de Lefiya podía penetrar el exterior de esa cosa, y ese solo pensamiento era suficiente para convencerlos de que cada ataque era inútil. Lefiya, Raúl y los demás apoyos solo podían mirar con terror mientras Tsubaki miraba con sus dagas la impenetrable armadura de pétalos de flores de la criatura.

—De todos modos, ¿de qué está hecha esa cosa…?; Murmuró ella en voz baja.

—¡Furia, furia, FURIA! ¡Vórtice de fuego! ¡La pared carmesí! ¡El rugido del infierno! ¡Que el ardor de la tempestad arroje al mundo al dolor y la miseria! ¡El cielo se quemará! ¡La tierra se encenderá! ¡Los mares hervirán! ¡Las fuentes se batirán! ¡Las montañas estallarán! ¡Toda la vida se convertirá en cenizas! ¡Que la vida de los grandes sirva como expiación por la próxima cólera y dolor—!

—¡Dancen, espíritus del aire, guardianes de la luz! ¡Forjen su compromiso con los protectores del bosque y envuélvanos en el salmo de la tierra! ¡Rodeendos!

Los dos hechizos fueron conjurados al mismo tiempo.

El ominoso hechizo se encontró con la dulce translucidez del hechizo de protección de Riveria– los ojos de los elfos temblaban de horror ante la duración del canto del espíritu.

Fue un hechizo prolongado.

Increíblemente largo pero muy rápido, superó incluso las palabras rápidas de Riveria. Una masa colosal de poder mágico que sobrepasa el conocimiento humano, inalcanzable para los humanos, amartillada y cargada con la mayor rapidez.

Cuando las características seductoras del espíritu se arrugaron de placer, la cara del elfo se contorsionó de manera alarmada.

—¡¡Ni siquiera podemos acercarnos a eso…!!

Aiz, Tiona y los demás todavía intentaban atacar a la criatura directamente, luchando por protegerse de la multitud de tentáculos mientras la magia sacudía todo el piso. Los grandes y arrolladores asaltos segaron todo a su paso, incluidos los monstruos, y no permitieron que los aventureros avanzaran ni siquiera un paso adelante. Ya tenían las manos ocupadas manteniendo los tentáculos y monstruos lejos de Riveria.

El monstruo todavía conjuraba. — ¡Tu enviado te suplica, Salamander! ¡Encarnado de fuego!

¡Reina de la llama–!”

Tiona y Tione atacaron una y otra vez los tentáculos que se aproximaban. Gareth, Bete y Tsubaki se enfrentaron contra el enjambre.

Raúl, Lefiya y los otros apoyos desataron flechas y magia en ataques infructuosos.

Y Aiz. La lluvia de tentáculos azotados aún se aproximaba a ella, implacable en su persecución.

Los hechizos y la interminable multitud de zarcillos constituían una impenetrable pared de armadura que protegía al espíritu.

Todo llegó a ellos a la vez— un oponente que podía atacar, defender y conjurar todo al mismo tiempo— y cuando Finn se enfrentó a la batalla antes que él, pudo sentir sus dientes apretándose con creciente ferocidad.

—— ¡Retirada! ¡Retírense a la barrera de Riveria!; Él dio la orden, sabiendo muy bien hacia dónde se dirigían las cosas.

Aún respaldados por el fuego de cobertura de Lefiya y otros apoyos, los que estaban en primera línea volvieron hacia Finn. Riveria completó su hechizo en el momento en que llegaron, casi como si lo hubiera planeado.

— ¡Materialízate, poderosa barrera de la luz del bosque, y préstanos tu protección, mi nombre es Alf!; Con un gesto de su mano, Riveria completó su hechizo, el máximo hechizo de protección. — ¡Via Shilheim!

Un círculo mágico de color jade se formó bajo los pies de Riveria, la luz brilló antes de transformarse en una estructura verde tipo cúpula. Este rodeó a los trece aventureros, incluida Riveria.

Sucedió al mismo tiempo. El momento exacto en que la barrera de anulación física y mágica del alto elfo se levantó a su alrededor…

El espíritu terminó su propio hechizo.

— ¡Fire Storm!

El mundo se volvió rojo.

Era un infierno masivo, similar a un elemental de fuego.

Una ola de viento furiosa y pegajosa. Un tsunami de llamas. Un río carmesí incendiario que se cerró sobre Riveria dentro de su barrera.

Se tragó todo. Los monstruos. La cúpula mágica con los aventureros adentro. Todo el piso en sí.

—¡~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~!

El impacto fue sensacional. Un fuerte estruendo sonó cuando el fuego del infierno se unió a la barrera, unido al angustioso grito de Riveria mientras luchaba por sostener a su barrera con ambas manos.

Gritos de agonía los rodearon cuando todo lo que estaba fuera de la barrera se frió al instante, y los ojos de color jade de Riveria se dilataron hasta el límite.

El grupo se encontró petrificado al ver que el mundo se convertía en un infierno viviente más allá de la seguridad de su barrera.

Y entonces.

Crack, una grieta sonó.

Una astilla se formó en la barrera del usuario mágico más fuerte en todo Orario.

— ¡¿El escudo…?!

Delante de ellos, arriba de ellos, a su izquierda, a su derecha, grietas parecidas a telarañas corrían a lo largo de la pared de luz. Las caras de Raul y Lefiya perdieron todo color.

La ola explosiva del fuego del infierno se cerró sobre ellos por todos lados.

—— ¡Gareth! ¡¡¡Protégelos!!!; Riveria gritó, el calor abrasador casi la consumía.

Gareth respondió en un instante y arrebató dos escudos grandes a los apoyos antes de saltar detrás de Riveria.

Hubo un agudo chillido. La Via Shilheim de Riveria se hizo añicos.

— ¡¿RIVERIA—?!