Youjo Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Extraña Amistad

Parte 2

“… Eso es algo interesante que decir, pero desafortunadamente el Imperio no tiene muchos amigos.”

“Entonces sólo tenemos que hacer algunos.”

“Cuando envejeces, no es tan fácil.”

Estos molestos problemas nos seguían frenando. Era un poco tarde para preocuparse por adquirir relaciones de estado amistosas con tanto bagaje histórico que dificultaba las cosas.

Por otra parte, supongo que con frecuencia hay formas alternativas de utilizar las condiciones dadas. Puedes estar convencido de que algo es inútil, pero si cambia su punto de vista, encontrarás la manera. El veneno puede ser un medicamento dependiendo de cómo se use.

Incluso la talidomida, un fármaco extremadamente dañino, que causa defectos de nacimiento, fue eficaz contra algunas enfermedades. Y eso es exactamente por qué… Tanya continúa con confianza:

“Pero si generamos confianza y resultados, tal vez podamos conocer a alguien. ¿No cree que es posible que conozcamos a un nuevo amigo?”

“¿Qué?”

“¿No tenemos el recurso de viejos enemigos?”

Hay un dicho en diplomacia: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Eso podría significar que sus intereses se superponen, pero los intereses superpuestos son razón suficiente para que dos naciones se hagan amigas.

“Dadas las relaciones internacionales tradicionales del Imperio, nadie duda de que la Federación es un enemigo. Así que podríamos cultivar amistades con las facciones antisistema dentro de ella.”

“La Federación es un estado multiétnico, pero… ¿está argumentando que deberíamos intentar lograr la solidaridad con los separatistas dentro de ella?”

“Sí, General.”

“Veo su lógica, pero Coronel, el problema es si podemos aplicar lo que está escrito en los libros de texto en el campo.”

Tanya asiente en entendimiento. No es lo que dijo Zettour, pero sabe que los libros de texto brindan sólo una respuesta posible bajo un conjunto de circunstancias.

Sólo obtienes puntos por seguir el libro de texto en la escuela.

Lo que la gente quiere de ti en el campo, una vez que estás en primera línea, son resultados. Cualquier idiota que se queje de que no es su culpa porque lo hizo de acuerdo con el libro de texto debería recibir una patada rápida.

“Ciertamente, la Federación es nuestro enemigo. Pero el hecho de que alguien sea enemigo de nuestro enemigo no lo convierte automáticamente en nuestro aliado.”

Ella tiene que estar de acuerdo… él tiene razón. Es lógico que incluso si tienes un enemigo común, la cuestión de si puedes lograr la solidaridad o no aún permanece.

“Después de todo.” Continúa Zettour con un suspiro.

“Ni siquiera parece que los separatistas distingan entre nosotros y las autoridades de la Federación.”

Es cierto, eso es algo extremadamente importante a tener en cuenta.

Y en realidad, se le ha ordenado al Ejército Imperial que avanza evitar el conflicto con los lugareños en la medida de lo posible, pero… las tropas han cometido muchos errores. Al ver cómo funcionaba la Feldgendarmerie, Tanya puede entender fácilmente por qué.

“La causa de eso es simple. General, no somos más que forasteros armados. Sin nadie que pueda mediar, los problemas son inevitables.”

En términos de tener a alguien que pueda hablar con ellos, el Imperio estaba en un nivel desesperanzador. Un mediador, un negociador en el que pudiéramos confiar, o al menos un intérprete que pudiera facilitar la comunicación… Deberíamos haber ido con alguien así. Pero actualmente nos faltaba ese departamento.

“Se nos está alejando el tren cuando se trata de lenguaje en nuestra estrategia de pacificación.” De todas las cosas… Tanya reflexiona amargamente sobre su situación.

En el Ejército Imperial, actualmente no hay nadie que pueda conversar con la gente en el terreno. Estamos en la etapa de sacar apresuradamente a alguien del Ministerio de Relaciones Exteriores, pero tendremos suerte si encontramos a alguien que haya puesto un pie en un campo de batalla un par de veces. En cuanto a alguien que pueda negociar, apenas estamos empezando a considerar dónde podríamos mirar.

“Sin embargo, los oficiales deberían poder hablar el idioma oficial de la Federación.”

“Sí, General, como señala… hemos aprendido un poco del idioma de la Federación, pero…”

Tanya conoce la grave verdad. Para las facciones antiestablishment de la Federación, el idioma oficial es el idioma del enemigo.

“General, estamos hablando con los aliados en el idioma del enemigo. Es una locura.”

“… ¿Está diciendo que no deberíamos usar el idioma oficial?” Tanya asiente con la cabeza, su humor es sombrío.

Ella quiere traductores que hablen los idiomas de las etnias de las facciones antiestablishment, pero ella sabe qué tan bien probablemente saldrá, porque hizo que Serebryakov lo investigara.

Los especialistas en esos idiomas probablemente sean profesores en las universidades del Imperio. Las lenguas minoritarias son sólo un campo que estudian los expertos en lingüística. No podrían construir un programa de educación lingüística sistemática de la noche a la mañana. En resumen, pasaría un tiempo desesperadamente largo antes de que el ejército pudiese hablar con estas personas.

“Así que es una debilidad estructural en el Ejército Imperial porque no anticipamos expediciones en tierras extranjeras debido a nuestra estrategia fundamental de líneas interiores.”

“Francamente, no creo que nuestra estrategia de defensa desde hace mucho tiempo sea un problema. El problema no es la estrategia de líneas interiores en sí misma. La raíz de muchos de estos problemas es que no la cumplimos y, en cambio, enviamos tropas al otro lado de la frontera.” Tanya señala la verdad. “Al menos la estrategia de líneas interiores seguirá siendo eficaz.”

“Está bien, Coronel von Degurechaff. Entonces, ¿cuál es nuestro plan?”

“Nuestra tarea está clara. Debemos adquirir competencia para desplegar soldados en el extranjero, lo deseemos o no. Y con respecto a la ocupación por parte del gobierno militar, debemos tratar de mejorar las cosas lo antes posible y buscar nuevos amigos en nuestros territorios ocupados.” No es como si Tanya no fuera consciente de que estaba pidiendo mucho.

Ya sea que quisieran instaurar un títere o respaldar un poder amigo, si el jugador clave no estaba presente, el plan ni siquiera despegaría.

“Coronel von Degurechaff. Sabes cuán poca gente está dispuesta a cooperar con el Ejército Imperial. ¿Cree que puedes encontrar a la persona adecuada en estas condiciones?”

“Creo que es posible.”

Zettour la insta a que se explique.

¿Quizás sea el producto de todo su pensamiento? Sus ojos se ven sabios mientras la mira, sin pestañear.

Entonces Tanya procede lógicamente.

“General von Zettour, es cierto que ya hemos tenido problemas con los residentes de las áreas ocupadas. Como resultado, también son algo sanguinarios y odiosos, pero… tienen a alguien con quien compararnos.”

“¿Alguien con quien compararnos?”

“El gobierno de la Federación. Francamente, al elegir entre los despiadados comunistas y el violento Ejército Imperial, creo que la gente es lo suficientemente sensata como para elegir lo último.”

“Entonces está pensando radicalmente. Muy bien, supongamos que podemos unirnos a ellos. ¿Está diciendo que nuestro método de ocupación debería ser utilizar las fuerzas locales?”

“Sí.” Tanya asiente y Zettour se sumerge en un pensamiento silencioso como si reflexionara sobre sus palabras antes de sacudir la cabeza para indicar que sería difícil.

“Francamente, no veo la ventaja. Le daré mi opinión como alguien que mantiene la logística trabajando en la retaguardia. Si no estamos seguros de si alguien es un amigo o un enemigo, de alguna manera, es mucho más fácil tratar con él como un enemigo.”

Ante esa opinión, todo lo que podía hacer era suspirar. Si un tonto lo estuviera diciendo por su propia estupidez, podría reírse de eso como absurdo.

La razón por la que suspira es simple.

“Tiene un buen punto, pero en cuanto a si son amigos o enemigos, definitivamente son amigos.”

El General von Zettour es un estratega y el polo opuesto de un tonto.

Es un gran hombre que comprende el campo de operaciones, está bien versado en los asuntos de logística e incluso se mantiene ocupado trabajando en las relaciones entre el gobierno y el ejército como la figura principal en el Cuerpo de Intendencia. Realmente no se le puede llamar uno de esos tipos que están inclinados hacia el ejército en todos los aspectos, que están a favor de cualquier tipo de fuerza; en cualquier caso, es alguien en Berun que puede llevar las discusiones entre oficiales militares y funcionarios públicos a un compromiso.

¿Incluso alguien tan competente está, con perfecta compostura, diciendo cosas que me veo obligado a declarar erróneas?

¿Es tan problemático el paradigma del Ejército Imperial?

“¿Qué…? Coronel von Degurechaff. Nunca pensé que llegaría el día en que tendría que señalarle algo. Hay una montaña de informes de la Feldgendarmerie sobre el terreno. Lea el que prefiera.”

“¿Se refiere a esos tipos que no pueden distinguir entre amigos y enemigos?”

“Sí.”

Este es el tipo de cosas que hace que la gente se haga, Agh.

La causa de esto es simple. Los errores se mezclan. La conclusión del General von Zettour está indefensamente deformada por piezas de rompecabezas que no encajan.

“General, seré sincera con usted. La mayoría de los PMs en la Feldgendarmerie ni siquiera pueden hablar el idioma oficial de la Federación. Todos sus errores de suposiciones, prejuicios y confiar en interpretaciones poco confiables han resultado en un malentendido que bien podría llamarse un engaño.”

“… Continúe.”

“Necesitamos solucionar esta situación. Lo que necesitamos es poder distinguir entre amigos y enemigos. La gran mayoría de las minorías étnicas dentro de la Federación son más hostiles hacia el Partido Comunista que nosotros. No creo que sea imposible formar una alianza. Por eso…” Declara Tanya, mirando directamente a los ojos de su superior. “En lugar de emplear perros de caza, incluso siendo excelentes, con narices defectuosas, deberíamos contratar cazadores locales normales que estén bien informados.”

Después de unos segundos, pensando en silencio, el General von Zettour frunce el ceño y dice:

“… Eso tiene sentido, aunque la pregunta es si existen cazadores tan convenientes… Pero está bien. Entonces ¿quiénes? Estoy hablando con usted, Coronel von Degurechaff, así que estoy seguro de que tiene a alguien en el ojo.”

“Señor, creo que lo mejor serían las organizaciones policiales y los consejos nacionales.”

“Ese es un punto de vista novedoso, Coronel.” La mirada que recibe es severa.

Realmente no debe gustarle esa idea, Tanya se inquieta por dentro. ¿Las ideas que son perfectamente razonables para ella todavía son consideradas radicales por las personas clave en la cima del Ejército Imperial?

“Estoy seguro de que lo sabe, pero la Feldgendarmerie considera que esos mismos cuerpos son semilleros de guerrillas, y me han dicho que necesitan ser desarmados. Al menos, esos son los informes que van llegando a medida que limpiamos a los partisanos.”

Las palabras a medio gruñir de Zettour exhiben —¡ajá!— el acercamiento de un buen oficial que se esfuerza por comprender la situación de las tropas leyendo informes.

Pero. Tanya reúne su respuesta. Hay un factor que miembros del Ejército Imperial como el General von Zettour no tienen forma de entender.

“General, creo que debemos cambiar nuestro punto de vista. Ciertamente, somos súbditos imperiales, ya sea del este o del sur. Todos pertenecemos al Reich.”

“¿Y?”

“Es cierto que tanto la organización policial como el consejo nacional tienen guerrillas mezcladas. Entonces, en ese sentido, tal vez tenga sentido pensar que la gente se está levantando unida contra los invasores. Pero.” Declara Tanya con fuerza. Los documentos en los que el General von Zettour basa su comprensión de la situación son fundamentalmente incorrectos, desde sus propias premisas.

“General, por favor escuche. Todo es un error.”

Si tus premisas están equivocadas, estarás equivocado sin importar cuán inteligente y prudente seas como estratega. No hay forma de que comprendas correctamente las circunstancias reales. Al planificar la estrategia, el análisis de datos erróneos provoca discrepancias fatales.

La información correcta desde el terreno y una comprensión correcta de la situación deben formar tu base.

“Hablaré de mi experiencia luchando contra la guerrilla. Ciertamente existen, pero no todos los que toman las armas son uno de ellos.”

Los soldados no dudan en tomar las armas.

Están educados para tomar cualquier arma que esté a su alcance y luchar contra el enemigo. Tiene sentido, ya que están armados y disciplinados a expensas de una nación para estar listos para el combate. De hecho, tienen que ser así.

Pero los civiles son diferentes.

“General, por favor comprenda. En la región en cuestión, las armas se consideran herramientas de autodefensa. Los PMs encuentran fallas en las armas de autodefensa, pero… no entiendo su interpretación. Hablando en extremos, es lo mismo que arrestar a todo el que ponga un candado en la puerta.”

“… ¿Autodefensa? Coronel, son rifles militares y metralletas de la Federación.”

“¡General! Esa es precisamente la raíz del malentendido.”

“¿Hmm? Continúe, Coronel.”

“¡Por favor considere su situación! ¡Por supuesto, las únicas armas que pueden obtener actualmente son los desechos del Ejército de la Federación! ¿Realmente quiere decir que sus circunstancias les permiten importar armas pequeñas con prueba de compra de un proveedor en un país neutral?”

El principio del mercado es simple. Proliferarán los artículos de los que exista un excedente de oferta; es una verdad prácticamente histórica. La gente puede adquirir grandes cantidades de armas del Ejército de la Federación a bajo precio del suministro del Ejército de la Federación cuando se desechan.

Es prácticamente inevitable que la gente compre armas para las que es fácil conseguir munición en lugar de costosas pistolas automáticas. Para emplear una frase que no me importa mucho, incluso se podría decir que es la mano invisible de Dios.

Incluso bajo la aguda mirada de Zettour, Tanya hace su declaración sin vacilar.

“Sólo una terrible minoría está tomando las armas que adquirieron contra el Ejército Imperial. General, lo que se está desarrollando ahora es un escenario diseñado a propósito por la minoría.”

Donde no hay fuego, no hay humo, pero a menudo hay tipos de pirómanos maliciosos que quieren convertir una pequeña llamarada en un incendio gigante. ¿No es así como se mantiene el linaje bolchevique? Quiero decir, es totalmente su especialidad.

“Es cierto que hay elementos destructivos que intentan iniciar lo que apenas merece ser llamado un movimiento de resistencia avivando las llamas de la discordia y la desconfianza en ambos lados. El problema no es tanto la resistencia, sino que no estamos logrando detener a los instigadores.”

“¿Entonces la mayoría de ellos son oportunistas? ¿Están agitando células de la Federación que pueden o no pueden… realmente apoyar?” Zettour asiente con una gran mueca.

Incluso con una mente tan aguda como la suya, supongo que conviene repetir que al basar las decisiones en premisas erróneas es imposible llegar a la respuesta correcta.

Sigue un breve silencio.

Manteniéndose en silencio, Zettour mira hacia el techo, comienza a mover la boca para decir algo, se traga las palabras y finalmente da un pequeño suspiro. “… Veo a dónde quiere llegar. En otras palabras: somos uno. Pero el enemigo puede o no ser uno, ¿verdad?”

Tanya se siente aliviada de escucharlo decir eso.

Como era de esperar, supongo, el intelecto del General von Zettour aparentemente está despejado. Que pudiera ver tan rápidamente la verdad de una minoría controlando a la mayoría a través del miedo… es incluso una sorpresa para Tanya.

“Sí, General von Zettour. La mayoría de los soldados enemigos que interrogamos en el campo de batalla luchan no por el partido sino por su grupo étnico. Para decirlo de otra manera, no tenemos que estar de acuerdo con la ilusión de que cada civil de la Federación es un enemigo.”

“… Esa es una noticia digna de un dolor de cabeza. Si es verdad, somos tontos. Hemos cometido otro error estratégico que deberíamos haber evitado.”

“Pido disculpas por tomarme tanto tiempo para entender lo que realmente estaba pasando.Le dejo a usted si debo renunciar o no.”

“No, no hay necesidad de eso. Al contrario, hizo un buen trabajo al darse cuenta de todo esto. Lo averiguamos antes de que fuera demasiado tarde. Consideremos que somos afortunados.”

Nos siento más que agradecimiento por su consuelo, pero al mismo tiempo, es un agudo recordatorio de mi incompetencia. Mi odio a los comunistas causó un problema grave.

Mis prejuicios deformaron severamente mis observaciones, que deberían haber sido objetivas.

Incluso las palabras de Zettour hablan de la gravedad de nuestro fracaso. Si tuvimos “suerte”, eso significa que evitamos el desastre sólo por casualidad. ¿Nos salvó algo tan poco fiable como la suerte?

Entonces, ni siquiera podemos decir que fuimos salvos. Un error una vez cometido debe rectificarse o se repetirá.

……

La Coronel von Degurechaff se fue con un saludo sereno y, después de verla salir, el General von Zettour se quedó en silencio durante un rato.

Cuando dudó de sus suposiciones y consideró la situación… probablemente requirió una acción inmediata. No estaría bien cometer el mismo error dos veces.

Tomó el auricular que tenía a mano y dijo que era urgente. Y cuando apareció el Coronel von Lergen poco después, Zettour fue directo al grano.

“Coronel von Lergen, quiero cambiar mi próximo destino de inspección.”

“¡Sí, señor! Haré los arreglos de inmediato. ¿Sería ese el frente sur que le preocupaba?

¿Para observar la operación del General von Romel?”

Una respuesta excelente y lista. Era natural que un miembro de la División de Operaciones pensara en la situación recientemente estancada en el continente sur.

“No, el este.”

“¿El este? La unidad de inspección de operaciones se dirigirá allí en unos días. ¿Va a ir con ellos?”

A pesar de que Zettour se había lanzado directamente al negocio en cuestión, Lergen pudo ofrecer un plan de inmediato. Cuando se trataba de coordinar y brindar asistencia, el Coronel von Lergen era un oficial de Estado Mayor modelo.

Pero incluso él estaba equivocado. No, era menos que estaba equivocado, más que simplemente no tenía forma de saberlo. Si los términos fundamentales en el este hubieran cambiado, las inspecciones a nivel de operación no tendrían sentido. Lo que tenían que hacer era revisar las reglas del juego.

Zettour negó con la cabeza para aclarar pensamientos extraños y continuó con su concisa explicación.

“Tengo la intención de tomarle prestado de Operaciones, pero no tengo planes de acompañarlos. Hablaré con el General von Rudersdorf. Simplemente haga los preparativos necesarios.”

“¡Sí, señor! ¿Puedo preguntar sobre nuestro objetivo?”

Incluso si tiene dudas, se las traga como es apropiado. Es sorprendente que este oficial de rango medio pueda apoyar a Rudersdorf, con toda su desbordante confianza. La única razón por la que alguien tan irresponsable es tan eficiente en la realización de operaciones es su gente. Dadas las circunstancias, será difícil, pero realmente me gustaría emplear a Lergen para que realice una operación secreta.

“Por supuesto. Vamos a inspeccionar la administración de logística en la retaguardia y también por un asunto confidencial… Oh, claro. Hay otro favor que me gustaría pedirle. Busque un especialista en temas de grupos étnicos. Cuanto más rápido, mejor.”

“Entendido. ¿Serviría el miembro del Congreso Nacional con el que estábamos buscando cooperar en Operaciones?”

“No me importa, siempre que sepamos con certeza que no es un espía. Si es posible, lo mejor sería alguien en quien podamos confiar para mantener la confidencialidad.”

“Disculpe, General, pero permítame hacerle una pregunta curiosa. Por lo que está diciendo, señor, parece que… ¿el asunto confidencial tiene algo que ver con cuestiones étnicas?”

“No lo negaré, Coronel. Puede pensar en ello como parte de nuestros esfuerzos de pacificación. Si es posible, me gustaría considerar reunirme con el liderazgo en el terreno.”

“Entendido. Queremos a alguien que tenga conexiones en la zona y pueda guardar un secreto. ¿Para cuándo, señor?”

Es de los rápidos, pensó el General von Zettour con una sonrisa. Iba a causar muchos problemas al Coronel von Lergen, quien asintió con la cabeza diciendo que se lo había metido todo en la cabeza. Pero no tenía elección.

“El comienzo de la próxima semana.”

“¿G-General?” Pero hoy es viernes llegó sin ser dicho en el desconcierto de Lergen. Zettour lo había llamado al final del día y le había ordenado que hiciera los arreglos para el lunes en la mañana.

Por supuesto que estaba desconcertado.

Pero Zettour presionó la estricta orden sobre él y le dio a Lergen una mirada firme que decía: ¿Y qué pasa con eso? Estaban en guerra. En tiempos de guerra, la necesidad triunfaba sobre todo lo demás.

Para un oficial del Estado Mayor, cumplir con sus deberes militares con la debida prisa era su deber sagrado.

“Lo siento, pero por favor haga los arreglos. Si es necesario, puede hacer que el personal del Cuerpo de Intendencia se rompa la espalda trabajando. De todos modos, tenemos poco tiempo. Póngase en marcha.”

“Sí, señor. Inmediatamente.”