Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 4

Capítulo 7: Sentimientos Inquebrantables

Parte 3

… Phoenix, 14º día. Domo Sirius; sala de espera.

“Bueno, entonces, ¿iremos pronto?”

Cuando Kirin la llamó así, Saya levantó su mirada, que estaba centrada en sus manos y asintió con su inexpresividad habitual.

“¿ ? ¿Qué es eso?”

Saya aparentemente estaba mirando un viejo pedazo de papel.

“… Este es mi amuleto de la suerte.” Saya declaró abiertamente.

Cuando ella se lo mostró a Kirin… era un billete escrito a mano rebosante de sentimientos artesanales. Probablemente fue algo hecho por las manos de niños, donde las palabras “ticket de deseo” fueron escritos en caracteres encantadores.

“Es un ticket mágico. Que hace que cualquier deseo se haga realidad.”

“Wow… Es maravilloso.”

Probablemente era un recuerdo muy importante para Saya. Incluso desde la forma en que usaba sus manos para manejar ese ticket, podía ser profundamente sentido.

“Ah, entonces, ¿por casualidad deseaste por la victoria de hoy?”

Sin embargo Saya suavemente sacudió la cabeza.

“No. Esto es sólo un amuleto de la suerte. La victoria de hoy es algo que sólo tenemos que tomar con nuestro poder.”

“… Tienes razón. Lo siento.”

Las palabras de Saya estaban del todo bien. Con el pensamiento optimista de confiar en algo así… no podían pasar a través de este punto.

Kirin pensaba así y una vez más fortaleció su resolución. Al mismo tiempo Saya guardó el ticket en el bolsillo de su pecho y poco a poco se dio la vuelta hacia Kirin.

“… Kirin.”

“S-Sí. ¿Qué pasa?” Ella respondió francamente.

“… Gracias.” Saya de repente bajó la cabeza.

“¿Eeh!? ¿Por qué tan de repente?”

“Es gracias al poder de Kirin que hemos podido llegar hasta aquí. Lo aprecio.

” “O-Oh, no. ¡Por favor basta…!”

Por el repentino suceso Kirin agitó ambas manos.

“… Quería llegar aquí por todos los medios.” Saya dijo y apretó los puños con fuerza.

“Con el fin de derrotar a las marionetas autónomas de Allekant. ¿Cierto?”

Kirin también había oído hablar de las circunstancias que dieron lugar a la participación de Saya en el Phoenix. El arma que el padre de Saya hizo fue insultado por una estudiante de Allekant, y ella quería hacerla retractarse.

Sin embargo. Ella ciertamente lo había encontrado un poco extraño.

Ella entendió que era muy importante para Saya, pero aún así, también pensó que participar en el Phoenix sólo por eso era ir demasiado lejos.

Entonces, como adivinó lo que estaba pensando Kirin, Saya sonrió con ironía.

“… Kirin. Déjame decirte algo. Mi padre perdió una gran parte de su cuerpo en un accidente en el Instituto donde trabajaba.”

“¿Eh…?”

Ya que ella dijo eso así como así… Kirin, por un instante, no podía entender el significado muy bien.

“Afortunadamente. Su cerebro se salvó por lo que entonces construyó un Atelier en la casa con el dinero de la indemnización y lo conectó con la unidad central (de su cerebro). Él mismo parecía estar satisfecho, ahora que podía moverse para hacer más movimientos precisos de los que podía con su cuerpo real, después de algún tiempo para acostumbrarse.” (NT: Atelier. Es francés, significa “taller”.)

“…” Kirin, sin saber lo que debía decir, sólo podía mirar hacia abajo, preocupada.

“No te preocupes. Papá dice que estuvo bien, ahora puede investigar libremente lo que le gusta. Ya he llegado a un acuerdo con él también.”

“Lo que le gusta…” Kirin. Tras señalar lo obvio.

“… Hacer armas para mí.” Saya dijo mientras acariciaba el cuerpo de activación Lux que colgaba de su cintura.

“… ¿Para Saya-san?”

“Sí. Es por eso que lo que Camilla Pareto dijo era perfecto en un sentido. Después de todo. Este poder, en vez de ser hecho para muchas ‘personas’, fue creado solo para una persona… ‘Yo’.”

Cuando exhaló allí… Saya cerró los ojos una vez… y luego los abrió lentamente.

“Pero, aún así, por eso no voy a perdonar el hecho de que ella lo niegue.”

Detrás de las pupilas de Saya una voluntad fuerte y firme estaba brillando ardientemente.

Era una convicción inquebrantable.

“… Ah. Es cierto. Por favor, mantén en secreto a Ayato lo que dije sobre mi padre.”

“¿Por qué?”, Preguntó Kirin.

“Ayato es amable… así que estoy segura de que va a hacer un escándalo al respecto. Tengo la intención de decirle después de que este torneo haya terminado.”

“… Entiendo.”

Si Saya elige eso… entonces Kirin no se entrometería.

Incluso mientras pensaba eso… Kirin en secreto sonrió con ironía. La preocupación de Saya parecía a la de ella.

“Estoy cansada de haber hablado tanto… vamos.” Saya tomó un pequeño respiro y salió de la sala de espera.

“S-Sí.”

Kirin también colgó Senbakiri en su cintura y rápidamente corrió detrás de su espalda.

El pasaje que conducía al escenario era largo y oscuro.

Pensando en ello… esta era la primera vez que tenían un encuentro en el Domo Sirius. No era muy diferente de los otros escenarios a gran escala, pero como era de esperar, se consideraba que era algo especial tener un encuentro en el escenario principal de Asterisk.

… Un poco más adelante, en el pasaje, las figuras de dos personas podían verse cerca de la puerta de entrada.

Cuando Saya también notó eso su ritmo ligeramente se debilitó.

Ella comprendió gradualmente, mientras la distancia se cerraba, pero eran al parecer mujeres.

(Uniformes de Allekant… eso significa que tal vez esas personas son…)

“Hola, hola, señorita. Mucho tiempo sin verte.”

Una de ellas, una mujer, que ataba su cabello recogido en una cola de caballo, Ernesta Kühne, comenzó a hablar con ella un tanto extraña y brillantemente.

“… ¿Qué quieres?”

“Oh, eres más bien fría. A pesar de que vamos a luchar unas contra otras después, esto realmente no significa que no debamos profundizar nuestra amistad, ¿cierto? En realidad no es como si les dijera que renunciaran al encuentro.”

“Son las marionetas las que lucharán. No tú.”

“Hmm, bueno, eso es cierto. Pero…”

Ella sentía que no había manera de llevarse bien con Saya.

Kirin no sabía qué hacer en esta situación y sólo podía ver a los intercambios inseguramente.

“Es sólo que hay algo que nuestra Camilla quería decirte antes del partido sin importar qué.”

En respuesta a las palabras, la mujer morena, que estaba muy lejos de pie detrás de Ernesta, Camilla Pareto, dio un paso hacia adelante.

“Cuánto tiempo sin verte Sasamiya Saya. Que, parece que también he malentendido un poco, así que pensé que debía decirlo antes del encuentro.”

“¿Malentendido?”

“Sí, he visto tus encuentros y he comprendido. Si nos fijamos en ellos de forma individual los Luxes que utilizas son defectuosos. Sin embargo, a través de tu uso, en otras palabras, al verte a ti misma incluida con ellos como un arma, no tengo más remedio que admitir que es poderoso sin igual.”

Al oír estas palabras, Saya miró a Camilla sorprendida.

“Entonces…”

“Pero no tengo ninguna intención de retractarme de las palabras que dije el otro día. Cuando se te incluye, junto con la pistola, como un arma, significa que la inestabilidad orgánica más bien aumenta. Así que no es práctico, después de todo. Y en la convicción y orgullo de mi Ferrovius, esa tendencia de concentrar un poder para un individuo es inadmisible.”

Delante de Saya, que estaba a punto de decir algo, Camilla declaró.

“… Entonces, me limitaré a superar tus muñecas y hacer que lo admitas.”

“Es imposible. Si por casualidad… aunque es imposible, incluso si Ardi y Rimsi perdieran ante ustedes, yo todavía no lo admitiría.”

Al oír estas palabras, Saya, con ojos llenos de ira, miró a Camilla.

“… Sin embargo, voy a retractarme de las palabras del otro día entonces. Todas las tecnologías, que la Ferrovius y yo hemos apilado, se vertieron en los armamentos de Ardi y Rimsi. Si fueras a derrotarlos entonces, incluso yo tengo que admitir que es práctica.”

Cuando Camilla dijo todo eso… le dio la espalda a Saya y se alejó.

“Ah, espe-, ¿no es cruel irte inmediatamente de nuevo después de haber terminado tu asunto? A pesar de que quería preguntar muchas cosas ya que también estoy interesada en el armamento de esa niña… Hey. Ah cielos, ¡Espera! Camilla.”

Ernesta corría detrás de su espalda, mientras saltaba arriba y abajo como una rana.

Sin embargo Ernesta, de repente paró, miró hacia atrás y gritó.

“Bueno, entonces… ¡Dejo a nuestros niños a su cuidado! ¡Pasen un buen rato!” Mientras ella sacudía sus manos con entusiasmo como una niña.

Esta vez con seguridad desapareció por el pasillo con pasos rápidos.

“…”

Saya estaba inmóvil mirando en su dirección por un tiempo, pero pronto volteó hacia la puerta de entrada.

“Vamos, Kirin.”

“Sí.”

Hacia el escenario, que se arremolinaba con luces y aplausos, extendió las piernas.

“… Absolutamente vamos a ganar.”

“¡Sí!”