Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 2

Capítulo 1: Un día Normal

Parte 3

—Lenoa. Vamos a entrar.

—Ahh, Riveria, así que has venido… ¿Qué es esto, la chica está contigo hoy?

—H-Ha pasado mucho tiempo.

Las elfas habían llegado a una tienda de aspecto sombrío ubicada en una calle lateral que se extendía desde la calle principal Noroeste, después de muchas vueltas, un descenso por una escalera, y una puerta de madera deformada.

La tienda en sí era decentemente espaciosa, pero un poco sombría. Lámparas de piedras mágicas se diseñaron para parecerse a bolas de fuego colgadas en el techo. Las estanterías construidas en las paredes contenían jarras llenas de serpientes, ranas, escorpiones y otros insectos deslumbrantes. Algo parecía estar hirviéndose en un caldero negro en la parte trasera de la tienda, a juzgar por el vapor rojo que se levantaba de ella. Los ojos de Lefiya saltaron de un punto a otro; Ella no estaba acostumbrada a estos alrededores. Al mismo tiempo, una anciana detrás del mostrador llevaba un bastón hacia Riveria.

— ¿Los cristales mágicos han sido reemplazados?

—Sí, todo estuvo bien. Conseguimos los especiales como pediste. Pero, desde mi punto, romper cuatro a la vez en una de esas expediciones o lo que sea que hagas, es inaudito…

El cabello blanco de la dueña de la tienda se destacaba contra su túnica negra. Con su torcida nariz contraccionada, las arrugas alrededor de su boca trabajaron duro para hacer una sonrisa mientras se quejaba.

Riveria le había pedido que hiciera reparaciones a su plateado y blanco bastón. Tomándola con ambas manos, ella lo inspeccionó de cerca. Como un alto elfo, sus rasgos graciosos fueron suficientes para dar celos a las diosas. Sus inmaculados ojos de color jade se subieron por el eje de su arma, contando un total de nueve cristales mágicos antes de mirar a la anciana.

Los bastones diseñados para usuarios mágicos como éste no durarían mucho en combate cuerpo a cuerpo y no podrían encontrarse en las tiendas de fábrica de armas. Estos fueron diseñados para amplificar la potencia mágica de los usuarios y aumentar la efectividad de su Magia, completamente diferente a las armas como espadas que fueron diseñadas para proporcionar una ventaja de corte a la Fuerza de un aventurero. Por lo tanto, los creadores de estos bastones deben también poseer magia de muy gran alcance. Muy pocas personas eran capaces de crear estas armas desde cero, y las que tenían tal habilidad eran conocidas como “Magos”. Para decirlo de otra manera, eran herreros para bastones.

Los magos usaban madera de los santos árboles que comprendían de muchos bosques élficos, así como tipos especiales de metal y minerales para crear elementos que mejoraran las habilidades de un usuario mágico. También podrían crear cristales mágicos que no existían naturalmente en el mundo. Viniendo en muchos colores brillantes, los cristales aumentaban dramáticamente los efectos de los hechizos. La diferencia entre un bastón con estos cristales y uno sin estos era como la noche y el día. La cabeza del bastón que Lefiya llevaba consigo estaba equipada con cuatro cristales mágicos de color azul.

Filas sobre filas de cortos y largos bastones de madera, diciendo que eran el alma y el corazón de un mago, bordeaban una de las paredes de esta tienda, que ya estaba llena de muchos misteriosos y cuestionables elementos. Mirando a su alrededor para ver si había algo más importante, Lefiya pasó a echar un vistazo a un libro extraño en un estante muy por encima del mostrador.

—Umm… Corríjame si me equivoco, pero ¡¿Eso es un grimorio?!

—Ahh, bien visto, niña. Es un grimorio.

Lefiya parpadeó con incredulidad mientras la dueña de la tienda asentía lentamente. Increíblemente grueso, la portada del libro estaba llena de insólitas letras e insignias. El raro grimorio tenía un milagro dentro de sus páginas: la capacidad de forzar a un lector a aprender un hechizo Mágico. De todas las personas en el mundo, era posible contar los pocos que fueron capaces de hacerlo.

— ¿Tu no esperas que me crea que tú lo inventaste, Lenoa?

—Ee-hee-hee-hee, oh no no. No soy una maga tan poderosa. Tengo un conocido en Altina que fue lo suficientemente amable como para darme uno.

La respuesta de Lenoa sugirió que no estaba divulgando toda la historia.

Un grimorio bien hecho no sólo le enseñaba a su lector una nueva Magia, también podría aumentar las ranuras mágicas en su estadística. El número máximo de ranuras era tres; No había manera de agregar un cuarto. Sin embargo, aquellos con dos ranuras ganaría un tercero, y aquellos con uno ganaría un segundo.

Este elemento podría aumentar de forma espectacular la capacidad mágica de un aventurero instantáneamente. Por esa razón, un solo grimorio fue valorado más que incluso las armas de la parte superior de la línea.

Este objeto en particular estaba a la venta pero había tenido su precio reasignado varias veces como los más viejos que estaban tachados por escrito. Aun así, la enorme figura de la etiqueta del precio envió escalofríos hasta la columna vertebral de Lefiya.

—Bueno, para ustedes dos, que pueden usar más de cuatro hechizos, apuesto que esta cosa no es más que un brillante pisapapeles.

Parecida a una vieja bruja que nunca revelaría su lugar de nacimiento o familia, la dueña de la tienda miró a Lefiya y Riveria con su nariz torcida en lo alto y con una sonrisa en sus labios.

—Hay algunos en Altina que tienen sus ojos puestos en ti.

— ¿Y-yo también? ¡¿No sólo en la señorita Riveria?!

—Vamos, niña, ¿Pensaste que nadie notaría un título tan llamativo como “Mil”? EE-he-he-he, no viajes sola por la noche.

—Suficiente con esas amenazas sin sentido, Lenoa. Lefiya, no la tomes en serio. Nos vamos.

—No estoy bromeando del todo, ¿Verdad, Riveria? … Hee-hee, gracias por el negocio.

La dueña de la tienda las vio salir por la puerta con una misteriosa sonrisa en su rostro. Tirando de Lefiya, todavía tragando saliva, de la muñeca, Riveria salió de la tienda.

***

Finn y Tione llegaron al vestíbulo de mármol blanco de la sede del gremio.

Trabajando su camino a través de las masivas multitudes de aventureros del Panteón que podían rivalizar con la multitud en la calle principal de afuera, ellos se dirigieron a un gran tablón de anuncios.

—Es bueno aceptar una misión normal de vez en cuando. Ya que vamos a ir de todos modos,

¿por qué no hacer de nuestra aventura nuestro camino? Además necesitamos dinero,

¿Verdad?

—Sí. Aiz y Tiona tienen que pagar por sus armas. Aiz también tiene que pagar un precio ridículo, pero esa idiota hermana mía sólo tuvo que pedir un arma cargada de adamantite…

—Entonces, necesitamos muchas misiones sencillas que paguen bien… Parece que deberíamos quedarnos con misiones de tipo monstruo.

Finn y Tione buscaron en el tablón de anuncios cualquier misión que se alineara con sus planes. El propio tablero tenía tantas hojas de papel sujetas a él que era difícil ver el color original debajo. Cada hoja de papel detallaba una misión disponible para que los aventureros emprendieran, que iban desde recolectar artículos especiales hasta proteger caravanas con mercancía. A pesar de que no todas las misiones se involucraban en el Calabozo, tenían muchas opciones para elegir.

—Oye, este parece interesante.

—¿Cuál?

—”Canción que hace eco a través del Calabozo… Por favor encuentren la fuente de la canción que se escucha en los niveles profundos”… ¿Oh? Aparentemente no es el rugido de un monstruo, es más como una dulce melodía. Lo suficientemente cautivador como para hacer que este tipo se enamore, por el sonido de él. Quiere saber si es una persona, un monstruo, o el Calabozo… El cliente afirma que piensa tanto en esto que no puede dormir por la noche.

—Eso no es bueno, general. Obviamente es una búsqueda inútil. La recompensa no es tan buena y no tenemos tiempo que desperdiciar.

—¿Dónde está tu sentido de la aventura?

Los hombros de Finn se desplomaron ante la respuesta menos entusiasta de Tione. No había nada que los aventureros quisieran más que un misterio que hacía que sus corazones anhelaran una respuesta, o al menos eso era lo que Finn decía. El Hobbit lanzó una sonrisa

juvenil y dentada.

Los dos pasaron algo de tiempo buscando misiones de interés y las sacaron del tablón de anuncios. Luego fueron al mostrador de recepción del Gremio para llenar el papeleo, y las misiones eran oficialmente suyas. Una vez que completaran la misión, ellos podrían volver a esta ventana con el contrato y la prueba de que lo habían completado—o los elementos solicitados— y reclamar los premios dejados por el cliente de la misión.

Además, la reputación de un aventurero con el Gremio aumentaba cada vez que completaban una misión. Completa bastante de estos, y el gremio probable aumentaba el rango de tu familia. Por supuesto, las misiones no eran equitativas. Realizar las misiones difíciles era la mejor manera para que las familias que exploran calabozos ganen una buena reputación ante los ojos del Gremio.

Finn y Tione agradecieron al empleado de la recepción por su tiempo tan pronto como los contratos fueron terminados. Entonces los dos dejaron el Gremio y se dirigieron a reunirse con los demás en Babel.

—Oh, es Finn y Tione.

— ¿Somos los últimos? Lamento haberles hecho esperar.

Las cuatro chicas se habían reunido en la sombra de un árbol que se hallaba a unos diez metros del rascacielos blanco que se alzaba sobre el centro del extenso Parque Central de Orario.

Tres juegos de ojos se voltearon para ver a Finn, llevando una lanza sobre su hombro, y Tione con una gran mochila colgada sobre su espalda. Pateando una de las extensas hojas, Tiona cogió con entusiasmo su propia gran arma cuando llegaron los últimos de su grupo.

Riveria y Lefiya tenían sus bastones mágicos listos, y Aiz ajustó la funda de Desperate a su cintura.

—Parece que todo el mundo está listo para ir. ¿Nos vamos?

—Sí. Ha pasado demasiado tiempo desde que hemos rondado juntos por el Calabozo.

—Eh-hee-hee ~. ¡He estado ansiosa por llegar toda la mañana!

— ¿Podrías cuidarte por una vez?

Finn y Riveria intercambiaron palabras justo antes de que Tione se cansara de la emoción vertiginosa de Tiona. Lefiya sonrió a las dos amazonas antes de voltearse hacia Aiz.

—Haré todo lo posible para ser útil.

—Gracias, Lefiya… también trabajaré duro.

Aiz lanzó una débil sonrisa antes de unirse a los demás mirando hacia el cielo.

El rascacielos blanco parecía atravesar los cielos de arriba. Ellos pasaron unos instantes contemplando la sublime torre antes de que sonaran las campanas desde el este. Ahora era

exactamente el mediodía.

Con el anillo metálico resonando por la ciudad, el grupo de batalla se abrió camino a través de la puerta principal de la torre de Babel.

***

—…

En la sala más alta de la torre central de la mansión Twilight.

Loki se sentó en silencio entre los muchos tipos de botellas de vidrio y artículos únicos esparcidos por su habitación, examinando los folletos de noticias uno a la vez.

Vendidos por comerciantes e incluso algunas familias, cada uno de ellos tenía varios artículos escritos en Koine. Muchas estrategias entraron en la venta de estos papeles — algunos vinieron con ilustraciones minuciosas, otros tenían títulos que llamaban la atención o ingenio chistoso en sus narrativas. Cualquier cosa para atraer a clientes potenciales.

Los ojos de Loki se iluminaron cuando pasaron por algunos chismes recientes y encontraron un artículo relacionado con los monstruos que se escapaban a la ciudad, el incidente durante la Monsterphilia.

—Dahh ~… No hay nada nuevo en este tampoco.

Loki se quedó en su silla mientras lanzaba las noticias a la mesa. Además de los otros folletos que acababa de leer, había unos cuantos papeles ilustrados más grandes extendidos sobre este. La mayoría de ellos representaban los acontecimientos de la Monsterphilia.

La negligencia de la Familia Ganesha, la trama de un espía para atacar a la ciudad, algún dios que sólo quería ver lo que sucedería—cada uno tenía sus propias teorías sobre cómo los monstruos escaparon, pero Loki estaba buscando algo más específico: Información acerca de monstruos plantas carnívoras. Ninguno de los periódicos los mencionaba.

—Hmph; gruñó una frustrada Loki mientras se recostaba en la silla y ponía sus manos detrás de su cabeza. Con su mirada que se levantaba de la mesa al techo como si estuviera profundamente pensativa, ella se levantó lentamente.

Ella salió de su habitación y subió por la escalera de caracol que la conectaba con el resto de su casa, luego cruzó uno de los puentes de piedra en otra torre.

Ella miró dentro de cada habitación que pasó para ver quién estaba alrededor. Incapaz de encontrar a alguien, ella terminó en el salón principal que funcionaba como una sala de recepción. También era un lugar favorito para relajarse para muchos miembros de su familia.

—Oh ¿Eres tú, Bete? ¿Dónde está Aizuu y el resto?

—… En el Calabozo, ¿Dónde más? Incluso arrastraron a Finn con ellas. No volverán por un tiempo, por lo que escuche.

El hombre lobo tenía los pies en alto, tendido en un sofá en una pequeña habitación justo al

lado del pasillo que se usaba a menudo para consultar. Él había mirado a Loki entrando y escupió una contundente respuesta sin molestarse en levantarse.

—¿Así que te dejaron de lado?

—¡Qué demonios hice!

Bete gruñó mientras se recomponía. Murmurando algo como “No seas estúpida” en voz baja, su cola ahora libre se golpeaba contra el sofá con un fuerte golpe. Ella había dado en el clavo justo en la cabeza.

—Ya, ya, ahora…; dijo ella con voz suave y calmante.

Cambiando el tema, ella le preguntó cuáles eran sus planes para el día de hoy. —… No estaré haciendo nada; dijo él después de unos momentos de silencio.

—… Digo, Bete. Perdón, pero ¿Te importaría quedarte conmigo por el día de hoy?

— ¿Huh? ¿Y por qué?; Preguntó Bete, con sus cejas hundidas en una mirada sospechosa.

—Hay algo en lo que quiero investigar.