Youjo Senki (NL)

Volumen 3

Capítulo 6: La Campaña Del Sur

Parte 1

El rey lamentó su victoria.

Había sacrificado demasiado por ello, y si lograba otro triunfo similar, su ejercito se arruinaría.

Victoria pírrica.

22 DE SEPTIEMBRE, 1925 AÑO UNIFICADO, SUR DEL CONTINENTE

“Eliminaremos toda la artillería enemiga. Mayor von Degurechaff, ¿qué hay de su unidad?” “¿Huh? ¡Reconécteme!”

“¡Conéctame con el Cuartel General! ¡Tenemos interferencia de señal, 1105! ¡Solicito un bypass!”

El puesto de comando de campo improvisado estaba alborotado por la interrupción de la señal.

En el frente sur, donde la lucha se había intensificado rápidamente, todos habían perdido la calma.

… Bueno, así fue en el Rhine. Sería extraño si estuvieras compuesto en el campo de batalla. Y aquí estaba Tanya, sus días en las tierras del sur no eran diferentes de sus días en el oeste.

Ella ya sabía cómo tratar de parchear a través de Cuartel General en la línea cableada cuando la conexión inalámbrica no se conectaba.

Ella había experimentado prácticamente todo tipo de problemas de comunicaciones de combate posibles tanto en la guerra de trincheras como en las de alta maniobra. Ella estaba versada en las contramedidas, por lo que no se asustaba ante este grado de problemas. Ella procedía rápidamente a través de la lista de verificación de acciones que deben tomarse. Los operadores de radio abrieron inmediatamente una línea cableada al Cuartel General.

Su eficiencia era digna de elogio.

A pesar de la breve interrupción de la cadena de comando, se las arreglaban sin dudar. Pero después de un breve intercambio, sus caras se pusieron pálidas.

“¡No hay interferencia! ¡No hay ruido! ¡Tenemos conexiones claras con unidades en el área! ¡El problema es una falla mecánica en el lado 44!”

Ahh, maldita sea.

Ella maldice en su cabeza porque sabe lo que eso habría significado en las líneas del Rhine. Lo mismo seguramente iba para cualquiera bautizado en ese frente.

“¡Sigue llamando! La onda corta está bien. ¡Inspeccione nuestro equipo una vez más, por si acaso! ¡De prisa!”

Ella quería poner sus esperanzas en una pequeña posibilidad, pero no esperaba nada.

A veces era mejor ser pesimista y esperar lo peor en el campo de batalla en lugar de tener muchas esperanzas. La esperanza es importante, pero si confías en esa morfina en la batalla, te arruinarás.

¿Supongo que se podría decir que va como se esperaba? Uno de los operadores de radio revisa rápidamente la máquina, pero está bien. Todas las máquinas están funcionando normalmente. Insisten en que, si todo está bien, significa que el 44° Batallón de Magos estaba teniendo problemas mecánicos.

Si eso era cierto, no era bueno.

Esta era una batalla de alta maniobra en el desierto de Barbad. Si no podían contactar al puesto de mando del Séptimo Kampfgruppe, la vanguardia del flanco izquierdo, causaría más que confusión en la cadena de mando.

¿Qué está pasando? Los oficiales se están frustrando, pero tienen el autocontrol para no dejar que se vea en sus caras.

Era axiomático que, si los oficiales se sacudían innecesariamente frente a sus soldados, la confusión aumentaría rápidamente. Incluso el oficial más nuevo, el Teniente Segundo Grantz, lo sabía.

“¡Hemos establecido contacto! ¡En la onda corta!”

“¡El código de acceso coincide!”

Por un momento, el alivio se desplaza a través del puesto de comando de campo improvisado.

Tanya no podía evitar tener una opinión seria al respecto. ¿Supongo que los oficiales más jóvenes y los muchachos menos experimentados no pueden evitar pensar positivamente?

Tampoco era fácil para una persona lógica y con mentalidad económica formar el hábito de esperar lo peor.

Incluso era cierto en los negocios financieros que no eran de vida o muerte. La lógica de la economía del comportamiento revelaba brillantemente eso cuando se aplicaba a burbujas y crisis. Debe ser difícil prepararse optimistamente para lo peor en un campo de batalla para estos tipos que no tienen suficiente experiencia, se queja Tanya en su mente.

“¡El Mayor von Leinburg ha muerto en acción!”

Era la peor noticia, pero no tenía por qué ser una catástrofe, por lo que se sentía aliviada a su manera.

Echó un vistazo discreto alrededor del puesto de mando y ve que los veteranos entendían bien la situación y estaban trabajando sus cerebros para controlar las cosas. No parecía que las cosas cayeran en un pánico perjudicial.

No está mal.

Cuando fue criticada y enviada al sur por tratar de tomar el asunto en sus propias manos y casi resistirse a las órdenes, el lado positivo fue que pudo traer su batallón. Gracias a eso, el tiempo que tenía que dedicar a la educación se reducía a la mitad.

No, si delegaba parte de ella en sus subordinados, nuevamente podía reducirlo a la mitad.

En otras palabras, en lugar de tener que educar a todos a su propio costo, podía salirse con la suya con sólo el 25 por ciento de la carga de tiempo y esfuerzo. Ahora eso es lo que llamas ser eficiente.

De todos modos, cualquier organización sobresaliente se mantiene constantemente para que sus engranajes no se oxiden. Los humanos son las entrañas de una organización. Y, naturalmente, un ejército incorpora víctimas mortales en la planificación y el mantenimiento de su organización.

En otras palabras, las cosas están dispuestas de modo que la muerte de un solo comandante del Kampfgruppe, por muy buen soldado que fuese, no perturbaría la lógica de la organización militar. Un ejército que era un conjunto de innumerables personas que podían sustituirse entre sí tras una organización terriblemente costosa pero extremadamente resistente.

“¡Cuartel General llamando al Séptimo Kampfgruppe en un área amplia!”

Perdieron el contacto con el Mayor von Leinburg. Aunque llegó por onda corta, el informe de la unidad amiga es que lo mataron.

A menos que las personas realmente tengan la cabeza en las nubes, el comando se transfería al siguiente oficial en línea lo antes posible para minimizar el impacto en la cadena. Y en el Imperio, donde están acostumbrados a las guerras, la sucesión de comandos era rara pero no desconocida.

Lamentablemente, en esta guerra, sin embargo, tantos líderes de alto rango habían caído que la sucesión de comandos se estaba normalizando.

“A partir de este momento, el mando del Séptimo Kampfgruppe recae en la Mayor von Degurechaff. ¡Dicen que pongan manos a la obra para reorganizar las líneas de inmediato!”

“Degurechaff, roger. Puede decirle al Cuartel General.”

La entrega de la notificación fue lo suficientemente hábil como para sugerir que fue bien practicada, y Tanya grita su asentimiento. Ella quiere gritar sobre cómo está siendo sobrecargada de trabajo, pero apenas logra negarse y abstenerse.

Como subcomandante del Séptimo Kampfgruppe, su deber bajo estas circunstancias era hacer el mejor juicio posible.

Mientras sea su deber, evitarlo va en contra de su contrato.

Los bárbaros pre-modernos podían haber cometido tales injusticias, pero como ciudadana culta con una educación moderna, ella absolutamente no podía. Entonces, para cumplir con su deber, saca un mapa que mostraba la vaga información que tenían sobre el enemigo y comienza a entender la situación.

Luego, justo cuando se inclina para marcar el lugar donde el Mayor von Leinburg y su unidad fueron atacados…

… Algo le roza la espalda.

Su cuerpo reacciona antes de que su cerebro tenga tiempo de pensar. Ella instantáneamente cubre su cabeza y golpea el suelo.

Guiada esencialmente por la experiencia, se arrastra a lo largo de la tierra en alerta por otro disparo. Justo después de eso, algo rasga un agujero a través de la tienda, y ella escucha el horrible sonido de lo que sea que rebotaba en un edificio afuera.

A juzgar por la dirección, provenía de una posición extremadamente cercana a la posición defensiva del Ejército Republicano de la Mancomunidad.

“¡Han sacado francotiradores! ¡Mierda, rondas de francotirador anti-magia de 40mm!”

Alguien grita una advertencia, y la gente comienza a responder lentamente, pero era demasiado tarde. Estoy tan impaciente que quiero gritarles que una compañía de seguridad civil respondería más rápido.

Ni siquiera tenían que verificar el daño para saber qué tipo de artillería se estaba utilizando… cualquier mago estaba familiarizado con ella.

El rifle anti-material de 40mm. Era el arma no mágica más poderosa.

Apuntado más a menudo a magos que a material, es conocido popularmente como el rifle anti-magia. Era un enemigo natural de cualquier mago.

En comparación, recibir disparos con proyectiles con carcasas de metal pesado que casi podían anular las fórmulas de interferencia no daba miedo en absoluto.

Podías recibir varios golpes directos de la mayoría de las ametralladoras pesadas, y en el peor de los casos, tu caparazón defensivo los bloqueará.

Pero estas rondas de 40mm casi no encontraban resistencia al rasgar las películas protectoras y también podían perforar proyectiles defensivos.

Aparentemente, la Mancomunidad estaba muy orgullosa de ellos. Como si se resignasen a cazar magos en lugar de los zorros tradicionales o algo así. Probablemente también suministraron a la República estas armas.

Maldita sea ese país. Por lo menos, siempre toman en serio los deportes y la guerra. Bueno, sólo nos consideraré afortunados de que no seamos utilizados para la práctica de la caza de patos.

“¡Fuego supresor! ¡Aplasten al enemigo!”

Tenemos defensa perimetral para evitar que este tipo de peligros se acerquen a nosotros. El hecho de que no esté funcionando en lo más mínimo me molesta. Algunos de nosotros estamos trabajando diligentemente, entonces, ¿qué están haciendo los demás?

Su inacción la hace querer apretar la arena en sus puños y gritar mientras yace en el suelo. Ella no puede soportarlo. Su actuación es tan terrible, que ella quiere gritar con voz cruda, preguntando qué demonios están haciendo las personas a su alrededor.

Aunque un 40mm era lo suficientemente pequeño como para que lo llevara una persona, no era el tipo de cosa que podías esconder. Esto era un error tal que, si no se tratara de tropas de segunda clase, ella lo consideraría pereza deliberada. Ella reprime sus emociones y evita chasquear su lengua, pero su ira no disminuirá.

Si hubieran estado debidamente en guardia el enemigo no podría haberse acercado tanto. No podemos estar siendo atacados por francotiradores tan fácilmente… normalmente nunca sería permitido.

Además de eso, no puedo creer que sea yo quien casi recibió un disparo. Casi me arrancan la cabeza.

Es aterrador pensar que mis ideas lógicas, que tienen el potencial de contribuir a la economía antropológica, podrían terminar con violencia salvaje…

Mis inversiones de capital humano casi se incumplieron.

Si ella no fuera tan baja, habría estado en problemas. Tanya se da cuenta de que estaba agradecida por su altura por primera vez en mucho tiempo.

Si hubiera sido un poco más alta, habría recibido un golpe directo en la cabeza cuando se inclinó. No estaba segura de sí sentirse feliz o triste, pero dado que estaba viva, opta por la felicidad.

En cualquier caso, lo que ella piensa de inmediato son los pasos básicos para contrarrestar a los francotiradores. La forma clásica es bombardear a fondo el supuesto escondite. No es que las líneas de suministro del Ejército Imperial sean lo suficientemente resistentes como para permitir un uso de proyectiles tan extravagante. Pero lamentablemente, si no hacerlo me pone en peligro, debe hacerse. Después de todo, si estuviéramos en trincheras, podríamos barrer área por área, pero esto es un desierto. Aquí, los enemigos pueden esconderse en las sombras de las dunas de arena, por lo que tomaría mucho tiempo y esfuerzo encontrarlos.

“¡Hagan volar toda el área para atrapar a los francotiradores!”

En ese caso, para mantenerme a salvo, atacar sin vacilar toda el área es la elección correcta. Es posible que no pueda usar esa táctica en la ciudad, pero en el desierto, no hay necesidad de escrúpulos.

“¡¿Qué estaba haciendo nuestro apoyo directo?! Desháganse de ellos… ¡ahora!”

Justo entonces, su ayudante de campo Weiss gana el control temporal. Él toma la iniciativa de eliminar a los francotiradores enviando al equipo de respuesta como refuerzos.

Gracias a eso, Tanya puede concentrarse en remendar la cadena de mando, por lo que estaba agradecida.

Sí, no importa la época, un vicecomandante excepcional siempre será útil. Es tan brillante que, si estuviera en Personal, estaría abogando por su promoción.

De todos modos, después de dejar los trabajos ocasionales a su subordinado, Tanya tiene que irrumpir en su propia lista de tareas priorizadas.

No podía esperar a que las órdenes e inteligencia llegaran. Si no entendía la situación y decidía qué hacer al respecto pronto, podrían sufrir pérdidas. Eso pone nerviosa incluso a Tanya, pero no podían dejar que las personas a su alrededor vieran eso.

Afortunadamente, el operador de radio y el aparato están a salvo. Tenían contacto. Ella debía manejar las cosas con calma, con la sonrisa habitual.

Al igual que en la negociación, esta situación puede beneficiarse al presentar un frente valiente.

“Esta es la Mayor von Degurechaff. He asumido el mando. Informe su estado.” Ella se ríe mientras informa cálidamente al operador de radio: “Casi acabo de encontrar el mismo destino que su jefe.”

La respuesta vuelve llena del mismo humor.

Si ella podía sonreír, entonces ellos pueden devolverle la sonrisa, supongo.

Esa era una buena señal. Si hubiera sobrevivido una novata rígida y nerviosa, habría perdido la esperanza.

Siempre era más fácil hacer tu trabajo cuando tenías un socio o competidor en una negociación, en quien pudieses confiar. Eso debía ser cierto no sólo en los negocios sino en todas partes.

“44° Batallón a Control de Mando. El Capitán Carlos, he tomado el mando.”

Ella también aprecia que él le pregunte si está herida. Un comandante no puede permitir que se escapen las quejas en estas circunstancias, por lo que incluso si estás herido, todo lo que puedes hacer es lidiar con eso. Vaya, incluso los oficiales de menor rango en el Ejército Imperial tienen agallas. Ahh, agrega Tanya en su cabeza, de repente sintiéndose relajada, esto es divertido. Después de todo, si alguien se pone histérico, lo único que puede hacer es dispararle “accidentalmente”, por lo que nada ayuda más que tener oficiales duros.

Merece una mención especial el hecho de que no está en pánico total, a pesar de que su comandante voló en pedazos. Por supuesto, incluso la vida corporativa habría sido divertida con este tipo de subordinado.

Pensando en todos los problemas y la confusión que conllevaban los sucesores de entrenamiento, siento que hay muchas empresas que podrían aprender del ejército. Debería escribir un libro sobre esto para gerentes corporativos.

Un libro de negocios sobre la estrategia de administración basada en la estrategia militar seguramente habría sido útil; las necesidades definitivamente están ahí.

“Capitán Carlos, esta es la Mayor von Degurechaff. Su recepción es mala. ¿Puede mejorarla?”

El problema era la señal granulada. Ella tenía una conexión, pero a través de onda corta, y en un campo de batalla, la calidad era escandalosamente mala.

“Mis disculpas. Esto es lo mejor que puedo hacer. Un francotirador enemigo acabó con todas las máquinas.”

“Supongo que esto es con lo que tenemos que trabajar. Bueno, empecemos a trabajar.”

El viaje hacia el sur en el bote fue bastante agradable. Tal vez fue porque su viaje era un buque de carga Reichspost convertido. Para un barco para transportar tropas, era notablemente cómodo.

Ahora que lo pienso, el buen trato probablemente los relajó demasiado.

Pero no había nada que hacer al respecto. Habiendo disfrutado el almuerzo de oficiales del que la marina estaba tan orgullosa, Grantz y los demás sintieron que habían recibido una comida adecuada por primera vez en mucho tiempo. Incluso la comandante del batallón estaba lo suficientemente contenta como para darle notas aprobatorias.

Dicho eso, en primer lugar, es su culpa que estemos aquí.

 … Había intentado exceder su autoridad justo antes del cese al fuego. Normalmente, ese era el tipo de chispa que podía causar problemas importantes.

Después de todo, era un ultraje… más como resistir órdenes que sobrepasar su autoridad. La operación fue rechazada por el procedimiento normal, y luego su apelación fue rechazada. Todo eso estuvo bien. Pero una vez que agarró las solapas del comandante de la base y esencialmente lo amenazó, no había forma de ocultarlo.

Habían estado a punto de salir cuando ella se sacudió incluso sus esfuerzos por detenerla. Sí, su sincera y concienzuda comandante de batallón hizo eso. Fue suficiente para hacer que el Teniente Primero Weiss, su antiguo ayudante de campo, se preguntara en voz baja si ella sería sometida a una corte marcial. Durante un tiempo, parecía que su citación llegaría.

Pero irónicamente, la llegada de una amenaza externa eliminó todos esos problemas.

La intervención de la Mancomunidad…

Nominalmente, la República había pedido a la Mancomunidad que mediara en las negociaciones de paz.

Pero luego los negociadores ofrecieron los mismos términos que fueron rechazados en el “aviso” que enviaron antes… con el supuesto de que nuevamente serían rechazados.

Como tal, cualquiera podía ver que no tenía intención de mediar en las conversaciones de paz. Los términos eran demasiado parciales. Incluso hubo un “aviso final” unilateral.

Por supuesto, el Imperio rechazó el ultimátum de la Mancomunidad. Como todos esperaban, fue rechazado de inmediato.

Pero lo que el Imperio no esperaba era la declaración de resistencia total del gobierno Republicano. El Imperio había estado negociando la paz con la República bajo el supuesto de una rendición condicional. En cambio, el General de Lugo, al frente de los remanentes escapados del ejército, declaró resistencia como Viceministro de Defensa y comenzó a afirmar que sus partidarios y él eran el verdadero gobierno Republicano.

Oficialmente, por supuesto, el gobierno estaba en la capital ocupada por el Imperio, pero las tropas y la mayoría de las colonias se pusieron del lado de de Lugo.

Contrariamente a sus creencias de que era un títere de la Mancomunidad, de Lugo proclamó la República Libre. Reunió a las colonias en el sur del continente y pidió continuar la guerra contra el Imperio.

Y las fuerzas Republicanas estacionadas en el tumultuoso sur del continente políticamente estaban demasiado equipadas para ser llamadas unidades de patrulla regionales. Los magos estacionados allí con el objetivo de contrarrestar la Mancomunidad o el Reino de Ildoa representaban una gran amenaza.

No era necesario mencionar que el Estado Mayor del Ejército Imperial estaba desesperado.

La República Libre, que se alió con la Mancomunidad, fue capaz de movilizar todo eso contra el Imperio. El truco consistía en dejar más de un cierto número de tropas en el continente mientras se ocupaba de la situación en el sur del continente; ante tal desafío, los superiores aparentemente decidieron que necesitaban a la comandante del batallón de Grantz, a pesar de que ella tenía la tendencia de tomar el asunto en sus propias manos.

Sin embargo, cancelaron todas sus solicitudes de condecoraciones pendientes del frente del Rhine. Ella no podía ser completamente defendida. Por otro lado, hasta ahí fue donde llegó su ira.

Cuando se trataba de la comandante, ese trato parecía el curso natural de las cosas.

Pero como resultado, la gente terminó consciente de lo valioso que era tener una fuerza mágica fuerte. Grantz y los demás estaban sorprendidos y encantados por el pago tan mejorado que terminaron recibiendo.

El único problema era que, a pesar del aumento, en las tierras del sur cubiertas de desierto, no había realmente una forma de gastar su salario.

El sur del continente era famoso por su clima severo, por lo que podían aceptar su destino hasta cierto punto, pero no podían evitar quejarse de lo mucho que anhelaban una cerveza helada.

Aparte de eso, estaban a bordo con la estrategia de atacar a la Mancomunidad y las Colonias Republicanas para eliminar su capacidad de continuar luchando.

Tomar medidas enérgicas es una buena estrategia.

Tanto el Teniente Weiss como la comandante básicamente acordaron ese punto.

El problema era la calidad de las tropas desplegadas en el sur. Eran, sin duda, unidades de segunda clase. Las reservas y los reabastecimientos que se habían reunido carecían de capacitación.

Eran tan malos que incluso Grantz, que había sido tratado como un polluelo que todavía llevaba su cáscara de huevo en el frente del Rhine, parecía un soldado completamente preparado. Seguramente por eso vieron valor en el uso de una unidad bautizada en hierro en el Rhine.

Los antiguos chismosos hicieron apuestas cuando el General von Romel, el comandante del cuerpo, explotaría. Por cierto, la apuesta más popular era que ya había perdido los estribos.

Así fue como iba. El batallón fue más que bienvenido debido a todos los veteranos.

Una mirada al barco de transporte era suficiente para ver cómo el General von Romel les dio la bienvenida de todo corazón. Claramente espera mucho de nosotros. Y tener cosas que se esperan de ti no es algo malo.

… Quiero golpear a mi yo pasado por pensar eso.

 El Teniente Segundo Mágico, Warren Grantz, mentalmente dio un ligero golpe a su yo pasado y luego se movió para enfocarse en la situación que tenía delante.

La misión era simple.

Era una misión para contrarrestar a los francotiradores. En esta zona desértica sin límites, sin escasez de escondites, tenían que encontrar francotiradores camuflados. El enemigo era inteligente; no se dejaría encontrar tan fácilmente. Entonces, la única opción de Grantz y sus unidades era hacer volar toda el área por las nubes usando fórmulas de explosión, pero ese método causaba sus propios problemas. Nadie tenía idea de cómo podían confirmar si los tenían o no.

“Cuartel General a todas las unidades. Repito, Cuartel General a todas las unidades.”

Además de eso, el polvo del desierto puso fuera de servicio incluso a sus rifles de infantería duraderos. Las otras máquinas no tenían remedio. Los orbes de cómputo funcionaron bien, pero las balas para contener fórmulas requerían inspecciones frecuentes en este campo de batalla. No importa cuán confiable fuera el nuevo orbe de cómputo de asalto Tipo 97, si las balas mágicas críticas no eran estables, era casi imposible funcionar.

Pero los superiores no tomaron eso en cuenta. O más bien, no podían. Después de todo, el General von Romel iba a librar sus batallas de maniobra sin importar cuán loco fuera el entorno.

El anuncio llegó y dijo que no había cambios en sus pedidos. “¡Cierren los flancos! ¡Repito, cierren los flancos!”

Fue una guerra de maniobras en el momento en que aterrizaron.

Todos estaban por atacar al enemigo mientras estaban fuera de guardia, pensando que les tomaría algún tiempo reunir sus líneas de suministro y otra logística.

“Fairy 01 al Séptimo Kampfgruppe. Es tal como lo escuchamos. Estamos empujando las líneas hacia adelante.”

“Cerberus 01 al Tercer Kampfgruppe. Seguiremos al Séptimo Kampfgruppe. ¡Prepárense para apoyar el avance!”

El problema radicaba en la doctrina de girar alrededor de la espalda para rodear y aniquilar mientras el centro inmovilizaba al enemigo. Los chicos del lado del mar lo tuvieron un poco mejor, pero a nadie se le podía ordenar que realizara una maniobra de flanqueo en la arena.

Una marcha de larga distancia en el desierto, sin apenas puntos de referencia…

Y lo hicieron a velocidad de combate. Sólo pensar en el nivel de entrenamiento del Tercer y Séptimo Kampfgruppen les hizo querer volver al continente o las playas de Brest.

“¡Prepárense para volar en formación! ¡Manténganse en posición!” “Revisen el faro guía. ¡Reporten directamente al comandante del batallón!” Formación de órdenes de vuelo…

Siguieron las órdenes de Control de Mando y revisaron sus receptores.

Bastante bien. Quien apagaba el faro guía era la comandante del batallón. Aparentemente, la Mayor von Degurechaff estaba volando a la cabeza.

Los muchachos del Kampfgruppen estaban simplemente sorprendidos, pero lo que estaba haciendo debía haber sido realmente difícil.

Ella comanda el combate mientras lidera el vuelo. Su cerebro debe tener poder de procesamiento sobrehumano. Me confundiría al navegar y no tendría valor como comandante.

Aunque tales pensamientos pasaban por su mente, Grantz se preparó con movimientos practicados. Esta era su primera batalla altamente móvil en el desierto, pero lo básico era lo mismo de siempre.

No había estado en eso por mucho tiempo, pero a través de la repetición había dominado la toma de una visión poco sentimental y la preparación eficiente.

“¡Si no quieren quedarse ciegos, revisen sus gafas!”

Al mismo tiempo, como joven oficial, era muy flexible y adaptable. Fue una de las primeras personas en entender por qué la Mayor von Degurechaff trajo consigo gafas de aviación más grandes para el combate en el desierto.

Mucha gente se quejaba de las grandes y pesadas gafas nuevas, pero Grantz se aseguró de que sus subordinados las usaran.

Podrían mitigar la luz hasta cierto punto y proporcionar protección contra la arena. Comprendió instintivamente que se necesitaban equipos para luchar en el duro entorno del continente meridional.

“Fairy 01 al Séptimo Kampfgruppe. ¡Comienza el avance!”

“Muy bien, ¡vamos!”

Así equipados, pelearían una guerra. No importaba dónde o cómo era el ambiente… esa era la voluntad de tanto el país del Teniente Segundo Grantz como de los demás países.

Entonces los soldados tenían que hacerlo.