Youjo Senki (NL)

La comandante Tanya von Degurechaff estaba parada decididamente en la pista de aterrizaje del aeródromo, observando la salida del sol sobre el horizonte con una mirada tan insana que podía hacer que hasta los peces muertos se dispersaran mientras pronunciaba un Guten Morgen aturdido en su cabeza.

Las órdenes que recibió le indicaron que dirigiera una compañía selecta en un ataque directo contra el cuartel general del enemigo para cortarle la cabeza a su ejército. En otras palabras, decapitar sus fuerzas con un golpe quirúrgico.

Como si la escandalosa orden en sí misma no fuera lo suficientemente deprimente, el método que necesita usar era aún peor.

Penetrar en la defensa del enemigo por medios convencionales no se puede hacer. Aparentemente, los jefes lo entienden. Así que por una razón u otra, han decidido que su única opción es adoptar un enfoque radical, y lo que se les ocurrió fue un misil guiado. El problema es que el sistema de guía se hace a bordo y a mano.

Para decirlo claramente, le estaban pidiendo que se convirtiera en un cohete humano y atacara. Si Tanya no tuviera una reputación de la que preocuparse, ahora estaría agachando la cabeza y gritando, ¡¿Cómo ha podido pasar esto?!

Lógicamente, Tanya entiende que la operación que está a punto de llevar a cabo no es sólo una apuesta temeraria. No hay duda de que existe una posibilidad razonable de éxito. Una vez que el plan fue presentado en detalle, la viabilidad estratégica se hizo evidente.

La ley del progreso exige avances revolucionarios fomentados a través del escepticismo vigilante del sentido común como un potencial de sesgo y desafíos consistentes al paradigma. Dado eso, Tanya entiende que desde una perspectiva militar, su mal humor podría ser considerado irracional.

Pero desde otro punto de vista racional, hacer la guerra en primer lugar es un tremendo desperdicio. Por supuesto, no se puede negar que el agotamiento virtualmente sin sentido de cada recurso debe mantenerse al mínimo. En un conflicto, es lógico reducir los costes siempre que sea posible.

Todos los datos indicaban que se debían tomar medidas de preservación. Los números también sugieren que es necesario asegurar una fuente alternativa de suministro para compensar las pérdidas inevitables. A menos que el Imperio se apodere de los bienes de la República en términos de paz o algo así, la nación de Tanya se derrumbará bajo el peso de sus gastos de guerra cada vez mayores. Es evidente que la intención de los jefes es obtener reparaciones de la República.

En un debate, es razonable emplear datos estadísticos para respaldar el sentido común o burlarlo. Tanya no puede negar eso por motivos morales o emocionales.

Por supuesto, las estadísticas pueden mentir. Pero son el mejor tipo de mentiras.

Estadísticamente, nadie espera que alguien con una cuenta de ahorros y un seguro de vida sea un terrorista suicida. En todo caso, a un banquero le gustaría mantener una larga relación con ese cliente. Precisamente por eso, un terrorista práctico y astuto podría eludir la vigilancia abriendo una cuenta de ahorros y comprando un seguro de vida.

En otras palabras, cualquier cosa puede ser buena dependiendo de cómo la uses.

Teniendo en cuenta todo esto, Tanya es plenamente consciente de lo tonto que es declarar de mal humor, Que es imposible o que no se puede hacer. Ella está más que dispuesta a someterse a una dosis saludable de introspección sobre sus conclusiones personales antes de estar en desacuerdo con los demás.

Sin embargo, se encuentra repitiéndose la misma pregunta irresoluble mientras mira con los ojos de un pez muerto el gigantesco objeto que tiene delante: ¿Cómo sucedió esto?

¿Qué científico loco tenía la habilidad de convencer al ejército para que aprobara una idea tan loca?

“Se lanzará una compañía a través de cohetes guiados por humanos, con el nombre código V-1.” Hay que estar loco para racionalizar un plan como este hasta el punto de que Zettour y Rudersdorf lo aprueben… Debe haber sido él. La mayoría de los ingenieros del Ejército Imperial están constantemente fuera en sus propios mundos, pero Schugel es algo totalmente distinto.

¡Vete al infierno, Schugel, pedazo de mierda! Tanya tiene ganas de gritar cuando recuerda al hombre.

Debí haberlo matado durante las pruebas de activación con una fórmula extraviada o un accidente en el orbe. Incluso si es un títere psicológicamente contaminado y lamentable del Ser X -o más bien, debido a eso- alguien debería haberlo matado antes, cuando aún conservaba algo de dignidad humana.

La razón por la que yo -o mejor dicho, Tanya- se deja llevar por sus emociones y no descansa hasta haber matado a Schugel varias veces en su mente es simple.

Es la comandante de un batallón a punto de desmoronarse debido a las numerosas bajas sufridas en el curso del servicio de defensa, pero en el momento en que la unidad finalmente regresó a una base amiga en la retaguardia, recibieron una nueva operación junto con un nuevo equipo desarrollado para ella. Estaba tan emocionada de ver qué tipo de hospitalidad se les ofrecería a su regreso, pero en vez de eso, los eventos fueron exactamente en la dirección opuesta a la que ella esperaba, y lo peor de todo, ahora están siendo enviados a un peligroso campo de batalla dentro de un arma incompleta.

La mayor Tanya von Degurechaff se conoce a sí misma lo suficiente como para darse cuenta de que no es de las que disfrutan despegando en un cohete gigante.

Francamente, está harta de misiones peligrosas. Y eso es natural, después de verse obligada a realizar operación tras operación absurda para ayudar a compensar los riesgos simplemente porque los planes son “teóricamente posibles”.

Como dicen los principios de Heinrich, cualquier accidente que pueda ocurrir, lo hará. No hay forma de saber cuando una de estas peligrosas misiones terminará en un terrible percance, y no quiero seguir hasta que lo averigüe. No, no me importaría ser elogiada por mis logros sobresalientes y la actualización de mi Insignia de Asalto de Alas de Plata a una Insignia de Asalto de Alas de Plata con Hojas de Roble. En realidad, me han recomendado para la Cruz de Plata con Espadas de Oro, aunque informalmente, así que por lo menos, no puedo negar que los riesgos son debidamente reconocidos.

Ahí radica el agonizante conflicto interno de Tanya. Una persona del mundo moderno no puede abandonar sus deberes sin causa cuando se le tiene en tan alta estima y recibe medallas por sus contribuciones.

Hacerlo sería traicionar el contrato y la confianza, las mismas cosas que me hacen ser quien soy. Traicionar tu propia dignidad es esencialmente una forma de suicidio.

En una situación en la que una evacuación de emergencia está fuera de discusión, la única opción práctica para Tanya es seguir lealmente las órdenes.

“Tengo que hacerlo. Si tengo que hacerlo, entonces tengo que tener éxito”. De pie en la pista de aterrizaje en dirección a la República, Tanya repite esas palabras como si fuera su deber.

Ella está tan envuelta en su propio mundo que no se da cuenta de que alguien ha caminado a su lado hasta que empiezan a hablar.

Sin darse cuenta de la intensa mirada que venía de cerca, se repite, reuniendo su voluntad y espíritu de lucha. “Tengo que hacerlo. Sólo tengo que hacerlo. No puedo arruinar esta misión”.

Voy a vivir y martillar la justicia de la economía de mercado en ese pedazo de basura que es ser X. Entonces me reiré mientras destrozo hasta el último ídolo que pueda conseguir. Pase lo que pase, no puedo morir antes de eso.

“…Mayor von Degurechaff, lamento interrumpirla, pero ¿tiene un momento?”

Sus reflejos condicionados despejan todos los demás pensamientos de la cabeza de Tanya cuando nota la voz.

“Ah, disculpe. Por supuesto, Coronel von Lergen. ¿Qué es esto?”

De repente se da cuenta de que no lo saludó adecuadamente, por lo que Tanya da un paso atrás y extiende su mano hasta el borde de su gorra en un saludo perfecto. Mientras piensa en maneras de suavizar la situación, los engranajes de su cerebro se aceleran, tratando de recordar si se le ha escapado algo que no debería.

Sólo murmuró dos cosas en la pista. Probablemente es demasiado pedir a los que escuchan a escondidas que piensen que Tanya se siente muy motivada, pero no debería haber mucho problema en hablar consigo misma sobre la necesidad de llevar a cabo su misión.

Pero eso sólo significa que sus murmullos no se tomarán a mal por sí solos… Al instante siguiente se da cuenta de que, dependiendo del contexto, lo que dijo podría tener graves consecuencias.

“No, tú-ahh, es, raro, para ti…”

“¿Eh?”

Por el momento, el teniente coronel von Lergen no tiene palabras. Esto parece el peor de los casos. Por mucho que el hombre se aferre al optimismo, no es tonto.

Un movimiento en falso y un informe podría ser enviado a la Oficina de Estado Mayor alegando que su capacidad para llevar a cabo la operación está en duda, revelando su falta de motivación, incluso si no va tan lejos como para decir que está desobedeciendo órdenes. Lergen es, sin duda, alguien que podría presentar tal informe.

¿Qué pasará si el coronel von Lergen informa que es escéptico sobre mi voluntad de luchar?

Toda la discreción y libertad de la que goza actualmente Tanya se concede por orden del general von Zettour. Si sale a la luz que se siente poco entusiasta -no importa la crítica total- sobre un plan en el que él y el general von Rudersdorf se esforzaron tanto, quién sabe lo que podría pasar.

“Es raro verte tan renuente.” Escogiendo sus palabras con un pequeño gesto de dolor en la cara, dirige su mirada hacia Tanya y sigue refunfuñando. “Es de ti de quien estamos hablando, así que debe haber alguna razón para tu vacilación.”

Un vampiro que acaba de ser apuñalado en el corazón con una estaca probablemente se sentiría así.

“Ahh, ya veo… No, sólo me preguntaba algo.”

” ¿ Qué se pregunta?”

Tanya se esfuerza mientras se prepara para llevar a cabo el control de daños con la esperanza de minimizar las consecuencias. Este es un obstáculo que hay que superar pase lo que pase. Además, para encubrir su falta de espíritu de lucha, decide rápidamente decir lo desafortunado que es no poder dirigir una ofensiva aún mayor.

Después de haber llegado a ambas conclusiones en un abrir y cerrar de ojos, Tanya von Degurechaff frunce el ceño sin vacilar para expresar su pesar. “¿No es extraño? Todo este trabajo de preparación… tanto esfuerzo para mantener el secreto. El ejército está poniendo una cantidad asombrosa de trabajo en cada área de esta operación. Por eso me pregunto…” Apelando a Lergen para que le dé una respuesta de un vistazo, pregunta: “¿Estamos realmente llevando a cabo este ataque furtivo planeado con el único propósito de causar confusión en el cuartel general del enemigo?

Se han colocado raíles en la pista para poner en marcha los dispositivos de aceleración suplementarios. Y encima de esos rieles descansan las construcciones mismas, conectadas a un número de impulsores que adormecen la mente, mientras los trabajadores llenan los tanques de combustible con una cantidad increíble de propulsor líquido altamente volátil.

Considerando el impacto que tiene toda esta actividad en el secreto, Tanya no puede ser la única que sintió una firme intención de seguir adelante con la operación en el momento en que los rieles fueron colocados y los cohetes comenzaron a llenarse de combustible.

Precisamente por eso señala con el dedo y afirma que parece un esfuerzo desproporcionado, incluso para golpear el cuartel general enemigo.

“No creo que sea un error asumir que atacar el cuartel general enemigo requerirá mucha preparación previa.”

La ruda respuesta del coronel von Lergen es lo que ella esperaba. Tanya no se opone a la necesidad de preparaciones extensas.

“Tiene razón, Coronel. Pero casi parece como si… al menos debiera servir como la salva inicial de una batalla mayor.”

Tanya sugiere que podrían perseguir objetivos más amplios, al tiempo que plantean serias dudas sobre la relación coste-eficacia del plan actual. Por supuesto, ella entiende las razones técnicas por las que es difícil cancelar un lanzamiento una vez que los cohetes se llenan con su combustible altamente volátil. Sin embargo, lo dice en serio.

“Hmm, ¿entonces quieres decir que el plan como está ahora no logrará mucho?”

“Más que perder la oportunidad de hacer algo más grande. No estoy diciendo que atacar el cuartel general enemigo no tendrá efecto, pero…”

Tanya evita despreocupadamente la trampa que el coronel von Lergen le tendió. El escepticismo sobre este punto podría ser visto como un intento de eludir sus deberes poniendo en duda su efectividad.

Sí, debe estar probándola para ver si está usando una excusa plausible para encubrir el hecho de que carece de voluntad para luchar.

En respuesta, Tanya hace el papel de patriota descarada, destacando que sería una pérdida de oportunidad. Ella sugiere que la misión debe ser emparejada con algún otro esfuerzo.

Este ataque es fundamentalmente diferente a probar suerte en un viaje de inspección. Mientras el objetivo esté inmóvil, deberíamos elegir el momento más ventajoso.

“Desde mi punto de vista, señor, es como prepararse cuidadosamente para disparar un puñado de fuegos artificiales. El rendimiento de los costes es bastante…”

Pero habiendo dicho eso, Tanya tiene una extraña sensación y se calla. Sí, esto es muy raro.

“¿Mayor?”

Momentáneamente aparta de sus pensamientos la mirada interrogativa del coronel von Lergen, y reflexiona sobre la palabra que revoloteó en su mente y confirma el extraño sentimiento.

La rentabilidad es sospechosamente mala. ¿Realmente invertirán tanto para lograr este único objetivo?

¿Es éste el tipo de operación que el general von Zettour propondría con sus fríos pensamientos sobre la guerra de desgaste? Además, la participación del general von Rudersdorf también es extraña. Esta es una operación poco ortodoxa que se basa en la astucia, así que ¿por qué está involucrado el especialista en maniobras de guerra del Estado Mayor?

“Ah, pero… causando caos en el cuartel general enemigo… ¿y conducinedo a una batalla más grande? No, estarían fuera de combate…”

En ese instante, múltiples preguntas en la mente de Tanya se conectan y la conducen a la respuesta. Destruir el cuartel general enemigo los llevaría al caos. En ese momento, incluso un ejército moderno se convierte en poco más que una turba. Ese es el verdadero objetivo del Estado Mayor. Si el general von Rudersdorf saca provecho de la confusión para hacer un movimiento… podrá romper la actual guerra de trincheras y volver a la guerra de maniobras.

Un ejército moderno, incluso cuando está enclavado en trincheras, sólo existe gracias a su cerebro, el cuartel general. Si observamos lo debilitado que estaba el Ejército Rojo después de la purga de ese idiota de Stalin, podemos ver que no hay lugar para el debate sobre lo que le sucede a un ejército que ha perdido su estructura de mando.

Y una cosa más.

No sé cómo es para un líder como ese imbécil de Stalin, que parecía pensar que los soldados crecían en los árboles, pero en una nación normal en circunstancias normales, probablemente el único país que podría seguir luchando después de perder su ejército regular en el frente es el imperio estadounidense.

“…Así que se trata de rodearlos y aniquilarlos. En otras palabras, estamos tratando de atraer al Ejército Republicano”.

Atrévete a permitir que el enemigo tome una ubicación estratégica y luego fuerza una batalla. Es el mismo arte de la guerra que Bonaparte interpretó como una estafa en Austerlitz. Las Tierras Bajas ciertamente son un lugar clave. Básicamente son los Altos de Pratzen.

Es imposible ignorar algo tan tentador que cuelga ante tus ojos.

…¿Toda la reorganización de las líneas defensivas se hizo con la intención de provocar al enemigo?

Si ese es el caso… entonces esta será una batalla móvil, pero no un mero avance. ¡Es una puerta giratoria!

Me he estado preguntando por qué abandonaron sólo la posición crítica de las Tierras Bajas y no continuaron reorganizando el resto de la línea. Ahora todo tiene sentido.

“Así que… ¿nosotros somos el interruptor de la puerta giratoria?”

Esas palabras desataron algo.

“¡Mayor! ¡¿Dónde escuchaste eso?!”

Su cara cambia de color a medida que le habla a Tanya. La ferocidad de sus ojos la hace sonreír de satisfacción mientras piensa, Aha, ya veo.

“Oh, se me acaba de ocurrir a mí, pero… por su reacción, supongo que mi hipótesis no está muy equivocada…”

“…¿realmente no lo escuchó del General von Zettour?”

“No, pero he tenido una extraña sensación todo este tiempo, casi como si un pequeño hueso estuviera atorado en mi garganta.”

Tanya supo que algo estaba mal en el momento en que escuchó que la reorganización a gran escala del frente estaba relacionada con la situación de las líneas de suministro imperiales, pero entonces se ordenó a su unidad que sirviera como retaguardia. No es su culpa que no tuviera tiempo para pensar más en ello en ese entonces.

Cuando el retiro fue conforme al plan, se sintió increíblemente aliviada, así que le tomó un poco de tiempo darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo.

Después de desconcertar sobre la retirada durante unos días, el Ejército Republicano rápidamente procedió a avanzar. Tanya supo por el reconocimiento que los Republicanos marchaban de buen humor, preparados para destruir el Imperio, pero se movían tan lentamente que estaba segura de que habría tiempo de sobra para reorganizar las líneas.

Reuniendo todo lo que sabía sobre la situación, estaba segura de que le faltaba algo, aunque no podía explicar por qué se sentía tan extraña.

Antes, se preguntaba si era realmente necesario retroceder hasta ahora sólo para reorganizarse. Pero ahora todo está claro. Estaba todo preparado para mover la puerta giratoria.

En ese caso, veo por qué la misión se ha mantenido tan minuciosamente clasificada y por qué se han hecho un millón de arreglos sólo para esta única salida. Es como si fuéramos los fuegos artificiales en la ceremonia del anuncio de la puerta giratoria.

“…Muy bien, Mayor von Degurechaff. Debe entender cuánto cuenta el Estado Mayor con esta operación”.

“Sí, señor, coronel. Soy totalmente consciente.”

Estamos sirviendo como la vanguardia de la gran operación móvil del Estado Mayor que sentará las bases para un cerco masivo. Por supuesto, si fracasamos, el ejército fingirá que no hay nada malo y reorganizará las líneas defensivas en consecuencia. Pero viendo lo lejos que se han retirado las líneas imperiales, está claro que los altos mandos eran muy conscientes de los altos riesgos que corrían cuando decidieron hacer este movimiento. Puedo decir que tenemos que tener éxito, sin importar el costo.

“No hay mayor honor para mi batallón que llevar las esperanzas de todas las fuerzas armadas sobre nuestros hombros. Por favor, deje todo a la compañía del Batallón de Magos Aéreos 203. Cumpliremos el ferviente deseo del Estado Mayor con nuestra destreza marcial”. Tanya hace su declaración de pie perfectamente atenta con la cabeza en alto, y la postura impecable producto de su entrenamiento. “Juro que los aniquilaremos. En cuanto al Estado Mayor, les pido humildemente que esperen nuestras buenas noticias”.

“No ha cambiado nada, mayor von Degurechaff. Muy bien, le deseo éxito. Que Dios los proteja”.

Aunque la expresión del Coronel von Lergen indica que está preocupado por el voto un tanto filosófico, se las arregla para sonreír torpemente y extender su mano.

“Que Dios proteja a la patria. Pero mientras los soldados estemos aquí, tal vez podamos arreglárnoslas solos”.

Tanya agarra la mano del hombre y sonríe sin miedo. Los humanos pueden manejar la obra de Dios en su lugar. Aunque Lergen lo dijo de casualidad, se sintió muy bien para ella. Prácticamente se está enamorando del significado de la frase.

Tomaremos el lugar de Dios.

“Que Dios proteja a la patria. Pero mientras los soldados estemos aquí, tal vez podamos arreglárnoslas solos”.

Qué gran manera de decirlo!

El único problema es que… tendré que deshacerme de ese maldito Ser X de alguna manera. Pero aún así, el sabio y apropiado primer paso, el ateísmo, será dado.

Salvaré a la patria en lugar de Dios. El entusiasmo que brota dentro de ella por el alarde se siente increíble. Son palabras mágicas que la llenan de optimismo y de la voluntad de ser realizada de tal manera que la existencia misma de Dios se vuelve innecesaria.

En teoría, asaltar el cuartel general del enemigo es una elección lógica.

No, incluso me atrevería a llamarlo completamente racional. Después de todo, la asignación de fuerzas importantes para defender una base importante en la retaguardia mientras se asignan tropas al frente es una carga de trabajo excepcional.

Esto es evidente, pero el hecho de que las fuerzas republicanas tengan que aplicar contramedidas para el futuro, incluso si literalmente no causamos ningún daño a su cuartel general, significa que ya podemos esperar que el ataque tenga un efecto considerable.

Cualquier soldado que oiga que su cuartel general ha sido atacado se anticiparía a los problemas que se avecinan y enterraría su cabeza en sus manos. Tampoco ha sido raro en guerras de cualquier lugar o época que los bombarderos pesados acosen el búnker donde se esconden los comandantes enemigos.

En este mundo, los magos representan una rama única del ejército. Pueden servir como tropas de infantería o aerotransportadas que poseen una movilidad comparable a la de los helicópteros. Dependiendo de cómo estén desplegados, pueden ser muy útiles para penetrar profundamente en territorio enemigo.

Cuando escribimos una nueva página de la historia mostrando la quintaesencia del poder mágico de la lucha, si es posible poner una parte sobre la salvación de la patria en lugar de Dios, esa sería la mejor publicidad.

Tanya piensa para sí misma, estoy tomando estos limones y haciendo limonada, mientras ella trata de convertir una crisis en una oportunidad, previendo la gran oportunidad promocional.

Concedido, estaría aún más feliz de participar si esta operación no implicara estar atada a un grupo de explosivos.

Es importante deletrear esto… He sido seleccionada para formar parte del equipo de ataque que se insertará en el campo acoplada a un V-1.

Aún así, ese fue un día en la que la comandante von Degurechaff se sintió exuberante después de encontrar con éxito un propósito claro hacia el que trabajar.

Todos los que estaban presentes ese día contaban una historia maravillosa: un relato sobre cómo el Diablo del Rin, la Plata Oxidada, corría hacia el cuartel general del enemigo con el más alto de los espíritus.

Su rápida y concisa charla previa a la selección se comentaría en susurros mucho después. “Caballeros, que los dioses protejan la patria, pero sólo si los soldados estamos de vacaciones pagadas en el Valhalla!” Entonces, frente a sus subordinados que aullaban de risa, los testigos dijeron que ella se jactaba: “¡Salvaremos a la patria en lugar de Dios! Denle al César lo que es del César! Hombres, es hora de una guerra entre humanos. ¡Vamos a ganar!”

Pero la historia tiende a transmitir sólo un lado de la historia: Inmediatamente después de ladrar esas palabras, dio la espalda a todo el mundo para subir ágilmente por la escalera y abordar su V-1. En su cara había una expresión de desilusión que gritaba: ¿Por qué yo?

Altitud actual: 8.800 pies; velocidad: 991 nudos.

La compañía formada por los élites de la élite, seleccionada del 203, formalmente conocido como el Batallón 203 de Magos de Interceptación Aérea, atraviesa la barrera del sonido en su misión de ataque en tres lugares de la región de Schwärme.

Para bien o para mal, la operación se está llevando a cabo sin problemas mecánicos.

Está “en marcha”, pero en realidad sólo estamos siendo transportados, refunfuña Tanya en su cabeza. Aunque hay algunas cosas que pueden ajustar, los V-1s que Tanya y su compañía están montando son esencialmente cohetes, no aviones. En realidad, hay una manera de cambiar de dirección, pero incluso eso está limitado a unos pocos milímetros, lo que significa que sólo es útil para pequeños ajustes de rumbo.

Esto hace que pilotar un V-1 sea extremadamente sencillo. Después de accionar el interruptor para encender el motor, todo lo que queda es hacer pequeñas correcciones con la palanca de control.

No hay casi nada que los magos a bordo puedan hacer una vez que se lanzan. De hecho, lo único que tenemos que hacer es mantener nuestras capas protectoras y nuestros escudos defensivos. El mando es bueno para ajustar el ángulo de nuestra aproximación y eso es todo. Si necesitamos realizar evasión de emergencia por alguna razón, la única opción disponible es una función especial que proporciona más aceleración.

En última instancia, sólo estamos siendo transportados al espacio aéreo sobre nuestro destino con tanques de combustible. En cierto modo, somos como los primeros astronautas. Un par de personas que sólo van de paseo.

Bueno, a diferencia de los primeros astronautas, no podemos esperar una recepción entusiasta de los colegas que llevan ramos de flores después de un aterrizaje exitoso.

Después de todo, no volveremos a la Tierra donde un equipo de apoyo espera ansiosamente nuestro regreso en el punto de aterrizaje planeado, sino en un nido de caracoles desbordantes de hostilidad.

Si sonreímos y saludamos alegremente a los sorprendidos Françoisianos con un Guten Tag, estamos obligados a recibir balas de plomo a cambio.

Es por eso que la unidad de Tanya que viene del Imperio llamará educadamente a la puerta primero.

El plan es separarse de los V-1, llenos de hidracina y aditivos de boro, y luego usarlos como bombas para dar el primer golpe.

Los proyectiles de cohetes que viajan más rápido que el sonido chocarán contra sus respectivos objetivos. Ni que decir tiene que llevan consigo una gran cantidad de energía. Nuestros científicos han garantizado que estos son los mejores timbres en toda la historia de la humanidad; te despertarán sin importar cuán profundo sea tu búnker subterráneo.

Estoy segura de que nuestra visita será muy sorprendente, con nosotros golpeando tan fuerte, pero esta es una operación caballerosa de dos partes en la que nuestro destacamento de magos llevará a cabo nuestro ataque después.

En otras palabras, quienquiera que ideó este plan es terriblemente malvado. Es el mejor elogio que se le puede dar a un oficial del Estado Mayor.