C³ – Cube x Cursed x Curious

Volumen 16

Capítulo 1: El cubo retirado / “Jaula x Colapso x Caballeroso”

Parte 3

 

 

De repente detuvo el movimiento de sus dedos. Su hombro tembló ligeramente.

“Ajá, lo tengo. Recuerdo que esto se remonta a la ceremonia de ingreso a la escuela secundaria, ¿verdad? Aunque insististe en que eras demasiado viejo para registrar tu altura en un pilar, medí tu altura a través de la coerción. En aquel entonces estabas en una fase rebelde y te quejabas tanto…”


De espaldas al grupo, parecía estar mirando hacia el jardín. Su cabello corto se agitaba ligeramente en su cuello. Como susurrando, como cantando, ella dijo:

“Ese árbol, lo escale, Haruaki-kun también lo hizo, luego nos caímos juntos, logramos amortiguar nuestra caída. También juntamos las hojas caídas para asar batatas. También pasé por una fase de odiar esa vivienda accesoria, pero eso ya no importa. Después de todo, solo ver a Haruaki-kun a través de la ventana me hacía muy feliz. Ya sea el fregadero o la pared que se usó como tablero de tiro. De hecho, cuando se ve desde aquí todo es tan claro, lo digo en serio, incluyendo cada brizna de hierba.”

Entonces Konoha miró hacia atrás.

“Este lugar está lleno de la historia de mi enamoramiento con Haruaki-kun.”

“Ah…”

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Al ver su sonrisa, Haruaki se sintió muy avergonzado. Inmediatamente las profundidades de su pecho se calentaron.

Sin embargo, no miró hacia otro lado. Ella tampoco desvió la mirada.

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Sonriendo, en algún momento sus ojos comenzaron a transmitir una determinación feroz.

“Por lo tanto, yo, Muramasa Konoha, que ama mucho a Haruaki-kun, no desea que otros cambien este hogar. Absolutamente prohíbo que otros quieran cambiar este hogar.”

Terminando en un suspiro, a cambio ella preguntó: “Entonces… ¿qué hay de ti, Haruaki-kun?”

C3 Cube x Cursed x Curious Volumen 16 Capítulo 1 Parte 3

 

Haruaki decidió seguir su ejemplo. En otras palabras, sonrió…

“… Me siento de la misma manera. Esto no es broma.”

Él mostro su resolución.

… Tallo en las profundidades de su alma lo que no debe ser olvidado.

El hogar donde nació y creció. Esta tierra definitivamente pertenecía a algo más que a él mismo. Por lo tanto, no debe permitir que se lo quitasen tan fácilmente. No debía rendirse tan fácilmente.

“Antes lo dije… Chicas, ustedes pueden quedarse aquí para siempre. No dejaré que estas palabras se conviertan en una mentira.”

“Sí.”

Konoha cerró parcialmente los ojos y asintió alegremente.

“No puedo aceptar el terrible tipo de futuro en el que no podré seguir viviendo aquí. No dejaré que las cosas sigan su camino… Debemos encontrar una manera de detenerlos.”

Haruaki apretó el puño que no sostenía el celular. En otras palabras, el puño izquierdo con los dedos faltantes.

De hecho, deben ser detenidos. No había más  remedio que detenerlos.  Costase lo que costase.

Él ya entendía el objetivo del enemigo, así como el peor resultado.

Precisamente porque lo entendió, era cierto que su corazón comenzaba a estar restringido por la invisible cadena llamada presentimiento. Una fuerte sensación de inquietud y asfixia. Tan pronto como bajara la guardia, un escalofrío le subiría por la columna.

Pero olvídalo. Apretó el puño con fuerza. Olvídalo. Claramente, era el momento de tomar acción. A menos que haya olvidado estas cosas, nada podría comenzar.

Sin embargo, ese puño incompleto todavía estaba habitado por una sensación adormecedora de dolor y disonancia.

No importa cuánta fuerza ejerciera, todavía sentía que algo fluiría de allí. Naturalmente, esto era otra cosa que debía tratar de olvidar.

Kirika suspiró y se encogió de hombros.


“Lo siento… Tienes razón. Todavía no han logrado completar su objetivo… Esperar el peor escenario posible no ayudará en absoluto.”

“Sí, representante de clase. Aun no es demasiado tarde.” Kirika miró el celular de Haruaki.

“Yamimagari Pakuaki, confirmaré la explicación que acabas de dar… Aunque «Dieu le Veut» se ha activado, su poder maldito de ‘territorialización’ no ha tenido efecto completo. Para eso se necesita tiempo, por lo que todavía tenemos un período de amortiguación de veinticuatro horas. ¿Es correcto?”

“Parece que debería sentirme realmente orgulloso de la memoria de mi hermana pequeña. Bueno, para ser precisos, estoy pensando que es menos de mil cuatrocientos cuarenta minutos, pero más o menos.”

“Veinticuatro horas…”

Haruaki miró el reloj de la sala. Según el informe de Un Izoey, el Dominio de los Caballeros se habían presentado en la escuela durante el quinto período. Haciendo una estimación aproximada…

“Hasta aproximadamente las 2 de la tarde mañana ¿eh…?”

“Hmm, puede haber un poco de tiempo adicional, pero al menos estamos seguros de que es seguro hasta entonces. En otras palabras, la hora límite es hasta la 2 pm~.”

“Pero, por supuesto, no podemos quedarnos sin hacer nada hasta entonces. Mientras encontremos una manera de destruir la lanza dentro de la escuela, la territorialización se detendrá, ¿verdad? De todos modos, primero echemos un vistazo…”

“Espera, Yachi, no te olvides de los rehenes. Aunque hay un límite de tiempo, debemos actuar con prudencia…”

Así como todos comenzaron a dar sus opiniones…

Colocado en la mesa, abstraído, finalmente el cubo se volvió a activar. Como si recuperara sus sentidos pero todavía se llenara de ansiedad por dentro, moviendo frenéticamente sus mecanismos en un traqueteo, tratando de retraer los componentes que antes habían salido, pero a mitad del proceso de retracción, las colisiones metálicas lo dificultaron. Haruaki imaginó a Fear originalmente queriendo decir algo pero sin ser capaz de encontrar palabras, dejándola sin otra opción que abrir y cerrar la boca.

Se podía escuchar a alguien suspirar. Fue Konoha.

“Ah, claro, Haruaki-kun. Antes de decidir sobre nuestro próximo movimiento, recordé que primero hay algo que debe solucionarse.”

Konoha acababa de regresar a la sala de estar y se sentó en su lugar original, pero luego se volvió a levantar como si recordara algo. ¿Iba a preparar más té? Ella estaba sonriendo tiernamente.

Entonces de repente su falda revoloteo.

Levantando su pie, pateó el cubo de acero sobre la mesa tan fuerte como pudo, enviándolo a volar.

Una patada giratoria completamente despiadada. Un fuerte ruido de dos objetos metálicos colisionando. El cubo rodó hasta el mirador.

Todos los presentes se quedaron boquiabiertos.

Para cuando Haruaki recuperó el sentido, Konoha ya se había acercado y había pisado el cubo que había rodado hasta el mirador, presionando todo su peso sobre él. Sin ningún cargo de conciencia, pisoteó el cubo con desdén.

“Mi intención original era ignorarte, pero en verdad, es demasiado molesto.”

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Palabras frías. Ojos entrecerrados debajo de esas gafas. Ella estaba en su completamente despiadado modo de batalla. Al instante Kotetsu miró a Konoha en una idolatración entusiasta, pero ella no respondió. En cambio, consecutivamente pisó el cubo varias veces con el talón.

“U-Umm… ¿Konoha…?”

“Disculpa, Haruaki-kun, pero, ¿por un momento podrías quedarte callado? Esto es un asunto entre chicas.”

Konoha volvió la cabeza hacia atrás y sonrió dulcemente, pero continuó cambiando su centro de gravedad hacia su pierna. La espalda de Haruaki seguía temblando.

“Ja, inútilmente grande y sólida, produciendo ruidos sin parar como hacer el amor de forma extremadamente torpe, ¿quién demonios te crees que eres? Eres una afrenta tanto para los ojos como para los oídos, realmente un espectáculo que nadie podría soportar más, cubo… Hey, di algo, ¿de acuerdo? Deberías ser capaz de hablar incluso de esta forma, ¿verdad?

¡Habla, habla, habla!”

Sin piedad, Konoha incluso fue tan lejos como para patear ferozmente como si jugara fútbol.

¿No era esto exagerar? Haruaki enderezó la espalda, pero al instante, Konoha lo miró. Por alguna razón, encontró que su cuerpo no podía moverse.

Inmediatamente… “Para…”

Finalmente se pudo escuchar la voz de Fear. Aunque todavía en forma de cubo. Al igual que cuando Konoha hablaba estando transformada en una katana, la voz de Fear se produjo en alguna parte.

Al escuchar eso, de repente Konoha volvió a su tono de voz y comportamiento habitual. Sin embargo, su aura de verdugo y postura de torturador permanecieron sin cambios.

“Oh, vaya… ¿finalmente hablaste? Esta pequeña chica que solo sabe cómo ponerse de mal humor. Entonces… Deberías tener algo que te gustaría decir, ¿verdad? Por eso moviste tu cuerpo, ¿no?”

“…”

“¿No puedes escupirlo? Entonces permíteme hablar en tu nombre… Quieres decir que te gustaría venir a la escuela y ayudar a todos, ¿verdad?”

Diciendo eso, Konoha levantó su pie y una vez más pateó el cuerpo de Fear. En el suelo el cubo giró una revolución.

Luego se inclinó y acercó su cara con su fría expresión al cubo de acero.

“¿No estás siendo demasiado paradójica? ¿Quieres venir? No seas estúpida. Claramente, como estas ahora, tu mente está completamente ocupada en retraerse, pensando que mientras permanezcas de esa forma, no podrás lastimar a los demás, ¿estoy equivocada?”

“¡…!”

Se podía escuchar a Fear jadeando. Haruaki también podía sentir su propio pulso latir intensamente. No había dejado de notarlo. No, de hecho, él ya lo sabía. Sabía por qué estaba haciendo esto y qué significaba.

“En tales circunstancias, todavía quieres venir, verdaderamente paradójico. Naturalmente, en primer lugar no tenía intención de dejarte venir. Tu desvergüenza de piel gruesa realmente me deja sin palabras… Lo preguntaré de nuevo. Después de hacer ese tipo de cosas, ¿todavía quieres venir? Ah, claro, sí, por cierto, déjame decírtelo en términos extremadamente~ directos…”

Konoha se inclinó aún más hacia adelante, manteniendo una postura como un demonio a punto de devorar a su presa, con las piernas separadas y pisando el cubo de acero que es Fear.

Si Haruaki-kun no estuviera vivo, te habría matado hace mucho tiempo.”

Sin ningún fervor, Konoha estaba hablando en su tono de voz habitual. Pero precisamente por eso, estas palabras transmitían una sensación de realidad imposible de ignorar, muy probablemente llegando a los oídos de Fear. Konoha hablaba en serio, solo podía hablar en serio, sin lugar a dudas en este punto había logrado transmitir su mensaje a Fear.

Fear no pudo responder.

Konoha se burló y dijo como si murmurara para sí misma:

“Recuerdo el momento cuando por primera vez vino alguien del Dominio de los Caballeros a esta casa. Se llamaba Peavey Barowoi, ¿verdad? Al final, desde entonces y hasta ahora no has progresado, ¿verdad? ¿Lo sabía? Las cosas saldrían así, debería haberte destruido antes. Antes de que causaras una situación irrevocable… antes de dañar el cuerpo de Haruaki-kun.”

“¡Konoha! ¡Vas demasiado lejos! ¡No es como si Fear hubiese querido…!” “… Está bien.”

Inesperadamente, se escuchó la voz de Fear. Ronca y débil. “¿Cómo… está bien…?”

“Tetas de Vaca… tiene razón, entonces… es mi culpa. Todo, todo es mi culpa. Entonces… debo, debería ser destruida…”

Haruaki sintió que de forma repentina su conciencia se desvanecía. La repentina oleada de intensas emociones estaba haciendo aparecer manchas oscuras en su visión. El dolor fue marcado severamente en su conciencia. Otra vez esta chica estaba diciendo cosas como esta. Como cierto tiempo en el pasado, como cuando la conoció por primera vez, diciendo estas estúpidas cosas.

¿Fue realmente como Konoha lo describió? ¿No había hecho ningún progreso en absoluto? No. No es cierto, ¿verdad, Fear? Imposible… Eso no podía ser cierto, ¿verdad?

“… Pero…”

Al escuchar que el cubo usaba una conjunción contradictoria, Konoha levantó una ceja. “Estaba a punto de elogiarte por tu decisión, pero ¿ahora qué quieres decir?”

“Tetas de Vaca… Por favor. En este momento… Olvídate de mí por ahora. No sé qué se debe hacer, o qué debo hacer. Pero… Ahora mismo… todos los estudiantes en la escuela deben ser salvados. Se debe salvar a Taizou, Kana y todos los demás. Que esta casa ya no sea su hogar, esto debe evitarse. Espero que… priorices estas cosas…”

Con una voz indefensa y vacía, ella continuó:

“Si quieres destruirme, no me importa… Porque, no se puede evitar. Pero… A todos, a esta casa…”

Estas palabras estaban haciendo que Haruaki se enojara, sufriera, se entristeciera e incluso se quedara sin palabras.

Fear también debería saberlo. Pero aún tengo que detenerla, pensó.

Konoha también… Con vibraciones de “ojo por ojo”, bajo sus lentes ella había entrecerrado los ojos con desagrado.

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“Sí, eso es lo que pretendo hacer. Esto es simplemente porque te ves absolutamente patética, y también porque es hora de una acción real, estaba pensando que antes de eso debería informarte de mis pensamientos. Mencioné hace un momento que, por supuesto, no tengo intención de llevarte a ningún lado. Antes de salir de la casa, ¿debería arrojarte al sótano del almacén? No, hacer eso sería tratarte demasiado bien, tal vez ahora mismo debería cavar un hoyo en el patio y enterrarte…”

Con sincronización perfecta, justo cuando Konoha movió su brazo ligeramente para hacer un gesto hacia el jardín…

Repentinamente el suelo frente a su brazo explotó en una nube de polvo y tierra. “¿¡Qué!?”

Haruaki parpadeó. Konoha frunció los labios con sorpresa y se volvió para mirar al jardín. Tal como lo indica su expresión y acción cautelosas, el fenómeno no fue su culpa.

Sin embargo, había una parte de lo que dijo que podía explicar por qué había ocurrido este fenómeno.

“Y también porque es hora de una acción real.”

De hecho, estas palabras se aplican a otros aparte de ellos mismos:

“Oh~. En realidad, por un tiempo me he quedado fuera de la charla, así que me sentí un poco aburrido, como si ustedes se hubieran olvidado de mí. Me preguntaba qué hacer… Pero a juzgar por el sonido, ¿sucedió algo interesante? Si es posible, proporcionen comentarios en vivo.”

“Lo siento, en este momento es imposible hablar por teléfono. Voy a colgar.”

Usando la punta de su dedo para presionar el botón, Haruaki colgó el teléfono que todo el tiempo se había visto obligado a sostener en su mano. Hablando de eso, ¿por qué Pakuaki les había proporcionado toda esta información? Aunque esta preocupación estaba surgiendo en sus pensamientos, solo podía empujarla a un rincón de su mente. No tenía elección.

Porque más urgente que esta preocupación; había un problema que debía manejarse con la máxima prioridad. Uno que había aparecido justo ante sus ojos.

Verdaderamente, un problema extremadamente simple y claro, uno que no contenía el más mínimo elemento desconocido que tanto amaba Pakuaki.

En el lugar donde Konoha había señalado con su brazo, en otras palabras, el centro del jardín…

Allí había seis personas paradas en una fila, totalmente armadas. No importaba cómo lo mirases, solo podían ser miembros del Frontline Gathering Knights Dominion.

***

 

 

Era pleno verano, pero estas personas estaban vestidas con largos abrigos grises. Vislumbres débiles de su equipo debajo de sus abrigos mostraban una armadura más gruesa que la que llevaba Sleif. De hecho… parecían bastantes pesadas y sólidas, por lo tanto…

Cuando todos al mismo tiempo saltaron sobre la pared que rodeaba esta casa y aterrizaron al unísono, no era de extrañar que el polvo y la suciedad volaran en el aire como si hubiera una explosión.

“…”

Lo más probable en consideración a la facilidad de movimiento, sus cabezas no estaban cubiertas de ninguna manera. La etnia, la edad y el género variaron entre estas seis personas. Había hombres y mujeres, jóvenes y viejos, caucásicos y negros.

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No hace falta decir que lo que todos compartieron fue… Ardor en sus ojos, odio y hostilidad hacia los Wathes.

“Fear-in-Cube, espada demoníaca Muramasa, Nagasone Kotetsu Nyuudou Okisato: espadas miserables que no conocen nada más que daño humano.”

“Ningyouhara Kuroe, «Amor de Gimestorante»: evidencia contundente de la interrupción del orden natural.”

“Yachi Honatsu, Yachi Haruaki… Pecadores que cuidaron y aceptaron estos Wathes.”

“¡Todos ustedes son los principales enemigos del Frontline Gathering Knights Dominion!

¡Prepárense para morir!”

“Primera unidad de comando del Escuadrón de Caballeros 90. ¡Todos los miembros, saquen sus espadas!”

Bajo el mando del hombre caucásico que parecía ser su líder, al mismo tiempo los caballeros sacaron sus armas de debajo de sus largos abrigos. Todos ellos usaban espadas, pero a diferencia de su equipo, estas espadas diferían en apariencia. Claymores, espadas de una mano, cuchillas curvas que tenían una forma tan retorcida que no parecían espadas, así como espadas   cortas   que  parecían   cuchillos   de  frutas.   Entre  ellos,  probablemente  había herramientas malditas. Especialmente durante el instante de desenvainar sus espadas, alguien fulminó con la mirada su arma con desprecio, otros tenían caras temblorosas mientras soportaban la necesidad de vomitar, y otros perforaron la palma de la mano para que su espada chupara sangre, efectivamente, las había.

Justo cuando el cuerpo de Haruaki se congeló, dos ráfagas de viento pasaron junto a él, izquierda y derecha.

“Kotetsu, ¡ayúdame!” “¡Sí!”

Literalmente con vigor como espadas desenfundadas, Konoha y Kotetsu se precipitaron al jardín desde la terraza, enfrentando a los caballeros en combate. Con las manos como cuchillos y las garras de tigre, sus filos chocaron con las espadas de los caballeros con ruido metálico.

Los enemigos no vacilaron en valor. Gritando vigorosamente, siguieron avanzando, balanceando sus espadas empuñadas. A juzgar por sus movimientos, definitivamente no eran peones cualesquiera. Ninguno de ellos mostró ninguna apertura. Su estilo de lucha no siguió ninguna formación fija, dando la impresión de que avanzaban de forma independiente hacia un objetivo común. Naturalmente: su único objetivo era el de destruir herramientas malditas.

Lo más probable es que no fueran peones comunes. Cada uno de ellos era un caballero orgulloso y poderoso. Como Peavey Barowoi. Como Neto the Avenger. Como Lilyhowell Kilmister.

“Kuh… ¡Ja, bastante sorprendente! ¡Mi sangre está empezando a hervir!” “¡Está bien que hierva pero no te descuides! ¡Además, están…!”

A pesar de los esfuerzos de Konoha y Kotetsu para hacer todo lo posible desde el principio, aún no pudieron frustrar los avances del enemigo tan fácilmente. Konoha frunció el ceño y no pudo evitar gemir.

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“¡Tan fuerte…! Naturalmente, su manejo de la espada es fuerte, pero en general, su fuerza corporal también…”

Probablemente recordando algo, de repente Konoha cerró la boca. Al mismo tiempo, Haruaki también se dio cuenta.

Lo que Pakuaki mencionó. Un efecto de guerra santa. Un efecto de aumento de potencia.

De hecho, esta ciudad había comenzado a ser “Dominio de los Caballeros”. El proceso todavía tenía que terminar, eso fue todo.

La “territorialización” probablemente trajo más que cambios corporales que se podían ver claramente a simple vista. La fuerza mental invisible y la fuerza de voluntad, así como los valores fisiológicos dentro del cuerpo que en primer lugar eran imposibles de medir, se habían fortalecido todo tipo de factores. Ese era el sentimiento que Haruaki tenía. Pensando con calma, llegó a la conclusión de que la extraordinaria hazaña de saltar por encima del muro mientras usaban una armadura pesada probablemente se debía también a los beneficios del efecto de la guerra santa.

Además, también hubo disparidad en los números.

Konoha manejaba tres mientras Kotetsu también se enfrentaba a otros tres, pero en este momento, un caballero se separó de cada una de las peleas y se acercó al mirador. Probablemente debido a algún tipo de poder maldito, brillaban como espejismos frente a Konoha y Kotetsu, permitiendo que sus cuerpos vacilantes atravesasen el bloqueo. Por mucho que se concentraran era imposible defenderse.

Konoha se mordió el labio e intentó darse la vuelta, pero los dos caballeros restantes le impidieron hacer lo que ella quería. Kotetsu estaba en una situación similar. Las cosas comenzaban a ponerse caóticas.

“¡Haru, retrocede!”

“«Río Negro»… ¡No está aquí! ¡Maldita sea, absolutamente ridículo!”

Kirika gimió. Poniendo todo su esfuerzo en controlar su cabello, Kuroe evitó que los dos caballeros avanzaran.

Haruaki miró el cubo de acero. Haciendo ruidos, el cubo sacudió su superficie, parecía que estaba cerrando los ojos, cubriéndose los oídos, estremeciéndose con las rodillas pegadas al pecho.

“¡Como sea…!”

Incluso si Fear estaba así, probablemente los caballeros no la dejarían ir. Haruaki usó su cuerpo para empujar a Fear de vuelta a la sala de estar. Debían alejarse más

“¡Haru!” “¿¡Woah!?”

Al escuchar el agudo grito de Kuroe, Haruaki volvió la cabeza, solo para ver un cierto objeto acercándose ante sus ojos. Cayó hacia atrás sobre su trasero. En el instante en que se agachó, la espada extendida de un caballero barrió por encima de su cabeza como un látigo. Con un impacto desgarrador, este golpe cortó un gran pedazo del pilar de la terraza. Toda la casa parecía hacer un crujido.

El cabello endurecido de Kuroe alcanzó a ese caballero y detuvo el segundo ataque justo a tiempo. Kirika arrojó té caliente para ralentizar los movimientos del otro atacante.

Haruaki se mordió el labio y comenzó a usar la espalda para empujar a Fear. Levantó la vista hacia la casa dañada. El pilar con un gran trozo cortado. Lo que justo antes Konoha había contemplado con una mirada amable, uno de los preciados recuerdos de esta casa, había sido destruido.

Ah, pero eso fue solo porque hasta ahora no se había dado cuenta. Desde hace unos momentos este tipo de destrucción había comenzado en todo el lugar.

En el mirador, el cabello de Kuroe y las espadas de los caballeros seguían chocando y rebotando repetidamente. Como resultado, las tablas del piso se dañaron, se abrieron, fueron pisoteadas por los zapatos que usaban.

Desde su posición privilegiada en el jardín, Konoha entrecerró los ojos como si no pudiera soportar la vista. El gran árbol delante, lleno de recuerdos, tenía sus ramas cortadas violentamente, los restos esparcidos por todo el suelo. Probablemente fue el resultado de los enfrentamientos entre las espadas de los caballeros y el filo de la mano de Konoha o simplemente porque habían usado las ramas como puntos de apoyo y escudos.

Kotetsu fue enviado volando alto, estrellándose contra la ventana del segundo piso de la vivienda accesoria. Esa fue la antigua habitación de Konoha. Al romperse y esparcirse, el cristal emitió un sonido desgarrador. Sin embargo, Kotetsu inmediatamente miró por la ventana con el ceño fruncido. Cortando el distorsionado marco de la ventana donde colgaba como si fuera una molestia, saltó de nuevo fuera de la casa. Para interceptarlo, un caballero arrojó una piedra desde abajo. Después de que Kotetsu la desvió con una garra de tigre, esta vez, la ventana adyacente se rompió en pedazos. Kuroe suspiró con resignación.

Eso no fue todo. El suelo del jardín se estaba excavando junto con la hierba. El tendedero estaba inclinado, trágicamente roto. El muro fronterizo estaba muy marcado. La pared de la vivienda accesoria mostraba grietas radiales. El sonido de las tejas rompiéndose incluso se podía escuchar en lo alto acompañado de un ruido metálico mientras caían.

Esta casa, esta tierra, este lugar en sí mismo… se estaba dañando. En una escala sin precedentes, con una tragedia sin precedentes.

No se sentía real en absoluto. Porque hasta esta mañana, había sido el hogar habitual.

Simplemente la casa Yachi, donde Haruaki siempre había vivido y donde pensó que siempre continuaría viviendo.

“¡Haruaki-kun! ¡Tú, toma esto y sal de mi camino!”

A la fuerza Konoha cambió el vector de su movimiento. A cambio, el ataque del caballero cortó las puntas de su cabello acortándolo unos centímetros. Pequeños cortes también aparecieron en su rostro. Inmediatamente, pasó por los huecos entre el cabello de Kuroe y regresó a su lado.

Huff… Haruaki-kun, ¿estás bien?”

“Debería ser yo quien preguntara si estás bien, Konoha.”

“Sí, estoy lo suficientemente bien. Estas personas están mostrando velocidad y fuerza más poderosas de lo que sugieren sus apariencias, es aterrador. ¿Es esa la llamada energía que viene de adentro? Gracias a eso, son realmente difíciles de manejar… ¡Por cierto, ese árbol!

¡No puedo creer que hayan dejado a ese árbol en tales condiciones, tan lleno de recuerdos! Estoy tan enojada, les prohíbo que dañen aún más esta casa…”

“… ¡Tsk!”

Justo en este momento, Kotetsu se quedó sorprendido por el líder con el que estaba luchando, volando hacia su casa. A juzgar por su velocidad, a menos que se encontrase una solución, lo que era muy poco probable que hubiese en la sala de estar, probablemente Kotetsu se iba a estrellar hasta la cocina. Consecuentemente, Kotetsu deliberadamente dio una patada a la persiana de tormenta en la terraza sin contenerse en absoluto para absorber el impacto. Después de ser pateado, los fragmentos de madera del postigo incluso volaron hacia la sala de estar, dejando marcas  en la puerta corredera  y en el  suelo de tatami, clavándose en el armario, haciendo que el televisor se cayese de su soporte y se convirtiese en un silencioso montón de chatarra.

El impacto del aterrizaje hizo que Kotetsu atravesara las tablas del suelo de la terraza. Usando una garra de tigre, agarró un pilar a un lado con fuerza. Solo entonces finalmente pareció darse cuenta de algo. De repente dejo de moverse. A su espalda Konoha lanzó su voz rígida.

“Aunque puede ser imperdonable… En última instancia, depende de la situación. En este momento… olvida lo ocurrido.”

“… Umm, la verdad sea dicha, si pudieras olvidar lo que acabo de hacer… yo… también estaré muy agradecido.”

Kotetsu gimió, aparentemente estallando en sudor frío. Parecía que no tenía la energía de sobra para mirar detrás de él.

Después de que Konoha y Kotetsu regresaron a la terraza, el equipo de Haruaki se reagrupó. Kuroe se secó el sudor de la frente con un “uf~” y permitió que su cabello descansara mientras Kirika miraba su brazo desnudo con disgusto.

Konoha y Kotetsu se prepararon para la batalla con nervios tensos. Los caballeros que estaban delante intercambiaron miradas mientras ajustaban sus posiciones, confirmando la condición del otro. No dedicaron demasiado tiempo a recuperar el aliento. Además, ninguno de ellos jadeaba. ¿Era esto parte de los efectos de la “territorialización”?

Ni la vacilación ni la retirada iban a suceder. Como si compartieran en silencio esta determinación, retomaron su ataque.

“La segunda ronda está por comenzar…”

“Individualmente, son definitivamente inferiores en fuerza a esa mujer de antes, Lilyhowell Kilmister, pero…”

“Hmph, no sé si deberíamos estar agradecidos de que estos muchachos no están en el nivel de un Líder de Escuadrón de Caballeros… Quién sabe cómo serían las cosas si esa mujer se volviera aún más fuerte que antes. Dicho eso, es un pensamiento absolutamente ridículo.”

“… Esa es una traidora que abandonó su misión, impulsada por emociones personales. Incluso si estuviera parada aquí, viva, no recibirá ninguna bendición del Dominio.”

“¿Quién hubiera pensado que ustedes eran tan mezquinos?”

Konoha replicó después de escuchar al líder del equipo caucásico mientras se retiraba lentamente junto con Kotetsu en primera línea. Ya no estaban en la terraza. En cambio, fueron forzados a regresar completamente a la sala de estar.

“Todos ellos son expertos a pesar de no alcanzar el nivel de Líder de Escuadrón de Caballeros. Además, existe el problema de que estén todos aquí en un grupo… Nuestras acciones anteriores fueron demasiado imprudentes. Haruaki-kun, volveré a convertirme en una espada. Úsame para defenderte.”

“De hecho. Si Konoha-kun y los demás están luchando en la línea del frente, es muy difícil proteger a Yachi. Kuroe-kun solo puede brindar soporte. Ya he perdido mis medios de ataque… También…”

Kirika lanzó una mirada de disculpa en dirección a Haruaki. Más precisamente, fue a lo que estaba detrás de ellos, el cubo de acero todavía temblando como si estuviera convulsionado.

¿Estaba temblando debido al terror? ¿Por indecisión? ¿Por dilema? ¿Por miedo? Mientras ella permaneciera en silencio, nadie podría saberlo con certeza, pero, por alguna razón…


Haruaki sintió que al menos podía estar seguro de que su apariencia estaba vinculada a la emoción de querer llorar.

De hecho, las lágrimas. De repente la imagen de ella llorando como un niño apareció en su mente como una ola de mareos.

Con la boca abierta, frotando las comisuras de sus ojos, las lágrimas caían sin parar, su llanto apareció en su mente.

No, tal vez realmente lo escuchó. Quizás él realmente lo vio.

Mientras una sensación de dolor y vacío ocupaba su mano izquierda, parecía escuchar vagamente desde lo más profundo de un sueño.

“Haruaki-kun, ¿estás escuchando?” “Uh, sí, ¿qué pasa?”

De repente Haruaki volvió a sus sentidos y parpadeó. Konoha miró el cubo detrás de sus talones.

“En serio… No hay tiempo para preocuparse por ese mueble. Escucha con atención, Haruaki- kun, ya que los enemigos son numerosos, solo podemos retirarnos mientras peleamos. Por favor, sin importar qué no te esfuerces.”

Mientras hablaba, sostuvo la mano de Haruaki. “… Muramasa-sama.”

En este momento, Kotetsu gritó mientras miraba hacia adelante. Sonaba un poco nervioso.

“Esto terminará de inmediato. Aunque los ataques te abrumarán un poco, por favor aguanta.”

Mientras respondía a Kotetsu, Konoha saltó al aire. Haruaki sintió el peso de la espada japonesa en su mano.

“En este punto, no tenemos más remedio que usar esta casa como ventaja de campo local. En caso de emergencia, retírense al corredor para participar en uno a uno…”

“… ¡Muramasa-sama!”

Al escuchar a Kotetsu gritar con mayor énfasis, de repente Konoha dejó de hablar. Luego, lentamente, la hoja se levantó, cubierta por la vaina negra… La punta de la espada se volvió hacia el jardín, girando hacia la terraza desde donde se acercaban los enemigos.

Definitivamente había enemigos en el jardín, pero ninguno de los caballeros estaba a la vista.

“Hmm… ¿Números? No me parecen muchos. Mira, ahora soy el único que queda, ¿verdad? Bueno, supongo que hay tres si realmente quieres ir contar tres.”

Al instante, se escucharon varios choques provenientes del techo. Los agudos sonidos de las tejas rompiéndose y los gritos de las tablas de madera crujiendo. Una gran cantidad de polvo cayó a través de los espacios entre las tablas en la parte superior.

Después de un sonido de deslizamiento, la mirada de todos fue llevada desde el techo hasta el mirador.

Como una pelota que colgaba del borde del techo, un caballero cayó de los aleros con un ruido sordo.


Naturalmente, el responsable de esta escena fue…

“¡Puhoo~! ¿Qué pasa con este chico? ¡Ese movimiento fue súper divertido! ¡Haz que lo vuelva a hacer!”

“Tirado patéticamente como un trapo, qué simpático/ridículo hasta el punto de que uno no tiene más remedio que frotarse las puntas de los senos… Descansa en paz.”

El comandante de los draconianos.

Maximilian Pendragon, acompañado de sus dos herramientas malditas leales.

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