Rakudai Kishi no Eiyuutan (NL)

Volumen 7

Capítulo 10: La Tercera Ronda del Festival de Artes de la Espada de las Siete Estrellas… Comienza

Parte 5

Mientras Stella y Rinna hablaban, Ikki Kurogane estaba de pie en el pasillo conectado a los asientos de la audiencia VIP. Cuando la persona que quería conocer llegó, levantó la cabeza y habló.

— Padre.

La mirada de Itsuki Kurogane era aguda, su respuesta cortante.

—… ¿Por qué estás aquí? ¿No es hora de tu partida?

— Te estaba esperando sobre el asunto el día de hoy. Quiero darte mi respuesta.

El asunto era, por supuesto, cortar los lazos con Itsuki.

— Con respecto a esa opción, me niego.

Los ojos de Itsuki se abrieron ante la respuesta de Ikki. Cortar los lazos equivalía a exiliar a Ikki para que la casa Kurogane pudiera salvar la cara, y por terrible que eso fuera, Ikki podría beneficiarse puesto que significaba que ya no interferirían con su vida. Itsuki probablemente no pensó que Ikki rechazaría esto.

Pero Ikki lo hizo. Esta era su vista, la de nadie más.

— No he vivido como querías, ¿verdad? En cambio, solo te causé problemas, y no hay otro camino que pueda tomar, por lo tanto, solo empeorará de aquí en adelante… crees que me repudiarías. Mejor. Pensé lo mismo, pero aun así, no romperé nuestros vínculos. Al menos no lo aceptaré.

¿Por qué no podía odiar a su padre? Honestamente, Ikki lo desconocía. Pero estaría triste si perdiera el vínculo que compartían, entonces ¿por qué debería obligarse a seguir los deseos de la familia Kurogane? Esta fue la respuesta final de Ikki.

— ¿Es esa la mejor opción?

Itsuki estaba visiblemente confundido, con una expresión rara para un rostro que normalmente se veía sin emociones. Ikki no se retractó.

— Bueno… desde tu punto de vista, padre, un hijo tan rebelde debe ser una molestia.

— Eso no importa. ¿Es eso lo que quieres?

—… ¿Qu…?

Los pensamientos de Ikki se detuvieron. Itsuki… había consultado la opinión de Ikki. ¿Pero por qué? Ikki tropezó con sus palabras debido a la confusión e Itsuki continuó.

— Soy el jefe del clan Kurogane y guardián del orden entre los caballeros de este país. Así estaba decidido desde el momento en que nací y así eh sido educado para este propósito, he estado viviendo mi vida sin saber nada más allá de eso. No pude elegir entre alguna otra alternativa, pero tú interrumpes el orden de los Kurogane. Escogiste atravesar un camino espinoso, llegando al nivel de estos cuartos de final a pesar de la sangre derramada en el camino… pero no puedo apoyar tus esfuerzos o celebrar tus logros. Tampoco podré hacerlo en el futuro.

Estricto con todos. Era un deber transmitido a través de generaciones de los Kurogane, uno tallado en su nombre (Itsuki se escribe con los kanjis 鉄巌 que significan “Iron Rock” o Roca de acero).

— Esto es lo que soy. ¿Aun así quieres llamarme tu padre?

En ese instante, Ikki imaginó la vida de su padre, Itsuki Kurogane, como una persona. Itsuki, era hijo del abuelo de Ikki, Genma Kurogane. Aunque Genma era el hijo del gran héroe, este vio a Ryouma Kurogane con desprecio por rechazar las tradiciones de los Kurogane, y aliado con los ancianos del clan que tenían la misma opinión, medio exilió a su padre Ryoma de la familia y arrebató la posición de cabeza del clan para sí mismo.

Nacido bajo la tutela de un hombre así, Itsuki no tuvo hermanos, por lo que Genma y los ancianos imprimieron todos sus ideales en él como el próximo jefe de familia. Antes de que pudiera pensar por sí mismo, fue completamente educado y su personalidad aún en desarrollo se hizo a un lado para que sus ideales pudieran escribirse en su nombre: Itsuki.

Sin compromiso ni piedad, solo disciplina y deber para con su nación. Este era el padre de Ikki. No era de extrañar que haya sugerido la desaprobación cuando ya no pudo manejar a su propio hijo.

Ikki pensó que era así, pero…

Pero no era verdad.

Esa imagen no encajaba, una vez que Ikki pensó en eso. Si Itsuki quisiera desconocerlo, ¿por qué pedir su opinión? Porque… los ideales de Itsuki no solo cubrían a la nación, sino también a sus Blazers. No era solo el bienestar del país, sino también, su gente. Cargado con ambas responsabilidades, este hombre que no sabía nada más que “responsabilidad” había llegado a su conclusión después de pensarlo mucho. Sus ojos endurecidos miraron directamente a Ikki mientras se formulaba la pregunta, y al verlos… Ikki sonrió amargamente. Ahora lo comprendió. Verdaderamente eran padre e hijo, porque…

Obtuve mi torpeza en palabras de mi padre.

Entonces la respuesta de Ikki fue clara.

— Está bien. Tener un padre así está bien.

Ikki miró a Itsuki, y asintió con la cabeza.

— Padres e hijos realmente no necesitan llevarse bien. A veces, un padre puede obligar a su hijo a seguir su propia moral y, a veces, un hijo se rebela para tomar un camino distinto. Oponerse a lados y puntos de vista, termina en una pelea, ¿no es eso, una cosa común?

¿Eso fue todo esto? Itsuki cerró por un momento los ojos para reflexionar sobre la respuesta de su hijo.

— Ya veo. Este es en efecto un argumento familiar que se puede ver en cualquier parte… y el descontento por tales disputas puede considerarse excesivo.

Suspiró, y las comisuras de su boca se curvaron levemente. Justo en ese momento…

[Las reparaciones del ring fueron completadas. El segundo partido de la tercera ronda comenzará en cinco minutos.]

El anuncio del partido hizo eco, e Ikki se dio vuelta para ir a la sala de espera.

— Está bien, me iré.

— Ikki, te has convertido en una persona noble.

Detrás de él, sonaron los elogios de Itsuki.

— Jaja.

Ikki se rió avergonzado, y mientras se alejaba… finalmente entendió por qué no podía llegar a odiar a Itsuki.

-No puedes hacer nada, así que no lo intentes-

Quizás esas palabras no eran lo que Itsuki realmente quería decir. Después de todo…

-Mi nombre es Ikki Kurogane (Ikki se escribe con el kanji “ 一輝 ”: que significaría “un Destello o Brillo”)…!-

—Por más limitaciones que tengas, puedes llegar a brillar más que cualquier otro—

El nombre que se le dio tenía ese deseo:

«Entonces te mostraré.»

Él se abriría paso por el camino que eligió para sí mismo, superaría todos los obstáculos y ¡brillaría!

— ¡Aquí voy, solo tres más para llegar a la cima!