Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: La Tarde De Felicidad De Alan

El tiempo en la Academia de Magia pasó en un instante. En unos meses más, me convertiría en Alan Stuart, graduado de la academia.

Estaba pasando unas relajantes tardes de vacaciones en el patio, recordando los momentos de mis dos años aquí. Tanto sucedió en tan poco tiempo. Con aspectos destacados como la desaparición durante el otoño de mi primer año y el secuestro durante mi segundo año, había visto suficientes problemas para toda la vida.

Pero lo que más me sorprendió fue la reacción, o la falta de ella, del centro de todo este problema: Katarina. Uno pensaría que después de ser dejada inconsciente por Magia Oscura y luego secuestrada al año siguiente, terminaría bastante asustada. Pero ella era tan impermeable a estas desventuras que apenas las recordaba.

“¿Algo así sucedió? ¿De verdad?” Era su respuesta promedio.

Ahora que solo me quedan unos meses aquí, espero poder disfrutarlos en paz…

 El viento interrumpió mis pensamientos al traer un delicioso olor al patio. ¿Qué es eso? Era el primer día de las vacaciones en la academia, por lo que la mayoría de los estudiantes habían regresado a casa, incluidos mi hermano Jeord y mis amigos del consejo estudiantil.

Con tan poca gente, ¿de dónde podría provenir el aroma? Supuse que era algún tipo de comida, pero no es como si alguien fuera a organizar una fiesta de té en la academia durante las vacaciones.

Fui a investigar la fuente del olor y terminé cerca de unos pocos árboles en una esquina del patio. Alguien estaba sentado, rodeado de alimentos en todo tipo de contenedores colocados sobre una gran pieza de tela extendida sobre el suelo. No podía ver la cara de la persona, pero no importaba. Solo había una persona entre todos los nobles de la academia que harían algo así…

“Katarina Claes. ¿Qué haces aquí?”

“¡¿Hmfoo?!”

Se volvió para mirarme y dejó escapar un grito sin sentido. Sorprendentemente (aunque de alguna manera predecible), su boca estaba llena de comida, y aun así fue cuando intentó responder por primera vez.

“¿Ge gashes ashi, Preshipe Awam?”

¿Eh? “No tengo idea de lo que acabas de decir. Traga antes de intentar hablar…”

“Gah, chen. Nom, nom, nom, nom…” Terminó de masticar y luego trató de responder de nuevo.

“¿Qué haces aquí, Príncipe Alan?”

“Eso es lo que me estaba preguntando.”

Katarina dijo que volvería a casa para las vacaciones como todos los demás. Entonces, ¿por qué seguía aquí? Y lo más importante, ¿por qué estaba haciendo un picnic en un lugar como este?

“¿No se supone que ahora deberías estar en casa?”

“Se supone… pero esta mañana decidí dormir un poco más ya que no teníamos clases, y antes de darme cuenta, era tarde.”

Típico de Katarina… Pero, ¿qué hay de ese hermano suyo que siempre la sigue?

 “¿Eso significa que Keith sigue aquí?”

“No, regresó a casa a primera hora de la mañana para ayudar a papá con su trabajo. Le dije que más tarde lo seguiría, pero dormí demasiado…”

Eso explicaba por qué ella todavía estaba en la academia, pero…

“¿Por qué estás aquí sola? ¿Y tu doncella?”

“¿Te refieres a Anne? Regresó con Keith para ayudar con los preparativos para la boda de una de nuestras otras doncellas.”

“¿Entonces quién te preparó este festín?”

“¡La anciana que dirige la cocina de la escuela me lo dio! Ella dijo que, dado que el comedor estará cerrado por las vacaciones, quería cocinar todos los ingredientes sobrantes para que nada se desperdiciara. Así que le pregunté si podía comer un poco, ¡y ella se tomó la molestia de empacar todo esto por mí! ¿No es ella maravillosa? Pero también dijo que generalmente los estudiantes no piden comer ninguna de las comidas que sobraron antes de las vacaciones… ¿tal vez simplemente no saben sobre ellas? ¡De cualquier manera es un desperdicio!” Dijo con ojos brillantes, sosteniendo uno de los muchos recipientes llenos de comida en sus manos.

Era bastante obvio que, en esta academia donde prácticamente todos los estudiantes eran nobles, nadie se esforzaría por pedir comida hecha con los restos de ingredientes. La excepción a esa regla, que estaba sentada justo frente a mí, era hija de un duque… una de las personas más importantes del país. Estaba seguro de que la pobre anciana había tratado desesperadamente de convertir las sobras en los platos más atractivos que podía… y definitivamente lo había logrado. La comida de Katarina no parecía estar hecha de sobras.

“Ella cocinó todo esto para mí, y como hace buen tiempo, ¡pensé que comería afuera!” Dijo ella, visiblemente feliz mientras aclaraba todas las preguntas que tenía sobre su presencia.

Supuse que, dado que se suponía que debía abandonar la academia poco después de su hermano, probablemente no había preparado ningún almuerzo para ella. Hambrienta, comenzó a deambular, tropezando con los cocineros mientras preparaban la comida de las sobras. Ella les había pedido algo de comer y se apresuraron a servir lo poco que tenían de una manera lo suficientemente lujosa para una dama noble.

Y allí estaba ella, sentada en un gran trozo de tela, con toda esa comida a su alrededor, disfrutando del buen clima en el patio.

Esta chica… ya debería estar acostumbrada, pero sus travesuras realmente son… Espera, ¿esa pieza de tela es una de esas cosas que se usan para cubrir macizos de flores?

 Ahora que lo pienso, este patio era el lugar exacto donde Katarina había sido atacada con Magia Oscura el año pasado. Sin embargo, aquí estaba ella, haciendo un picnic. A pesar de haber sido secuestrada recientemente, estaba sonriendo como un girasol en mayo. ¿De dónde sacaba tanto valor?

“¿Estás practicando el violín?”

Dijo, señalando con despreocupación la caja de instrumentos que tenía en la mano.

“Sí. Hace buen tiempo, así que…”

“¡Así que estás disfrutando esta hermosa tarde, como yo!”

Eso era cierto, pero preferiría no comparar mis decisiones con alguien tan tonta como ella.

Se suponía que debía volver al castillo con Jeord esta mañana. Pero cuando desperté, vi el cielo despejado y sentí que quería quedarme aquí. No odiaba estar en el castillo, y no tenía ningún problema con mi familia como solía tenerlo. En realidad, esperaba aprender sobre la diplomacia real.

Pero el problema era que desde que era mayor de edad, había estado involucrado en el alboroto sobre quién iba a suceder a mi padre. Solían ser sólo mis dos hermanos mayores y sus seguidores quienes estaban involucrados, pero últimamente, Jeord y también yo habíamos sido incluidos. Personalmente, no podría importarme menos convertirme en rey, pero las personas a mí alrededor simplemente no escuchaban.

No podía desperdiciar un día tan bonito y soleado lidiando con las aburridas disputas de los nobles y sus facciones. Quería gastarlo haciendo algo que me encantó. Así que decidí quedarme en la academia y pasar la tarde tocando el violín en el patio.

Debido a este repentino cambio de planes, pude ver a Katarina… Estaba seguro de que la gente del castillo tendría sus quejas, pero estaba feliz de no haber ido.

“¿Ya has almorzado, Príncipe Alan?”

“Ahora que lo pienso, no lo he hecho.”

Había estado tanto tiempo en el patio que ni siquiera me había molestado en comer. Sólo pensé en volver a mi habitación y comer una vez que tuviera hambre.

“¡Eso es perfecto! ¿Entonces por qué no te unes a mí? Tengo tanto aquí que nunca podría comerlo todo sola.” Dijo, mostrándome uno de los recipientes que estaba rebosante de comida.

Normalmente los nobles sólo mordisquean todos los diferentes platos y, una vez que están satisfechos, simplemente tiran las sobras. Probablemente los cocineros de la academia prepararon todo esto imaginando que ella haría lo mismo. Poco sabían que Katarina Claes, la hija del duque, siempre comía todo delante de ella para evitar que se desperdiciara…

En cuanto a mí, estaba empezando a tener un poco de hambre, así que acepté con gusto su invitación.

“¡Esto es tan delicioso! ¡Tiene un sabor fuerte pero redondeado, sin ser demasiado afilado!”

“No tengo idea de lo que quieres decir con eso, pero estoy de acuerdo en que está delicioso.”

“¡También prueba este! ¡La corteza está desmenuzada y chispeante, y por dentro es fangosa y cómoda!”

“¿Qué? Bueno… sabe bien…”

Seguimos charlando mientras comíamos juntos bajo el cielo azul claro. Este almuerzo se hizo apresuradamente con los restos de ingredientes, pero disfrutarlo con Katarina en un día tan hermoso lo hacía sentir como un exquisito banquete.

“¡Ahhh, estoy tan llena! No puedo dar otro mordisco.” Dijo, dejándose caer sobre la tela después de no haber dejado ni una migaja.

La mayoría de las personas en la alta sociedad no aprobaría que otro noble se acostase en el suelo de ese modo, pero como éramos sólo nosotros dos, seguí su ejemplo y también me acosté.

El sol de la tarde comenzaba a moverse hacia el oeste, pero aún brillaba cálidamente sobre la hierba bien podada del patio. Relajarme así mientras miraba el cielo lentamente ponerse rojo me hizo sentir en paz.

Si no hubiera conocido a Katarina cuando era niño, tal vez no habría podido disfrutar de esta satisfacción serena. Era feliz. Feliz… y agradecido.

“¡Ahhh, no puedo resistirme! ¡Ya no me importa!” Gritó de repente, alejando cualquier paz o serenidad.

La miré sorprendido y vi que se estaba desatando los zapatos. Ahora descalza, salió de la tela y fue al patio.

“¡Whoo! ¡Nada se siente mejor que sentir la hierba bajo mis pies!” Dijo ella, estirando sus brazos en euforia. Eso fue un poco demasiado.

“¿Crees que es algo apropiado para una dama?” La reprendí. Por lo general, este sería el trabajo de Jeord o Keith…

“¡Pero nadie está mirando! Y realmente se siente bien. ¡Deberías probarlo!”

No sólo me había ignorado por completo, sino que incluso me sugirió que me uniera a ella. Si estuviera acostumbrado a regañar a Katarina, como Jeord y Keith, tal vez podría haber logrado detenerla… pero esto era algo raro para mí.

Y también… se la veía tan feliz con los pies descalzos sobre la hierba, caminando bajo el sol… tan atractiva. Como príncipe, normalmente no haría nada impropio de un noble, pero no pude resistir la tentación de compartir algo tan inusual, incluso inapropiado, con Katarina.

Me encontré descalzo, pisando el césped. Realmente se sentía bien… No podía culparla. Me perdí en el momento y, cuando miré a un lado, ya no estaba allí.

¡Ella estuvo aquí hace unos segundos! ¡¿Qué pasó?! ¿Ella fue secuestrada de nuevo?

 “¡Katarina! ¡¿Dónde estás?!” Grité mientras la buscaba frenéticamente.

“¡Príncipe Alan! ¡Aquí!” Llegó una voz casual desde arriba.

Miré hacia arriba y me sorprendió encontrar a Katarina sentada en la rama de un árbol.

“¡¿Qué estás haciendo allá arriba?! ¡Pensé que habías terminado con la escalada de árboles!”

Cuando era niña, había pasado más tiempo en la cima de los árboles que en el suelo, pero después de su debut en la sociedad, las personas que la rodeaban insistieron lo suficiente como para que ella decidiera dejar de jugar en los árboles… o al menos, eso es lo que ella había dicho.

“¡Todo este tiempo he estado resistiendo la tentación! Pero estaba descalza, y resultó que había un árbol a mi lado, así que…”

“¿Y qué? ¡Esta no es tu casa! ¡Estás en la academia!”

En respuesta ella se rio, y todo lo que pude hacer fue suspirarle a esta chica indefensa.

“¡No te preocupes! Incluso desde aquí arriba, no hay nadie a la vista. ¡Y la vista es fantástica! ¿Por qué no subes?” Dijo mientras juguetonamente gesticulaba para que fuera con ella.

Escalar un árbol en la academia era absolutamente impensable. Pero hoy, tal vez debido a la influencia de Katarina, mi autocontrol no estaba funcionando del todo.

Ya estoy descalzo, y si es sólo un poco… sólo un par de ramas… fueron mis pensamientos inusualmente desenfrenados.

Y así, por primera vez en ocho años, trepé a un árbol. El recuerdo de mi competencia de escalada con Katarina en su jardín era vergonzoso pero nostálgico al mismo tiempo. Después de eso (como es la norma para cualquier noble que se respete a sí mismo), nunca pensé en volver a subir a un árbol. A pesar de esto, la memoria muscular me ayudó a alcanzar la misma altura que Katarina con relativa rapidez.

Me senté a su lado y ella me recibió con una sonrisa. Si todavía fuésemos niños, probablemente podríamos habernos sentado en la misma rama, pero considerando cuánto pesábamos ahora, elegí otra cercana.

Miré hacia el patio, que no se parecía en nada a como normalmente lucia. Era más grande y más hermoso de lo que pensaba, brillante con su hierba iluminada por el sol. Cuando subí por primera vez a ese árbol en el jardín de la mansión Claes, me sentí exactamente igual que ahora, después de todos estos años. Cuando lo miras desde una nueva perspectiva, el mundo puede ser muy diferente.

“¿No es hermoso?”

“… Sí, lo es.” Le respondí a Katarina.

“¡Te lo dije!” Se jactó con una sonrisa inocente pero orgullosa.

Sentí un latido dentro de mi pecho. Había pasado un año desde que reconocí cuáles eran mis verdaderos sentimientos por ella. Probablemente había estado enamorado de ella por mucho más tiempo, pero era demasiado denso para darme cuenta.

Incluso entonces, con mi gemelo comprometido con ella, ¿qué podría hacer? Tenía que olvidarme de ella… lo cual era más fácil de decir que hacer. Su sonrisa era suficiente para acelerar mi corazón.

“¡El viento también se siente tan bien!”

Justo allí, fácilmente a mi alcance, pude verlos: su sonrisa despreocupada, sus ojos brillando de felicidad. Pero no podía mover mi brazo… No podía cerrar esa última pequeña distancia que nos mantenía separados.

Estaba decidido a no contarle a Katarina lo que sentía por ella, lo que me hizo olvidar todos los sentimientos románticos para que un día en un futuro no muy lejano pudiera felicitarla por su matrimonio con mi hermano.

Sabía dolorosamente bien que no podía hacerla mía, pero entonces… ¿por qué? ¿Por qué me encontré esperando que este momento, compartido entre nosotros dos, pudiera durar para siempre?

Pero el tiempo pasará y se llevará mis vanas ilusiones. No podríamos quedarnos en este árbol para siempre. ¿Y si alguien nos viera?

Empecé a bajar a regañadientes, con la intención de ayudar al descenso de Katarina una vez que estuviera en el suelo… Pero me había olvidado de cómo estaba vestida.

“¡Espera! ¡Detente!” Le grité desde abajo cuando comenzó a moverse hacia una rama más baja.

Realmente no lo había pensado cuando estábamos sentados juntos, pero ella llevaba un vestido. Y ahora, desde este ángulo… podía ver bajo su falda.

“¡Dije alto! ¡Puedo ver bajo tu falda!” Grité de nuevo, inseguro de si debía centrarme en el decoro o ayudar a Katarina, cuya ropa hacía difícil moverse, al suelo.

“Oh, no te preocupes, debajo estoy usando pantalones.” Dijo, notando mi angustia y levantando su falda.

Definitivamente llevaba algo debajo de la falda, ¡pero apenas contaba como pantalones! ¡Era tan corto que pude ver claramente la mayoría de sus muslos! La vista de sus piernas desnudas hizo que mi cara se enrojeciera y mi corazón latiera incontrolablemente.

De alguna manera ayudé a Katarina, cuyo descenso era tan practicado que casi no necesitaba ayuda, a bajar del árbol. Entonces, aún sonrojado, le grité.

“¡Ya no eres una niña! ¡Aprende algo de decencia!”

Su reacción me recordó a un cachorro que no entiende por qué lo están regañando, pero aun así mira a su amo. Me rendí y suspiré.

Mi inconsciente amiga y yo volvimos al dormitorio, y así terminé mi tarde de felicidad.

Lo único que me quedó después de esas pocas horas fue la imagen de sus piernas grabadas a fuego en mis ojos. Un recuerdo que definitivamente me mantendría despierto por la noche…