Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 3

Prólogo: La Aprehensión De Alice

—Lady Alice, es su decimocuarto suspiro del día.

—…Sí, tienes razón… Suspira…

—Que sean quince.

—No puedo salir de esta depresión. Oye, Rin, ¿esto es lo que se llama un corazón abatido?

En la Aguja Estelar, Alice se sentó en un banco del jardín, mirando al cielo, rodeada de fragantes flores manchadas de rocío.

Aliceliese Lou Nebulis IX es una de las princesas del Paraíso de las Brujas, o la Soberanía Nebulis, lo que la convierte en una chica que dispone de un poderoso poder astral. Su pelo dorado bañado por el sol es deslumbrante, y sus ojos de rubí están llenos de orgullo. Aunque todavía tiene 17 años, su cuerpo floreció pronto, con curvas maduras y rasgos encantadores que le otorgaron una belleza digna de una princesa.

Excepto que Alice seguía soltando suspiros lúgubres, lo que estropeaba todo lo demás.

—Lady  Alice,  ¿qué  le  pasa  últimamente?  —le  preguntó  su  asistente, sentada en el banco a su lado.

La sirvienta con el pelo castaño claro partido por la mitad y atado a ambos lados es Rin Vispose. Es un año más joven que Alice. Con su ropa de ama de llaves, se ve simple en apariencia. Sin embargo, escondidos en su persona hay dagas, agujas, garrotes y más armas ocultas de todo tipo.

Rin actúa como la ayudante y guardia de Alice.

—¿Le pasa algo a su cuerpo?

—Estoy en perfecta forma.

—¿Tiene hambre?

—Oye, acabo de almorzar. Contigo.

—Entonces, ¿qué pasa? Lady Alice, estoy aquí para prestarle apoyo —Rin puso su mano en su pecho mientras hablaba, aferrándose a cualquier posibilidad—. Como su asistente, es mi deber entender su estado mental. Por favor, no se guarde nada! Yo, Rin Vispose, escucharé cada una de sus preocupaciones!

—Mi pecho se siente apretado.

—¿Qué?

—Mi ropa interior es demasiado pequeña ahora. Parece que este par también ha crecido más… ¡Qué vergüenza!

—¡¿Estás tratando de presumir?! —Rin apartó la mano de su pecho plano, con la cara sonrojada—. Uh-huh. Ya veo. ¡Bien! Mi pecho es tan plano como el horizonte! No puedo relacionarlo con usted, Lady Alice, como alguien que esta perfectamente bien en tallas para niñas!

—Sólo bromeo. Ja, ja, eres tan adorable, Rin —Alice se sentó derecha.

Era como si Alice pudiera recuperar la energía perdida cada vez que veía a Rin echar humo o ponerse nerviosa, aunque se sentía un poco culpable por ello. Rin se sonrojó mucho, pero estaba absolutamente llena de vida.

Alice encontró eso insoportablemente lindo.

El hecho de que Rin estaba increíblemente serena la mayor parte del tiempo sólo hizo que Alice adorara aún más este lado infantil de ella.

… Además … Siento que Rin se enojaría conmigo otra vez si dijera lo que realmente está en mi mente.

Si Rin se enteraba de que su estado de ánimo actual no tenía nada que ver con la Soberanía Nebulis, sino con cierto soldado de una nación enemiga, seguro que le echaría a Alice una mirada de desaprobación.

…me pregunto si Iska está a salvo.

…creo que está vivo, pero no hay forma real de saberlo.

Los problemas de Alice comenzaron casi una semana antes.

Después de la batalla en el cañón entre el Imperio y la Soberanía Nebulis, Alice perdió de vista a su rival, el espadachín imperial Iska, el vórtice los expulsó cuando la energía astral surgió del núcleo del planeta.

“Este poder. El espíritu astral está cerca…… ¡Oh no! ¡No creo que pueda controlarlo!”

“¡¿Alice?!”

Iska era un antiguo Discípulo Santo, atado a Alice por el destino, y al que no pudo derrotar en una batalla abierta. Alice había estado esperando con impaciencia lo que parecía una eternidad, esperando que finalmente arreglaran las cosas…

Excepto que su batalla del destino había sido pospuesta una vez más.

Alice sintió que esto invocaba el mismo nivel de decepción que si su tan esperada boda hubiera sido cancelada debido a una tormenta imprevista.

…Oh. Aunque puede ser desproporcionado compararlo con una boda.

…quiero decir, somos enemigos en el campo de batalla. Incluso si es sólo una figura retórica, ese ejemplo podría ser…

Justo cuando las fantasías de Alice comenzaban a dispararse, Rin se asomó a su cara.

—¿Lady Alice?

—¡No estoy pensando en bodas! Iska y yo somos…

—¿Iska?

—……….Uh-oh.

Oh, cielos. Justo cuando intentó convencerse de no hacerlo, dejó escapar su nombre. Mientras Alice sonreía dolorosamente por su error, la cara de su ayudante se nubló.

—¡¿LADY ALICE?!

—Espera, Rin! No es lo que piensas! Escúchame! Por favor!

—¡No! ¡No hay duda! ¿Cuántas veces me va a hacer decirlo? ¡Ese soldado es un enemigo! Y uno de bajo rango. Una princesa de nuestro país no debería prestarle atención. Un simple soldado imperial es… —Rin frunció el ceño como si de repente hubiera recordado algo—. Bueno… reconoceré su habilidad como espadachín. También sufrí una derrota en sus manos una vez. Entiendo por qué podría preocuparse por él, Lady Alice.

—¿Verdad? ¿Verdad?

—…¿Por qué se ve tan feliz? Estamos hablando del enemigo —Su asistente dejó escapar un largo suspiro—. Entiendo. Si se va a seguir poniendo tan nerviosa por ese espadachín, entonces prefiero dejarla hacer lo que quiera, Lady Alice.

—¿Hacer qué?

—Lo que quiero decir es que dejemos que siga adelante con su deseo de zanjar las cosas, sólo entre ustedes dos.

—Espera… ¿En serio? —Alice no podía creer lo que estaba escuchando.

Después de todo, esto venía de una chica que había estado en contra de que contactara a Iska todo este tiempo.

—P-pero me pregunto cómo debería hacerlo…

—Todo lo que puede hacer es esperar pacientemente hasta que se encuentren de nuevo. Ese chico ha aparecido anteriormente en la ciudad neutral de Ain. Si se ha topado con él tres veces allí, creo que visitar esa ciudad aumentará sus posibilidades de encontrarlo.

—…Pero mi agenda en el palacio real está increíblemente llena.

—La ajustaré. Tres días durante su próximo tiempo libre. Y haré los arreglos para que pueda dejar el palacio, Lady Alice.

—Oh, Rin! Gracias! —Saltó de su asiento y arrastró a la asistente hasta su pecho—. ¡No debería haberte subestimado como mi asistente!

—P-por favor! ¡¿Lady Alice?!… Me aprieta demasiado fuerte. ¡Por favor no me aplaste contra su enorme pecho!

—O-oh cielos. Lo siento —Rápidamente liberó a la asistente, que estaba empezando a palidecer.

—…Ejem. Pero a cambio, por favor prométame una cosa. Absténgase de suspirar en el palacio real y compórtese como corresponde a una princesa.

—Por supuesto —No había absolutamente ningún rastro de su anterior melancolía.

En ese momento, Alice podría haber hecho una pequeña actuación. Ni en un millón de años habría adivinado que recibiría la bendición de Rin para buscar abiertamente a Iska.

—Ah, lo estoy deseando. ¡Sólo espera, Iska!

—Sí… yo también lo estoy deseando.

Alice aún no se había dado cuenta de que mientras Rin la regañaba, sus ojos brillaban sospechosamente.

Mientras Alice ya se emocionaba por su reunión con Iska, Rin había preparado distintos planes para tratar con el espadachín.

Más tarde quedaría claro que los efectos de la decisión de esta asistente eventualmente se extenderían y engullirían al Imperio y a la Soberanía Nebulis.

Pero por el momento, Alice e Iska no eran los más sensatos.