Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 3

Capítulo 4: Salinger, El Hechicero Trascendental

Parte 1

Los edificios brillaban de color dorado cuando el sol los iluminaba.

La niebla de la mañana que se asentó durante la noche fue eliminada por el viento de la mañana entre los edificios, derritiéndose sin dejar rastro.

Estaban en el hotel, en la suite presidencial.

Desde su piso, que tenía paneles de vidrio desde el suelo hasta el techo en todos los lados, Alice miraba con elegancia la vista que había debajo de ella. Sus largos mechones dorados brillaban dondequiera que la luz del sol aterrizara.

Iska la miraba distraídamente desde su lado.

Una chica y un chico unidos por una cadena: Iska estaba esposado, Alice tenía su brazalete, y esos anillos estaban unidos para evitar que Iska escapara.

El sedante había dejado de afectar a su cuerpo la noche anterior. Las únicas cosas que seguían reteniendo a Iska eran las esposas y la cadena que lo ataba a la chica.

—¡¿Yow?!

—Oye, espadachín imperial, no te acerques más a Lady Alice.

Eso vino inmediatamente de atrás de Iska. Pasando junto a él, la asistente le pinchó la espalda con la punta de un cuchillo de cocina. A diferencia de Alice con su vestido, Rin tenía su uniforme de ama de llaves habitual.

—Qué comportamiento tan sospechoso. Debes estar tratando de acercarte a Lady Alice para poder lanzarle un ataque repentino…

—¡No puedo alejarme de ella por la cadena!

—¿Entonces por qué la mirabas?

—…¿Me estás diciendo que mire las torres de la prisión? No es que quiera mirar los edificios donde podría estar encarcelado.

Se sentía como un prisionero de guerra que fuera llevado a la horca. La torre de la prisión, después de todo, era esencialmente la guillotina, en la que obviamente no pensaba demasiado.

—Deja eso, Rin. No amenaces a Iska. ¿Por qué le dirías que lo vamos a meter en la cárcel? —La señora de Rin la reprendió—. ¿No te lo dije ayer? No deberíamos haberlo capturado en primer lugar. Exigiremos un rescate, pero después de que las negociaciones terminen, lo dejaremos ir a casa.

—Lo sé, pero… —Rin dejó escapar un largo suspiro, lamentándose mientras miraba de un lado a otro entre su señora y el prisionero—. Escapaste por poco de la muerte, espadachín imperial. Si Lady Alice no fuera tan amable, habrías pasado el resto de tu vida en Orelgan.

—¿Orelgan?

—No tengo obligación de explicarte qué es eso… Lady Alice, me dirigiré al primer piso para comunicarme con el estado central. Después de eso viene el chequeo de la agenda con el palacio real, ya que hemos estado fuera ayer y hoy —Rin se inclinó y les dio la espalda. La pareja miró como ella salió de la habitación.

—¿Puedes verlas? —Kshk. La cadena se frotó contra sí misma. Alice estaba conectada a Iska por la muñeca, apuntando su dedo más allá del cristal—. Esas tres torres de la prisión en el horizonte.

—¿Los dos más pequeñas y la alta en medio?

—Sí. Una de ellas es una torre de la prisión llamada Orelgan. Es la más vigilada de todas. Hay criminales atroces encerrados allí.

—… Ya veo.

Es mejor que no le pongas una mano encima a Lady Alice, Rin lo habría amenazado si hubiera estado en la habitación.

—¿Supongo que está lleno de prisioneros aterradores?

—Salvo una parte de ella, la prisión es normal. No es que esos criminales sean todos poderosos magos astrales. Una vez visité el lugar cuando era joven, pero todos estaban en sus celdas y sentados con esposas, creo.

—¿…Y la excepción?

—Es subterráneo. Orelgan se extiende más allá de la superficie, y hay una habitación en las profundidades más bajas que los guardias se negaron a mostrarme.

¿Un lugar que ni siquiera la princesa podía visitar?

Había dos posibilidades que se le ocurrieron inmediatamente. Una era que el prisionero fuera tan escalofriante que no permitieran visitas. La otra era que el prisionero en la celda era…

—Salinger, el hechicero ‘trascendental’. No es que espere que lo conozcas. ¿A menos que lo conozcas?

—No, en absoluto… ¿Pero es porque es un prisionero?

—¿De qué estás hablando?

—Alice, acabas de decir hechicero.

Iska nunca había oído hablar del hechicero Salinger. Pero se vio obligado a hacer su pregunta porque le sorprendió que la princesa de la Soberanía llamara hechicero a un mago.

…quiero decir, brujas y hechiceros son términos despectivos para la gente con poder astral.

…¿no son todos ellos magos astrales para la Soberanía Nebulis?

Como alguien que finalmente buscaba la paz entre las dos naciones, Iska intentaba usar el mago astral siempre que fuera posible, a menos que tuviera una razón específica. Alguien con el mismo objetivo que él no se vería obligado a usar ese término.

—Alice, pensé que te enfadarías si alguien del Imperio te llamara así.

—Me enfadaría.

—…¿Entonces por qué lo llamaste hechicero?

—Tampoco quiero usar ese término. Pero lo hacemos con él. Nuestro país acepta a todos los magos astrales y los protege. Pero aquellos que cometen crímenes requieren un castigo. Los que son encarcelados son llamados brujas y hechiceros.

—……

—Salinger el Trascendental giró su cuchilla sobre la entonces reina. Un terrible criminal que planeaba derrocar al país. La palabra hechicero es la etiqueta que llevan los que cometen crímenes atroces.

No era un símbolo de discriminación sino de transgresión.

En el Imperio, alguien que volviera su espada al Señor se enfrentaría nada menos que a la ejecución. La reina debe haber sido indulgente al sentenciarlo sólo al encarcelamiento.

—De todas formas, esto es por algo que ocurrió hace treinta años —Alice se encogió de hombros—. Ocurrió durante la época de Nebulis VII. Y desde entonces, el punto más profundo de Orelgan ha sido la guarida de ese hechicero.

—…¿Giró su espada contra la reina porque era infeliz?

—No.

—¿Entonces porque quería convertirse en el rey de la soberanía?

—Cerca, pero no del todo —La princesa con derecho a suceder al trono frunció los labios, poniendo su mano en el cristal—. Ese hechicero intentó convertirse en algo más grande que el rey.

—¿-Gh?

—Bueno, eso es todo lo que puedo decir… Cielos, esto es malo. Cuando estás escuchando, siempre digo demasiado. Ya te revelé información de alto secreto —Alice sonrió irónica e incómoda mientras lo señalaba con su delgado dedo—. No puedes ir por ahí diciéndole a todo el mundo en el Imperio.

—… Ya lo sé.

—O Rin para el caso. Si le dices que te conté sobre Salinger, entonces se pondrá más vengativa para que no te deje volver a casa con vida…

—Lady Alice.

—¡¿Woo-oof?! —Alice saltó con la suficiente fuerza para golpear el techo—. ¿Me pregunto qué podrías necesitar, Rin?

—Me gustaría preguntarle lo mismo. ¿Acaba de gritar como un cachorro? Su comportamiento como una princesa es…

—Todo eso está bien. ¿Qué pasó?

Rin mostró un ligero nerviosismo que se le escapó a Iska, pero su lady había visto a través del sutil cambio en su comportamiento.

—Hubo un informe. Es sólo que… —Rin se alejó.

—¿Es Iska un problema?

—No, creo que no hay ningún problema con que él escuche. En todo caso, su presencia es conveniente —Miró a Iska por un momento antes de mirar a su lady—. Sospechamos que hay agentes que pasaron por la frontera y se infiltraron en el país.

—…¿Qué dijiste?

—En doce de los estados, excluyendo el estado central, los residentes han reportado ver grupos extraños. Hemos considerado la posibilidad de que sean unidades de espías imperiales y hemos emitido una declaración formal para que todos estén en alerta máxima.

—¿Crees que nos siguieron desde la ciudad neutral?

—No —La asistente sacudió la cabeza—. Las posibilidades de que nos siguieran no son cero. Pero debería ser increíblemente difícil  para un miembro del ejército imperial cruzar nuestras fronteras… ¿No es así, espadachín imperial?

—No sé nada —Prudentemente seleccionando sus palabras, Iska levantó sus manos esposadas.

¿Su prisionero los había guiado de alguna manera?

Considerando la increíble coincidencia de las acciones militares imperiales, inmediatamente sospecharon de Iska. No era un asunto de broma. Fue una falsa acusación.

—He estado aquí todo este tiempo durante los últimos dos días… Hicieron varias revisiones corporales en mí y me quitaron  mi  dispositivo de comunicaciones. Además, ¿no sabrías más sobre la dificultad de atravesar las defensas de la soberanía?

La prueba astral.

Era demasiado peligroso para un soldado imperial intentar cruzar la frontera. Si eran capturados, serían interrogados y obligados a revelar todos los secretos del Imperio.

Pero Iska podía pensar en al menos una persona que tuviera la habilidad de cruzar la frontera.

…¿Podría ser la Capitana Mismis?

…Ya que tiene poder astral, podría cruzar la frontera mostrándoles la cresta de su hombro.

Las posibilidades eran extremadamente bajas. En todo caso, la única que podía hacerlo era la capitana Mismis. ¿Dejaría realmente a Jhin y Nene para actuar por su cuenta?

… la capitana Mismis no sería tan temeraria. Además, Jhin y Nene nunca lo permitirían.

Por lo tanto, él realmente no sabía nada. Respondió con la verdad.

—No tengo intención de sospechar de ti en absoluto. He estado contigo todo este tiempo —Alice se quitó el brazalete y desató la cadena que los unía a ambos.

Alice era libre. Iska seguía esposado de ambas manos, inmóvil en su mayor parte.

—Rin, ¿dijiste que estos grupos fueron vistos en otros lugares además de Alcatroz? En ese caso, está claro que no ha incitado esto y que no nos han seguido.

—Sí, parece que se mueven de una manera muy sistémica.

—Esperemos a saber qué ordena mi madre. Me gustaría dar un paseo y echar un vistazo afuera. Quédate aquí, Rin. Y tú también, Iska.

Con un suave barrido de sus dedos, rápidamente rozó su flequillo dorado iluminado por el sol.

Su voz llevaba el peso de su determinación.

—Quiero liberarte en términos agradables, pero acabas de escuchar eso. La situación no lo permite. No puedo alejarme de ti, no importa cómo lo intente… Parece que un extraño destino nos ata a ambos.

La Bruja de la Calamidad Helada, Alice, salió de la suite presidencial.

***

Estaba oscureciendo lentamente.

Era la hora del día en que el cielo rojo parecía arder mientras el sol se hundía detrás de los altos edificios. Las sombras de las torcidas torres crecían largas y se extendían a través de las parcelas de hierba.

Una de ellas era Orelgan.

Incluso entre las torres de la prisión características del decimotercer estado, Orelgan era un lugar que albergaba sólo a los criminales más malvados. El sitio estaba rodeado por una fría valla de hierro, y las ventanas estaban adornadas con barrotes.

—No es diferente de las celdas imperiales. Pero la prisión parece una generación más vieja que cualquier otra en nuestro país.

Estaban tres niveles bajo tierra.

Escondido a la sombra de un muro saliente, Jhin murmuró con una voz ahogada.

—Pasajes estrechos y paredes de piedra. Las luces son de vidrio reforzado. Las celdas son de acero, y un solo juego de puertas pesa más de 30 kilos. Abrir aunque sea una es un dolor de cabeza.

—…Correcto. Estoy de acuerdo. No están usando un sistema mecánico de autentificación —le susurró la Capitana Mismis al oído—. En el Imperio, las puertas serían automáticas, y si los prisioneros escaparan, lo sabrían por las cámaras de vigilancia. Pero ni siquiera las tienen. ¿Verdad, Nene?

—Sí —Nene llegó a la parte trasera de su línea de tres personas, mirando alrededor del piso del sótano desde la oscuridad—. Creo que las romperían.

—¿Qué pasa con eso?

—Quiero decir, las cámaras de vigilancia tendrían que estar en las esquinas del techo. Como allí. Pero todo el mundo aquí es o bien una bruja o un hechicero, ¿verdad? Las cámaras son fáciles de detectar, así que cualquier intento de fuga ya las habría roto. con su poder astral.

—¡Oh, claro…! —Mismis estuvo de acuerdo.

Los prisioneros podrían desatar el poder astral. Incluso con las armas de poder anti-astral del Imperio, la interferencia de señales podría interrumpir las ondas de poder astral por sólo dos o tres segundos como máximo. No había forma de hacer que los ataques astrales fueran completamente inútiles.

Por lo que estas prisiones simplemente tenían que ser fuertes y duraderas.

—Supongo que tampoco pueden usar puertas automáticas. Un fuerte ataque astral sería capaz de romper una débil barrera mecánica, y podrían escapar. Si yo supervisara la vigilancia aquí, creo que también lo haría de esta manera. Un grueso muro de piedra no sería vulnerable ni siquiera con fuego o viento —observó Nene.

Había otra cara de la ingeniera de comunicaciones. Mientras estaba matriculada en la escuela de oficiales cadetes, fue reclutada como ingeniera por el Departamento de Desarrollo de Armas de Supresión de la capital. Si no hubiera conocido a Iska, Jhin y Mismis, probablemente se habría convertido en una investigadora de primera línea allí.

—¿Por qué esta torre de la prisión fue construida bajo tierra? —preguntó Mismis.

—Básicamente… Es difícil de imaginar, pero esto funciona mejor que hacer que llegue al cielo.

La torre se elevaba cinco pisos sobre el suelo pero se extendía once pisos bajo tierra. Así fue como se construyó la torre de la prisión de Orelgan. La única forma de moverse por los pisos de toda la estructura era por una escalera. Esas escaleras  se  limitaban  a  las  designadas para uso común y a la salida de emergencia.

—En este momento estamos en el tercer nivel subterráneo. ¿Qué hora es ahora, Nene?

—Mil novecientas. Todavía nos quedan cuatro horas.

—Eso es todo. Estamos en espera aquí hasta las 2300. No tenemos nada específico que hacer. Somos personal de emergencia. Sólo entraremos en acción cuando ocurra un accidente —Con el rifle de francotirador colgado al hombro, Jhin se apoyó contra la pared.

El aire estaba estancado, oliendo a moho cada vez que lo respiraban en esta prisión subterránea.

—No haga ruido, Capitana. Los reclusos de las celdas podrán oírla. Sería una molestia si gritara y llamaran a los guardias.

—¡No gritaría a menos que hubiera una razón para hacerlo! —La Capitana Mismis se puso la mano sobre su boca—. Hey, me pregunto si Iska realmente está encerrado aquí. Risya dijo que había una posibilidad.

—El oficial al mando lo dijo. A pesar de todo, no tenemos muchas opciones cuando nos ordena que vayamos con ella.

Isk está en la torre de la prisión de Orelgan.

Fue llevado al decimotercer estado. Eso hace que este sea el lugar más probable. Imagino que estaría en el nivel más bajo o algo así.

La Unidad 907 había investigado lo suficiente para saber que este estado era conocido como el “bloque de la prisión” dentro de la Soberanía Nebulis.

—Es el lugar más apropiado para retener a Iska después de llevárselo. Pero…

—¿Hay algo malo, Jhin? —Mismis preguntó.

—Han llegado a esta conclusión demasiado rápido. Además, la Discípula Santa es una de las guardias personales del Señor. Es inusual que dejen la capital, especialmente cuando esto ni siquiera es una batalla por el vórtice.

El vórtice era el más temible de los recursos debido a su capacidad para fortalecer a un mago. Por eso, en un intento desesperado de tomarlo, el Santo Discípulo Sin Nombre fue enviado al frente. ¿Qué estaba pasando esta vez que lo hacía tan importante?

—¿Crees que hay algo que traería a una Discípula Santa hasta aquí?

—P-pero… tal vez es porque piensan que rescatar a Iska es tan importante como proteger el vórtice? —Mismis ofreció.

—Hay siete.

—¿Siete qué?

—Siete torres de prisiones en este estado. Significa siete posibles torres donde Iska pudo ser llevado. Pero Risya eligió ésta sin dudarlo. ¿Por qué? No es propio de esa Discípula Santa confiar en los instintos.

—¿En qué sentido?

—Ella no haría un movimiento a menos que estuviera bastante segura de que Iska está aquí. O…

—¿O-o?

—El rescate de Iska es sólo una justificación.

Mirando la escalera que continuaba hasta el undécimo piso subterráneo detrás de ellos, el francotirador escupió esto con odio.

—Vinimos aquí por una razón diferente… Por una razón que no se molestaron en contarle a subordinados como nosotros.