Date A Live (NL)

Volumen 22

Capítulo 6: Hoshimiya Mukuro

Parte 5

Así es. Nia, quien portó el Ángel omnisciente, Rasiel, sobresalía en buscar cosas usando el Territorio Voluntario. Natsumi y Mukuro, quienes tenían Ángeles con habilidades especiales como Haniel y Michael, sobresalían en manipulación exquisita del Territorio Voluntario.

—Mun.

Mukuro se concentró, manipulando el Yggdrafolium para envolver el edificio colapsado usando el Territorio Voluntario.

E hizo flotar gentilmente los escombros para no herir a nadie bajo ellos.

Luego, desde debajo de los escombros, un hombre agachado y cubriendo su cabeza apareció.

—¿Estás bien?

—¿Eh? T-Tu eres…

Cuando Mukuro lo llamó, el hombre sacudió gentilmente sus hombros antes de alzar su rostro. Pronto, debió de haber notado los escombros que lo estaban atrapando, estaban ahora flotando en el aire. Sus ojos se ampliaron sorprendido.

—Un Terremoto Espacial. Deberías de evacuar ahora. ¿Puedes pararte?

—Eh, ah… o-oh… de alguna forma…

¿Tal vez pensó que seguía soñando? El hombre se tambaleó, pellizcando sus mejillas para luego huir hacia el refugio.

—Mun. El siguiente… Nia.

—Okay. Entonces, ¡ahora vayan allá!

Mukuro se dio la vuelta, recibiendo nuevas instrucciones de Nia y continuó rescatando a los residentes uno tras otro.

Y entonces…

—Has hecho un buen trabajo aguantando. Removeré los escombros ahora…

¿Cuántas veces se ha repetido esto hasta ahora? Estaba intentando ayudar a la mujer la cual estaba hecha sándwich entre dos muros caídos.

—Ah…

La respiración de Mukuro se atoró.

Su concentración fue interrumpida por un momento y los escombros que estaban flotando estaban por caer otra vez. Apresuradamente, mantuvo el Territorio Voluntario para detenerlos justo a tiempo.

Pero eso no significaba que su estado mental perturbado volvió a la normalidad. Su corazón, el cual había mantenido un ritmo constante, estaba latiendo como una alarma. Había sudor rebosando por todo su cuerpo. Incluso al estar parada frente a Beast, no tembló de esta manera.

—Hey, hey, Mukku-chin. Sigue atascada. ¿Pasó algo?

Tal vez encontrando extrañas las acciones de Mukuro, Nia pudo ser oída hablando desde detrás.

Sin embargo, para Mukuro ahora mismo, no había manera de voltear. Pero no era irrazonable.

Después de todo, frente a los ojos de Mukuro, ahora mismo, estaba…

—… ¿Ane… sama…?

La querida hermana adoptiva que amó a Mukuro.

—Eh…

Asahi Hoshimiya Asahi fue aturdida repentinamente al oír la voz saliendo de su garganta.

En medio de su borrosa conciencia, recordó lo que le pasó. Ah, es cierto. En su camino de regreso de la compañía, en el momento siguiente tras haber visto lo que pensó que era una estrella fugaz, una terrible onda de choque la golpeó.

¿En verdad se vio envuelta en el impacto de un meteorito?… No, su fuese así, entonces Asahi no estaría viva ahora mismo. Su cuerpo entero estaba marcado por un fuerte dolor, pero, esto mismo mostraba que Asahi está viva.

—¿…?

Luego, Asahi se dio cuenta. El peso del muro de concreto cubriendo su cuerpo ya no estaba. Pensó que un equipo de rescate o la JGSFD vino a ayudar pero no era así. De un solo vistazo, la pieza de concreto la cual se estaba derrumbando como un bizcocho, estaba flotando sobre Asahi como si no le afectara la gravedad.

—Qu-qué diablos…

No podía entender el significado de esto. ¿Se golpeó la cabeza cuando colapsó el muro? Asahi frunció el ceño mientras se frotaba la cabeza.

Luego ahí, notó algo más.

Una pequeña chica estaba parada frente a ella.

—… Ah.

Por su apariencia, parecía ser una chica de secundaria. Su cabello como la seda, el cual estaba arreglado hermosamente, estaba resplandeciendo con la luz de la luna.

Ya que era excesivamente hermosa, Asahi se preguntó por un momento si llegó desde el cielo pero viendo su expresión, la idea cambió rápidamente.

Sus ojos estaban abiertos ampliamente sorprendida, sus labios estaban temblando ligeramente. Como si hubiese visto algo inesperado.

Y su mirada estaba fija en Asahi. Se vio a sí misma apresurada pero no había ninguna herida serie en ella que la traumaría.

—U-Uhm… ¿hay algo en mi cara…?

—¡…! N-No…

Cuando Asahi preguntó confundida, los hombros de la chica temblaron mientras sacudía su cabeza.

Luego, mientras hacía algo como intentando cubrir su rostro, llamó a Asahi otra vez.

—¿Puedes… pararte? Es peligroso aquí… deberías evacuar inmediatamente…

—Eh… ah, un. Podrá ser, ¿tu fuiste quien me salvó…?

—… Mun, Así es.

—…

Viendo a la chica asentir, Asahi frunció ligeramente el ceño.

En el momento que oyó la característica respuesta de esta chica, un ligero dolor de cabeza golpeó a Asahi.

Por un momento, pensó que su cabeza no podía seguir el ritmo de los eventos actuales. Un repentino meteorito. Explosión. Colapso. Y una chica que la salvó con un misterioso poder. ¿Será una psíquica? ¿Una maga? Se preguntó si todo lo que había estado viendo era un sueño o alguna alucinación. Si fuese así, este dolor de cabeza podría explicarse.

Pero, ¿por qué?

Este dolor de cabeza parece deberse a algo más fundamental.

Además, hacía falta decir que, tras ver el rostro de esta chica, tras escuchar su voz, en lugar de interesarse en los eventos paranormales ocurridos, su concentración en ella era abrumadora.

Ni siquiera sabía qué significaba esto. No había ninguna explicación en lo absoluto. ¿Por qué sentía esto por una chica que acababa de conocer? Su primer encuentro sí, debe de ser su primer encuentro. No estaba en sus recuerdos. Eso por eso que…

—¡…!

En ese momento, una terrible explosión sonó desde algún lado, causando que el cuerpo de Asahi temblara.

—Ku… ¿ha empezado? ¡Evacúen pronto…!

La chica gritó mientras miraba en dirección de la explosión.

—E-Entendido…

A pesar de no saber qué era, parecía que algo serio estaba ocurriendo cerca. Asahi ignoró todas sus dudas y sospechas en su cabeza y colocó toda su fuerza en sus pies.

Era una extraña sensación. Pero la primera y más importante prioridad era su vida. Como dijo esta chica, lo mejor sería evacuar tan pronto como sea posible. A juzgar por eso, Asahi se levantó.

Pero.

—¡A-Aaah!

Tal vez debido a que se levantó demasiado apresurada, Asahi perdió el equilibrio y cayó sobre su estómago.

—¡…! ¡Ane-sama!

Entonces, la chica inmediatamente le ofreció su mano para soportar su cuerpo.

En ese momento…

—Ah…

Asahi  sintió  cómo  su  campo  de  visión  titilaba  mientras  sentía  algo ocurriendo en su cerebro.

La sensación de la mano de esa chica, y el nombre que la chica dijo. Para comparar era como si una cerradura se abriera en su cabeza.

El momento que estaba bloqueado se convirtió en un tremendo torrente que llenó sus pensamientos. Golpeada por un feroz aturdimiento. Un entumecimiento llegó a sus dedos de la mano y pies. Incluso al estar apoyada, pararse se volvió difícil.

Ah, sí. Así es.

Ella, conozco a esta chica.

¿Cómo la pudo olvidar? Esta chica es…

—… Mu, kuro…

—…

Las palabras de Asahi.

Esa chica… Mukuro, contuvo el aliento.

Mukuro. Hoshimiya Mukuro. Una chica que fue adoptada por la familia de Asahi.

Una linda hermana menor con un hermoso cabello largo que la seguía. Asahi, quien siempre quiso una hermana, amaba a Mukuro tanto que se podría describir como excesivo.

Pero… ah, cierto.

¿Cuándo fue?… Mukuro se convirtió en… “algo” que no podía entender.

Con un poder que sobrepasaba el conocimiento humano, manipulando el corazón humano, convirtiéndose en algo desconocido.

Asahi, quien notó esto, temió a Mukuro… y la rechazó. El último recuerdo fue revivido en ese momento.

La cara de Mukuro mirándola mientras derramaba lágrimas.

—…

Desde ese punto en adelante, no podía recordar.

Al menos hasta entonces, hasta ahora, Asahi se había olvidado de la existencia de Mukuro.

No, no solo Asahi. Padre, madre y las personas a su alrededor.

Nadie recordaba a Mukuro; era como si fuese un hecho que Asahi nunca tuvo una hermana.

En retrospectiva, Mukuro debe de haberles hecho algo. Como podía ver, Mukuro seguía exhibiendo habilidades paranormales. Han pasado años desde entonces y solo se veía un poco más grande. Hablando de cambios cosméticos, parece que se cortó el cabello.

En el momento que se dio cuenta de esto, la sensación de miedo que había desaparecido, fue revivida. Un día, sintió como si algo desconocido hubiera poseído a su hermana.

—…

Tal vez entendiendo lo que Asahi estaba sintiendo, los hombros de Mukuro temblaron como si estuviera aterrada. Pronto apartó sus manos de Asahi.

—… Tu seguridad es lo más importante… Apresúrate, huye a un lugar seguro.

Y luego, sonrió débilmente mientras le daba la espalda a Asahi.

—Ah…

Así, Asahi sintió su corazón siendo apretado fuertemente. Ciertamente, Mukuro era aterradora durante ese tiempo. Pero, ¿qué hay de la chica parada frente a ella ahora mismo?

Fue  rechazada  por  su  hermana  después  de  tanto  tiempo,  pero  aún mostraba consternación por ella…

—¡Mukuro!

—¡…!

Mukuro saltó ligeramente y se detuvo.

Pero, incluso después de eso, Asahi no sabía qué palabras decir.

Ciertamente, Mukuro ya no era humana en ese entonces. Mukuro, quien sabía esto, desapareció y luego, Asahi y todos los demás pasaron sus años sin darse cuenta de ello.

Lo que ocurrió en la cabeza de Asahi fue un tremendo arrepentimiento mucho más grande que su miedo.

Ah, esto puede ser una emoción sellada de hace tiempo dentro de Asahi. Una emoción que no podía ser sentida debido a haber olvidado a Mukuro. Un crimen irredimible por ni siquiera reconocer que Mukuro ya no estaba.

Si hubiese tenido más tiempo, hubiera podido escuchar a Mukuro. Si hubiese tenido más tiempo, hubiese podido entender a Mukuro.

En ese entonces, Asahi era prisionera de su propio miedo y solo pudo rechazar a Mukuro. Solo pudo dejar ir a su linda hermana menor.

Pero, aun así, Mukuro vino a salvarla.

Y ahora se estaba dirigiendo a algún lado. Asahi aun no sabía nada. Pero estaba haciendo lo que tenía que hacerse ahora mismo. Al igual que con ella, lo estaba haciendo para salvar a otros. Era algo que podía entender.

Entonces, ¿qué debería de decir Asahi? ¿Qué palabras debería de decirle a su querida hermana que una vez rechazó y traicionó…?

No la lastimes. No la apartes. No le des la espalda. No titubees. Al final de un viaje que parecía eterno, lo que Asahi dijo fue…

—… Tu cabello… lo cortaste…

Fue una conversación irrelevante de cualquier día.

Pero no podía ser evitado. Era lo único que Asahi podía decir en medio de esta confusión y desastre.

—… Mun…

Tras escuchar lo que Asahi dijo, la mirada de Mukuro titubeó ligeramente. Era como si, estuviera un tanto asustada.

—… Lo siento. No había ninguna intención de aparecer frente a Ane-sama ya. Pero…

Mukuro dijo eso con una voz temblorosa.

Asahi caminó silenciosamente y estiró su mano para tocar el cabello de Mukuro.

Cabello de longitud para tocar la espalda que estaba cubierto de polvo y hollín. Debe de haber estado sudando mucho. El toque se sintió diferente a la suave sensación de sus recuerdos.

Pero de ese cabello sucio, la historia que había olvidado pudo ser sentida. La vida de una Mukuro desconocida para Asahi fue grabada.

—… Siempre ha sido hermoso.

—¡…!

Asahi sonrió mientras hablaba, acariciando su cabeza antes de soltarla.

—Has lo mejor que puedas.

—… Mun. Gracias, Ane-sama.

Escuchó las palabras de Asahi.

Mukuro asintió antes de comenzar a mover sus estáticos pies de nueva cuenta.

Luego, Nia, quien estaba esperando a Mukuro, preguntó mientras alzaba ligeramente sus cejas.

—… Hey, Mukku-chin. De casualidad, ¿ella es tu hermana mayor?

—… Así es. Aunque juré nunca volver a verla en mi vida, haber imaginado cumplir una reunión así…

No había mentiras en su juramento o sus decisiones. Mukuro no iba a aparecer frente a ella otra vez.

Pero ahora, haber sido reunida con ella por un capricho del destino, el corazón de Mukuro estaba encendido por haber escuchado esas palabras inesperadas.

Era una ardiente determinación incluso más fuerte que antes. Escuchando a Mukuro, Nia miró a Asahi mientras se rascaba la mejilla.

Ya veo. Las cosas extrañas en verdad suceden… Pero, aun así, ¿no hubiera sido mejor dar más palabras de gratitud ya que es una reunión después de tanto tiempo?

—¿Qué dijiste?

Oyendo las palabras de Nia, Mukuro respondió brevemente.

—¿Hay algo mejor que esto?

—…

En respuesta, Nia amplió sus ojos.

Tal vez se dio cuenta. Cálidas lagrimas estaban cayendo de ambos ojos de Mukuro.

—… Ya veo. Entonces, tendrás que esforzarte.

—Mun.

Mukuro asintió, limpiándose las lágrimas antes de patear el suelo para ir al siguiente rescate.

***

—¿¡Cuál es la situación de la evacuación!?

—¡Actualmente está alrededor del 85%! Hemos desplegado personal de evacuación de Ratatoskr, ¡así que debería de estar terminada pronto!

—Apresúrense, no importa cuantos Yggdrafolium haya, son humanos ordinarios ahora. No serán capaces de pelear por mucho.

—¡Entendido…!

En el puente de la aeronave de guerra, Fraxinus, las voces de Kotori y los miembros de la tripulación estaban resonando. La situación en el área, en respuesta a Beast, las directivas a las chicas impartieron rápidamente instrucciones mientras miraban de cerca la situación.

El monitor principal del puente mostraba una vista al nivel de suelo del lugar en el que se ubicaban Shido y las chicas.

Si, no eran las usuales cámaras autónomas enviadas para grabar desde el puente, sino que eran pequeñas cámaras montadas en los cascos de las chicas.

Las chicas viendo a Beast no podían quedarse en un solo lugar por mucho tiempo, lo que causaba que vibraciones inevitables acompañaran las imágenes recibidas.

—Uh. En verdad me siento un poco mareado ahora…

—No llores. ¡Apresúrate y restauren los sensores!

—¡E-Entendido…!

Bajo el comando de Kotori, el miembro de la tripulación de Fraxinus, Mikimoto Masaomi reanudó su trabajo. Después de que Kotori lo confirmó, volteó a ver detrás del asiento del capitán.

La razón era simple. Una extraña escena se estaba desarrollando ahí.

—Hmm, fufuuf, fufufu, fufuuf…♪

—Eres demasiado ruidoso, Kannazuki.

—Por favor, permanece en silencio.

—Si puedes, deja de respirar. Y etcétera.

Un hombre alto con sus ojos viendo hacia abajo estaba moviendo sus manos como un conductor. Chicas con la misma cara lo vieron con los ojos entre cerrados.

Este hombre era Kannazuki Kyouhei, el capitán sustituto de Fraxinus. Y estas chicas eran los cuerpos de interfaz de Maria.

Ahora, discúlpenme. Esta es la mejor manera para concentrarme. En primer lugar, ¿no fue Maria quien pidió que me hiciera cargo de la nave?

No quería tener que pedírselo a Kannazuki.

He pensado esto desde hace mucho. Pero para esta operación, un dispositivo para control directo usando ondas cerebrales conectado al dispositivo Realizer de manifestación, ¿no es esto acoso sexual?

—Cuando acabe esto, haremos una queja formal. Por ahora, tiembla y cierra tus ojos.

—Aaaaaah, ¡harás que ceda con esas violentas palabras…!

Kannazuki contorsionó su cuerpo mientras se sonrojaba. La carcasa de Fraxinus se sacudió ligeramente para encajar con esas acciones.

Así es. Ahora mismo, la navegación de Fraxinus estaba siendo controlada por el Mago Kannazuki Kyouhei.

Aunque usualmente era una herramienta de emergencia usada para la batalla, el daño recibido por parte de Beast era inesperadamente grande y, además, Maria necesitaba concentrarse en algo más.

Alrededor de diez Marias estaban alineadas en el puente. Todas estaban paradas uniformemente con cables conectados a sus cuellos. Cada cuerpo tenía su propio equipamiento de cálculos funcionando en paralelo con cada una mientras estaban hablando.

—Entonces, ¿puedes hacer el análisis?

—Oh, ¿quién crees que soy?

La Maria representante respondió la pregunta de Kotori. Kotori se encogió ligeramente de hombros ante esas palabras frívolas.

Si, ahora mismo, Maria estaba a cargo de analizar a Beast.

No eran solo los usuales medidores de favorabilidad y estado mental. A través del Yggdrafolium en escena, estaba examinando el poder de Beast y las diez espadas que estaba portando.

Obviamente, la tripulación inicialmente se rehusó. No había manera de que pudiera controlas el deseo de Mukuro y las demás para ayudar a Shido y, sobre todo, Kotori sabía que no podían capturar a Beast sin saber nada de ella.

Beast. Un Espíritu misterioso que no debería de existir. Quién es…

—¡…!

Kotori alzó sus cejas alarmada.

Un sonido intermitente vino del cuerpo interfaz de Maria.

—¿Maria?

—Análisis completo… En una palabra, raro. En dos palabras, muy confuso.

¿Por qué estaría eso ahí?

—Deja de bromear. ¿Quién es?

Cuando  Kotori  preguntó,  Maria  respondió  mientras  desconectaba  los cables de su cuello.

—No conozco su identidad aún. Pero esas diez espadas que porta. Son… Y luego, continuó mientras miraba a Beast siendo proyectada en el monitor.

—Los Ángeles que portaron Kotori y las demás.