Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 9

Capítulo 7: Banquete, Agitación Del Día 2

Parte 2

Mientras tanto, en el primer piso del salón social, la realeza de cada pequeño reino finalmente había terminado de entrar al lugar y estaban esperando ansiosamente la entrada de los cuatro héroes. En la esquina del salón, la Primera Princesa Sylvie del Reino de Rubia y sus asistentes estaban conversando con la realeza de los reinos vecinos.

“¡Presentamos al héroe del Reino Galarc, Lady Satsuki Sumeragi, el héroe de la Restauración, Sir Hiroaki Sakata, el héroe del Reino de Centostella, Sir Takahisa Sendo, y el héroe del Reino de Beltrum, Sir Rui Shigekura!” La voz del locutor hizo eco. La realeza y la nobleza en el pasillo estallaron cuando la puerta del piso superior se abrió.

El primero en aparecer fue Satsuki, escoltada por Rio y Charlotte. Los hombres de los reinos más pequeños ya estaban familiarizados con Charlotte, por lo que su atención se centró en Satsuki y Río.

Las princesas más jóvenes miraban a Río con particular interés. Con su cabello gris brillante, sus rasgos andróginos pero agudos e intensos, y su actitud segura mientras escoltaba a un héroe y una princesa, Rio realmente era una imagen perfecta.

Mientras eso sucedía, Hiroaki apareció después en la puerta. Lo acompañaban Flora y Roanna, pero a diferencia de Río, aquí no había ningún elemento de sorpresa. Y así, los nobles en el pasillo aplaudieron en voz alta para darles la bienvenida, pero por lo demás no hicieron un escándalo.

“¡Oh!”

Los siguientes en aparecer fueron Takahisa, Lilianna y Miharu. El Reino de Centostella había cerrado todas las relaciones diplomáticas con sus reinos vecinos; A pesar de ser un gran reino, los rostros de su realeza eran bastante desconocidos, por lo que la cantidad de atención que recibieron fue bastante alta. Hubo más vítores para ellos que para Hiroaki, y las personas en el lugar se esforzaron por quemar la imagen de los tres en sus mentes.

Finalmente, los últimos en aparecer fueron Shigekura Rui y Christina.

“Ooh…” Los nobles en el pasillo alzaron sus voces. En lugar de aplausos, esto estuvo más cerca de la agitación que ocurrió como con Río. La razón fue, por supuesto, debido a los problemas internos que el Reino de Beltrum estaba experimentando actualmente.

Asistieron la Primera y Segunda Princesa del Reino de Beltrum, representantes de facciones opuestas. En otras palabras: Christina y Flora. Los asistentes tenían mucha curiosidad acerca de cómo las dos interactuarían entre sí.

Ah, ¿parecía que los nobles tuvieron una reacción más débil hacia mí? ¿Es demasiado predecible de mi parte traer a los mismos acompañantes dos días seguidos? ¿O son las caras lo que más importan para los héroes al final? Tch, debería haberle pedido a Liselotte que viniera también… Hiroaki estaba disgustado por cómo los aplausos para él eran más débiles en comparación con los otros héroes y frunció el ceño infelizmente.

En contraste con el estado de ánimo de Hiroaki, la realeza y la nobleza en el piso inferior estaban llegando al máximo de su emoción ahora que los cuatro héroes habían llegado, con los ojos pegados a ellos. Detrás de ellos, el Duque Huguenot, Charles Arbor y todas las demás figuras oficiales entraron al lugar y continuaron bajando las escaleras, pero no muchos les prestaron atención.

Después, el discurso de apertura que Francois debía dar antes del segundo día del banquete finalmente comenzó. Durante dicho discurso, una persona silenciosamente intentó deslizarse entre la multitud que lo vitoreaba. Fue Reiss, quien se coló entre los asistentes del Reino de Rubia.

“Oi, Rei, Jean. Jean Bernard, ¿a dónde crees que vas?” Sylvie notó que Reiss intentaba escaparse en la conmoción e inmediatamente lo llamó. Había estado constantemente pendiente de Reiss toda la noche, no estaba dispuesta a bajar la guardia.

“Oh, no es nada. Solo un pequeño negocio con la pared. No se preocupe, volveré pronto. Si estás ansiosa, es posible que alguien más te acompañe”, dijo Reiss con una sonrisa alegre. Para el registro, ‘hacer negocios con la pared’ era la jerga de ‘ir al baño’.

“… Tch, vuelvo dentro de las diez. Oye.” Sylvie ordenó a Reiss, luego envió una señal a una de sus caballeros para que lo siguiera.

“Entendido. Si me disculpas”. Reiss asintió respetuosamente, luego partió con la caballero. Procedió a salir del pasillo y se dirigió al baño.

Los pasillos estaban llenos de soldados patrulleros, asegurando estrictamente que nadie deambulara por donde no debería estar. En particular, varios soldados habían tomado posiciones ante la puerta del pasillo superior para hacer imposible alcanzar a Satsuki y a otros adentro.

Reiss entrecerró los ojos cuando vio la escalera que conducía al piso superior.

“… Oye, camina más rápido”, ordenó la caballero a Reiss infelizmente.

“¿Apurando a alguien que lo necesita? No puedo decir que estoy impresionado. Diez minutos es tiempo suficiente para regresar, así que no hay necesidad de ser impaciente”, respondió Reiss alegremente.

“Tch”. La mujer caballero chasqueó la lengua con molestia, pero siguió siguiendo a Reiss al baño en silencio. Los baños estaban en puestos individuales y bastante espaciosos por dentro. Había una pequeña ventana para ventilación, pero no había otra entrada que la puerta.

La caballero abrió la puerta y comprobó que no había forma de escapar antes de apresurar a Reiss. “Hazlo rápido.”

“Sí, saldré pronto”, dijo Reiss, entrando solo en el puesto. “Como se esperaba de un baño de la sala de eventos. Lo  han construido tan inusualmente grande, es como si estuvieran pidiendo que se invitara a intrusos. Quizás lo deje por aquí, entonces.” Reiss sacó dos cristales de esencia del tamaño de un puño del bolsillo de su pecho y los colocó en el suelo. Uno fue un artefacto mágico para establecer coordenadas para la brujería de teletransportación, y el otro fue un artefacto con hechicería de barrera de sellado para evitar que la fluctuación de la oda y el maná se detecten externamente.

Preparaciones completas. Todo lo que queda es que lleguen las emboscadas para llegar una vez que llegue el momento. Pero con la asistencia del chico que enfrentamos en Amande, esto puede resultar interesante. No podía sentir su espíritu contratado, pero podría estar al acecho dentro de su cuerpo en forma de espíritu o moverse por sí solo. Reiss miró los artefactos en el piso con satisfacción, recordando la cara de Rio cuando entró con Satsuki y Charlotte.

Sin embargo, su presencia no será un obstáculo esta vez. Siempre y cuando las tropas se apresuren al lugar según lo planeado, será suficiente como un movimiento de apertura. No importa en qué dirección vaya después, mi misión está completa. Pensarlo de esa manera lo hace tan fácil. Creo que pasaré el resto del tiempo observando el caos del salón y cómo interviene, pensó Reiss, con una sonrisa burlona. Luego, aproximadamente diez segundos después, abrió la puerta del puesto como si acabara de terminar su negocio.

“Lamento haberte hecho esperar. Ahora, regresemos —dijo Reiss y regresó al salón de banquetes.