Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 9

Capítulo 5: Banquete, Día 1

Parte 4

Después, Rio, Miharu y Liselotte se unieron con Satsuki, Francois y los otros miembros de la realeza para recibir la oleada de nobleza que subía las escaleras desde el pasillo. Aunque las conversaciones fueron cortas y solo involucraron un simple intercambio de saludos, desafortunadamente hubo un gran número de personas para comunicarse.

Rio formó un grupo con Miharu, Liselotte y Charlotte separadas de Francois o Satsuki a su lado, pero mucha gente vino a saludar a Satsuki, quien era, por supuesto, la invitada de honor, así como a su amiga Miharu. Río, que Francois había presentado directamente como héroe, también fue un punto de interés.

Los invitados incluyeron a grandes señores como el Duque Gregory y el Duque Valier, padre de la prometida de George, Colette, y mientras la conversación con la realeza y la nobleza era agotadora para los inexpertos, Liselotte y Charlotte ofrecieron hábilmente su experiencia en banquetes y apoyo para disminuir la carga de los demás.

Sin embargo, saludar a los invitados tomó de uno a tres minutos cada uno, así que aunque los miles de nobles no habían venido uno por uno, tuvieron que repetir los mismos saludos al menos cien veces. Por lo tanto, incluso con breves descansos intermedios, el tiempo se sumó hasta que Rio y los demás conversaron con la nobleza durante casi cuatro horas. Como resultado, cuando terminaron de saludar a la mayoría de la nobleza, ya era casi la hora de terminar el banquete.

“¿Alguien quiere un refresco?” Una camarera llevaba bebidas en copas de oro que Miharu y Rio, que también estaban fatigadas por una vez, aceptaron.

“… Sí, tomaré uno”. Tragando el cóctel bien helado, sus gargantas se apagaron en un instante. Al mismo tiempo, una gran ola de fatiga se apoderó de ellos.

Charlotte tragó su bebida antes de expresar su agradecimiento hacia Rio y Miharu con una sonrisa. “Gracias por su arduo trabajo hoy, Sir Haruto. Lady Miharu.”

“Sí, incluso me siento un poco cansado”, dijo Rio.

“Terminaremos el evento de esta noche pronto, pero creo que deberías tener una idea de por qué el banquete se lleva a cabo durante tres días. El primer día siempre termina después de saludar a todos los que normalmente no ves, por lo que limitamos a los asistentes a aquellos dentro de nuestros círculos y nos preparamos para invitados externos en el segundo y tercer día. Ustedes dos deben haber estado especialmente ocupados, ya que el banquete termina con solo un saludo para la realeza y los invitados de honor. Lo siento”, explicó Charlotte, sosteniendo una mano contra su mejilla mientras se disculpaba con Rio y Miharu. Al ver cómo a los miembros de la Restauración se les permitía asistir el primer día, mostró cuánto trato especial estaban recibiendo.

“De ningún modo. Somos los que causamos problemas con nuestra asistencia abrupta, así que por favor utilícenos siempre que lo necesite”, dijo Rio de buena gana.

“¡Sí, también haré lo mejor que pueda!” Miharu estuvo de acuerdo.

“Sin embargo, en cuanto a la posición, el primer día es probablemente el día más difícil para ustedes dos. Ya terminaste de saludar a la nobleza del Reino y Restauración de Galarc esta noche, y habrá otros héroes presentes desde el segundo día en adelante, lo que dispersará la atención de todos. Deberías tener un poco de tiempo para moverte libremente mañana”, agregó Liselotte.

“Sí, nuestro trabajo como realeza es saludar a figuras importantes de los otros reinos. Por favor relájese y disfrute mañana. ¿Te gustaría unirte al baile? Si hay tiempo de sobra, me encantaría tener a Sir Haruto como mi compañero para una canción”, dijo Charlotte, invitando a Rio con una mirada coqueta.

Normalmente, la regla tácita era que el hombre hiciera la invitación para un baile, pero también era aceptable que la mujer hiciera la pregunta, dependiendo de su relación. Para casos tan excepcionales, se consideró una violación de los modales para un hombre soltero rechazar una invitación de baile de una mujer soltera.

Más aún para Río, quien a pesar de ser el salvador de Miharu, todavía era simplemente un plebeyo. No había forma de que pudiera declinar. O más bien, habría desventajas al rechazar la oferta, mientras que no habría ninguna al aceptarla.

“Sí, sería un honor”, acordó Rio sin dudarlo.

“Oh, estoy feliz de escuchar eso. En ese caso, es una promesa. Por favor, invíteme a salir mañana, Sir Haruto”, dijo Charlotte, agarrando el brazo de Rio mientras se acercaba a él.

“…Si.” Rio casi se puso rígido por impulso, pero asintió amablemente. De repente miró a su alrededor para evaluar las reacciones de su entorno, y Miharu se sobresaltó con inquietud. Liselotte suspiró en silencio para que Rio no lo oyera.

“Bueno, entonces me dirigiré al lado de mi padre por un tiempo. Parece que Lady Satsuki se dirige hacia aquí ahora, así que por favor continúa tu conversación.” Charlotte miró a Miharu y sonrió, inclinándose con gracia antes de mirar en dirección al rey Francois. Satsuki acababa de terminar su ola de saludos y quedó libre para dirigirse hacia ellos.

Charlotte agarró el dobladillo de su vestido y se inclinó elegantemente ante Rio y los demás antes de llamar a Satsuki, quien estaba a punto de reemplazar su lugar. “Gracias por tu arduo trabajo, Lady Satsuki. Voy a ir con mi padre, así que por favor, disfruten del poco tiempo que queda en compañía de Sir Haruto”.

“Sí, gracias. Buen trabajo hoy, Char. Después de que Satsuki sonrió y asintió, Charlotte se dirigió hacia Francois. “Buen trabajo hoy, ustedes tres. Gracias por permanecer junto a estos dos durante todo el tiempo, Liselotte. Me sentí tranquilo”, dijo Satsuki a Rio, Miharu y Liselotte.

“De ningún modo. Su Alteza la Princesa Charlotte también estuvo presente, y estos dos respondieron a todas las preguntas sin problemas sin mi ayuda.” Liselotte sacudió la cabeza con una sonrisa.

“Eso no es cierto. Fue de gran ayuda tenerte allí”, dijo Miharu, y Rio estuvo de acuerdo.

“Lo que ellos dicen. Y además, quería agradecerte por traer a Miharu al banquete en primer lugar, Liselotte,” dijo Satsuki.

“Llevé a Lady Miharu al banquete porque le debía una deuda a Sir Haruto. En todo caso, traer a la amiga de Lady Satsuki aquí también me ha beneficiado en última instancia, así que debería estar agradecida. También he podido formar un nuevo vínculo con Sir Haruto”, Liselotte sonrió diabólicamente y miró a Rio. Las cuatro personas presentes pudieron decir a qué tipo de relación se refería sin más detalles.

“He oído que tienes recuerdos de tu vida anterior, incluida la historia detrás del Gremio Ricca. Por supuesto, no conozco los detalles específicos de tu vida pasada…” dijo Satsuki mientras observaba cuidadosamente las reacciones de Rio y Liselotte. Solo podía imaginarse a sí misma cómo era tener recuerdos de una vida pasada, pero pensó que el tema de los recuerdos de una persona muerta era bastante delicado y le resultaba difícil preguntar al respecto directamente.

Dicho esto, fue el tema perfecto para profundizar en lo cerca que estaba la relación entre Rio y Liselotte, y dependiendo de lo que se discutió, podría darle una visión más clara de Liselotte como persona. Con los cuatro reunidos, fue el momento óptimo para plantear el tema, incluso de forma indirecta.

“En realidad, aunque parte de la razón se debe a que he estado demasiado ocupado para hacer el tiempo, realmente no nos hemos sentado y discutido nuestras vidas pasadas en detalle”, dijo Liselotte con una sonrisa irónica, mirando a Rio

“También podría deberse al tema difícil”, agregó Rio con una mirada ligeramente culpable. De hecho, la razón por la cual Liselotte no había discutido su vida pasada en gran detalle se debió a que Rio insinuó su conexión con Miharu en su vida anterior: había pedido que él fuera quien le contara a Miharu y a los demás. La verdad sobre cómo era Miharu de un mundo cuatro años antes de que Haruto y Rikka murieran.

Hasta que Rio le dijera a Miharu la verdad, ella no diría nada. Dibujó una línea allí por consideración a Río, de lo que él estaba al tanto.

“Si. Sin embargo, también he querido hablar contigo. Si está de acuerdo con Sir Haruto, me gustaría discutir esto más en el futuro”, dijo Liselotte.

“… Después de la tercera noche del banquete, en algún momento en el futuro cercano, me gustaría tener algo de tu tiempo para discutirlo”, declaró Rio a Liselotte con elocuencia.

“¿Eso te parece bien?” Liselotte abrió mucho los ojos y miró a Rio.

“Si. Mi objetivo era este banquete para empezar. No lo pospondré más”, dijo Rio, mostrando una sonrisa fugaz. Por cierto, el objetivo al que se refería era su fecha límite para revelar la verdad a Miharu y a los demás. Sin embargo, Miharu y Satsuki no tenían idea de lo que estaba hablando, e inclinaron la cabeza confundidos.

“…Ya veo. Pues bien, lo estaré esperando. Hay muchas cosas de las que quiero hablar contigo”, se alegró Liselotte con una sonrisa amable.

“Parece que estos dos están perdidos en su propio mundo. ¿Verdad, Miharu?” Satsuki entrecerró los ojos hacia Rio y se acercó a Miharu, que de manera similar se quedó fuera de la conversación. Miharu parecía asustada y tropezó con sus palabras.

“Ah, no… Umm…”

“No te preocupes. Me aseguraré de decírtelo también, Satsuki”. Rio dijo con una sonrisa amarga.

“Hmm, no pretendo entrometerme en las cosas con fuerza…” Satsuki tenía una mirada de disculpa pero conflictiva en su rostro.

“También es algo relevante para usted”.

“… Hmm. Bueno, está bien entonces.” Ante las palabras de Rio, los ojos de Satsuki se agrandaron y asintió. Mientras tanto, Miharu observaba en silencio y sin hacer ruido a Río, cuando sus miradas se encontraron de repente.

“Por supuesto, también se lo diré a Miharu. Me he mantenido en silencio al respecto hasta ahora, y sé que es completamente conveniente para mí decirte ahora… Pero agradecería que pudieras escucharlo”, explicó Rio torpemente, frunciendo el ceño a Miharu.

“E-Está bien…” Miharu tragó saliva, asintiendo con la cabeza.

“… Parece que el aire se volvió un poco pesado. ¡Bueno! Pongamos esta conversación a un lado por ahora. Oh sí, eso es correcto. Liselotte, hay algo que siempre quise preguntarte en persona”. Satsuki aplaudió mientras cambiaba de tema, mirando a Liselotte.

“Claro, ¿qué es?” Liselotte ladeó la cabeza.

“¿El Gremio Ricca maneja arroz y miso?” Preguntó Satsuki, mirando la cara de Liselotte expectante.

“Ah, por supuesto que extrañarías esos”, Liselotte pareció sentir las emociones de Satsuki y se rio un poco tristemente con empatía.

Satsuki asumió que había poca esperanza de la reacción de Liselotte. “¿Supongo que no lo tienes, entonces…?” ella preguntó impotente.

“Técnicamente hablando, tenemos arroz. Sin embargo, nos falta un método apropiado para cocinar los granos de arroz en arroz blanco. Lo uso como risotto, pero extraño el sabor del arroz blanco. Desafortunadamente, no tengo el conocimiento de cómo producir miso, por lo que no existe en este momento”, respondió Liselotte con pesar.

“Ya veo. Pregunté por el castillo, pero dijeron que no lo sabían, así que no tenía muchas esperanzas… Ah, quiero comer arroz blanco y sopa de miso… ”

“… Sí, yo también quiero comerlo”.

Mientras tanto, Rio y Miharu intercambiaron una mirada un poco incómoda, sin saber cómo reaccionar cuando habían estado comiendo eso a diario. Rio se dio cuenta de que sería malo permanecer en silencio y les habló a los dos. “… En ese caso, ¿debo prepararlo para ti?”

“… ¿Eh?” Satsuki y Liselotte abrieron los ojos y miraron a Rio al unísono.

“Tengo arroz y miso, así que puedo compartir algunos contigo. Y con algunas verduras en escabeche también, si lo desea”, dijo Rio con una sonrisa extrañamente tensa mientras explicaba su declaración anterior con más detalle.

“¿L-Los tienes?”

“¡¿Y con verduras en escabeche?!”

Satsuki y Liselotte reaccionaron al unísono una vez más, acercándose a Río.

“Bueno, sí, en realidad…” Rio asintió torpemente. “¡Tu! ¡Si los tuvieras deberías haberlo dicho antes!”

“¡Así es! ¿Sabes cuánto tiempo he pasado buscando esos?”

Satsuki y Liselotte estaban completamente sincronizados en sus pucheros. Incluso la normalmente cortés y bien hablada Liselotte mostraba su verdadero yo ante la perspectiva de un arroz blanco, sopa de miso y verduras en escabeche.

“E-Entiendo. Entonces, en el futuro cercano, si pudieras encontrar el tiempo para comer solo con nosotros cuatro. Me encantaría preparar la comida”. Rio estaba abrumado por su entusiasmo e hizo una promesa firme, aunque les dejó todos los detalles menores.

“Una comida con los cuatro… No, lo tengo. Es por el bien del arroz y la sopa de miso y las verduras en escabeche. Voy a negociar una forma de celebrar una cena en mi habitación”. Satsuki tarareó en sus pensamientos, negándose a retroceder.

“Por favor hágalo, Lady Satsuki,” dijo Liselotte con una expresión seria.

La primera noche del banquete llegó a su fin, y todos se durmieron profundamente, demasiado cansados para visitar la casa de piedra.