Amagi Brilliant Park

Volumen 8

Capítulo 3: En Las Ruinas

Parte 1

Aunque abandonado, la mayoría de las estructuras del antiguo parque de atracciones de Sanami todavía estaban intactas: montañas rusas, carrusel, norias, tazas de té… casi todo estaba donde siempre había estado. Todo estaba sucio de óxido y cal, y crujía inquietantemente cada vez que soplaba el viento; las malezas crecieron salvajes y altas a través de grietas en el pavimento. Cerca de allí, varios de los autos de la rueda de la fortuna habían perdido sus ejes por el envejecimiento y parecían caer al suelo en cualquier momento. Parecía que Handa-san tenía razón, en que los jóvenes locales se metían de vez en cuando; La mayoría de los edificios estaban marcados con graffiti, y no había una ventana ininterrumpida a la vista. AmaBri estaba en mal estado cuando Seiya lo visitó por primera vez en marzo pasado, pero no era nada comparado con esto.

“Son 330,000 metros cuadrados… eso es aproximadamente dos tercios del área actual de AmaBri”, dijo Isuzu, mientras leía los documentos que Handa-san le había entregado. Los dos estaban parados en la plaza de entrada del parque, con sus cascos de seguridad amarillos prestados. Handa-san había dicho que estaría esperando cerca de la entrada; ella no sabía lo suficiente sobre la propiedad para darles un recorrido en profundidad. “No muy grande…” Sento murmuró.

“Somos demasiado grandes en este momento”, le dijo Seiya. “Y se trata de un lugar adecuado en las montañas”.

“También es montañoso”, argumentó Isuzu. “Puede ser difícil para los niños y los ancianos moverse”.

“Bueno… podemos compensar con ascensores y escaleras mecánicas. El diseño universal es importante de todos modos, hoy en día”.

“La demolición será costosa. Yo estimaría mil millones de yenes para eliminar las estructuras existentes”.

“Sería, normalmente,” acordó Seiya. “Pero tener al Clan Mogute de nuestro lado nos dará más espacio para respirar”.

“Y luego está el acceso deficiente… la construcción será un desafío”, agregó Isuzu, “dada la estrechez de la carretera que conduce aquí. Solo traer la maquinaria pesada que necesitamos será una hazaña importante”.

“¿Qué hay de ti? ¿No tienes nada positivo que decir? ”Dijo Seiya molesto.

Isuzu frunció el ceño ligeramente. “Simplemente te estoy dando los hechos. Ese es mi trabajo.”

“Hmph”.

“Aun así…” Isuzu miró por encima de las ruinas. “Es una vista deprimente, ¿no? Siento que estoy viendo un posible futuro para AmaBri… ”

“Por supuesto que sí”, se quejó Seiya. “Así es como habría terminado si no hubiera llegado. Podrías mostrar un poco de gratitud…”

“Siempre estoy sorprendida por la confianza que debes tomar para que digas esas cosas…”, reflexionó.

“Vamos, echemos un vistazo”. Seiya ignoró las púas de Isuzu y comenzó a caminar hacia la sala de espejos justo delante, mientras ajustaba el casco de seguridad que le había prestado Handa-san. Por supuesto, los espejos del frente estaban rotos, y la estructura estaba tan cubierta de hiedra y graffiti que era difícil saber dónde estaba la entrada original.

“Parece peligroso”, le advirtió Isuzu. “Como si todo el edificio se derrumbara en cualquier momento”.

“Espera afuera si quieres, entonces,” replicó Seiya.

“Creo que lo haré. Necesitará que alguien informe a los demás cuando esté herido de muerte”.

“……” No tenía respuesta para eso. ¿No podría mostrar preocupación como una persona normal? Dicho esto, solo estaban aquí para examinar los motivos; en realidad no tuvo que hurgar entre las ruinas. Aun así, Seiya quería tener una idea de lo mal que estaban los edificios y estimar cuánto podría costar la eliminación.

Se estaba acercando a la sala de espejos, mirando hacia adentro, cuando vio a un gato salvaje adentro. “Hay un gato allí”, comentó.

“¿Un gato?” Cuestionó Isuzu.

“Bueno, de todos modos parecía un gato…” Solo lo había visto por un segundo; algún tipo de animal pequeño, blanco y negro que se había deslizado por el corredor justo delante de él. Fue tan repentino que no podía estar seguro, pero al menos para Seiya le había parecido un gato.

“Una colonia de gatos salvajes podría resultar problemática”, observó.

“¿Por qué?”

“Tendríamos que expulsarlos antes de poder demoler los edificios, ¿no?”

“No es gran cosa. Podemos atraerlos con comida para gatos o algo así”.

“Seiya-kun”, Isuzu protestó de nuevo, “esto no es seguro”.

“En realidad, está sorprendentemente intacto…”, le dijo. A pesar de su apariencia exterior, las condiciones dentro del salón de los espejos no eran tan malas. Había algunos espejos rotos, y Seiya vio muchos graffiti, pero eso fue lo peor. Avanzó por un camino y dobló una esquina, donde vio al gato en una intersección en T más adelante. Estaba demasiado oscuro para que él lo viera claramente.

Es eso… ¿realmente un gato? él se preguntó. Tal vez no. Era demasiado redondo para ser un gato, y sus patas y cola eran demasiado gruesas. ¿Qué fue entonces? ¿Un cachorro? ¿Un lechón? El animal desapareció a la vuelta de la esquina. “Cerdito” parecía ser la mejor suposición, pero era difícil imaginar cerdos salvajes en un lugar como este…

“¿Seiya-kun?” Isuzu lo llamó.

“Voy a echar un vistazo”, respondió. Seiya siguió al pequeño animal, dando varios turnos más. Estaba rodeado de espejos, por innumerables Seiyas con cascos de seguridad. No podía decir dónde estaban las aberturas; no había luces, gracias al estado abandonado del edificio.

Muy bien, tal vez esto era un poco peligroso… pensó con inquietud. Con las manos extendidas para evitar chocar contra los espejos, avanzó a tientas y procedió con cuidado.

“¿Seiya-kun? ¿Dónde estás? ”Preguntó Isuzu desde lejos.

“¡Solo cállate y espera afuera!” Gritó.

“Seiya-ku—” Su voz parecía alejarse. Probablemente fue por los caminos sinuosos. No creía que Isuzu se lastimaría, pero aún estaba un poco preocupado.

Seiya salió a un pasillo débilmente iluminado. La salida probablemente estaba cerca. Después de caminar un poco más incierto, encontró a la pequeña criatura nuevamente. No era un lechón; Era un tapir.

Pelaje blanco y negro; cuerpo corto y robusto; hocico largo y colgante: un tapir.

“¿Un tapir? ¿Qué está haciendo… un tapir aquí?”, Preguntó. ¿Había sido el antiguo parque de atracciones de Sanami el hogar de algún tipo de zoológico en miniatura? No había visto ninguna sugerencia de eso en la señal de guía en la entrada…

“Oink”, dijo el tapir.

Seiya no sabía que los tapires emitían ruidos como los de los cerdos, pero el oink parecía tener la sensación de ‘sígueme’. No estaba exactamente feliz de estar a la orden del tapir, pero su curiosidad ganó. Manteniendo la guardia alta, Seiya lo siguió.

Salió del pasillo de espejos, en lo que parecía ser el otro lado del edificio. Delante de él, un camino estrecho trazaba una curva pausada.

“Oink”. El tapir salió corriendo. Seiya vaciló, luego miró hacia atrás. Estaba preocupado por Sento.

“¡Sento! ¡Voy a seguir un poco más lejos! ”, Gritó. “¡Solo quédate donde estás!” Las ruinas estaban tan silenciosas que probablemente aún podría escucharlo si gritaba. Pero no hubo respuesta. “¡Hey! ¡¿Sento?!” intentó de nuevo.

“Oink…” El tapir se iba. Si esperaba demasiado, lo perdería de vista.

“¡Ah! … ¡Solo quédate allí, ¿de acuerdo, Sento?!” Todavía no hay respuesta. Sin embargo, estaba seguro de que ella debía haberlo escuchado…

Seiya siguió rápidamente al tapir. Corrió por el camino cubierto de maleza y giró varias esquinas.

“Oink”, lo escuchó decir de nuevo, pero no pudo verlo. Sus gritos se hicieron más y distantes mientras corría, y finalmente, Seiya perdió de vista al tapir.

La pendiente de la colina ya había dejado fuera de su vista el salón de los espejos; ni siquiera podía decir en qué dirección estaba. Estaba rodeado de vegetación cubierta y edificios deteriorados más allá del reconocimiento. Las palabras en los letreros estaban tan desvaídas por décadas dejadas a los elementos que ya no podían leerse.

“¿Estoy… perdido?”, Se preguntó. No, siempre podía volver a la puerta utilizando la aplicación de brújula de su teléfono inteligente. Aun así, no tenía idea de dónde estaba en este momento. Y la configuración remota de la montaña presentaba otro problema: no estaba recibiendo 3G, y mucho menos Internet inalámbrico.

La luz del sol de septiembre seguía siendo dura. Brillaba cegadoramente sobre el asfalto blanco y agrietado. Atravesar todas las colinas lo había hecho sudar profusamente. El calor era increíble.

“Vaya…” Subió una larga colina, jadeando. El camino aquí era ancho; Estaba flanqueado por los restos de atracciones que se habían deteriorado hace mucho tiempo.

En realidad… estas no eran exactamente atracciones. Eran casas embrujadas, campos de tiro, juegos de carnaval y rincones de almuerzo: oxidados y golpeados por el clima; desvanecido, sucio y cubierto de maleza.

Pero incluso entre ellos, Seiya notó que un edificio aún estaba intacto. El letrero estaba descolorido y era difícil de leer. Todo lo que pudo ver fue “— us” en el extremo derecho. Pero las paredes estaban en buenas condiciones, y estaba casi inusualmente limpio.

¿Cuál es ese lugar? estaba pensando, cuando justo entonces, escuchó una voz ronca.

“¡H-H-Hey! ¡Tú, jovencito!”

“…?”

“¡Sí, t-tú el de ahí! ¿Qué estás haciendo aquí?”

Seiya se volvió para ver a un anciano, vestido con un chándal gastado. Su cabello y barba estaban cubiertos de maleza y salvaje; llevaba una toalla raída como una capa, y cojeó hacia Seiya, arrastrando un pie detrás de él. Era, en una palabra, el hombre sin hogar por excelencia.

“No estoy seguro de cómo responder eso…” Seiya finalmente respondió. Él realmente no lo era. No podía decirle a un extraño exactamente que estaba pensando en mudar a AmaBri aquí. “Solo estoy dando un paseo. Estoy, er… interesado en ruinas antiguas”.

“¡E-Este lugar no es una ruina!” Protestó el viejo vigorosamente. “¿N-No puedes ver? ¡Es un parque de di-ver-sion! ”

“Las ruinas de un parque de diversiones, sí,” estuvo de acuerdo Seiya.

“¡N-N-No! ¡Es un parque de di-ver-sion! ”

“Ah-hah…” El hombre parecía inflexible sobre la idea, por lo que Seiya simplemente dejó el tema y comenzó a mirar a su alrededor. “Er… ¿Vives aquí, entonces? ¿Hay alguien más aquí?” No podía ver ningún tipo de acuerdo, al menos. Expulsar a las personas sería mucho más difícil que expulsar a una colonia de gatos callejeros.

“N-N-No… no quiero decirte…”

“No hay razón para esconderlo, ¿verdad?” Cuestionó Seiya.

“A-A veces… la gente como tú viene en multitudes y… y hace preguntas de todo tipo… haciendo un alboroto…” gruñó el viejo. “Estoy harto de eso”.

“Lamento mucho escuchar eso”, respondió Seiya cortésmente.

“¿L-Lo siento?” El viejo separó su flequillo y miró a Seiya. Sus ojos estaban arrugados y hundidos, pero también eran inesperadamente agudos. “¿E- Eres… tú lo mismo?”

“Bueno… en este momento, sí”, dijo Seiya, recordando que había dejado a Isuzu atrás. Dudaba que ella estuviera preocupada por él, pero ella podría atacarlo más tarde por caminar solo. Probablemente debería volver con ella de inmediato.

“V-Ven… por aquí…”

“¿Qué? No creo…”

“Solo ven. No va a… t-tomar mucho tiempo”. El hombre comenzó a caminar hacia el edificio detrás de él. Parecía estar murmurando para sí mismo, pero Seiya no podía entender lo que estaba diciendo.

Sin saber qué hacer, Seiya se quedó dónde estaba. Inmediatamente, el viejo le gritó: “¡V-Ven conmigo… ahora mismo!”

Seiya sabía que probablemente debería ignorarlo e irse, pero no pudo evitar sentir curiosidad. El hombre no parecía ser peligroso, al menos… “Maldita sea…” Seiya se encogió de hombros y lo siguió.