Amagi Brilliant Park

Volumen 8

Capítulo 3: En Las Ruinas

Parte 2

El edificio era un asunto de dos pisos, diseñado para parecerse a un solo piso desde el exterior; Un diseño común para estas atracciones menores. El segundo piso estaría lleno de corredores de mantenimiento y equipos de iluminación. Todo fue un desastre por su largo abandono, y la luz entraba por los agujeros en el techo.

El primer piso estaba dividido en varias habitaciones pequeñas, pero el colapso de las paredes aquí y allá dificultaba saber dónde terminaban los pasillos y dónde comenzaban las habitaciones. Fueron más adentro, hasta que llegaron a una sala bastante grande. Aquí, fue sorprendentemente ordenado y ordenado, sin basura ni equipo descompuesto. Solo había un escenario ligeramente elevado, rodeado por una disposición de medio círculo de sillas plegables.

“S-Siéntate”, dijo el viejo.

“¿Sentarme?” Preguntó Seiya. “¿Por qué?”

“S-Solo… s-siéntate”, ordenó el viejo.

“Está bien…” Al no tener otra opción, Seiya se sentó en uno de los asientos para espectadores (?). La polvorienta silla plegable dejó escapar un crujido desconcertante bajo su peso.

El viejo subió al escenario. “A… Ahora voy a actuar”.

“¿Actuar?”

“T-Tu atención, por favor. Atención.”

“Um…”

“¡Voy a actuar! ¡Atención por favor!”

“Um, pero-” Seiya no entendió lo que estaba pasando.

Mientras estaba sentado allí, atónito, el hombre rápidamente comenzó a preparar su ‘actuación’. Sacó una pequeña vela, del tipo que le pondría a un pastel de cumpleaños. “A-Ahora… voy a encenderlo”.

“……” Seiya esperó.

“No usaré un encendedor o un fósforo. P-Pero lo encenderé. M- Misterioso… ¿eh?”

“Uh, claro…”

“A-Ahora, presta mucha atención…” El anciano comenzó a frotar la mecha, a propósito, entre el pulgar y el índice.

Ugh… Seiya podría ver mucho para criticar aquí. Primero, el hombre no debería decirle a la audiencia lo que estaba por suceder; si les dijeras que ibas a encender la vela antes que tú, perderías el aire de sorpresa.

Además, el truco de encender velas era uno de los más antiguos del libro. Solo tenía que manipular la mecha con un poco de sulfuro de magnesio o fósforo. Incluso Seiya podría realizar ese truco mejor que esto…

“E-Eso es extraño… urhmm…” El viejo continuó luchando, pero no pudo encender la llama. Seiya esperó tres minutos. La vela nunca se incendió.

“Bueno… estas cosas suceden…”, dijo el anciano, mientras tiraba la vela al suelo molesto. “Es p-probablemente solo … ¡el ángulo!”

“¿Ángulo?” Cuestionó Seiya.

“¡L-La humedad! Está todo mal…” Gruñendo para sí mismo, el viejo sacó una baraja de cartas. Eran del tipo realmente barato que encontrarías vendido en tiendas como Daiso. “¡E-Elige cualquier carta que quieras de la b-b-baraja!”

“Bueno…”

“E-Entonces adivinaré cuál fue. ¡S-Saca!” El viejo se acercó a él con las piernas inestables, luego ofreció la baraja con manos temblorosas. Sin embargo, antes de que Seiya pudiera tomar una, el viejo dejó caer las cartas. “Ah ah. Ahhh…” el viejo tosió consternado, mientras se derramaban por todo el piso. En una visión absolutamente patética, el viejo se puso de rodillas y comenzó a recogerlas.

“……” Encontrando incómodo sentarse en su silla plegable y esperar, Seiya se arrodilló e intentó ayudarlo.

“¡N-No los toques!”, Gritó el viejo, y Seiya encontró su mano abofeteada. Este movimiento también fue débil, pero aun así lo dejó sorprendido y atónito. Por alguna razón, este viejo estaba tratando de mostrarle un truco de magia. En otras palabras, Seiya era su audiencia, ¿cómo podía tratarlo de esta manera?

“Voy a recogerlos. T-Tú solo… mira.”

“Pero-”

“¡M-Mira!” Con ese grito tembloroso y agudo, el anciano continuó recogiendo sus cartas… pero apenas podía lograrlo.

Seiya no tuvo más remedio que sentarse allí y esperar. Probablemente tomó cinco minutos en total. Por fin, el viejo terminó de recogerlos y comenzó a barajarlos de nuevo, lentamente. Unos pocos permanecieron a sus pies, pero él no los notó.

“S-Saca”, exigió el viejo. Seiya hizo lo que le dijeron. Eran los tres de corazones. “A-Ahora devuélvelo.” Seiya volvió a poner la tarjeta sin mostrársela al hombre. “Ahora… ba-barajalas”. Le entregó a Seiya las cartas, y Seiya las barajó. “¡D-Devuélvelo!” Lo hizo.

“A-Ahora, déjame adivinar… E-E-Espera solo un… minuto…” Con manos inestables, el viejo buscó entre las cartas. Incluso un mago novato probablemente podría hacerlo mejor que esto. Parecía poco probable que este viejo adivinara los tres corazones. Este era un viejo truco clásico llamado ‘la carta ambiciosa’; Seiya lo había aprendido cuando era un niño. Normalmente, colocarías la carta en la parte superior del mazo y la mostrarías de esa manera. No solo intentaste adivinarlo verbalmente.

Pero el viejo habló: “E-El seis de diamantes”.

Estaba equivocado, pero Seiya no dijo nada.

El viejo estaba lleno de confianza. “¿T-Tú lo… disfrutaste eso?”

“¿Huh?”

“¿L-Lo disfrutaste?”

“Um… er, bueno…” Seiya no lo había disfrutado en absoluto, pero tenía que admitir que fue una experiencia novedosa.

El viejo murmuró para sí mismo, rascándose la cabeza. La acción provocó la caída de escamas del tamaño de las uñas, y Seiya hizo una mueca al verlo. “D-De todos modos… ¿Q-Qué estás haciendo aquí?”, Exigió el viejo para saber.

“Estoy empezando a preguntarme eso…” Seiya se quejó.

“E-El show ha terminado. V-Vete a casa.” El viejo agitó la mano como si matara moscas, luego giró para irse.

“¿Se acabó?”

“Se acabó”.

“Espera un minuto. Nada de esto tiene sentido…” Ser cortés con el hombre estaba empezando a se una molestia. Seiya volvió a su brusquedad habitual mientras irrumpía tras él. “¿Siempre estás aquí haciendo esto? ¿Realizando trucos de magia para intrusos?”

“Vaya a casa”, le dijo el viejo.

“¡Pero es peligroso!” Protestó Seiya. “¿No te has encontrado con alguien violento?”

Los tipos de exploradores urbanos probablemente fueron lo suficientemente respetuosos, pero también podrías obtener huevos malos en un lugar como este; destrozarían las estructuras o pintarían graffiti solo por diversión y torturarían a los ocupantes ilegales que encontraran para su propia diversión. Seiya había visto más de un informe de noticias de alguien expresando sus frustraciones golpeando a una persona mayor hasta la muerte. Su pregunta no era pura preocupación por el hombre, por supuesto; tampoco quería que alguien muriera en el sitio al que planeaban mudarse.

“Estoy bien…” El anciano entró por una puerta en la parte de atrás del pasillo. Probablemente era un corredor que conducía al backstage. “V-Ve a casa”.

“Pero…” Dudando de regresar, Seiya lo siguió por el oscuro pasillo. El suelo estaba lleno de todo tipo de cosas, y era difícil encontrar una base segura. Parecía la casa de un acaparador.

Salieron del edificio. Los macizos de flores detrás de las ruinas se habían convertido en campos para berenjenas, cebollas, hojas de mostaza… también parecía haber tubérculos plantados. ¿El viejo los hacía crecer a todos? Por lo menos, no había peligro de que muriera de hambre.

Al otro lado del campo, Seiya vio algo así como un marcador de tumba. Se acercaba a la cintura de Seiya; docenas de rocas del tamaño de un puño, apiladas una encima de la otra. No podría ser una tumba humana, por supuesto. Probablemente fue para un perro mascota, o algo así.

Al lado de una arboleda de árboles, Seiya pudo ver una pequeña cabaña construida con material de desecho, una cocina hecha de rocas y concreto y una olla oxidada. Un gran cubo de plástico contenía agua doméstica.

Realmente se ha hecho una casa… pensó Seiya. Y durante bastantes años, en eso. No podía creer que esto nunca hubiera sido un problema antes. ¿La empresa de bienes raíces y la ciudad estaban haciendo su trabajo? “¿Cuánto tiempo has estado aquí?”, Le preguntó al viejo.

“Yo… yo-no lo sé. Vete a casa.” Sin embargo, a pesar de su respuesta, el viejo no mostró signos de tratar de expulsarlo por la fuerza. Probablemente no le importaba.

El viejo bebió un poco de agua del balde, usando una botella de plástico cortada por la mitad como una taza. Había insectos muertos flotando en la superficie del agua. Seiya se estremeció; su interés había adquirido una especie de calidad de estrangulamiento. A pesar de saber que era grosero, asomó la cara dentro de la cabaña.

El interior también era un desastre, pero lo que más le llamó la atención fueron los materiales escritos expuestos; libros, libros y más libros. Los estantes estaban llenos de novelas y revistas, manuales de instrucciones, no ficción, diccionarios, publicaciones anuales y manga en todos los géneros. Hubo el tipo de manga de ‘historias reales’ para mujeres que se venden en tiendas, y documentos de ingeniería que solo se ven en grandes librerías. Muchos libros occidentales también. El viejo debe ir a la ciudad a recoger cosas que la gente tira.

Debe ser un ávido lector, decidió Seiya. Fluido en inglés, también, tal vez. Pero la aleatoriedad del surtido le hizo imposible decir nada más que eso.

Al lado de una pila de trapos enrollados que Seiya asumió que debía ser la cama, notó una pequeña jaula. Estaba lleno de periódicos triturados y contenía un pequeño plato lleno de semillas de girasol. Probablemente un hámster. Podía verlo inmediatamente cuando se acercaba: un hámster blanco sacó la nariz de su pequeño nido. ¿Creía que le estaba trayendo comida?

“¿Hmm?” El hámster miró el lado flaco. Tal vez no se había alimentado correctamente. “Ahí, ahí…” Le ofreció un dedo curioso. El hámster no reaccionó de inmediato, pero finalmente se acercó al dedo, contrayendo la nariz. Sus lindos ojos estaban pálidos y nublados. ¿Era ciego?

“¡¿Qué estás haciendo?!” El viejo explotó desde atrás. Parecía tan enojado que hizo que Seiya se estremeciera. Asustado de la voz, tal vez, el hámster se retiró rápidamente a su nido.

“¡A-Aléjate de allí!” El viejo cargó.

“Pero yo no estaba-”

“¡A-A-Aléjate!” El viejo trató de empujar a Seiya, pero estaba tan débil que fue el viejo quien fue enviado a volar. “Urgh…” Golpeó el suelo con fuerza. Seiya trató de ayudarlo a levantarse, pero el viejo apartó su mano. “¡A-A- Aléjate de mí!”

“Mira, lo siento por irrumpir”, Seiya intentó disculparse. “Pero no tienes que ser así…”

“¡F-Fuera!”

“Guh…” Seiya gruñó. El hombre había comenzado a tirar su manga y revistas. Seiya se cubrió la cara con los brazos y salió corriendo de la cabaña.

“¡F-F-Fuera! ¡Lárgate! ¡Tú… tú, ma-ma-maton!

“¿Cuál es el problema?” Protestó Seiya. “¡Es solo un hámster!”

“¡F-Fuera!”

“¡Okay, lo siento! Pero-”

“¡Sal!”

“Urgh…” El viejo no se movió. Sin otra opción, Seiya se encogió de hombros y se alejó. Por el amor de Dios. ¿Por qué está tan enojado? Nada de esto tiene sentido, especialmente esos trucos extraños que hizo…

Olvídate, entonces. Si pongo una orden de desalojo y tratas de resistirla, no te ayudaré. Te arrojaré sobre tu trasero como el viejo y loco okupa que eres. Seiya se detuvo afuera de la cabaña y se dio la vuelta. Pensó que el hombre podría estar tratando de seguirlo, pero no lo había hecho; había comenzado a hablar con el hámster, como si hubiera olvidado que Seiya estuvo allí alguna vez.

“¿Fue espantoso? ¿Estás bien? ¿Tienes hambre?” Seiya solo podía escuchar fragmentos, pero eso era más o menos como sonaba; la voz del viejo rebosaba de amor y cuidado.

Todo eso, ¿solo por un hámster? ¿Qué está pensando ese viejo? Intentó ser desdeñoso, pero Seiya todavía sintió un extraño escalofrío en la columna y se encontró caminando rápidamente.

***

“Absolutamente patético…” Seiya susurró para sí mismo, una vez que se había alejado un poco de la cabaña. No sabía quién era ese viejo. No quería saberlo. Todos esos trucos extraños, la forma en que atesoraba a ese hámster… Seiya no podía reunir ningún interés por nada de eso. Simplemente lo encontró lamentable; lamentable y feo.

El hombre había vivido allí durante décadas solo para terminar así. Para dejar que esa sea la forma en que terminó su vida… Si dejara allí al anciano tocado en la cabeza, eventualmente moriría congelado en invierno o sufriría un golpe de calor en verano y moriría, uno u otro. Ningún final fue cómo cualquier hombre debería salir.

Eso es lo que la gente llama ‘uno de los perdedores de la vida’, pensó Seiya. Me da escalofríos… como si fuera a atrapar mala suerte solo por estar cerca de él. Quiero olvidar a ese viejo lo antes posible. Estos fueron los sentimientos sin adornos de Kanie Seiya, un chico de 17 años.

Ugh, en serio… eso fue inquietante. Encontró esos pensamientos en su mente mientras seguía caminando, cuando vio de nuevo al tapir. Estaba en el camino, justo al pasar un edificio de ladrillos, en una bifurcación en el camino. Ese pequeño tapir redondo que se parecía a un lechón…

Está bien. Seguía a ese tapir a través del pasillo de espejos que me condujo hasta aquí… Seiya intentó seguirlo de nuevo, pero el tapir se alejó más.

Continuó siguiéndolo, de todos modos. Espera, tapir. Sin embargo, el tapir no esperó. Simplemente se alejó cada vez más.

Fue entonces cuando escuchó una voz cerca. “¿Seiya-kun?”

“¿Sento?” Lo siguiente que supo, fue Sento en la bifurcación en el camino. El tapir no se veía por ninguna parte.

“¿Dónde has estado? He estado buscando en todas partes”. Había ira en la voz de Isuzu.

“¿Qué?”, Preguntó Seiya, “¿estás enojada conmigo?”

“Sí. Pensé que habías tenido algún tipo de accidente. ¿No te das cuenta de lo preocupada que estaba? ”

“Oh, cálmate. Solo me fui por quince minutos.”

“¿De qué estás hablando?” Exigió Isuzu fríamente. “Han pasado cuatro horas”.

“¿Qué?” Fue entonces cuando Seiya se dio cuenta: la noche caía a su alrededor. Como estaban en un valle de montaña, el sol se puso temprano y el cielo ya era un índigo oscuro. “Eso no puede ser”, protestó. “Sólo estaba-”

Confundido, sacó su teléfono inteligente. Ya eran las 6:30. “Ugh…” gimió. “¿Que está pasando aquí?”

Al verlo tan confundido, la expresión de Isuzu se volvió preocupada. “¿Te caíste y terminaste inconsciente? Podría haber afectado tus recuerdos.

“No. No me caí y no estoy herido. Estaba persiguiendo a ese tapir…”

“¿Un tapir?”, Preguntó ella. “¿Quieres decir, el animal?”

“Un tapir”, confirmó. “Antes de separarnos, creo que dije que era un gato. Pero no era un gato; fue un tapir.”

“Seiya-kun… ¿estás seguro de que estás bien?”

“¡Estoy totalmente bien! … Quiero decir, para ser honesto, en realidad no estoy seguro en este momento. El punto es que había un tapir. Eso es bastante inusual, ¿verdad?”

“Supongo que… eso es inusual”, admitió Isuzu.

“La mayoría de la gente lo seguiría, ¿no?”

“No estoy segura de que la mayoría lo haga, pero no sería inusual hacerlo”, acordó.

“Entonces llegué a este teatro extraño”, continuó, “y conocí a este viejo”.

“¿Anciano?”

“Creo que no tenía hogar… bueno, suponía que era un okupa técnicamente. Ese viejo… actuó para mí, y… um…” Seiya se detuvo. Ahora que lo decía en voz alta, se dio cuenta de lo loco que sonaba. Aunque fue hace solo unos minutos, ya se sentía como un pasado lejano.

“Puedes explicarlo más tarde,” le dijo Isuzu con firmeza. “Por ahora, deberíamos encontrar nuestra salida”.

“C-Correcto…” estuvo de acuerdo. Estaban en una propiedad abandonada, lo que significaba que no había iluminación, y las cosas se iban poniendo cada vez más oscuras. Una vez que el sol se ocultara por completo, se perderían en las ruinas.

“Le dije a Handa-san que volviera,” le dijo Isuzu. “Está esperando en su oficina y vendrá a recogernos si la llamamos”.

“Ya veo… he causado muchos problemas, supongo”, dijo Seiya.

“No me importa. Me alegra que estés a salvo”.

“No quise decir para ti. Me refería a Handa-san.”

“……” La expresión típicamente amarga de Isuzu se volvió aún más peligrosa. “Eres un piojo, lo sabes”.

“Heh. ¿Esperas que un hombre de mi grandeza te pida disculpas?”

“Pasé cuatro horas buscándote alrededor de estas ruinas”, le dijo con brusquedad.

“Entonces debes haber tenido una buena vista de la propiedad. De todos modos, apurémonos.” Seiya comenzó a caminar, dirigiéndose a la entrada del parque de atracciones en ruinas.