Amagi Brilliant Park

Volumen 6

Capítulo 2: El Día Libre de Seiya

Parte 2

Por hoy, Seiya realmente quería ser un invitado. Quería pasear por el parque y vaciar su mente. Quería volver a marzo, al día en que Isuzu lo había invitado por primera vez al parque en una “cita”. ¿Qué había cambiado desde entonces? ¿Qué no había cambiado? Tal vez, en eso, encontraría inspiración.

Con su pase en la mano, Seiya cruzó la puerta y entró en la Plaza de la Entrada. Fue recibido por un grupo de edificios, brillando blanco contra el cielo azul del verano. Fue una transformación del entorno en todos los sentidos, hasta los sonidos y los olores.

El parque estaba extendiendo sus brazos a Seiya. Todo a su alrededor parecía gritar: “¡Bienvenido!” Los invitados a su alrededor se veían igual que ayer, caminando enérgica y alegremente.

“Hmm…” tarareó. Por supuesto que lo estaban, sin embargo. Lo hizo así.

“¡Ron! ¡Ron, ron, roooon!” Macaron se acercó, rodeado de niños y tocando el violín. Le susurró: “Kanie-kun, ¿qué estás haciendo con ropa de calle, Ron?” No estaba preparado para una inspección sorpresa; Parecía más curioso que nada.

“Nada”, Seiya le dijo brevemente. “Vuelve al trabajo.”

“Claro”. Macaron bailó lejos de Seiya de nuevo, aún inclinándose. La trabajadora a tiempo parcial Adachi Eiko también estuvo presente, instando a los invitados que querían que las imágenes formaran una línea ordenada. Eiko también notó a Seiya y lo saludó con la mano. Los otros invitados parecieron darse cuenta.

Esto no está funcionando, pensó. Como era de esperar, caer en el papel de “solo un invitado” estaba resultando difícil. Incluso al ingresar a una de las tiendas de la Plaza de la Entrada, Merchan, el jefe de comercialización y otro elenco subordinado lo llamaron. Si fuera a un café, Nick, jefe de comida, y su personal también lo llamarían.

Cada vez, los otros invitados se volvían y decían: “¿Está ese hombre guapo conectado al parque, de alguna manera?” (Esa primera parte era comprensible; realmente era guapo). Seiya había venido aquí por capricho, pero estaba demostrando imposible para él caminar de forma anónima. Odio desperdiciar el dolor de 4500 yenes, pero tal vez debería rendirme y volver al escenario… comenzó a pensar.

Pero justo entonces, una voz se dirigió a él. “¿Kanie-sama?”

Miró hacia atrás y vio a una extraña niña parada allí. Al principio asumió que ella era una de las invitadas; una niña pequeña con el pelo largo y negro, con un top veraniego y una falda plisada.

“¿…?” Él la miró con curiosidad.

“Hola”, dijo ella. “¿Sabes quién soy?”

Seiya no la reconoció, pero la conoció de inmediato. “Ahh… … Eres… ¿Latifah?”

Estaba frente a él, pero su mirada estaba desenfocada, lo que sugiere que estaba ciega. Tenía los rasgos nobles pero encantadores de Latifah. Lo más importante, solo conocía a una mujer en el mundo que se dirigía a él como “Kanie-sama” (¡aunque podría haber otras mujeres que lo llamaron así en secreto!). Su voz también sonaba como la de Latifah.

“¡Así es!”, Se rió. “¿Te sorprendí por casualidad?”

“S-Sí… ¿Por qué estás vestido así? Y… ¿te cortaste el pelo?

“¡No, este es un Gulley Suit LT!”

“¿LT?”, Preguntó.

“El LT es la abreviatura de” luz “”, explicó Latifah. “Es más bien como una peluca… Taramo-san del Clan Mogute lo creó para poder viajar de incógnito”.

“Hmm…”

“Cuando me lo quito… ¿lo ves?” Se quitó el pelo negro. Su ropa no cambió, pero el voluminoso cabello rubio de Latifah fue repentinamente visible debajo, radiante, como una lluvia de luz…

“E-Está bien, lo tengo”, dijo con voz temblorosa. “Póntelo de nuevo ahora. Estás llamando la atención”.

“Ah, disculpe”. Antes de que llamara la atención de los demás en la tienda, Latifah reemplazó la peluca. Era una vez más una chica con el pelo negro hasta los hombros. Cada vez que veía algo así, Seiya se veía obligado a preguntarse sobre la física en juego.

“Un miembro del Clan Mogute amablemente me trajo hasta aquí. Fue muy amable de su parte tomarse un tiempo fuera de su agenda…” Latifah solo se sentía cómoda caminando en el castillo de Maple; cuando lo dejó, necesitaba una guía. Seiya miró y vio que la puerta del empleado abría una grieta, y un miembro del Clan Mogute, una mascota con forma de topo que llevaba un casco, los saludó.

“Ya veo…” observó.

“Isuzu-san me dijo que deseabas caminar por el parque tú solo”.

“¿Sento dijo eso?”

“Sí. También me dijo que habías olvidado algo. Ella me pidió que te lo trajera… Aquí. Tu propio Gully Suit LT”.

Sacó una máscara de la bolsa de papel que Latifah le entregó. Era una máscara de rostro humano; se veía un poco grotesco. Ah, por supuesto. Si quiero pasar desapercibido, puedo usar esto, se dio cuenta. Pensamiento inteligente. Gracias Isuzu.

Seiya había usado esta máscara una vez antes para disfrazarse de otro chico de su escuela. Él ya sabía cómo funcionaba, así que se lo puso rápidamente. Luego, se miró en un espejo cercano.

Su reflejo era el de un niño de aspecto normal con gafas. Los labios eran un poco gruesos y los ojos un poco brillantes… pero no iba a quejarse. Estaba contento de que le dejara mezclarse.

“¿Cuál es tu apariencia ahora?”, Le preguntó Latifah. Ella sonaba muy interesada.

“Hmm… supongo que es… normal”, le dijo. “No es genial, pero no está mal. Miserable en comparación con mi atractivo habitual, por supuesto…”

“Frecuentemente dices esas cosas”, dijo con melancolía, “pero tampoco conozco tu apariencia normal…”

“Je. Solo trata de extrapolar por mi hermosa voz”.

“Sí, eso es lo que hago”. Latifah sonrió brillantemente de nuevo. Incluso disfrazada, ella era hermosa.

“Bueno”, tosió, “si estás vestido así, supongo que quieres ir conmigo”.

“Si no fuera una molestia, sí…”

Isuzu también debe haber planeado esto. Estaba diciendo: “Si vas a caminar por el parque, llévate a Latifah contigo”. Lo que Seiya no pudo resolver fueron sus motivos.

¿Realmente quería ir conmigo, pero no podía abandonar sus deberes? ¿Quería que Latifah se divirtiera, por una vez? ¿O estaba preocupada de que me fuera a criar sola y solo quería que tuviera compañía? “No lo entiendo…” murmuró. Se había preguntado, una y otra vez, si realmente le gustaba a Sento. Pero cada vez que sucedía algo así, lo dejaba más confundido que nunca. Si realmente le gusto de esa manera, dudo que envíe a Latifah a unirse a mí…

“Bueno, olvídalo…” Seiya agitó su mano despectivamente, como si se sacudiera su vacilación. Se aclaró la garganta y habló en voz alta: “¿Cómo te sientes?”

“Ah, estoy perfectamente bien”, respondió Latifah.

“Simplemente no te esfuerces demasiado”, le ordenó.

“No lo hare.”

“Bueno. Bueno, ha pasado un tiempo desde que hicimos esto, pero vamos a dar un paseo”.

“… ¿Er?” Latifah mostró un momento de confusión, que cubrió con una vaga sonrisa.

Por supuesto. La última vez que había recorrido el parque con Latifah había sido en marzo, antes de que ella perdiera la memoria. Esta sería la primera vez caminando por el parque con esta nueva versión de sí misma. “Ah… Er, no importa. Vámonos.”

“¡Sí! Será como una cita”. Ella se rio.

“Está bien. Sí… ya sabes, tratémoslo de esa manera”. Seiya tomó la mano de Latifah suavemente y la condujo. No sintió la más mínima duda al hacerlo. Tratarlo como una cita, tal vez eso fue lo mejor. Después de todo, no había nada particularmente normal en un niño en la escuela secundaria que paseaba por un parque de diversiones solo. Se sentiría tan poco natural como que el elenco lo destaque.

“Primero… está bien”, decidió. “¿Qué tal Wild Valley?”

“¡Muy bien!”, Respondió alegremente.

De la mano, los dos partieron. Seiya deseaba poder ver las formas en que sus renovaciones habían cambiado el parque, pero incluso sin su visión, Latifah parecía divertirse. La mayoría de los miembros del elenco no se dieron cuenta de quiénes eran (aunque algunos de los tipos más inteligentes estrecharon sus ojos sospechosamente a Latifah). Seiya también disfrutó ese aspecto.

Y lo más importante, Latifah era… Bueno… er… ya sabes… Muy linda. Su estilo habitual de princesa era hermoso de una manera aristocrática, y ella le quitaba el aliento cada vez que se encontraban. Pero no podía negar que eso también la hacía sentir un poco inaccesible. Ahora mismo se sentía más cerca de su nivel, lo que significaba que podía relajarse un poco más. Todavía era un poco demasiado bonita para ser considerada “solo una chica normal”, pero al menos parecía alguien que podrías ver en el Omotesando en Harajuku, mientras que “princesa rubia con vestido brillante y tiara plateada” iba más allá de todo lo que ves, incluso allí.

Las atracciones estaban tan abarrotadas como podía estar; La mayoría de las líneas sugerían una espera de 30 minutos a una hora. Se alinearon obedientemente para Toon Rangers, una atracción de exploradores en ruinas. Pero después de eso, Seiya decidió que no quería obligar a Latifah a permanecer en el calor más de lo necesario. Comenzó a usar la tarjeta de identificación de su gerente en la máquina expendedora, lo que le permitió obtener todos los pases rápidos que quería.

Latifah parecía un poco reticente al respecto. “¿No estaríamos aprovechándonos de los invitados comunes?”, Preguntó.

“Está bien”, respondió. “Estamos constantemente estresándonos por todo… solo tratemos por una vez”.

“Está bien…”

“Además, avísame si empiezas a sentirte sobrecargada, ¿de acuerdo? Moffle me mataría si te dejo recibir un golpe de calor”.

Latifah se rio y luego dijo de repente: “¡Oh, lo sé!”

“…?” Él esperó a que ella continuara.

“¿Podríamos ir a ver a Moffle-san?”, Preguntó emocionada. “¡Me gustaría mucho ver si nos reconoce!”

Parecía una idea bastante divertida. “Claro. Vamos a intentarlo.”

Condujo a Latifah a Sorcerer’s Hill. Entraron en la Casa de los Dulces de Moffle: Blood & Bullets, y se enfrentaron a los ratones traviesos. Moffle se unió a ellos en la última sala, Hamburger Hall. Tal vez estaba demasiado concentrado en su trabajo, o demasiado cansado de la fiesta de la noche anterior, pero Moffle ni siquiera pareció notar la presencia de Latifah.

“¡Moffu! ¡Moffu, moffu! ¡Moffu! Moffle reunió a las tropas con una ametralladora en sus manos. Latifah disparó su arma tímidamente. Seiya se unió a los otros invitados para disparar a su alrededor, y al hacerlo, lograron repeler al jefe final. El puntaje de Latifah fue tercero desde abajo: sexto de ocho. Fue un espectáculo bastante impresionante, dado que ella era ciega.

“¡Apunté con los ojos de mi corazón!”, Proclamó Latifah. “No, estoy bromeando. Cada ratón travieso tiene un motor que emite un sonido justo antes de que aparezca… Simplemente disparé en la dirección de donde vino el sonido”.

Seiya no podía escuchar el motor en absoluto, personalmente; sonaba como si estuviera en territorio Zatoichi. Probablemente podría acumular un puntaje realmente bueno si pasara suficientes veces.

“Moffu. Moffu… “Incluso más tarde, en la sala de fotos de recuerdos, Moffle no reconoció a Latifah. La trataba como a cualquier otro invitado.

Sin embargo, al irse parecía un poco anticlimático, así que justo al final, Latifah se acercó a Moffle y le susurró: “Fuiste maravilloso, tío”.

“Moffu. … ¿eh? ¿Lati…, eh?” Dejando atrás a Moffle con los ojos muy abiertos, los dos salieron corriendo de la Casa de los Dulces. Una vez que estuvieron claros, se echaron a reír. Esta podría haber sido la primera vez que Seiya veía a Latifah reír de todo corazón.

“¡Parecía bastante sorprendido!”, Exclamó con júbilo.

“Sí. Le diste el susto de su vida,” Seiya se rio entre dientes. “Esa fue una buena reacción”.

Ella se rio. “Pero siento que debería disculparme más tarde…”

“No necesitas disculparte. El cliente siempre tiene razón, ¿recuerdas? ”

“¡Oh, tú!”, Dijo ella, luego se rio aún más fuerte.

A partir de ahí, su cita continuó. Latifah parecía estar disfrutando, disfrutando de todo corazón. Su deleite levantó el propio estado de ánimo de Seiya.

“Me alegra ver que te estás divirtiendo tanto”, dijo Seiya mientras disfrutaban de algunos crepes que habían comprado en un puesto cercano. Era una señal de cuánto había mejorado su estado de ánimo que, después de todos sus problemas digestivos esta mañana, podía sentarse aquí ahora, comiendo crema fresca.

“Sí, mucho”. Latifah sonrió. “Kanie-sama… ¿y tú?”

“Sí… me estoy divirtiendo mucho”. Tenía la intención de hacerlo sonar natural, pero la respuesta salió vacilante. Se estaba divirtiendo. Al menos, quería ser… pero los pensamientos sobre Digimaland y el problema con su magia permanecieron en el fondo de su mente. Además de eso, no podía evitar pensar en todas las formas que le faltaba al parque.

Había estado tomando nota de las interacciones menores del elenco con los invitados, las pequeñas muestras de consideración. Hubo aspectos positivos allí, por supuesto… pero también hubo muchos problemas. Por ejemplo, algunos miembros del reparto eran muy considerados con los invitados con cochecitos. Cuando una madre compraba un crepe en el puesto de comida, tenía que empujar su cochecito con una mano. Había un poco de pendiente hacia el camino, lo que la dejaba en una posición incierta, por lo que un miembro del reparto le decía: “¿Puedo ayudarla con un asiento?” Y empuja el cochecito hacia ella. Esto dejó a la madre sintiéndose extremadamente agradecida. Pero cuando ese miembro del reparto se retiraba para su turno, los otros miembros del reparto no harían lo mismo. No se dieron cuenta. Era como si ni siquiera pudieran ver a la madre parada allí, mirando confundida. No podían imaginar lo difícil que era la vida para una madre con un bebé.

No estaba enojado con los miembros del reparto por esto; Lo encontró deprimente. El manual de servicio al cliente que Seiya había preparado durante el año lo expresó así: “Siempre considere los sentimientos de los invitados y trabaje para asegurarse de que no se sientan incómodos”. El primer miembro del reparto había tenido éxito en eso, pero su los trabajadores no lo hicieron. La naturaleza limitada de las reglas que había reunido significaba poner mucha fe en las personalidades individuales.

Pero, por supuesto, no podía establecer reglas precisas sobre cada pequeña cosa. No solo un manual como ese tomaría una eternidad para armar, sino que no podrías obtener un reparto fuerte de la noche a la mañana diciéndoles que lean un montón de reglas. Tomó mucho tiempo, muchas conferencias y la amable tutela del personal más experimentado, para cambiar realmente la perspectiva de alguien. También significaba gastar dinero, lo que sería difícil en el estado financiero actual de AmaBri.

Digimaland de Mackey podría manejar todo eso. Habían producido manuales que explicaban qué hacer con cada pequeña situación que surgía, y cada vez que tenían tiempo libre, el elenco transmitía sus conocimientos a los recién llegados. Saber cómo tratar a las madres con los cochecitos era algo absolutamente principiante. Para el elenco de Digimaland, fue tan básico como aprender a atarse los zapatos.

“¿Kanie-sama?” Latifah se dirigió a él, haciendo que Seiya volviera a la realidad.

“Ah… no es nada”, dijo a toda prisa. “¿A dónde quieres ir después?”

“Déjame ver… ¿Podríamos probar el carrusel?”

AmaBri tuvo un tio vivo, que estaba escondido en un rincón de Sorcerer’s Hill. Estaba en el lado más pequeño, y muy anticuado, y lleno de desgaste: a varios de los caballos les faltaban las crines o las colas, y la pintura se desprendía de los carruajes. La iluminación también se rompía aquí y allá, en formas que proyectaban sombras espeluznantes en las caras de los caballos cuando corría por la noche. Como la ropa de los huéspedes podía quedar atrapada en las partes móviles, y había peligro de que los niños pequeños se cayeran, tenía un límite de edad de 12 años o más… Lo que de alguna manera venció el punto de tenerla. Fue un poderoso recordatorio de lo horrible que había sido el parque antes de las renovaciones.

“¿Alguna vez has estado en ello, Kanie-sama?” Preguntó Latifah, mientras estaban parados frente a la entrada desierta.

“No…” respondió él. “Lo he visto correr varias veces, pero nunca he estado en él”. Un hombre en su adolescencia no gustaba exactamente de un carrusel. “Sin embargo, es bastante viejo. Creo que precede a la fundación del parque hace 30 años… ¿Sabes algo al respecto, Latifah? ”

“No. Según Ti— a Moffle-san, ha estado aquí desde los días de “Amagi Playground”. Pero él mismo solo leyó sobre eso en los documentos…”

“Ahh”, reflexionó Seiya. “Eso es lo que también leí…” Amagi Playground era el parque de atracciones que precedió a la existencia de AmaBri. Había permanecido en barbecho durante unos diez años después de su cierre en la década de 1970, lo que significaba que la mayoría de la documentación al respecto simplemente se había perdido en el tiempo. Seiya realmente no sabía cuántas de sus atracciones actuales se habían transferido de los días de Amagi Playground, ni de qué forma.

“Pero sí disfruto de este carrusel…”, comentó Latifah.

“¿Cómo así?”, Quería saber.

“Es el olor… el olor a animus… el olor de aquellos a quienes les ha dado alegría durante tanto tiempo”, respondió Latifah. “Casi puedo escuchar la risa de los clientes que lo montaron hace décadas…”

“Hmm…” Seiya estaba en duda, pero si Latifah lo decía, no podía ser una tontería. “Ah bueno. Sigamos adelante”.

“¡Muy bien!”

Normalmente, él decía: “Entra, lo vigilaré desde un costado”. Pero Latifah estaba ciega, por lo que decidió que debía escoltarla, y usar una cara diferente reducía sus sentimientos de timidez. Él tomó su mano y la condujo a un carruaje de dos personas.

“¿Un carruaje?”, Preguntó ella.

“Eres una princesa, ¿verdad? Te mereces un carruaje”. Además, a Seiya no le gustaba la idea de ponerla en uno de esos caballos ruinosos. Luciendo emocionada, Latifah siguió su ejemplo.

Seiya y Latifah fueron los únicos dos a bordo. Dado lo abarrotado que estaba el parque en estos días, fue una fuerte condena de la popularidad de la atracción.

Hubo un zumbido desgarrador, y el viaje comenzó. Primero vino el sonido de engranajes, seguido por el grito de metal contra metal, y una vibración intensa y preocupante. Se escuchaba música, pero era difícil de escuchar bajo todo el ruido. Parecía el “Estudio revolucionario” de Chopin.

El carruaje en el que viajaban se movió de una manera desvencijada que lastimó la parte trasera de Seiya; Le recordó a andar en bicicleta con su tía Aisu sobre el camino de grava del Parque Kasenjiki por el río Tama una vez, hace mucho tiempo. Delante de él, a la derecha, un caballo desocupado se movía de un lado a otro, casi sin moverse hacia arriba o hacia abajo. Fue uno de los paseos más incómodos en los que Seiya había estado y, sin embargo, sorprendentemente, la reacción de Latifah fue de absoluta alegría.

“¡Oh, esto es… increíble!” “¡Simplemente asombroso!”

“¡Supongo que sí, para ciertos valores de la palabra!”

“¡¿No es emocionante?!”

“¡Sí, un poco demasiado emocionante!”

No podían hablar sin gritar. Latifah estaba tan emocionada que uno pensaría que era una montaña rusa en lugar de un tiovivo.

Seiya estaba feliz por ella, pero por dentro, se sentía frustrado. Nunca me di cuenta de que era tan malo. Debería haber montado esto mucho antes; la cosa debe estar fuera del alcance de los invitados. La única razón por la que no había tomado medidas antes era porque no era una atracción especialmente notable, y había tenido que lidiar con muchas otras cosas.

“¡Pero qué encantador es!”, chilló Latifah, “¡tal como es!”

“Um… bueno… supongo…”

“… ¿No estás de acuerdo?”

“Bueno… no diría… umm…” Seiya no notó la sombra que cayó sobre la cara de Latifah. En realidad, lo hizo, pero estaba demasiado consumido sobre qué hacer con el viaje desastroso para pensarlo más profundamente.

¿Debería arreglarlo? se preguntó a sí mismo. Pero tantas partes eran tan viejas que probablemente tendría que hacer pedidos especiales. Eso no sería barato.

Wrenchy-kun, jefe del departamento de instalaciones, le había dicho: “Esta bastante mal, tal vez deberías cerrarlo”. Pero todavía funcionaba, por lo que Seiya le había dicho que lo mantuviera en funcionamiento, por ahora.

Esa fue claramente la decisión equivocada. Si dejo esto tal como está, algún día, va a causar un accidente. Y en ese momento exacto, ocurrió el accidente.

Hubo una fuerte explosión del caballo frente a su carruaje, que había estado vibrando peligrosamente todo el tiempo. La parte de metal que fijaba su poste al techo se había roto, haciendo que el caballo se hundiera con un gemido desgarrador. La parte que se había roto, un anillo un poco más pequeño que un puño, cayó, golpeó la parte posterior del caballo sin jinete y luego rebotó.

“¡……!” Sucedió demasiado rápido para que Seiya reaccionara. La parte de metal voló hacia el carruaje y golpeó a Latifah en la cabeza.