Amagi Brilliant Park

Volumen 6

Capítulo 2: El Día Libre de Seiya

Parte 1

Seiya se despertó sintiéndose enfermo a la mañana siguiente. Él vomitó dos veces en el baño. Al principio pensó que podría haber sido una intoxicación alimentaria, pero eso no parecía posible: cuando le envió un mensaje a Isuzu para preguntarle cómo se sentía, ella dijo que estaba bien.

Había comido todas las comidas con Isuzu ayer: para el desayuno, había almorzado “Set A” de AmaBri en la cafetería. Para el almuerzo, había tenido una comida de caja que Isuzu había preparado para él. Para la cena, habían salido juntos al restaurante Gyudon.

Podía concluir que no era algo que había comido. ¿Un problema psicológico, entonces? Sí, había una gran causa allí… Le hubiera gustado volver a la cama, pero apretó los dientes, se vistió, bebió un poco de agua y se dirigió al trabajo.

Sabía que no había forma de que hiciera el largo viaje en bicicleta cuesta arriba hasta el parque, por lo que en su lugar viajó en tren y autobús. El tren salió bien, pero el autobús fue una pesadilla; terminó bajando en una parada para vomitar una tormenta, después de lo cual le envió un mensaje a Isuzu para decirle: “Perdí mi primer autobús, así que llegaré 15 minutos tarde”.

La respuesta de Isuzu fue: “Entendido. ¿Por qué no te tomas el día libre?” Pero Seiya no podía hacer eso. Tuvo varias reuniones importantes para asistir hoy.

Se subió al siguiente autobús, llegó al parque y pasó por la puerta del empleado. El jefe de seguridad Okuro lo saludó allí. “¡Buenos días, Kanie- san! Estamos haciendo buen tiempo, ¡eh! …¿Oh que es esto? ¿Sin bicicleta hoy?” La falta de sospecha real en la voz del guardia, sin embargo, sugirió que su desempeño debe haber tenido éxito.

Seiya simplemente dijo: “Sí, los frenos necesitan una puesta a punto”, y luego se apresuró al edificio de asuntos generales.

Se encontró con Salama camino a su trabajo. Él dijo hola, pero su respuesta fue más dudosa: “¿Estás bien? Te ves pálido”. Había bajado la guardia un poco a su alrededor.

“Sí, estoy bien”, respondió. Entonces Seiya entró en el edificio de asuntos generales, vomitó una vez más en el baño del segundo piso y se enjuagó la boca con cuidado antes de dirigirse a su oficina.

Isuzu estaba en el escritorio de su secretaria, escribiendo cuando llegó. “Seiya-kun”, lo saludó. Llevaba su uniforme habitual, el de la Guardia Real de Maple Land. Era un top rojo sin mangas con aiguillettes dorados y una falda gris oscuro. “¿Estás bien?”

“¿Qué quieres decir?” Decidió hacerse el tonto.

“No te ves bien”, observó.

“Sí, estoy bien. Tía Aisu me hizo unirme a ella para tomar unas copas después de llegar a casa anoche. Esa es probablemente la razón”. Sabía que Isuzu estaba al tanto de Aisu, la tía joven de Seiya (y compañera de habitación perpetuamente borracha).

“Ya veo.”

“De todos modos”, dijo. “¿Ha habido alguna noticia de Digimaland?”

Isuzu seguía sospechando, pero parecía recordar su trabajo lo suficientemente pronto. Miró la pantalla de su PC. “… Recibimos un correo electrónico”, le dijo. “No es del propio Lord Mackey, sino de uno de sus abogados. Contiene más detalles sobre la propuesta de ayer”.

“¿Qué dice?” Seiya quería saber.

“Déjame ver… Es más o menos lo que Lord Moffle y yo estábamos preocupados… Es solo un bosquejo, pero el contenido es bastante extremo”.

“Ya veo…”

“Te lo envié. ¿Puedes verlo?”

“Sí”. Seiya se sentó en su escritorio y encendió su PC. Era un modelo antiguo con un proceso de arranque molesto y lento, por lo que se puso el uniforme de su gerente mientras esperaba; gracias a la partición, Isuzu no pudo verlo cambiar. Se sentó y revisó su correo electrónico.

“……” Isuzu tenía razón; Las condiciones eran extremas. Sintió que la agitación lenta de su estómago comenzaba de nuevo con fuerza.

Primero, los derechos de todos los personajes de AmaBri serían transferidos al Grupo Digima, que sería libre de hacer películas o mercadería de ellos como lo creyera conveniente. Incluso el simple uso de la cara de Moffle en un cartel requeriría el permiso del Grupo.

A continuación, Maple Real Estate (el nombre corporativo de AmaBri) se reestructuraría significativamente. Sus departamentos actuales serían reorganizados y segmentados aún más; El liderazgo de cada sección estaría a cargo de un empleado del Grupo Digima. Por ejemplo, el jefe de administración, Tricen, sería despedido, para ser reemplazado por uno de los suyos.

Además, las atracciones del parque funcionarían bajo control conjunto. Las atracciones que no eran rentables se cerrarían inmediatamente y se reemplazarían por nuevas atracciones (que, por supuesto, usarían el Clan Mogute para construir) integrando la IP más fuerte del Grupo Digima. El Grupo Digima también obtendría “información” sobre lo que contendrían las atracciones.

Esto era solo el principio.

En todas las facetas de la administración del parque, el Grupo Digima tendría autoridad y control. La posición de Seiya de “gerente interino” se volvería más o menos ceremonial, y la mayor parte de su papel consistiría en negociar cosas con Latifah, y el Grupo Digima también podría despedirlo a voluntad.

Lo mismo sucedió con los ingresos de la comercialización: actualmente, el parque conservaba el 30% de los ingresos, pero a partir de ahora sería del 5%, y el otro 25% iría al Grupo Digima.

A cada atracción se le asignaría un patrocinador a través de una importante agencia de publicidad, y si bien esto obviamente generaría ingresos increíbles, al mismo tiempo significaría perder a los patrocinadores que se habían quedado con ellos todo este tiempo. Los nuevos patrocinadores también tendrían algo que decir en el casting para cada atracción.

“¿Bien? Irrazonable, ¿no es así? “, Preguntó Isuzu, con la voz temblorosa, como si estuviera reteniendo su mortificación.

Seiya sonrió torpemente y dejó escapar un suspiro. “No estoy seguro. No creo que se tomen en serio esto”.

“…?” Ella esperó a que él continuara.

“Esta es una especie de postura que se lleva a cabo antes de que comiencen las negociaciones”, explicó Seiya. “Por supuesto que quieren obtener tantas condiciones favorables como puedan del contrato, pero realmente no esperan que nos traguemos estas tonterías al por mayor”. Lo resolveremos en la mesa”.

“Ah… tal vez tengas razón”, Isuzu estuvo de acuerdo tentativamente.

“Quiero decir, es cierto que estamos en una gran desventaja… Mackey sabe que necesitamos traer a tres millones de personas”, dijo, “y que nos estamos aferrando a las pajillas”.

“En efecto. Pero, más que eso… las condiciones mismas. Se sienten como un insulto”.

“Bueno, no es como si estuvieran haciendo esto por caridad”, comentó Seiya. “Si estuviera en la posición de Mackey, haría lo mismo”.

“Entonces, ¿qué piensas hacer?”, Preguntó ella.

“Veamos… qué hacer…” reflexionó Seiya, luchando por sonar indiferente. Apartó la vista de su PC para mirar por la ventana detrás de él. No era bueno mirar una pantalla mientras pensabas. No podía ver gran parte del área del escenario desde aquí; El edificio de asuntos generales era corto y estaba separado del parque por una espesa porción de árboles. Sin embargo, podía ver la gran rueda.

Desearía poder subir a esa rueda y solo pensar las cosas allí, reflexionó. Me encantaría mirar todo el parque, examinar todo de cerca… Pero el parque estaba a punto de abrir por el día y, de todos modos, era acrófobo. “… Sento. ¿Puedes cancelar mis planes para hoy? ”Preguntó finalmente.

“¿Cancelarlos? ¿Todos ellos?”

“Sí. Si hay algo de lo que no puedas sacarme, lo haré, por supuesto, pero…”

“Solo un momento… déjame pensar. Creo que puedo trasladar las reuniones a otros días esta semana”, decidió. “Las negociaciones con la agencia también… Tricen y yo podemos manejarlas”.

“Todo bien. Haz que suceda. ”Seiya se escondió detrás de la partición nuevamente y se puso de nuevo su ropa de calle.

“¿Tienes la intención de ir a casa y descansar?”

“No… voy a pasear un poco”.

“…?”

“Estoy oficialmente abandonando”, declaró.

Isuzu no respiró una palabra de objeción… o apoyo, para el caso. Ella simplemente dijo: “Está bien”, y luego lo vio irse.

Primero, Seiya fue a la enfermería y se acostó durante aproximadamente una hora. La decisión de abandonar, combinada con el resto, resultó mucho más refrescante de lo que esperaba.

“Realmente estabas roncando allí”, le dijo la médica, tía Peggy. Por supuesto, ella era una tanuki de dos cabezas de altura, así que mientras Seiya la llamaba “Tía”, él no estaba seguro de su edad real. Seiya le agradeció, salió de la enfermería y salió del parque.

Era verano; hacía calor; el cielo era azul. Salió por la puerta del empleado y se dirigió hacia el este por la calle. Después de unos cinco minutos de caminata, la puerta de invitados apareció a la vista. El parque solo había estado abierto durante una hora y media, pero ya había una larga cola en las taquillas. Seiya se dirigió hacia el final de la línea.

Los voladizos sombríos y los ventiladores eléctricos ayudaron a soportar el calor; se alegró de haber ordenado su instalación. Su turno llegó unos diez minutos después. “Un estudiante, por favor”, solicitó. “Un pase de un día”.

El miembro del reparto que dirigió la ventanilla, Drokko-san, miró con incredulidad. “¿Kanie-kun? ¿Qué estás haciendo?” Drokko-san era miembro del elenco real. Su cabeza era una gota de caramelo, y vestía un uniforme escolar de estilo marinero y faldas largas. Parecía un sukeban de la era Showa: una mujer líder de pandillas delincuentes. Era una extraña combinación de rasgos, pero era bastante popular (por razones que Seiya no podía comprender).

El arma de Drokko-san era un yoyo. Su eslogan era: “¡No me subestimes!” Aparentemente era de un reino mágico conocido como el Reino de Manpan y era uno de los pocos miembros del elenco en AmaBri de la variedad “comida por cabeza”.

“He decidido caminar como invitado hoy”, explicó Seiya.

“¿Huh?”

“Solo dame un pase ya”. Pagó el precio del pase de un día: 4500 yenes por la tarifa de la escuela secundaria. Esto era estándar para un parque de diversiones, un poco generoso, en realidad, pero todavía se sentía como un gasto importante. Probablemente se sentiría peor si supieras acerca de sus 30 días de yenes.

“No se lo digas a nadie”, le susurró a Drokko-san. No quería que ella usara el tablero de mensajes del trabajo para contarle al resto del elenco al respecto; podrían pensar que estaba realizando inspecciones sorpresa, o algo así.