The Novel’s Extra

Capítulo 349: Piezas (Parte 1)

Incluso después de que Eren prometió lealtad a Prihi, no cambió mucho. Como de costumbre, a Eren le gustaba entrenar, y Puharen seguía atascado en su habitación. Solo había un cambio notable: una pequeña píldora llegaba a Eren cada noche.

Prihi cumplió su promesa de ayudar al maestro de Eren y ordenó a su sirviente que le entregara la medicina a Eren todas las noches. Profundamente agradecido, Eren le dio la medicina a su maestro.

Cada día que pasaba, el maestro de Eren recuperaba su salud, y Eren crecía rápidamente. El niño ahora era lo suficientemente hábil como para competir contra un adulto. Aunque, por supuesto, su oponente usaba una espada de madera, mientras que Eren usaba una espada de verdad.

Esos eran los días felices.

Entonces, una noche.

Eren, que regresaba a casa después de su rutina habitual de entrenamiento, entregó la medicina a su maestro como de costumbre y compartió una conversación bastante agradable con el paciente en recuperación. Luego regresó a su habitación.

“Juaaaa…”

Eren se sentó en una silla y miró por la ventana. De repente, una sensación de satisfacción comenzó a alcanzarlo. Algunos describirían este sentimiento como felicidad, o gozo.

Eren se puso la mano en el pecho y sonrió.

“Ah, cierto.”

Ahora que todo estaba bajo control, Eren recordó algo que había olvidado, a saber, las monjas que lo habían cuidado.

Eren sacó un papel y un bolígrafo y comenzó a escribir. Quería que las monjas supieran lo bien que lo estaba haciendo para que no tuvieran que preocuparse por él.

[Para el Templo de Kterin]

Hola, soy Eren. ¿Como están? El Maestro y yo estamos bien. El Palacio Real es tan grande y asombroso. Puedo comer a tiempo, y mis habilidades con la espada también están mejorando. Cada día es un día feliz.

Pero a veces me duele cuando pienso en ustedes. Las extraño mucho…

Hoy recibí un estipendio. No suelen pagar a los escuderos, pero creo que lo conseguí porque trabajé duro. Se los estoy enviando porque es inútil para mí de todos modos. Por favor, úsenlo bien. Seguiré enviando las cartas. Gracias por todo. (NT: Estipendo, cantidad de dinero que se paga a alguien por un trabajo realizado o por unos servicios prestados.)

Que la gracia del Señor esté siempre con ustedes.

Eren selló la carta con dos monedas de oro, un estipendio que había recibido de Prihi, en un sobre. El fondo del sobre estaba considerablemente engrosado por las monedas.

“Juju….”

Eren miró la carta con satisfacción. Permaneció así durante bastante tiempo hasta que la luz escarlata comenzó a penetrar en su ventana.

Al principio la luz era del tamaño de una luciérnaga. Rápidamente se hizo más grande al pasar por la ventana y brilló intensamente en la cara de Eren.

“… ¿?”

Eren miró por la ventana con la cabeza inclinada.

“¿Qué rayos..?”

Bajo el cielo nocturno, en el jardín del Palacio Real, un ejército de soldados estaba de pie con antorchas en sus manos. Estaban completamente armados y eran claramente hostiles, pisoteando la hierba y las flores del jardín.

Eren rápidamente cogió su espada y se puso en pie.

“… ¿Ah?”

Sin embargo, cuando vio a la pequeña figura en el centro del ejército, se detuvo.

Eren y la benefactora de su maestro, Prihi, estaban allí.

***

… Orden se despertó en una cueva.

Vio la luz de una lámpara que se balanceaba débilmente sobre la superficie del techo de piedra.

Orden no podía entender la situación. Recordó que se había sentido de la misma manera cuando ganó inteligencia por primera vez. Solo el hecho de que estuviese vivo confundió a Orden.

-Kururu. Kururu.

En ese momento, escuchó la voz de Kurukuru. Orden lentamente se giró hacia la dirección de donde venía la voz. Kurukuru estaba arrodillado a su lado.

-Kururu…

Kurukuru se estaba disculpando. Se sintió culpable de haber desobedecido las órdenes del rey y salvado su vida. Pero el monstruo humanoide no se arrepintió de su decisión. De hecho, Kurukuru estaba preparado para morir. Estaba dispuesto a quitarse la vida si el rey así lo deseaba.

“…”

Orden miró en silencio a Kurukuru. Leyó la memoria de su sirviente. Todas las cosas que Kurukuru había hecho a lo largo de los años se filtraron lentamente en Orden.

Kurukuru viajó por todo el mundo para salvar a Orden. Hizo todo lo que pudo para conseguir los ingredientes de la medicina espiritual, como el ginseng, las hierbas, los minerales y las hierbas marinas. A veces incluso robaba a otros.

En el proceso, Kurukuru le cortó la pierna al Kraken, irrumpió en la Torre de los Héroes, sacó los dientes de un lobo feroz y compró la piel de un Basilisco.

Cruzó montañas, exploró los mares, corrió a través de las selvas, vagó por los desiertos y se zambulló en el magma hirviente.

Mientras tanto, perdió los brazos, se quedó ciego y sus antenas se quemaron. Pero nada de eso le importaba a Kurukuru.

Si tan sólo pudiese salvar al rey.

Ojalá pudiese volver a estar con él.

El siervo estaba dispuesto a dar su propia vida por ello.

“…”

Después de asimilar la memoria de Kurukuru, Orden se dio cuenta de repente de que se había vuelto más pequeño. Seguía siendo más grande que un humano promedio, pero ligeramente más pequeño que tres humanos juntos. Sus cuernos, que había manejado con cuidado, también habían desaparecido.

Debido a esto, su cuerpo no se sentía muy pesado.

Orden se levantó sin decir una palabra. Movió sus rígidas piernas y se adelantó. El suelo bajo sus pies se sentía blando, ya que Kurukuru había mejorado la cueva con cuidado.

Orden puso un pie en el mundo fuera de la cueva.

El deslumbrante cielo azul le saludó. El sol se derramó sobre él. La armonía de las nubes, el sol y la luna en el cielo eran hermosos.

Orden se quedó en absoluta quietud y sintió la naturaleza que lo rodeaba.

El viento salado, las olas ondulantes, las hojas crujientes y la arena dorada de la playa.

Sus ojos capturaron todo.

“Esto es extraño.”

Una risita escapó de los labios de Orden. Nunca había mirado tan de cerca a la naturaleza. Nunca estuvo realmente interesado en ello. Antes, todo lo que hacía era luchar y matar en busca de su propia existencia.

*Tap, tap.*

En ese momento, escuchó pasos silenciosos que se acercaban.

*Tap, tap.*

Kurukuru, su único sirviente, estaba junto a él.

Pero Orden no se volteó a mirar a su sirviente. Kurukuru también se quedó en silencio. Los dos monstruos se detuvieron y miraron el horizonte. Permanecieron así durante mucho tiempo mientras pensaba en el tiempo que habían pasado separados.

…Sucedió hace mucho tiempo, cuando Orden volvió a la vida.

Perdido en viejos recuerdos, Orden miró al cielo azul de Vladivostok,

-Kuaaaaa, kuaaaaaa

Pero un extraño sonido perturbó sus recuerdos. Orden bajó la cabeza y miró el origen del doloroso gemido.

Vual, el demonio que lo había atacado con obstinada arrogancia, yacía ahora en el suelo. No tenía brazos. Aún le quedaba una pierna, pero estaba doblado en un ángulo extraño. Su estómago estaba desgarrado y la sangre junto a los órganos se derramaban de él.

Bual había perdido completamente. Su ejército, que en un momento dado parecía cubrir toda la superficie de la tierra, también había sido aniquilado.

Orden había destruido el ejército del demonio por sí mismo.

-Tú, tonto insolente… ¿cómo te atreves…?

A pesar de la situación, Vual aún no se había rendido. Orden miró a Vual. En los ojos inyectados de sangre y en los gestos de enojo de Vual, Orden podía verse a sí mismo.

Orden se avergonzó de sí mismo, tanto que quiso enseñar a este ser trascendente lo que él mismo había aprendido. En ese momento Orden se dio cuenta de que él y el demonio podrían ser similares en algunos aspectos, a pesar de la diferencia en los años que habían vivido hasta la fecha.

Orden miró a Bual y habló.

“Siento pena por ti. No vuelvas a preguntarte sobre ti mismo. Eso te tranquilizará”.

-¡Cállate la boca!

Bual escupió en Orden. La maldita mezcla de saliva y sangre, sin embargo, cayó al suelo sin llegar nunca a Orden.

-¡Tú, me acordaré de ti! ¡Te mataré pase lo que pase! Incluso si muero aquí mismo, definitivamente…

“La gente vive porque está viva. No busques un significado más profundo”.

-¡Cállate! ¡Cállate! Tú-

Orden movió el puño.

¡Crack-! Con el sonido de una explosión, la cabeza del demonio desapareció.

Orden agitó el puño y se dio la vuelta. Ya no era un rey, por lo que no estaba obligado a enseñar a nadie que no quisiera aprender.

Orden suspiró y miró al cielo, rodeado de la quietud del bosque. Su mirada se dirigió hacia abajo. Una pared artificial se erguía en medio del verde de la naturaleza. Orden miró fijamente a la parte superior del muro.

“G-Guardián….”

“¡Poderoso Guardián!”

“¡Es el Guardián de Vladivostok!”

Los humanos, que sintieron la mirada de Orden, comenzaron a gritar. Ligeramente avergonzados, Orden miró hacia otro lado.

“¡Dios Guardián-!”

“¡Qué honor! ¡Te alabamos!”

Los fervorosos vítores continuaron. Sorprendido por el hecho de que estuviera contento, Orden estaba junto a Kurukuru. Entonces los monstruos volvieron a su morada.

***

[Esencia del Estrecho, Instalación Subterránea]

Vestido con el uniforme de [Loto Negro], llegué a las instalaciones subterráneas donde se almacenaba [Entropía Dimensional]. Al llegar, escuché a Yoo Yeonha decir: “Encontré una manera de revertir la situación actual”.

Decidí esconderme por el momento y escuchar su conversación.

“Necesitamos transmitir tanta energía como sea posible a la Torre del Deseo. ¿Hay alguna manera?”

“… Lo dudo. La Entropía Dimensional es poderosa, pero también es intratable. Incluso ahora, apenas la mantenemos bajo control con la ayuda de los estabilizadores de última generación. Es demasiado arriesgado liberar este tipo de energía en grandes cantidades”.

Cada uno de los investigadores expresó sus ideas.

Los nueve investigadores aquí reunidos eran probablemente las personas más brillantes de este planeta, lo suficientemente inteligentes para manejar la entropía.

“¿No puedes encontrar una manera? Deberíamos ser capaces de lograrlo al menos una vez si elevamos el nivel de salida al máximo”.

“¿Y si la máquina se rompe en el proceso? El planeta entero podría ser destruido…”

Me acerqué a ellos en medio de un acalorado debate.

“Hey”.

“¡Uaaaaak!”

En el momento en que hablé, los investigadores gritaron a todo pulmón. Pude verles los pelos de punta. Incluso Yoo Yeonha parecía sorprendida, tragándose la saliva.

Con una sonrisa, anuncié: “No te preocupes por la estabilidad. Te ayudaré”.

Tenía múltiples dones que podían ser usados para aumentar la producción de una máquina: [Estigma], [Sistema de Fortalecimiento Aleatorio], y [Restricciones y Amplificaciones].

Sin embargo.

“¿Quién es este tipo? ¡Identifícate!”

“¿Cómo llegaste aquí?”

Los investigadores se aferraron unos a otros y, como una bola gigante, me señalaron con sus dedos. La forma en que los investigadores de mediana edad gritaron de pánico era sorprendentemente graciosa.

“¡Directora! ¡Por favor, haga algo! ¿Quién es este hombre?”

“… Jaa.”

Yoo Yeonha miró mi ropa y suspiró.

“Está bien. Está de nuestro lado”.

“… ¿Nuestro lado?”

“Sí. Estoy segura de que todos habéis escuchado hablar de él. Este es Loto Negro”.

“…”

Loto Negro.

En el momento en que Yoo Yeonha anunció mi nombre, los investigadores se congelaron. Sus labios y dedos, que se habían movido sin parar hasta hace un momento, también se detuvieron.

En absoluto silencio, Yoo Yeonha volvió a hablar.

“Está bien. Se los dije, es nuestro aliado”.

“…”

A pesar de su estímulo, los investigadores seguían mostrándose incrédulos. Sin otra opción, me adelanté.

“El plan procederá según lo discutido. Puedo ocuparme del tema de la estabilidad”.

Al decirlo, me acerqué a la máquina de forma llamativa. Y me dirigí al corazón de la máquina, donde se había colocado la [Entropía Dimensional].

“U-Um, ten, ten cuidado.”

Los investigadores comentaron con preocupación. Di una pequeña sonrisa y activé [Sistema de Fortalecimiento Aleatorio].

*Wiing-*

La máquina inmediatamente comenzó a emitir un sonido fuerte, y de repente el número 48 apareció en su centro.

48%. Verdaderamente un incremento tremendo.

Volví a mirar a los investigadores. Sus mandíbulas se quedaron boquiabiertas por la sorpresa. Estas personas eran expertos en sus campos de especialización. Deben haberse dado cuenta de que la máquina era completamente diferente a como era antes.

“… Ahora, conectemos Crevon y la Tierra con esto,” dije y miré a Yoo Yeonha.

Yoo Yeonha asintió y vino a mí.

“¿Debería activarla ahora?”

“Sí.”

“De acuerdo. ¡Vamos, todo el mundo! ¡No tenemos mucho tiempo!”

Los aplausos de Yoo Yeonha ayudaron a los investigadores a recobrar el sentido común. Rápidamente se dirigieron a la sala de control y comenzaron a escribir en la computadora.

Unos 2 minutos después.

*Woooong….*

La máquina celestial comenzó a vibrar. La energía extraída de [Entropía Dimensional] se concentró en un punto específico.

*Guuuuuuuuoo*

La resonancia de la vibración sacudió mi cráneo.

Y…

*¡Koong!*

Sentí una vibración artificial sobre mi cabeza. Al mismo tiempo, mi intuición detectó pasos llenos de hostilidad. El agua negra comenzó a gotear desde el techo.

“Es el enemigo.” Le dije a Yoo Yeonha.

“Así es. Los monstruos deben haber sentido la entropía”, adivinó Yoo Yeonha.

Rápidamente agarró su látigo. Manteniendo la compostura, me dirigí a Espartano.

-Pururu.

Espartano sabía lo que quería decir sólo por la mirada en mis ojos. Desapareció rápidamente en alguna parte.

*Kuaaaaaa- Guaaaaaaa-*

“¡Los humanos están abajo! ¡Maten a los humanos! ¡Malditos sean los mortales!”

Los aullidos de los monstruos se mezclaron con el sonido de la máquina celestial y llenaron el edificio.

Pero no había nada de qué preocuparse.

*Jiiing-*

Unos 10 segundos después de la partida de Espartano, apareció un portal azul justo al lado de donde yo estaba.

“¿Pediste refuerzos?”

Habiendo notado el portal, Yoo Yeonha hizo un puchero, un poco descontenta.

Le sonreí.

“Lo hice.”

En ese momento, bloques de sombras de diferentes colores salieron del portal. Pronto llegaron a su forma original.

“Déjennos presentarnos”.

No eran uno, sino muchos; al mismo tiempo, muchos eran uno.

La razón es que si los combinas todos, al final resulta el color negro.

“Somos la Compañía Camaleón”.

Asiento Amarillo, Jain.

Asiento Azul, Khalifa.

Asiento Verde, Jin Yohan.

Asiento Violeta, Droon.

Asiento Índigo, Yoo Kyunghwan.

Asiento Plateado, Kaita.

Asiento Turquesa, Setryn.

Asiento Marrón, Hirano Arashi.

Y…. Asiento Blanco, la Jefa.

Todos los colores de la Compañía Camaleón, excepto Cheok Jungyeong, estaban aquí.

KJun: Revisado y Corregido.