Tsuujou Kougeki ga Zentai Kougeki de Ni-kai Kougeki no Okaa-san wa Suki desu ka?

Volumen 3

Capítulo 3: Cuando Las Madres Se Reunen, Forman Un Combo. No, No Estoy HablandoDe Un Juego De Puzzles. Algo Realmente Terrible

Parte 1

Al día siguiente, a la hora del desayuno (como siempre).

El comedor estaba aún más desordenado gracias al asalto de los matones, pero todo lo que se necesitaba era la comida casera de Mamako para convertirlo en un lugar agradable y lleno de felicidad. Todos sentían que podían enfrentar los desafíos que traería el día de hoy.

Quizás ella había percibido esa felicidad: Shiraaase había aparecido a primera hora de la mañana y se había reunido con ellos para desayunar, intercambiando información mientras comían.

“Oye, Wise, pásame la salsa de soja.”

“Mm, toma.”

“Gracias… Así que eso es básicamente lo que pasó ayer. Estuvimos tratando con los secuaces de Amante todo el día. Y al final, como siempre, mamá se encargó de todo.”

“Mamako logró convencer a los miembros de la Rebelión de la Liberación de que regresaran a sus hogares? Eso es impresionante, incluso para ella. Bien hecho.”

“¡En absoluto! Apenas hice algo.”

“No hay necesidad de ser modesto. ¡Estuviste increíble! …Oh, Porta, tienes arroz en la mejilla.”

“¡Ups! ¿Cuándo llegó eso allí?”

Con mucha emoción, concluyó el informe del Gremio de Mamá.

Ahora era el turno de Shiraaase.

“¿Y qué hay de usted, Srta. Shiraaase?”

“No tengo nada particularmente notable que reportar… Presenté solicitudes a cada rama de operaciones, pero no pude descubrir ninguna información sobre la situación en la ciudad o en la liga en cuestión.”

“Uh… ¿Qué? ¿Pero no eres un administrador? ¿No lograron encontrar nada?”

“Me cuesta creer que no haya información de tu lado.”

“Wise, Medhi, estoy totalmente de acuerdo. Cualquier cosa que ocurra dentro del juego debe tener algún tipo de datos o información que podamos obtener. Sin embargo, nada de eso llegó a mis oídos… Lo que significa…”

“¿Está siendo intencionalmente escondido?” Preguntó Masato.

Shiraaase dudó, pero asintió. “Sí, parece ser una suposición razonable. Pero para que me oculten información… No puedo imaginarme qué posible razón podría haber para eso.”

“Hmm… Supongo que podría ser tan simple como que todos los demás te odien…”

Masato probablemente no debería haber dicho eso en voz alta.

Shiraaase le dirigió una larga mirada. Sus ojos eran intensos, pero con calma, una bella mirada silenciosa que lo atravesaba como si fueran dagas. Era aterrador.

“¡Es-estaba bromeando!” dijo, tratando desesperadamente de retractarse.

Él no podía interpretar su expresión en absoluto.

“Bueno,” dijo ella, “eventualmente encontraré una forma de vengarme de ese comentario.”

“Mierda… Sabía que estaba enojada…”

“Pero aparecer así sin poder darles una sola pieza de información valiosa difícilmente me haría merecedor de mi nombre. Lo único que logré escuchar se relaciona con el asunto de aumentar el número de miembros del gremio. Normalmente sólo los jugadores de prueba y los NPCs aventureros pueden unirse a los gremios, pero esta vez…”

Pero antes de que Shiraaase pudiera terminar…

“¡Buenos días! Siento llegar tan temprano. ¿Hay alguien aquí?”

…La voz de una mujer llamó desde el frente.

“Oh, ¿un invitado? Iré a ver.”

“No te preocupes, yo iré a ver quién es.”

“Aw, Ma-kun! Eres tan amable.”

“No estoy tratando de serlo.”

No tenía ganas de admitir que, si no tomaba la iniciativa aquí, perdería su oportunidad de hacer algo.

***

Cuando Masato entró en el vestíbulo lo encontró repleto de gente.

“Um… ¿Qué está pasando…?”

Pocchi y los otros rufianes estaban todos aquí, junto con un grupo de mujeres de mediana edad que llevaban lo que parecían ser cajas de galletas. Había tantos que no cabían todos dentro y la fila se extendía hasta la puerta principal.

En el momento en el que apareció Masato, una mujer agarró a Pocchi, lo arrastró hacia delante y ambos se inclinaron.

“¡Oh, ahí estás! ¡Sólo quería disculparme por todos los problemas que les causó mi hijo!”

“Uh, um… Lo de ayer fue mi culpa.”

“¡Pocchi! ¡Tienes diecisiete años y todavía no puedes disculparte apropiadamente! ¡Inténtalo de nuevo!”

“¡O-okay! “¡Lamento mucho los problemas que te he causado!”

El hecho de que este tipo de mediana edad con un mohawk fuera sólo dos años mayor que Masato fue sin duda un descubrimiento aterrador, pero en el buen camino.

Él reconoció la figura y el rostro regordete de esta mujer: ella era la mujer de la tienda de la ciudad. Aparentemente, era la madre de Pocchi. La madre de Pocchi inclinó la cabeza una y otra vez, muy arrepentida.

Al igual que todos los demás. “¡Siento lo de mi hijo!” “¡Mi hijo tonto te causó tanto dolor!” Las otras madres e hijos comenzaron a disculparse en especie, sus palabras de expiación resonaron a través de la destartalada posada hasta que la reverberación pareció estar lista para derribar el lugar por completo.

Estaban claramente decididos a disculparse por el alboroto del día anterior.

Um, así que…

“¡M-mamá! ¡Ayuda! ¡Ayúdameeee!”

Masato simplemente no estaba preparado para manejar esto, así que llamó a quien lo estaba.

***

La posada estaba demasiado deteriorada como para invitar a alguien a entrar.

Así que colocaron asientos en el patio, sirvieron té, calmaron a todos y empezaron a hablar.

Es decir, como Masato y las otras niñas no tenían idea de cómo manejar esta situación, esperaron atrás, sosteniendo las cajas de galletas que las madres les habían dado. Shiraaase se quedó con ellos.

Mamako estaba al frente, recibiendo las disculpas.

“…No hace falta. Bueno, gracias por venir hasta aquí.”

“No, no, en absoluto. Realmente no puedo disculparme lo suficiente.”

La madre de Pocchi había vuelto a presentarse como representante de la Brigada de Disculpas Madre-Hijo. “¡Oye! ¡Tú también dilo!” ” ¡C-claro! ¡Lo siento!” Cuando se le pidió, Pocchi se unió.

“Lo que hizo mi hijo no es fácil de perdonar… No puedo creer que le hiciera esto al hogar de alguien.”

“Oh, bueno, mucho de esto ya estaba bastante roto, así que no está tan mal, en realidad…”

“¡Pero lo es! Esto es imperdonable. ¡Yo trabajo en la tienda de la ciudad y manejamos materiales de construcción, así que usted simplemente debe permitirnos reparar todo! ¡Por favor, déjenos ayudarle! ¡Se lo ruego!”

Bueno, bien.

En la parte de atrás, Masato y los demás empezaron a susurrar. “Así que nuestra base del gremio va a ser arreglada.” “Parece que sí. Genial.” “Seguro que es una ganancia inesperada.” “¿Un qué?” “Un sorpresivo golpe de suerte”. No era literalmente una ganancia. Como sea.

De vuelta al frente:

“¡Entonces deja que nosotros arreglemos este edificio! ¡Lo haremos en un abrir y cerrar de ojos!”

“Bueno… Parece descortés negarse, así que supongo que debo aceptar. Muchísimas gracias.”

“¡En absoluto! ¡Nosotros somos los que deberíamos estar agradecidos! …Oh, pero esto no lo compensará del todo… ¡Lo sé! ¡Mamako!”

“¿Sí? ¿Qué pasa?”

“Todos ustedes son aventureros, ¿verdad? ¿Están aquí para subir la torre?”

“Sí, lo estamos. Ese era el plan… pero luego nos enteramos de que los niños de la ciudad habían entrado en la torre y nunca volvieron a casa, y así supimos que teníamos que—”

“¡Oh, Dios mío! ¿Intentan traerlos de vuelta?”

“Si. Esperábamos poder hacer algo. Por eso creamos este gremio. Se llama “Gremio de Mamá” y—”

“¡Cielos, cielos! ¡Por el amor de Dios! ¡Hiciste un gremio! Entonces, ¡simplemente debemos ayudarle! ¡Hay muchos niños que aún no han regresado a su casa, así que debemos ayudar en todo lo que podamos! ¿No estás de acuerdo?”

La madre de Pocchi giró hacia la multitud, que asintió vigorosamente. Masato se preguntaba qué tipo de ayuda exactamente estaba ofreciendo…

…Entonces Pocchi y sus ayudantes se voltearon hacia el grupo de Masato y todos empezaron a gritar: “Déjanoslo a nosotros” o “Te ayudaremos” con mucha confianza.

¿Acaso querían decir…? ¿En serio?

Masato y los otros empezaron a susurrar de nuevo. “Parece que estamos resolviendo no sólo las reparaciones de la base, sino la escasez de personal.” “Somos tan afortunados.” “Esto es una bendición”. “Una bendi… ¿qué?” “Una coincidencia que funciona a nuestro favor.” Básicamente lo mismo que una ganancia inesperada. Como sea.

Finalmente llegó el momento. Ellos ciertamente ofrecerían que sus hijos se unieran al gremio. ¡Qué cosa tan encantadora sería eso! Finalmente tendrían suficiente personal para afrontar esta torre. ¡Aquí viene! ¡Aquí viene!

¡La madre de Pocchi lo dijo!

“En ese caso, Mamako, ¡deja que nos unamos a tu gremio! ¡Todas las madres juntas podemos hacer frente a esa torre, no hay problema!”