Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 3

Capítulo 3: En Donde Estoy Cautiva

Parte 6

La primera vez que yo, Selena Berg, lo conocí… tenía nueve años.

El chico que conocí entonces era una persona hermosa. Poseía una belleza que nunca antes había visto… Todo lo que podía hacer era congelarme, abrumarme con nerviosismo.

“E-Es bueno conocerle… Mi… Mi nombre es Selena B-Berg… es un placer conocerte…” Aunque había practicado mi saludo hasta el cansancio, eso fue lo que pude decir debido a mi nerviosismo.

Los adultos a mi alrededor comenzaron a reír audiblemente por lo bajo. Podía sentir mi cara calentarse por la vergüenza… seguramente, mi cara estaba toda roja. La sola idea de eso profundizó mi humillación, y simplemente miré mis pies. Pero entonces…

“También es un placer conocerte, Selena. Me llamo Ian Stuart. El placer es todo mío.” Dijo con una expresión de extrema seriedad, extendiendo su mano.

Aunque las personas a mí alrededor se reían de mi torpe saludo y de mi cara enrojecida, él no se reía de mí. Extendió su cálida mano hacia mí. Fue entonces cuando la joven yo se enamoró de él… así como así.

Ese fue mi primer encuentro con el príncipe Ian. Soy la hija de un duque, tenía la misma edad que el príncipe y ya había comenzado a manifestar mis habilidades mágicas. Esa fue la razón por la que había sido elegida como la prometida de Ian Stuart, el segundo príncipe heredero del reino.

Las emociones de los individuos involucrados apenas entraron en juego en tal matrimonio. Pero… conocí al Príncipe Ian, y me enamoré de él. Desde entonces, mis incipientes sentimientos por él continuaron creciendo. La forma en que era tan serio y centrado… la forma en que era gentil y afectuoso, pero no muy bueno para demostrarlo… cuanto más tiempo pasaba con él, más florecían mis sentimientos.

Antes de darme cuenta, habían pasado diez años desde que me habían asignado como su prometida. Ahora, más que nunca, amaba al Príncipe Ian. Lo amaba mucho. Aunque mi amor por él creció y creció… Carecía de muchas cosas. En primer lugar mi aptitud mágica fue la razón por la que fui elegida como su prometida, pero mis capacidades mágicas nunca aumentaron.

Trabajé duro para poder estar al lado del Príncipe Ian. Sin embargo, por mucho que lo intenté, mi magia permaneció débil. Quizás entonces podría hacerlo bien en mis estudios, pensé… pero tampoco logré hacerlo demasiado bien académicamente.

Aunque nací con magia y me inscribí en la misma academia que el Príncipe Ian y muchos otros, no fui elegida como miembro del Consejo Estudiantil. El consejo fue admirado por el cuerpo estudiantil, y ese papel se consideró un honor. El Príncipe Jeffery, Lady Susanna y el Príncipe Ian también fueron seleccionados. Yo era la extraña. Yo solo era la desvalida.

Además, el Príncipe Jeffery siempre contó con Lady Susanna como pareja. Estaban muy unidos… y, sin embargo, este no fue el caso con el Príncipe Ian y yo. A menos que hubiera algo que quisiera, nunca se reuniría conmigo. Tampoco me tocaría cuando al verme, a menos que fuera absolutamente necesario. Incluso si nos reuníamos, él perseguiría sus objetivos o necesidades de manera decidida. Esto no pasó desapercibido para quienes nos rodean. Pronto, los rumores comenzaron a fluir. “Al príncipe Ian no le gusta su prometida poco capaz”, decían.

El Príncipe Ian y yo nos graduamos de la Academia de Magia. Los siguientes en inscribirse en la academia fueron sus hermanos gemelos más jóvenes, el Príncipe Jeord y el Príncipe Alan, junto con sus respectivas novias. Había oído que los dos príncipes habían sido elegidos como miembros del consejo estudiantil, al igual que Lady Mary, la prometida del príncipe Alan.

Aunque la prometida del Príncipe Jeord, Lady Katarina, no fue elegida para el consejo, el cuerpo estudiantil la admiraba mucho e incluso tenía su propio grupo de admiradores. Cuando se corrió la voz de esto a los círculos nobles, mis padres y parientes comenzaron a decir lo mismo. “Quizás el Príncipe debería buscar una prometida más adecuada…”.

En medio de los deslumbrantes individuos que eran estos príncipes y sus novias, no pude evitar sentir que solo yo era incompatible… que no podía estar a la altura de ellos. ¿Por qué era tan inepta? Dado que nunca podría ser mejor que la persona promedio, no importaba cuánto lo intentase… por supuesto, sería un hecho que el Príncipe Ian no me agradaría.

Aun así, todavía quería ser útil para él. Todo estuvo bien. Algo, cualquier cosa. Si eso significara que podría hacer algo por él para compensar todos los problemas que había causado hasta ahora…

Cuando esos pensamientos llenaron mi mente y mi corazón, esa persona apareció ante mí.

“Permíteme ayudarte con tu deseo.”

Con eso, comenzó a decirme exactamente cómo podría ser útil para el Príncipe Ian…

Cuando entré en su habitación, ella ya se había despertado y estaba mirando en mi dirección con sus ojos azul agua.

“Veo que te has despertado de manera segura… eso es bastante tranquilizador.” Dije, sintiéndome aliviada desde el fondo de mi corazón.

Cuando la llevé a la mansión, apenas quedaba fuerza en ella… apenas estaba consciente. Aunque solo habíamos usado una pequeña cantidad de la droga que inducía sueño, seguía preocupada. Simplemente tenía que ver con mis propios ojos que ella estaba bien.

Después de afirmar su seguridad, había algo que absolutamente tenía que decirle ahora que estaba despierta.

“Lady Katarina… Me disculpo sinceramente por tener que emplear medios tan groseros. Sin embargo… tan pronto como se resuelvan los asuntos relevantes, se te permitirá irte ilesa… Por favor, quédate aquí hasta entonces.” Me disculpé, y luego me incliné profundamente ante la prometida del Príncipe Jeord, Lady Katarina Claes.

Incluso si todo fue por el bien del Príncipe Ian, traer a una dama noble no relacionada a este lugar fue una transgresión imperdonable. Entiendo eso. Razón por la cual pensé que debería disculparme primero… precisamente porque le había hecho algo imperdonable a Lady Katarina.

Al escuchar mis palabras, Lady Katarina guardó silencio momentáneamente, como si estuviera sumida en sus pensamientos. Y luego, sus labios se separaron… “… ¿Secuestrada…?”

Estaba terriblemente sorprendida. ¿Cómo lo supo? No se le había explicado nada y, sin embargo, ya se había dado cuenta de que había sido secuestrada. Según los rumores, Lady Katarina era enérgica y fuerte, pero que poseía un pozo sin fin lleno de compasión. En realidad, parecería que ella también era una persona muy capaz.

“Realmente… realmente me disculpo… Prometo, absolutamente, que nunca se te hará daño…” Me disculpé una vez más, aunque sabía que era imposible para mí ser perdonada.

Una vez más Lady Katarina comenzó a pensar, una expresión seria nublando sus rasgos. “… Um. Entonces… ¿Cuánto sería el rescate…?” Dijo ella.

“¿Res… cate?” No entendí el significado de esta palabra, y simplemente se la repetí. Lady Katarina se inclinó ligeramente con una expresión algo grave.

“Sí. La cantidad de oro que quieres a cambio de mi seguridad. ¿Cuánto sería…?”

“… Ah, no. No tenemos ninguna intención de pedir una… suma de oro.” Aparentemente Lady Katarina había asumido que la habíamos secuestrado por dinero. Lo negué tan rápido como pude.

“¿Eh? ¿No es oro lo que estabas buscando? Entonces, ¿por qué me secuestraste?”

Por supuesto, ella no sabía por qué la habían secuestrado. Seguramente estaba inquieta por esto, y sería incapaz de sentirse a gusto hasta que supiera la respuesta.

“… La razón de esto es…” Termine involucrándola en todo esto. Debería contarle a Lady Katarina sobre todo el asunto… Empecé a hablar, queriendo explicar la situación, pero luego…

“Lady Selena. Ya has comprobado la seguridad de Lady Katarina, ¿no? Por favor, regresemos a sus habitaciones.” Rufus puso una mano sobre mi hombro… y luego.

Ahh… sí. Así es… sentí que simplemente tenía que regresar a mi habitación. “Rufus… sí. Sí, vamos. Bueno, Lady Katarina… Es momento de irme…”

“¿Eh…? P-Por favor espera…”

“Me disculpo… Lana, por favor cuida de ella. Lady Katarina… si desea algo, cualquier cosa… informe a Lana de sus necesidades. Intentaremos servirle lo mejor que podamos.”

Con eso, regresé a mi habitación, con Rufus guiándome… Pero todavía había una sensación persistente de inquietud en mi corazón.

Después de regresar de mi visita a las habitaciones de Lady Katarina, por alguna razón me sentí… en blanco. Podía sentir algunos vagos vacíos en mi memoria.

Permanecí en la bruma durante bastante tiempo. Antes de darme cuenta, el almuerzo ya había pasado y no pude presentarle la comida a Lady Katarina correctamente. Cuando descubrí que ella había comido en la habitación en la que estaba confinada, me sentí increíblemente culpable. Había sido llevada repentinamente a este extraño lugar sin saber por qué, y luego fue confinada en esa pequeña habitación… Seguramente Lady Katarina estaba preocupada e inquieta.

Era enérgica y fuerte, como habían dicho los rumores, pero muy bien podría estar siendo valiente para mí. Por lo que sabía, ella podría estar llorando en este mismo momento.

Cuando pensé en eso, a pesar de que fui yo quien decidió hacer todo esto para empezar… mi pecho comenzó a doler.

Por lo menos, quería que Lady Katarina se sintiera cómoda, aunque solo fuera un pequeño consuelo. Decidí que solo deberían usarse los mejores ingredientes al preparar la cena.

Después de que se completaron los preparativos relevantes, Rufus y yo volvimos a la habitación de Lady Katarina, solo para descubrir que ya estaba sentada en una silla.

“Lady Katarina, ¿te sientes bien…?”

“Ah, sí. ¡Seguro! Gracias a su hospitalidad.”

“Sinceramente pido disculpas… no pude hacer los preparativos apropiados para el desayuno, y me siento mal por ti, desayunando en esa pequeña habitación…” Una vez más me incliné, disculpándome por la forma en que Lady Katarina tuvo que comer su almuerzo.

“Oh, no, por favor no te preocupes. ¡Estoy absolutamente bien!” Respondió ella sin titubear en lo más mínimo.

¡Pero ella había sido encerrada en esta habitación e informada que había sido secuestrada! No había forma de que Lady Katarina pudiera estar bien… Seguramente se estaba esforzando para parecer valiente por mi bien. Podía sentir el dolor en mi pecho intensificándose.

“… Me disculpo sinceramente por estas circunstancias difíciles…” Todo lo que pude hacer fue disculparme, una y otra vez. No pude hacer nada más. Qué patético de mi parte…

Cuando comenzamos a cenar, Lady Katarina no mostró signos de angustia. Ella continuó fingiendo que estaba completamente bien. Me preocupé aún más por ella.

“Está bien, Lady Katarina… no tiene que obligarse a comerlo.” Le dije, solo para que ella me respondiera con una sonrisa amable.

Luego, inesperadamente, preguntó por mí, notando que no tenía mucho para comer. “¿Estás bien, Lady Selena?” Preguntó.

Ella me preguntó eso, a pesar de que ella era claramente la que estaba en una situación más dolorosa y angustiosa. Lady Katarina en verdad era una santa.

Después de que se sirvieron los últimos platos de la cena, una vez más Lady Katarina me interrogó.

“Um… ¿Lady Selena? ¿Puedo saber por qué me trajeron aquí? Antes mencionaste que me liberarían tan pronto como se resolvieran ciertas cosas. ¿Exactamente qué son estas… cosas?”

Pero, por supuesto, no había forma de que a Lady Katarina no le molestara esto. Todo este tiempo ella debe haber estado insegura y preocupada. Y, sin embargo, se esforzó tanto por parecer tranquila y serena… me dolía. El dolor en mi pecho se volvió a intensificar. Me sentí muy, muy arrepentida. Quizás era mejor decirle ahora…

“Sí… supongo que sería muy incómodo que te dejara en la oscuridad, Lady Katarina… Tal vez esto incluso haya comenzado a afectar tu calidad de sueño…”

Pero entonces, Rufus me interrumpió en el momento en que comencé a hablar. “Lady Selena… ya ha terminado su comida. ¿Quizás deberías volver a sus habitaciones? Usted también debe estar cansada, Lady Katarina… sería mejor para usted dormir un poco.”

Puso una mano sobre mi hombro. Con eso, de repente, la idea de que sería mejor no decirle a Lady Katarina nada me llenó la mente.

Bueno… tal vez sea mejor si no hablo de eso. Tenía que regresar a mi habitación, tal como dijo Rufus. Tenía que escucharlo… simplemente tenía que hacerlo. Después de todo… Rufus era una persona muy amable. Él fue quien me dijo cómo podría ser útil para el Príncipe Ian.

“… Ya veo… sí. Bueno, Lady Katarina… buenas noches.”

Tenía que volver a mi habitación y descansar… pero, ¿por qué? Una vez más mi corazón se sintió incómodo.

Al regresar a mi habitación, me senté en una silla y, por un momento, pensé en… nada. ¿Era yo o… estos incidentes se han ido repitiendo? Antes de darme cuenta, la noche ya había caído. Mi habitación estaba envuelta en la oscuridad.

Justo cuando pensaba que debía moverme a mi cama y acostarme, una imagen pasó por mi mente.

“¿Estás bien, Lady Selena?”

… Esos ojos azul aguamarina… ¡Lady Katarina!

¿Por qué todos mis pensamientos sobre Lady Katarina se evaporaron cuando regresé a mi habitación? Le había hecho cosas terribles. La había secuestrado, encerrado en esa habitación y, sin embargo, ella todavía fue amable conmigo… la chica conocida por muchos como una santa.

¿Cómo podría haberme olvidado de algo así…? Realmente no era buena en absoluto… completamente despreciable. ¿Lady Katarina estaría dando vueltas ahora mismo, incapaz de quedarse dormida o descansar?

Tenía que ir… tenía que ir con ella y hacer por ella lo poco que podía. Eso fue lo menos que pude hacer.

En la quietud de la noche, salí de mi habitación mientras toda la mansión dormía. Cuando puse un pie frente a otro en los pasillos oscuros de la mansión, por razones desconocidas para mí… pude sentir mi cabeza aclararse.

Cuando finalmente llegué a la habitación de Lady Katarina, una sirvienta me saludó junto a su puerta. Ella era una empleada nueva, contratada en preparación para este plan de secuestro. Ahora, ella era una sirvienta asignada a Lady Katarina… Lana. Tenía una mirada de total seriedad sobre ella, como si hubiera estado parada frente a esa puerta, protegiéndola por completo. Le pregunté a Lana si ese era el caso, solo para que ella respondiera: “Me acabo de despertar hace poco.”

Le informé a Lana que me gustaría reunirme con Lady Katarina. “Un momento, mi Lady.” Dijo, antes de entrar en la habitación. Después de un corto período de tiempo, escuché la voz apagada de Lana gritando desde adentro. “Por favor, entra.”

“… ¿Selena?” La voz de Lady Katarina parecía confundida… tal vez un poco desorientada.

“Sí… me disculpo por visitarla a esta hora, Lady Katarina… Sin embargo, no pude evitar preocuparme de que estuviera llena de miedo y, por lo tanto, no pudiera dormir…”

Lady Katarina se frotó los ojos cuando me acerqué a ella. Seguramente había estado llorando momentos antes… ¿Qué he hecho? Me decidí. Tenía que hablar con Lady Katarina… hacer lo que pudiera para aliviar una pequeña parte de su malestar.

“… Hace poco en la mesa… por alguna razón, sentí este fuerte sentimiento, Lady Katarina. Que no debería decirte algo. Pero, pero… Aun siento que es importante decírtelo.”

“Hmm… Esa sería la razón por la que me trajeron a este lugar, ¿verdad? Entonces, como pensé… sabes la razón, Lady Selena.”

“Sí… después de todo, todo este secuestro fue planeado por mí…”

“¿¡!?” Lady Katarina parecía terriblemente sorprendida.

Empecé a contarle todo… la verdad detrás de todo este incidente. “Yo… quería secuestrarte, Lady Katarina… y usar tu seguridad como moneda de cambio. Todo para que el Príncipe Jeord abandonara su reclamo al trono…”

“… ¿Jeord? ¿Hacer que renuncie al trono?”

“Sí… para que el príncipe Ian pueda tomar el trono en su lugar.”

Todo había comenzado hace varios meses. Nos presentaron al joven conocido como Rufus Brode, proveniente de una familia lejanamente relacionada con la nuestra. Se desempeñó bien en todas sus tareas; a pesar del hecho de que mi familia me ignoró en gran medida por lo inútil que era me sirvió diligentemente.

Rufus nunca se quejó de mis fallas. Siempre sería solidario y servicial, y no tenía más que palabras amables para mí. Fue a él, y no a otro, a quien finalmente le dije lo que pensaba.

Pase lo que pase, estaría bien… siempre que pueda ser útil para el Príncipe Ian. Este pensamiento reverberó fuertemente en mi mente.

Al escuchar esto, Rufus dijo: “Permíteme ayudarte con tu deseo”. Y luego, pensó en un plan para obligar a todos los príncipes rivales a abandonar sus reclamos al trono para que el Príncipe Ian fuera el rey.

Cuando escuché por primera vez sobre el plan, estaba aterrorizada. Sentí que era casi imposible para mí hacer tales cosas. Pero entonces, Rufus me recordó… “Es todo por el Príncipe Ian. Esto es lo único que podrías hacer por él”. Cuanto más escuchaba sus apasionadas palabras, más me convencía.

Después de eso, Rufus sugirió un plan… un plan para atrapar y secuestrar a Lady Katarina. Ese fue el primer paso que tomaríamos.

Le conté a Lady Katarina sobre todo… con la excepción de la participación de Rufus. ¿Por qué tuve que dejar su nombre fuera de la explicación…? Si tuviera que decirlo… es porque había hecho mucho por mí. Si lo mencionaba, también estaría implicado en muchos crímenes, y al pensar en eso me sentí horrible.

Después de escuchar mi explicación, Lady Katarina guardó silencio por un momento, como si estuviera sumida en sus pensamientos. Y luego dijo: “Bueno… incluso a cambio de mi seguridad, dudo que el Príncipe Jeord simplemente renuncie a su reclamo al trono.”

Sus palabras me sorprendieron. Me sentí obligado a ofrecer una respuesta rápida. “Bromeas, Lady Katarina… El amor del Príncipe Jeord por ti es bien conocido en todo el país. Haría cualquier cosa… cualquier cosa por ti, Lady Katarina…”

Después de todo, el amor del Príncipe Jeord por Lady Katarina, y cómo la mimaba, era un hecho conocido en los círculos nobles de la sociedad. Honestamente, la expresión del Príncipe Jeord cuando estaba escoltando a Lady Katarina en su fiesta de cumpleaños fue de verdadera felicidad.

“Estoy… muy envidiosa, Lady Katarina… tan envidiosa… de que él te amé tanto, tanto…” Amada por el Príncipe Jeord, alabada y admirada por tantos, tantos a su alrededor… Lady Katarina. Comparado con ella, yo…

“Realmente, realmente te envidio…” Antes de que me diera cuenta las palabras escaparon de mis labios. No estaba bien. Era inútil. A diferencia de las novias de los otros príncipes… Yo podía apoyar al mío. Cuanto más pensaba en eso… más me envolvía una tristeza sofocante. Fui patética. Lamentable. Pronto, las lágrimas corrían por mis mejillas.

“¡S-Selena! ¿Estás bien? ¿Qué pasa?” Con esas palabras, Lady Katarina se me acercó, rodeándome con un brazo, su mano sobre mi espalda.

“… Lady Katarina… pensar que estarías preocupada por alguien como yo, alguien que te ha hecho algo así… Realmente eres una santa, tal como dicen los rumores. Comparada con usted, yo… realmente no soy buena. Por supuesto, el Príncipe Ian me odiaría por lo que soy…”

Una santa… así se llamaba Lady Katarina en la academia. No estaba ligada a ninguna noción de estatus, trataba a todos por igual y era una persona rebosante de pasión. La prometida de un príncipe, proveniente de una familia noble. Pensé que los rumores eran exagerados, tal vez… sin embargo, aunque ella fue víctima de todo este secuestro, me estaba mostrando amabilidad… a mí, el perpetrador. Seguramente fue Lady Katarina la que quiso derramar lágrimas y, sin embargo, allí estaba, frotando suavemente mi espalda, todo el tiempo sin mostrar ni una pizca de ira.

Lady Katarina encajaba con su apodo. Ella realmente era una persona maravillosa… una santa. Era un hecho que una persona tan maravillosa como ella sería muy querida por el Príncipe Jeord.

Los suaves movimientos de su mano en mi espalda lentamente me permitieron calmarme. “Yo… me disculpo. Perdí la compostura… Solo tenía un poco de envidia del Príncipe Jeord y tú…”

“¿Envidia?”

“Sí… La forma en que usted y el Príncipe Jeord se aman y se apoyan mutuamente es realmente maravillosa. No eres solo tú, sino también el Príncipe Jeffery y Lady Susanna, y el Príncipe Alan y Lady Mary… Todos se apoyan mutuamente como iguales, y tengo envidia de eso.”

Lady Katarina continuó consolándome. Fue como si una presa se rompiera en mí… cuando sentí el suave toque de su mano grandes gotas de lágrimas cayeron.

“Lady Susanna es conocida como una de las mujeres más sabias y talentosas del reino… Lady Mary es conocida como el epítome del ideal de una dama noble… Lady Katarina es conocida como una santa, receptiva y amable…”

Todas ellas eran talentosas y capaces. Todos eran dignas de sus cargos… de ser novias de los príncipes de la corona.

“Comparada con todas las demás… no soy buena en nada. Buena para nada. Mi magia es débil… y no soy muy inteligente. Apenas puedo esperar apoyar al Príncipe Ian… No soy más que equipaje para él, un fracaso de prometida… Entonces… por lo menos, quería ser de alguna utilidad para él… y entonces planeé todo este incidente. Realmente me disculpo, Lady Katarina…”

Todo lo que podía hacer ahora era disculparme. Pero entonces… “Por supuesto… una vez que termine, planeo asumir la responsabilidad de todo esto.”

“¿Eh? ¿Responsabilidad?”

“Sí… suspenderé mi compromiso con el Príncipe Ian, y como medio para expiar mis pecados, me entregaré a las autoridades…”

Esto se determinó en el momento en que decidimos seguir adelante con este plan de secuestro. Renunciar al derecho al trono era un proceso irreversible. Esta era una ley, cumplida desde la antigüedad. Y así… si el Príncipe Jeord realmente renunciara a su reclamo, la realidad no cambiaría incluso si más adelante revelara mis pecados.

Por eso… cuando todo terminase, siempre que hubiese sido de alguna ayuda para el Príncipe Ian, lo valdría. Hacía mucho que me había mentalizado… a vivir como prisionera, y ser una pecadora por el resto de mi vida.

“¿P-Por qué? Solo estás tratando de hacer algo por el Príncipe Ian, ¿verdad? ¿Pero ahora planeas cancelar tu compromiso con él y entregarte? ¿Eso es lo que realmente quieres?” Preguntó Lady Katarina, la sorpresa en su voz.

“Sí… en primer lugar fui yo quien comenzó a admirar al príncipe Ian. Y ahora me he decidido. Estoy resuelta.” Respondí sin dudarlo

“¿Huh? ¿Pero ustedes dos no están comprometidos?”

Me dolía el pecho por las palabras de lady Katarina. Así es… yo todavía era la prometida del Príncipe Ian. Pero…

“Soy la hija de un duque. Cuando era joven, pasé tiempo con el Príncipe Ian, y debido a mi edad y al hecho de que podía usar magia, fui seleccionada como su prometida. Pero como dije antes, mi capacidad mágica es baja… y no soy buena en mis estudios. En poco tiempo, mis padres y mis parientes comenzaron a sugerir que debería buscar una novia más adecuada. Por supuesto que pensarían eso. ¡Las prometidas de los otros príncipes son todas notables! De alguna manera todos se apoyan mutuamente. Simplemente no soy buena. Carezco de muchas cosas… solo detengo al Príncipe Ian.”

Casi nunca lo veía. Incluso cuando ocurría, no parecía quererme mucho. Por eso todos decían que al Príncipe Ian no le gustaba su prometida. Pero, por supuesto… a diferencia de las otras prometidas de los demás príncipes de la corona, tuvo que lidiar conmigo, tan inútil como era. Era casi imposible para él quererme.

Aun así, quería ser útil para el Príncipe Ian. Incluso si me odiaba y no tenía nada más que desprecio por mí. Yo… todavía lo amaba…

Lady Katarina me miró por un momento antes de finalmente comenzar a hablar. “Bueno… ¿Alguna vez has oído al Príncipe Ian mismo decirte algo así…?”

“¿Huh?” Esas palabras me sorprendieron. Nunca antes había pensado en algo así.

“¿Alguna vez le has preguntado al Príncipe Ian cómo se siente por ti?”

“¡N-No hay forma de que pueda preguntarle algo así! Pero entonces… todos a mi alrededor siempre hablan de cómo el Príncipe Ian está cansado de mí, cómo no le gusto… y cómo él… ya me odia…” Después de todo, eso fue lo que todos los demás dijeron. No podrían estar equivocados… Entonces, ¿por qué? ¿Qué estaba diciendo Lady Katarina…?

“Pero Lady Selena… esas son las palabras de otras personas, ¿verdad? ¿Has oído al príncipe mismo decirlo? ¿Tal vez te estás imaginando que te odia?”

“Pero…” Esto era algo en lo que hasta ahora nunca había pensado. Estaba terriblemente confundida, desconcertada… ¿Entonces es solo mi imaginación? ¿Que el príncipe Ian no me quiere? ¿Están todas esas voces… equivocadas?

“Las emociones de alguien solo pueden ser conocidas por esa persona, ¿verdad? Entonces, Lady Selena… si deseas saber la verdad, ¡tienes que preguntarle al Príncipe Ian, y eso es todo!”

“¿Preguntarle…?”

“Sí, habla con el Príncipe Ian al respecto, ¡o al menos inténtalo!”

¿No sabré sus verdaderos sentimientos si no le pregunto…? ¿Debería… hablar con el príncipe Ian? ¿Realmente puedo hacer tal cosa? ¿Está bien que alguien como yo haga eso…?

Levanté la cabeza y encontré los ojos azul aguamarina de Lady Katarina… sus ojos me miraban fijamente.

“Dime… Lady Selena. Has estado diciendo que no eras buena, que careces de muchas cosas… y no creo que eso sea cierto. Más importante aún, estabas preocupada por mí, una completa desconocida. Estabas preocupada si podía descansar bien. E incluso tienes la resolución de ser capturada y sentenciada… todo en nombre de ayudar a alguien que amas. Para mí, Lady Selena, eres gentil y fuerte. No hay un solo hueso en ti que le falte algo o no sea bueno. Creo que eres una persona maravillosa.” Dijo Lady Katarina con la mirada más amable.

No me falta algo o no soy buena… ¿Soy… una persona maravillosa? “… Esta es la… primera vez, alguien me ha dicho algo así…” Murmuré, atónita.

Hasta ahora me habían llamado inútil. Las alabanzas eran raras, si alguna vez las recibí. Incluso si alguien me alabara, se sentía como nada más que una cortesía… lo que era políticamente correcto decir.

Sin embargo… Lady Katarina no estaba mintiendo. Lo sabía. Su penetrante y honesta mirada no ocultaba ni una pizca de malicia o falsedad. Lentamente, sentí la calidez de sus palabras extenderse por todo mi ser.

“¡Bien! De aquí en adelante lo seguiré diciendo. Las veces que quieras. Entonces… ¿te gustaría ser mi amiga, Lady Selena?”

Solo podía mirar inexpresivamente la mano extendida de Lady Katarina. Ahh… tal vez esta persona delante de mí realmente es una santa.

“… Para decirle esas palabras a alguien que te ha secuestrado… Lady Katarina, realmente eres como dicen los rumores.”

Sentí un fuego en mi pecho. Sentí que… si tomaba su mano, algo cambiaría.

“… Este es el tipo de persona que soy, pero… espero que nos llevemos bien…”

Dicho esto, sostuve la mano de Lady Katarina en la mía. Su mano estaba cálida. “Lady Katarina… Como dijiste, ya no me dejaré influenciar por lo que otros digan. Hablaré con el propio príncipe Ian y escucharé lo que tiene que decir.”

Nunca lo había pensado de esa manera. Nadie me había hablado de esa manera. Incluso si tuviera tales pensamientos, seguramente estaría paralizada por el miedo. Me hubiera quedado atrapada en el lugar, rumiando sin cesar sobre si hacerlo.

Pero… ahora sentía que podía hacerlo. Desde la mano de Lady Katarina, directamente hacia la mía, sentí una sensación de fuerza fluir hacia mí.

“¡Sí, es un buen comienzo!” Lady Katarina todavía me miraba fijamente.

“… Sí.” En un solo suspiro, sentí que todas mis dudas se evaporaban. Asentí seriamente.

Muy querida por todos… la chica conocida como santa. Ella era una persona misteriosa. Era casi como si un extraño poder habitará en sus palabras y en su mirada directa e inquebrantable.

“Pero antes de eso… realmente necesito detener este tonto asunto del secuestro… y también expiar mis pecados…” Ahí era donde comenzaría, incluso si eso significaba que mi compromiso con el Príncipe Ian se rompiese. Aun así… si hablara personalmente con el Príncipe Ian, tal como sugirió Lady Katarina, entonces seguramente algo cambiaría.

“¡Si alguna vez se reduce a eso, lo mantendré en secreto!”

La santa era verdaderamente una persona compasiva. Pero… “Realmente eres una persona amable, de principio a fin… sin embargo… eso simplemente no es aceptable. Los pecados cometidos por mi mano tienen que ser expiados apropiadamente…” Expiaría mis pecados y hablaría con el Príncipe Ian.

“Entonces… en este instante me ocuparé de que te devuelvan de forma segura al Príncipe Jeord. Comenzaré a hacer los preparativos …” Me dirigí hacia la puerta.

La sensación dolorosa y vinculante en mi pecho había desaparecido. Ahora… sentí que podía hacer cualquier cosa.