Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 7

Capítulo 3: Intrusos

Parte 1

De vuelta en el Reino de Galarc, en la ciudad de Amande, la noche después de que Río derrotó a los minotauros y salvó el día…

La cafetería en el primer piso de la posada del Gremio Ricca en la que se alojaba Río también estaba abierta al público en general como un restaurante de lujo de alta gama. Rio estaba disfrutando de una cena con Celia y Aishia en una habitación privada; Justo enfrente de la puerta de la habitación privada que estaban usando había una ventana abierta. Les permitía mirar por encima del espacioso patio trasero mientras disfrutaban de la mejor comida y licor, y en días con buen clima, la terraza también estaba abierta para sentarse.

“Tener un jardín tan amplio en la parte trasera de una posada es maravilloso. Se ha mantenido bien”. Celia contempló el jardín en un estado de ánimo animado mientras esperaba que se llevara a cabo el siguiente plato.

“Es una posada. Sería perfecto si tuviera una bañera lo suficientemente profunda como para sumergirse,” Aishia pronunció simplemente.

“Eso está soñando demasiado alto, allí. Los baños como el de la casa de piedra no son comunes en la región de Strahl. ¿No es suficiente que haya un baño en cada habitación? “, Preguntó Celia con una sonrisa irónica.

Había baños en las habitaciones asignadas al grupo de Río, también, con una bañera poco profunda que permitía lavar los platos, pero no se comparan con el baño instalado en la casa de piedra. Sin embargo, los baños ya eran más que suficientes para los estándares de la región de Strahl.

“Ya veo que ustedes dos están completamente acostumbrados a bañeras más profundas”, dijo Rio con una sonrisa.

“Sí, me gusta tomar baños. Me da sueño.” Aishia asintió, hablando en voz baja.

“Esta chica realmente se queda dormida, ¿sabes? Estaba tan sorprendida cuando entré después de ella”, dijo Celia con cansancio.

“El calor es cómodo”.

“Caray…” El comentario contundente de Aishia hizo que Celia hinchara ligeramente las mejillas.

“Ajaja”, rió Rio con diversión. Solo por las apariencias, Aishia parecía más madura que Celia, pero en momentos como este era difícil saber quién era mayor.

Así, su conversación continuó hasta que un camarero llamó a la puerta de la habitación y llevó los platos más nuevos.

“Gracias por esperar. ¿Te gustaría seleccionar tu próxima bebida también?”, Preguntó el empleado, notando que quedaba poco alcohol en la jarra.

“Veamos. Cecilia, ¿te gustaría elegir la siguiente? No estoy muy familiarizado con los diferentes fabricantes “, dijo Rio. Al haber sido criada como noble, Celia debería haber estado más familiarizada con las marcas y los fabricantes que Rio.

“No estoy muy bien informada…”, dijo Celia mientras miraba el menú. “Entonces, ¿qué tal este vino de la casa, en la misma jarra que esta, por favor?” El vino en el letrero de la tienda parecía haber atraído su atención, mientras lo señalaba para su orden.

“Entendido”. El empleado de la tienda respondió respetuosamente, saliendo sin hacer ruido.

“¿Dónde se hizo el vino?”, Preguntó Rio.

“Aquí en el territorio del Duque Cretia. Es un producto elaborado en los viñedos del gremio Ricca. Ya que es un artículo hecho localmente y todo, ¿qué tal si nos sentamos y disfrutamos? “, Dijo Celia, riendo alegremente.

“Sí, creo que es una buena opción”. Rio asintió con una leve sonrisa. Normalmente no podía evitar beber alcohol hecho por la gente del espíritu, pero tomar una bebida hecha por Strahl por una vez sonaba bien. Más aún durante un momento como este cuando vivían un estilo de vida irregular y lujoso.

“Los nuevos platos también son deliciosos”. Aishia maniobró su cuchillo y tenedor elegantemente para elegir los platos recién servidos mientras se chasqueaba los labios. Un ambiente gentil se había instalado en la tranquila y refinada habitación privada.

“… Suena un poco ruidoso”, dijo Rio con una mirada a la puerta. Gritos se oían por el corredor; Parecía que alguien estaba discutiendo. Como el restaurante estaba tan tranquilo, las voces ligeramente elevadas se podían escuchar bastante bien.

“… ¿Es una pelea?” Murmuró Celia preocupada. A medida que pasaba el tiempo, la discusión parecía acercarse a su habitación. Entonces, justo al otro lado de la puerta, se escuchó la voz agravada de un joven.

“Te lo digo, insisto en usar la habitación privada que tuve la última vez. Si es dinero, puedo pagar tres veces la tarifa habitual”.

“Esto no es una cuestión de dinero. La sala está actualmente en uso por otros clientes. No les pediremos que se vayan”, objetó firmemente un hombre que probablemente era un empleado de la posada.

A juzgar por la situación, Rio adivinó lo que estaba sucediendo y habló con cansancio. “… Parece que esta sala puede estar en demanda”.

“¿Qué… deberíamos hacer?”, Preguntó Celia, mirando a Río.

“Esperemos un poco más y veamos qué sucede. Podrían estar tratando de usar una habitación diferente, por lo que sería un poco tonto salir a propósito si nos equivocamos”. Las palabras de Rio fueron simples mientras sonreía gentilmente.

“Estamos de visita como invitados muy importantes. La clase alta de esta ciudad escuchará esto”, dijo una voz masculina diferente al hombre agravado, hablando con cuidado. Su voz también sonaba bastante joven, su tono dominante. En realidad, al colgar su influencia, estaba claro que estaban amenazando. Quizás estaban acostumbrados a cosas como esta.

“… Si te refieres a Lady Liselotte, por favor, siéntete libre de apelar a ella directamente. Simplemente estamos siguiendo nuestras instrucciones”. El empleado de la posada no retrocedió.

“… Qué necio terco. Suficiente: no sirve de nada hablar contigo. Será mejor que cuides tu espalda más tarde “, dijo el segundo hombre como advertencia final.

“Como quieras”, respondió el empleado sin rodeos.

El hombre agravado debe haberse quedado sin paciencia, ya que habló con irritación. “Eso es suficiente, Stewart. Resolveremos esto con los otros clientes nosotros mismos”.

“Puede que no”, protestó el empleado, pero la voz del hombre enojado se elevó en voz alta.

“Muévete. Estás en el camino.”

“¡S-Señor! ¡No puedes hacer esto! ” Gritó el empleado; tal vez lo habían apartado del camino. La disputa estaba ocurriendo justo afuera de la habitación donde estaban Rio y los demás. Era casi seguro que su habitación era la que estaba en cuestión.

“… Me ocuparé de esto. Ustedes dos deberían ignorarlos.” Rio suspiró con molestia desde el fondo de su corazón mientras se dirigía a Celia y Aishia. Inmediatamente después de eso, la puerta de su habitación se abrió sin siquiera un golpe.