Great Demon King

Libro 3: La Orden del Manto Oscuro

Capítulo 111: La Voz de la Tentación

Frente a ellos se extendía un pantano aparentemente interminable, lleno de ciénagas fétidas de las que emanaban volutas de brumas y vahos pestilentes. Era casi imposible ver algo más allá de unos cuantos metros por culpa de estos vapores, pero de vez en cuando sus ojos alcanzaban a distinguir unos extraños destellos de color azul que parecían llamarlos.

Todo el umbrío entorno era extremadamente silencioso, como si estuviese aislado del mundo circundante. Aquel pantano inmenso era en realidad una red interminable de charcas, lodazales blandos y riachos sinuosos o menguantes. En este paisaje triste y monótono, solamente crecían plantas extrañas, feas o llenas de espinas agudas que se balanceaban sin rumbo. La única excepción eran las ocasionales flores carnívoras. El conjunto realmente era bastante espeluznante.

– ¡No hay ni un solo pájaro! – Murmuró Nía, pero su voz resonó con fuerza en medio del silencio sobrenatural que imperaba alrededor del grupo.

– No, nada de pájaros. Aquí hay serpientes, gusanos y muchas otras cosas inmundas de las ciénagas. Pero nada bueno para ninguno de nosotros. – Respondió Trunks. – Conforme uno se adentra, los pantanos se vuelven más aguanosos e incluso hay lugares donde se abren en vastas lagunas y cada vez es más difícil encontrar donde poner el pie sin hundirse en el lodo burbujeante, lo cual aquí… significa la muerte. –

Al oír sus palabras, todos comenzaron a prestar más atención y entonces notaron las hojas de los árboles que crecían a cierta distancia. De vez en cuando alguna de ellas caía sobre las aguas, pero en lugar de flotar se hundía directamente para desaparecer sin dejar rastro, como si en el fondo lodoso habitase un demonio al acecho de cualquier cosa que se acercase lo suficiente.

Entonces otro grupo de destellos azules interrumpió sus pensamientos. Durante un instante, Han Shuo logró ver uno por el rabillo del ojo izquierdo hasta que desapareció, pero con su excelente visión alcanzó a distinguir algo parecido al fuego. Decidió enfocar su vista y pudo ver más de estas luces azules: algunas eran como un humo de brillo apagado, otras como llamas brumosas que oscilaban lentamente sobre cirios invisibles; aquí y allá se retorcían como espectros fantasmales, pero ninguno de los aventureros parecía tener el valor de hablar al respecto.

Finalmente Han Shuo se atrevió a preguntar: – ¿Qué son esas luces parecidas a llamas que resplandecen más adelante? –

– Son Fuegos Fatuos. Los cirios de los cadáveres. – Respondió Trunks. – A veces aparecen cuando alguien se muere de una forma especialmente violenta. Si uno los sigue, quizá pueda tener la suerte de encontrar el tesoro de un difunto, siempre y cuando logre sobrevivir a la poderosa maldición que los muertos dejan atrás. Pero aquí no hay un “quizá”. En este pantano se han ahogado innumerables bestias y personas, así que únicamente encontrarán la fatalidad si van en busca de los Fuegos. ¡No sigan las luces! ¡Ni siquiera las miren! O de otro modo les garantizo que muy pronto se unirán al resto de desdichados y encenderán sus propias llamas. –

Los hombres tragaron saliva y las mujeres fruncieron el ceño con una expresión de espanto, pues las palabras de Trunks los afectaron bastante. Habían llegado dispuestos para enfrentarse cualquier peligro, pero ahora su corazón se llenaba de congoja al imaginar que tendrían que seguir adentrándose en este pantano maldito.

– También hay plantas extremadamente peligrosas y el hedor de las regiones más profundas contiene una toxina de acción lenta que drena la energía hasta dejarte inconsciente. El pantano se tragará a cualquiera que se aventure en sus profundidades sin las debidas precauciones. – Continuó explicándoles Trunks.

– ¿Y la Gorgona vive en un lugar tan abyecto? – Preguntó Han Shuo.

– Ella es lo único que vive en este pantano olvidado por los dioses, es el ambiente natural de los monstruos engendrados para ser tormento de los vivos. Nadie sabe cómo nace una Gorgona, pero siempre aparecen en lugares así, donde impera la desgracia. Los peligros del pantano no le afectan en lo más mínimo, más bien la fortalecen. Puede sobrevivir a estas aguas malignas y los vapores venenosos ocultan su presencia por completo. Su ataque llega rápido, certero e invisible. –

– ¿Puede nadar en las aguas del pantano? –

– Si, y muy rápido. Pero no me preguntes cómo, porque lo ignoro. El lodo también aumenta su velocidad. Pude aparecer de repente y desaparecer en segundos para volver a intentar otro ataque en el momento que quiera. No necesita dormir, ve en la oscuridad de la noche como si fuera de día, conoce muy bien todos los túneles secretos que hay entre las ciénagas, de modo que es imposible acorralarla o impedir que vaya a donde quiera. –

– O sea que el terreno le da una ventaja absoluta. ¿Qué hay de la propia Gorgona? –

– Su cuerpo superior se parece al de una mujer, el inferior al de una sierpe. Además, su propio cabello es un enjambre de serpientes venenosas. Tiene una fuerza física bastante considerable, muy superior a la de los humanos. Posee garras y dientes más duros que el acero, que por supuesto también tienen ponzoña. Las malditas son inmortales, en el sentido de que no mueren de vejez. Con el pasar de los años, se vuelven más inteligentes, fuertes y poderosas, igual que los dragones. Quizá ya sepas que si la miras a los ojos… –

– … Te conviertes en piedra. – Completó Han Shuo.

Trunks sonrió divertido y continuó: – Exactamente. Cuando se desarrollan por completo, trascurridos unos mil años, una simple mirada suya puede petrificar por toda la eternidad a cualquier desafortunado que le devuelva la mirada. También pueden utilizar armas mágicas terriblemente poderosas e invocar maldiciones que hacen efecto incluso a miles de kilómetros de distancia. Por fortuna para nosotros, se de buena fuente que esta Gorgona en particular todavía es muy joven y no ha comenzado a desarrollarse, de modo que aún no tiene todos los poderes propios de su especie; es por eso que muy raras veces ha salido del pantano. Podrías decir que casi es una cría. En este momento la maldición de sus ojos es apenas incipiente, así que verla sólo te paralizaría durante algunas horas; aunque comprenderás que, dentro de este pantano, eso es más que suficiente para asegurar la muerte de cualquiera. –

Han Shuo cerró los ojos mientras meditaba en las palabras de Trunks. Luego de unos momentos alzó la mirada y dijo: – Enfrentarla en ese lugar es un suicidio. Quizá yo pueda detectarla antes de que ataque sin necesidad de usar mis ojos, pero eso sería inútil si esa criatura es tan rápida como dices. Ya sea el lodo, el riesgo de caer a las aguas, el calor o los vapores venenosos; todo eso nos ralentizará. La Gorgona puede ocultarse bajo el pantano durante el tiempo que quiera, también tiene todas las ventajas. Si alguno de nosotros fuera Archimago y pudiera levitar por encima de ella quizá tendría una oportunidad, pero… –

– Ni siquiera entonces. – Intervino Trunks. – Técnicamente mi Mantícora tiene una fuerza similar, puede volar y es inmune a la mayoría de los venenos. Pero si la enviara a pelear ahí, estaría muerta en menos de unos minutos por la combinación de factores en contra. La fuerza de la Gorgona es demasiado grande dentro de ese pantano. –

– Entonces lo único que podemos hacer es obligarla a salir de ahí. – Concluyó Han Shuo con el ceño fruncido: – Pero… –

– Exacto. Las Gorgonas son listas. Esta entiende que todavía es débil, por eso no saldrá de un terreno que le ofrece tantas ventajas a no ser que no tenga otra opción. Nos enfrentamos a una criatura peligrosa que no se dejará engañar fácilmente. ¡No hay que subestimarla! Aunque si conseguimos que salga, sé algunos trucos que podrían ayudarnos a vencerla. –

– ¿Hay alguna cosa que pueda tentarla a salir? –

– No que yo sepa. Pero es curiosos que lo menciones. ¿Sabes cómo se alimentan? –

– ¿Cómo? –

– Cantando. –

– ¡Qué dices! –

– ¡Ja! La voz de la Gorgona puede hipnotizar a quienes la escuchan y embota sus sentidos. Hombres, elfos, orcos, bestias o demonios, ¡No importa de qué se trate! Todo el que la escucha directamente siente el impulso de ir hacia el pantano, hacia ella. En sus mentes creen presenciar una escena de ensueño, pero al final solo encuentran la muerte. La Gorgona los ataca rápidamente con sus garras ponzoñosas y luego se toma su tiempo para devorarlos, nunca tiene que preocuparse de que le falte comida. –

Después de permanecer en silencio durante unos momentos, Han Shuo suspiró resignado y reveló una sonrisa cansada: – En ese caso solo nos queda el método obvio. Tenemos que hacer guardia en los márgenes del pantano y matar de alguna forma a todas las presas que sean atraídas por su voz. Tarde o temprano el hambre la obligará a salir en busca de comida, entonces la mataremos. No se me ocurre algo mejor que eso. –

– Has dado en clavo. Es cierto que el método es muy obvio, pero no hay de otra. Este pantano es enorme, pero no hay muchas rutas para ingresar sin terminar ahogado, sobre todo bajo los efectos de la hipnosis. Para obtener a sus presas, la Gorgona tiene que atraerlos desde algún sitio en donde exista una ruta relativamente directa hasta su guarida y yo puedo encontrar esa ruta. Entonces matamos todo lo que se acerque hasta que finalmente salga. Si lo hacemos bien, creo que tenemos buenas posibilidades. Mi Mantícora es inmune a su veneno, su piel posee una magia le permitirá resistir esa mirada paralizante, al menos por un tiempo. Los magos y la arquera pueden atacar a distancia. Tu puedes verla sin mirarla y yo tengo formas de combatir con ella. –

– Entonces que así sea. Hagamos nuestros preparativos. –

***

– Odio este maldito lugar. – Murmuró Gordon irritado, batiendo los brazos y golpeando los pies contra el suelo.

– ¡Guarda silencio! – Le espetó Eneas.

Llevaban tres días explorando los márgenes del Pantano en busca de la ruta hacia la Gorgona y ahora había llegado el cuarto amanecer. Al alba, los Aventureros habían desayunado lo que pudieron; luego se prepararon para examinar el suelo otra vez, en busca de los rastros que dejaban las desafortunadas criaturas que eran alimento de la Gorgona.

Trunks era quien llevaba la voz cantante en estas cuestiones, de modo que nadie se atrevía a ponerle prisas. El arte del rastreo era, después de todo, un arte. Se requería mucha pericia y habilidad para interpretar los símbolos dejados días atrás en el suelo, pero eso no evitaba que el malhumor se extendiera en el grupo ante la proximidad del terrible pantano.

– Sigo pensando que perdemos el tiempo aquí. Deberíamos acercarnos un poco más cerca del margen, donde el paso de animales se revelará claramente. – Insistió Gordon.

– ¿Te acuerdas a qué nos enfrentamos? – Le increpó Afrodita. – Es una condenada Gorgona. ¡Una Gorgona! Cuanto más cerca estés del pantano, más probable será que escuches su canto. ¡Entonces no me pidas que te salve cuando te atrape con su hechizo! –

– Pero aquí, tan lejos del margen, la hierba es bastante espesa y elástica. Dudo que incluso una bota de hierro dejase marcas. ¿Podrá encontrar el rastro que buscamos? –

– Todos estamos cansados, puedo entenderlo. Pero tienen que tener paciencia y dejar que las cosas ocurran a su debido tiempo. – Dijo Han Shuo. – Además, Gordon. Te aseguro que a Trunks le basta una brizna doblada para encontrar a su presa, es solo que este pantano es bastante extenso. Por eso hay que mantener los ojos abiertos, ya que incluso si no somos tan hábiles podríamos terminar ayudando. ¡Así que ánimo! La luz crece rápidamente. Miremos primero y dejemos las conjeturas para después. –

Durante algún tiempo los aventureros continuaron arrastrándose mientras tanteaban el suelo. A medio día llegaron a un claro donde se alzaba melancólico un árbol, cuyas hojas secas colgaban flojas y crujían con el viento ocasional del oeste. Trunks avanzaba con lentitud. Se acercó a las raíces del árbol, luego se alejó hasta una pequeña loma lodosa muy cerca del límite del pantano, para retroceder de nuevo hasta las raíces. De pronto se detuvo y se inclinó casi tocando la hierba con el rostro. Poco después hizo una señal para que el grupo se acercara.

– ¡Aquí al fin hay algo nuevo! – Dijo volviéndose hacia Han Shuo, ignorando al resto como de costumbre.

– ¿Qué es? –

– Huellas de un orco. Sus pisadas son inconfundibles. Esos locos siempre avanzan destrozándolo todo, como si quisieran arruinar hasta el suelo que pisan, incluso si están bajo un hechizo. –

Por más que Trunks se lo señalara, Han Shuo no podía distinguir nada que se pareciese a un rastro, pero no iba a dudar del experto; de modo que alzó la mirada en dirección al pantano, pensando en usar a uno de sus demonios para encontrar evidencias del orco muerto.

– Pierdes el tiempo. – Le dijo Trunks, adivinado lo que pensaba. – Es muy poco probable que encontremos algún cadáver. –

– ¿Ninguno? –

– Créeme, cada año he visto los escenarios de docenas de ataques de criaturas mágicas. En todos los casos hay una cantidad sorprendentemente reducida de evidencias. Los que no entienden de estas cosas siempre se imaginan horribles pruebas del ataque de un monstruo: miembros desgarrados, rastros de sangre que conduzcan hacia la espesura, jirones de ropa ensangrentada no muy lejos del campamento. ¡Ja! ¡como si fuera a ser tan simple! Lo más común es que no quede nada, sobre todo si la víctima no es muy grande, como los niños y mujeres. El difunto sencillamente parece desaparecer, igual que si se lo hubiera tragado la tierra. Para empezar la mayoría de los depredadores pueden matar únicamente sacudiendo a su presa hasta romperles el cuello. De modo que encontrar sangre es en realidad algo raro. Y la mayor parte de las veces tampoco quedan otros restos de las víctimas. A veces el botón de una camisa o un trocito de cuero que se desprende de las botas. Pero normalmente no queda nada. –

– ¿Hay muchos casos de niños muertos? – Preguntó Han Shuo intrigado.

– ¡O, ya lo creo que sí! Y sobre todo en los márgenes del Bosque Oscuro. Los depredadores siempre están llevándose a los niños de los pueblos rurales. Prefieren a los niños. Y muy pocas veces dejan algo atrás. Tanto es así, que el eufemismo para comprar pociones abortivas en esos lugares es “ir a dar una vuelta por el Bosque”. O al menos eso es lo que me han dicho las rameras. –

Después de explicar eso, Trunks volvió agacharse casi al ras del suelo con una expresión de concentración intensa. Después de un rato volvió a levantarse para decir.

– Confirmado, este es el lugar. Hay distintos tipos de huellas de mayor o menor antigüedad que se adentran en el pantano, pero sin evidencia de que regresen. Lo cual prueba que no son simples ahogados. Todos lo que vinieron hacia aquí estaban bajo el hechizo de la Gorgona y ninguno pudo escapar con vida. –

***

Comenzaron a poner manos a la obra. El plan consistía en colocar distintas trampas en la ruta hacia la Gorgona para evitar que ninguna bestia pudiera llegar hasta ella. Pero era mucho más fácil decirlo que hacerlo, pues se trataba de un área bastante extensa.

Por suerte tanto Han Shuo como Trunks tenían experiencia en estos asuntos. La ayuda adicional de Eneas y Gordon también resultó bastante valiosa. Ambos Guerreros habían servido dos años en el Ejército Imperial, lo que significaba que, cuando no estaban peleando o entrenando, estaban construyendo máquinas de asedio, empalizadas, caminos e incluso fortalezas.

Bardo y Afrodita se ocuparon de vigilar el perímetro para alejar a cualquier monstruo que se acercase al grupo, también se turnaban para atender al herido Odiseo. Nía asumió la tarea de salir a cazar la mayor cantidad de alimentos que pudiera, pues de otro modo sus raciones terminarían por acabarse y aún necesitaban un tanto para el viaje de regreso.

Trunks eligió el mejor lugar para combatir con la Gorgona. Se trataba de un claro al que luego trasladaron algunas rocas bastante grandes para utilizarlas como coberturas. También colocaron ramas entrelazadas en la copa del más alto entre los árboles cercanos, para que Nía las utilizase como plataforma de tiro improvisada.

Después de cuatro días se las habían arreglado para cubrir gran parte del terreno con trampas improvisadas, principalmente agujeros llenos de estacas sobre las que rociaron un veneno de acción rápida. Como las víctimas estarían hechizadas, casi no había necesidad de camuflar las trampas, lo que les ahorró varías horas de trabajo.

A pesar de todo, terminó siendo una ardua labor, más aún porque no podían coordinarse mientras trabajaban. Como existía el riesgo de escuchar el canto de la Gorgona mientras realizaban las obras, Trunks les entregó un buen puñado de cera de abeja, la cual había mezclado con diferentes polvos y plantas mágicas protectoras, para que se taparan los oídos. Con esta precaución estaban a salvo del hechizo, pero el demérito era que no podían escucharse entre ellos mismos a cierta distancia.

Una vez que las trampas estuvieron colocadas y el campo de batalla acondicionado, quedaba el problema de posicionarse. Porque incluso con la ayuda de las trampas, seguían teniendo que cubrir mucho terreno en una estrategia que primero requería interceptar a los animales que vinieran, pero también reorganizarse después para atrapar a la Gorgona cuando esta se decidiese a salir.

Esto representaba un gran reto, incluso con las ocho personas y una Mantícora. Requirió un día entero de planificación decidir las posiciones de todos, luego tuvieron que realizar algunos ensayos para estar seguros de saber lo que tenían que hacer y cuando hacerlo. Por último, Han Shuo hizo levitar a sus Demonios Originales bien en lo alto, para vigilar cada metro del terreno en el que preparaban su emboscada, ya fuese de día o de noche.

Entonces comenzó la parte más difícil de una cacería… la espera.

***

Pasaron otros tres días, pero no avistaron nada ni percibieron la menor señal de la Gorgona. Trunks les había explicado que esas criaturas solían cazar a intervalos de veinte a treinta días aproximados, pues una sola presa podía alimentarlas durante mucho tiempo. El rastro de su última víctima tendría por lo menos una semana, y si a eso le sumaban el tiempo que habían estado rastreando o trabajando, tendrían que esperar aproximadamente tres o cuatro jornadas antes de que la bestia volviese a tener hambre.

Otro día vino y se fue sin que ocurriese nada, pero ninguno se atrevió a bajar la guardia. Todos sentían la tensión como si la llevaran a cuestas, sobre todo por el silencio mortal del pantano.

No fue hasta que pasaron cinco días más, que uno de los Demonios Originales sintió una presencia poderosa que se movía en una de las ciénagas. Han Shuo dio una orden mental a su criatura para que se acercase con mucha precaución y vio que una sección del suelo fangoso comenzaba a elevarse para revelar un túnel oscuro, el cual parecía descender hacia las profundidades del averno.

Del interior emergió una criatura tan horripilante que tuvo que ser concebida por las pesadillas de los dioses. El cuerpo inferior era de serpiente, el superior de una voluptuosa mujer desnuda; pero sus uñas eran garras y sus labios ocultaban una doble hilera de dientes afilados como navajas, junto con una lengua viperina. Todo su cuerpo estaba cubierto de escamas que reflejaban la escasa luz y que parecían duras como el diamante. Su cabello era una maraña de serpientes vivas que se movían por su propia voluntad. Pero lo peor de todo eran los ojos, porque incluso a través del Demonio Original podía sentir el terrible poder que contenían. Era increíble que realmente fuera una Gorgona joven, pues se veía mucho más grande de lo que inicialmente había estimado. Han Shuo no quería ni imaginar cómo sería estar en frente de una totalmente desarrollada, pero tenía que ser igual que enfrentarse a las mismísimas deidades infernales.

La Gorgona salió de su madriguera revelando un enorme cuerpo de sierpe, para después avanzar reptando hacia los márgenes del pantano. Pero se detuvo a mitad de camino y abrió su terrible boca.

En lugar del horrible chillido que uno pudiera esperar de semejante monstruo, el sonido que emitió era elegante, bello y hasta sublime. Todos en el grupo se habían tapado los oídos con la cera especial; sin embargo, todavía podían escuchar algo de este sonido, que afectaba sus sentidos y obnubilaba su razón, provocándoles una enorme ansiedad, junto con la extraña necesidad de ir hacia su origen.

Han Shuo cerró los ojos un momento por el efecto, pero todavía vigilaba a la Gorgona con su Demonio Original. Entonces la imagen de Fanny se superpuso a la del monstruo. La hermosa profesora estaba desnuda, tímida, pero sus ojos lo invitaban a protegerla y reclamarla para sí. Era un sentimiento indescriptible y apasionante, que duró apenas unos segundos antes de que la imagen de ensueño despareciera, revelando nuevamente a la Gorgona. Han Shuo sacudió la cabeza rápidamente, mientras un sudor frío le bajaba por la espalda.

“¡Que increíble poder de Domino Mental! ¡Y pensar que si ni siquiera estoy escuchando la música directamente!” Pensó aterrorizado, de inmediato miró hacia donde estaban sus compañeros ocultos. Trunks ya se había recuperado, pero el resto mostraban expresiones de ensueño.

Entonces se escuchó un aullido desesperado y Han Shuo vio que Odiseo estaba luchando frenéticamente para levantarse de su camilla. Era el único del grupo que no se había tapado los oídos con cera, porque normalmente estaba inconsciente o no podía moverse. Pero el poder de la llamada era tan intenso que a pesar de su dolor estaba luchando para ponerse de pie e ir al pantano. Han Shuo abandonó su puesto y fue corriendo hasta Odiseo para inmovilizarlo, pero este luchaba tanto, que al final se vio forzado a amarrarlo fuertemente junto al tronco de un árbol con un par de gruesas cuerdas. Luego procedió a empujar los hombros de cada uno de los aventureros, que rápidamente despertaron de su ensueño y volvieron a empuñar sus armas.

Ahora que estaban prevenidos, todos se concentraron en recordar los concejos que Trunks les había dado para resistir el encantamiento y no volvieron a perder la cabeza. Permanecieron alertas en sus posiciones, esperando el momento de actuar.

Poco después hubo movimiento entre los árboles cuando varias criaturas comenzaron a emerger de la espesura en dirección hacia el pantano. Ya fuesen bestias o seres mágicos, todos avanzaban alegremente hacia sus muertes, sin importarles que fueran presas o depredadores.

Las alimañas más pequeñas simplemente iban a quedar atrapadas en el suelo fangoso o ahogarse en alguna de las ciénagas, tampoco eran lo bastante grandes como para satisfacer el hambre de la Gorgona; así que las dejaron pasar sin hacer nada. Luego llegaron criaturas más grandes, pero todavía no eran seres muy poderosos, no parecía necesario activar las trampas por el momento.

Han Shuo alzó una mano en lo alto, esa era la señal para que Gordon y Eneas entraran en acción. Ambos Guerreros comenzaron a matar rápidamente a estas criaturas con relativa facilidad. Además, sabían bien cómo ahorrar su energía al combatir, por eso no había riesgo de que el cansancio les ganase tempranamente.

Con el tiempo comenzaron a llegar criaturas más poderosas de Nivel VI y Nivel V, pero estas todavía eran manejables. El problema era que su número iba en aumento, así que Nía comenzó a disparar ocasionalmente para reducir la presión de los guerreros.

Pasó una hora y la situación parecía controlada, pero entonces una enorme araña con resplandecientes ojos rojos se abrió paso entre la maleza, seguida por un lagarto de seis metros de largo. Eran las primeras criaturas de Nivel IV que se presentaron, pero pronto llegarían más.

Viendo que los Guerreros ya empezaban a estar sobrecargados, Han Shuo y Trunks se dieron una rápida mirada antes de lanzarse a la batalla, cada uno por un lado diferente. Su llegada tuvo el mismo efecto que un derrumbe montañoso, pues comenzaron a desatar una auténtica carnicería.

Por su vasta experiencia cazando, Trunks era el más eficiente de los dos. Ya se había recuperado completamente de sus heridas y conocía bien la anatomía de la mayoría de las Criaturas Mágicas. Cuando blandía su espada parecía una fuerza imparable de la naturaleza, provocando verdaderas oleadas de sangre. Pronto todo el suelo a su alrededor estaba cubierto de cadáveres con intestinos desparramados o charcos sanguinolentos.

Han Shuo no se quedaba muy atrás. El Filo Asesino de Demonios bailaba en su mano izquierda a gran velocidad, cortando cuellos, patas y tendones. Su arma era básicamente una espada corta, perfecta para dar puñaladas veloces desde una distancia cercana; pero como no quería perder tiempo en cada Criatura Mágica, prefirió emplear cortes rápidos para inmovilizarlas y luego dejar que se desangrasen. Cuando se enfrentaba a una bestia particularmente grande, empleaba ambas manos; la derecha cerca de la guardia para dirigir el corte y la izquierda en el pomo para redoblar la fuerza. Entonces literalmente decapitaba a las criaturas e incluso llegaba a partirlas directamente por la mitad. Solamente utilizaba la terrible punta para atravesar a aquellas criaturas que contasen con un duro exoesqueleto o caparazón. Y cuando alguna parecía estar a punto de sobrepasarlo por encontrarse demasiado lejos, arrojaba el Filo Asesino de Demonios para que saliese volando mágicamente hasta incrustarse en el cuerpo de la desafortunada víctima. Su arma regresaba a sus manos en menos de unos segundos, a tiempo para continuar matando.

Con la intervención de estos fuertes combatientes, la presión disminuyó sobre el resto del grupo. Los cuerpos de las Criaturas Mágicas comenzaron a acumularse en frente del claro que habían elegido para emboscar a la Gorgona, pero aún no llegaban a las trampas. Los magos no estaban interviniendo porque solamente tendrían una oportunidad para atacar y era preferible que emplearan la mayor parte de su Fuerza Mental de una sola vez en un conjuro a gran escala.

Conforme continuaba matando, Han Shuo sentía que su Esencia Mágica circulaba más y más rápido por su cuerpo, fortaleciéndolo, volviéndolo rápido e infalible. Combatir lo hacía más fuerte, preciso y poderoso. En un momento de inspiración se llevó una mano a los oídos para sacarse la cera, quedando expuesto a la llamada de la Gorgona. Primero sintió que su mente era invadida por esa fuerza mágica abrumadora pero cautivante, capaz de abrirse paso hasta su mismísima alma y privarlo de su ser. En verdad estuvo a punto de caer presa de la hipnosis e incluso comenzó a caminar jadeando hacia el pantano con una expresión enloquecida. Pero consiguió detenerse durante unos segundos que le parecieron eternos. Trunks notó que Han Shuo se quedaba quieto repentinamente, luego abrió los ojos horrorizado cuando comprendió lo que estaba pasando, pero su expresión cambió a una de estupefacción por lo que sucedió después.

Han Shuo abrió los ojos y se mordió con fuerza el labio inferior. El dolor le devolvió algo de lucidez, apenas suficiente para llevar la Esencia Mágica a circular en su cerebro. Todas esas sesiones diarias de tortura física y mental a las que sometía para modificar su cuerpo lo habían dotado de una voluntad extraordinariamente fuerte, que ahora empleó completamente para liberarse. Al principio el dolor fue terrible, pero sintió que el poder de la Gorgona era expulsado poco a poco de su mente. Entonces supo que se estaba volviendo inmune al temible canto.

Con una sonrisa emocionada, Han Shuo volvió a entregarse a la matanza y desató una masacre en un gran número de Criaturas. Sabía que parte de su éxito se debía a que la Gorgona aún era muy joven, pero su hazaña no dejaba de ser extraordinaria, pues sólo una fuerza de voluntad irresistible podía haberlo librado de semejante poder, frente al cual tanto el Aura de Batalla como la Magia resultaban inútiles. Trunks lo había estado vigilando mientras combatía y quedó impresionado por la monstruosa determinación de Han Shuo, de modo que en cuanto tuvo oportunidad hizo un gesto con la cabeza para felicitarlo.

Entonces los Demonios Originales detectaron a un gran grupo de criaturas que se aproximaban. Se trataba de una desagradable manada de ratas enormes del tamaño aproximado de un Pony, cuyo poder individual no era muy significativo, pero sus números eran problemáticos. Y para empeorar las cosas, estaban siendo seguidas de cerca por un Centauro, nada menos que una criatura mágica de Nivel III.

Han Shuo se volvió hacia Bardo y Afrodita para hacerles una señal. Entonces el Mago cerró los ojos mientras susurraba. Todas las trampas que habían colocado tenían un mecanismo rudimentario que servía como seguro, el cual debía retirarse para activarlas. A veces era una cuerda amarrada, un pedazo de madera o una roca; pero sobre todos se había colocado un pequeño encantamiento de relámpagos que podía destruir esos seguros. Lo que Bardo hizo fue accionarlos todos al mismo tiempo con su magia.

Cuando las ratas llegaron se hizo evidente que eran demasiadas para detenerlas a todas, pero como estaban hechizadas cayeron directamente en los pozos llenos de estacas envenenadas que habían preparado. Por su parte Han Shuo ni se molestó en intentar matar a los enormes roedores, en cambio arrojó su arma contra el Centauro. Normalmente eso sería una táctica inútil por la velocidad y fuerza de la criatura, pero como estaba atrapado por la música de la Gorgona, no hizo nada para evitar que el Filo asesino de Demonios le rebanara el cuello parcialmente.

A pesar de todo eso, el Centauro no se murió de inmediato e incluso aceleró su galope. Han Shuo sonrió y extendió la mano para recibir su arma que ya había regresado. Después corrió directamente hacia el enorme ser mitad caballo y mitad hombre, esquivándolo hacia un lado en el último momento para cercenarle una de las rodillas. El Centauro se desplomó inevitablemente, entonces Han Shuo saltó sobre él y aferró firmemente sus largos cabellos con un brazo para levantarle la cabeza, mientras acuchillaba su garganta repetidas veces de una forma despiadada. Con una criatura de Nivel III no podía permitirse ser descuidado, más aún cuando recordaba todo lo que sufrió enfrentándose a la Pitón Venenosa de Aguas Profundas. Cuando vio que la herida del cuello ya era lo bastante grande, Han Shuo comenzó a ejercer presión con ambos brazos para arrancar completamente la cabeza del Centauro, pero un grito agudo lo hizo detenerse.

“Carajo. Esto sí que no me lo esperaba.”

Se trataba de una bandada de diez Águilas Escarcha, todas ellas atraídas por la música hipnótica. Cada uno de esos pájaros era bastante grande, lo suficiente como para que la Gorgona no necesitase comer durante otros veinte días. Bastaba que una sola aterrizase en el pantano para volver vanos todos sus esfuerzos, pero ninguna de sus trampas estaba planeada para detener animales voladores, lo cual resultó ser un terrible error.

Han Shuo alzó un brazo hacia Nía para llamar su atención, mientras que extraía dos ballestas ya cargadas de su Anillo Espacial. Disparó ambas al mismo tiempo, acertándole a las dos primeras Águilas Escarcha sin que estas parecieran sentirlo en lo más mínimo. Un único virote de ballesta no era suficiente para herir severamente a una Criatura de Nivel IV, pero Han Shuo tuvo la precaución de envenenar las puntas previamente, de modo que unos segundos después las águilas comenzaron a convulsionar y finalmente se precipitaron al suelo a gran velocidad. El impacto de la caída era suficiente para matarlas.

Por su parte, Nía extrajo algunas flechas especiales y mató a otras tres. Más aún quedaban cinco que se aproximaban rápidamente. Los magos no estaban en una buena posición para atacarlas, tampoco había tiempo para que Han Shuo recargase sus ballestas. Lo único que quizá podría salvar la situación era el poder de su Filo Asesino de Demonios.

En ese momento Trunks acabó de matar a una serpiente de color dorado que era particularmente problemática por su capacidad de volar a gran velocidad. Entonces notó que había un problema y alzó la vista hacia el cielo donde todos estaban mirando. Cuando vio a las cinco Águilas Escarcha, sonrió despectivamente mientras que se llevaba un par de dedos a la boca, para soltar un silbido agudo.

La Mantícora salió a toda velocidad del escondite donde se mantenía esperando y corrió junto a su amo. Trunks le señaló a la bandada de Águilas y susurró: – Mata. –

Con un rugido amenazador, la Mantícora extendió sus enormes alas de murciélago y remontó el vuelo a gran velocidad, hasta que estuvo a unos cinco metros por encima de las Águilas. Entonces sacudió violentamente su cola para disparar sus aguijones envenenados, matando inmediatamente a cuatro de ellas. La última fue más desafortunada, porque la Mantícora cayó sobre ella con las garras extendidas y las fauces bien abiertas. Continuó desgarrándola mientras caían al suelo e incluso después del impacto continuó devorando la mitad de su cuerpo. Cuando estuvo satisfecha, la Mantícora regresó trotando alegremente a su escondite.

La situación volvió a estar bajo control y los aventureros estaban por suspirar con alivio, pero algo llamó su atención: Han Shuo estaba corriendo desesperadamente, mientras gritaba algo que no podían oír con sus oídos sellados.

***

Mientras contenían a las criaturas, Han Shuo había estado controlando el campo de batalla y también los movimientos de la Gorgona con sus Demonios Originales. No podía hacerlo todo el tiempo, porque tenía que concentrarse para pelear, pero cada vez que se tomaba un respiro, se aseguraba de dar un vistazo general.

Cuando vio a la Mantícora remontar el vuelo, junto a la expresión confiada de Trunks, supo que las Águilas ya no serían un problema, así que prefirió prestar atención al entorno. Fue entonces cuando vio algo completamente inesperado.

Una pequeña niña elfa de cabellos rubios emergió de la espesura del bosque. Era bastante hermosa y adorable, incluso para una de los suyos; vestía ropas bastante lujosas, un claro indicador de que tenía cierto estatus, lo que le daba un aire de princesita encantada. De su rostro infantil emanaba una hermosa sensación de pureza e inocencia que podría conmover hasta el corazón más duro.

El problema era que esta bonita niña estaba caminando hacia el pantano de la Gorgona y justo en el instante en que los voluminosos cuerpos de las cuatro Águilas Escarcha se precipitaban hacia el suelo por encima de su adorable cabecita.

Han Shuo abrió con fuerza los ojos, completamente horrorizado. Luego hizo una bocina con las manos para gritarle: – ¡Detente, niña! – Pero rápidamente cayo en cuenta de lo estúpido que era tratar de despertar con gritos a una persona hechizada. Así que se lanzó a toda velocidad hacia la pequeña, esquivando los restos de las criaturas muertas.

Una sombra lo cubrió: era el primer cadáver de Águila Escarcha en llegar al suelo y estaba por aplastarlo. Rápidamente saltó hacia un costado para evitarlo, pero sabía que esto sólo significaba que los otros estaban por impactar pronto. Alzó la vista un instante, luego corrió desesperadamente mientras gritaba, porque vio que otro cadáver estaba a punto de aterrizar sobre la niña. Solo tenía unos tres segundos para salvarla… quizá incluso menos.

El tiempo pareció detenerse para Han Shuo. Mientras corría desesperadamente, forzó su cuerpo hasta el extremo de desgarrarse los músculos, pero en el último instante logró llegar hasta la niña y arrojarla a un lado para salvarle la vida. Ambos rodaron por el suelo, pero Han Shuo se aseguró de abrazarla firmemente para protegerla lo mejor posible; y poco después escuchó el sonido de un impacto detrás suyo.

Han Shuo suspiró aliviado y se levantó sin soltar a la niña, que estaba luchando por liberarse de su abrazo. La pequeña lo mordía, pateaba e incluso trataba de arañarlo con sus diminutas manos en su intento por seguir avanzando, pero esos golpes no le hacían ni cosquillas.

– ¡Hermano!… ¡Hermano!… – Gritaba la pequeña elfa con un tono frenético, mientras trataba de liberarse. Pero cuando sintió que no podía seguir avanzando, comenzó a llorar de forma desconsolada: – ¡Hermano, no te vayas! –

Han Shuo la miró sin decir nada, arrastrándola consigo lejos del pantano. Se estaba preguntando cómo habría llegado una pequeña niña hasta semejante lugar, pero un nuevo desarrollo interrumpió sus pensamientos.

La música hechizante se detuvo bruscamente y el silencio volvió a reinar a su alrededor. La Gorgona dejó escapar un rugido de frustración al ver que ninguna presa llegaba a sus dominios y finalmente perdió la paciencia.

A través del Demonio Original que la vigilaba, Han Shuo pudo sentir una ira que quemaba como las llamas. Otra vez no pudo evitar preguntarse cómo sería esta criatura si ya se hubiese desarrollado por completo. Pero no le quedaba tiempo para filosofar al respecto, porque vio que la Gorgona empezaba a serpentear entre las ciénagas para salir en busca de comida.

Acabcor: Una Gorgona completamente desarrollada es tan poderosa como un semidiós. Puede utilizar maldiciones a miles de kilómetros de distancia, emplea armas mágicas con gran habilidad y su mirada petrifica a quien tenga la mala fortuna de mirarla. Su inteligencia es extraordinaria, sólo superada por su agresividad y el odio hacia los vivos.