Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 4

Capítulo 1: Regreso a Casa

Parte 3

“¡Ehehe!”

Al día siguiente, Rio caminaba por el pueblo con Latifa y Vera colgando de cada uno de sus brazos.

Su destino era el santuario de los espíritus construido al pie del árbol gigante de la aldea: iban a saludar al espíritu del árbol gigante, Dryas, e informarle del regreso de Rio. Era una hora de caminata para llegar al árbol gigante desde el pueblo a pie, y aunque el árbol estaba a un tiro de piedra por el aire, decidieron aprovechar la oportunidad y hacer un picnic en el camino.

Con una expresión perturbada, Rio dejó que las dos chicas alegres se salieran con la suya. Luego, mientras los tres se dirigían alegremente a pie, Rio y las chicas pasaron por delante de Anya, la hombre gato.

“Oh Dios, si no es Rio. Veo que estás haciendo un gran espectáculo a tu regreso.”

Ella era varios años mayor que Rio, pero debido a que su especie tenía una larga esperanza de vida que envejeció muy lentamente en su adolescencia, apenas se veía diferente a la última vez que Rio la vio hace dos años.

“¡Ah, Anya! ¡Buenos días!” Dijeron juntas Latifa y Vera, saludando alegremente a Anya.

“Buenos días. ¿Van a salir los tres a divertirse?” preguntó Anya.

Vera tomó la iniciativa de responder primero. “No exactamente. Nos reuniremos con mi hermana y los demás después de esto.”

“Oho, con Lady Sara. Lo que significa que Lady Orphia y Lady Alma también estarán allí. ¿No son más flores de las que puedes contener, Rio?” Anya asintió en una muestra de gran interés antes de sonreír a Rio.

“…Cuánto tiempo sin verte, Anya. Estaba pensando en visitar a Lady Dryas, ahora que he regresado a la aldea”, dijo Rio con una sonrisa tensa, ignorando la mirada curiosa de Anya.

“Fufufu, parece que has crecido un poco. Como tú mayor, soy feliz. Sin mencionar que tú también te has vuelto muy guapo.” Anya asintió con satisfacción y sonrió.

“Muchas gracias. Veo que sigues tan hermosa como siempre, Anya”, le agradeció Rio con una sonrisa.

“¡¿Nya?!” Las orejas de Anya temblaban en shock.

“¿Nya?” Latifa y Vera inclinaron sus cabezas al unísono.

“Nya… ¿Q-Qué estás diciendo, de repente? Te tengo en la mira”, dijo Anya con voz aguda; tenía un leve rubor en sus mejillas.

“¿Qué pasa, Anya?”

“…No es nada, Vera. Me sorprendió un poco que Rio tratara de halagarme mientras estaba con la guardia baja, llamándome bella de todas las cosas. Cielos, supongo que eso significa que no fue tu poder defensivo el que creció mientras no estabas… Ya que lo estás haciendo de forma seminatural, es aún más perverso. ¡Por el amor de Dios!” Anya fingió serenidad mientras agitaba la cabeza hacia Vera. Murmuró débilmente la segunda mitad.

“…No.  Fue sólo un halago”, dijo Rio confundido.

“Está bien, sólo vete ya a la Gran Dryas. Este tonto. No hagas esperar a Lady Sara y a las demás. Tengo cosas que hacer, así que me voy.”

Con un suspiro de cansancio, Anya hizo un gesto con la mano y se marchó. Entonces, Vera abrió la boca con asombro.

“¿No parecía Anya un poco extraña?”

“Ahaha, tal vez. Pero tiene razón, no debemos hacer esperar a Sara y a las demás, así que pongámonos en marcha”, dijo Latifa con una sonrisa un poco tensa, antes de tirar del brazo de Rio. Luego, se encontraron con las otras chicas, y se dirigieron hacia el árbol gigante en el que vivía Dryas juntos.

***

En el momento en que Rio y las chicas entraron en la propiedad del santuario de los espíritus, vieron a Dryas, que se había manifestado ante ellos.

“Oh, Dios. Me preguntaba quién era, pero parece que toda la pandilla está aquí… Bienvenidos, bienvenidos. Veo que Rio también está aquí. ¿Ya ha vuelto?” Dryas saludó al respetuoso y silencioso grupo en un tono amistoso.

“Sí, pensé en pasar a saludar. Todos hicieron comida, así que comamos juntos”, explicó Rio en nombre de las demás.

“Vaya, gracias por tomarse la molestia. No hay mucho aquí, pero les doy la bienvenida. Síganme.” Dryas los recibió con alegría y los dirigió hacia el interior; Rio y las chicas la siguieron.

Dryas miró a Rio. “A juzgar por tu estado actual, tu espíritu aún parece estar dormido, pero la presencia es más fuerte que la última vez que nos vimos. El día que despierte puede estar a punto de llegar… ¿Algo cambió mientras usted estaba en su viaje?” Ella preguntó mientras caminaban.

“No, nada en particular me viene a la mente…”

“Ya veo. Bueno, ven a visitarme de nuevo cuando despierte. Me gustaría escuchar su historia, y puede haber muchas cosas que yo podría contarle, también.”

“Lo haré. Muchas gracias.”

Mientras intercambiaban palabras, llegaron al santuario de los espíritus.

Se trataba de un santuario construido en piedra, con una escalera que conducía directamente al frente, donde había un salón reservado para las ceremonias que podía contemplar todo el recinto del santuario. En la parte trasera, frente a la entrada del vestíbulo, había un altar.

Esta vez, Rio y los demás no entraron en el vestíbulo, sino que lo rodearon y atravesaron una puerta que conducía más adentro del edificio. La puerta estaba situada justo debajo del salón.

“No tenía ni idea de que hubiera un lugar así aquí abajo”, dijo Rio con los ojos abiertos.

Ante él había un espacio vital lleno de varios muebles. Tenía una superficie de unos 200 metros cuadrados, con varias habitaciones hacia atrás.

“La gente del pueblo hizo el interior. No se usa mucho, normalmente, pero es útil cuando los invitados vienen así, o cuando los aldeanos se quedan a dormir en preparación para el Gran Festival Espiritual.”

“Ya veo.” Rio asintió en entendimiento.

Era básicamente una habitación de huéspedes. Para que conste, la vivienda oficial de Dryas era una caverna dentro del árbol gigante, aunque nunca había invitado a nadie allí antes.

“Pero, aparte de eso, ¡comamos! Algo huele genial, ¿qué trajiste? Lo estoy deseando, fufufu”, dijo Dryas radiantemente mirando los pequeños paquetes que llevaban.

“Jeje, hoy tenemos las recetas y bocadillos que Rio aprendió a hacer en la región de Yagumo. Yo también hice algunas cosas, así que por favor prueba un poco de todo”, dijo Orphia con una sonrisa.

Después de eso, el grupo desenvolvió todos los paquetes de alimentos que habían llevado consigo y preparado para su comida. Se sentaron en la mesa redonda en el orden de Rio, Latifa, Vera, Dryas, Sara, Orphia, y luego Alma. Una vez que todos habían tomado asiento y colocado los platos sobre la mesa, finalmente comenzaron a comer.

“Vaya, el sabor de estas verduras es muy rico. Está delicioso. Y estos alimentos cocidos, también… El arroz vegetal va con él perfectamente.”

Dryas era todo sonrisas mientras llenaba elegantemente sus mejillas con comida.

Los espíritus no podían morir de hambre, pero eran capaces de rellenar su poder mágico comiendo, hasta cierto punto. Aunque no era necesario que la comida se preparara de manera extravagante, a Dryas le gustaba la cocina casera, y era bastante particular en cuanto al sabor.

“El pollo con verduras al vapor es delicioso. Está lleno de sabor.” Vera se rellenó las mejillas con arroz mientras recogía el pollo al vapor.

“Me gusta el taro*.” (NT:* Haba de Egipto)

El favorito de Latifa parecía ser el taro con las verduras al vapor. Su pequeña boca se convirtió en una sonrisa mientras masticaba el taro felizmente, disfrutando plenamente del sabor.

“Hey, ustedes dos. No puedes comer las cosas que te gustan y nada más”, regañó Sara con expresión cansada.

“¡Okaaay!” Latifa y Vera dieron juntos su larga respuesta. Y entonces, así como así, el tiempo pasó pacíficamente.
Una vez que terminaron de comer, Orphia fue a la cocina y regresó llevando té. Después de tomar la tetera del acogedor té, empezó a verter té en las tazas. El aroma del té hizo sonreír a Rio y a los demás.

“Ejeje, postre, postre.”

“¡Es la hora del postre!”

Latifa y Vera estaban felizmente tarareando mientras olfateaban la variedad de pasteles de té que se colocaban en la mesa.

“Adelante, antes de que se enfríe”, dijo Orphia después de terminar de servir té para todos.

“Haré exactamente eso, entonces. Mm, ¡está delicioso!”

Dryas olió la fragancia del té con una expresión complacida antes de llevar la taza a su boca. Sonrió ampliamente de felicidad cuando el sabor del té se extendió por su boca.

“Su etiqueta del té es tan maravillosa como siempre”, dijo Rio, elogiando a Orphia.

“Ehehe, muchas gracias. Me gustaría tomar el té de Rio pronto. Hagamos muchas fiestas de té de nuevo”, pidió Orphia, sonriendo tímidamente.

Rio asintió agradablemente. “Claro, me encantaría.”

Con una sonrisa avergonzada, Orphia miró a la cara de Rio y preguntó una vez más para asegurarse. “¡Sí! Es una promesa, ¿de acuerdo?”

Rio asintió y estuvo de acuerdo, su sonrisa se hizo más grande. Fue entonces cuando Alma, que los había estado observando desde donde estaba sentada al lado de Rio, comenzó a tirar de su manga.

“Rio, ¿qué tipo de bocadillo es este pan? La masa es un poco diferente a lo que estoy acostumbrada…” preguntó mientras miraba su cara.

“Ese bocadillo se llama manju. Normalmente se rellena con una pasta dulce hecha de frijoles rojos, pero esta vez traté de hacerlos con crema batida también.”

“¿Frijoles rojos… y crema batida? Se ve delicioso. ¿Puedo probar uno?”

“Por supuesto.” Alma vacilantemente buscó un manju después de que Rio aceptara.

“Entonces yo también probaré uno.”

“Yo también.”

“¡Y yo!”

De repente, todas las chicas cogieron el manju de repente, y en un abrir y cerrar de ojos, todos tenían un manju en sus manos.

“¡Es tan delicioso! La textura es elástica y el frijol rojo va bien con la crema batida.”

Como todos mordieron el manju, Vera habló primero con su opinión. Los demás también abrieron los ojos ante la dulzura que se extendía por toda la boca.

“Me alegro de que hayas encontrado el sabor de tu agrado.” Los labios de Rio aparecieron con una sonrisa feliz.

Después de eso, charlaron ruidosamente entre ellas mientras disfrutaban de su té y bocadillos. El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, y en poco tiempo, era hora de terminar.

“Vuelve pronto. Daré la bienvenida a reuniones como la de hoy en cualquier momento”, dijo Dryas con una expresión agradable al ver a Rio y a los demás marcharse.

“Sí, traeremos muchos bocadillos de nuevo.” Rio se inclinó con una suave sonrisa.

“Cuento contigo para que traigas más manju. Ah, y por favor, enséñale a Orphia y a las demás cómo hacerlo también, para cuando te hayas ido en tu viaje.” Parecía que Dryas había caído completamente en los encantos del manju.

“Seguro”, dijo Rio alegremente, haciendo que Sara y las demás se rieran alegremente en anticipación.

“Muy bien. Cuídense, entonces. ¿Se aseguraron de no olvidar nada?” Preguntó Dryas.

“Sí”, Rio y los demás asintieron al unísono. O al menos eso pensaban.

“¡Ah, me olvidé de invitar a Arslan a venir también!” dijo Vera.

“Ahaha… Ahora que lo pienso, dijiste que lo traerías antes de venir a nuestra casa. Pensé que estaba ocupado ya que no apareció…” Dijo Latifa con una sonrisa tensa.

“¡Ack! Me emocioné tanto que lo olvidé. ¡Tengo que volver rápido y disculparme!” dijo Vera con una mirada de pesar.

Después de eso, todos visitaron la casa de Arslan y pasaron por un buen momento para alegrarlo de su mal humor.