Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 3

Bonus 1: La Estación de Las Flores Danzantes

En un día no muy lejano después de que Río visitara el pueblo por primera vez….

Era primavera, y las flores de cerezo estaban en plena floración. Cuando el suave viento soplaba, los pétalos de la flor del cerezo revoloteaban y bailaban en el aire. A medida que el sol se abría paso a través del cielo, el trabajo comenzó a ralentizarse. Río estaba caminando alrededor de la aldea, liderada por Ruri y Sayo.

“Vamos, Rio. Está por aquí”.

El brazo de Ruri estaba enredado con el de Rio mientras ella lo tiraba insistentemente.

“No me importa seguirte, pero ¿podrías decirme adónde vamos, Ruri?” Rio le dijo a Ruri que regresara.

Para ser honesto, Río no tenía idea de hacia dónde se dirigían. Acababa de terminar su trabajo y salió al jardín a entrenar cuando aparecieron los dos y se lo llevaron, así como así.

“Ahaha. Quería presentarte a unos amigos del trabajo. Todo el mundo ya está reunido, y todos tienen curiosidad por ti, Rio. ¿No es cierto, Sayo?”

“Sí. Todos nos hacían preguntas durante el trabajo hoy, también. Sobre ti. Todos dijeron que querían conocerte, así que…” Dijo Sayo con indecisión.

“Así es. Todo el mundo es tan persistente, diciendo que quieren ver Río. Como sería un gran lío si todos vinieran a la casa a la vez, decidimos llevarte a ti a ellos”.

“Ya veo, de eso se trata todo esto. En ese caso, por favor, llévame allí.”

Río estaba muy agradecido por sus acciones, ya que quería familiarizarse con el pueblo lo antes posible.

“Déjamelo a mí. Ahora, ¡vamos! ¡Conduciendo a un cliente a su asiento!” Ruri se rió alegremente y le tiró del brazo a Río.

Una sonrisa en los labios de Río mientras caminaba. Sin embargo, cuando giró para mirar detrás de él, vió a Sayo parada allí, tan quieta como una roca.

“¿Sayo?”

“…¿Qué pasa, Sayo?”

Sayo recuperó la cordura con un grito ahogado cuando los otros dos se dirigieron a ella. “N- No, no es nada. Estaba pensando en cómo se veían ustedes dos de cerca…”

Ruri ladeó la cabeza antes de llamar más cerca a Sayo para compartir su brillante idea. “¿En serio? Hmm…. Ah, entonces puedes venir aquí también, ¡Sayo!”

“De acuerdo”. A pesar de su confusión, Sayo se apresuró a venir.

“Vale, Sayo, estás en mi otro lado.” Dijo Ruri.

“¿Eh…?”

“Vas a ayudarme a guiar a Rio desde mi otro lado, ¿de acuerdo? Entonces los tres estaremos cerca.” Ruri acercó el brazo de Rio mientras hablaba con una sorprendida Sayo. Parecía estar diciéndole a Sayo que hiciera lo mismo que ella.

“Haha…” Río sonrió tímidamente. No parecía correcto resistirse, así que se rindió.

“Eh, ah, umm…” Sayo se sonrojó y miró entre su brazo y el de Rio.

“¡Vamos, todos están esperando! ¡Deprisa!” Dijo Ruri, incitó a Sayo a moverse.

Rio lo obligó a bajar la vergüenza y trató de ofrecer su brazo a Sayo. “…Erm, por favor, cuida de mí, Sayo.” Si mostraba algo de vergüenza aquí, el estado de ánimo se volvería insoportable.

“De acuerdo. Entonces… Discúlpame.”

Sayo asintió con dudas y silenciosamente deslizó su brazo alrededor de la de Río. Parecía un poco nerviosa mientras miraba fijamente sin pestañear. Los tres se pusieron en fila y Río sonrió con una sonrisa tímida pero pacífica.

“Muy bien, ahora salgamos de aquí de verdad. ¡Vamos!” Ruri asintió con satisfacción y los llevó por el camino entre los campos de arroz en la dirección en la que tenían que viajar.

De repente, una ráfaga de viento sopló a su alrededor, y el paisaje a su alrededor se tiñó de un color rosa pálido.