Assassins Pride (NL)

Volumen 2

Lección 07: El Negro Ríe y La Oscuridad Perdura

Parte 3

–¿¡Nos persigue!?

Mientras corría con todas sus fuerzas por el pasillo de cristal, Melida gritó. Mientras la seguía a la misma velocidad, Elise llevando su espada larga miró hacia atrás.

–No viene. Probablemente desistió.

–¡Onee-sama y las demás deben estar deteniéndola! Por ahora vamos a—

Justo después, una sombra humana salió volando desde la esquina y el corazón de Melida dió un brinco.

–¿¡Wah!?

–¿¡Wah!?

Ambas dejaron escapar un grito y frenaron justo antes de estrellarse de frente.

La otra parte, era una compañera de clases con coletas onduladas color castaño que ya se había acostumbrado a ver.

–¡Nerva! … ¿Eres real?

–¡¡Soy real, que grosera!! ¡Repentinamente fuí atacada por un tipo extraño en la sala de espera!

Viéndola bien, ni siquiera llevaba un vestido de combate y estaba usando su uniforme normal. Sujetando su mazo favorito como si dependiera de él, miraba con desagrado el cambiado paisaje del <Palacio Mundo de Cristal>.

–Cuando desperté, todo se había vuelto así y cuando intenté preguntar por información, las <Mascotas de Cristal> me atacaron, ¡Fué terrible! … ¿Qué demonios está ocurriendo? O, mejor dicho, ¿Y la prueba?

–Lo siento, ahora no tenemos el tiempo de estar explicando, o mejor dicho , eso ya está fuera de cuestión.

–¡¡Lita!!

Gritando, Elise repentinamente empujó a Melida y Nerva.

Justo después, la pared del pasillo explotó.

El agudo sonido de los cristales rompiéndose que parecía perforar sus oídos, resonó. Desde el agujero abierto en la pared y pateando los escombros que le estorbaban, la diabólica figura de negro se mostró frente a Melida y las demás con un aire inocente.

[Oh,]

[tus amigas]

[aumentaron.]

[Agrúpense]

[y les haré el favor]

[de aplastarlas a todas juntas.]

Cuando esas notas entraron en su campo visual, Melida levantó a la fuerza a su compañera de clase.

–¡¡Corre!!

Las tres estudiantes comenzaron a correr en la dirección opuesta a su atacante. Mientras agitaba frenéticamente sus brazos y piernas con un rostro que parecía a punto de llorar, Nerva gritaba.

–¡Quiero golpearme a mí misma por haberme nominado!

La figura de negro, Madia, no intentó perseguirlas afanosamente. Como si dijera que claramente no había necesidad de eso, solo en el momento en que la distancia con sus presas creció lo suficiente, finalmente pateó el piso.

[Les hare entender]

[nuestra absoluta]

[diferencia de <Estado>.]

Mientras que las notas que no deberían poder leer cayeron y ardieron, ella pisó ligeramente.

La silueta de la figura de negro se volvió como el viento y voló casi rosando el piso. Con ella cerrando la distancia desde atrás en un instante, Nerva, quien a duras penas se dió la vuelta, se preparó a sí misma.

–¡Ooh, ven! ¡¡Te hare el favor de hacerte compañía hasta el final!!

Empujando la espalda de las primas Angel, ella misma confrontó a la figura de negro. Sin embargo, justo después de que levantó su mazo—un viento negro paso corriendo a su lado a una aterradora velocidad.

[Que lenta.]

Como un regalo de despedida, una nota danzó por el aire y al mismo tiempo la cabeza del mazo se rompió en pedazos. Finalmente, el impacto golpeó a Nerva contra la pared y ella se derrumbó sin fuerzas.

–¡Nerva!

Empujando hacia las escaleras a su prima de cabello dorado que dejó escapar un grito, esta vez fué Elise quien se quedó para obstaculizarla. Madia quien había llegado frente a sus ojos en un instante, sin usar armas, liberó una patada.

Su talón derribo la espada larga y la parte inferior de su palma, y como si fluyera, golpeó su hombro en secuencia. Por el ataque de su pequeño cuerpo, la <Paladin> de cabello plateado fue mandada a volar hasta el fondo del pasillo.

[Tú]

[punto débil]

[me lo acabas]

[de mostrar]

[hace un rato.]

Liberando su postura de combate cercano, Madia inmediatamente pateó la baranda de la escalera. Cuando aterrizó en la parte alta del pasillo, hizo danzar ininterrumpidamente su espada larga con una velocidad que casi hacia parecer que se difuminaba. La escalera fué cortada en pedazos y, ante el brillo parecido a salpicaduras de sangre danzando por el aire, Melida tragó sus palabras.

–¡Absurdo…!

Con su salida bloqueada, irremediablemente tuvo que retroceder por la escalera. Sobre su cabeza, la sombra de Madia saltó como un cuervo. Al mismo tiempo que aterrizaba en la salida de la escalera, agarró el fino cuello de la chica sin talento.

–Agu…

[Ya no hay]

[lugar]

[a donde escapar.]

Teniendo en sus manos la vida de su objetivo, y eliminando todos los obstáculos, Madia sonrió debajo de su capucha. Mirando la expresión del conejo torciéndose de dolor, su corazón sádico mostró una sonrisa.

[Entonces]

[es tiempo]

[del juicio,]

[Melida Angel.]

[Déjame certificar]

[la evidencia]

[de tu inocencia.]

Madia sintió como si su pequeño pecho estuviera chillando de emoción.

Probablemente era el rebote de la frustración que había estado acumulando durante este mes. Al principio, había pensado que el grado de dificultad de esta misión no era demasiado alto. La existencia de <él> como el guardián de Angel ciertamente era peligrosa, pero en este campo de batalla llamado Academia sellada, ella quien usaba libremente una incomparable técnica del disfraz tenía una abrumadora ventaja.

Sin embargo, por el complot de alguien, Melida Angel se convirtió en candidata para <Luna Lumiere> y Madia no pudo acercarse descuidadamente a ella. También estaba la red de alerta de hierro de <Él>. Una vez, planeó disfrazarse como una de sus compañeras de clases y hacer contacto con ella en el comedor, pero ese tutor privado, actuando de manera cortes había continuado extendiendo sus nervios hacia las relaciones amistosas de su ama. Si filtraba incluso la más mínima malicia, seguramente atravesaría su espalda al instante, eso era seguro. Madia había sentido que cumplir su misión de manera pacífica se volvia más difícil a cada día.

A medida que el fin de la batalla de selección se acercaba, la espina de la irritación se le fué clavando poco a poco.

Muestra de eso, probablemente era la forma de este palacio teñido de sangre.

Sin embargo, sean cuales sean las circunstancias. Una vez que comenzó a moverse, ya no habría quien le estorbara. <Él>, la <Poseedora del Marquesado>, la directora de Frideswide, o incluso la casa de Duques caballeros, nadie podría detener el plan de Black Madia.

Colgando a Melida desde el cuello mientras gemía de dolor, Madia dejó caer sus notas como bailando.

[Así es,]

[sea quien sea el oponente,]

[no será rival]

[para la <Bufón> más fuerte.]

[¡¡No hay]

[ningún secreto]

[que no pueda ser revelado]

[por mí!!]

Poniendo su ira en su voz sin sonido, Madia levantó la espada larga en su mano derecha.

Instantáneamente, sus oídos captaron el ligero sonido del viento.

Justo después al cambiar la trayectoria de su espada, la hoja cortó una bala mágica que llegó volando desde algún lugar.

–¡Tú, la desconocida! ¡Aleja tus manos de ella!

Quienes la atacaron desde la izquierda y la derecha, fueron dos estudiantes de D’Autriche. Además, desde atrás una presencia más se acercaba—con eso, Madia recordó que esta tercera prueba era una Batalla Campal entre las cuatro candidatas.

[Parece que]

[aún quedan]

[quienes no conocen su lugar.]

Madia soltó el cuello de su presa y a cambio tomó su arma. Sacando un largo báculo, atacó a la <Mago> de la izquierda y sacando un báculo al regresar su mano, aplastó de un golpe frontal a la <Clérigo> de la derecha. Al mismo tiempo que el enemigo caía hacia atrás, las armas en sus manos se rompieron en mil pedazos.

En esta escalera, el tercer enemigo se había acercado hasta su espalda.

[¡Entonces]

[déjame grabar]

[tu derrota]

[con tu propia arma!]

Madia, mostrando su éxtasis se dió la vuelta, capturando la figura de su enemigo en su campo visual. El último con quien aún no se había encontrado en este <Palacio Mundo de Cristal>. La cuarta candidata, Salacha.

Sujetaba un cilindro de metal. En su punta había una cuchilla arqueada. Una banda de adorno aleteaba en el viento. Madia inmediatamente intentó sacar un arma del mismo tipo, pero—*Gichi*, su circuito mental se detuvo.

—¿¡Una yari!?  (NT: Lanza japonesa ).

Los movimientos de Madia se congelaron por varios segundos. En ese instante, el extremo de la lanza empujada por Salacha, fue absorbida en el centro de la figura de negro. Brotando desde la punta, habían llamas iguales a una tormenta de flores de cerezo.

–¡¡<Dry Crescendo>!!

Su Habilidad de Asalto rugió y tres taques consecutivos a alta velocidad golpearon todo el cuerpo de Madia. El sonido violento del <Mana>, similar a un trueno, resonó y la silueta completamente de negro fue mandada a volar hacia el piso de abajo.

–¡¡…!!

Filtrando un poco su verdadera voz desde debajo de la capucha, Madia aterrizó en el piso inferior.

En el piso de arriba, Salacha quien liberó ese ataque de lanza respiraba pesadamente. Mientras la miraba con molestia, los sentimientos de Madia se convirtieron en notas y llovieron desde el techo.

[Fui descuidada.]

[Nunca pensé que una <Shicksal>]

[estaría mezclada.]

–… [Pero,]

[los ataques por sorpresa ya]

[no funcionarán.]

Con esa declaración, Madia se levantó lentamente. Salacha quien, aun cuando puso todo el <Mana> en su cuerpo no pudo darle un golpe decisivo a su enemigo—sin mostrar lo que estaba pensando, bajó su lanza casualmente y deshizo su postura.

Mirando al enemigo desde el piso superior, preguntó con una actitud firme.

–¿Sabes qué lugar es ese?

Madia frunció sus cejas debajo de su capucha y justo después—

Una fría aura asesina corrió por su espalda.

Desde arriba de su cabeza, una presión fuera de cualquier escala golpeó la espada larga que levantó instintivamente. Un impacto como un rayo la atravesó desde la cima de su cabeza hasta la planta de sus pies, y el piso de cristal se rompió radialmente.

–¿¡Guh…!?

Madia quien se dió la vuelta hacia atrás mientras filtraba una voz dolorida, lo vió.

Balanceando hacia abajo una gigantesca espada, con 5 metros de altura, estaban las Valquirias.

《¡Negligencia! ¡Un sujeto no identificado y sin autorización, ha entrado al palacio!》

《¡¡Nosotros los guardianes, no permitiremos una existencia impura en este palacio!!》

Después de eso, ya no tuvo el tiempo ni de respirar. Desde atrás a izquierda y derecha, las gigantescas Valquirias se turnaron para golpearla con sus gigantescas espadas como pilares. Cortes instantáneos se vertieron infinitamente en la espada larga que Madia posicionó sobre su cabeza.

Mirando detrás de ellas, estaban las grandes puertas frontales. Al parecer, mientras perseguía a Melida y las demás, había sido arrastrada de vuelta a la entrada de alguna manera.

—No, esto no fue coincidencia. Fuí guiada.

Este era el objetivo de Melida y las demás, no había error en eso. ¡Por el bien de hacer que las más fuertes
<Mascotas de Cristal> del <Palacio Mundo de Cristal> derrotaran al enemigo que no podrían enfrentar por si mismas hicieran lo que hicieran…!

–¡¡Que insolencia…!!

Desde su capucha, inconscientemente, se derramó no sus notas, sino una voz que sonaba como un maleficio. Justo después, las Valquirias la golpearon desde la izquierda y la derecha con sus espadas al mismo tiempo. Sus rodillas chillaron y sus pies se hundieron.

Apretando sus dientes intensamente, Madia levantó su espada larga con todas sus fuerzas.

Ambas espadas de cristal fueron empujadas hacia arriba. Y hacia el torso ahora desprotegido de la Valquiria, Madia asestó un ataque espantosamente preciso con su espada. Incapacitando a la de la izquierda en un instante, Madia aprovechó para subir corriendo por su cuerpo por el margen de un cabello.

Saltando en su hombro, empujó el extremo de su mazo hacia el cuerpo de la Valquiria de la derecha. Mientras destruía en pedazos la parte de su cabeza, su cuerpo inclinándose—impactó violentamente en el piso del vestibulo y produjo un fuerte sonido.

《¡¡Q-Que humillación…!!》

《¡¡Q-Que humillación…!!》

Los Valquirias de cristal se derrumbaron dejando atrás esa voz dramática. Madia, parada sobre sus restos, respiraba ásperamente debajo de su capucha. Sin duda, daño que no podía ignorar se estaba acumulando—

Pero, ¿Y qué? Esto es un resultado mínimo para ellas.

Como evidencia de que había retomado su compostura, notas negras comenzaron a caer hacia Melida quien estaba caída en el piso superior.

[Es una lástima, ¿No?]

[Finalmente]

[agotaste todos tus medios.]

[Me pregunto si es podría describirse así.]

–Si, como esperaba—gracias.

La respuesta de Melida no fué la que esperaba. Madia miró hacia ella con sospecha, sopesando sus intenciones, y en ese momento—

En las grandes puertas detrás de ella, corrió una grieta.

Como si estuviera siendo tocada por el puño de Dios, junto con impactos intermitentes, una profunda grieta se tallaba en ellas. La orgullosa voz de Melida fué vertida sobre la parte superior de su cabeza.

–Las Valquirias de hace un rato eran la <llave>. Ellas quienes estaban sellando el <Palacio Mundo de Cristal> fueron derribadas y la puerta liberada. ¡Un guerrero que puede derrotarte, ya viene hacia aquí!

–¡¡…!!

Como si le temiera a Melida, retrocedió dos, tres pasos sin querer. Justo después de eso—

La puerta frontal fué cortada en mil pedazos y al mismo tiempo una cuchilla circular entró volando, atacando a Madia por sorpresa. Eso que había cortado superficialmente su espalda, fué recibido grácilmente en medio del aire como si hubiera sido jalado de regreso.

La chica de cabello rojo que entró corriendo envuelta en luz, gritó mientras alzaba los Chakram en ambas manos.

–¡<Llamarada Artesanal>…!

Una llama carmesí se alzó altamente, y rápidamente se agudizó. Esta era la activación de una Habilidad de Asalto de alto nivel. Cuando barrió la cuchilla circular en su mano derecha, tres espadas de <Mana> se movieron, golpeando a Madia. Al recortar de vuelta con la cuchilla en su mano izquierda, tres más que las siguieron tallaron sin piedad todo el cuerpo del enemigo.

Al mismo tiempo que daba un paso con fuerza, empujó hacia adelante los Chakram en sus manos.

–¡<One>—!

Las seis cuchillas de <Mana> convergieron en un solo conjunto, aplicando un espantoso ataque continuo en línea recta.

Finalmente, Rosetti, poniendo todo de sí, abrió sus brazos hacia la izquierda y la derecha.

–¡¡<Piece>!!

Las cuchillas de <Mana> que danzaron como una malla, cortaron con total libertad todo el cuerpo de la figura de negro. Las puntas cortadas finamente de su uniforme militar danzaron por el aire y mientras dejaba eso atrás, Madia fue mandada a volar.

–¡¡Guu……u!!

Desde lo profundo de su capucha, una voz de angustia se filtró claramente. Estrellándose violentamente en la pared de cristal y dispersando fragmentos de cristal rojo. Justo después de aterrizar en el piso con dificultad, una de sus rodillas cayó.

–¡Poseedora del… Marquesado…!

Las notas negras ya no cayeron. Madia levantó su brazo goteando sangre y apuñaló la punta de su espada larga en el piso de cristal. Poniendo fuerza en su mano que agarraba la empuñadura.

Justo después, hizo girar todo su cuerpo a alta velocidad. Un circulo perfecto fue tallado bajo sus pies y con Madia encima, el cristal cayó hacia el piso inferior. Solo las salpicaduras de chispas y cristales revolotearon espléndidamente.

Al mismo tiempo que el agujero se abría en el piso de cristal, desde la espalda de Rosetti sombras humanas entraron corriendo una después de otra. Quien estaba a la cabeza de las profesoras armadas, era la directora Bramanger.

–¡Terminó! ¡La tercera prueba terminó! La ganadora—

La directora quien dijo con fuerte voz, observó el deplorable estado de la entrada e inconscientemente detuvo sus pies.

En la parte de arriba, Melida miró su propio pecho. Siendo obvio, su medalla estaba completamente destrozada como consecuencia de la violenta batalla. Al pensarlo de nuevo Shenfa también estaba igual y Nerva quien era el tercer miembro de su Unidad no llevaba una medalla.

Melida se encogió de hombros ligeramente y dirigiéndose hacia las profesoras que la miraban, declaró.

–Cero puntos.

–… Igual, cero.

Elise quien regresó hacia arriba de la escalera, continuó y dijo. La mirada de todos a continuación se movió hacia Salacha, pero ella sacudió su cabeza con una expresión de disculpa.

–L-La verdad, Kira Onee-sama ya me arrebató mi medalla…

–¡Vine a ayudar! ¿¡Que pasó con el enemigo!?

Allí, el sonido apresurado de unos pasos entró corriendo.

Era la cuarta candidata, Kira Espada. Mientras alzaba sus revólveres valientemente, en su pecho la medalla de 3 puntos se mantenía en perfectas condiciones.

La directora Bramanger con el grupo de profesoras a su espalda, reuniendo la mirada de las tres estudiantes de primer año que se miraban a sí mismas y de Kira quien no entendía la situación, dijo con un tono decisivo.

–¡Entonces, la ganadora de la tercera prueba es Kira-san!