Youkoso Jitsuryoku Shijou Shugi no Kyoushitsu e

Volumen 2

Capítulo 5: Verdad y Mentiras

Parte 4

—Entiendo… —contestó Horikita, lentamente mirando hacia atrás.

—¡Horikita! —Sudou gritó.

Fue el rugido de un hombre que, más que nadie, no quería admitir la derrota. No podía. Sin embargo, Horikita no se detuvo allí. Continuó con sus observaciones finales.

—Creo que Sudou, quien causó el incidente, tiene un problema. Nunca se detiene a considerar sus acciones, lo que molesta a todos los que le rodean. Tiene un historial de peleas. Es del tipo que levanta la voz y golpea de inmediato cuando algo le desagrada. En caso de un alboroto como este, debería ser obvio quién lo causó.

—¡Oye!

—Tienes que entender, Sudou. Tu actitud causó todo esto —Horikita miró intensamente a Sudou, casi como para superar su ferocidad—. Por eso no me motivaba en absoluto ayudar a Sudou-kun al principio. Sabía que aunque me forzara a ayudar, él repetiría los mismos errores una y otra vez.

—Una respuesta muy honesta. El asunto parece estar resuelto ahora, ¿no creen?

—Muchas gracias. Por favor, toma asiento —le dijo la secretaria Tachibana a Horikita.

Siguió un  período  de  silencio. Después  de  eso  vino  el bramido  claramente irritado de Sudou. Y entonces, incluso después de cinco, luego de diez segundos de espera, Horikita no se volvió a sentar.

—¿Quieres sentarte ahora?

La secretaria Tachibana le pidió a Horikita que se sentara una vez más, como si sospechara que Horikita no podía oírla.

Pero Horikita aún no se había sentado. Ella se fijaba en los maestros, continuando mirándolos fijamente.

—Debe reflexionar sobre sus acciones. Sin embargo, no en este caso en particular. Cuando digo que debe reflexionar, me refiero a que debe repasar sus acciones pasadas. Sin embargo, con respecto a este incidente en particular, no creo que Sudou-kun haya hecho nada malo. Este no fue un evento desafortunado que ocurrió simplemente por casualidad. Estoy convencida de que fue un movimiento intencionado de la clase C. No tengo ninguna intención de aceptar la derrota.

Horikita rompió el largo silencio con estas altivas palabras.

—Entonces… ¿qué quieres decir? —El hermano mayor de Horikita miró a su hermana menor por primera vez.

Horikita no se encogió ante su mirada. Debió sentir que no era el momento de asustarse, que tenía que ser valiente frente a Sakura. ¿O quizás podía ver el camino hacia una conclusión final?

—Si no lo entendieron, lo diré una vez más. Afirmamos que Sudou-kun es completamente inocente. Por lo tanto, no podemos aceptar su suspensión de la escuela, ni siquiera por un día.

—Ja ja…. ¿Qué puedo decir? ¿Hicimos esto intencionalmente? Qué afirmación tan extraña. Por lo visto, la hermana menor del presidente del consejo estudiantil no puede dejar de decir tonterías.

—Sudou-kun es la víctima, como declaró el testigo. Por favor, no cometan ningún error en su decisión.

Los estudiantes de la clase C comenzaron a vociferar con insistencia.

—¡No jodan! ¡Yo soy la víctima aquí!

Sudou, obligado por los gritos, volvió a alzar su voz. Las objeciones llegaron rápidas y furiosas. Todos entendieron que no encontraríamos una solución de esta manera.

—Es suficiente. Continuar esta discusión sólo será una pérdida de tiempo

—Horikita Manabu nos miró como si estuviéramos  intercambiando mentiras en un combate gigante de desacreditaciones—. De lo que me he dado cuenta hoy es que ambos lados tienen una afirmación exactamente opuesta. En ese caso, una de las partes está propagando una mentira extremadamente perversa.

¿D o C? ¿Qué clase le estaba mintiendo a la escuela? Si se conociera este hecho, las consecuencias serían mayores que la suspensión.

—Lo preguntaré, Clase C. ¿Nos han mentido hoy?

—¡Por supuesto que no!

—¿Y qué hay de ustedes, clase D?

—No hemos mentido. Todo lo que dijimos ha sido verdad.

—Entonces nos volveremos a reunir aquí para un nuevo juicio mañana a las 4:00 PM. Si para entonces no se ha establecido claramente quién mintió, o en el caso de que nadie admita que fue culpable, emitiremos un juicio basado en las pruebas que hemos recabado hasta el momento. Por supuesto, en ese caso tendremos que considerar la posibilidad de la expulsión de esta escuela. Eso es todo.

Después de hacer esa declaración, el hermano mayor de Horikita puso fin al proceso. Si el juicio estaba programado para reabrirse mañana a las 4:00, era una pequeña ventana de tiempo para descubrir nuevas pruebas.

—¿Sería posible tener un poco más de tiempo antes de que nos volvamos a reunir? —Preguntó Horikita, levantando la mano. No había protestado, pero había hecho una oferta.

—Si este asunto requiriera algún tiempo extra antes de un nuevo juicio, entonces el presidente del consejo estudiantil habría ofrecido un período de gracia suficiente. En otras palabras, el tiempo concedido debería ser suficiente para este caso. Las extensiones sólo se ofrecen en circunstancias especiales —respondió Chabashira-sensei, cruzando los brazos.

Parecía que había tomado en consideración las intenciones del consejo estudiantil.

Nos dijeron que nos fuéramos. Todos parecían insatisfechos cuando salieron de la oficina del consejo estudiantil. Sakagami-sensei se acercó a Sakura, que parecía estar al borde de las lágrimas. Le dijo algo muy frío.

—Quiero que reflexiones sobre el hecho de que muchos estudiantes se verán involucrados en esto debido a tus mentiras. Además, si piensas que seremos indulgentes contigo si empiezas a llorar, entonces me temo que estás siendo una tonta. Deberías estar avergonzada de ti misma.

Sakagami-sensei y sus alumnos se fueron, dejando esas palabras flotando en el aire. Los estudiantes de la clase C se quejaron repetidamente de que las mentiras del testigo eran demasiado grandes, prácticamente porque deseaban que Sakura las escuchara. El silencio envolvió la sala del consejo estudiantil inmediatamente después. Sakura, intentando ahogar su voz lo mejor que podía, se echó a llorar.

—Intenté  con  todas  mis  fuerzas  hablar  durante  la  discusión,  pero ¿tenemos alguna oportunidad? ¿Horikita-san?

—No me rendiré. Seguiré luchando para apoyar tu testimonio hasta el final—dijo Horikita.

—Entiendes que no resolveremos este problema sólo por ser tercos. ¿No perjudicará eso a más gente en el proceso?

—No tengo intención de perder. Bueno, entonces, debo disculparme.

Con eso, Horikita se giró y se fue. Sudou la siguió. Dejé la sala del consejo estudiantil junto a la Sakura.

—Lo siento, Ayanokouji-kun… Si hubiera aparecido desde el principio, todo habría ido bien, pero… todo salió así porque no tuve el coraje.

—Hubiera terminado igual aunque te hubieras presentado desde el principio. Hubieran intentado desacreditar tu testimonio sólo porque el testigo es de la clase D. El resultado sería el mismo.

—¡Pero!

Si sospecharan que Sakura es una mentirosa, no podría salvar a Sudou ella sola. Superada por la emoción, Sakura empezó a llorar, con grandes lágrimas rodando por sus mejillas. Si Hirata estuviera aquí, le habría ofrecido un pañuelo. Extrañamente, esta escena parecía imitar la vez que Horikita se había derrumbado brevemente cuando se reunió con su hermano. Fue un momento de profundo déjà vu.

¿Por qué este mundo estaba dividido entre ganadores y perdedores? Ya había sido testigo de muchas victorias y derrotas, y había visto cuán estrechamente la alegría y el dolor parecían estar ligados a esos resultados. No podía abandonar a Sakura, así que decidí esperar hasta que pudiera moverse.

—¿Todavía están aquí?

El hermano mayor de Horikita y la secretaria Tachibana salieron de la sala del consejo estudiantil. La secretaria Tachibana echó llave a la puerta.

—¿Qué planeas hacer?

—¿Qué quieres decir? —Le pregunté.

—Cuando viniste aquí con Suzune, pensé que revelarías algún tipo de plan maestro.

—No soy exactamente Zhuge Liang o Kuroda Kanbei. No tengo planes.

—Entonces, ¿significa que cuando Suzune dijo que Sudou era completamente inocente, se estaba dejando llevar?

—¿Una hipérbole, quieres decir? No lo creo.

—Ya veo.

Curiosamente, aunque mis conversaciones con el hermano de Horikita hasta ahora han sido cortas, nuestras conversaciones continuaron. Aunque me había dejado una mala impresión durante nuestro primer encuentro, ahora me resultaba fácil hablar con él. Tal vez esto era de esperar de alguien que había subido de rango para convertirse en presidente del consejo estudiantil. Tenía una comprensión superior de la naturaleza humana.

—Y también está lo que dijiste, Sakura —El hermano de Horikita se giró hacia Sakura, que ahogó su llanto—. El testimonio de testigos oculares y la evidencia fotográfica sin duda tienen peso durante la deliberación. Sin embargo, por favor ten en cuenta que cuánto valoremos la evidencia está determinado por cuánto confiamos en su credibilidad. No importa lo que hagas, la legitimidad de la evidencia se reduce porque eres una estudiante de la clase D. No importa cuán detallada sea tu historia, no podemos aceptarla como cien por ciento cierta.

Básicamente, le estaba diciendo mentirosa a Sakura.

—Yo… yo sólo… dije la verdad…

—Si no puedes probarlo, entonces es poco más que una tontería.

Sakura bajó la cabeza frustrada, llorando de nuevo.

—Yo le creo. Creo en el testimonio de Sakura —dije.

—Como es una estudiante de la clase D, es natural que quieras creerle.

—No  dije  que  quería  creerle.  Dije  que  le  creo.  Son  cosas  totalmente diferentes.

—Entonces, ¿puedes probarlo? ¿Puedes probar que no está mintiendo?

—Eso no depende de mí. Tu hermana lo probará. Si Sakura no está mintiendo, entonces encontrará una manera de convencer a todos.

El hermano de Horikita se rió suavemente, y luego sonrió, como si eso fuera imposible.

Después de que el hermano de Horikita y Tachibana se fueron, me acerqué a Sakura, que todavía no podía moverse.

—Vamos. Ánimo, Sakura. No tiene sentido llorar por siempre.

—Pero… es todo culpa mía… Hic.

—No hiciste nada malo. Acabas de decir la verdad. ¿No es cierto?

—Pero… yo…

—Lo diré una vez más. No hiciste nada malo.

Me agaché un poco para poder mirar a los ojos de Sakura. Bajó la cabeza una vez más, no quería que nadie viera sus lágrimas.

—Yo creo en ti. Estoy agradecido de que hayas venido hoy. Gracias a ti, ahora tenemos la oportunidad de salvar a Sudou y a nuestros compañeros.

—Pero…. yo… ¿no fui completamente inútil?

¿Qué tan poca confianza en sí misma tenía esta chica?

—Te creo porque eres mi amiga —Puse mi mano en su hombro. Volteándola un poco por la fuerza, traté de hacer que me mirara a los ojos. Lo repetí con convicción. Le dije:

— Hazlo por ti.