Youkoso Jitsuryoku Shijou Shugi no Kyoushitsu e

Volumen 2

Capítulo 5: Verdad y Mentiras

Parte 5

—Te dejo ver algo tan vergonzoso… —Sakura, caminando a mi lado, había dejado de llorar. Ahora tenía una sonrisa tímida—. Hace tanto tiempo que no lloro delante de alguien. Me siento un poco aliviada, en realidad.

—Me alegro. Cuando era niño, solía llorar delante de la gente todo el tiempo.

—No tenía ni idea de que eras así, Ayanokouji-kun. Eso es completamente diferente a la imagen que tengo de ti.

—Sí, lloré mucho. Tal vez 10 o 20 veces frente a otras personas.

Estaba frustrado y avergonzado, pero no podía dejar de llorar. Sin embargo, las personas que lloraban podían fortalecerse y seguir adelante. Sakura parecía ser del tipo que reprimía sus sentimientos. Este incidente podría ser un importante paso hacia adelante para ella.

—Me sentí muy feliz….cuando dijiste que me creías.

—No soy sólo yo. Horikita, Kushida y Sudou también. Todos nuestros compañeros de clase te creen.

—Sí… Pero me lo dijiste directamente, Ayanokouji-kun. Tú lo dijiste.

Sakura volvió a secarse los ojos, probablemente porque las lágrimas nublaban su visión.

—Me diste valor. Estaba feliz —dijo, con una pequeña sonrisa.

Cuando oí eso, me sentí aliviado. Aunque hubiéramos salvado a Sudou forzando a Sakura a que se presentara e involucrándola en una situación incómoda, no habría sido una solución perfecta. Los dos nos quedamos en silencio. Ninguno de los dos era muy bueno para conversar. Sin embargo, no se sentía extraño o desagradable.

—U-um, bueno… no creo que deba decir esto ahora, pero… —Justo cuando nos acercábamos a la entrada, la Sakura abrió la boca—. En realidad… yo… ahora mismo…

—¡Yahoo! Llegan muy tarde, ¿eh?

Ichinose y Kanzaki nos esperaban en la entrada. Debían estar preocupados por los resultados del juicio.

—¿Nos estaban esperando? —Le pregunté.

—Nos preguntábamos qué pasó.

Me detuve y me giré hacia Sakura.

—Lo siento, Sakura. ¿Podemos continuar con esto más tarde?

Sakura abrió su zapatero y miró dentro. Me miró a la cara.

—Oh, no, no es nada. Yo sólo….quería decir que haré todo lo que pueda. Seré valiente.

Con esta rápida respuesta, bajó la cabeza y se fue.

—¿Sakura? —Intenté detenerla, pero salió corriendo por la puerta.

—Lo siento. ¿Fue un mal momento? —Preguntó Ichinose.

—No, está bien.

Describí los acontecimientos que ocurrieron en la sala del consejo estudiantil.

—Ya veo. Así que rechazaron el acuerdo, ¿eh? La clase D insistirá en la inocencia de Sudou hasta el final.

—Bueno, si Sudou obtuviera tan sólo un día de suspensión, ganaría la clase C.

En otras palabras, el acuerdo fue una trampa. Una trampa muy dulce para atraernos a nuestra derrota. Sin embargo, los dos no parecían convencidos. Kanzaki en particular insistía en que tomamos la decisión equivocada.

—El hecho es que golpeó a los otros estudiantes. Sus oponentes hicieron una concesión por la corroboración de la testigo y sus pruebas. Debieron aceptar el trato.

—Pero como dice Ayanokouji-kun, la suspensión de Sudou sería una derrota para la Clase D. Si Sudou fuera suspendido por su mal comportamiento, entonces sus posibilidades de ser un jugador titular en el equipo probablemente desaparecerían. Volvería a la casilla de salida.

—Puede que no sea enviado de vuelta al principio. Podría ser peor, en realidad. Si la escuela se enterara de que ambas partes comparten la responsabilidad, lo tendrían en cuenta al asignar los castigos. Sin embargo, si la parte de la culpa de Sudou aumenta mañana, son malas noticias.

Ninguno de los dos se equivocaba. O apelamos por su inocencia o aceptamos el trato. Una de ellas era la respuesta correcta.

—Ya veo. Yo también lo creo.

—Si así lo crees, ¿no deberías haberlo detenido?

—Si son llevados de nuevo a un nuevo juicio, inevitablemente perderán. Como dice Kanzaki, obtener un veredicto de inocencia es virtualmente imposible.

No importa  nuestro testimonio, no  importa  cuán apasionadamente  hagamos nuestras afirmaciones, no podríamos ganar en este punto. Ya no se trata de ganar o perder. Llegamos a un punto muerto en el campo de batalla.

—¿Todavía van a pelear? ¿Aunque no haya nuevas pruebas o testimonios?

—Nuestra líder nos dio su decisión. Lucharemos hasta el final.

Horikita no es estúpida. Ella ya sabe que esta prórroga no fue una victoria. Sin embargo, eligió seguir adelante, con la intención de seguir luchando. El hecho de que la Clase D estuviera preparada para afrontar las dificultades que se avecinaban era una prueba de nuestra disposición.

—Bueno, no creo que podamos obtener más pistas, pero iré a ver qué información puedo obtener de Internet.

Aunque no hubiera sido extraño que se lavara las manos en este momento, Ichinose se rió y aun así ofreció su ayuda.

—Haré todo lo posible para buscar más pruebas u otro testigo.

Aunque Kanzaki hubiera optado por el acuerdo, su colaboración también se mantuvo firme.

—¿Todavía están dispuesto a ayudarnos? —Le pregunté.

—Estamos demasiado metidos ahora. Además, es como dijimos antes. No podemos perdonar a los mentirosos.

Kanzaki asintió. Esta gente realmente es amable.

—Sinceramente aprecio la oferta, pero no es necesario.

Horikita, que creía que había regresado a los dormitorios, de repente se puso a nuestro lado. ¿Me había estado esperando?

—¿No es necesario? ¿Qué quieres decir, Horikita-san?

—No podemos absolver a Sudou. Aunque un nuevo testigo viniese de la clase A o B, sería imposible. Sin embargo… hay algo que me gustaría que prepararas para nosotros. Es la única solución posible.

—¿Preparar algo?

—Eso es…

Horikita nos explicó lo que quería. La expresión de la Ichinose, antes tranquila, ahora se endureció.

—Oh…. Esa va a ser una petición muy difícil.

Si Ichinose era tan vacilante, quizás era realmente irracional. Kanzaki se quedó en silencio y parecía muy pensativo.

—Entiendo que no estoy en posición de pedir esto —dijo Horikita—. La carga que te impondría es excepcionalmente grande. Pero–

—Ah, no. Bueno, esto debería estar dentro del rango de lo que podemos hacer, creo. Eso es porque planeo averiguar qué le está pasando a la clase. Tengo toneladas y toneladas de cosas que quiero saber, pero… Bueno, tal vez sería mejor que no nos dijeras por qué.

—Tienes toda la razón en eso. Bueno, entonces, si puedo convencerte, ¿nos ayudarás?

Horikita continuó e explicando los detalles de su solución a Ichinose, Kanzaki y a mí. ¿Por qué era necesario? ¿Para qué lo usaríamos? ¿Cuál era su propósito? Cuando Horikita terminó, Kanzaki e Ichinose estaban inmóviles pensando en silencio.

—Hay que  entender  los  riesgos  y la  utilidad  de  esta  estrategia  —dijo Horikita.

—¿Cuándo se te ocurrió esto? —Preguntó Ichinose.

—Justo antes de que terminara la deliberación. Pero sólo por casualidad.

—Ese… es un movimiento increíble. Fui a la escena del crimen y ni siquiera se me ocurrió. O, supongo que debería decir, que estaba completamente en la oscuridad al respecto. Ni siquiera se acercaba a lo que podía imaginar —Ichinose pareció entender el plan y su efecto deseado.

Sin embargo, su expresión seguía siendo distante, y todavía estaba pensando.

—Una idea inusual. También puedes anticipar los resultados. Pero ¿existe tal cosa? —le preguntó a Kanzaki, que parecía un poco sorprendido.

—Podría ser contrario a tu ética y moral, Ichinose.

—Ja, ja, ja, sí. Puede que tengas razón. Es un cambio para mí. Pero….es sin duda una forma de hacer las cosas.

—Sí. Eso es lo que  yo también pensaba. Es algo que nunca debería hacerse.

¿Iban a ayudarnos? En esta  estrategia habría mentiras. Para alguien como Ichinose, que odiaba mentir, era una petición difícil.

—Bueno, ya que una mentira empezó todo este problema, tal vez haga falta otra mentira para terminar con este incidente. Eso es lo que pienso.

—Mmmhmm, ya veo. Ojo por ojo, mentira por mentira, ¿no? Pero me pregunto si eso es posible. No puedo imaginar que algo así sea fácil de conseguir.

—No te preocupes por esa parte. Lo he confirmado —dijo Horikita.

¿Salió inmediatamente de la sala del consejo estudiantil para averiguar si era posible o no reunir las pruebas que necesitaba?

—Si le pides al Profesor que nos ayude, debería estar bien. Hablaré con él.

Horikita asintió un poco. Aparentemente no tenía ninguna objeción.

—Hey, Kanzaki-kun. ¿Nos ayudas para que podamos superar a la clase C?

—Sí. Así es.

—Pero estaba pensando, tal vez lo que estamos haciendo ahora podría terminar mal para nosotros.

—Eso podría pasar.

—Caray. Me olvidé por completo de calcular el hecho de que la clase D tiene una chica como tú —Ichinose, después de felicitar a Horikita, sacó su teléfono con una mirada de ligero asombro—. Te prestaré esto. Por favor, devuélvelo más tarde.

Con ello, afirmó su voluntad de ayudar.

—Claro. Lo prometo —Horikita, agradecida por la ayuda, la aceptó sin dudarlo—. Bueno, Ayanokouji-kun. Hay algo en lo que me gustaría que me ayudaras.

—Si no es algo realmente molesto, seguro. Te ayudaré.

—Ayudar a los demás es fundamentalmente molesto y lleva mucho tiempo.

En otras palabras, necesitaba prepararme. No vi una salida, así que decidí ceder ante Horikita.

—Bien, ¡¿Vam-…?!

Recibí un golpe sorpresivo en mi costado. El dolor fue repentino e intenso. Me caí en un rincón como si me hubiera golpeado un viento muy fuerte.

—Te perdono por tocarme esta vez. Sin embargo, la próxima vez te lo devolveré el doble.

—¿Qué…? ¡Ah, ah!

El dolor me quitó la voz, como si no se me permitiera discutir. Espera, cuando dijo que me devolvería el doble, ¿quiso decir que sus golpes serían el doble de duros que ahora? ¡Eso era inimaginable!

Incrédula, Ichinose observó todo el espectáculo. Miró a Horikita como si la chica fuera algo aterrador. Recuérdalo bien, Ichinose. Horikita era una mujer sin piedad…. Gulp.