Youkoso Jitsuryoku Shijou Shugi no Kyoushitsu e

Volumen 2

Capítulo 4: Todas y Cada Una de las Predicciones

Parte 5

Esa noche, bajo las órdenes de Kushida, todos menos Sudou se reunieron en mi habitación. Al parecer, Kushida también invitó a Horikita, pero no quiso unirse a nosotros.

—Entonces. ¿Ha habido algún progreso, Kushida-chan?

—Ha habido progreso, sí, pero también he notado algo increíble. Ayanokouji-kun, ¿me prestas tu computadora un minuto?

—Claro —contesté asintiendo con la cabeza.

Kushida fue a mi computadora, la encendió y abrió el navegador de Internet.

—Bien. ¡Mira esto!

Kushida accedió a lo que parecía ser el blog de alguien. También era bastante elaborado. A diferencia del sitio web de una persona normal, tenía el resplandor y el lustre de un negocio en toda regla.

—Espera, ¿es una foto de Shizuku?

—¿Shizuku?

—Es una gravure idol. Acaba de salir en una revista para hombres jóvenes. (NOVA: Gravure Idol es un subgrupo dentro del género del idol japonés. Son modelos, de edades que oscilan entre los 10 y los 25 años, que posan en bikinis y ropa interior para revistas, calendarios y DVD principalmente orientados a un público masculino. No puede considerarse como pornografía ya que, a pesar que las modelos a veces muestran posiciones bastante provocativas, no se llega a ningún tipo de exposición de las partes íntimas o actos sexuales.)

Había muchas fotos de ella. No podía quejarme de su aspecto ni de sus proporciones.

—¿La reconoces? —Preguntó Kushida.

—¿Se supone que debo reconocerla?

—Mira con atención.

Kushida hizo clic en una foto de la cara de Shizuku. Ike la miró detenidamente y luego…

—Es linda.

—¡No, eso no! Es Sakura-san, ¿no?

—Kushida-chan, ¿de quién estás hablando?

—Sakura-san, de nuestra clase.

—Ni hablar, es imposible. ¿Sakura-san? No, no, no, no hay forma de que eso sea verdad —Ike se rió, pero la expresión de Yamauchi se endureció.

—Oye, Ike…. Sabes, cuando la veo bien, creo que se parece un poco a Sakura.

—Pero no lleva gafas, ¿verdad? Y su pelo es diferente.

—Esas son formas muy simplistas de identificar a alguien…

Aunque no había hecho la conexión al principio, me di cuenta de que definitivamente se trataba de Sakura. Pero Ike aún no podía creerlo. Todavía estaba confundido mientras miraba la pantalla.

—¿Entonces Sakura es Shizuku? Eso es mentira, ¿verdad? Quiero decir, claro, hay un ligero parecido, pero son personas diferentes. Mira lo brillante y feliz que es Shizuku. ¿Verdad? Vamos, Ayanokouji.

Todas las fotos que había subido eran lindas, así que estaba acostumbrada a tomar selfies. Sin embargo, vislumbré una pieza de evidencia incontrovertible que probaba que Sakura y la ídol Shizuku eran la misma persona.

—No, Kushida tiene razón. Esa es Sakura. Aquí —Señalé una de las fotos—. Apenas se ve, pero la puerta de su dormitorio está en esta foto.

—Parece igual que las puertas de nuestro dormitorio.

En otras palabras, era probable que hubiera tomado esa foto en la escuela.

—Bueno, así que Sakura es Shizuku después de todo…. Todavía no entiendo el punto.

—Buen trabajo notando esto, Kushida.

Lo dije en serio. Aunque había un claro parecido, no lo habría notado sin que Kushida nos llamara la atención sobre eso.

—Cuando vi a Ike-kun leyendo esa revista semanal, recordé algo. Tenía la sensación de que había visto a Sakura-san en alguna parte antes —dijo Kushida.

—¡Oh, Dios mío, hay una gravure idol en nuestra clase! ¡Estoy tan emocionado! —exclamó Ike con entusiasmo, incapaz de ocultar su emoción.

Después de una reacción tan poco digna, imaginé que Kushida querría alejarse de él. Aunque ella era amable hasta un grado casi imprudente, no podía sentir esa clase de aceptación de su parte ahora.

—Pero justo cuando Shizuku empezó a ser muy popular, de repente desapareció.

Vivía una doble vida como ídol y como estudiante discreta y tranquila en nuestra escuela. ¿Por qué quiso crear otra vida? Era como una moneda con dos caras muy diferentes.

Al acercarse las 9:00 PM, ya era hora de que nuestro grupo se separara por esta noche. Los vi a todos salir por la puerta.

—Kushida, todavía tengo algo de lo que quiero hablarte. ¿Puedes quedarte un rato?

—¿Hmm? ¿Algo de qué hablar? Seguro.

—¡Oye, Ayanokouji! ¿De qué necesitas hablar con ella? No me digas que es…

Descarté los temores de Ike con un gesto de mi mano. Pero incluso después de decir que íbamos a hablar de Sakura, Ike se acercó mucho y me susurró al oído que no me creía.

—Si le confiesas tus sentimientos, no te perdonaré. Lo sabes, ¿verdad?

No tienes que ser tan paranoico….

Como si fuera a hacer eso. Además, aunque lo hiciera, me destruiría en un segundo.

—En serio. Si estás tan preocupado, espera en el pasillo. Terminaremos en un minuto.

Ike aceptó inmediatamente esperar. Hizo una pose y se estiró a toda su altura, parándose en el pasillo justo afuera de mi puerta. Después de que los chicos se fueron, comencé a contarle a Kushida la conversación que tuve con Sakura ese día.

—Oh sí. Entonces, ¿acerca de Sakura-san?

—Me sorprendí cuando me enteré de que era una ídol, pero también lo entendí. Me pregunto si esa es su verdadera personalidad.

Aunque había evitado exponer esta idea abiertamente, también pensé que Sakura tenía un lado oculto, igual que Kushida. Sin embargo, Kushida, que tenía una comprensión diferente de los hechos, llegó a una conclusión completamente diferente.

—Creo que… lo más probable es que Sakura-san diga que su yo ídol es en realidad su rostro falso. Bueno, supongo que decir que es falso tampoco está bien. Creo que está creando otra personalidad con maquillaje.

—Maquillaje…. Así que en otras palabras, ¿es una persona?

—Sí. Creo que con las pretensiones correctas, Sakura-san podría incluso obligarse a sonreír delante de la gente.

Kushida sonaba bastante persuasiva. Había algo cierto en sus palabras. Pero en ese momento, comencé a pensar en lo que Kushida trató de decirme durante nuestra última llamada telefónica.

—Oye. Cuando hablábamos por teléfono, ¿qué querías decirme?

Los hombros de Kushida se movieron un poco en respuesta. Era como si no lo hubiera recordado hasta ahora.

—Te lo diré más tarde. Ahora mismo, nuestra prioridad es resolver este caso. Además, es una petición personal.

—¿Una petición personal?

Encontré su lenguaje tentador, pero me parece que Kushida necesite ayuda con algo. En realidad no destacaba de ninguna manera. No podía proporcionar algo que le faltara a Kushida. Podía estudiar y tenía ambición.

—Lo siento. Si te lo digo ahora, sería una molestia —Sonrió con amargura y juntó sus manos para disculparse.

—Bueno, si las cosas con Sudou salen bien, ¿podrías decírmelo entonces?

—Sí, eso estaría bien.

Se giró y agarró la manija de la puerta. Sin embargo, de repente se detuvo, y permaneció perfectamente quieta por un corto tiempo. Mirando su espalda, no tenía ni idea del tipo de expresión que tenía.

—¿Kushida?

Algo parecía un poco fuera de lugar. Después de decir su nombre, Kushida se giró y cerró la distancia entre nosotros. Se paró de puntillas, sus talones se levantaron del suelo mientras ponía su mano en mi pecho y acercaba su boca a mi oído.

—Si escuchas mi petición, Ayanokouji-kun… te daré mi posesión más preciada.

Era como los murmullos de una bruja. Como si una fragancia dulce, pero potencialmente mortal, se hubiera apoderado de mi corazón. Cuando Kushida me susurró al oído, no sabía si su sonrisa era genuina o resentida.

Lo único que sabía con certeza era que Kushida no era un ángel. En lo que a ella respecta, no sabía cómo sentirme. La mayoría de la gente tiene diferentes facetas, pero en su caso es más pronunciado, como si otra persona viviera dentro de ella. Esta Kushida era un poco escalofriante.

No podía decir en absoluto cuál era su juego, qué estaba pensando o qué quería hacer. Ni siquiera podía decir adónde se había ido la chica llamada Kushida Kikyou. El cambio fue tan marcado que incluso me pregunté si tenía una doble personalidad. La diferencia era así de grande.

Cuando se alejó de nuevo, vi que Kushida había vuelto a ser la chica de la sonrisa amable. Cuando abrió la puerta, llamó a Ike, que había estado esperando impaciente  afuera. No  quedaba  ni el más mínimo  rastro  de  esa aterradora Kushida.

***

Después de que todos se fueron, me senté frente a mi computadora y miré el blog de Sakura Airi, es decir, Shizuku, la gravure idol. Cuando leí las entradas anteriores, vi que comenzó a publicar en su blog hace unos dos años. Precisamente en la época en que Sakura empezó a trabajar como gravure idol. Sus esperanzas y aspiraciones para el futuro estaban expresadas por escrito. No vi nada que sobresaliera especialmente, ni señales de peligro. Revisé otros blogs de ídols sólo como referencia, pero parecían similares.

Tenía que preguntarme, ¿cómo se habría sentido que un estudiante de segundo año de secundaria debutara en el mundo del entretenimiento? Durante un año, había actualizado el blog casi todos los días. Escribió sobre lo que pasaba ese día y sus pensamientos. También respondió a casi todos los comentarios de sus fans. Pero, como esperaba, dejó de responder después de ser aceptada en esta escuela.

Se apegó estrictamente a la regla de contactar a alguien fuera de la escuela. Aunque ella no era realmente el centro directo de atención, Sakura era más popular de lo que me había imaginado. Tenía más de 5000 seguidores en Twitter. Muchos de ellos eran fans que querían que volviera a aparecer en revistas muy pronto, o que le preguntaban si tenía algún plan para aparecer en televisión. Entre esos muchos comentarios, un post de hace tres meses me llamó la atención.

“¿Crees en el destino? Yo sí. Creo que estaremos juntos para siempre”.

Si ese hubiera sido el único mensaje, habría sido la fantasía de un admirador. Pero cada día había más, y se intensificó rápidamente.

“Siempre puedo sentirte cerca de mí.” “Estuviste aún más linda hoy, ¿no?”

“¿Te diste cuenta cuando nuestros ojos se encontraron? Yo lo noté.”

Si Sakura viera esto, esas palabras seguramente la asustarían. Era casi como si el hombre quisiera estar físicamente cerca de Shizuku para poder susurrarle estas palabras al oído. ¿Eran sólo desvaríos? Dentro de esta escuela tan restringida, sólo un número muy limitado de personas podía encontrarse con Sakura.

Estudiantes, profesores… o cualquiera que haya hecho negocios con la escuela. Tuve un recuerdo del hombre que trabajaba en la tienda de electrónica del campus. Entonces, un mensaje del domingo pasado me puso los pelos de punta. Me di cuenta de que era una realidad aplastante.

“Mira, Dios es real después de todo.”

Sakura compró una cámara digital después de matricularse en la escuela. Por supuesto, seguramente se disfrazó ese día, como lo haría cualquier celebridad. Pero aunque un disfraz como ese tendría sentido que lo usara con sus fans, ese empleado reconoció quién era Sakura. Por supuesto, sólo había unas pocas formas en las que podían tener contacto en ese momento.

Sin embargo, después de que la cámara de Sakura se estropeó, él la vio. Como le encantaba tanto, ella tenía que arreglarla. Dadas la situación, era casi imposible que alguien de la clase D comprara una nueva. Sin embargo, debido a que la llevó a reparar, existía la posibilidad de que se encontrara con el empleado de la tienda.

Había dudado en ir a que le repararan la cámara por culpa del empleado. El empleado, por otro lado, estaba de muy buen humor. Después de todo, aquí estaba su oportunidad de obtener el nombre real y el número de teléfono de su ídol favorita en el formulario que ella tenía que llenar. También podría explicar por qué ella me llamó esa noche y me hizo algunas preguntas importantes.

Cuando lo pensé, la respuesta me pareció obvia. Revisé los comentarios, buscando más cosas que podría haber escrito.

“¡Es tan cruel que me ignores! ¿O tal vez simplemente no te diste cuenta de mí?”

“¿Qué estás haciendo ahora? ¡Quiero verte, quiero verte, quiero verte, quiero verte!”

Comentarios espeluznantes aparecieron uno tras otro. Por supuesto, otros fans simplemente estaban disgustados con estos comentarios, pero era diferente para Sakura. Me preguntaba si saber que él estaba tan cerca la empujó al punto de un terror casi inimaginable. Pero Sakura nos lo ocultó, y ahora trataba de luchar desesperadamente contra la clase C por nosotros, como testigo. Seguramente dudaba en salir de su dormitorio, considerando lo mucho que le aterrorizaba la existencia de este hombre.

Si estaban en el mismo campus, su miedo era normal.

Sin embargo, casi no había nada que pudiéramos hacer, ningún plan que pudiéramos implementar para resolver el problema de este acosador para mañana. Al final, la única opción era esperar que la chica en cuestión pidiera ayuda.