Kono Subarashii Sekai ni Bakuen wo!

Volumen 2: El Turno de Yunyun

Capítulo 4: Salvadores de la Ciudad del Agua

Parte 5

“Al final, no pudimos hacer nada. Jamás hubiera creído que el señor Zesta hiciera algo así…”

Ya de regreso de las instalaciones. Veníamos caminando nosotras completamente desalentadas.

“… Sí. ¿Sera que ese viejo en verdad esta coludido con los demonios? Pese a todo, no siento que así sea…”

Aunque solo fue por un corto tiempo, Yunyun y Zesta se llegaron a conocer un poco.

Si Zesta fuera a estar involucrado con los demonios, ella quedaría impactada.

Entonces la persona más deprimida de entre nosotras, Cecily, murmuro tristemente para sí misma.

“Ellos dijeron que era evidencia, así que no podía tomármela… ahí tienen tanto y aun así no puedo beberlo…”

Esta persona estaba deprimida por un motivo completamente diferente por si sola.

“Lo que paso, paso, así que no puede hacerse ya nada. En cuanto así él es o un criminal o un subordinado de la armada del rey demonio, yo aún creo que él no es un mal tipo. Y después de que page por sus crímenes, le deberían dar la oportunidad de regresar.”

“Si no recuerdo mal, el castigo por traición es pena capital…”

Tras escuchar la seria explicación de Yunyun, tanto Cecily como yo sudamos en frío.

-En ese momento.

“¡Como ya les había dicho antes! ¡Como un miembro serio del culto a Axis! O sea ¡Yo! Así es ¡¿Yo?! Como el miembro de más alto rango del culto a Axis, ¡¿Cómo pueden pensar que yo asistiría a los demonios?!”

“¡En verdad lo siento, señor Zesta! Acerca de este problema, por favor no movamos más las cosas…”

Mientras íbamos caminando por la calle, nosotras escuchamos esta voz familiar, un poco más adelante de dónde íbamos.

Y en ese lugar estaba…

“¡¿Señor Zesta?!”

“Si una simple disculpa pudiera solucionar las cosas, ¡no los necesitaríamos a ustedes más! Si deciden reducir el departamento y quedas sin trabajo, por favor recuerda unirte a nuestro culto… ¿eh?, pero ¿si esa no es la señorita Cecily? ¿Qué haces aquí? Ah, ¡esperabas a que me liberaran!”

Un energético señor Zesta era acompañado por una agobiada mujer caballera.

“¿Señor Zesta? Porque está usted aquí… y libre…”

Zesta apunto en dirección del edificio donde acababa de salir.

“Pero ¡¿qué dices?! Esta es la estación de policía, señorita Megumin. Y sobre porque me dejan en libertad, está claro que es porque mi inocencia fue probada.”

“¡¿Ah?!” x3

“¡¿Por qué están tan sorprendidas?! ¿Cómo sería posible que yo cometiera un crimen así de estúpido? Oigan, ustedes debieron de haber creído en mi inocencia también.”

Presionada por el señor Zesta, la mujer caballera dijo resignada.

“… Debido a nuestra negligencia esta vez, nosotros nos equivocamos al arrestar al honesto miembro del culto a Axis, el señor Zesta. Yo en verdad lo siento…”

¡¿Pero qué sucedió en medio de la investigación?!

“Oigan, todos ustedes, ¡Adentro! ¡El señor Zesta regreso!”

“¡Sí-si! ¡Lo sentimos mucho señor Zesta!”

“E-esta vez fuimos muy negligentes… ¡!”

Bajo las órdenes de la mujer caballero, algunos policías salieron a toda prisa de la estación de policía.

Entre ellos estaba la persona que había dicho antes que la evidencia se estaba amontonando.

Él dijo tan confiado que la evidencia era tan incriminatoria ¿pues qué paso en verdad?

“A ese interrogador de lentes y con aires de grandeza, que uso el artículo mágico para detectar mentiras- ¡por favor agradézcanle de mi parte! Gracias a él, ¡por fin me libraron de sospecha! Fue tan gratificante el ver como esa su comportamiento lleno de confianza y arrogancia, ¡se rompió hasta llegar a las lágrimas!”

“¡Ugh…! E-esa persona será transferida pronto a la ciudad de Axel. Le hemos dado al señor Zesta un mal recuerdo. En verdad lo sentimos…”

Viendo el rostro de la mujer caballero lleno de insatisfacción, mientras que inclinaba su cabeza a manera de disculpa, yo empecé a entender que fue lo que paso.

Las estaciones de policía de las grandes ciudades, usualmente tienen artículos mágicos que pueden detectar mentiras.

Al ver como se pavoneaba el señor Zesta en auto-satisfacción. Puedo inferir que esa fue la razón.

“Oh, cielos. Sera transferido. ¡Pero que lastima! ¡Por favor dígale de mi parte que ahora que será transferido a la ciudad de Axel, que no repita el mismo error de culpar y arrestar a un hombre inocente, debido a falsas acusaciones!”

“Eh-lo entiendo…”

La mujer caballera lo vio acercarse a nosotras.

“Entonces, vayámonos. Ya he desperdiciado mucho de mi precioso tiempo aquí. En verdad, ¿Cómo es que van a compensarme? En un principio, debería dejar me acostarme bajo sus pies y dejarse lamer sus dedos uno por uno. Pero ya que soy tan generoso, por esta vez la perdonare.”

“… Gra-gracias por su mag-magnificencia…”

Zesta se dejó llevar aún más y uso un objeto parecido a un abanico de papel, para golpear la cabeza de la mujer caballero que en ese momento se estaba inclinando pidiendo disculpas.

“No dejes que solo te crezcan los pechos, ¡también trata de que tu cerebro se haga más inteligente!”

Él sonrió contento y se preparó para marcharse.

La mujer caballera apretó los dientes y miro la silueta de Zesta con un instinto asesino en sus ojos…