Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 8

Bonus 6: No Puedo Seguir Trabajando Como Un Anciano En Esta Nación Tan Explotadora

Un extraño silencio llenó la habitación de Ulfric. Hajime y Shea, que habían sido llamados por él, intercambiaron miradas confusas. ¿Qué es lo que ha creado una atmósfera tan pesada?

“Oye, Ulfric, ¿qué pasa aquí? Parece que finalmente te cansaste de las horas extras que te imponía una de esas terribles compañías de tecnología”.

“¿Estás bien? Parece como si hubieras perdido la vista de tu futuro o algo así.”

Ulfric era el mayor de los ancianos de Verbergen y el encargado de dirigir el consejo. El hecho de que hubiese llamado sólo a Hajime y Shea significaba cualquier asunto que tuviera, probablemente era algo serio. Viendo su cansancio, tanto Hajime como Shea le miraron con una preocupación inusual. Sin embargo, respondió a su preocupación con una mirada de nivel Yue.

“¿Intentan burlarse de mí?”

Shea y Hajime inclinaron sus cabezas, confundidos. A juzgar por su reacción, Ulfric se dio cuenta de que realmente no eran conscientes de lo que estaban haciendo. Hizo un largo suspiro, y finalmente continuó.

“Shea-dono. ¿Te gustaría tomar mi lugar como anciano?”

“¿Repite otra vez?” Shea le miró perpleja. Pero entonces ella adivinó sus intenciones y sus orejas de conejito se abrieron de par en par.

“Estás pensando en algo astuto otra vez, ¿no? Desde que mi padre se negó tu oferta, estás tratando de que me una al consejo de ancianos en lugar de hacer los Haulia parte de Verbergen, ¿no? ¡No voy a caer en tus trucos, anciano!” Las orejas de Shea se agitaban de un lado a otro con enojo mientras lo regañaba.

“Ah, bueno, lo sospechaba”, murmuró Ulfric.

Viendo su mirada abatida, Hajime se asomó.

“Ulfric, seguro que sabes que Shea nunca aceptaría esa oferta. En serio, ¿qué te deprimió tanto?” Las palabras de Hajime calmaron a Shea. una vez más miró a Ulfric con preocupación. El viejo elfo se tiró otro largo rato, suspiró cansado y contestó.

“Ojalá pudiera retirarme…”

Hajime y Shea intercambiaron miradas. ¿Por qué no lo hace entonces? Se preguntaron.

“¿Por qué no te retiras, entonces?”

“Sí, ¿por qué no?”

Dijeron lo que estaban pensando. La emoción se desvaneció de La cara de Ulfric y se puso de pie. Caminó hacia sus ventanas, abrió y les hizo una seña a Hajime y Shea para que vinieran a echarles un vistazo. Confundidos, los dos se unieron a él en el umbral de la ventana y miraron hacia afuera. Ulfric silenciosamente apuntando a un rincón de la ciudad.

“Esa gente de ahí son nuestros sabios”.

Hajime y Shea miraron hacia abajo para ver algo verdaderamente extraño.

“¡Salve Kaori-sama, nuestra gran diosa!”

“Oooh, ella también se ve impresionante hoy! ¡Ah, ella me miró! ¡Ella me sonrió!”

“¿¡Huh!? ¿¡Estás loco!? ¡Ella me sonrió! ¿Cómo puedes no saberlo, Guze?”

“Pah, los tigres nunca aprenden, ¿verdad? ¡Ah, Kaori-sama está volando a alguna parte! ¡Debemos perseguirla!”

“¡Oh, tienes razón! ¡Todos, síganme! ¡No podemos permitir que la más mínima posibilidad de daño venga a Kaori-sama! ¡En nuestro orgullo como escuadrón de defensa de Kaori-sama, la defenderemos de entre las sombras!”

El grupo de enanos y tigres corrió hacia el bosque. Ambas escuadras estaban lideradas por los sabios de sus respectivas razas. Hajime podía oír a Kaori gritar “Aléjate de mí” en la distancia, pero sus palabras sólo sirvieron para animar a su “escuadrón de defensa” a seguir adelante.

“……”

“……”

Hajime y Shea se callaron.

“Hay otro de nuestros sabios…” Ulfric apuntó en una dirección diferente.

“Fufufufu. ¡Por mi orgullo como reportera, descubriré al menos un escándalo en el que estás involucrada, Yue! Por el bien de la moral de todos los hombres bestias, necesito que la Princesa Shea sea la única amante de Nagumo. Y por eso, ¡debes desaparecer!”

La anciana arpía Mao se había hecho un traje de camuflaje hecho de hojas y ramas para ella misma. Además, se había pintado la cara de verde para ayudarla a mezclarse. La editora jefa de Verbergen Monthly se arrastró por el suelo, siguiendo a Yue desde una distancia segura.

¿Por qué no vuela? Hajime pensó ociosamente para sí mismo. Justo en ese momento, Yue se giró, frunciendo el ceño irritada. Levantó uno de sus brazos e invirtió la gravedad de Mao.

“¡Aaaaaaaaaaaaah!” La editora jefa Mao gritó mientras la mandaban a volar.

“Y esa de ahí es mi sucesora.”

Hajime y Shea se giraron vacilantemente hacia la nueva dirección que señaló Ulfric.

“¿Princesa? ¿Qué es exactamente esto?”

“Oh, ¿esto? Es una gargantilla. Después de ver la que Shea siempre trae puesta una, me apetecía tener una propia. Ya que somos mejores amigas, necesitamos tener accesorios a juego. ¡Intento encontrar a Shea para que se la ponga por mí!”

“Hay un gran problema con lo que acabas de decir, pero déjame decirte, princesa, que eso no es una gargantilla. Es un collar de esclava.”

“¡Somos las mejores amigas!”

“¡Princesa, por favor, al menos intenta hablar! Suena como si estuvieras insinuando que está bien porque son mejores amigas, ¡pero honestamente eso es aún más aterrador! ¡Estoy empezando a temer que te estés volviendo loca!”

“Me pregunto adónde fue Shea. Tengo que hacer que Shea se ponga este collar…. Quiero decir, estrangúlate conmigo. Considerando su fuerza, podría terminar ahogándome accidentalmente mientras lo hace…. Haaah…. Haaah…”

“Alguien, cualquiera, ¡llame a Kaori-sama! ¡La princesa está sufriendo una enfermedad horrible! ¡Necesitamos que Kaori-sama restaure su mente!”

Hajime y Shea apartaron sus miradas. No podían soportar enfrentar la realidad. Verbergen estaba al borde del colapso interno, y la mayor parte fue culpa de Hajime y de las demás, directa o indirectamente.

“¿Así que crees que debería retirarme?” Ulfric miró a Hajime y Shea con ojos muertos. Sudor frío caía por la frente de Hajime.

“Espera, aún no ha terminado. ¡Todavía está el sabio zorro! ¡El consejo de sabios aún no ha terminado!”

“Lua intentó llevar a cabo una campaña de espionaje contra los Haulia y fue sorprendida espiando en sus misiones. Como castigo, Cam afeitó todo el cabello de Lua, convirtiéndolo en una encerrada que no ha salido de su casa desde entonces”.

Shea se cubrió la cara con ambas manos y se agachó avergonzada. Incluso si no hubiera sido intencional, los Haulia habían convertido a la nieta de Ulfric en una pervertida, y a la sabia zorra en una NEET. Shea no se atrevía a mirar a los ojos de Ulfric. Incluso Hajime estaba empezando a sentirse un poco culpable. Miró torpemente a su alrededor, intentando encontrar alguna forma de animar a Ulfric. Pero antes de que pudiera, Ulfric continuó en silencio.

“Soy el mayor después de todo…”

Sí. Hajime y Shea asintieron.

“Y ciertamente me estoy haciendo mayor en años…”

Sí. Hajime y Shea asintieron.

“Tal vez debería retirarme…”

Probablemente no podrás hacerlo. Hajime y Shea agitaron sus cabezas. Si Ulfric dimitiera, es casi seguro que Verbergen se derrumbaría. El viejo elfo se giró una vez más hacia Shea.

“Shea-dono. Eres una respetada hombre bestia y la princesa del clan Haulia. Nadie se opondría a que tomes mi lugar como anciano. Además, aunque lo hicieran, podrías usar tu martillo para sofocar toda disensión. De hecho, estoy empezando a pensar que el consejo de sabios estaría mejor si tú fueras la única sabia en él. Una dictadura parece más atractiva que un consejo ahora mismo”.

“U-Umm, ¿Ulfric-san?” A Shea no le gustaba la dirección a la que iban los pensamientos de Ulfric. Ulfric se giró hacia Shea con la expresión de un trabajador mal pagado y sobrecargado que trabajaba para una compañía terrible. Entonces, abrió bien los brazos y declaró algo.

“¡Shea-dono, te concedo todo Verbergen!”

“¿Quién te crees que eres, el señor de los demonios?”

Ulfric ignoró la respuesta de Hajime. Y antes de que Shea pudiera responder, fueron interrumpidos.

“¡Ulfric! ¿¡Estás aquí!? ¡Estaba pensando que necesitamos levantar una estatua de Kaori- sama en la plaza central de la ciudad! ¿Puedes conseguir un presupuesto para ello?”

“¡Necesitaremos una catedral también! ¡De esta manera podemos tener sesiones de oración semanales! ¡Por favor, danos algo de dinero para este proyecto! Además, ¡nos gustaría hacer de esto un anuncio oficial para toda la ciudad! ¡Las cosas se van a poner muy ocupadas muy pronto aquí!”

“Abuelo, lo he estado pensando, ¡y deseo unirme a Shea en sus viajes! ¡Por favor, dame permiso para dejar la ciudad!”

“¡Ulfric-sama! ¡Mis arpías solas no pueden cubrir todas las primicias de Verbergen! ¿Sabes dónde están Lua y los demás zorros? ¡Estoy pensando en conseguir su ayuda!”

“Hey, Ulfric. Uno de tus sabios intentó espiarnos. Exactamente cómo planeas compensarnos por esto, ¿eh? ¿Estás mirando por encima de los Haulia o algo así?”

Todos los sabios, Altina, e incluso Cam se apilaron en la habitación de Ulfric. Sólo habían venido a pedir algo, o a solicitar algo, o a amenazarlo, también…. Ulfric le dio a Shea una mirada suplicante. Sin embargo, tanto ella como Hajime ya tenían un pie fuera de la ventana. Le echaron una última mirada de compasión, como los pastores vendiendo su cordero favorito al matadero, y luego saltaron por la ventana.

“Tal vez esto es lo más lejos que puedo llegar. Ciertamente ya no puedo esperar un mañana…” Ulfric suspiró una vez más mientras miraba al enjambre de personas que le rogaban dinero o favores.

A la mañana siguiente, Ulfric recibió un gran cargamento de bebidas energéticas. Las latas tenían ilustraciones de un cierto individuo de pelo blanco y de una cierta conejita en ellas.