Kono Subarashii Sekai ni Bakuen wo!

Volumen 1: El Turno de Megumin

Capítulo 1: Los Magos de Ojos Carmesí

Parte 5

“¡Pasen adelante! ¡Sean ustedes bienvenidas a la mejor cafetería del Clan de Magos Carmesí! No eres tú Megumin, la hija de Hyoizaburo, he escuchado que eres muy aplicada en la escuela. Todo mundo dice que eres una de los más grandes genios del Clan de Magos Carmesí. Pocas veces te veo comer fuera, ¿Que te gustaría ordenar?”

“Quisiera algo con bastantes calorías, que te haga sentir llena fácilmente.”

“Megumin, ¡Esa no es la forma en la que una chica deba ordenar comida! Hm. La recomendación del chef…”

Yunyun y yo no sentamos en la terraza de la única cafetería de la villa.

El dueño nos trajo el menú. Parece ser un conocido de mi padre.

“Recomendaciones… ‘Guiso de la bendición del dios oscuro’ además ‘Fideos picantes en aliento del dragón de lava’.”

“Yo quiero los fideos picantes.”

“Para mí, … esto del menú, ‘emparedado del cordero sacrificado al dios demonio’.”

“¡Muy bien! Fideos picados en aliento del dragón de lava y emparedado de cordero sacrificado al dios demonio. ¡Un momento por favor!”

“¡Ordene fideos picantes!”

Sonrojada, Yunyun corrigió el nombre del plato con un tono serio.

Mientras bebía lentamente el jugo de fruta que ofrecían.

“Megumin, Megumin. Aunque puede ser repentino, ¿Puedo hacerte una pregunta?”

“¿Qué será? Bueno ya que tú invitas, responderé cualquier pregunta normal que me hagas. Si es sobre mi debilidad. Mi debilidad actual son los dulces después de comer. El postre es mi debilidad.”

“¡No estoy preguntándote eso! Además ¿Qué clase de debilidad es esa? No normalmente te lo comerías a grandes bocados.”

“Es un dicho común –’¡Los dulces son los enemigos de las chicas!’… ¿Entonces qué quieres preguntarme?”

Repentinamente, Yunyun duda sobre si continuar. Así que la presiono para que siga.

Ver las expresiones de esta chica hace que despierte mi sadismo.

“Megumin, ¿Hay algún chico que te guste?”

“¡Yunyun está en celo!

Después de escucharla, me levanto impactada. Mientras Yunyun trata de explicarse casi llorando.

“No, ¡No es nada de eso! Piensa un poco acerca de eso. La plática entre chicas suele ser trivial, ¿cierto? ¡Yo simplemente buscaba ese tipo de conversación! ¡Yo no tengo a alguien que me guste!”

Sus palabras me tranquilizaron así que vuelvo a sentarme.

“¿Cómo decirlo? Yunyun, eres una chica extraña para los estándares del Clan de los Magos Carmesí. Escuche que, durante la clase de educación física, no podías hacer una pose genial debido a la vergüenza.”

“¿Yo soy la extraña? Desde niña, yo siempre he creído que los pobladores de esta villa, son un de alguna manera raros…”

Extrañamente Yunyun parece desanimada por lo que le dije.

Ella no tiene amigos en clase, probablemente por su rareza.

“Entonces, ¿Qué tipo de chicos te gustan Yunyun?”

“¿Eh?”

Enfrentándose a mi pregunta, una sonrojada Yunyun pones sus ojos en blanco por el impacto.

“¿No querías hablar cosas triviales? Por cierto, para mí, yo no aceptaría a ningún chico que prestase dinero solo para beneficiarse por ello. Lo mejor sería que tuviera grandes metas, que trabajara duro noche y día y que fuera honesto y serio”

“Alguien serio y gentil, he. Megumin tiene un lado amable y es buena cuidando a otros, así que acabaras atrayendo al tipo opuesto, aquellos vagos insalvables… ¡eso duele, para duele!

¡Solo bromeo! … A mí me gustan maduros y robustos, del tipo que escuchen lo que me paso durante el día…”

-Una tarde tranquila.

Platique interminablemente con mi auto-proclamado rival, mientras regresábamos a casa.

***

“¡Estoy en casa!”

“¡Bienvenida a casa, hermana!”

Tras llegar a casa mi hermanita, que es unos cuantos años menor que yo, salió a recibirme.

Komekko, qué apenas tiene 5 años de edad, solo es un poco más bajita que yo.

Ella viste mi vieja túnica. Por lo que la parte que le sobraba estaba manchada con lodo.

“Ah… Las orillas de la túnica están enlodadas. Te pedí que cuidaras la casa. ¿Saliste a jugar de nuevo?”

“¡Sí! Derrote al repartidor de periódicos y después salí a jugar.”

“Oh, así que hoy volviste a ganar. En verdad eres mi hermanita.”

“¡Sí! Le dije ‘No he comido ningún alimento solido en 3 días.’ Después de eso, el dejo algunos cupones para comida.”

Komekko me mostro los frutos de su arduo trabajo, con satisfacción.

Mientras le daba palmaditas en la cabeza a mí excelente hermana, Komekko repentinamente detecto algo.

“Percibo cierto aroma en el cuerpo de mi hermana…”

“En verdad eres mi hermana menor. Traje esto conmigo. ¡’Emparedado de cordero sacrificado al dios demonio’! ¡Come hasta explotar!”

“¡Sorprendente! Es tan genial como convertirse en el Rey Demonio. Entonces, la cena que capture para hoy se pasara para el desayuno de mañana.”

Komekko, quien ama los emparedados, dijo repentinamente.

…la cena fue capturada.

Recuerdo que hace algún tiempo Komekko capturo algunas cigarras y sugirió que las friéramos para comerlas. De repente me sentí aterrada.

“Komekko, ¿Qué dijiste que habría de cenar? ¿Qué fue lo que capturaste?”

“¿Quieres ver? Lo derrote después de una dura batalla mortal. ¡Una bestia negra!”

Komekko dejo esta declaración y regreso corriendo hacia la casa.

¡Espero que no sea un insecto! ¡Espero que no sea un insecto!

Mientras esperaba, seguía rezando. Poco después Komekko trajo algo cargando…

“…Miau…”

Era un gato negro que, por alguna razón lucia exhausto.

“…esta vez atrapaste uno grande.”

“Sí. ¡Trabaje duro! En un principio se defendió, pero se volvió dócil después de que lo mordiera algunas veces.”

“Aunque ganar es algo bueno, no debes ir mordiendo cosas aleatoriamente.”

Komekko asintió obedientemente después de escucharme. Yo tome al gato negro. Él se escondió rápidamente en mis brazos. Parece que paso por una mala experiencia, con temor trataba de poner su cabeza en mi pecho.

Komekko le dio grandes mordidas al emparedado, después tomo una pausa y observo el emparedado aun en su boca para ofréceme un poco.

“… ¿Quieres comer?”

“Yo ya comí. Tú puedes comértelo todo. De cualquier manera, yo me encargare de esta bola de pelo, ¿Esta bien?”

“¡Esta bien!”

Komekko estaba complacida comiendo el emparedado.

-Deje el gato en mi cuarto. Y el cínicamente se enrosco sobre mí cama, yo murmure suavemente…

“¿Qué voy a hacer con este gato?”

Para tener tan poca vergüenza, quizás no sea un simple callejero.

Pero no puedo dejar que se convierta en el desayuno, tal como Komekko desea. Tampoco hay comida de sobra en la casa como para alimentarlo.

Si lo libero y es atrapado por Komekko de nuevo, esta vez definitivamente se volverá la comida de Komekko… Entonces-