Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 5

Bonus 5: Las Tribunas

Era un día tranquilo y soleado en la ciudad flotante de Erisen. Últimamente, sin embargo, la ciudad había sido todo menos pacífica. Hoy, como de costumbre, Hajime estaba sentado en el muelle practicando su transmutación. Una de las causas de los problemas de la ciudad se le acercó.

“Hajime-kun, ¿puedo sentarme a tu lado?”

“¿Eres tú, Kaori? Sabes que no tienes que pedir permiso para cada cosita, ¿verdad?”

Kaori se sonrojó, y se sentó junto a él. Extremadamente cerca de él. Lo suficientemente cerca como para que Hajime tuviera dificultades para concentrarse en su transmutación. También estaba en traje de baño.

Hajime se giró hacia Kaori, planeando decirle que respetase su espacio personal, cuando la tiraron del muelle. Voló a través del cielo, volteándose varias veces, y cayó al agua con un fuerte chapoteo. Yue se acercó y cogió el sitio que Kaori había dejado libre. Aunque era tan inexpresiva como siempre, Hajime podía ver que estaba satisfecha. Se sentó junto a Hajime y estiró sus piernas desnudas.

“Yue, ¿acabas de…”

“¿Qué estás haciendo, Hajime?”

Parece que hoy también está en ello. Yue fingió que no acababa de tirar a Kaori al agua y miró con curiosidad el trabajo de Hajime. Pero antes de que pudiera hacer mucho más, Kaori volvió al muelle. Estaba empapada, y su flequillo cubría su cara de modo que parecía una cierta antagonista de la película de terror.

“Yue, ¿tienes algo que decir en tu defensa? Te daré una oportunidad para explicarte.”

“¿Quién eres tú?”

Una vena latía en la frente de Kaori. Chispas invisibles volaban cuando sus miradas se cruzaban.

“Fufufu, eres muy gracioso, Yue. No puedo creer que te hayas olvidado de la persona que acabas de tirar al mar. ¿Tan mala es tu memoria?”

“Oh. Ahora recuerdo que eres Kaori. Estás tan triste que siempre olvido quién eres. Deberías intentar hacer algo con tu tristeza”.

“Creo que eres tú el que tiene que arreglar tu cerebro que gotea”.

Kaori y Yue empezaron a reírse. Yue se puso en pie y las dos se miraron fijamente. Como siempre, extrañas criaturas aparecieron detrás de las dos chicas. Un inmenso dragón trueno dorado apareció tras Yue mientras que un demonio con una aterradora máscara apareció tras Kaori. El dragón soltó un feroz rugido mientras una ventisca azotaba al demonio mientras golpeaba su espada contra su hombro. Esta fue la razón por la que Erisen no había estado en paz en los últimos días. Las extrañas apariciones que invocaron Yue y Kaori fueron la causa de todo ello. Hajime sabía lo que vendría después. Kaori le gritaba a Yue por ser un matón y la atacaba. Yue contestaría que era culpa de Kaori por intentar ser astuto y defenderse. Sus pequeñas peleas de gatas se habían convertido en todo un espectáculo, y muchos de los ciudadanos de Erisen vinieron a verlas.

“Mira, hoy también están en ello. ¿Qué son esas cosas detrás de ellas? Parecen un dragón y un demonio, pero ¿cómo aparecen y desaparecen así?”

Mientras Hajime los veía batirse en duelo con una sonrisa de preocupación, Shea se acercó a él.

“¿Por qué pareces tan infeliz? Por cierto, no deberías tratar de entender esas apariciones. Sólo acéptalos como parte de la vida”.

“¿Qué estás diciendo, Hajime-san? Esas cosas sólo aparecen cuando se pelean por ti. En otras palabras, ¡son la prueba de su amor!”

“Más vale que no lo sean. ¿Qué clase de símbolo de amor es un dragón o un demonio?”

Shea se puso las orejas sobre su cabeza e ignoró las palabras de Hajime.

“Te amo tanto como ellas, así que ¿cómo es que no puedo invocar un espíritu de amor? ¡Quiero uno de esos raros objetos de aparición también!”

¿Eso es lo que la hace infeliz? Hajime suspiró mientras miraba como Shea se apretaba la cara e intentaba invocar algo.

“Creo que ya lo sé, pero ¿qué estás haciendo?”

“¡Intentando convocar una aparición, obviamente!”

No estoy seguro de que eso sea algo que se pueda sacar por la fuerza…. Sin embargo, la fuerza era la única cosa que Shea podía pensar en usar. ¿Qué pasó con que estas cosas fueran un símbolo de amor?

El maná azul cielo giraba alrededor del Shea y su cabello comenzó a agitarse con la brisa. Emitió un grito que hizo que los residentes cercanos corrieran hacia un lugar seguro. El mar alrededor del muelle se agitó, y por un momento Hajime pensó honestamente que podría invocar algo. Pero al final, no pasó nada.

“Bueno, eso no funcionará.”

“Awwww. Qué lástima”.

Shea se hundió de rodillas y sus orejas de conejo cayeron en la desilusión.

“¿No es mi amor lo suficientemente fuerte? De ninguna manera…” Se murmuró a sí misma. Hajime sonrió y acarició sus esponjosas orejas de conejo. Siguió jugando con ellas hasta que quedó satisfecho.

“Bueno, no creí que fueras capaz de convocar a uno de esos de todos modos.”

“No puedo creerlo. ¿Dudas de mi amor también, Hajime-san?”

El estado de ánimo de Shea había empezado a mejorar cuando Hajime empezó a acariciarla, pero le costó un poco cuando dijo eso. Pero Hajime agitó la cabeza.

“No lo digo en serio… en el mal sentido. Creo que esas cosas son creadas a partir de emociones negativas. Son ilusiones nacidas de las auras negativas que tienen esas dos.”

“Haaah… ¿En serio?”

No era una explicación muy científica, pero parecía que Hajime al menos había pensado en ello. Shea miró inexpresivamente a Hajime, preguntándose a dónde intentaba llegar con esto. Hajime se acercó a Shea y se sacudió un poco más las orejas.

“Básicamente, no eres el tipo de persona que tendría uno de esos. Además, aunque no tengas una ilusión extraña detrás de ti, tienes dos orejas de conejo perfectamente buenas encima de ti. Deberías estar orgullosa de ellos. Al menos, son lo suficientemente buenas para mí”.

“Ugh…. Ojalá tuviera más experiencia. Nunca sé qué decir en momentos como éste. Si tan sólo fuera más femenina…”

Shea se sonrojó y se movió distraídamente durante unos segundos antes de decidir inclinarse hacia Hajime. Sus orejas se levantaron, y acercó la mano de Hajime.

“Fufu. No dejas pasar ninguna oportunidad, ¿verdad, Shea?”

“Sí. Ella nos llevó allí. Aunque fue un espléndido ataque sorpresa… No puedo creer que intentes superar a tu maestra”.

“¿¡Ah!?”

Las orejas de Shea se elevaron. Se giró para ver a Yue y a Kaori sonriéndole.

“Shaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah”

Rooooaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar.

El demonio de Kaori y el dragón de Yue la gruñeron siniestramente.

Shea se escapó. Naturalmente, Yue y Kaori la persiguieron. Por alguna razón, los residentes de Erisen vitoreaban cada vez que escuchaban otra explosión.

“Estoy tan contento de que esta ciudad sea pacífica.”

Las palabras de Hajime fueron ahogadas por el sonido de un trueno que retumbaba.