Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 5

Bonus 4: Los Disfraces De Conejo Son Un Arma Peligrosa

Hajime y su grupo se habían detenido en un pequeño pueblo para pasar la noche. A pesar del tamaño relativamente pequeño de la ciudad, había una cantidad sorprendentemente grande de gente allí. Todas las chicas miraron felices a su alrededor.

“Así que este es el pueblo famoso por sus textiles. La ropa de todos se ve muy bien hecha”.

“Mhmm. Los tejedores de aquí son muy hábiles”.

Los ojos carmesíes de Yue se movían de persona a persona. Quedó impresionada por la calidad de la tela que vio. De vuelta en el abismo, había cosido ropa para ella y para Hajime. Al principio, le había costado mucho trabajo hacer la más simple de las prendas, pero había mejorado mucho desde entonces. La costura se había convertido en un pasatiempo para ella. De ahí por qué estaba tan entusiasmada con todos los rollos de hilo de colores que vio, y con los hábiles tejedores que tejían con ellos.

Shea y Kaori también estaban muy entusiasmadas. Shea era una maestra de todas las tareas domésticas, así que, por supuesto, la ropa y la costura la entusiasmaban, mientras que Kaori era una chica de secundaria con un interés en la moda. Mientras que a los demás les fascinaba la ciudad, a la ciudad le fascinaba Tío. Su exquisita confección era una prenda tradicional para las mujeres dragón, pero era raro ver algo así fuera de su aldea.

“¡Papá, mira qué ropa tan diferente! ¡Nunca había visto esas clases antes!”

“¿En serio? Ahora que lo pienso, ¿qué suelen llevar los Dagons?”

Aunque sea joven, Myu aún era una niña. Estaba tan interesada en la ropa como las demás. Hajime miró a la niña que cabalgaba sobre su hombro. Ella inclinó la cabeza y pensó por un momento.

“¡Nada, normalmente!”

“¡Ustedes son nudistas!”

Hajime notó las frías miradas de las chicas y rápidamente aclaró su garganta. En realidad, los Dagons solían llevar algún tipo de traje de baño, ya que pasaban la mayor parte de sus vidas en el agua. Cuando estaban en tierra, se ponían una bata o algo así, pero eso era todo.

Hajime pudo ver que las otras chicas estaban a punto de mencionar que se desnudarían para él si eso era lo que él quería. Realmente no quería tener esa conversación, así que se dirigió a Myu en busca de salvación.

“¿Hay algo que quieras, Myu? Ya que estamos aquí, puedo comprarte ropa nueva si quieres”.

“¿¡Puedo comprar cualquier cosa!? Ummmmmm ummm…”

Ojos brillantes, Myu buscó algo que conseguir. Hajime realmente la mimó. Yue y las demás le miraron fijamente. Hajime sonrió, y accedió a comprarles lo que quisieran también. Después de unos segundos de búsqueda, Myu encontró lo que quería. Miró larga y duramente a cierta prenda de vestir. Específicamente, lo que Yue llevaba puesto.

“¿Hm? ¿Qué pasa, Myu?”

Myu señaló a Yue y dijo,

“¡Quiero lo que Yue-oneechan lleva puesto! ¡Quiero usar algo así también!”

“¿Quieres mi ropa? Pero Myu, hay muchos otros trajes más lindos aquí.”

El vestido de Yue tenía adornos por todas partes y era muy lindo. Pero lo había diseñado para viajar y combatir, así que no era la pieza más elegante. Sin embargo, a Myu parecía gustarle.

“¡Pero tú eres la más genial, Yue-oneechan! Te ves muy bien cuando peleas con papá y usas magia y esas cosas. Aunque soy la hija de papá, soy muy débil. Pero tal vez si me pongo tu vestido yo también me haga más fuerte”.

“Myu, eres tan pura que duele.”

La declaración de Myu había sido tan linda que le hizo sangrar la nariz a Yue. Yue arrancó a Myu del hombro de Hajime y aplastó sus suaves mejillas. Myu chillaba como protesta, pero Yue la ignoró.

“M-Myu-chan, ¿no crees que yo también me veo bien? ¡Puedo matar a cualquiera con un solo golpe de mi martillo! ¡Los enemigos se acobardan ante mí!”

“Myu-chan, ¡soy muy bueno reteniendo a los enemigos! ¡Déjame mostrarte mis [Cuchillas de Luz Atadoras]!”

“En ese caso, permítame mostrarle el poder de mi aliento. Aún no has visto lo increíble que soy, ¿verdad? Mi glorioso aliento te dejará atónita”.

Todos trataron de impresionar a la princesita de la fiesta. Myu se retorció para salir de las garras de Yue y se dio la vuelta.

“No eres… genial, Shea-oneechan. Eres, umm…. ¿salvaje?”

Shea se agarró el pecho y cayó al suelo con un gemido. No hay nada más desgarrador que oír que una niña te dice que no eres genial.

“Y el mecanismo de Kaori… débil…”

Kaori agarró su pecho y cayó al suelo con un gemido. No había nada más desgarrador que oír que eres una debilucha patética de una niña pequeña.

“Y Tio-oneechan…. ¡estás bien!”

“¿Qué demonios se supone que significa eso?” Tio respondió y cayó al suelo. No había nada más desgarrador que ser compadecida por una niña.

Tres niñas yacían en el suelo en medio de la calle principal de la ciudad. Miraron hacia arriba simultáneamente cuando oyeron pasos que se les acercaban. Yue estaba de pie junto a ellas, sonriendo de oreja a oreja. Rara vez ha mostrado tanta expresividad.

Shea y las demás se pusieron de pie lentamente, con un destello asesino en sus ojos. Siempre habían sabido que ella sería la jefa final.

Pensando que era su culpa que sus modelos a seguir estuvieran luchando, Myu se interpuso apresuradamente entre ellas.

“¡U-Umm, todos ustedes también tienen ropa genial, Shea onee-chan, Kaori onee-chan, Tio onee-chan! Así que, umm… ¡Lo sé! ¡Cambiemos todos de ropa! ¡De esa manera todos podremos usar la ropa de todos! ¡Será divertido!”

Las cuatro mujeres se miraron y sonrieron torpemente. Su mezquina rivalidad había hecho que una niña se preocupara por ellas. Hajime sonrió, orgulloso de los intentos de mediación de su hija. Luego sonrió malvadamente y se giró hacia Yue.

“¿Qué te parece, por qué no le das una oportunidad a la propuesta de Myu? Pueden sortear todo al azar y usar el atuendo de quien sea que usen. Estamos en un pueblo de sastres, así que podrán hacerlos a su medida”.

Myu miró expectante a las chicas. No había forma de rechazarla. Yue y los otros rápidamente estuvieron de acuerdo con la idea de Myu. Con mucho dinero y coacción, Hajime convenció a un sastre cercano para que hiciera los trajes de las niñas de inmediato. Una vez que terminó, las chicas entraron en los probadores para cambiarse. Como la tienda en la que estaban era grande, había muchos otros clientes alrededor. Hajime estaba frente a los vestuarios, esperando a ver quién salía primero.

“¡Papá, mira, mira! ¡Soy Yue onee-chan!”

Resultó ser Myu. Llevaba la ropa de Yue. Una camisa con volantes, una falda negra, un abrigo blanco y botas de tobillo. Hajime tuvo que admitir que se veía linda. Ella agitó sus brazos, que eran demasiado cortos para el escudo, y adoptó la misma postura que Yue cuando estaba echando magia.

“Oh, te queda muy bien, Myu. Ahora te pareces más a una adulta”.

Myu sonrió y se sonrojó.

“Myu, no abras la puerta mientras otras personas siguen cambiando.”

Yue salió del mismo probador. Había ido con Myu para ayudarla a cambiarse. Hajime murmuró un suave “Wow….” mientras veía el traje de Yue. Él tampoco era el único. Los otros clientes e incluso el sastre que dirigía la tienda quedaron impresionados. Yue llevaba el kimono de Tio. El kimono de la dragona era una mezcla ecléctica de estilos occidentales y japoneses. Yue parecía una dama refinada y elegante.

“Es la primera vez que uso un traje así…. Debo decir que es bastante vergonzoso.”

“¡Tu ropa es tan brillante, Kaori-san! Hay tanta tela que es difícil moverse con ella”.

Después estaban Tio y Shea. Tio llevaba el de Myu de una pieza. Era blanco, y adornado con múltiples cintas y volantes. Tio se sonrojó al mirarse a sí misma. Es raro ver a esa dragona pervertida avergonzada por algo. Aun así, se ve linda con eso. Hajime se lo dijo a Tio, lo que hizo que se sonrojase aún más y se escondiese tras un perchero. A los clientes varones les sangraba la nariz mirándola.

Mientras tanto, Shea estaba en la ropa de la sacerdotisa de Kaori. La sobreabundancia de ropa le resultaba incómoda, pero el atuendo acentuaba su figura. Hajime tuvo que admitir que se veía hermosa con ella. La única persona que quedaba era Kaori. Sin embargo, incluso después de unos minutos no salió.

“¿Hm? Todavía no ha salido.”

“Espera aquí, la sacaré a rastras”.

Yue sonrió maliciosamente y entró en el vestuario de Kaori. Hubo algunos golpes fuertes, y Kaori gritó estridente: “¡No puedo hacerlo! ¡No puedo usar la ropa de Shea! ¡Son prácticamente ropa interior!”

“No te preocupes por eso”, fue la respuesta de Yue.

Luego, tras un momento de silencio, la puerta del vestuario de Kaori se abrió y Kaori fue arrojada a la naturaleza.

“Esto es muy vergonzoso. Hajime-kun, por favor no me mires demasiado…”

Kaori intentó cubrirse con sus manos mientras se sonrojaba hasta las puntas de sus oídos. La ropa del Conejero era bastante reveladora, y las esbeltas piernas de Kaori y su amplio escote estaban a la vista. Hajime normalmente no se daba cuenta del atuendo ya que a Shea no parecía importarle la cantidad de piel que exponía. Sin embargo, la vergüenza de Kaori enfatizó lo revelador que era. Algunos de los clientes se desmayaron por la pérdida de sangre después de ver lo sexy que se veía. La tienda se convirtió en un mar de sangre cuando Yue y las demás cambiaron de ropa una y otra vez.

El atuendo de Shea se veía muy sexy para cualquiera que lo usara, y al poco tiempo los clientes se ahogaban en sus propias hemorragias nasales. Hajime tomó nota mentalmente de matar a todos los hombres a los que les sangraba la nariz mirando a Myu vestida con el traje de Shea más tarde. Una vez que terminó el intercambio de vestimenta, Hajime dio su discurso de clausura.

“Sí, supongo que la ropa de Shea es realmente sexy.”

Con o sin ropa tradicional, fue bastante reveladora. Y así, Hajime reconfirmó lo que siempre había sabido, pero que había olvidado.