Goblin Slayer – Side Story: Year One

Volumen 1

Capítulo 2: Expedición de Compras – Obteniendo Equipamiento

Parte 2

“¡Disculpeee! ¡Me gustaría registrarme como aventurero, por favor!”

“¡Por supuesto, enseguida le atiendo!”

“Lo siento… ¿podrías coger tres bolsas de monedas de oro de la caja fuerte?”

“¡Claro, ahora mismo!”

“Asegúrate de anotar cualquier poción que vendas en el registro. Tenemos que hacer el balance de los libros mañana.”

“¡Oh, por supuesto! ¡Estoy en ello!”

“¡El mapa! ¿Dónde está el mapa?”

“Está encima de…. ¡Ten, yo lo recojo!”

“¡Hay un error en este papeleo! Un wyrmling es un dragón bebé; ¡un gusano es sólo un insecto!”

“¡¿Quéé?! ¡Lo siento mucho!”

Estaba tan ocupada que su cabeza daba vueltas. El personal corría hacia y desde la recepción del Gremio de Aventureros.

¡No recuerdo que mi entrenamiento en la capital fuera así…!

La nueva integrante del personal corría como un ratón saltando a toda velocidad, con lágrimas en los ojos mientras se enfrentaba al papeleo.

Naturalmente, el trabajo del personal era escribir las misiones traídas al Gremio. Cualquier error podía ser una cuestión de vida o muerte para un aventurero. La reputación del Gremio se destruiría.

Recién nacido o no, un dragón era un dragón. Confundirlo con un insecto era un error del más alto nivel. Un aventurero podría emprender la búsqueda pensando que todo lo que tenían que hacer era aplastar algún bicho, sólo para encontrarse cocinados por el aliento ardiente de la criatura.

En realidad, a este nivel, tal vez un gusano sería aún más aterrador….

Se tomó un segundo para inclinar su cabeza pensando mientras escribía furiosamente, envolviendo una banda alrededor de sus mangas. Pensó que había oído hablar de algo llamado gusano púrpura que se suponía que era muy fuerte.

Preocupada, sacó el Manual de Monstruos y hojeó las páginas.

“Así que un gusano púrpura es una amenaza de nivel doce. Y un dragón verde recién nacido es… ¿cuatro?”

Eso significa que en realidad cometí lo contrario del error que pensé que cometí.

Ella tenía que hacer este tipo de investigación para casi todas las misiones, y esto no le hacía ningún favor en cuanto a mantenerse al día con su trabajo. Había mucho que aprender, y tenía horas extras todos los días. Llegaba a casa justo a tiempo para cenar y luego colapsar en la cama.

No tenía mucho tiempo para prepararse por las mañanas; todo lo que podía hacer era ponerse un poco de maquillaje y trenzar su cabello. Se sentía muy lejos de las mujeres urbanas y sofisticadas, tan encantadoras y ordenadas, a las que había admirado.

El hecho de que fuera bien educada y proveniente de una familia con recursos y reputación no significaba que tuviera la obligación de convertirse en la esposa bonita de alguien. Comprendió la importancia de hacer conexiones con familias prominentes en el mundo entero, asegurando que el trabajo de su padre y el de su esposo se llevaran a cabo sin problemas. Pero había otros que se encargaban de tales tareas. Ella, por su parte, ¡iba a entrar en el servicio público!

Y mira adónde me llevó.

“Oh, toma. Haz el papeleo para todas estas misiones de goblins, también.”

Una pila de papeles fue depositada delante de ella con un golpe, y pensó que podría ponerse a llorar.

No podría ser la esposa de nadie, aunque quisiera… ¡No tengo tiempo!

La recepcionista del escritorio de al lado vio la expresión en la cara de la joven.

“¿Estás bien?”, preguntó. La nueva muchacha estaba constantemente agradecida por la amabilidad de esta otra mujer, que había dicho que tenía un sacerdocio.

“…Sí, sólo voy a… ir a buscar un poco de agua.”

Con las cosas tan agitadas como estaban, ni siquiera tuvo tiempo de preparar el té que tanto le gustaba.

Se puso de pie de forma inestable, luego se dirigió a la jarra comunitaria y vertió agua en un vaso en el que había escrito su nombre. El agua estaba tibia, pero todavía se sentía maravillosa en su garganta y labios secos. La nueva miembro del personal bebía ruidosamente, y luego dejaba escapar un respiro, uf.

“Oof…. Mi mano está acalambrada…”

Se frotó la mano hinchada instintivamente y se masajeó los ojos llorosos.

Goblins otra vez, huh…

Los goblins eran, por supuesto, los más débiles de los monstruos, los más bajos de los NPCs. Con aproximadamente el mismo tamaño, fuerza e inteligencia que los niños, formaban grupos y vivían en cuevas o ruinas, desde las cuales atacaban aldeas y secuestraban mujeres. Podían ser intimidados para seguir a alguien más fuerte que ellos, pero en el fondo siempre creyeron que eran el centro del universo, y les daba gran alegría atormentar a aquellos que eran más débiles que ellos.

Era extremadamente típico que dos o tres goblins intentaran robar ganado de un pueblo, por ejemplo, y que algún grupo de jóvenes locales los ahuyentaran. Sólo cuando las cosas se ponían bastante mal la gente acudía al Gremio. Y como regla general, casi siempre era “bastante mal”. Era algo que ocurría casi a diario.

Incluso había una especie de proverbio que decía: cada vez que se forma un grupo de aventureros, también lo hace un nido de goblins.

A veces se preguntaba por qué el estado no hacía algo al respecto, pero ella ya estaba al borde del colapso, y lo máximo que podía hacer era cuestionarse.

Hacía solo cinco años que el ejército del Caos, comandado por el Señor de los Demonios, había asaltado el país como una tormenta. Incluso ahora, elementos de sus fuerzas vencidas estaban siendo descubiertos por toda la región: Asesinos de los Elfos Oscuros deambulando a su antojo entre las sombras de la capital, conspirando malicia. Malvados cultistas que practicaban rituales horribles en las profundidades de las ruinas subterráneas, buscando revivirlo. Incluso nigromantes en sus casas y torres, usando a los muertos para experimentos inenarrables.

Monstruos caóticos también recorrían cada rincón del mapa, haciendo lo que les daba la gana sin control.

Sin mencionar a la gente que quiere ir a luchar contra un dragón en las montañas.

Los goblins estaban entre los monstruos más numerosos, pero eso no cambiaba lo lamentablemente débiles que eran.

“Tiene sentido que los aventureros quieran luchar contra otro monstruo…”

Incluso a ella no le gustaban los goblins, y todo lo que tenía que hacer era el papeleo relacionado con ellos. No sería mucho más divertido, supuso, ir por ahí matándolos.

Si le hubieran dicho que, a partir de ahora, tendría que pasar todo el día, todos los días, haciendo papeleo relacionado con los goblins, habría hecho un escándalo al respecto.

La nueva integrante del personal dio otro suspiro profundo y luego regresó a la zona de recepción. Ella tendría que organizar estas misiones de goblins para que pudieran ser colocadas en el tablero. El solo hecho de pensarlo hizo que su estómago se agitara y le saltaron lágrimas a sus ojos que antes había intentado contener.

“Ughhhh…”

“Oye, anímate”, le dijo su colega con una sonrisa desde el escritorio de al lado.

“Cierto…”

“Sabes, hacer tu trabajo es una forma de servir a la justicia. ¡Deberías estar un poco más contenta!”

¿Es esta su manera de consolarme? Sería más feliz si lo escuchara de un clérigo de la Madre Tierra, no del Dios Supremo, pensó insolentemente. Tal vez un sirviente de la Madre Tierra no me haría trabajar tan duro….

“Oye, ¿al menos has almorzado?”

Aun así, estaba indescriptiblemente agradecida por esta muestra de consideración.

La nueva integrante del personal agitó la cabeza, haciendo que sus trenzas se movieran de un lado a otro. “No he tenido tiempo…”

“Oh, sólo ve y come. ¡Rápido, ve! ¡No puedes trabajar con el estómago vacío! ¡Oops, aquí viene la siguiente persona!”

“Bienv…”

“¡No olvides sonreír!”

A pesar de la insistencia de su compañera de trabajo, la nueva integrante del personal no pudo despertar su apetito. Se dio un masaje en las mejillas, tratando de convencerlas de que hicieran la sonrisa, que parecía tener tantos problemas para ofrecer. Durante su entrenamiento, ella había sonreído diligentemente a cada aventurero, deseándoles la mejor de las suertes. Pero al final…

Es porque me involucré demasiado con ellos.

Tenía oscuros recuerdos de la capital, de una época en la que casi había perdido su inocencia. O, bueno, no del todo, pero a ella le pareció que sí. Después de todo, había sido demasiado fuerte para que una mujer joven se resistiera. Fue nada menos que un milagro que ella se hubiera librado de ello.

Pero aun así, no puedo despedirlos con el ceño fruncido.

Sonreír era sólo parte del trabajo.

No quería dejar, a los que aceptaban las misiones, con un sabor amargo en la boca. Ni quería que entendieran erróneamente cómo se sentía. Pero, ¿cuánta sonrisa era suficiente, entonces?

Mientras se tomaba un momento de su precioso tiempo intentando arreglar la expresión de su cara, una silenciosa presencia apareció en el escritorio.

“…”

Un muchacho se paró frente a ella.

“Er-ah”, dijo ella, y la sonrisa que había trabajado tan duro en conseguir desapareció abruptamente.

Tenía unos quince años… Era un poco más joven que la nueva integrante del personal y acababa de llegar a la edad adulta. De dondequiera que viniera, el viaje le había dejado maltrecho.

A juzgar por su apariencia, parecía que estaba allí para convertirse en un aventurero. Pero quizás había venido de alguna aldea para solicitar una misión. Ella no podía asegurarlo.

El muchacho, sin embargo, simplemente miró fijamente a la nueva miembro del personal, en silencio. Casi parecía que la estaba examinando.

“Ejem… ¿qu-qué es lo que…? ¿Qué puedo hacer por ti?”

“No”, contestó el niño, moviendo la cabeza. “¿Estás bien?”

Ella no entendió bien su conversación. Conmocionada, la nueva integrante del personal miró hacia el escritorio de al lado en busca de ayuda.

“Escucha,” decía un hombre, “¿no puedes bajar un poco la recompensa? No puedo pagar tanto por los guardias”.

“Desafortunadamente, la cantidad está estipulada en nuestros estatutos”, contestó su colega. “Tal vez si te llevas a un aventurero de menor rango…”

“No quiero aficionados ni matones alrededor de mi mercancía. Necesito gente en la que pueda confiar…”

Parecía tener las manos ocupadas; la ayuda no llegaría.

Se había dicho a la nueva integrante del personal que, aunque ahora es menos común, solía haber muchos emisores de misiones que trataban de silenciar con violencia a los receptores de las misiones. Entre los que seguían tales prácticas habían algunos personajes sospechosos que habían huido de la capital, según había oído.

Por lo tanto, el trabajo que hacían las recepcionistas y otros empleados del Gremio de Aventureros era muy importante.

Una manera de servir a la justicia. De acuerdo.

Respiró hondo, y de alguna manera se las arregló para devolverle la sonrisa a su rostro.

“¡Bienvenido al Gremio de Aventureros! ¿Qué puedo hacer por ti hoy?”

“Si no te importa, entonces, me gustaría registrarme.”

“R-registrarte, ¡claro! Ejem, llena este… ¡E-eep!”

Ella había revuelto los papeles de su escritorio con demasiada impaciencia, y se fueron revoloteando hacia el suelo.

Sí, la primavera era cuando la mayoría de la gente se registraba como aventureros, pero eso no significaba que siempre tenían el papeleo a la mano.

Mientras la nueva integrante del personal se apresuraba a recoger los papeles, el muchacho cogió uno en su mano.

“¿Goblins…?”, preguntó.

“¿Goblins? Oh…”

Vio que la hoja de papel que había cogido era una de las misiones que finalmente había conseguido escribir. “Sí, es una… una misión para matar goblins, pero…”

Era una simple, al menos para los estándares de lo que solía llegar al Gremio. El tipo de misión que podías encontrar en cualquier parte de la frontera.

“¿Goblins?” Él parecía obsesionado con la palabra. Sostuvo el papel sin siquiera echar un vistazo a la recompensa o a cualquier otra información sobre la misión. “Solicito matar goblins, entonces.”

“Er, uh…. Será peligroso sin un grupo.”

El muchacho se detuvo un momento y dijo: “No hay problema”.

La nueva integrante del personal buscó rápidamente en su memoria. Fue a abrir el Manual de Monstruos, que decía específicamente que ni siquiera un grupo por sí solo era suficiente. Recordó haber oído repetidamente que necesitabas más que unas cuantas personas para emprender una misión de goblins; incluso había hecho una nota al respecto.

Y sin embargo, la forma de disuadir a alguien en una situación como ésta había desaparecido completamente de su mente.

Con un ligero pánico, volteó las páginas de su cuaderno, y luego pensó simplemente en mostrarle la página del manual. Oh, ¿pero sabía leer?

P-por favor, espere un momento más, casi dijo ella, pero en lugar de eso, en ese mismo segundo, apareció un pequeño y lindo sonido de grr. Se sonrojó tanto que pensó que le saldría vapor de los oídos, puso una mano sobre su estómago, pero el sonido volvió a aparecer.

“Esto, ah, um, esto es…”

“Tiene que ver con goblins, ¿no?”

“S-sí…”

¿No… no me oyó?

Ella estaba mortalmente avergonzada por el gruñido de su estómago, pero decidió concentrarse en el trabajo de registrarlo.

“Muy bien. Así que, ¿sabes leer y escribir?”

“Puedo”, dijo. “Aprendí cómo.”

Entonces él tomó la Hoja de Aventura que ella le ofreció. Sus letras eran toscas, pero a pesar de las apariencias, sí sabía escribir.

Ella tenía la clara sensación de que, si pasaba demasiado tiempo mirándolo, su estómago haría otro ruido, así que rápidamente estampó el papel.

“Ahora, ¿dónde estaba?” murmuró, buscando en el escritorio y sacando una pluma fuente. Sin embargo, no pudo encontrar la tan importante insignia de rango.

“¿Eh? Um…”

“Aquí.” Su colega le deslizó una insignia de porcelana, casi como si le dijera: “¿Qué estás haciendo?”

“¡Muchas gracias!” La nueva miembro del personal dijo con una inclinación de cabeza, pero su compañera de trabajo le hizo un gesto con la mano para alejarla.

Bien, ahora…. La insignia de rango es básicamente una copia de la Hoja del Aventurero….

La nueva integrante del personal anotó la información con el mayor cuidado posible, asegurándose de que lo tenía todo. Nombre, sexo, edad, clase, color de cabello, color de ojos, peso, habilidades….

Uno en luchador, uno en guardabosques. Junto con….

“¡Ya está, listo!” Exhaló profundamente y se limpió el sudor de la frente, dándose palmaditas en la espalda mentalmente. Entonces ella deslizó la insignia a través del escritorio hacia él: un indicador de nivel de Porcelana, el décimo y más bajo rango.

“Es muy importante, así que por favor trate de no perderlo”, dijo.

“……”

El muchacho aceptó en silencio el pequeño trozo de porcelana; lo sostuvo en la palma de su mano y lo miró fijamente.

“¿U-ummm-?”

“Entiendo.”

Luego, con indiferencia, se metió la insignia de rango en el bolsillo y se marchó con paso firme.

“Sheesh. Qué cretino”.

Estas palabras vinieron de la siguiente persona en la fila, un joven que llevaba un palo de madera que parecía ser una lanza. Algunos de los otros aventureros, nuevos y viejos por igual, miraron al chico, que había ido en dirección al taller.

La nueva integrante del personal no estaba segura de qué decir exactamente, pero el trabajo era el trabajo. Ella se reenfocó.

“¡Bienvenido al Gremio de Aventureros! ¿Qué puedo hacer por ti hoy?”

“Oh, yo también quiero registrarme, por favor.”

“¡Enseguida!” Se obligó a sonreír tan brillantemente como pudo.

Necesito aprender a sonreír mejor, rápidamente.

Estaba resuelta, decidida… y aparentemente no iba a almorzar por el momento.

Ahora que lo pienso… Cuando me preguntó si estaba bien…

¿Se refería al almuerzo?

El pensamiento apenas duró un momento en medio de su ajetreada labor. Su colega en el escritorio de al lado estaba viendo a la nueva miembro del personal lanzarse a su trabajo con una expresión exasperada.

Más tarde, ella se arrepentirá intensamente de no haber podido ayudarlo más diligentemente. Pero esa es una historia para otro momento.