Overlord

Volumen 10: El Gobernante de las Conspiraciones

Capítulo 3: El Imperio Baharuth

Parte 4

 

 

En el día del encuentro con el Rey Hechicero, Osk le hacía la pregunta habitual.

“¿Cómo va todo?”


“Sin problemas. Estoy en óptimas condiciones.”

Un monstruo gigante le respondía.

Era un monstruo conocido como un Trol, pero una gran diferencia lo separaba de ellos.

Eso sería el aire de guerrero que lo rodeaba, un manto que nadie excepto aquellos que habían sobrevivido a incontables batallas intensas serían capaces de asumir.

Sin embargo, eso era lo que cabía esperar. Él era un trol que se había adaptado para pelear y que se había especializado en batalla. Era un individuo excepcional incluso entre las diversas especies de trols y era conocido como un Trol de Guerra.

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Era el Lord Marcial, el gladiador más fuerte en la arena.

Osk miraba su cuerpo con ternura.

Era verdad que había muchas personas que podían derrotar al Lord Marcial en términos puramente de niveles de guerrero (fuerza). La mayoría de las vanguardias en los equipos de aventureros de rango de plata podían hacerlo. Sin embargo, la razón por la que el Lord Marcial había derrotado a tanta gente era muy simple.

Se debía a que los cuerpos de los Trols de Guerra eran muy superiores a los de los humanos, ya sea en fuerza o en resistencia o en el enorme rango de ataque que sus inmensos cuerpos les concedían.

Adicionalmente, estaban las habilidades raciales que él poseía y que los humanos no.

La primera de ellas era su piel. Vestir un traje de armadura sobre esa gruesa piel que tenía era suficientemente fuerte que provocaba que la mayoría de ataques dirigidos hacia él simplemente rebotaran. Claro que uno podía atacar las partes que se veían suaves o las articulaciones móviles pero su regeneración presentaba una formidable barrera para cualquiera que intentaba inhabilitarlo por esa ruta.

Un ataque que seguramente mataba a un ser humano no mataba a un trol. Su asombrosa habilidad regenerativa hacía que sus heridas cerraban y curaban en muy corto tiempo y sólo podía ser detenida usando fuego o ácido.

Con éste inmenso poder biológico de su lado, el Lord Marcial actual era en verdad el más fuerte en la historia.

El guerrero que Osk elogiaba como el más poderoso se colocaba su armadura ante los ojos del hombre.

Osk había contratado aventureros de rango adamantita para reunir los componentes de esa armadura y luego había hecho que la obra maestra resultante fuera imbuida de magia. En ese entonces, había gastado alrededor del 20% de su fortuna en ese proyecto en particular. El garrote que llevaba también estaba hecho de una aleación mágica y había sido creado de manera similar.

El Lord Marcial se colocaba sus anillos mágicos, sus amuletos mágicos y los otros componentes de su panoplia.

“…Estoy listo.”

Estas palabras se oían mucho más inteligentes a como había sido en el pasado.

Cada vez que Osk veía su majestuoso cuerpo, sentía un calor en el pecho. Era él quien lo había cultivado hasta llegar a este estado.

“Entonces, Lord Marcial, vamos.”

Caminaban juntos hacia la entrada de la arena. Éste era un ritual que siempre habían efectuado.

El Lord Marcial se mantenía en silencio luego de dejar su cuarto.

Su silencio se debía a que alguna vez había estado emocionado y aguardaba con ansias la lucha contra sus enemigos. Pero en algún punto en el camino, se había convertido en decepción por las habilidades de sus oponentes. ¿Cómo sería ahora?

De pronto, el Lord Marcial se detenía.

Osk no recordaba nada como esto anteriormente…

Comenzaba a sentir pánico ante este suceso sin precedentes y miraba hacia arriba para preguntar lo que pasaba. El Lord marcial elevaba lentamente el visor de su casco almete, revelando su cara.

“Gracias…”

Se oía como si se estuviera esforzando para dejar salir las palabras.

Osk parpadeaba.

Ésta era sólo la cuarta vez que había oído esas palabras de gratitud. Las tres anteriores habían sido cuando había recibido su arma, su armadura y luego cuando había peleado contra su mejor oponente, el Lord Marcial anterior “Lobo Pútrido”, Krelvo Palantynen.

“¿Qué, qué pasa, Lord Marcial?”

Sus ojos observaban el corredor ante él.

“Fu, fu.”

El cuerpo del Lord Marcial se estremecía mientras reía.

Era la emoción de un guerrero.

Eso era lo que Osk creía, pero ése no parecía ser el caso.

“¿Qué tipo de… qué tipo de retador es éste? No. ¿Acaso soy yo el retador?”

¿Qu-qué?

“Fu, fu… qué temible. Osk, estoy temblando de miedo.”

Osk no podía evitar dudar de sus orejas.

“Esto, esto debe ser lo que los seres vivos llaman instinto. Mis piernas no se mueven… Es como si me dijeran que si voy, moriré, fu, fu.”

Esa ya no era risa. Simplemente estaba tratando de calmar su agitada respiración.

“He oído que mi oponente es el Rey Hechicero y me preguntaba qué tipo de oponente sería… Parece ser que mi arrogancia hasta este punto me será devuelta con creces.”

“¿Qué estás diciendo, Lord Marcial? ¿Qué quieres decir con arrogancia?”

“Soy fuerte.”

Osk quería responderle que no había nada de malo con esa declaración, pero el Lord Marcial continuaba antes de que pudiera hacerlo.

“No, mi fuerza es una mentira. Proviene de mis habilidades raciales y no es fuerza verdadera. Sin embargo, hay muy pocas personas que podrían enfrentarse a mí. En particular, desde que aprendí a usar las técnicas de los guerreros, nunca intenté comprender las habilidades o los equipos de mis retadores, con el objetivo de crear una situación desfavorable para mí. No había otra forma de entrenarme. Pero al final, he encontrado un oponente del que mis instintos me gritan que me aleje. Muchas gracias. Haz cumplido por completo el acuerdo que hicimos cuando me conociste.”

“Lord Marcial… Go Gin.”

Había conocido al Lord Marcial diez años atrás.

Había un rumor en las calles acerca de un monstruo en las afueras del Imperio. Ese monstruo era muy racional y no mataría a un oponente si éste soltaba sus armas. Osk estaba interesado y apresuradamente se dirigía al Imperio para conocer a tan extraño monstruo. Esto era así porque había oído que el poder más grande en el Imperio, Fluder Paradyne, estaba en camino para despachar al monstruo.

Al principio había tenido miedo. Era natural. Después de todo, los humanos que lo habían encontrado habían sobrevivido sólo por casualidad.

Sin embargo, el Lord Marcial le daba un vistazo a Osk y resoplaba con desinterés, preparándose para marcharse.

Era por eso que olvidaba sus miedos y preguntaba. ¿Por qué haces esto?

La respuesta que obtenía no era tan elocuente como lo era ahora, pero había sido algo parecido a “Estoy entrenando para volverme fuerte.”

Osk sentía que la venda se le caía de los ojos.

Osk tenía un sueño. Ese sueño era crear un luchador fuerte. Era el sueño de formar al guerrero definitivo, para sustituir a su ser carente de talento. Sin embargo, en ese punto, se daba cuenta de que no necesitaba limitarse a los seres humanos. No, ya que las especies no-humanas tenían mejores características para comenzar. ¿No sería ésa la manera de crear a un fuerte, al guerrero definitivo?

En ese punto, Osk ya no pensaba sobre traer de vuelta a un monstruo. Estaba entrevistando a alguien que bien podía ser el guerrero definitivo, el tirano de la arena, el futuro Lord Marcial.

Habían pasado casi diez años desde ese encuentro dictado por el destino. Y ahora, por primera vez, veía al Lord Marcial temblando de miedo.

“Lord Marcial…”

Muchas cosas atravesaban la mente de Osk. La primera era. “¿Quieres renunciar al encuentro?” En este encuentro existía el riesgo de morir y Osk no podía soportar perder al Lord Marcial que hasta ahora había formado.

Sin embargo, no se atrevía a pronunciar esas palabras.

Para los fuertes, si alguien mostraba preocupación por ellos era como un insulto. Por lo que sabía, esas palabras podrían hacer pedazos la amistad que había construido entre él y el Lord Marcial.

Sólo había una cosa que podía decir aquí.

“…No pierdas, Lord Marcial.”

“Hmph. ¿Qué estás diciendo? No tengo ninguna intención de perder. Todos mis retadores han sentido lo mismo. Todos los que estuvieron de pie ante mí con la esperanza de obtener la victoria. Ahora, simplemente es mi turno.”

“¡Eso es!”

Osk le daba una palmada en la espalda al Lord Marcial.

“El Rey Hechicero es un lanzador de magia, pero ésa sería una contienda muy aburrida. Así que, he dictaminado que ambas partes no podrán usar magia. No perderás contra un enemigo como ése.”

“¿…Sin magia? ¿El Rey Hechicero ha accedido a luchar conmigo, incluso bajo esas condiciones?”

“En efecto, lo hizo con una actitud que ni siquiera tomaba en cuenta la posibilidad de perder.”

“Hoh…”

El Lord Marcial apretaba el puño. Era un puño que recordaba a la imagen de un mazo gigante.

“Los fuertes a menudo son orgullosos. Le enseñaré la insensatez de su decisión.”

“¡Ése es el espíritu! Sin embargo, no seas arrogante. El Rey Hechicero es el tipo de hombre que puede regalar armas asombrosas por capricho. Con toda certeza, posee ítems mágicos de poder impresionante.”

Restringir el uso de ítems mágicos probablemente incrementaba las oportunidades de obtener la victoria para el Lord Marcial. Pero eso era demasiada desventaja.

“Estará bien. Ahora poseo la mentalidad de un retador. No me confiaré de más. No perderé por no haber usado toda mi fuerza.”

El Lord Marcial daba un paso al frente con su musculosa pierna y Osk se apresuraba a seguirlo.

“Dime. ¿En verdad podrías tomar en cuenta eso de lo que hablamos antes?”

El Lord Marcial se detenía de pronto, con una expresión de disgusto en la cara.

“Antes…¿Te refieres a eso?”

“Sí, el asunto de tu esposa.”

“Por qué ahora… Juajaja.”

El Lord Marcial se reía y Osk fruncía el ceño al mismo tiempo que se sonrojaba. ¡Si lo entiendes, no actúes así!

“En serio. ¿No puedes animarme de alguna otra manera? Cuántas veces debo decir esto… regresaré a mi pueblo si quiero una esposa. Tú quieres que mi pareja sea humana. ¿Cierto? Muchas gracias, pero paso de cualquier humano o lo que sea. No me interesan las cosas pervertidas como esas, o mejor dicho, cualquier humano que quiera acostarse conmigo sería absolutamente repugnante. ¿Qué tipo de fetiche enfermo sería ése, de cualquier forma? Además, quieres un hijo mío. ¿Cierto? No puedo tenerlos con humanos.”

Aunque para los humanoides debía ser posible que puedan reproducirse entre ellos, tener hijos con semihumanos era el tipo de cosas que sólo existían en las historias.

“Bueno, es verdad… Siendo así. ¿Por qué no traes de vuelta a tu esposa contigo? Si necesitas cualquier cosa para regresar triunfante, házmelo saber y la obtendré para ti.”

“…Déjame aclarar esto primero. Nosotros los trols pensamos en los humanos como en comida. Mi esposa podría terminar tranquilamente comiendo humanos, por lo que sé.”

Para Osk, estaba bien siempre y cuando se comiera únicamente a los humanos innecesarios. Sin embargo, no decía eso.

“¿Es eso así? Entonces trae a tu hijo de vuelta contigo antes de que conozca el sabor de la carne humana. Si lo entrenamos con mayor intensidad, seguramente terminará siendo más fuerte de lo que eres ahora.”

El Lord Marcial arrugaba el rostro con una sonrisa.

“Bueno, eso sería interesante. Muy bien, lo consideraré seriamente.”

***

 

 

“Su Majestad. ¿Realmente puede ganar esto?”

Ainz respondía a la pregunta de Ainzach con la respuesta que ya le había dado incontables veces:

“Estará bien.”

Una persona que luchaba una batalla sin esperanzas o era un hombre valiente o un completo idiota. Éste no era un encuentro casual; la batalla había sido decidida desde las fases de planeamiento.

Ainz analizaba en su mente lo que había aprendido.

Si el Lord Marcial era sólo del nivel del Gigante del Este, él seguramente sería capaz de ganar. Dicho eso, si tenía la misma fuerza de guerrero que Gazef, entonces luego de añadir sus niveles de clase raciales y de profesión, sería un oponente muy difícil.

Sin embargo…

(Bueno, era un método de lucha bastante despreciable para comenzar. Incluso le había pedido ayuda a Fluder después de eso.)

Ainz tenía la habilidad de negar por completo los ataques débiles. No pensaba que el Lord Marcial sería capaz de atravesar esa defensa. Por lo tanto, Ainz había desactivado esa habilidad en particular.

No tenía la victoria asegurada.

En aquel campo de batalla, Ainz había matado a más de 100’000 personas con magia. En Yggdrasil la cantidad de puntos de experiencia ganados se reducía de acuerdo a la diferencia de nivel entre ambas partes, hasta un mínimo de un punto. En otras palabras, él debía de haber obtenido más de 100’000 puntos de experiencia. Añadiéndole a eso la experiencia que tenía antes de llegar a este nuevo mundo, ya debía tener lo suficiente como para subir de nivel. Sin embargo, Ainz no sentía que ya lo había hecho ni había visto ningún fenómeno relacionado.

En otras palabras, Ainz no podía volverse más fuerte, como había esperado.

Sin embargo…no podía quedar satisfecho con eso.

Si el nivel límite era 100, entonces no había nada que pudiera hacerse sobre eso. Sin embargo, él tenía la obligación de utilizar por completo el poder de aquellos 100 niveles y de refinar sus habilidades. Si se creía el más fuerte y se dormía en sus laureles, alguien podía sobrepasarlo algún día.

Ainz sabía que tenía cierta cantidad de fuerza por ser un mago. Las habilidades y capacidades que había perfeccionado en Yggdrasil también eran efectivas aquí. Sin embargo, en Yggdrasil no había puesto en práctica sus habilidades como vanguardia.

(Había aprendido mucho en la batalla con esa mujer.)

No sentía más que gratitud por esa mujer, que le había enseñado lo limitado que era como guerrero de primera línea.

Esa batalla había despertado el deseo en Ainz de querer mejorar su habilidad de combate. En este momento, Ainz confiaba que tanto en sus características básicas, habilidades e incluso tácticas, era equivalente a un guerrero de nivel 33.

Esta batalla contra el Lord Marcial ponía eso a prueba. Ainz lo aguardaba con interés.

Ainz miraba su cuello.

Ya no podía darse el lujo de usar eso. Durante su encuentro con los Trabajadores, no sentía que había obtenido demasiada experiencia o que había aprendido alguna técnica. A decir verdad, se sentía como una pérdida de tiempo.

Mientras pensaba en eso, Ainz recordaba un problema más urgente.

(Ah~ Jircniv también estaba observando esta pelea. ¿Cierto? ¿Por qué está aquí? No estaba cuando vine a revisar hace un momento. Parece que mi entrada ilegal por la frontera iba a ser descubierta… Bueno, supongo que simplemente podía disculparme por ello. Si armaba un lío, sólo le iba a preguntar si había obtenido el permiso del Reino cuando había venido a Nazarick e iba a dar por terminado el asunto… Probablemente debía ir allá y decirle hola. Suponía que si no lo saludaba arruinaría mi imagen ante sus ojos.)

“Su, Su Majestad, ya es hora de entrar.”

El hombre de la arena le informaba esto al mismo tiempo que ingresaba al cuarto.

Ya se habían visto varias veces, pero se congelaba cada vez que veía el verdadero rostro de Ainz.

¿Debía luchar con máscara? Pensaba sobre ello, pero había obtenido permiso para dar un discurso después de vencer al Lord Marcial. Por lo que sabía, podía haber personas en la audiencia que quisieran convertirse en aventureros en el Reino Hechicero. Con eso en mente, sería mejor si no llevaba a cabo ningún engaño.

Todo lo que podía hacer era confiar en sus decisiones.

Ainz avanzaba lentamente.

Normalmente, la persona de mayor rango debía entrar después. Sin embargo, Ainz era el retador en esta arena y por lo tanto era el de menor rango. En consecuencia, estaba obligado a entrar primero. Por supuesto, Ainz veía esto como algo natural y no lo cuestionaba.

Ainz le sonreía al preocupado Ainzach.

Se sentía extraño que él estaba más preocupado que la persona que estaba a punto de entrar en combate.

“…No me haga repetirlo, Ainzach. No perderé.”

***

 

 

Luego de saludar a Jircniv, Ainz regresaba a la arena.

Había prometido no usar magia durante la pelea, pero ésta no había comenzado aún. Seguramente su oponente no iba a discutir por algo como eso.

(No se veía demasiado molesto a pesar de que había cruzado ilegalmente la frontera. ¿Va a quejarse después? ¿O pensaba que había ingresado normalmente? Si ése era el caso, podían terminar organizando algún tipo de bienvenida para mí o tal vez estaba siendo demasiado consciente de mí mismo… ¿Se molestaba porque me había dirigido directamente hacia él como Jircniv?)

Ainz se burlaba de sus pensamientos y luego volvía la mirada hacia la entrada frente a él.

El Lord Marcial aún no llegaba.

(Entonces…)

Ainz miraba alrededor, a la audiencia en la arena.

Un silencio atónito dominaba la escena. Incluso el más ligero de los movimientos podía oírse con claridad.

(Bueno, no hay remedio… No, ustedes por allá, esto no es una máscara.)

Ainz tocaba su cara suave y brillante. Ahora lo entendía. Cualquiera que podía mirar este rostro con indiferencia debía de ser muy valiente.

(Debido a esto, mi popularidad sólo se iba a incrementar cuando hubiera enardecido a la audiencia.)

Aunque su objetivo no era incrementar su popularidad, era mejor que sucediera a que no lo hiciera. Además, si terminaba elevando la opinión general sobre todos los no-muertos, eso probablemente elevaría sus opiniones del Reino Hechicero, que controlaba a muchos no-muertos.

Ainz apretaba el bastón en sus manos.

Como un lanzador de magia puro, la selección de armas de Ainz era muy limitada, mayormente a bastones, dagas y cosas similares. Esta vez, había escogido un bastón usado para ataques físicos. Era un arma que había creado como prototipo en Yggdrasil, pero que había terminado sin usar. Ya que era algo que había usado hace un largo tiempo, no era muy fuerte. El Ainz de ahora probablemente podía crear un arma mejor.

Dicho eso, Ainz no había hecho tales preparativos.

Luego de tomar en cuenta la diferencia entre las fuerzas del Lord Marcial y las de él mismo, Ainz había decidido luchar contra él con el arma que llevaba actualmente y ver cómo salía todo.

Ésta era la última necedad del jugador de Yggdrasil Suzuki Satoru, un desliz imperdonable de descuido. Si sus amigos hubieran estado cerca, se lo habrían reprochado con un “Eso no servirá~”

Sin embargo, gracias a Fluder, ya sabía sobre todos los ítems mágicos del Lord Marcial. Por lo tanto, tenía que someterse a todas estas condiciones desfavorables para usar esto como entrenamiento.

No quería mostrarles una masacre unilateral. El objetivo de Ainz era obtener una vitoria aplastante pero en el grado exacto.

“¡Damas y caballeros! ¡Desde la entrada del norte! ¡El! ¡Lord! ¡Marcial!”

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A diferencia de la forma en que lo habían tratado anteriormente, la totalidad de la arena estallaba en vítores. Ainz podía oír la voz de Jircniv desde el cuarto VIP en donde él se había presentado hace un momento. El hombre gritaba como si fuera a romperse la garganta.

(…Se oía bastante emocionado. ¿Era que Jircniv era tan aficionado al Lord Marcial? El rey del cuadrilátero parecía ser algún tipo de ídolo, así que ésta debería de ser la reacción normal. ¿No? Era igual en Yggdrasil. Los luchadores fuertes en encuentros PVP eran muy populares con los espectadores. )

Mientras recordaba sus días en Yggdrasil, Ainz comenzaba a sentir algo de pena por Jircniv.

(Se iba a sorprender cuando ganara. Como un cliente cuyo equipo deportivo había perdido…)

Le pesaba en el corazón, pero no podía regalar el encuentro.

Una sombra inmensa aparecía de la entrada al lado opuesto.

Las ovaciones de la multitud que pensaba no podían hacerse más fuertes subían un nivel más y ahora se oía como una explosión.

Con toda honestidad, quería una parte de esas ovaciones para sí mismo, pero simplemente tenía que ganársela con su propia fuerza.

En Yggdrasil, las voces de los seguidores lentamente se ponían del lado del retador si éste lo hacía bien. En otras palabras, más y más personas comenzarían a apoyar a Ainz.

(Entonces parecía que condiciones como éstas, en las que casi no tenía apoyo eran muy buenas para promocionarme a mí mismo. ¿Cierto?)

Lentamente podía ver la figura del Lord Marcial.

Vestía un traje de armadura completa y llevaba un garrote gigante.

Al mismo tiempo que observaba a la fortaleza andante ante él, los ojos de Ainz, las oscilantes llamas en las órbitas vacías de su cráneo, se estrechaban hasta que eran puntos.

(Hm… se veía casi igual a la descripción. Siendo así…No, eso sería descuidado. Era mejor que fuera cuidadoso.)

De acuerdo a la información provista por Fluder, el Lord Marcial no poseía ningún equipo particularmente letal.

Sin embargo, en Yggdrasil, algunas personas preparaban pares de equipos idénticos, los cuales tenían cristales de datos completamente diferentes. En encuentros PVP, pequeños trucos como esos incrementaban las posibilidades de ganar. Aunque los equipos de reserva eran típicamente más débiles que el arsenal principal de un jugador, ser capaz de sorprender a un oponente tenía efectos que iban más allá del simple valor de los datos.

No podía garantizar que el Lord Marcial no haría eso.

Tomando eso en cuenta. Ainz continuaba estudiando al Lord Marcial.

Había oído sobre él antes, pero viéndolo en vivo le hacía pensar, “No me extraña”. Probablemente era eso lo que querían decir con “ver es creer”. Por lo que Fluder le había dicho, la criatura debajo de la armadura se veía bastante parecida al Trol de Guerra que había convertido en zombi, pero el Lord marcial tenía un aura completamente diferente a su alrededor.

Se podía decir que era la diferencia entre un cerdo domesticado y un jabalí.

“Esto es… interesante… ¿Interesante?”

Ainz fruncía el ceño ante su propia emoción. Se sentía de la misma forma en que lo hacía entonces. Esta iba a ser una buena pelea. Tal vez se estaba convirtiendo en un maniático de las batallas, dada la forma en que disfrutaba del combate.

Ésa no era una buena señal.

La distancia entre ambos se reducía. Su oponente era el primero en hablar.

“Soy el Trol de Guerra Go Gin, conocido como el Lord Marcial.”

“Yo soy…”

Aquí Ainz hinchaba el pecho.

“El Rey Hechicero, Ainz Ooal Gown, un no-muerto del orden más alto, un Overlord.”

“Ya veo. Entonces luchemos con todas nuestras fuerzas.”

“…¿Eh?”

Ainz estaba bastante sorprendido.

Había dos cosas sobre las que dudaba y decidía comenzar con la más prominente.

“¿No vas a burlarte de mi nombre?”

“¿Por qué?”

“¿Preguntas por qué…?”

Ainz inclinaba la cabeza a un lado ante la contra-pregunta. En ese entonces también había sido de esa forma.

“¿Creo recordar que los nombres largos significan algo para ustedes…?”

“Ya veo. Parece ser que entiende bien a mi especie, Su Majestad. Ciertamente, mi especie considera fuertes a aquellos con nombres cortos. Sin embargo, he vivido muchos años en este país. Durante ese tiempo, he aprendido que los humanos toman nombres largos. Por lo tanto, no me burlaré de tales cosas. Además, siento que se siente muy orgulloso de ese nombre, Su Majestad. Insultar los nombres de los fuertes es vergonzoso para un guerrero.”

“Entonces es así… Parece que ahora tengo que corregir mi opinión sobre los Trols de Guerra.”

“Fujajajaja. No hay necesidad de eso. Simplemente soy una excepción. Además, diferentes especies tienen miembros con opiniones diferentes. Eso es todo.”

“…¡Jajajajaja! En efecto. Me caes bien, Lord marcial… si gano. ¿Qué tal si me quedo contigo?”

Ainz extendía su mano derecha.

Aunque había sido rechazado en ése entonces, las circunstancias actuales eran diferentes. El Lord Marcial lo pensaba y respondía.

“…Muy bien. Si pierdo, me convertiré en su subordinado. ¿Y si gano?”

“Bueno, ésa es una pregunta difícil. ¿Qué deseas? Nómbralo.”

“…Entonces lo deseo a usted, Su Majestad.”

“…¿Ah?”

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“Hasta la fecha, no he encontrado a nadie digno de matar para comer. Pero si puedo comerlo a usted, que es más fuerte que yo, obtendré sus poderes, Su Majestad.”

Ainz se tranquilizaba un poco. Había oído una charla de uno de sus compañeros del gremio sobre la cultura de los caníbales. Aunque comían personas, los motivos detrás de ello eran los mismos que los del Lord Marcial, para obtener el poder del alma de sus enemigos. Claro que también había otras razones, como fetiches y cosas así.

(Al menos no era nada sexual. No me haría perder, pero se sentiría realmente desagradable si alguien me mirara de esa manera durante una pelea.)

“Muy bien. Después de todo, el derecho a la vida o a la muerte descansa en las manos del vencedor. Así que incluso si te mato, no debes rechazar la resurrección.”

Ainz dabao un paso al frente. El Lord Marcial asumía una postura en un instante, pero se relajaba de inmediato.

Ainz avanzaba extendiendo la mano derecha. El Lord Marcial le regresaba el gesto, extendiendo su enorme mano derecha.

Más que un apretón de manos era la mano del Lord Marcial engullendo la suya. Una gran ovación surgía de la audiencia.

“Entonces, tengo otra pregunta. ¿Por qué te diriges a mí respetuosamente?”

La actitud del Lord Marcial no era la de un campeón reinante saludando a un retador.

“Lo más razonable es dirigirse a los fuertes con respeto.”

“Ya veo… Muy bien, lo entiendo. Ésas eran todas las preguntas que tenía. Comencemos. ¿Qué tan alejados el uno del otro deberíamos estar? Porque la distancia de ahora mismo…¿Tal vez alrededor de diez metros? Haré todo lo posible para respetar las reglas de esta arena.”

“No hay reglas para la distancia, pero no importa. Pronto estará dentro de mi rango de ataque.”

“Es una ventaja que te doy, una ventaja.”

El Lord Marcial no hablaba sino que asentía con la cabeza para indicar que lo entendía.

No podía ver su rostro, pero tanto su respiración como sus acciones eran calmadas.

¿Había visto a través de la provocación o es que no era suficiente para molestarlo?

Ainz chasqueaba la lengua mentalmente.

Qué oponente tan molesto. Si sus emociones eran vulnerables él podía aprovechar eso, pero no se podía subestimar a un enemigo vigilante, incluso si era de un nivel menor.

El Lord Marcial le daba la espalda a Ainz y se alejaba.

Nuevamente se daba la vuelta luego de avanzar unos diez metros.

“Entonces, comenzaremos cuando suene la campana, Su Majestad.”

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“Bien…dime Lord Marcial, antes he luchado con tu especie. ¿Pero tú has luchado con la mía?”

“¿Overlords? No, no lo he hecho. Nunca he oído sobre esa…especie de no-muerto.”

“Ya veo…Bueno, es verdad. Si hubieras conocido a alguno de mi especie, no estarías vivo para presentarte aquí. Los Overlord son los no-muertos del más alto rango…Entonces, ¿Has luchado antes con no-muertos?”

“No, nunca he luchado con no-muertos. Después de todo, los no-muertos que traen aquí, obviamente no son rivales para mí.”

“En serio… Entonces no puedo decir ‘no pienses que soy como los otros no-muertos con los que has luchado. Soy docenas de veces más poderoso que un Lich Anciano’… Qué lástima.”

El Lord Marcial se reía.

Ainz se encogía de hombros y levantaba su bastón como si fuera una espada de dos manos. Ainzach debía estar mirando desde atrás, pero él no le había mostrado esta postura de pelea cuando era Momon, así que debía estar bien.

El Lord Marcial también levantaba su garrote gigantesco.

Sonaba la campana.

En ese instante, Ainz era engullido por una enorme sombra negra.

(¡Tch, es rápido!)

Era la sombra de un garrote cayendo hacia abajo.

Bloquea el golpe con el bastón…Ainz quería hacer eso. Pero inmediatamente abandonaba esa idea. Aunque no sabía lo suficiente sobre el enemigo, lo mejor que podía hacer al enfrentar un gran movimiento, uno que era altamente dañino, era esquivarlo.

Entonces, sin importarle si perdía su equilibrio, Ainz se arrojaba para evadirlo.

Conseguía evadirlo a las justas y solo por los pelos. El garrote se estrellaba contra el suelo, liberando un impacto estruendoso que incluso producía un eco. El humo y el polvo producidos se disparaban hacia arriba como una explosión.

Preocupado por cualquier ataque consecutivo, Ainz retrocedía varios pasos más.

Luego de que se disipaba el polvo, la sombra del Lord Marcial, garrote en mano, aparecía de su interior.

Un gran grito se elevaba en la arena.

(¿Ése era un arte marcial? Sin embargo… esto era muy emocionante.)

Claramente podía oír a Jircniv gritando su apoyo entre las ensordecedoras ovaciones. “¡Golpéalo! ¡Está ahí mismo!” y otros gritos así de infantiles.

Ainz no podía evitar reírse entre dientes cuando oía los gritos de Jircniv, que eran completamente diferentes a como se mostraba habitualmente. No podía imaginarlo comportándose así por todas las veces que lo había espiado en la Ciudad Imperial.

(…Era un tipo inesperadamente interesante…)

La opinión de Ainz sobre Jircniv aumentaba con rapidez. Al principio, creía que era un hombre perfecto con aires de Emperador. Sin embargo, ahora que veía lo apasionado que era sobre el encuentro, sentía que podía llevarse incluso mejor con él. El corazón de Ainz se llenaba con un sentimiento de cercanía.

Entonces, Ainz regresaba su atención al Lord Marcial.

El Lord Marcial estaba apuntando su garrote gigante hacia él, dando a entender que sería interceptado si se acercaba y que iba a ser perseguido si se alejaba. Era una postura muy adecuada para inmovilizar a un oponente.

Era una postura defensiva que hacía uso completo de la longitud del arma, prácticamente convirtiéndola en un escudo.

Honestamente, Ainz no tenía idea de cómo romper esa postura que había asumido.

(Esto…podía ser molesto. Parecía ser que era bastante difícil estar obligado a no usar magia en la lucha contra un oponente de aproximadamente la misma fuerza. Bueno, Yo era un lanzador de magia, después de todo…)

Siendo ése el caso, sólo había una cosa que podía hacer.

“Bueno. ¿No vas a venir? ¿O seguirás escondiéndote allá como una tortuga?”

“Su Majestad, no bajaré la guardia. Aun cuando las reglas le prohíban usar magia, el hecho de haber podido esquivar ese ataque no puede tomarse a la ligera.”

“Así que. ¿Quieres que tome la ofensiva? Si es así. ¿Te importaría mover a un lado ese garrote tuyo? Como que se interpone en el camino y hace que sea difícil atacar.”

El Lord Marcial no respondía. Su aguda mirada permanecía fija en Ainz a través de las rendijas del visor de su casco.

“Bueno… En ese caso, permíteme.”

Ainz agitaba salvajemente su bastón contra la punta del garrote. El garrote golpeaba pesadamente el suelo, al mismo tiempo que el Lord Marcial gruñía.

“¡Gghh!”

El impacto debía de haber sido transmitido hacia las manos del Lord Marcial y debía de haberlas dejado entumecidas. Por el contrario, Ainz no tenía tales funciones biológicas.

En un instante, Ainz se lanzaba dentro del rango de ataque del Lord Marcial.

Ainz le enviaba una orden mental a su bastón y de éste brotaban llamas. Dicho eso, esas “llamas” simplemente significaban una capa de fuego que recubría el bastón. Las llamas no constituían un ataque en sí mismas. Sin embargo, Ainz sentía que la atención del Lord Marcial se trasladaba de él hacia el bastón.

(Así es, ustedes los Trols tienen poderes regenerativos. Por lo tanto era perfectamente racional cuidarse de armas que cancelan esa regeneración, tales como aquellas que pueden infligir daño de fuego o ácido. Sin embargo, ése era un error fatal.)

Ainz tocaba la armadura del Lord Marcial con su mano izquierda vacía. En ese momento, el Lord Marcial se estremecía como si hubiera sido electrocutado, provocando que blandiera su garrote sin pensar.

“¡Kuh!”

Ainz no podía esquivarlo y su cuerpo crujía al mismo tiempo que era arrojado a la distancia. Ya que había desactivado su Inmunidad Física de Alto Nivel y era débil contra ataques de tipo contundentes, ese ataque le provocaba mucho daño. El cuerpo de Ainz volaba varios metros. No, más de 10 metros por el aire, como una bola golpeada por un bate.

Luego, golpeaba el suelo y rodaba varias veces.

Ovaciones ensordecedoras surgían de la multitud.

Ainz oía a Jircniv gritando con satisfacción mientras él rodaba por el suelo y la oleada de buena voluntad que sentía hacia el hombre se reducía velozmente.

(Maldición, somos países aliados. ¿Cierto? ¿No debías estar un poco más preocupado por el hecho de que un rey aliado esté en el suelo, eh?)

Aunque había recibido daños, Ainz ya no sentía dolor y le daba un vistazo al Lord Marcial desde donde estaba en el suelo.

No había continuado con otro ataque.

El sonido de las ovaciones lentamente desaparecía siendo reemplazado por una inquietud que cubría toda la arena. ¿Por qué el Lord Marcial no había continuado atacando? No. ¿Por qué el Lord Marcial se encontraba agachado? ¿Qué estaba ralentizando los movimientos del Lord Marcial?

Ainz se ponía de pie elegantemente, sacudiéndose el polvo de encima. No parecía nada molesto por haber sido enviado volando.

Por el contrario, los movimientos del Lord Marcial eran extremadamente aletargados.

Ainz se reía.

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Éste era el mejor rumbo que podía haber tomado el espectáculo.

Ainz regresaba a su posición original, entre una cacofonía de ruidos. El Lord Marcial le preguntaba con escepticismo.

“¿Qu-qué es esto? Veneno… no. ¿Qué es?”

“No rompí las reglas. Éste es un duelo justo. Dicho eso, esto va mucho más allá de la palabra ‘veneno’. Mi toque puede infundir energía negativa en el cuerpo de un oponente. Sin embargo, la regeneración de un Trol debería poder curar eso.”

Ainz hacía el mismo gesto que había usado al momento de tocar al Lord Marcial, abriendo y cerrando los dedos.

“Sin embargo, tengo otra habilidad además de esa. Puedo infligir daño físico con el tacto. Por lo tanto, tu fuerza y destreza han sido reducidas. No creo que puedas curar eso. ¿O sí?”

Por lo que Ainz sabía, la regeneración de los trols únicamente podía curar los daños, pero no la debilitación del cuerpo.

“En otras palabras, Lord Marcial, mientras más te toque, más débiles se harán tus habilidades, hasta que termines como una oruga.”

Naturalmente, era mentira.

Él podía infligir penalidades de habilidad en un oponente. Eso sí era verdad. Pero incluso eso tenía un límite. No podía reducir las habilidades hasta cero. Por supuesto, no había forma de que su oponente supiera eso.

Sin embargo, había otros no-muertos con habilidades parecidas, así que no podía concluir que su oponente realmente no lo sabía. Podía haber estado mintiendo cuando decía no haber luchado contra no-muertos y podía saber algo relacionado a ellos.

Era por eso que Ainz había dicho abiertamente el nombre de su especie.

Los Overlord eran una especie muy poderosa y una de las que no sabías nada. Una vez que dejaba esa impresión en la mente del Lord Marcial, éste sentiría que el poder de Ainz era misterioso e insondable. Ainz había mencionado que era del más alto rango y todo lo demás para fortalecer aún más ese sentimiento de desasosiego.

Lo más importante era que le había dado una explicación innecesaria al Lord Marcial. Eso también era para confundirlo con información falsa.

(…En términos generales, toda guerra se basaba en el engaño.)

Ainz estudiaba con calma al Lord Marcial, quien no parecía estar recuperándose de sus penalidades de habilidad.

Esto lo hacía para ver si el Lord Marcial estaba intentando engañarlo con sus acciones.

Era posible que tuviera la habilidad para recuperarse de sus penalidades de habilidad pero escogía no hacerlo, con el objetivo de crear una brecha fatal en las defensas de Ainz. También podía tener un talento o alguna otra habilidad oculta de la que Ainz no sabía nada.

Sólo se podía aplastar a un oponente en una pelea abierta cuando existía una diferencia abrumadora en fuerzas.

“…Las penalidades de habilidad que infligí no se curarán con el tiempo, sabes. Poco a poco desgastaré tus puntos físicos, hasta darte el golpe de gracia con este bastón. ¿Lo entiendes? Bueno, si es así, continuemos entonces.”

Ainz daba un paso adelante y el Lord Marcial lentamente asumía una postura.

No podía verle la cara al Lord Marcial debido a su casco. ¿Se estaba riendo para sí mismo, o se estaba poniendo más ansioso?

(Lo último, espero…)

Ainz movía su mano izquierda, la que no sostenía el bastón. El Lord Marcial se movía en respuesta. Parecía que sentía mucha cautela de ella.

El Lord Marcial debía estar pensando que todo lo que tenía que hacer era preocuparse por la mano izquierda.

Era eso. Durante los experimentos de Ainz, había descubierto que podía iniciar ataques de tacto con cualquier parte de su cuerpo. Si le apetecía, incluso podía usar un cabezazo para hacerlo.

Cuando Ainz se acercaba el Lord Marcial se alejaba de él.

Ainz se reía con frialdad.

Por sus movimientos, era inmediatamente aparente para la audiencia cuál de los dos tenía la ventaja aquí.

(¿Sabes cuál es la diferencia entre nosotros dos, Lord Marcial? Ciertamente, podrás ser mejor que yo como guerrero. Pero había una diferencia decisiva entre nosotros.)

La mayor diferencia ente el Lord Marcial y Ainz era la de su HP.

Ainz tenía los puntos de salud de un personaje de nivel 100. Incluso si ambas partes dejaban de lado la defensa y se enfrentaban mano a mano, Ainz emergería victorioso.

Sin embargo, el problema estaba en las artes marciales, aquellos ataques sobre los que Ainz no tenía conocimiento alguno.

“Me impuse otra restricción además de no usar magia. Tiene que ver con los ítems mágicos. No he usado ítems mágicos durante este encuentro contigo. En otras palabras, era una restricción de mi equipo. Sin embargo, esto era completamente beneficioso para mí.”

Ainz poseía numerosos ítems mágicos de sus días en Yggdrasil. Todos y cada uno de los cuales era un tesoro incomparable en este mundo. Por lo tanto, si Ainz los usaba, hubiera ganado con facilidad este encuentro con el Lord Marcial. Sin embargo, Ainz no sentía que ésa era la manera correcta de luchar.

En consecuencia, Ainz estaba equipado con ítems de bajo nivel.

“Me he limitado a usar armas que alguien de tu nivel podría usar. Por otro lado, siento que ésta es una excelente oportunidad para poner a prueba cierta nueva adquisición.”

Ainz enterraba su bastón en el suelo y sacaba dos de los cuatro estiletes enfundados en su cintura. Los sostenía con fuerza.

“Probemos estas armas que me prestó Momon.”

El Lord Marcial probablemente no entendía los parloteos de Ainz. Y éste no tenía intenciones de aclarárselo. Simplemente estaba hablando para sí mismo.

“Entonces…aquí voy.”

Ainz no podía imitar aquella extraña postura, la extraña parte inicial en la que se agachaba. Sin embargo, luego de practicarlo, había aprendido a correr de forma parecida. Salía disparado como una flecha, hacia el Lord Marcial.

La distancia era muy corta. Sin embargo, incluso en la breve abertura antes del ataque de su oponente, el garrote del Lord Marcial era blandido contra él. El golpe era más lento porque su fuerza se había reducido por las penalidades de habilidad, pero era un ataque que debía de haber conectado.

Ainz no podía ejecutar un esquive magnífico como el que había hecho esa mujer. Sin embargo, él podía hacer algo que ella no podía.

Activaba su habilidad y los movimientos del Lord Marcial se detenían por un instante.

Ainz cerraba la distancia entre los dos y atacaba con el estilete, apuntando hacia el hombro. Ese ataque con toda su fuerza, reforzado por la velocidad a la que corría, salía disparado como una flecha.

Cuando ella lo había golpeado en ese entonces, había logrado dañar la armadura creada mágicamente por Ainz, que era más resistente que la adamantita. Este ataque era del mismo nivel que aquél y el estilete atravesaba la armadura y piel del Lord Marcial, penetrando en su cuerpo.

Overlord Volumen 10 Capítulo 3 Parte 4

 

…Sin embargo, en ese momento…

“「Reforzamiento de Piel」, 「Reforzamiento de Piel Mayor」”

El Lord Marcial activaba sus habilidades marciales.

Era como si hubiera liberado algo desde dentro de su cuerpo que empujaba de vuelta la punta del estilete.

Lo alarmante era que el golpe con toda la fuerza de Ainz sólo había infligido una pequeña cantidad, casi un rasguño, de daño. Con la regeneración de un trol, ese tipo de daño se curaría en segundos.

El Lord Marcial debía haberse sentido reconfortado por esto. El garrote volando hacia Ainz seguía siendo muy rápido y sólo había recibido un rasguño por el ataque de Ainz. Se podía decir que el Lord Marcial tenía la victoria al alcance de la mano.

Sin embargo, si decía eso habría sido algo muy tonto.

“…Activar.”

“¡Goh! ¡¡Gowaaaaaaah!!”

Ainz liberaba el hechizo, concentrando la 「Bola de Fuego」 que Fluder había imbuido en el arma en el lugar en donde había apuñalado al Lord Marcial y quemando su cuerpo desde dentro. Pensaba en clavar su otro estilete en el hombro contrario, pero no era lo suficientemente fuerte y la armadura lo repelía.

Mientras Ainz pensaba en apuntar a un resquicio en la armadura, sentía movimiento de parte del Lord Marcial y se arrojaba a un lado sin mirar.

Un vendaval soplaba detrás de él. Debía ser la presión de viento del garrote.

Luego de alejarse alrededor de 10 metros, Ainz se daba la vuelta.

El Lord Marcial se encontraba agarrando su hombro con el brazo que sostenía el garrote. Su otro brazo colgaba a su lado, probablemente inmóvil. Parecía que el hechizo de Fluder era un poco demasiado fuerte. Tal vez debía de haberle pedido que usara un hechizo más débil para infundirle magia al estilete.

Luego de percatarse de que el Lord Marcial se encontraba en una situación desesperada, el público sentía compasión y se lamentaba.

Ainz miraba alrededor de la arena.

Sin importar a dónde miraba, no podía ver a nadie aclamándolo a él.

(Qué extraño… En Yggdrasil, no era inusual que alguien comenzara a ovacionarme más o menos ahora… Supongo que los encuentros fuera de casa son difíciles.)

“No se puede evitar. Supongo que tengo que abandonar el plan de robarme el corazón de la audiencia. Ahora entonces, Lord Marcial… hora de morir.”

Ainz envainaba el estilete cuya carga había gastado y tomaba otro. Este nuevo estilete estaba imbuido de un hechizo de ataque de elemento ácido del tercer nivel. Lo había preparado en caso de que el Lord Marcial se hubiera hecho inmune al daño de fuego.

Por supuesto, el Lord Marcial parecía haber sido herido por ese ataque elemental de fuego, pero eso podía ser un engaño. Los monstruos con habilidades regenerativas no podían resistir por completo todos los tipos de ataque que ignoraban su regeneración, pero eso era sólo en Yggdrasil.

Por lo que sabía, podía ser posible en este mundo.

Si ése era el caso, su plan de matarlo activando su habilidad cuando la audiencia pudiera ver su victoria había sido decidido.

“Si admites la derrota ahora… terminaré las cosas aquí.”

“No… Su Majestad. No…aún no. Sigo siendo el Lord Marcial. Sigo siendo el rey de esta arena. Lucharé hasta morir.”

“Entonces, quítate el casco y déjame ver tu rostro.”

Era una solicitud sorprendente, pero el Lord Marcial lo hacía y mostraba su cara.

Su frente estaba cubierta de sudor y su rostro estaba distorsionado, probablemente por el intenso dolor. Sin embargo, había una gran fuerza en esos ojos.

“Esos son buenos ojos. Me recuerdan a Gazef Stronoff.”

“Gracias. Ser elogiado por un ser poderoso como usted me llena de alegría.”

“…Dime. ¿Tienes alguna técnica que pueda derrotarme? ¿Tienes alguna técnica que pueda darle vuela a la situación?”

“…No. Incluso así. Sigo deseando luchar.”

Eran palabras muy honestas.

Ainz se sentía avergonzado por usar tantos engaños en la pelea. Pero también estaban todas las habilidades que había bloqueado para hacer de ésta una buena pelea.

Ya que su oponente luchaba en serio, Ainz estaba obligado a responder con todo lo que tenía permitido.

El Lord Marcial, que había venido directamente a enfrentar a Ainz, parecía brillar en sus ojos.


“Qué pensarían los Guardianes de la luz en esos ojos…”

Sin embargo, sabía que iban a despreciar a cualquier ser que no fuera de Nazarick. Si eso era así Ainz se llenaba de inquietud y soledad.

Ainz hacía a un lado sus emociones y lentamente levantaba sus estiletes.

El Lord Marcial se limpiaba el sudor con el antebrazo y se colocaba nuevamente el casco.

“…Atácame, Lord Marcial.”

“Gooohhhhhhh!”

Con un rugido, su enorme cuerpo se acercaba a Ainz.

Era más rápido que hace un momento. Tal vez había activado algún arte marcial.

Esa velocidad increíble y ese cuerpo inmenso. Ambas se reforzaban la una a la otra para producir un sentimiento de opresión sobrecogedor que paralizaba a cualquiera donde se encontrara. No, eso sólo se aplicaba a la gente normal, los no-muertos eran inmunes a tales efectos mentales.

Ainz estudiaba con calma al Lord Marcial.

Era rápido, pero eso era todo.

No estaba equilibrado, probablemente porque no podía mover el hombro que había sido perforado por el estilete.

(…Es peor que esa vez.)

Más importante aún…

(¿Conocías la verdad detrás de la forma en que te ralenticé? Si no la conoces, todo acabará para ti. ¿No?)

Ainz activaba la misma habilidad que había activado hace un momento.

「Aura de Desesperación I (Miedo)」

Esta habilidad tenía cinco efectos.

I era para Miedo.
II era para Pánico.
III era para confusión.
IV era para Demencia.
V era para Muerte Instantánea.

Miedo se refería al estado anormal de estar asustado, lo que infligía una penalidad a todas las acciones.

Pánico era una versión más severa de Miedo, generada al apilar efectos adicionales de Miedo uno sobre el otro. Cualquiera afectado por ese estado querría escapar a cualquier costo del usuario de la habilidad, en otras palabras serían incapaces de cualquier acción de combate contra esa persona.

Confusión era lo que sugería el nombre. Sin ninguna medida para recuperarse, el objetivo estaría en un estado de confusión.

Demencia era un estado negativo extremadamente molesto, ya que era una versión permanente de Confusión. No se podía quitar sin usar magia de una tercera parte.

Y no hacía falta decir que Muerte Instantánea provocaba la muerte.

Los efectos cambiaban cuando se subía de nivel.

Ainz primero había usado el efecto de Miedo y luego lo había cancelado casi instantáneamente. Al hacer eso, había un momento en el que las acciones que uno imaginaba no concordaban con las acciones que se tomaban en realidad y por lo tanto el cuerpo sentía como si hubiera sido paralizado.

Sin embargo, el Lord Marcial debía de haber anticipado que esto sucedía si llevaba a cabo un ataque frontal. Aun luego de que su mente y su cuerpo dejaban de estar en sincronía, de todas formas atacaba con su garrote.

Luego de tomar en cuenta las penalidades combinadas del toque de Ainz y del estado de miedo, evadir el ataque del Lord Marcial debía haber sido juego de niños. Sin embargo…

“¡「Golpe Fuerte」, 「Habilidad Divina Destello Único」!”

Ainz pensaba que veía un destello de luz.

En ese instante, un dolor intenso, inmediatamente suprimido a niveles tolerables y una sensación de estar flotando se apoderaban de él.

“¡ 「Aceleración de Fluidez」!”

Un impacto sordo venía desde arriba, seguido de un estallido de dolor al siguiente momento.

Aunque estaba brevemente confundido por la situación, Ainz volvía en sí con rapidez.

Probablemente ésta era una combinación de dos golpes. La primera parte lanzaba a Ainz al aire, mientras que la segunda lo aplastaba contra el suelo.

Si fuera Satoru Suzuki, podía no haber sido capaz de comprender la situación y caer presa de la confusión. Sin embargo, Ainz Ooal Gown era inmune a tales estados negativos.

Ainz sabía que se encontraba en el suelo y que el garrote estaba cayendo hacia él.

“¡Tch!”

Ainz se alejaba rodando al mismo tiempo que el garrote golpeaba. Tal vez era debido a las artes marciales, pero el impacto fluía a través del suelo hacia el cuerpo de Ainz.

Sin embargo, esto no le provocaba ningún daño adicional.

Mientras Ainz se ponía de pie de un salto, el garrote que se había enterrado en el suelo salía hacia arriba. Ese movimiento, como desenterrando algo desde las profundidades, parecía decir “Te acabaré con esto”.

Ainz lo decidía en una fracción de segundo y bloqueaba el golpe con su estilete y una vez más, el cuerpo de Ainz era enviado volando por el aire. La ovación de la audiencia resonaba en la arena, pero el Lord Marcial maldecía amargamente, “¡Maldición!”. Había estado esperando acabar a Ainz con ese ataque de combinación.

Luego de ser arrojado varios metros por el aire, Ainz rodaba algunas veces por el suelo y luego recobraba rápidamente su postura mientras murmuraba para sí mismo.

“¿Nada para darle la vuela a la situación? Me engaño. Punitto Moe me reñiría por esto.”

Al igual que Ainz, el Lord Marcial había guardado su carta del triunfo, sus artes marciales, hasta el último momento. Eso probaba que era un guerrero de primer nivel.

Ainz envainaba sus estiletes, dejando sus manos libres.

Su arrogancia y prisa por obtener la victoria le habían ganado un fuerte golpe…no, dos de ellos. Era momento de dejar de lado sus pensamientos ingenuos. Iba a reducir los puntos de su oponente antes de terminar las cosas.

(Qué ruidosos…)

Las ovaciones de la audiencia eran realmente molestas. Hace un momento habían estado lamentándose y ahora estaban regocijándose. En especial…

(…¡Maldición, Jircniv! ¡Qué demonios quería decir con “acábalo”! Ah, en serio…)

Ainz se movía lentamente. No había sido herido severamente, pero había sido castigado con dolor por su descuido, así que no cometería nuevamente ese tipo de error.

(Sin embargo, realmente no entendía las artes marciales. Eran habilidades que no existían en Yggdrasil…¿Es que alguien las había desarrollado para contrarrestar a los jugadores de Yggdrasil? ¿O simplemente estaba intentando forzar una teoría…? Un momento, ese arte marcial debía de ser algo que incrementaba la velocidad de ataque. Probablemente lo iba a intentar de nuevo, así que era mejor preparara mi cuerpo para ello. ¿No?*)
(*Ainz nuevamente parece haber recordado mal un dicho, 肉を切らせて骨を断つ, ‘preparar la carne para ser cortada y los huesos para ser rotos’. Por supuesto, él no tiene carne…)

Ainz ingresaba al alcance del Lord Marcial y éste atacaba desde arriba. Sin embargo, Ainz no lo esquivaba.

Avanzaba, recibiendo los ataques del Lord Marcial.

La presión y el dolor lo llenaban, pero podía hacer esto debido a la inmensa diferencia de sus HP. No había problemas. Además, su cuerpo de no-muerto suprimía el dolor de inmediato así que podía soportar la agonía que los vivos no podían.

De esta forma, Ainz tocaba el cuerpo del Lord Marcial. Habiendo justo terminado un ataque y bajo la influencia del estado de miedo del aura de Ainz era muy difícil evadirlo.

Luego, mantenía contacto con el cuerpo del Lord Marcial y lo rodeaba hacia su espalda. Por supuesto, constantemente estaba infundiendo energía negativa que dañaba habilidades a través de su armadura.

“¡Uoooooooooh!”

Esta vez era el Lord Marcial quien se alejaba de él, como rodando por el suelo.

Ainz estaba indeciso sobre si debía o no perseguirlo, pero decidía quedarse quieto, en caso de alguna técnica secreta.

El Lord Marcial levantaba su garrote pesadamente. Su respiración era trabajosa y su imponente porte de cuando se habían conocido por primera vez había desaparecido.

Ainz apretaba fuertemente los estiletes.

Los preparativos estaban completos. Éste iba a ser el ataque final.

Tal vez había sentido un cambio en el aire, pero el Lord Marcial se quitaba el casco y lo arrojaba a un lado.

Mientras la sorpresa se apoderaba de Ainz, el Lord Marcial también se quitaba el resto de su armadura. Aunque estaba debilitado, no parecía estar en un nivel en el que sería incapaz de moverse debido al peso de su armadura.

Sin embargo, luego de ver la determinación en el rostro del Lord Marcial, Ainz comprendía lo que planeaba.

(Ya veo. La armadura lo protegía contra los estiletes, pero no hacía nada contra las penalidades de habilidad. Debía haberse sentido bastante amenazado por ello, por lo que estaba apostándolo todo a que el HP de su oponente era bajo y a aligerar la carga de su cuerpo, sólo para poder continuar atacando.)

Esa era su apuesta final y también una muy riesgosa.

“Dígame… ¿Soy débil?”

“¿Qué?”

“Su Majestad no ha revelado una fracción de su verdadero poder hasta ahora. Incluso sin las poderosas alas de su magia, esto claramente no es extenuante para usted. Realmente… ¿Realmente soy así de débil?”

Ainz cerraba los ojos mientras lo pensaba y luego los abría nuevamente.

“Sí, eres débil.”

“…Ya veo.”

La arena quedaba en silencio.

No habían oído la voz de Ainz, sin embargo, la victoria ya había sido decidida ante sus ojos.

“Durante esta batalla, me prohibí el uso de muchos ítem mágicos y el uso de todo tipo de habilidades.”

“De otro modo. ¿Habría terminado con esto en un instante?”

Ainz asentía con la cabeza a modo de confirmación.

“Así es. Sin embargo, sé sobre ti así que…”

Ainz agitaba la cabeza. Esto no era para consolarlo.

“Bueno, simplemente te tocó un mal oponente. Si tú eres el hombre más fuerte del Imperio… yo muy bien podría ser el hombre más fuerte del mundo.”

“Ya veo… Sin embargo… Estoy contento. Saber que hay alguien mejor que yo me impulsa a mejorar.”

“Entiendo eso, en cierta medida.”

Había algunos de sus amigos, por ejemplo, Touch Me, a los que nunca había derrotado en PVP. Aun así, recordaba afectuosamente cómo había reflexionado sobre las formas de derrotar sus tácticas y equipo.

Ainz le sonreía al Lord Marcial y el Lord Marcial le sonreía a Ainz.

“…Entonces, haz tu jugada.”

“…Su Majestad, Rey Hechicero Ainz Ooal Gown. Al final, por favor muéstreme incluso si es sólo una fracción de su verdadero poder. ¡Permítame experimentar el cenit del poder!”

El Lord Marcial blandía su arma con fuerza.

“En serio… Muy bien. Entonces te revelaré el pináculo del poder.”

Ainz activaba su habilidad y avanzaba.

Ingresaba en el rango de ataque del Lord Marcial. El Lord Marcial atacaba.

Era completamente diferente a la velocidad con que había levantado el garrote. Podía haber usado artes marciales para acelerarlo. Sin embargo, no era nada en comparación de la velocidad que tenía antes de que sus habilidades fueran penalizadas. Era demasiado lento.

El garrote golpeaba su cuerpo, pero Ainz no le prestaba importancia.

El ataque ya no podía dañar el cuerpo de Ainz.

Ainz lo atravesaba caminando, como si estuviera siendo acariciado por un viento apacible.

Soportaba golpe tras golpe y seguía avanzando, mirando directamente a los ojos del Lord Marcial.

El Lord Marcial sonreía, como dándose por vencido. Ainz enterraba su estilete sin resistencia en el pecho del Lord Marcial y luego liberaba el hechizo imbuido dentro.

***

 

 

Ainz miraba abajo hacia el cadáver del Lord Marcial.

Y luego activaba un ítem que se había prestado. Era un simple megáfono.

“¡Óiganme! ¡Gente del Imperio! ¡Soy el Rey Hechicero, Ainz Ooal Gown!”

Su voz parecía hacer eco entre el silencio con una reverberación aguda. Por lo que Ainz decidía terminar rápido con esto.

“Planeo establecer un programa para formar aventureros en mi país. Esto se debe a que considero ventajoso que mi país no solo forme sino que también proteja aventureros y que los envíe a viajar a varios lugares del mundo. Muchos aventureros deben sobrevivir con sus propios recursos. ¿Pero cuántos mueren antes de alcanzar su mejor momento?”

Ainz recordaba al equipo de aventureros que habían viajado con él por poco tiempo.

“…En consecuencia, planeo incorporar al Gremio de Aventureros a mi nación. Hay aquellos que temen que perderán la libertad y que serán encadenados una vez que el Gremio de Aventureros se convierta en una organización nacional. No puedo negarlo por completo. Sin embargo, como acabo de mostrar, mi fuerza es más que adecuada. No planeo usarlos como herramientas para la guerra. ¡El Reino Hechicero está sediento de aquellas personas que realmente busquen la aventura! ¡Todos ustedes que desean explorar lo desconocido, que desean entender al mundo y que por lo tanto sueñan con ser aventureros, vengan a mí! Yo los ayudaré a que puedan valerse por si solos, con un poder que no pueden imaginar. ¡Ahora contemplen una fracción de esa fuerza!”

Ainz se acercaba al Lord Marcial.

“¡El Lord Marcial está muerto! ¿Quién verificará su muerte?”

No había respuesta.

“La muerte es el final de todo. Sin embargo, como algunos de los presentes podrán saber, se puede luchar contra ella.”

Ainz sacaba una varita y la apuntaba hacia el pecho del Lord Marcial.

Sería terriblemente embarazoso si no regresaba a la vida. Su inexistente corazón latía con fuerza al interior de su pecho.

“¡Sean testigos de esto!”

La varita se activaba y entonces el Lord Marcial jadeaba y su pecho comenzaba a moverse.

“La magia de resurrección es competencia de los sacerdotes de alto nivel. ¡Sin embargo, no es ningún reto para mí! ¡Dicho eso, aún debe de hacerse el pago apropiado en oro! ¡Yo, que he conquistado a la muerte, les brindaré mi apoyo! ¡Vengan a mi nación, ustedes que buscan convertirse en verdaderos aventureros!”

En medio de las mareas de sonido, Ainz lanzaba un hechizo de 「Vuelo」.

Su destino era el cuarto VIP de Jircniv.

Mirando alrededor, se daba cuenta de que sólo quedaban Jircniv y sus dos guardaespaldas. Los otros parecían haberse marchado más temprano. Ainz estaba encantado de tener menos de qué preocuparse, pero no decía nada.

“Bueno, perdón por lo de hace un momento, Jircniv-dono. Oh, su rostro se ve mejor ahora. Qué alivio.”

Su mareo al momento de pararse parecía genuino. Sin embargo ya que había estado ovacionando tan enérgicamente, sólo debía de ser algo momentáneo.

“Me disculpo por preocuparlo, Gown-dono.”

“Ahhh, no tiene importancia. Cualquiera se preocuparía al ver mal a alguien que conociera.”

“Gracias por su preocupación. Sin embargo, ése fue un encuentro emocionante. Era de esperarse de usted, Gown-dono. Y pensar que podía triunfar tan fácilmente contra el guerrero más poderoso del Imperio. No hay otras palabras para eso más que ‘magnífico’.”

“Ciertamente no. Éste fue un buen encuentro. Cualquiera de los dos podría haber ganado. Simplemente tuve la suerte de mi lado.”

Por la forma en que Jircniv había estado aclamando al Lord Marcial, debía de ser un gran admirador suyo. Siendo ése el caso, Ainz no podía equivocarse al elogiar al Lord Marcial.

O más bien…

(…Maldito seas, no me ovacionaste ni una vez. ¡Lo oí!)

Por supuesto, no podía dar voz a esos pensamientos. Cuando lo pensaba con calma, en una batalla entre el guerrero de la nación de uno contra el de otro país, era natural que uno apoyara a su propio compatriota.

Bueno, si realmente hubiera apoyado a Ainz, su medidor de afecto, una frase que Peroroncino había usado con frecuencia, probablemente estaría por las nubes.

“Aunque sería difícil que alguien ajeno pudiera darse cuenta, estoy seguro de que no se equivoca, Gown-dono. Entonces, lo siguiente. Perdóneme. ¿Qué estoy diciendo en un momento como éste?”

“Estoy de acuerdo.”

Decía Ainz. Poniéndolo de otra forma, no deseaba charlar demasiado tiempo con Jircniv en un lugar como éste.

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No quería que se diera cuenta de que Ainz Ooal Gown era sólo un hombre mortal.

Aunque pensaba que sería regañado por promover al Reino Hechicero en la arena y por cruzar la frontera ilegalmente, Jircniv parecía no querer reprenderlo. Siendo así, lo mejor para él sería irse rápidamente.

“Bueno, eso…”

Ainz se tragaba las palabras informales que había estado por decir. Eso sería cavar su propia tumba.

“Dejemos esto aquí por ahora. Vendré a visitarlo otro día, Jircniv-dono.”

Personalmente, Ainz deseaba escapar usando magia de teletransportación, pero primero tenía que ir a recoger a Ainzach. Así que debía regresar al suelo y luego se tenía que teletransportar lejos. Mientras meditaba ese asunto, Ainz se percataba de que Jircniv lo miraba fijamente, con una expresión seria en el rostro.

Definitivamente iba a decir algo extraño.

Esta situación no le era familiar a ningún trabajador de oficina. Ainz se volvía para mirar a Jircniv.

“Su Majestad. Tengo una propuesta. ¿Podría pedirle que la escuche?”

(No.) ¿Qué maravilloso sería el mundo si pudiera decir eso?

Ainz decidía no escapar de la realidad. Sonreía, aunque su cara no se movía y respondía.

“Continúe por favor.”

“Entonces, tengo la esperanza…no, al Imperio Baharuth le gustaría convertirse en un estado vasallo del Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown.”

“…¿Ah?”

Ainz no podía evitar exclamar eso ante aquellas palabras completamente inesperadas.

Su cerebro no había comprendido aún lo que acababa de oír.


“¿Es-estado vasallo?”

Sus guardias, a los que había visto antes, también lo miraban conmocionados.

Por alguna razón, Ainz sentía ganas de darle unos golpecitos en la frente a Jircniv.

¿Por qué había solicitado de pronto la condición de estado vasallo? Ahora que lo pensaba. ¿Qué tipo de relación tenían los estados vasallos, por cierto? Reconocía las palabras, pero ¿Qué significaban exactamente? Y luego estaba todo eso sobre la autonomía y cosas así.

Ainz no podía decidir por sí solo algo tan importante como esto. Primero necesitaba discutir el asunto con Demiurge y Albedo antes de dar una respuesta.

“…Jircniv-dono, tomar a su nación como un estado vasallo…”

(Así que el plan de formar lazos de amistad entre reyes era… ¿eh?)

¿Qué debía decir sobre el asunto del estado vasallo? ¿Estaba bien decir “no lo he considerado”?

Sin embargo, Demiurge y los otros podían haber planeado el vasallaje del Imperio. Él no quería ponerse una soga alrededor de su propio cuello y sin embargo podía causar problemas si no respondía.

Parecía que la mejor opción era abrirse paso, de alguna manera, fanfarroneando.

Luego de decidir la dirección que tomarían sus palabras, Ainz daba su respuesta.

“Es demasiado peligroso acordar verbalmente tales asuntos. No puedo tomar una decisión inmediata, pero creo que dichas cosas deberían constar por escrito.”

“Entonces. ¿Eso significa que una vez que le entregue el documento, lo aprobará?”

(¿Eh? ¿Realmente va a haber uno?) Ainz pensaba en preguntarle eso, pero conseguía tragarse esas palabras. Probablemente se debía a que en cierta medida se había calmado. La verdad era que ya no seguía tan perturbado como lo había estado hace un momento. No podía agradecérselo lo suficiente al cuerpo que tenía.

Sin embargo, el problema no se había resuelto aún.

(No era eso lo que quería decir, sólo estaba ganando tiempo.) Ya que no podía decir eso, tenía que pensar en algo que Jircniv pudiera aceptar. No había otra forma.

“…En efecto. Entonces, envíeme una copia de la petición de vasallaje así como también un borrador de la condición futura y el tratamiento del Imperio a mi residencia en el Reino Hechicero, Jircniv-dono. Después de eso, lo planearemos detenidamente.”

“Entonces así lo haré. Me esforzaré en hacerlo con rapidez y entregarla a manos de Su Majestad. …Entonces, por el momento, por favor permítame hablarle como a un rey…como a un igual. Estaré bajo su cuidado.”

Aunque su estado emocional se había calmado, Ainz no tenía idea de qué estaba sucediendo ni de por qué la situación había terminado de esta forma. Simplemente asentía con la cabeza como respuesta.

Entonces, intentando no parecer demasiado asustado, Ainz descendía a la arena usando un hechizo de 「Vuelo」.

“¿Cómo terminó todo así? O más bien. ¿Qué harán Demiurge y Albedo…?”

Los hombros de Ainz se desplomaban como los de un niño que estaba seguro de que al llegar a casa sería resondrado por sus padres.

***

 

 

El ambiente en el cuarto VIP se encontraba en silencio tras la partida del Rey Hechicero. Como para hacer pedazos ese silencio, Nimble, gritaba.

“¡Su Majestad!”

Jircniv fruncía el ceño de manera exagerada mientras miraba a Nimble.

“Estás siendo muy ruidoso. Sigo aquí cerca.”

“Per-perdóneme. Pero, pero. ¿Podría saber qué acaba de suceder?”

“¿Deseas saber por qué tomé una decisión como ésa?”

Nimble asentía con la cabeza en respuesta. Jircniv le daba un vistazo a Baziwood, que tenía una actitud similar.

“Ya veo… Entonces, ¿qué otra cosa sugieres que haga?”

Jircniv se reía de sí mismo.

“Desde el momento en que vino aquí, junto a su…¡Ah! Las negociaciones con la Teocracia Slane se han roto. Los templos tampoco piensan nada bueno de mí. ¿Cuánto tomaría retomar de vuelta el asunto de aquellas negociaciones? ¿Es siquiera un problema que puede resolverse con el tiempo suficiente?”

Jircniv pensaba sobre lo que haría si fuera uno de los mandamases de la Teocracia Slane. Si otro país presentara una excusa tan patética como, “Eso sucedió porque Ainz Ooal Gown vio a través de nuestro plan, no pretendíamos nada más” ellos seguramente pensarían que no había ningún valor en aliarse con ese país y lo abandonarían. No, podrían terminar usando a ese país como combustible para algún tipo de intriga futura.

Parecía que una alianza con la Teocracia Slane quedaba totalmente descartada.

“Así que lo que él está diciendo es, ‘por favor sigan luchando con tanta fuerza como puedan por sí solos, sin la Teocracia de aliados’, ¿hmm? Madre mía, era de esperarse del Su Majestad, el Rey Hechicero Ainz Ooal Gown. Tengo que quitarme el sombrero ante él. Su alcance es verdaderamente más profundo de lo que pude imaginar. Primero, deja que sus oponentes se sientan orgullosos y luego los destruye de un solo golpe cuando tienen la guardia baja.”

Aunque era su enemigo, Jircniv no podía evitar alabar ese plan perfecto.

Había sido calculado tan perfectamente que no tenía otra opción más que admitir la derrota. No había señales de ningún refuerzo para el Imperio, al mismo tiempo que Ainz ya poseía pruebas sólidas de las acciones del Imperio. En otras palabras, Ainz poseía el poder sobre la vida y la muerte del Imperio.

Baziwood agitaba la cabeza. Parecía que entendía la situación en la que se encontraban.

“Ahh, esto es realmente… cómo decirlo. Realmente ha empeorado la situación. Lo ha golpeado justo en su punto débil. Algo como eso.”

“Exactamente. No se me ocurre ninguna forma de lidiar con él. Supongo que tanto mi mente como mi cuerpo han sido quebrados. Se siente como si llegados a este punto, cualquier cosa estaría bien.”

“Su Majestad…”

Nimble miraba hacia Jircniv y hablaba en voz baja.

“Más que un no-muerto es más un demonio. Se siente como si supiera cómo quebrar la voluntad de un hombre.”

“Pero, incluso así, que nos convirtamos en un estado vasallo…”

Jircniv miraba con gentileza a Nimble, que parecía incapaz de aceptarlo.

Podía entender los sentimientos del hombre.

Sin embargo, había preferido una solución pensada con racionalidad para este problema, en lugar de una revelación infantil de sus sentimientos. Aun así, si ni siquiera Jircniv podía resolver el problema. ¿En qué medida le sería posible a Nimble?

“…Ahora hablaré claro. No podemos ganar. La única opción que tenemos es, como dije antes, corromper a uno de sus subordinados. No puedo imaginar ninguna otra forma de oponernos a él. Como podrán haber sentido durante esa guerra, es evidente que es más poderoso como lanzador de magia.”

Los dos caballeros asentían con la cabeza estando de acuerdo.

“¿Entonces qué tal es como guerrero? ¿Es posible matarlo con una espada?”

Jircniv se encogía de hombros.

“Debiste de haberlo visto. ¿Cierto? Incluso como guerrero, el Lord Marcial no pudo vencerlo. ¿Y qué fue aquello? ¿Soportó los ataques del Lord Marcial y no sufrió daños? ¿Usó magia?”

“No estoy seguro, pero podría ser posible.”

“Debe ser una broma. En otras palabras. ¿Puede usar magia para hacer inútil cualquier ataque, entonces? Así que un asesinato es imposible. ¿Podría ser inmortal?”

“Bueno, tiene un cuerpo físico, así que dudo que sea inmortal.”

“¿Entonces por qué no recibió daños?”

Nimble quedaba desconcertado y se volvía hacia Baziwood en busca de ayuda. Sin embargo, Baziwood mantenía sus labios apretados con fuerza formando una línea recta.

“…Así que, hagamos esto por ahora. Reúnan toda la información que puedan sobre el arma del Lord Marcial y luego congregaremos a todos los lanzadores de magia y aventureros que podamos encontrar y les preguntaremos por qué no recibió daños. Afortunadamente, ese pronunciamiento suyo debería enfrentarlo contra el Gremio de Aventureros, así que deberían estar encantados de ayudarnos.”

“Entonces. ¿No debimos de haber ofrecido el vasallaje después de intentar hacer todo eso? Afortunadamente, lo rechazó.”

Jircniv estaba algo fastidiado por esto, pero reprimía su molestia y no la mostraba. En su lugar miraba a Nimble con una expresión de preocupación en el rostro.

“¿Por qué piensas que rechazó nuestra oferta de vasallaje?”

“Eso, eso es… su sirviente no está seguro…”

“Tal vez si se tratara de alguien incompetente, inseguro de la forma en que debe manejar la situación cambiante…podría pensar en algo como eso. Sin embargo, nuestro oponente es ese hombre. ¿Recuerdas? A juzgar por su intelecto, ya debe de haber formulado un plan para el futuro en el corto periodo de tiempo luego de que le propusimos vasallaje. Si rechazó la oferta luego de pensarlo sin embargo, eso podría indicar que algo sobre ésa forma de proceder no coincidía con sus objetivos.”

“¿Y qué podría ser eso?”

La cara de Jircniv se tornaba amarga ante la pregunta de Baziwood.

“No lo sé. Sin embargo, bueno, probablemente no es nada bueno para nosotros. De otra forma no habría estado tan perturbado por nuestra oferta de vasallaje. Por lo que sabemos, los objetivos que tiene en mente son cosas que no puede llevar a cabo en su propio país. En ese caso…”

Jircniv dejaba que su sobrecargado cerebro, que pronto emitiría humo, pensara descontroladamente.

Su oponente era Ainz Ooal Gown. Seguramente debía de tener algún objetivo en mente.

Como el rey del Reino Hechicero. ¿Qué podría querer? ¿Qué podría odiar?

Su frente se cubría de sudor y Jircniv se esforzaba por pensar.

“…¿El Gremio de Aventureros? ¿Podría ser que tiene algo que ver con el Gremio de Aventureros y es por eso que se opuso al vasallaje?”

“¿Qué hay sobre esa declaración? …¿Fue buena idea permitirla, Su Majestad? En unos cuantos años, muchos de los mejores y más brillantes del Imperio podrían terminar dejando el país.”

“…No entendí nada de eso. Dime cómo llegaste a esa conclusión.”

“Aunque hacer lo que él diga significa que la libertad de una personas quedaría restringida, tener de apoyo al increíblemente poderoso Rey Hechicero es una propuesta muy atractiva. En la profesión de los aventureros, es mucha más la gente que muere que la que llega a hacerse de un nombre para sí mismo. Sin embargo, con alguien así de poderoso prestándoles su apoyo… bueno, al menos eso es lo que pensarán aquellas personas sin confianza en sí mismas. Además, ya que tenemos caballeros, no hay muchos trabajos para aventureros de bajo nivel en primer lugar.”

“Una fuga de talentos… Aunque podrían no tener confianza en sí mismos, eso no significa que no sean capaces.”

Había personas que eran talentosas, pero que carecían de confianza propia. Sin embargo, se necesitaba a una persona con mucha confianza para explorar un nuevo mundo.

“Si es así. ¿No son todas esas razones para oponernos al vasallaje? Sin embargo… ¿No sería más conveniente para él que nos convirtamos en un estado vasallo? De esa forma, podría absorber al Gremio de Aventureros directamente… ¡Ah! ¡Ainz Ooal Gown! ¡¿Por qué tu intelecto tiene que superar por tanto al mío?! ¡Tus intrigas son tan diabólicas que no puedo siquiera comenzar a entenderlas!”

“¿Sería posible que en realidad no estuviera pensando en nada?”

Jircniv miraba con enfado a Baziwood ante su comentario bromista.

“¿Qué tontería es esa? Ha anticipado nuestros movimientos hasta este punto…No, es impensable. También tenemos que tomar en cuenta los efectos de los insondables sentimientos que lo impulsan a odiar a los vivos…”

Tal vez asumir que pensaba como un no-muerto era un error.

Tal vez Ainz ya había anticipado que él no sabía cómo actuar y dudaría sobre esto y lo había hecho parte de su plan. Incluso podía estar esperando con los brazos abiertos a que un aterrorizado Jircniv apresurara el proceso de vasallaje.

“¿Qué debemos hacer ahora?”

Preguntaba Nimble. Se refería a las acciones futuras del Imperio.

“…Planeo propagar las noticias a los países vecinos. Primero, reuniré a los escribas y les diré en términos generales que el Imperio escoge la sumisión y convertirse en un estado vasallo del Reino Hechicero y que no tenemos ninguna alternativa en el asunto. Llevaremos rápidamente las noticias a los países vecinos y dejaremos que se difundan, así el Reino Hechicero no tendrá más alternativa que reconocerlo.”

“Su Majestad…”

Ambos hombres agachaban la cabeza. El hecho de que incluso Baziwood tenía una expresión como ésa en la cara hacía que Jircniv se preguntara si no era una broma.

Borraba la sonrisa amarga de su rostro y hablaba de manera amigable.

“¿Por qué tan sombríos? Hay todo tipo de estados vasallos. Si se nos permite gobernarnos nosotros mismos en su mayor parte, entonces podremos continuar viviendo como lo hemos hecho siempre. No…si el Reino Hechicero nos defiende con su increíble poder, entonces ¿No estaríamos más seguros que antes?”

Mientras oían sobre un futuro ligeramente más brillante (probablemente), sus rostros recobraban algo de su color.

“Por lo tanto, necesitamos encargarnos de cualquier descontento interno. Si el Reino Hechicero no nos permite gobernarnos nosotros mismos, el Imperio podría comenzar a fragmentarse. También podría haber facciones insatisfechas con el vasallaje que podrían iniciar sus jugadas.”

Jircniv comenzaba a pensar sobre la distribución de facciones al interior del Imperio.

Los más importantes eran los Cuerpos de Caballeros. Sin embargo, ellos no se cambiarían a la facción anti-vasallaje. Incluso si se oponían, sería sólo de los labios para afuera. En realidad no llegarían a hacer nada.

Los siguientes eran los nobles. Estos no eran predecibles. Aunque había pocas personas que se quejarían sobre la decisión de Jircniv, aquellos pocos podían estar buscando una oportunidad para deshacerse del Emperador de Sangre. Éstas eran personas que podían intentar cualquier cosa para convertirse en los nuevos gobernantes del Imperio convertido en estado vasallo.

Los plebeyos podían ser engañados. Para ellos, siempre y cuando la vida siguiera con normalidad, no les importaría convertirse en un estado vasallo.

“…Los sacerdotes serán un problema.”

Los templos nunca reconocerían esto. Y sería peor si no sólo se oponían sino que prohibían cualquier actividad curativa. Él tendría que hablar con ellos repetidamente e intentar convencerlos de su manera de pensar.

“…¿Usted estará bien, Su Majestad?”

“¿Quién sabe? Mientras siga aquí, tendremos la mejor oportunidad de convertirnos en un estado vasallo y planeo mostrar los resultados de hacerlo… pero podría ser mejor no decir eso.”

(Por qué yo), pensaba.

Había heredado esta tarea de su padre y el Imperio había estado fortaleciéndose de manera constante. No debía de haber tropezado en ningún punto a lo largo de ese proceso.

Pero entonces ese monstruo había aparecido y todo enloquecía.


Probablemente no había nada malo en la forma en que había negociado con el monstruo. Lo que ocurría sencillamente era que Ainz Ooal Gown era un ser cuyos procesos mentales trascendían a los de la humanidad.

En sólo un mes, todo había cambiado.

Jircniv suspiraba profundamente.

“Debo ser el hombre más desafortunado del mundo…”

Aunque sólo eran palabrerías, las noticias sobre el cambio de base de operaciones de Canario de Plata del Imperio a la Alianza de Ciudades-Estado le llegaban con prontitud al desmoralizado Jircniv. En los siguientes días, Jircniv llegaría a lamentar esto con “Las bendiciones nunca vienen en pares y los infortunios nunca vienen solos”.

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