Sword Art Online

Volumen 14: Alicization Uniting

Capítulo 13: La Batalla Decisiva

Parte 3

 

 

Pensé que había superado el duradero dolor físico hasta cierto punto.

Hace poco más de dos años, crucé espadas con duendes que se colaron desde el territorio oscuro por la cueva al norte de la Aldea Rulid. Durante la batalla, mi hombro izquierdo fue rasguñado por el machete que pertenecía al líder de los duendes y a pesar que eso estaba lejos de ser letal, el dolor abrumador, o para ser exacto, el miedo a sufrir dolor, me hizo encogerme de miedo, nervioso, y permanecido inmóvil.





Esa experiencia expuso mi punto débil en Underworld. Quizá debido al largo tiempo que pasé luchando en mundos carentes de dolor, gracias a la función de absorción de dolor instalada en el Nerve Gear y en el AmuSphere, había perdido mi resistencia a ello.

Desde entonces, me había controlado a mí mismo sin retroceder más cuando era atacado por espadas de madera durante las prácticas con Eugeo o los duelos de la Sword Master Academy y tal vez como consecuencia, las heridas que sufrí en mis peleas con los Integrity Knights no me habían dejado paralizado del miedo, al menos. Después de todo, en Underworld, podías recuperarte por completo incluso con tus manos y pies cercenados siempre y cuando tu Vida no llegase a cero.

Pero…

Justo antes del final de este largo viaje, me enseñaron la amarga lección que nunca había logrado conquistar por mí mismo del todo.

El «Sword Golem», el arma militar creada por Highest Minister, Administrator, poseía un poder y una velocidad extraordinarios. Tuvo en desempeño trascendental que se desvió incluso de las reglas de este mundo. Ya era un milagro el que me las hubiera arreglado para bloquear ese primer ataque de su brazo izquierdo; el segundo, en el que usó su pata trasera, fue más rápido de lo que mis ojos pudieron seguir.

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La espada que le había servido al golem como pierna parecía haber desgarrado mis órganos internos, de mi derecha a mi izquierda. Fui consciente de un escalofrío acariciando mi estómago en el momento del golpe, pero lo que sentí mientras volaba por el aire, chocando contra la ventana, y cayendo al suelo fue un dolor recorriendo todo mi cuerpo como si estuviera siendo inmolado. No podía mover ninguno de mis dedos, mientras que la mitad inferior de mi cuerpo no tenía ninguna sensación en absoluto. No sería extraño aún si mi cuerpo en realidad había sido dividido en dos con tan sólo una simple capa de piel uniendo ambas mitades

Era un verdadero misterio el cómo conservé mi habilidad para pensar. O quizá era porque el dolor había excedido por mucho a mi desesperación.

Mi Vida estaría cayendo a un ritmo mucho más rápido que nunca. Debería de tener no más de pocos minutos antes que llegue a cero.

Y a la Integrity Knight Alice probablemente le quedaría menos tiempo aún. La caballera dorada, derribada en el suelo lejos de mí, había sido apuñalada en el pecho por la espada del golem. Al parecer ella evitó un golpe directo a su corazón, pero su sangre debe estar derramándose a un ritmo alarmante. La posibilidad que ni siquiera las Sacred Arts curativas de alto rango pudiesen detener esto, eran altas. Esa milagrosa Fluctlight que rompió el «Sello del Ojo Derecho», aplicado en todos los habitantes de Underworld, con tan sólo su fuerza de voluntad, estaba siendo extinguida ante mis ojos.

La vida de mi irremplazable mejor amigo, Eugeo, quien estaba fuera de mi campo de visión, era también igual que una vela a merced del viento. Su fuerza ya había superado la mía, pero ese no era un enemigo al que las habilidades de espada pudieran hacerle frente.

Mi neblinosa visión mostró el golem de espadas avanzando, causando temblores a cada paso.

Incluso cuando traté de gritarle que huyera, sólo un débil suspiro se derramó de mi boca. No, aún si pudiese gritarle, Eugeo no huiría. Él agarraría su Blue Rose Sword y se levantaría contra este abrumador enemigo para salvarnos a Alice y a mí.

Este horrible desastre sólo podría atribuirse a mi incomprensión… la estúpida suposición que Administrator no mataría…

En la Gran Biblioteca, la sabia Cardinal había explicado la esencia de lo que estaban hechos los «tabúes» en este mundo con una taza de té. Lo que había querido decir era que todos los tabúes tenían sus propias lagunas. Administrator probablemente había traspasado la restricción por sí misma creando un arma automatizada para matar a sus enemigos en lugar de hacerlo con sus propias manos.

El dolor parecido tanto a la furia como de llamas se estaba convirtiendo gradualmente en un aturdimiento soso.

Mi vida pronto llegará a cero. En ese mismo instante probablemente seré expulsado de este mundo, me despertaré en el STL [14] y el personal de Rath me pondrá al corriente de la eliminación de Underworld en su estado actual… junto con toda Fluct Light, incluyendo a Alice y a Eugeo, sin excepción.

Si mi vida tuviese el mismo significado que la de Eugeo y el resto. Si sólo pudiese conocer una muerte verdadera con este par de aquí. ¿Cómo podría disculparme con ellos con cualquier cosa aparte de eso?

Las cuatro patas del golem de espadas aproximándose y el resplandor del cabello dorado de la desplomada Alice temblaron y titilaron en mi visión desvaneciéndose lentamente. Incluso esa luz también me abandonaba constantemente.

Entonces fue cuando esa suave, pero trascendental voz irrumpió en mis oídos:

«¡Usa la daga, Eugeo!»

Tenía un timbre suave que me parecía haber oído en algún lado. Continué escuchando el diálogo entre la voz de la mezzo-soprano [15] y Eugeo con mi mente en blanco. La dueña de esta voz dio varias instrucciones antes de anunciar que le conseguiría tiempo y moverse a mi oído. Se sintió como si algo cálido hubiera tocado por un instante mi mejilla derecha.

 

Esa calidez trajo de vuelta una pizca de sensibilidad a mi cuerpo y desesperadamente levanté mis párpados medio caídos. Ante mis ojos, quien saltó a la alfombra manchada con mi sangre si hacer ruido era…

Una muy, muy pequeña araña que brillando en un negro lustroso.

No podía ser nadie más: Charlotte. El Familiar [16] de la sabia Cardinal, quien se escondió cerca de mí por dos años para recopilar información. Pero ¿por qué estaba aquí en este momento? Esta pequeña araña debería haber sido despojada de sus funciones en la Gran Biblioteca y haber desaparecido en los espacios entre las estanterías.

El dolor y el miedo dejaron mi mente por un momento a causa de la gran sorpresa; la criatura, que era demasiado pequeña, comenzó su ataque hacia el gigantesco golem ante mis ojos. Sus cuatro patas delgadas fueron violentamente expulsadas de la alfombra. Aun así, la distancia que recorría la araña en un paso no era rival para el golem. ¿Exactamente cómo planeaba conseguirle tiempo con el golem arremetiendo hacia Eugeo?

O al menos eso me preguntaba antes que se me escapara que un débil jadeo, todavía víctima de una gran conmoción.

La araña negra había aumentado de tamaño. Cada vez que sus puntiagudas patas se impulsaban en el piso, el tamaño de la araña se multiplicaba. Se hizo más grande que un ratón, que un gato, luego que un perro, y continuó creciendo más que eso. Antes que me diera cuenta, mi mejilla que había tocado el suelo pudo sentir los fuertes temblores de las patas de Charlotte golpeando la alfombra.

—¡Gigii!

Dejando escapar un chirriante sonido metálico, el golem de espadas finalmente notó a Charlotte. Las dos gemas en su cara titilaron como si evaluara a su enemigo.

—¡Shaaaa!

Emitiendo un estridente e intimidante alarido, la araña negra cuya longitud total había pasado los dos metros también tenía sus cuatro ojos brillando con una luz intensa.

Aunque su altura no alcanzó ni siquiera la mitad de la del golem, la aumentada Charlotte  tenía todo su cuerpo cubierto por un caparazón que se veía resistente, en contraste con su enemigo formado meramente de espadas largas y delgadas. La cáscara negro azabache brillaba como los colores Rasta teñida de oro en la luz y las zarpas creciendo en sus ocho patas eran también como cristales negros. Dos de sus patas eran visiblemente largas, fungiendo como brazos, y sus zarpas eran lo suficientemente largas para guardar semejanza con espadas.

 

Elevando esa pata derecha, Charlotte derribó la pierna izquierda del golem. Un fuerte impacto metálico, como una colisión entre espadas gigantes, hizo eco por toda la habitación. Las chispas anaranjadas que salieron iluminaron la nebulosa sala con una luz cegadora.

Ese destello de luz destacó la silueta de Eugeo, que había comenzado a correr sin que lo notara.

No corría hacia el golem, tampoco hacia Alice o hacia mí.

Corrió hacia el adorno circular en el muro sur para cumplir las instrucciones de Charlotte de clavar la daga en el disco elevador.

Detrás de Eugeo, aunque ese solo golpe de Charlotte había roto ligeramente la postura del golem de espadas, sin esfuerzo se mantuvo firme y estaba a punto de elevar su brazo derecho. El golem parecía haber identificado completamente la repentina y gigantesca araña como su enemiga y sus dos ojos de color blanco azulado brillaron fuertemente cuando giró su brazo derecho con un rugido.

Charlotte confrontó el ataque con su brazo izquierdo. La espada de oro y la zarpa de cristal negro colisionaron en el aire y despidió una feroz onda de choque una vez más. El temblor viajando a través del suelo sacudió todo mi cuerpo.

El simple golpe del golem de espadas que fácilmente golpeó tanto a Alice como a mí fue detenido por la gran araña, a lo que bajó profundamente las seis patas en la parte trasera.

El par continuó la misma lucha feroz en un intento de hacer bajar al otro. El resistente caparazón sobre las patas de Charlotte se abolló cuando ella soportaba ese masivo peso mientras las tres espadas que formaban el brazo del golem crujieron en sus articulaciones.

El forcejeo terminó en sólo tres segundos. Lo que se rompió con un ruido sordo fue la pata delantera de Charlotte. Un fluido lechoso manó del corte, tiñendo su negro caparazón.

Aun así, la araña no retrocedió y saltó hacia adelante con los restos de su pata delantera derecha. Su objetivo era el espacio entre las tres grandes espadas que conformaban la espalda del golem. La luz violeta brillando allí dentro… el Piety Module.

Su zarpa que se le aproximó como un relámpago negro apuñaló a través del prisma, la mayor debilidad del golem… en ese momento vi que, numerosas espadas se alinearon a la izquierda y a la derecha de su columna vertebral, a lo que su caja torácica se movió.

¡¡Jakiiin!! Sonó un sonido metálico como una guillotina. Las cuatro cuchillas a cada la do se habían cruzado. Atrapada dentro de ellas, la pierna derecha de Charlotte fue inevitablemente amputada y un chorro de fluido corporal brotó de nuevo.

 

La caja torácica del golem se abrió lentamente y la mitad de su pierna desgarrada cayó en su interior. Quizá convencido de su victoria, los ojos del golem parpadearon débilmente, lo que se veía casi ridículo.

Charlotte conservó su gallardía incluso con sus dos patas delanteras perdidas.

Dejando escapar un grito agudo una vez más, ella saltó hacia adelante con sus gruesos y cortos colmillos que salían de su boca.

Sin embargo, su ataque no llegó a su objetivo. La pierna del golem se levantó más rápido de lo que podían seguirla mis ojos, cortando otras dos piernas izquierdas de Charlotte, y la gigantesca araña cayó al suelo con un golpe seco y el equilibrio destruido.

«Es suficiente. Corre»

Traté de gritar.

Nunca había conversado directamente con aquella araña llamada Charlotte. Pero ella siempre había estado observándome. Incluso ella me dijo que las flores Zephyria que cultivaba en el jardín del dormitorio aún podían ser salvadas luego que Raios y Humbert las rasgaran. A pesar que la misión que le había dado Cardinal había sido únicamente observarme.

Sí. Ella no debería estar muriendo en una batalla tan desesperada nada más para ganar tiempo.

«Corre»; traté de gritar nuevamente, pero no pude hacer ningún sonido.

Levantándose de alguna manera con sus cuatro patas restantes, Charlotte bajó para lanzar otro temerario ataque. Pero el brazo izquierdo del golem que vino directo desde arriba un instante más rápido perforó profundamente en el torso de la araña negra luego de trazar un elegante arco.

—Ah…

Un ruido demasiado débil como para ser considerado un grito salió de mi garganta.

Entonces eso ocurrió.

Un repentino destello violeta llenó mi visión. Era un resplandor que ya había visto antes. Las bandas de luz propagándose a través de la habitación estaban todas compuestas de letras minúsculas. Esta misma luz había salido cuando utilicé la daga que me dio Cardinal para ayudar a la Deputy Knight Commander Fanatio

Eugeo debe de haber alcanzado el disco elevador y haber clavado la daga que tenía. No estoy seguro de qué resultado dará, pero él no había desaprovechado el tiempo que Charlotte le había dado con aquél ataque que llevó a cabo arriesgando su vida.

 

Bañada en la evanescente luz, la araña negra pateó el suelo con sus piernas restantes, como si quisiera mantenerse en pie incluso con su cuerpo apuñalado por todos lados. Aun así, su gigantesco cuerpo cayó impotentemente en un charco de sangre blanca luego que el golem retirara sus brazos con un sonido mojado.

Los cuatro ojos alineados en su cara habían perdido la mayoría de ese vívido escarlata parecido al de los rubíes. Habiendo confirmado el estado del disco elevador con esos ojos, Charlotte murmuró con una voz débil a lo que se derramó sangre de los espacios entre sus colmillos.

—«Gracias a dios… Lo hice.»

Sus piernas temblaron y alteraron la dirección a la que miraba. Sus cuatro ojos me miraron dulcemente.

«Estoy feliz… de haber podido luchar con ustedes… en la…»

Sus palabras cesaron como si se hubieran disuelto en el aire. La luz escarlata en sus brillantes ojos redondos  parpadeó y se desvaneció.

Mientras mi vista desaparecía suavemente, me di cuenta que mis lágrimas aún podían fluir, incluso mientras me aproximaba a mi muerte. La gigantesca araña negra se encogió silenciosamente. El charco blanco rápidamente se evaporó, dejando atrás nada más que un cadáver del tamaño de la punta de mi dedo, mirando hacia arriba con sus patas contraídas.

El golem de espadas se volteó como si hubiese perdido instantáneamente todo interés por esa vida que había mutilado a lo que sus dos brillantes ojos miraron a Eugeo.

La silueta gigante giró noventa grados y clavó fuertemente la punta de su pie extendido sobre el suelo. Las franjas de luz violeta continuaban ondulando hacia donde avanzaban.

Luché con toda mi fuerza para mover mi cuello varios centímetros, y la fuente de esa luz quedó a la vista.

Un anillo de luz vibraba en el piso al lado sur de la habitación circular, a poca distancia del ventanal de cristal. Era el disco elevador que Alice y yo usamos para llegar al centésimo piso.

Algo como una cruz extremadamente pequeña estaba clavada en el centro del anillo. Esa era una de las dagas de color rojo cobrizo que nos había confiado Cardinal. Esas dagas fueron creadas a partir de los recursos tomados de las coletas que ella había dejado crecer durante doscientos años, y podían abrir un portal que trascendía el espacio entre Cardinal y lo que sea que fuese apuñalado con ellas.

Eugeo había clavado el último recurso contra Administrator en el disco elevador del suelo siguiendo las instrucciones de Charlotte, la araña negra.

El disco elevador ya estaba completamente brillando con luz violeta. Ondas de alta frecuencia como muchos diapasones [17] resonando unos contra otros emanaron acrecentándose a pesar que al final la daga se deshizo, conectando el disco elevador y el dosel con un angosto haz de luz.

Eugeo, quien se mantuvo al lado, cubrió su cara con su brazo derecho, incapaz de soportar el resplandor. El Sword Golem aproximándose hacia él también tenía sus articulaciones crujiendo al detenerse como si titubeara ante el inexplicable suceso.

El haz de luz gradualmente se ensanchó. Una superficie brillante de color marrón oscuro, como un tablero, apareció desde adentro de la luz. No, no era un tablero normal. Bordeada por un marco rectangular, tenía un pomo plateado sobresaliendo de un lado; era una puerta.

Justo cuando me di cuenta de ello, el resplandor emitió un intenso destello. Las ondas de alta frecuencia se esfumaron y el silencio regresó a la habitación.

Tanto Eugeo como yo miramos en silencio hacia la gruesa puerta con un color y un diseño familiares. Quizás sus sistemas se reiniciaban luego que la anomalía se hubiera calmado, pero el golem de espadas dio un paso hacia adelante con si pierna derecha.

En ese momento…

Un pequeño, áspero ruido sacudió el aire lenta pero seguramente.

El pomo de plata lentamente giró. El áspero ruido resonó una vez más, seguido por la silenciosa apertura de la puerta.

La puerta estaba en pie sobre el suelo por sí misma, así que allí no debería estar más que el mismo pasillo de más allá. Pero por el contrario, la luz de la luna no se filtraba a través del espacio entre el marco de madera y la puerta. Sus profundidades estaban sumergidas en una oscuridad absoluta.

La puerta continuó abriéndose y paró en cuanto se abrió un espacio de cerca de cincuenta centímetros. El interior continuaba oculto a la vista. El golem de espadas prosiguió su avance, ignorando la puerta. Eugeo debería entrar en el rango de corte de su espada en unos tres pasos… dos…

Inesperadamente, una sorprendente cantidad de luz inundó la oscuridad de más allá de la puerta. Un destello de blanco puro surgió horizontalmente.

 

¡¡Gagaan!! Su impacto causó un ruido que asaltó mis oídos mucho más que cualquier otra Sacred Art que hubiera presenciado. El relámpago que cayó directamente sobre el Sword Golem lo hizo retorcerse como un ser viviente y convirtió su gigantesca forma en una silueta negra.

El ataque del relámpago rugió por varios segundos entes de retroceder finalmente, y el golem, quien parecía presumir de una durabilidad cercana a la invulnerabilidad, se detuvo mientras la parte superior de su cuerpo se tambaleaba. Un débil humo blanco se levantó de las decenas de espadas y sus ojos parpadearon irregularmente.

El monstruo que tenazmente intentaba continuar moviéndose fue golpeado fuertemente por otro relámpago emitido desde la puerta. Era un increíble rito de disparo para una Sacred Art de tal poder, la cual requeriría un encantamiento consistente de decenas de líneas. Con varias partes carbonizadas, el golem dejó salir un gemido estridente a lo que dio un paso atrás, pero fue perseguido tan sólo medio segundo después.

Un trueno más intenso que el de antes rugió, y un tercer rayo avanzó. Golpeado por el relámpago blanco, más grueso que los dos anteriores, los cinco metros de altura del arma militar fueron fácilmente arrasados como una figura de papel. Dando vueltas en medio del aire, pasó por el lado derecho de la flotante Administrator y se estrelló contra el suelo en el lejano límite de la habitación. Sentí que la mismísima Catedral Central temblaba por el impacto de su caída.

El volcado golem finalmente paró sus movimientos, pero las puntas de sus extremidades de espadas aún temblaban levemente, mostrando que su Vida aún no se había agotado del todo. Pero aún así, parecía poco probable que cayera pronto.

Volteé mi vista hacia atrás y vi la oscuridad más allá de la puerta una vez más. Ya sabía con certeza quién aparecería por ahí. No había nadie en este mundo capaz de disparos tan rápidos y tan inmensas Sacred Arts aparte de Highest Minister, y alguien más.

Lo primero que apareció desde más allá de la oscuridad era un angosto báculo y una pequeña mano que lo sujetaba. Seguido a ello había una manga suelta sobre una muñeca delgada. Varias capas se desplegaban sobre una túnica de terciopelo negro. Un sombrero angular decorado con  un penacho. Los zapatos chatos asomándose del borde de su túnica dieron un paso hacia adelante y pisaron silenciosamente la alfombra.

La luz de la luna iluminaba ese rizado cabello castaño de aspecto suave y esos pequeños lentes con montura de plata. Sus grandes ojos donde la juventud y la ilimitada sabiduría existían centelleaban más allá de esos lentes.

La sabia, Cardinal, quien poseía un System Access Authority equivalente al de Highest Minister, Administrator, como su ‘otro yo’ viviendo en la Gran Biblioteca que estuvo aislada durante lo que fue prácticamente una eternidad, calmadamente salió a la azulada luz de la luna, y luego apaciguó sus pies. Inmediatamente después la puerta tras ella se cerró sola.

 

¿Cómo pudo Cardinal alcanzar esta habitación desde esa aislada biblioteca?

La clave fue, por supuesto, la daga color rojo cobrizo que tenía Eugeo. La daga clavada en el disco elevador, siguiendo las instrucciones de Charlotte, había conectado el disco con Cardinal. En ese caso, usar un Sacred Art para cambiar el destino vinculado del disco elevador a la Biblioteca sería tarea fácil para esa chica.

La pequeña sabia escaneaba todo el piso superior de la catedral que estaba probablemente viendo por primera vez con la expresión severa de un profesor.

Seguido a ello, volvió sus ojos hacia Eugeo, quien estaba a su lado, y dio un breve asentimiento. También miró fijamente a la caballera Alice, quien estaba postrada a cierta distancia. Girando esos ojos hacia mí, que estaba en una postura similar, ella reveló una leve sonrisa como para tranquilizarme, y asintió nuevamente.

Y por último…

Cardinal resueltamente enderezó su pequeño cuerpo y contempló a Administrator, que continuaba merodeando silenciosamente más lejos en la habitación. El perfil de la sabia no daba indicios de ninguna emoción intensa que ella hubiera podido haber sentido en esta confrontación contra su máxima enemiga después de doscientos años.

Habiendo confirmado la situación, Cardinal levantó suavemente el báculo en su mano derecha. Su pequeña figura flotó instantáneamente y ella se deslizó a través del aire hasta donde habíamos caído Alice y yo.

Descendiendo hacia el piso, primero le dio a Alice un suave toque con la punta del báculo en la espalda, a lo que brillantes partículas de luz revolotearon y giraron alrededor de ella, y se hundieron en el cuerpo de la caballera.

Luego, ella golpeó el delgado báculo contra mi hombro. Esa cálida luz salió una vez más y envolvió mi cuerpo, que había perdido toda sensación.

La fría sensación de vacío que sentí, como si hubiera dejado de existir, primero desapareció antes que un dolor abrasador regresara a mi abdomen que había recibido un golpe directo del Golem. Forcé el deseo de gritar y el dolor pronto fue derretido por una onda de calor. Mis sensaciones corporales retornaron justo cuando el dolor se calmó y yo traté de doblar mi tiesa mano derecha incontables veces antes de sentir la herida en mi estómago con recelo.

Mi tacto reveló que aunque una punzante cicatriz se quedó, la profunda herida que casi golpeó mi cuerpo había sido completamente sellada; no pude evitar estar sorprendido. Si yo quería lograr el mismo efecto con Arts curativos, tendría que cantar continuamente por horas en un bosque lleno de luz solar.

Estoy a salvo, dicha ingenua felicidad parecía inclusive inapropiada para un Art tan milagroso, pero naturalmente, una compensación de igual valor debe haber sido necesitada. Por no mencionar que la que paga el precio no sería yo, sino la ermitaña, Cardinal. Después de todo, la Highest Minister, Administrator, nunca permitiría…

Como si estuviera completamente despreocupada sobre mi escalofriante imaginación, Cardinal gentilmente flotó una vez más.

El lugar donde aterrizó después de un corto momento fue ante un pequeño cadáver negro acostado en la alfombra.

El báculo se incrustó en el suelo con un suave golpe sordo. Incluso cuando la mano de su dueña se separó, el báculo estuvo erguido sin una pizca de movimiento.

Cardinal tranquilamente se encorvó y alzó los escasos restos del suelo con ambas manos. Presionando las manos envolviendo a la araña negra, Charlotte, contra su pecho, la niña inclinó su cabeza profundamente, entonces susurró con una voz tan suave que no pude captar.

—Tú… cosa terca. ¿No te he relevado de tu deber, agradecido por tus esfuerzos, y pedido que vivieras como desearas en un rincón de algún librero de tu preferencia?

Sus largas pestañas revolotearon dos veces, tres veces, a través de sus redondos anteojos.

Empuñé mi espada negra que se había caído a mi lado con mi mano derecha que podía finalmente moverse apropiadamente, y luego la usé como soporte para levantarme. Después de tambalearme cerca de Cardinal, pospuse esas palabras que debería estar diciendo y en cambio, primero pregunté.

—¿Cardinal… ésa era la verdadera… forma de Charlotte…?

La ermitaña cuyo cabello rizado se mecía al mismo tiempo que ella levantaba su rostro me miró con ojos húmedos y respondió con un tono que parecía incluso nostálgico.

—Muchas bestias mágicas y rarezas residían en el bosque y terrenos baldíos inclusive en este Human World en los viejos tiempos. Ya deberías estar familiarizado con esos seres.

Named Monsters [18]… Pero… Charlotte era capaz del habla humana e incluso tenía emociones… ¿Ella poseía un fluctlight…?

—No… En palabras de tu mundo, ella sería equivalente a un NPC. Otorgó un modesto motor de pseudo-inteligencia en un rincón del Main Visualizer, más que una Lightcube, ella era parte del sistema, por decirlo de algún modo. Numerosas bestias grandes, árboles antiguos, rocas gigantes, y tales capaces de responder en la Lengua Común estaban posicionados en el Human World también. Sin embargo… todos ellos se han ido ahora. La mitad fue exterminada por los Integrity Knights mientras que la otra mitad fue usada como recursos de objeto por esa Administrator.

—Ya veo… Así como el dragón guardián que se había convertido en huesos en la cueva en el borde de montañas del norte.

—Sí. Había pensado que era una pena y tomé tantas de esas IAs nuevamente creadas como pude. Aunque muchos de esos familiares que empleo son pequeñas unidades sin motores de inteligencia, hay algunas IAs a mi cuidado que puse a trabajar como Charlotte. Después de todo, ellos no sufrirían mucho daño incluso después de reducir su apariencia exterior gracias a sus altos stats. Ella había permanecido ilesa a pesar de cuánto jaleo causaras mientras se escondía en tus ropas debido a eso.

—P-Pero… aun así…

Miré fijamente al cuerpo de Charlotte acostado encima de la palma de Cardinal y continué mis preguntas mientras retenía a las lágrimas que amenazaron con salir una vez más.

—Las palabras y acciones de Charlotte de ninguna manera eran las de una IA falsa. Ella me salvó. Se sacrificó a sí misma por mí… Por qué… cómo podría…

—Creo que dije esto antes, pero esta criatura ya había vivido por cincuenta años. Ella había continuamente conversado conmigo y vigilado a muchos humanos en ese tiempo. Breve como era, dos años ya han pasado desde que se aferró a ti… Con todo ese tiempo juntos, incluso sin una fluctlight, ella…

El tono de Cardinal repentinamente aumentó con vigor y terminó sus palabras restantes, decisivamente.

—Incluso si la verdadera naturaleza de esa inteligencia es nada más que data de entrada y de salida, un corazón verdadero aún podría residir ahí. Sí, a veces, incluso amor. Inclusive una eternidad no bastaría para que entiendas eso, sin embargo… ¡¡Administrator, tú, recipiente vacío!!

Gritando con una voz austera, la ermitaña infantil finalmente giró sus dos ojos directo hacia su resentida enemiga de doscientos años.

Flotando a una distancia y observando la situación en silencio, la Highest Minister no dio una respuesta inmediata.

Sus estrechadas manos cubrieron su boca, mostrando nada más que una misteriosa luz en sus especulares ojos.

De acuerdo con la historia que Cardinal me contó en la Library Room, cuando

 

Administrator se combinó con el Cardinal System original, ella manipuló su fluctlight y eliminó la mayoría de sus emociones con el fin de prevenir cualquier revuelta del subproceso de autoreparación, la segunda personalidad que formó la base de la Cardinal actual.

El peligro del subproceso poseyendo su cuerpo había pasado después que se separaran en dos humanos únicos, aun así, ella debería haber encontrado emociones inútiles y no tener la necesidad de revivirlas.

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Así que, la imagen que tenía de la existencia conocida como Administrator era un ser humano que procesaba tareas como una máquina, una exactamente igual a un programa de computadora. Pero la Highest Minister que encontré en el último piso de esta catedral difería enormemente de mi imaginación. No pude sentir nada falso acerca de la sonrisa que ella tenía mientras mantenía a Chudelkin en el desprecio y jugueteaba con nosotros.

E incluso ahora…

Una carcajada plateada salió despedida de la boca que la chica de cabello y ojos plateados ocultaba con ambas manos al mismo tiempo que sus dos ojos se redujeron a hendiduras.

Jeje. Jeje, jeje.

Tratando a las palabras de Cardinal, dichas con máxima severidad, como si fuesen menos significativas que incluso una brisa, sus delgados hombros temblaron mientras continuaba riéndose.

Al poco tiempo, agregó una línea corta entre su carcajada, una que trajo a la vida mi temor anterior.

—Pensé que vendrías.

Jeje. Jejejejejeje.

—Pensé que saldrías de ese mohoso sótano si me burlaba de estos chicos lo suficiente. Ése es tu límite, enana. Enviando tus piezas para tratar conmigo, aún no abandonándolos como los peones que deberían ser. Los humanos ciertamente están más allá de toda ayuda.

Como lo había…

Como lo había temido, el objetivo real de Administrator era atraer a Cardinal fuera de la aislada Great Library Room empujándonos a nuestros límites. En otras palabras, la Highest Minister aún tenía alguna carta de trampa capaz de asegurar su victoria en esta situación.

Pero el Sword Golem, que debería haber sido su arma definitiva, estaba casi destruido por Cardinal y ambos Eugeo y yo éramos capaces de luchar de alguna manera. Un vistazo confirmó que Alice debería haber recobrado su consciencia así como estaba tratando de levantarse con su mano presionada contra el suelo.

Como los dos lados de la misma moneda, Cardinal y Administrator definitivamente acabarían en un empate si ellas luchaban uno a uno entre ellas, así que nosotros deberíamos esperar una ventaja abrumadora con la situación como estaba.

En otras palabras, Administrator debería haberse detenido de observar y comenzar un ataque con todo su poder en el momento en que la puerta conectando a la biblioteca se hubiera abierto. Pero ¿por qué ella no se había opuesto a la destrucción del Sword Golem, la recuperación de Alice y la mía, y por no mencionar que la conversación entre Cardinal y yo que no era corta de ninguna manera?

Naturalmente, Cardinal debería tener las mismas dudas que yo. Sin embargo, su perfil lateral reveló sólo una firme seriedad.

—Hmm. Parece que tú, también, te has vuelto bastante competente con esa imitación humana tuya. ¿Has pasado todos estos doscientos años perfeccionando esa risa ante un espejo?

Administrator evitó las severas palabras una vez más con su risa.

—Vaya, lo mismo va para ti, enana, ¿qué estabas pensando con ese estilo de discurso? Estabas temblando tanto miserablemente cuando fuiste llevada ante mí hace doscientos años. ¿No, Lyceris?

—¡No me llames por ese nombre, Quinella! Mi nombre es Cardinal, un programa que existe solamente para eliminarte.

—Ufufu, así que eras tú. Yo soy Administrator, la única que maneja todos los programas. Me disculpo por el saludo tardío, enana. Tomó un poco de tiempo para preparar el Art para darte la bienvenida.

Finalizando con una sonrisa, Administrator gentilmente alzó su mano derecha.

Los dedos desplegados se torcieron como si estuvieran aplastando algo invisible. Sus mejillas que se habían mantenido blancas hasta ahora se volvieron ligeramente sonrojadas y una luz violenta entró a sus ojos plateados. Fríos escalofríos recorrieron mis espalda tras darme cuenta que la Highest Minister estaba seriamente concentrada por primera vez.

Pero no había tiempo para hacer algo. Un instante fue todo lo que le tomó a Administrator para sujetar su mano derecha tiesa.

Con eso…

¡¡Gasshaaan!! Una multitud de devastadores ruidos se clamaron por todo el alrededor del salón. Pensé que las paredes de cristal gigantesco se habían destrozado.

Sin embargo, eso era erróneo.

Lo que se rompió fue por encima de las ventanas, el nebuloso mar de nubes serpenteante, los cielos llenos de estrellas, la luna llena brillando claramente con luz blanca azulada: los cielos de la noche por completo.

Observé, perplejo, mientras los cielos se convertían en incontables fragmentos delgados, giraba, y se dispersaba, cayendo y rompiéndose en tan pequeñas piezas al mismo tiempo que se chocaban una contra otra. Lo que apareció después de los fragmentos que exhibieron los cielos estrellados derrumbados fue una escena que sólo podía ser expresado como «nada».

El espacio negro y violeta que no expresaba profundidad formó un patrón jaspeado que se retorcía viscosamente. Un mundo enteramente blanco que succionaría la mente de cualquiera si miraba fijamente por mucho tiempo.

Difería completamente en tonalidad y belleza, pero aún así, sentí que se parecía a la escena de entonces. El velo de luz blanca que había una vez visto sepultando los cielos del ocaso mientras que el castillo flotante, Aincrad, se derrumbaba.

Underworld no podía posiblemente estar derrumbándose y desvaneciéndose, ¿verdad? El Human World, el Dark Territory, las villas y ciudades… junto con todos viviendo dentro de ellos; ¿todo?

Lo que me sacó de mi descenso al pánico fue la voz de Cardinal, firme y resuelta, aunque no completamente inmune a la conmoción.

—Tú… desconectaste la address [19], ¿verdad?

«¿A qué se refería…?»

Observé, incapaz de apartar mi vista de Administrator incluso en mi confusión, y la chica de cabello plateado gentilmente bajó su mano derecha mientras respondía en un susurro.

—Ciertamente soy la única a la que culpar hace doscientos años cuando escapaste en el umbral de la muerte, enana. Ese mohoso sótano fue personalmente puesto como una address desconectada, ¿no? Por tanto, decidí aprender de ese error. Para encerrarte en este lado la próxima vez te atraje fuera. Una jaula para una rata para ser cazada por un gato.

Cerrando su boca, la Highest Minister chasqueó sus dedos con su mano izquierda esta vez, como si pusiera los toques finales.

Un ruido rompedor, bastante modesto cuando es comparado al de antes, sonó mientras la puerta marrón pasando detrás se destruyó. Sus fragmentos se quebraron en fragmentos aún más pequeños mientras estaban en medio del aire, eventualmente desapareciendo. Además, el patrón circular marcando la posición del disco elevador se desvaneció del suelo también.

Eugeo que estaba parado al lado extendió su pie derecho en conmoción y pisoteó la alfombra numerosas veces. Antes de levantar su rostro y dar una pequeña sacudida en su cabeza mientras me miraba.

En otras palabras, esto fue cómo vino.

Lo que Administrator rompió no fue el mundo más allá de las ventanas, sino las verdaderas conexiones entre el mundo y el piso más alto de la catedral aquí.

Incluso si nosotros de alguna manera rompiéramos las ventanas de vidrio circundantes, no podríamos ir más allá. Porque no había ningún lugar a dónde ir. Como un método para recluir a alguien en un espacio virtual, eso era demasiado perfecto, verdaderamente uno sólo permitiría a aquellos que tuvieran la autoridad de un supervisor. Comparado con esto, el área de encarcelamiento del Black Iron Castle en el primer piso del viejo Aincrad podía ser incluso considerado ingenuo.

Administrator no perdió los pocos minutos desde la aparición de Cardinal, sino los usó para preparar este gran Art, eso era.

Pero, si las conexiones entre los espacios estaban completamente cortadas.

—Creo que esa metáfora está incompleta, no obstante.

Aparentemente, habiendo llegado a la misma conclusión que yo, Cardinal refutó en una voz baja.

—Incluso si toma sólo pocos minutos para desconectarlos, reconectarlas no es tarea fácil. Así, tú, también, estás atrapada en este lugar. Y creo que está casi claro cuál facción sería el gato o la rata en esta situación. Después de todo, nosotros somos cuatro y tú eres uno. Estarías cometiendo un grave error si subestimas a estos jovencitos, Quinella.

Sí, es cierto.

Con las cosas como estaban, Administrator no debería ser capaz de escapar de este espacio fácilmente por sí misma. Y ambas Cardinal y ella eran usuarias de hechizos poseyendo las mismas capacidades exactas. Podríamos terminar la pelea cortándola mientras que Cardinal cancela las Sacred Arts dirigidas a nosotros, eso era lo que lo resumía.

Pero incluso después que Cardinal explícitamente lo señaló, la Highest Minister conservó su débil sonrisa.

 

—¿Cuatro contra uno…? No, tus cálculos están un poco confusos. Para ser precisa… sería cuatro contra trescientos. Incluso sin incluirme a mí, eso es.

La melosa voz se cortó justo cuando la volcada masa de metal, el Sword Golem que debería haber estado casi destruido, detrás de la Highest Minister resonó con una desafinación ensordecedora.

—Qué…

Cardinal calló en un tono profundo. Ella debe haberlo juzgado completamente anulado después de ser golpeado por tres descargas consecutivas de relámpagos que disparó con todo su poder. No tuve problemas creyendo en eso tampoco.

Pero la luz en los dos ojos del Golem que se había definitivamente desvanecido justo hace segundos ahora resplandecían brillantemente como dos estrellas. Dirigiendo esa luz homicida a nosotros, el gigante se levantó a sí mismo con sus dos brazos como si se hubiera recobrado de su daño en un instante antes de incrustar sus cuatro piernas en el suelo y permanecer recto con un estruendoso rugido desde su abdomen.

Un vistazo de cerca mostró que la colección de espadas que debería haber sido carbonizada en varios lugares por los ataques relampagueantes de Cardinal había recobrado su fresca apariencia sin mi aviso.

Era cierto que las armas de alta prioridad eran provistas con la habilidad de regenerar sus Vidas en este mundo, pero eso era sólo cuando eran apropiadamente mantenidas y enfundadas. Aún, recuperar la mitad de su salud tomaría un día entero y en primer lugar, las espadas formando el cuerpo del Golem eran piezas ornamentales pegadas a los pilares.

Incluso si todas las partes poseían niveles de prioridades equivalentes a los de las herramientas sagradas como Administrator mencionó, no era razón para que se recobraran de su daño a esta velocidad.

Pero el gigante de las espadas erguido detrás de la Highest Minister estaba envuelto en un aura exactamente igual a, no, más abrumador que lo que había sentido antes que se enfrentara a esos ataques de relámpagos. Si este Golem pudiera ser producido en masa, sería realmente suficiente para contraatacar la invasión combinada del Dark Territory; su fuerza hacía que incluso pareciera plausible.

La sonora voz de la joven ermitaña llegó a mis oídos mientras que me quedaba corto de palabras.

—¡Kirito, Eugeo, Alice, detrás de mí! ¡No deben moverse de detrás mío!

Tras escuchar sus instrucciones, los otros dos quienes aún no estaban detrás de Cardinal desde el comienzo se apresuraron. Parecía que el daño que Alice sufrió de obtener la derecha de su pecho perforada se había casi completamente recobrado también. Ella había perdido su pechera dorada y un corpiño azul, sus ropas como Caballera, por debajo estaban gravemente desgarradas, pero sus movimientos no mostraron ningún rastro de herida alguna.

Estando tenazmente con su Fragant Olive Sword, Alice me susurró suavemente.

—Kirito… ¿exactamente quién es ésta…?

—Su nombre es Cardinal. Otra Highest Minister que luchó con Administrator y fue exiliada hace doscientos años.

Y, en contraste con la que dirige, Administrator, ella era la que reinicia, Formatter. La que regresaría al mundo a un misericordioso vacío.

Pero naturalmente, guardé eso para mí mismo por ahora. Continué mi explicación a Alice quien tenía una expresión dudosa.

—Está bien, está de nuestro lado. Ella fue quien nos ayudó a Eugeo y a mí y nos guió hacia aquí. Ella ama y se apena por este mundo desde el fondo de su corazón.

Por lo menos, ésa era la verdad definitiva. Alice parecía ser incapaz de echar a un lado toda la duda y vacilación, pero ella todavía gentilmente empujó su mano izquierda contra el lado derecho de su pecho, el lugar curado por el milagroso poder de Cardinal, y asintió profundamente.

Sword Art Online Volumen 14 Capítulo 13 Parte 3

 

 

—Entendido. Los Sacred Arts de alta categoría reflejan el corazón de su usuario… Debería creer en la calidez del poder de esta persona que había sanado mi herida.

Era totalmente eso; asentí en respuesta, profundamente conmovido.

Incluso si era el Art de curación más débil consistiendo de sólo una línea, su efecto variaría enormemente dependiendo en si era llevada a cabo en alguien despreocupadamente o con sinceras oraciones.

El Art de curación de Cardinal estaba lleno con verdadero cariño que derretía todo sufrimiento con su calidez. Eso era exactamente por qué me aferraba a la esperanza y creía que su determinación para regresar a Underworld entero a la nada estaba abierto a discusión, pero eso, también, sólo podía ocurrir si ganábamos esta pelea.

Qué artilugios poseía el SwordGolem para instantáneamente recuperarse por completo después de perder todo su poder y cómo debería ser tratado; teníamos que encontrar las respuestas a esos misterios primero.

Con su cuerpo entero centelleando con un dorado matizado con negro, el Golem despreocupadamente inició su avance.

Cardinal reforzó su báculo, preparada para confrontarlo, pero ella no podía usar muchos Sacred Arts poderosos para un golpe preventivo como varios minutos atrás. Administrator debe estar aspirando a una oportunidad para atacar: el momento en el que Cardinal usara cualquier Art.

Pensar. Era todo lo que podía hacer ahora.

La habilidad de autocuración del Sword Golem era probablemente concedida por el Release Recollection Art. En ese caso, ese «algo» que las treinta espadas formando el enorme cuerpo del Golem de las cuales se originaba debería poseer alguna propiedad que lo permitía.

Lo que primero me vino a la mente tras escuchar acerca de la regeneración automática de Vida fue el árbol gigante el cual era la fuente de la espada negra sostenida en mi mano derecha, el Gigas Cedar, pero esa sorprendente habilidad de recuperación era solamente debido a los abundantes recursos espaciales abastecidos por la luz solar y la tierra.

Pero la única clase de recursos en este salón era la luz lunar vertiéndose desde las ventanas del sur. Dudé mucho que hubiera lo suficiente acumulado para que esa gigante constitución se recuperara instantáneamente. En otras palabras, el Sword Golem no se originó de un objeto de la naturaleza como el Gigas Cedar.

Así, ¿la posibilidad restante era un objeto de clase criatura viviente que poseía una habilidad de recuperación independiente de recursos espaciales? Pero Cardinal había definitivamente dicho que los enormes Named Monsters que una vez habitaron este mundo estaban extintos. Mientras tanto, las unidades de animales normales como osos y vacas no tenían un nivel de prioridad capaz de ese absurdo potencial ofensivo. Incluso si decenas de miles de ellos estuvieran concurrentemente transmutados en una espada, el resultado probablemente estaría lejos de alcanzar a las herramientas sagradas de los Integrity Knights. Eso era cuán baja la Vida de una bestia era. La prioridad y la durabilidad eran proporcionales, así que crear treinta de esas increíbles armas necesitaría miles o decenas de miles de esas unidades de animales enormes…

Espera.

¿Administrator no dijo algo extraño antes?

Cuatro contra trescientos.

Las units usadas para crear a ese Sword Golem no eran mobile objects [20] como los animales. Eran human units, los seres humanos viviendo en este mundo. Por no mencionar que tomó trescientos de ellos. Un número que requeriría una pequeña aldea entera para ser aniquilada para satisfacerse.

Estaba convencido que llegaría a la conclusión correcta después de un momento de pensar tan rápido que se sintió como si mi mente estuviera en llamas. Pero eso no concedía gracia. En cambio, lo que me acometió fue un terror abrumador. La piel de gallina rápidamente se alzó por toda mi piel, desde la cabeza hasta los dedos de los pies.

Las personas de Underworld no eran simplemente objetos capaces de moverse. Poseían fluctlights, almas, como nosotros, las personas del mundo real. E incluso cuando fuesen transmutados en espadas, sus fluctlights no cesarían su actividad mientras aún existieran en una forma corpórea.

En otras palabras, aquellos convertidos en las partes de ese Sword Golem tal vez aún mantenían su conciencia dentro de ese metal, incluso si ellos no tuvieran ojos, oídos, o bocas.

Aparentemente habiendo llegado a la misma conclusión antes que yo, la pequeña complexión de Cardinal débilmente se estremeció. Su pequeña mano se tornó blanca con cuán firmemente apretó el báculo que sostenía.

—Tú, abominación.

Las palabras que dejó salir estaban fragmentadas con tal furia que ensombreció su voz angelical.

—Tú… cuán… ¡¿cuán inhumana podrías ser?! ¡Eres su gobernante! ¡¿No eran aquellos que convertiste en esa marioneta de espadas las personas que deberías haber estado protegiendo originalmente?!

 

Dos gemidos vinieron desde mi izquierda en ese instante.

—¿Personas…? Personas, quieres decir, ¿seres… humanos?

Eugeo retrocedió un atolondrado paso mientras murmuraba.

—Personas, dijiste… ¿esa monstruosidad…?

Alice colocó su mano izquierda contra su pecho otra vez mientras gemía también.

Un frío silencio tenso envolvió el salón.

Al poco tiempo, Administrator respondió con una sonrisa como si ella hubiera apreciado el sabor de nuestro miedo, temor, y enfado.

—Es cierto. Así que finalmente te diste cuenta. Al ritmo que estamos yendo, temía que todos murieran antes que lo revelara.

Con una inocente voz intacta como si estuviera feliz desde el fondo de su corazón, la gobernante absoluta aplaudió con sus manos juntas y continuó con un ‘Aun así’.

—Estoy un poco decepcionada de ti, enana. A pesar de estar ojeándome por estos doscientos años desde ese sótano, aún tienes que entenderme, ¿verdad? Y se supone que soy tu madre en un sentido.

—¡Sin sentido! ¡Estoy más que consciente de esa personalidad depravada tuya!

—Entonces ¿qué pasó con esas palabras inútiles? Como, las personas que debería haber estado protegiendo y similares. ¿Por qué sería molestada por tales asuntos triviales?

Su sonrisa se mantuvo como siempre había estado, pero el aire alrededor de Administrator parecía estar rápidamente alcanzando su punto de congelamiento. Las palabras fluían como granos de hielo desde sus labios que mostraban una sonrisa en cero absoluto.

—Yo soy la gobernante. No necesito más que a aquellos bajo mi dictamen para continuar sus existencias en este mundo de acuerdo a mi voluntad. Sean humanos o espadas, eso no es de gran preocupación.

—Tú… monstruo…

La voz de Cardinal se secó y se detuvo.

No pude encontrar palabras que decir, tampoco.

El estado mental de esta mujer, no, existencia nombrada Administrator ya había excedido el alcance de mi entendimiento. Fiel a su nombre, ella era la administradora del sistema y reconocía a las masas del Human World como nada más que archivos de datos a ser sobrescritos. Una analogía sería como los adictos al internet del mundo real quienes continuaban descargando enormes archivos simplemente por el bien de coleccionarlos y arreglarlos, ¿tal vez? Con apenas alguna preocupación por lo que había en esos archivos.

Durante la conversación en el Great Library Room, Cardinal había dicho lo que el principio conductual quemó en el alma de Administrator fue la «preservación del mundo». Eso era probablemente correcto, pero su realidad era bastante más compleja.

¿El Cardinal System de la primera generación, ese programa de gestión sin alma, del antiguo mundo de SAO verdaderamente nos reconocía a nosotros los jugadores como humanos… como seres vivientes inteligentes?

La respuesta fue un no.

No éramos más que datos a ser gestionados, ordenados, y eliminados.

La chica, Quinella, de una era de hace mucho no habría cometido asesinato.

Sin embargo, los seres humanos ya no eran humanos para la actual Administrator.

—Vaya, cuál es el problema, ¿perdiendo sus voces todos juntos?

Mirándonos hacia abajo desde una posición alta, la administradora adorablemente inclinó su cabeza.

—Posiblemente no podrías estar tan impactada por la transmutación de simplemente trescientas unidades, ¿verdad?

—Simplemente… ¿dijiste?

La Highest Minister respondió con un sereno asentimiento a la pregunta casi inaudible de Cardinal.

—Simplemente, sólo, nada más que eso, enana. ¿Cuántas fluctlights pensaste que colapsaron antes que mi muñeco fuese completado? En primer lugar, esto simplemente es un prototype [21] ¿sabes? Produciendo en masa lo suficiente de la versión perfeccionada para lidiar con ese detestable experimento de carga tomaría aproximadamente la mitad de ellos, supongo.

—La mitad… tú…

—La mitad de la mitad. La mitad de aproximadamente ochenta mil unidades humanas en el Human World… cuarenta mil unidades. Supongo que con eso debería ir bien. Para combatir la invasión del Dark Territory e invadir ese lado, eso es.

 

Después de decir tales horripilantes palabras sin la más mínima emoción, Administrator giró sus ojos plateados hacia la Caballera parada a mi izquierda.

—Ahora, estás satisfecha, Alice? Tu precioso Human World ciertamente estará a salvo, ¿no?

Alice no hizo nada más que escuchar esas provocadoras risas en silencio.

Vi su mano temblando mientras sostenía la empuñadura de la Fragant Olive Sword, pero no tenía idea en ese momento de si era debido al miedo o a la furia.

Pronto, lo que vino de ella fue una sola pregunta con tanto control como ella podía reunir.

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—Estimada Highest Minister. Las palabras delos humanos ya no te alcanzan. Por tanto, yo interrogaré como una practicante de Sacred Arts. Las treinta espadas formando ese muñeco… ¿quiénes exactamente son sus dueños?

Yo vacilé por un momento. La que llevó a cabo la liberación de recolecciones en estas treinta espadas y se ensamblaron en el Golem fue Administrator misma. Así que, yo siempre había pensado que la Highest Minister sería la dueña aunque eso iba en contra de la regla básica.

Pero las siguientes palabras de Alice negaron mi conjetura.

—Estimada Highest Minister, posiblemente no puedes ser su dueña. Incluso si puedes desobedecer la regla de tener sólo una espada para controlar completamente, no puedes desobedecer la regla siguiente. Liberar sus recolecciones requiere que la espada y su dueño estén conectados por lazos inalterables. Como fue demostrado por mi Fragant Olive y yo, los otros Caballeros y sus herramientas sagradas, o inclusive Kirito y Eugeo y sus espadas. El dueño tiene que amar a la espada y ser amado a cambio. Estimada Minister, si los orígenes de esas espadas que dieron a ese muñeco su forma son la inocente masa como dices… ¡¡seguramente no puedas ser amada por esas espadas!!

Alice declaró con una dignificada reverberación.

Lo que rompió ese silencio fue la risa contenida de Administrator, indescifrable al final.

—Ufufufu… Me pregunto qué alimenta la intensidad que dichas almas, jóvenes y estúpidas, tienen. Qué sentimentalism [22] agridulce como una manzana recién cosechada… Me estás dando el deseo de machacar eso en este preciso momento, de tomar hasta la última gota de su jugo.

Sus ojos especulares portaban un brillo de arcoíris como si reflejaran la excitación en su pecho.

—Pero es demasiado temprano. No es el momento aún. Alice, lo que quieres decir es que yo soy incapaz de exhibir la imagination [23] necesaria para overwrite [24] estas espadas, ¿no? Tienes razón. Mi dominio de la memoria ya no tiene el permiso para grabar estas tantas espadas en alta lealtad.

En el otro extremo de donde la Highest Minister agraciadamente apuntaba estaba el Sword Golem construido por treinta espadas, aun avanzando poco a poco.

Por lo que entendí, el Armament Full Control Art requería que el dueño memorizara la información del arma, tal como su apariencia, textura, y peso, y combinarlos con la ayuda del comando, para producir esa técnica capaz de transformar el arma con el poder de la imaginación de uno.

En otras palabras, la condición necesaria para activar el Art sería que el dueño o dueña almacene toda la información de esa espada en su propia memoria.

Por ejemplo, si quisiera usar el Armament Full Control Art de mi espada negra, no debe haber ni la minúscula diferencia más ligera entre A, la información de la espada en el almacén de memoria compartida en el centro del Light Cube Cluster, el Main Visualizer, y B, la información de la espada en mi fluctlight. Eso entonces me llevaría a transformar B con mi imaginación y sobrescribir A con eso, lo que significaba que esa transformación sería compartida con cualquier otro. Esta lógica era probablemente similar al «fenómeno de transformación» que ocurrió en mi cuerpo antes.

Por otro lado, la capacidad del Lightcube de Administrator debería estar empaquetada llena con memorias de su vida durante trescientos años. Recordando la información de treinta espadas con detalle exacto casi parecía posible para ella. Alice probablemente lo había señalado desde sus creencias personales, aún así, era una sección precisa del sistema.

Así… Las espadas que construían ese golem deben tener sus propios dueños. Cada una con un alma atada a los recuerdos de la espada en su light cube y en posesión de tales deseos retorcidos y destructivos. ¿Pero dónde? Este espacio estaba ahora aislado del mundo exterior en todo el sentido de la palabra. Por eso, a menos que los propietarios estuvieran en ese salón también, la lógica no funcionaría…

—La respuesta está frente a tus ojos

Administrator de pronto me miró directamente y dijo eso. Continuando, giró a su izquierda.

—Eugeo ya debió de haberlo entendido.

—¿¡…!?

 

Sin aliento, observé a Eugeo quien estaba de pie al lado opuesto de Alice. Mi compañero de cabello rubio estaba viendo a la Highest Minister sin el más mínimo movimiento mientras la sangre abandonaba su rostro. Sus pupilas color café no mostraban expresión alguna y hasta cierto punto era atemorizante mientras sus ojos temblaban y observaban el techo.

Siguiendo su ejemplo, miré hacia arriba también. Una miniatura con el mito de la creación como tema estaba presentada en el domo y los cristales puestos en varios puntos brillaban gentilmente.

Pensé en ambos el arte y los cristales en el techo como nada más que ornamenta hasta ahora. Pero el rostro de Eugeo estaba blanco, además sus ojos que brillaban con una luz extraña mientras veían un agujero en el techo.

No pasó mucho tiempo antes que mi compañero forzara una voz seca a través de sus labios.

—Ya veo… ¿conque así es?

—Eugeo… ¿¡Descubriste algo!?

Eugeo giró lentamente a verme cuando le pregunté y murmuró con una cara llena de profundo miedo.

—Kirito… Esos cristales en el techo. Esos no… no son solo decorativos. Esos son definitivamente… los «memory fragments» robados de los integrity knights.

—Que…

Cardinal y Alice, también, exclamaron en asombro mientras a mí me faltaban las palabras.

Los memory fragments de los Integrity Knights. Esto se refiere a los recuerdos más preciados extraídos de los humanos convertidos en caballeros a través del «Synthesis Ritual». Estos recuerdos eran seguramente sus personas más amadas en la mayoría de los casos. Para Eldrie, su madre. Para Deusolbert, su esposa. Si esto era cierto… ¿esos cristales eran los dueños de las espadas que formaron ese golem de espadas?

No. Los cristales no deberían ser más que información fragmentada guardada en el fluctlight. No eran un reemplazo para las almas completas capaces de un pensamiento independiente. Difícilmente podía imaginar que ellos pudieran enlazarse con las espadas y activar el full control art.

No. Había algo más punzando en mis pensamientos. Si esos cristales eran los recuerdos de todos los Integrity Knights, entonces ellos deberían incluir los recuerdos de la Knight Alice que fueron robados por medio de esa synthesis hace 6 años. Y este es el piso más alto de Central Cathedral.

 

Hace dos años, Eugeo sufrió una herida severa después de una batalla con un escuadrón de goblins en la cueva al norte de Rulid. Ciertamente escuché esa voz misteriosa mientras atendía su herida. La voz, parecida a la de una niña joven, me dijo que nos estaba esperando a Eugeo y a mí en el piso más alto de la catedral. Y con eso, energía sagrada comenzó a fluir en nuestros cuerpos y curó a Eugeo. ¿Y si esa voz pertenecía a el memory fragment de Alice? En otras palabras, ¿no significaría eso que los recuerdos robados de los knights poseían pensamiento independiente?

Aun así, seguía presente la regla de estar en contacto con el blanco para todas las sacred arts. Ni siquiera Administrator podía mandar su voz y poderes de curación desde Central Cathedral a Rulid, a unos 750 kilómetros de distancia.

Un milagro así solo podía pasar por el mismo principio de «phenomenon overwriting [25]» que controla el armament full control art. Por lo tanto, los recuerdos guardados en el memory fragment de Alice eran en efecto, en efecto…

El grito de Cardinal, ardiente como el fuego, interrumpió mi rápido torrente de pensamientos.

—Ya veo… ¡con que eso es! Maldita seas, Quinella… ¡¡¿qué tan lejos pretendes llegar al jugar con la humanidad, monstruo?!!

Volví a mis sentidos y vi a la reina de pelo plateado sonriendo tranquilamente frente a mí

—Pues, como lo esperé de ti… Supongo que debería darte el crédito, ¿enana? Parece que lo descubriste más pronto de lo que pensé que tardarías, defensora hipócrita de la benevolencia. Ahora permíteme preguntarte de nuevo, ¿Cuál es tu respuesta?

—El pattern [26] compartido por todos los fluctlights. ¿¡No es eso!?

Cardinal apuntó el báculo en su mano derecha hacia Administrator.

—Al insertar una piece [27] de recuerdo extraído por medio del Synthesis Ritual en un modelo mental loaded [28] con un light cube nuevo, puede ser tratado como una imitación de una human unit. Aún así, su inteligencia sería en extremo limitada… la existencia no poseería nada más que sus instintos, así que es inconcebible que pudiera ejecuta un command [29] tan avanzado como el Armament Full Control Art.

Desesperadamente traté de entender el significado detrás de sus desconcertantes palabras. Cardinal debió decir esto en el Great Library Room. Que los bebes en este mundo nacían uniendo un prototipo de fluctlight, cargado en un nuevo light cube, con parte de las características externas de los padres, patrones de pensamientos y tendencias. Fundamentalmente debe ser algo parecido. Con el memory fragment de un Integrity Knight incrustado en lugar de la información heredada de los dos padres.

En otras palabras, los cristales brillando en el techo eran bebes a quienes se les dieron los recuerdos de aquellos a quienes más amaban… ¿eso era? Pero si era así, ¿cómo es que «Alice» pudo hablarme hace dos años? Un recién nacido muy difícilmente pudo haber hablado de esa manera. Palabras nuevas de Cardinal llegaron a mis oídos mientras estaba envuelto en mis dudas sin fin.

—… Sin embargo, ese límite, también tiene una laguna. Esa sería cuando una pieza de algún recuerdo insertado en el prototipo de fluctlight y la información estructural del arma enlazada poseen un patrón común con diferencias insignificantes. Para ser específica…

Las palabras de la sabia se detuvieron una vez antes que ella golpeara el suelo con la base del báculo y gritara.

—Esos eventos en los recuerdos robados de los Integrity Knights, esos que amaron más, fueron usados como recursos para crear las armas. ¡¡¿No es así, Administrator?!!

Una sensación abrumadora de temor y disgusto congeló mi ser en el instante en que mi brevemente vivida confusión fue disuelta. Los dueños de las espadas eran los recuerdos robados de los seres amados de los Integrity Knights. Y las espadas fueron creadas con sus seres amados usados como recursos… la madre de Eldrie, la esposa de Deusolbert, y así sucesivamente, todos sus seres queridos también. A eso se refería Cardinal.

Eugeo y Alice entendieron eso un momento después mientras sus lamentaciones escaparon sus bocas al unísono. Ciertamente, si eso fuera cierto, el fenómeno de liberar la recolección puede ser lógicamente posible. Después de todo, A y B, la información del Main Visualizer y del fluct light, pudieron derivarse de la misma existencia. Si al fluctlight recién nacido se le da un fragmento de recuerdo con una especie de emoción fuerte para la espada enlazada, ese fenómeno puede potencialmente ocurrir.

El problema era de qué tipo era esa «especie de emoción». ¿Qué clase de ánimo o emoción de los memory fragments, que no deben sobrepasar el nivel de inteligencia de un bebe, energizaban el gigantesco golem de espadas…?

—Avaricia.

Como si hubiera visto mis dudas, Administrator dijo esa palabra sin retraso.

—El deseo de tocar. De adoptar. De convertir a alguien en suyo. Esa desagradable avaricia mueve a este muñeco de espadas.

 

Fufu. Ufufu. Sus ojos plateados se entrecerraron y la niña se burló suavemente.

—Los individuos artificiales con los fragments [30] de memoria de los caballeros insertados desean una sola cosa, convertir a esa persona que recuerdan en suya, eso es todo. Ellos sienten la presencia de esa persona cerca mientras están pegados a este techo. Pero no pueden tocarlas. No pueden establecer un contacto. Todo lo que ven en su hambre y sed enloquecedoras son enemigos que se interponen en su camino. Si destruyen a esos enemigos, esa persona que desean será suya. Por eso pelean. No importa cuántas heridas sufran, no importa cuántas veces caigan, ellos se levantan y pelean para toda la eternidad… ¿Qué tal? ¿No dirías que es un diseño hermoso? Maravilloso… ¡el poder de la avaricia es en verdad maravilloso!

La voz aguda de Administrator reverberó mientras los dos ojos del Sword Golem que estaba cerca parpadearon violentamente. Una resonancia metálica, brutal se emitía de su armazón completo, para mí, eso sonaba como gritos de dolor y desesperación.

Ese gigante no era un arma automática que deseaba una matanza. Para volver a encontrarse con aquel que recuerda; tales pensamientos se congregaron en este niño miserable y perdido y lo movieron. Administrator dijo que lo que lo movía era la avaricia. Sin embargo, eso estaba…

—… ¡¡Mal!!

El grito que coincidía con mis pensamientos vino de Cardinal.

—El querer encontrarse con alguien de nuevo, tocarlos con tus propias manos, ¡tales deseos solo son profanados con esa palabra! ¡¡Ese… ese es amor verdadero!! El poder más grande que poseen los humanos y su milagro final… ¡¡eso no es algo con lo que debas jugar!!

—Son lo mismo enana tonta.

Administrator extendió las palmas de sus manos hacia el Sword Golem mientras sus labios se torcían de gozo.

—El amar es dominar… ¡el amar es codiciar! ¡Y su forma verdadera no es más que una salida de señales de un fluctlight! Solo estoy haciendo uso de las señales con la intensidad más fuerte. ¡¡En un formato mucho, mucho más inteligente que los métodos que tú usas!!

La voz de la soberana vibró aguda como si estuviera convencida de su triunfo.

—Lo que tú has hecho se limita a engatusar a dos o tres niños impotentes. Pero yo soy diferente. ¡El muñeco que creé rebosa con la energy [31] de codicia de más de trescientas units después de incluirlas en los fragments de memoria! Y lo más importante…

 

Las palabras que salieron después de ese silencio se sintieron como un piquete mortal.

—… Ahora que estas consciente de eso, no puedes destruir a este muñeco. Después de todo, aunque sus formas han cambiado, ¡¡estas espadas manipuladas siguen siendo seres humanos vivientes!!

La proclamación de Administrator hizo eco por un largo rato antes de desaparecer. Miré estupefacto como el báculo de Cardinal, levantado contra el golem, cayó gentilmente.

La voz que vino de Cardinal después era anormalmente suave

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—Aah… eso ciertamente es verdad. No puedo asesinar. Esa es la única restricción que en definitiva no puedo romper. He pasado doscientos años refinando mis Sacred Arts para matarte a ti y a tu cuerpo que se desvió de la humanidad… pero parece que fue en vano.

Escuché, desorientado, esas palabras que admitían su derrota en una manera que era muy benigna. Pero si las espadas que formaban el golem eran humanos, Cardinal no podía terminar con esas vidas… no, no lo haría. Aún si hubiera un método de sobrepasar la restricción de sus acciones como en el caso de la taza de té y el plato de sopa.

Sword Art Online Volumen 14 Capítulo 13 Parte 3

 

Kuku. Kukukuku.

Los labios de Administrator se movieron tan arriba como pudieron y se desgarraban en la atmosfera con un sonido gutural, como si estuviera suprimiendo una risa estridente

—Que tonta… que cómica…

Ku-ku-ku-ku

—Ya deberías saberlo. La verdadera forma de este mundo. Lo que constituye las vidas aquí no es más que una amalgama de data [32] que esperan ser reescritos. Y aún así reconoces esa data como seres humanos y sigues presa de esa restricción de no matar… debería haber un límite para la estupidez…

—No, ellos son humanos, Quinella.

Cardinal refutó en lo que pareció un tono recriminatorio.

—Todos y cada persona que vive en Underworld posee emociones verdaderas, aquellas que nosotras hemos perdido. Un corazón para reír, para lamentar, para regocijarnos, para amar. ¿Qué más se necesita para ser humano? Ya sea que el recipiente para su alma sea un lightcube o un cerebro orgánico, eso no es problema alguno. Así lo creo. Por eso, debo aceptarlo con mi orgullo, me refiero a mi derrota.

Las últimas palabras que murmuró se enterraron en el fondo de mi pecho. Pero lo que infligió un dolor agudo fueron las palabras que siguieron

—Sin embargo, tengo una condición. Puedes tener mi vida… y teniendo en cuenta eso, perdónales la vida a estos jóvenes.

—¡¡…!!

Traté de dar un paso adelante, con mi aliento perdido. Eugeo y Alice estaban tensos también. Pero el aura de la firme resolución que exudaba de la pequeña espalda de Cardinal detuvo nuestros movimientos.

Los ojos de Administrator se achicaron como los de un gato que tiene a su presa colgando de sus uñas y giró la cabeza levemente

—Oh mi… ¿y qué merito me traería aceptar tal condición con las circunstancias actuales?

—Ya lo dije antes, ¿no lo hice? Que me había dedicado a refinar mis Sacred Arts. Si deseas una batalla, voy a reducir la mitad de tu Vida aún mientras detengo los movimientos de ese pobre muñeco. ¿Acaso ese exceso de carga no expondría tu ya de por si insuficiente capacidad de memoria a un riesgo mayor?

—N… Nn…

Forzando una sonrisa hasta el final, Administrator puso el dedo índice de su mano derecha contra su barbilla y actuó como si estuviera reflexionando al respecto

—Dudo que una batalla con un ganador predeterminado sea un riesgo, pero bueno, sería una molestia. Sacarlos de este espacio cerrado y enviarlos a algún punto en este mundo sería suficiente para «dejarlos ir», ¿o no? Tendré que negarme si eso incluye no ponerles una mano encima de nuevo.

—No, será suficiente que los hagas retirarse esta vez. Ellos definitivamente…

Cardinal no terminó la frase. En lugar de eso, el borde de su túnica aleteó cuando giraba hacia nosotros con una gentil luz llenando sus ojos.

Quería gritarle que dejara de hacer bromas. Mi vida provisional no podía compararse a la vida real de Cardinal en cuanto a su valor. Consideré seriamente si debería atacar a Administrator en ese instante para darle algo de tiempo a Cardinal para que huyera. Pero no podía. Eso pondría en riesgo las vidas de Eugeo y Alice también en esta apuesta tan peligrosa.

Mi mano derecha sujetó la empuñadura de mi espada tan fuerte que dolió, y mi pie derecho presionó en el suelo tan duro que crujió. La voz de Administrator llegó a mis oídos mientras la pelea entre el impulso y la razón continuaba dentro de mí.

—Oh, de acuerdo

Mostrando una sonrisa angelical, la niña sonriente asintió de forma magnánima.

—Estoy totalmente de acuerdo con dejar lo más divertido para después, ¿sabes? Lo voy a jurar por la diosa, Stacia, entonces… Voy a…

—No, no jures por la diosa, sino por lo que es más preciado para ti… tu propio fluctlight.

Cardinal la interrumpió de forma cortés y Administrator también cedió una vez más, con su sonrisa tornándose un poco más cínica.

—Oh, claro, bien, lo juraré por mi fluctligt y todos los preciados datos acumulados ahí.

Después de matarte, rápidamente, los dejaré ir a los tres ilesos. No podré romper este juramento… por el momento, al menos.

—Muy bien.

 

Al estar de acuerdo, Cardinal giró a ver a Eugeo y a Alice, quienes estaban quietos, por varios segundos cada uno, y finalmente me vieron de nuevo. Una suave sonrisa descansaba en su joven rostro y sus ojos cafés no reflejaban nada más que la luz llena de sensibilidad; las emociones se desbordaron en mi corazón y sentía como un líquido empañaba mi vista sin ninguna intención de detenerlo.

Los labios de Cardinal susurraron un silencioso ‘Lo siento’.

En el otro extremo, Administrator anunció, con voz clara y aguda, ‘Hasta luego, enana’.

Con un movimiento ligero de su mano derecha, Highest Minister hizo que el golem se detuviera en el centro de la habitación. Con su mano levantada, ella cerró la palma como si sujetara algo y las partículas de luz prácticamente aparecieron de la nada, revoloteando y uniéndose en una forma alargada y delgada.

El objeto que apareció era un estoque de plata. Era del mismo color que un espejo: la hoja, delgada como una aguja, la guarda elegante, y todo lo demás. Su forma era delgada como si fuera ornamental, pero con apenas observar la prioridad inmensa que exudaba como un aura que me cortaba la respiración aun a esa distancia.

El instrumento sagrado personal de Administrator, a la par con el báculo negro de Cardinal, debe ser la fuente más grande de recursos necesitado para apoyar sus arts. El estoque plateado tintineó como una campana al moverse y apuntar directo a Cardinal.

Viendo hacia el frente, la sabia empezó a caminar con paso firme sin mostrar el más mínimo signo de miedo hacia la espada sagrada.

Alice y Eugeo se inclinaron hacia enfrente como si pudieran perseguirla. Pero yo levante mi mano izquierda y los detuve. Honestamente quería levantar mi espada y atacar a Administrator. Pero saltar por impulso solo serviría para desperdiciar la determinación y dedicación de Cardinal. Entonces, no hice más que seguir aguantando mis lágrimas, rechinando mis dientes, y quedarme parrado en ese punto.

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Un arcoíris de euforia giró en los ojos de Administrator mientras veía hacia abajo a su otro yo.

Inmediatamente después, un inmenso destello eléctrico emitido de la punta de la afilada hoja, pintando todo el salón de blanco, y penetrando el delicado cuerpo de Cardinal. A la mitad de mi visión que se desenfocaba al acostumbrarse a la luz, una pequeña silueta se torció hacia atrás de forma brusca como si fuera lanzada.

La energía del gigantesco ataque eléctrico quemaba el mismo aire al dispersarse y yo peleaba contra la presión, desesperadamente manteniendo mis ojos abiertos aun cuando retrocedía un paso. La joven sabia se mantenía de pie. Aun cuando su cuerpo se reclinaba contra el largo báculo, sus dos pies se mantenían firmes en el suelo y su cara miraba a su amarga enemiga con determinación.

Pero las huellas de daños eran algo doloroso de ver. El sombrero y la túnica negra estaban quemados en ciertos puntos, con humo saliendo de ahí, y una parte de su cabello café rizado ahora estaba carbonizado, perdiendo su condición brillante.

Apenas a cinco metros de nosotros, de pie y en silencio, Cardinal lentamente levantó su mano izquierda y de manera casual cepilló el cabello quemado. Aunque ronca, su voz aun llenaba firmemente el aire.

—Wh…ew, ¿eso es todo… lo que tus Sacred Arts pueden hacer? No importa, cuantos… de esos rayos, lances…

¡¡Gagaaan!!

El mundo vibró una vez más con ese resonante rugido. Un rayo más grande que el anterior escapó del estoque de Administrator y apuñalo sin piedad el cuerpo de Cardinal.

Su sombrero rectangular voló y fue aniquilado y se dispersó en pequeñas piezas. Su pequeño cuerpo convulsionó de forma lamentable y se zarandeó a la derecha, pero pudo poner su rodilla en el piso antes de pudiera caer de costado.

—Me estaba conteniendo por supuesto, enana.

El susurro de Administrator cascabeleó en el aire ardiente como si ella hubiera estado restringiendo su desbordante y salvaje gozo.

—Sería tan aburrido si terminara en un instante. Digo, esperé doscientos años para este momento… ¡¿Cierto?!

¡¡Gagaa!!


Un tercer ataque relámpago. Dibujó un arco y golpeó a Cardinal desde arriba como un látigo y ella fue lanzada al suelo con una tremenda fuerza. La silueta que rebotó en lo alto y se estrelló una vez más con un golpe seco y quedó tirada de costado, indefensa. La mayoría de su túnica aterciopelada había sido quemada dejando varios agujeros abiertos en la blusa blanca y las bragas negras que traía puestas. Las quemaduras serpenteaban sobre la piel blanca como la nieve de sus manos y pies como negras serpientes.

Ella apoyó sus manos contra el suelo y trató de levantar su cuerpo lentamente. Como si tratara de ridiculizar su desesperado intento de reunir fuerzas, un nuevo destello de relámpago la ataco por un lado. La figura adolescente salió volando y rodó por el suelo varios metros.

 

—Fu…ufufu, Fufufufu.

A la distancia, Administrator aparentemente no pudo suprimir su risa por más tiempo.

—Fufu, aha. Ahahaha

Los límites entre el iris y lo blanco de esos ojos especulares se desvanecieron mientras un resplandor deslumbrante giraba dentro de ellos.

—¡Ahahaha! ¡¡Hahahahahaha!!

De la punta de ese estoque que ella sostuvo durante esa agitada risa. Ella disparó incontables rayos de luz en sucesión rápida, tercamente apuñalando a la ya inmóvil Cardinal. Cada vez su pequeño cuerpo rebotaba como una pelota, todo quemado: su ropa, su piel, su cabello, cada parte de su existencia.

—¡¡Hahahahaha!! ¡¡Ahahahahahahaha!!

La explosión de carcajadas de Administrator apenas y entró a mis oídos; su cuerpo contorsionado en una alegría demoniaca y su cabello plateado se volvió desaliñado. Las incontenibles lágrimas saliendo de mis ojos y empañando mi visión definitivamente no eran debido a los destellos incesantes que quemaban mis ojos. Las emociones que bullían en mi pecho no tenían otra manera de salir.

Lamentación por la pérdida de la vida de Cardinal frente a mis ojos; furia hacia Administrator por disfrutar esta ejecución despiadada; y lo más importante, enojo a mi yo impotente por ver sin hacer nada al respecto.

No podía levantar mi espada ni dar un paso adelante. Aun eso podía incurrir en el peor resultado, con el sacrificio de Cardinal desperdiciado, una voz me decía incesantemente que cortara a Administrator con la espada en mi mano derecha, pero mi cuerpo se quedaba estático como si estuviera petrificado. Y hasta yo sabía la razón para eso.

Si el poder de Incarnation era lo que me permitía romper los límites con ese Vorpal Strike de larga distancia que perforó a Chief Elder Chudelkin, entonces eso, también, era lo que me convertía en un muñeco de madera ahora.

Hace minutos apenas, sufrí una herida severa sin siquiera conectar un golpe en el Sword Golem con mi espada cuando lo intenté. La sensación de la fría espada desgarrando en mi torso había dejado marcada una fuerte imagen de derrota en mí. El miedo se retorcía en mis extremidades y me negaba el recordar la imagen del «Black Swordsman» en este lugar.

No tenía oportunidad de una victoria en mi estado actual contra cualquier Integrity Knight, no, ni siquiera contra un novato de la Sword Mastery Academy. Menos aun de atacar a Highest

 

Minister, no había manera que pudiera lograr eso.

—Kuh… ugh…

Un gemido patético escapó de mi garganta palpitante y llegó a mis propios oídos.

Cardinal entendía que había perdido y lo aceptó, pero aún se mantenía de pie valientemente; una intensa auto aversión me llenó por aceptar la pérdida de su vida con resignación, sin ningún intento de salvarla a pesar de lo que sucedía frente a mis ojos.

Alice a mi izquierda rechinó los dientes y el cuerpo de Eugeo tembló levemente mientras las lágrimas fluían en silencio cuando pensé en verlo. No sabía lo que había en sus corazones, pero al menos, era evidente que ellos también estaban tratando con su propia falta de poder. Aun si pudiéramos escapar de aquí, ¿Qué podemos lograr con esta herida grabada en nuestros corazones?

Administrator sostuvo el estoque con el rayo final y probablemente el más fuerte atravesando la hoja, en lo alto, mientras veíamos, paralizados.

—Ahora, supongo que ya es momento de ponerle fin a esto. A nuestro juego de las escondidas de doscientos años. Adiós, Lyceris. Hasta nunca, mi hija… y mi otro yo.

Con palabras que vibraban con sentimentalismo abandonando esos labios curvados con éxtasis, Highest Minister blandió el estoque hacia abajo.

El ataque final, emitido como miles de relámpagos, dispararon al cuerpo de Cardinal, tirado en el piso, incinerándolo y destruyéndolo. La sabia se elevó por los aires y cayó a mis pies, mientras   su pierna derecha carbonizada se convertía en incontables fragmentos empezando por la rodilla. Un ruido seco se escuchó con apenas poco peso detrás de él. Hollín negro se esparció de su   cuerpo entero y se disolvió en el aire.

—Ufufu… ahaha… ¡ahahahahaha! ¡¡Aah-hahahahahaha!!

Otra risa sonora salió de Administrator mientras giraba la espada en su mano derecha y torcía su cuerpo como si bailar.

—Lo veo… lo veo, ¡veo tu Vida escaparse, poco a poco!! Aah, que hermoso… todas y cada una de esas gotas cayendo como las más finas joyas… Ahora, vamos a presenciar el acto final. Hasta les permitiré un tiempo para unas palabras de despedida.

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Mis rodillas sucumbieron y estiré mis manos hacia el cuerpo de Cardinal, como si estuviera obedeciendo esas palabras. El rostro de la niña estaba carbonizado del lado derecho y la pestaña izquierda estaba cerrada. Sin embargo, un rezago del calor de la vida, a punto de desaparecer, se dejó entrever a la punta de mis dedos al tocar su mejilla.

 

Mis dos manos inconscientemente levantaron a Cardinal y la sostuvieron contra mi pecho. Mis lágrimas no se detenían y caían en las horribles quemaduras, una tras otra. Sus papados que habían escapado de ser quemados temblaron y se empezaron a abrir. Aun al borde de la muerte, una luz de compasión ilimitada llenaba las pupilas color café oscuro de Cardinal.





«No llores, Kirito» Esas palabras hicieron eco en mi conciencia a través de pensamientos en lugar de sonidos. «Este no es un final tan malo. Nunca creí… que moriría de esta manera… en los brazos de alguien con quien mi corazón se pudiera conectar…»

 —Lo siento… Lo siento tanto…

Las palabras que salían de mis labios apenas y perturbaban el aire. Escuchando eso, Cardinal mostró una ligera sonrisa con sus labios milagrosamente ilesos.

«¿Qué necesidad… tienes… de disculparte? Aun tienes… una misión… ¿no es cierto? Tú, con Eugeo… y Alice, también… los tres… con este bello mundo… por favor…»

 La voz de Cardinal rápidamente se desvaneció y su cuerpo se volvió más y más ligero de nuevo. Alice, quien estaba de rodillas junto a mí estiró ambas manos y con ellas sujetó la mano derecha de Cardinal.

—Lo haremos… lo haremos.

Ambos, su voz y sus mejillas estaban empapados con lágrimas.

—Esta vida que me has dado… puedes descansar tranquila, definitivamente serviré a tu causa.

Esta vez, las manos de Eugeo llegaron del otro lado.

—Yo también…

La voz de Eugeo estaba llena con una firme determinación para ser el compañero usualmente reservado que conocía.

—Yo también, entendí finalmente lo que necesito lograr.

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Pero, ni Alice ni yo esperábamos las palabras que siguieron, Cardinal probablemente estaba en la misma situación.

—Y ahora es el momento, también. No voy a huir. Yo… tengo un deber que debo cumplir a toda costa.

 

 


[14]  SoulTranslator: Traductor del Alma
[15]  Voz femenina de altura media; Mujer que posee esta voz.
[16]  En juegos de Rol, es un animal invocado por un mago.
[17]  Aparato de metal que produce una frecuencia sonora específica. Pueden verlo aquí
[18]  Monstruos nombrados, son monstruos especiales en los MMORPG que tienen nombre y suelen ser más poderosos que otros de su misma especie.
[19]  Dirección.
[20]  Objetos móviles
[21]  Prototipo.
[22]  Sentimentalismo.
[23]  Imaginacion
[24]  Sobreescribir
[25]  Fenomeno de sobreescritura
[26]  Patrón
[27]  Pieza
[28]  Cargado
[29]  Comando
[30]  Fragmentos
[31]  Energía
[32]  Datos

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